miércoles, 27 de diciembre de 2017

El gran showman

Interesante cinta marca el debut de Michael Gracey como director. Este musical encabezado por Hugh Jackman relata la historia de Phineas Taylor Barnum (1810-1891) quien luego de perder su trabajo como de oficina decide emprender un proyecto fuera de lo común. Con gran talento y creatividad recluta a personas especiales, futuras estrellas, enanos, equilibristas y malabaristas, entre otras, para crear un espectáculo que marca diferencia y que se llegó a denominar el show más grande el mundo.

La historia y el relato son simples. Charity -Michelle Williams- y Barnum -Jackman- se conocen desde muy niños. Ella, hija de una familia adinerada y él, hijo del sastre del pueblo. Ya desde pequeños sueñan con ideales y el amor hace que emprendan un camino de vida juntos, pese a la oposición tenaz de los padres de Charity. Con dos hijas maravillosas y viviendo con lo justo, la pareja se mantiene unida gracias al pilar fundamental que es su familia. “Todo lo que quiero está aquí”, le dice Charity a Barnum cuando pierde su empleo. Sin embargo, él siempre quiso darle lo mejor a su esposa y a sus hijas y este ferviente deseo lo impulsa a tomar riesgos y nuevos desafíos. Así, poco a poco, va construyendo su espectáculo no exento de dificultades, el que lentamente rinde frutos. No obstante, sobre el camino vienen los problemas. Hay rechazo y manifestaciones contra estos “fenómenos”. También vienen los grandes éxitos que hacen cuestionar cuánto es realmente suficiente. En medio de estos conflictos, materiales y existenciales, el protagonista, sin perder su esencia, logra priorizar la vida y volver a su foco original.

La película está muy bien lograda visualmente. Tiene muy claros los números musicales que va intercalando con secuencias teatrales que enlazan el argumento de manera fluida y amena. La música es atractiva, las coreografías destacan en dinámica y colorido y cada integrante del elenco aporta su talento al espectáculo. A pesar de estos evidentes y notables logros de producción, el guión es bastante adivinable y obvio, no dando lugar a quiebres o conflictos que no se puedan anticipar y por cierto visualizar claramente como serán resueltos.

Son tantas las temáticas que aborda “El gran showman” que finalmente se diluyen y la cinta decanta en lo más sencillo de su expresión. Un sueño ideal, amor y familia; ambiciosa creatividad, éxito y fracaso; todos elementos y valores que en 105 minutos no logran la profundidad requerida y que por lo mismo solo permiten esbozar lo que pudo ser una construcción dramática más efectiva.

Como musical, la cinta supera la prueba a pesar de no tener momentos que resulten inolvidables. Es dinámica y los cuadros están bien logrados. No es fácil contar una historia donde más de la mitad debe narrarse musicalmente, con canciones que den cuenta de personajes y al mismo tiempo transmitan emoción en sus relaciones. En esto último la cinta es débil, principalmente en la conexión emocional con la audiencia. En realidad somos solo espectadores de este gran espectáculo. Y claro, hay una dicotomía entre la ambientación de la época -Siglo XIX-, la modernidad de la música y el baile, pero si consideramos, y nuevamente vamos a la esencia, el circo es así. “Now is Show Time”. Ha nacido el “Show Business” y por lo tanto el espectáculo debe continuar.

Ficha técnica

Título original: The Greatest Showman
Año: 2017
Duración: 105 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Chernin Entertainment / 20th Century Fox
Género: Drama. Musical | Biográfico. Circo. Siglo XIX
Guión: Jenny Bicks, Bill Condon (Historia: Jenny Bicks)
Música: Benj Pasek, Justin Paul
Fotografía: Seamus McGarvey
Reparto: Hugh Jackman, Michelle Williams, Zac Efron, Zendaya, Rebecca Ferguson, Diahann Carroll, Fredric Lehne, Yahya Abdul-Mateen II, Isaac Eshete, Katrina E. Perkins, John Druzba, Shawn Contois, Ethan Coskay, Jamie Jackson
Dirección: Michael Gracey

miércoles, 13 de diciembre de 2017

Star Wars: Los Últimos Jedi

Desde los créditos iniciales y los primeros sonidos se siente emoción. Comienzo a recordar la experiencia que significó para mí el ver pasar esa enorme nave que poco a poco ocupaba toda la enorme pantalla. Claro que en 1977 tenía ocho años y tal vez esa pantalla era mucho más pequeña que las actuales pero para mí era monstruosa. Con ello se daba inicio a una de las historias más universales de las ultimas décadas. Star Wars, para quienes la seguimos desde su origen, es realmente difícil de describir. Es imposible ser objetivo, menos aún cuando la partitura de John Williams es un gran concierto, por eso estas líneas son naturalmente mucho más subjetivas y emotivas que de costumbre.

“Los últimos Jedi”, el episodio VIII, que esta vez continúa perfectamente en orden, lo que no es menor en una saga que se ha caracterizado por su extraña temporalidad, comienza muy poco después de los hechos narrados en “El despertar de la fuerza”. La Primera Orden se ha fortalecido, es cada vez más agresiva y violenta y quiere aniquilar cualquier resistencia que amenace su galáctica dictadura. Las figuras del líder Snoke -Andy Serkis-, del general Hux -Domhnall Gleeson- y de Kilo Ren -Adam Driver- resultan siniestras y aterradoras. La diezmada fuerza rebelde conducida por la General Leia Organa -Carrie Fisher- ha sido arrinconada y está bajo un intenso ataque. Finn -John Boyega- el stormtrooper desertor, aún está en estado de coma y Poe Dameron -Oscar Isaac-, su piloto estrella, tiene a cargo una extrema misión para destruir un gigantesco acorazado enemigo. Por otra parte, parece ser que la última esperanza es la joven Rey -Daisy Ridley- quién ha logrado encontrar en una remota isla a Luke Skywalker -Mark Hamill- e intenta convencerlo de regresar para enfrentar con su sabiduría y poder Jedi los cada vez más despiadados ataques del lado oscuro de la fuerza.

En esta cinta se despliegan en pantalla todos los elementos propios y clásicos de Star Wars. Batallas llenas de energía y coraje, recuerdos y guiños, mucha humanidad, tecnología sofisticada, altas -y muy bienvenidas- dosis de humor, conflictos personales, liderazgos y homenajes, hacen del metraje una verdadera montaña rusa de emociones y de permanente adrenalina. Luego de un vertiginoso comienzo, la película transita hacia una zona media en la que pareciera quedarse sin despegar, especialmente cuando asume el mando de la resistencia la almirante Amylin Holdo -Laura Dern-. Sin embargo, y hacia el último tercio, la cinta desemboca en una conclusión que tiene una espectacularidad visual tan fascinante que recuerda algunos de los mejores momentos de las ya clásicas primeras entregas.

Es difícil no adelantar detalles para que así cada uno pueda descubrir el curso de la trama. Esto ya es marca registrada de esta aventura galáctica creada originalmente por George Lucas hace más de 40 años y ahora liderada por Walt Disney Studios. Naturalmente habrá sorpresas, viejos, venerados y queridos personajes, giros argumentales que serán aplaudidos -y tal vez criticados- por muchos fanáticos, y algunos nuevos personajes que se suman a esta épica cruzada, sin dejar de lado su profundo sentido humano, un humor fresco y un recambio generacional que ya se percibía con fuerza en la narración anterior. Este último punto es tal vez el más interesante después del logrado arte audiovisual conseguido en este entretenimiento sólido y genuino, porque por más efectos especiales, técnicos, corales y de representación que tenga, finalmente Star Wars representa una filosofía de vida y una manera de comprender el mundo. ¡Que la fuerza esté con ustedes, y por muchos años más!

Ficha técnica

Título original: Star Wars: The Last Jedi
Año: 2017
Duración: 150 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Lucasfilm / Walt Disney Studios Motion Pictures
Género: Ciencia ficción. Fantástico. Aventuras. Acción | Star Wars. Secuela
Grupos: Saga Star Wars Novedad
Guión: Rian Johnson (Personajes: George Lucas)
Música: John Williams
Fotografía: Steve Yedlin
Reparto: Daisy Ridley, John Boyega, Adam Driver, Óscar Isaac, Mark Hamill, Carrie Fisher, Domhnall Gleeson, Benicio del Toro, Laura Dern, Gwendoline Christie, Kelly Marie Tran, Lupita Nyong'o, Anthony Daniels, Andy Serkis, Warwick Davis
Dirección: Rian Johnson

La fiesta de la vida

Las comedias francesas tienen esos elementos que las hacen adorables. “Le sens de la fête” no es la excepción y se instala con propiedad y méritos propios entre las últimas destacadas. Los directores Olivier Nakache y Eric Toledano -“Amigos intocables”- crean una historia donde los detalles son los que marcan la diferencia.

Esta vez es una boda de lujo en un castillo francés del siglo XVIII el mejor escenario para retratar la intimidad del grupo de personas que trabajan para que el evento resulte exitoso. Max Angély -Jean-Pierre Bacri-, el experimentado y obsesivo jefe máximo del evento, James -Gilles Lellouche-, el reemplazante del DJ y cantante original, Guy -Jean-Paul Rouve-, el relajado fotógrafo profesional que odia las fotos de los celulares, la enérgica y conflictiva Adèle -Eye Haidara-, la segunda de a bordo, junto a muchos otros personajes, nutren al relato de curiosas relaciones y de situaciones de tensión y diversión extremas. Por cierto no podemos dejar fuera a Pierre -Benjamin Lavernhe-, el insoportable novio y a Helena -Judith Chemla-, su encantadora prometida, un contrapunto notable dentro de una verdadera selva de personalidades.

Tal vez esa es una de las características por la que esta cinta funciona tan bien. Hacer de lo cotidiano un hecho especial y de personajes comunes el centro de atención, provoca que asistamos a una parodia que finalmente podría llevarnos a entender “el significado de la fiesta”, su título original.

La creatividad del guión y lo absurdo que resultan sus cuadros es una combinación que también potencia el relato. Son los detalles los que fijan la historia. Las diversas personalidades -todas caricaturas por cierto- no están tan lejos de la realidad. Cada una tiene sus problemas, sus historias y sus motivaciones. La finura está en su seguimiento, sus relaciones, en la colocación de las fichas y en el movimiento del tablero en la medida que avanzan los preparativos y comienza la fiesta.

El ritmo, frenético por momentos y extremadamente lento en otros, también viene a ser un marcado contrapunto. Bajo esa premisa, el filme es barroco, lleno de contrastes significativos. Sin embargo el expresionismo francés surge con una naturalidad chispeante. Podremos reírnos un poco más o un poco menos. Podremos empatizar en mayor o menor medida con algún personaje o situación, o bien reflexionar sobre el íntimo drama presente en muchos de ellos. Lo que no sucederá es que nos aburramos, porque Nakache y Toledano no nos sueltan nunca.

“La fiesta de la vida” es extrovertida, honesta y valiente, interesante y digno de destacar, que pone de relieve algo propio del cine francés, naturalmente fresco y gratificante.

Ficha técnica

Título original: Le sens de la fête
Año: 2017
Duración: 115 minutos
País: Francia
Productora: Gaumont / Quad Productions
Género: Comedia | Bodas
Guión: Olivier Nakache, Eric Toledano
Música: Avishai Cohen
Fotografía: David Chizallet
Reparto: Jean-Pierre Bacri, Vincent Macaigne, Kevin Azaïs, Suzanne Clément, Gilles Lellouche, Judith Chemla, Jean-Paul Rouve
Dirección: Olivier Nakache, Eric Toledano

miércoles, 6 de diciembre de 2017

El Informante

Watergate. La palabra no resulta indiferente. Sabemos que es tal vez uno de los casos más conocidos de una crisis política revelada por la prensa. Esta vez, bien lo sabemos, el escándalo fue tan grande que significó la renuncia del entonces presidente norteamericano Richard Nixon en agosto de 1974. La cinta, escrita y dirigida por Peter Landesman, se basa en la historia de Mark Felt, director adjunto del FBI, quien conoció de primera fuente los hechos sobre el allanamiento del complejo de oficinas Watergate en Washington D. C., el 17 de junio de 1972, que era la sede del Comité Nacional del Partido Demócrata de Estados Unidos. Felt tuvo directa participación en el caso al entregar información clave a Bob Woodward y Carl Bernstein quienes escribieron varios artículos en el The Washington Post.

Mark Felt -interpretado por Leam Nesson- llevaba 30 años trabajando en el FBI. Tras la muerte del emblemático director J. Edgar Hoover y de no ser considerado por la Casa Blanca para ocupar su lugar, Felt conoció los detalles del Watergate y de inmediato observó con atención la investigación y las erráticas maniobras de la presidencia, tanto dentro del FBI como a través de los medios de comunicación. Su retiro obligado, en 1973, tampoco pudo impedir que el caso escalara al máximo con las consecuencias por todos conocidas. No obstante ser juzgado y considerado un traidor, recién en el año 2005, poco antes de su muerte, se reveló públicamente que Mark Felt era “Garganta Profunda” -su enigmático apodo- y quien había sido la fuente directa para las investigaciones y publicaciones periodísticas.

Para quienes gusten de las intrigas políticas y de las investigaciones oficiales, “Mark Felt - The Man Who Brought Down The White House” resulta muy entretenida pues está construida desde una mirada interna. Vemos los movimientos de piezas, los puzzles que se deben armar y rearmar, las reacciones políticas, las luchas de poder y los espacios que uno u otro va ganando en una soterrada batalla por ascender a costa de cualquier precio.

Sin embargo esta cinta no se queda solo con este drama histórico. Lo trascendente es la mirada personal y la duda moral que plantea ¿Felt fue un traidor o hizo lo correcto al filtrar los antecedentes? La película no se juega por una respuesta. Presenta a un personaje preocupado de su familia, con una esposa -Diane Lane- tan ambiciosa como sensible y una hija con la que no tienen contacto desde hace un buen tiempo y temen lo peor. La distinción entre buenos y malos no está siempre clara. Hay un traidor en el FBI, que duda cabe. Nosotros lo sabemos, pero dentro, nadie podría siquiera dudar que es el mismísimo director adjunto. Todo está en jaque, el sistema político, la independencia del FBI, el rol de la prensa y la observancia de la opinión pública.

Todos los elementos descritos hacen entretenida esta película. Neeson actúa muy bien en su papel y el correctísimo elenco coral gira en torno a su figura. Este es otro caso paradigmático donde la realidad supera la ficción. Difícilmente una historia podría ser más original y llamativa que la que representa este hito comunicacional y político. Y lejos no estamos de vivir esto cotidianamente. Las filtraciones de información son pan de cada día. Algunas más importantes y otras tal vez menos. Sin embargo, el llamado “cuarto poder” tiene un papel trascendente pues sin su decidida conducción en base a criterios éticos, posiblemente la opinión pública no conocería instancias decisivas que cambian el rumbo de la historia.

Ficha técnica

Título original: Mark Felt - The Man Who Brought Down The White House
Año: 2017
Duración: 103 minutos
País: Estados Unidos
Productora: MadRiver Pictures / Playtone / Scott Free Productions. Distribuida por Sony Pictures Classics
Género: Drama | Histórico. Biográfico. Periodismo. Años 70
Guión: Peter Landesman (Libros: Mark Felt, John D. O'Connor)
Música: Daniel Pemberton
Fotografía: Adam Kimmel
Reparto: Liam Neeson, Diane Lane, Maika Monroe, Michael C. Hall, John Dean, Wendi McLendon-Covey, Josh Lucas, Ike Barinholtz, Marton Csokas, Tony Goldwyn, Kate Walsh, Bruce Greenwood, Eddie Marsan, Tom Sizemore, Noah Wyle, Colm Meaney, Brian D'Arcy James, Julian Morris
Dirección: Peter Landesman

La batalla de los sexos

La historia es real. Billie Jean King -Emma Stone- es la tenista número uno del mundo. Tiene 29 años y corre el año 1973. Ella y su manager Gladys Heldman -Sarah Silverman- tienen un fuerte altercado con el famoso presentador y organizador Jack Kramer -Bill Pullman- luego que este anunciara un torneo donde las mujeres solo recibirán un octavo de las ganancias respecto de los premios de la rama masculina. Producto de ello, crean un circuito paralelo y son expulsadas de la asociación oficial. Bobby Riggs -Steve Carrell- un ex número uno ve en esto un negocio y una oportunidad mediática por lo que lanza el desafío. Un juego entre él, de 55 años, frente a una mujer, para demostrar una “supuestamente evidente” superioridad masculina en el deporte blanco.

Esta cinta de los directores Jonathan Dayton y Valerie Faris es la crónica de este enfrentamiento, sin embargo no se queda solo en la anécdota. Aún conociendo el resultado, el guión del británico Simon Beaufoy nos lleva por situaciones particulares de la vida de King y de Riggs que bien vale profundizar.

Emma Stone encarna a Billie Jean de manera notable. Está casada con Larry King, sin embargo su dedicación al tenis es prácticamente total. La exigencia de los torneos, los viajes y ausencias del hogar y el plan de entrenamientos, la tienen agotadisima. Es quizás por ello que cuando conoce a Marilyn Barnett -Andrea Riseborough-, una estilista que les ayuda al lanzar su propio torneo, Billie Jean comienza a experimentar sentimientos que le son desconocidos y entra en un terreno complejo e inexplorado.

Por otra parte, Bobby está casado con la multimillonaria Priscilla Wheelan -Elisabeth Shue- pero las cosas no van bien. Él es un adicto a las apuestas lo que le ha traído problema tras problema. El más reciente -y el más importante- es que Priscilla lo ha expulsado de su casa.

Así las cosas, el desafío deportivo -o más bien mediático- no solo tiene importancia por el irracional machismo desatado o por el feminismo reivindicador que se enfrentan poderosamente. También surgen perspectivas desde la intimidad de los protagonistas y con ello las verdaderas razones que los motivan.

“La batalla de los sexos” es entretenida y bien lograda. Stone configura una excelente interpretación que seguramente le traerá nominaciones y Carrel aprovecha su faceta de exitoso comediante para lograr caracterizar acertadamente a un verdadero “showman” del deporte. Esta cinta no solo tiene el valor de ser el relato de un hecho que marcó un hito -más que mal se vertieron en él absurdas superioridades masculinas y profundas aspiraciones femeninas- sino que también pesa por lo que significa construir una historia interesante y diversa a partir de un particular juego de tenis.

Ficha técnica

Título original: Battle of the Sexes
Año: 2017
Duración: 121 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Cloud Eight Films / Decibel Films / Fox Searchlight Pictures
Género: Drama. Comedia | Tenis. Basado en hechos reales. Años 70. Homosexualidad
Guión: Simon Beaufoy
Música: Nicholas Britell
Fotografía: Linus Sandgren
Reparto: Emma Stone, Steve Carell, Andrea Riseborough, Elisabeth Shue, Bill Pullman, Austin Stowell, Sarah Silverman, Alan Cumming, Eric Christian Olsen, Jessica McNamee, Mickey Sumner, James Mackay, Agnes Olech, Chet Grissom, Chip Chinery, John C. McGinley
Dirección: Jonathan Dayton, Valerie Faris

La última vedette

Símbolo de la bohemia santiaguina de los años ’70 y ’80, fue el mítico Bim Bam Bum de la calle Huérfanos. Brillaba el teatro de revistas, un particular género que tuvo una época dorada en esos años y por donde pasaron las más famosas y reconocidas vedettes nacionales e internacionales. Y es imposible no asociarlo al nombre de quien fue un ícono y la reina de la noche: Maggie Lay.

El cineasta Edwin “Wincy” Oyarce presenta, en este tercer trabajo luego de "Empaná de Pino" (2008) y "Otra película de amor" (2012), un documental que tiene a Magdalena Hay Sang Lay Wangnet -verdadero nombre de Maggie- como centro del relato. Lay lleva más de 40 años trabajando en espectáculos de variedades y actualmente, ya con nietos y bisnietos, sigue “vistiendo” las famosas plumas para hacer sus shows en diversos escenarios.

Pero “Wincy” no se queda solo con el recuerdo del glamour y la fama. Quiere mostrarnos a “la Maggita” en su faceta más íntima, esa que da cuenta de su trabajo diurno como conductora de un colectivo en San Bernardo, su pausada vida hogareña, sus encuentros familiares y por cierto su férrea decisión de no abandonar las tablas. Lo hace desde diversas perspectivas. Siguiendo su rutina diaria, cantando, cocinando, limpiando su casa, silbando la música, acariciando a sus gatos y curiosamente tarareando el Divertimento en Re Mayor de Mozart. Acertadamente, como espectador de sus presentaciones y con entrevistas a sus cercanos, logra revelar una carismática personalidad.

“La última vedette” es interesantemente bipolar. Fama versus intimidad, machismo versus feminismo. Estos planos contrapuestos entregan al relato buenos ingredientes para acercarnos a la protagonista. De los recuerdos, solo una introducción que nos entrega el contexto. El resto es presente, realidad actual, cruda y difícil, de subsistencia y de sobrevivencia. Pero a la vez nos muestra la ilusión y la magia. Maggie Lay sin duda se transforma sobre el escenario. ¿O se transforma en su rutina diurna? ¿Quién es verdaderamente Maggie Lay? ¿Aquella coqueta, atrevida y pícara mujer que no renuncia a su oficio a pesar del paso del tiempo o la mujer solidaria y amable -aunque de fuerte carácter- que maneja el colectivo?

“Wincy” Oyarce conduce bien el relato. No se apura en develar su norte. Deja que los gestos, las palabras, los silencios y los espacios hablen. Permite que afloren las características particulares de su protagonista con una cámara siempre precisa, en ocasiones involucrada profundamente y en otras con medida prudencia. “Wincy” filma, en síntesis, la emotiva fragilidad y a la vez fortaleza de Maggie Lay, quien es -tal vez realmente y en gloria y majestad- nuestra “última vedette”.

Ficha técnica

Título original: La última vedette
Año: 2017
País: Chile
Guión: Edwin “Wincy” Oyarce
Fotografía: Constanza García
Reparto: Documental
Productora; Creas Films / Válvula Films Ltda
Género: Documental | Biográfico
Dirección: Edwin “Wincy” Oyarce

jueves, 30 de noviembre de 2017

Detroit Zona de Conflicto

“Detroit” es desgarradora. La directora Kathryn Bigelow es capaz de transmitir, con una fidelidad que asombra, la impotencia y la crudeza brutal de un hecho que marcó la historia aquel 25 de Julio de 1967 en la ciudad de Detroit, Michigan, en Estados Unidos. Una breve presentación animada nos pone rápidamente en contexto. La población afroamericana -principalmente de color- comienza a quedar aislada en verdaderos compartimentos en el centro de la ciudad. Los conflictos escalan de tal forma que el gravísimo incidente del Motel Algiers deja como resultado el aterrador saldo de tres muertos y siete que fueron golpeados arbitrariamente por la policía.

Hay confusión. Observamos un comienzo incierto que sin embargo nos pone de inmediato en alerta. Los disturbios van creciendo en cantidad e intensidad. Se percibe un clima de enfrentamiento donde la menor provocación detona una reacción violenta y decidida. Es por ello que el incidente del motel comienza casi como un juego. Un grupo de amigos que se está divirtiendo provoca una reacción policial desproporcionada y que va complicándose cada vez más en la media que avanzan los hechos.

El relato de Bigelow no da respiro. Su filmación, ya característica, es intensa y golpea directamente. No hay concesión alguna. La narración produce un recogimiento que no se puede ignorar, pues el guión de Mark Boal es nervioso y profundo. Los protagonistas logran transmitir la impotencia de la agresión injustificada. No hay caricaturas ni estereotipos. Todo luce tremendamente real. Es incómodo, agresivo y la verdad es que uno desea que el sufrimiento termine pronto.

Kathryn Bigelow y Mark Boal, con un trabajo detallista y fino, logran una obra que resulta impactante. Cuesta tanto imaginar lo que deben haber sufrido todos quienes fueron violentados en estas revueltas, tal vez de las más grandes en la historia de Estadios Unidos. El ejército en las calles, la policía enfrentada a los manifestantes; clima de guerra. No hay espacio o lugar donde no se viva el conflicto. Y la tragedia es inminente, inmanejable, tal vez imparable.

Sin duda “Detroit” es una de las mejores cintas del 2017 y tiene méritos suficientes para ser candidata a varios premios. Su honestidad es tal, que se presenta casi como un documental sobre un racismo que aun sigue siendo tema en pleno siglo XXI. En el centro del relato hay también una búsqueda de justicia. Se logra percibir también un claro homenaje a las víctimas de los sucesos, por quienes perdieron la vida y también por aquellos que a raíz de lo acontecido vieron truncados sus sueños e ilusiones. Esta película tiene que tener un espacio de reflexión y su tiempo para ser asimilada. Cada minuto es importante y trascendente. No podemos ser indiferentes después de ver “Detroit” y aquello es porque somos conducidos para verlo y sentirlo por nosotros mismos. Esa compenetración del relato con el espectador es perturbador y en mi opinión es el logro más importante de este filme.

Ficha técnica

Título original: Detroit
Año: 2017
Duración: 143 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Annapurna Pictures / First Light Production
Género: Drama | Basado en hechos reales. Años 60. Racismo
Guión: Mark Boal
Música: James Newton Howard
Fotografía: Barry Ackroyd
Reparto: John Boyega, Algee Smith, Will Poulter, Jack Reynor, Ben O'Toole, Hannah Murray, Anthony Mackie, Jacob Latimore, Jason Mitchell, Kaitlyn Dever, John Krasinski, Darren Goldstein, Jeremy Strong, Chris Chalk, Laz Alonso, Leon Thomas III, Malcolm David Kelley, Joseph David-Jones, Joseph David Jones, Ephraim Sykes, Samira Wiley, Peyton Alex Smith, Laz Alonzo, Austin Hebert
Dirección: Kathryn Bigelow

Viento salvaje

Un relato con un excelente ritmo es el que ofrece Taylor Sheridan en su primera película como director. Ya conocíamos sus enormes méritos como guionista en “Sicario”. Esta vez el guión también es de su autoría y es realmente notable. En un complejo rompecabezas, una joven es encontrada sin vida y descalza en el medio de una amplia y nevada reserva indígena, en Wyoming. Quien la descubre es Cory Lambert -Jeremy Renner-, un experimentado cazador de depredadores del lugar. La investigación de la muerte la comienza la policía local, pero dadas las características de “Wind River” -nombre de la reserva y título original de la cinta- el caso llega al FBI quien envía a Jane Banner, una joven agente interpretada por Elizabeth Olsen, a investigar el crimen.

La narración está fragmentada. Las pistas se abren lentamente en la medida que Jane y Cory van conociendo pequeños detalles. Nada es demasiado claro y las dudas son siempre superiores a las escasas respuestas que van encontrando en el transcurso de la investigación. El suspenso y la tensión creciente se apodera del metraje. El resultado es incierto. Con ello se acrecienta la sensación de inquietud que marca la cinta. La fotografía de Ben Richardson es sobrecogedora y permite entregar un marco propicio a esta dramática historia que se va develando poco a poco.

Hay varias temáticas que están presentes en este relato, no solo aquello evidentemente referido a la reserva indígena. La inspiración “en hechos reales” con la que comienza, se refiere a las “miles de historias como esta” y que involucran asaltos sexuales a mujeres en estas reservas, principal fuente de motivación del autor para escribir la obra. Hay abandono, soledad, discriminación y tremendos prejuicios. La propia historia de Cory, su mirada y la relación con su hijo, da cuenta de aquello. El machismo y el abuso también se marcan profundamente en algunas vidas vulnerables y que son transgredidas. Cada uno de los personajes aporta su propia historia al relato. La visita a la casa de los padres de la joven fallecida es durísima. Vemos allí pequeñas luces. Se entreabren puertas -literalmente- que nos permiten observar realidades complejas y difíciles.

“Wind River” es una película intensa. Tiene actuaciones sólidas, tensión creciente y una ambientación envolvente. Este thriller, de los mejores del año, premiado en el 2017 Sundance Film Festival, es absorbente. Es difícil despegarse de la pantalla o distraerse si nos involucramos directamente. Esto es mérito indudable de Taylor Sheridan que nos hace vivir la experiencia con primeros planos que impactan y que se contraponen a los amplios y descriptivos parajes naturales que muestra. Parece clara la relación de esta historia individual con la magnitud de su entorno. Cobra sentido, entonces, el foco del director en su motivación inicial de poner en relieve los muchos casos que nunca obtienen respuesta ni justicia, a través de uno específico, conmovedor y doloroso que consigue reflejarlos a cabalidad.

Ficha técnica

Título original: Wind River
Año: 2017
Duración: 110 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Thunder Road Pictures / Acacia Filmed Entertainment / Film 44 / Ingenious Media / Savvy Media Holdings / Star Thrower Entertainment / Synergics Films / Wild Bunch / Voltage Pictures / Tunica-Biloxi Tribe of Louisiana. Distribuida por The Weinstein Company
Género: Thriller. Intriga | Policíaco. Crimen. Cine independiente USA. Basado en hechos reales
Guión: Taylor Sheridan
Música: Nick Cave, Warren Ellis
Fotografía: Ben Richardson
Reparto: Jeremy Renner, Elizabeth Olsen, Julia Jones, Graham Greene, Jon Bernthal, Matthew Del Negro, Kelsey Asbille, Gil Birmingham, Ian Bohen, Martin Sensmeier, Hugh Dillon, Eric Lange, Mason D. Davis, James Jordan, Teo Briones, Tara Karsian
Dirección: Taylor Sheridan

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Conjuros del más allá

“The Void”, su título original, significa vacío. Ciertamente es mucho mejor que su traducción como “Conjuros del más allá”. Explicaremos por qué. Esta película canadiense del 2016 escrita y dirigida por Steven Kostanski y Jeremy Gillespie, se basa en un grupo de personas atrapadas en un hospital, amenazadas por un grupo de extrañas personas vestidas con una túnica blanca con un triángulo que los identifica. Desde la escena inicial, donde un joven huye despavorido de una casa en el campo, pasando por su rescate en la carretera por un policía que lo lleva al hospital, vemos un intento por construir un terror estilo años 80. Lo que pasa a continuación, lo monstruoso y grotesco que habita en este hospital y lo que les va sucediendo a los protagonistas es justamente vacío.

El guión de Jeremy Gillespie y Steven Kostanski no alcanza para salir de lo cliché, con los recursos típicos del género, aunque la música se destaque de manera especial. Son noventa minutos que parecen mucho más. El suspenso se desdibuja y recorre un camino demasiado obvio para develar el secreto de este culto singular. No es la peor cinta de su tipo, hay algunos momentos logrados, pero es tan irregular en su desarrollo que sinceramente queda al debe y por bastante. Por eso es que su título original es lo que mejor la describe: el vacío.

Ficha técnica

Título original: The Void
Año: 2016
Duración: 90 minutos
País: Canadá
Productora: Cave Painting Pictures / JoBro Productions, Film Finance
Género: Terror. Intriga. Ciencia ficción
Guión: Jeremy Gillespie, Steven Kostanski
Música: Joseph Murray, Menalon Music, Lodewijk Vos
Fotografía: Sammy Inayeh
Reparto: Ellen Wong, Kathleen Munroe, Aaron Poole, Kenneth Welsh, Art Hindle, Daniel Fathers, Stephanie Belding, Amy Groening, Trish Rainone, Evan Stern, Mik Byskov, James Millington, Grace Munro, David Scott, Jason Detheridge
Dirección: Jeremy Gillespie, Steven Kostanski

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Suburbicon

Parece ser el paraíso. Vivir en Suburbicon es idílico, maravilloso y raya en la perfección. Gardner Lodge -Matt Damon- está casado con Rose -Julianne Moore-, y viven en una preciosa casa de este tranquilo barrio junto a su hijo Nick -Noah Jupe- y la hermana gemela de Rose, Maggie, quien es también interpretada por Julianne Moore. La calma se rompe abruptamente cuando se muda al condominio una familia afroamericana que tiene un hijo de la misma edad de Nick. Los nuevos vecinos provocan revuelo en la comunidad, fuertes discusiones junto a una violenta resistencia y abierto racismo hacia los recién llegados, algo totalmente fuera de proporción para un estilo de vida que parece sacado de un libro de cuentos o de un aviso comercial.

La originalidad de los guionistas, los hermanos Ethan y Joel Coen, sumada a la acertada y precisa dirección de George Clooney, hacen de “Suburbicon” una historia oscura, interesante y que asume bastantes riesgos. Por una parte tenemos un thriller policial hecho y derecho y por otro el trasfondo de un racismo que reverdece y se niega a desaparecer. Si sumamos a estos dos elementos centrales el característico y “negrísimo” humor de los Coen, el resultado es notable. No solo está en cuestión el doble estándar de Gardner y de Maggie. Todo es doble estándar y en varios personajes del relato puede incluso haber algo más.

“Suburbicon” tiene tanto de comedia como de drama. La construcción que hace Matt Damon del protagonista es realmente sólida. Nadie debería dudar de este padre ejemplar y esposo ideal. Moore hace un trabajo impecable interpretando a las gemelas. Lo antagónico resultan ser las caricaturas que representan dos desvergonzados personajes que invaden la privacidad de la casa familiar a poco de comenzar la historia. Este hecho aparentemente inconexo y sus posteriores consecuencias, es lo que marca el desarrollo de un metraje que tiene intriga, misterio, traición y venganza, en dosis perfectas y muy bien administradas.

Llama la atención que no hayan sido los hermanos Coen los directores de la cinta y que hayan delegado en Clooney esa responsabilidad. Sin embargo, y a la luz del resultado obtenido, la distancia que logra tomar el director, a pesar de haber participado en la elaboración del guión, dota a la cinta de un particular punto de enfoque. Cercana a la aplaudida “Fargo”, esta nueva cinta pone de manifiesto que donde hay una aparente y tranquila calma, existe una perturbadora y tensa realidad. Los detalles y capas que se observan son innumerables y las escenas que son dignas de mención se suman exponencialmente. En ese sentido debemos disponernos a disfrutar una película que nos atrapará de inmediato y que volverá a nosotros cada cierto tiempo y en diferentes porciones y proporciones. ¡Y es muy gratificante cuando una película vuelve en forma tan natural y precisa que permite saborearla por cuadros! Bravo por este regreso de los Coen. ¡Los extrañábamos!

Ficha técnica

Título original: Suburbicon
Año: 2017
Duración: 105 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Black Bear Pictures / Silver Pictures / Smokehouse Pictures
Género: Cine negro. Drama. Comedia | Neo-noir. Crimen. Años 50
Guión: Ethan Coen, Joel Coen, George Clooney, Grant Heslov
Música: Mlexandre Desplat
Fotografía: Robert Elswit
Reparto: Matt Damon, Julianne Moore, Oscar Isaac, Glenn Fleshler, Michael D. Cohen, Noah Jupe, Steve Monroe, Gary Basaraba, George Todd McLachlan, Carter Hastings, Dash Williams, Alex Hassell, Lauren Burns, Tony Espinosa
Dirección: George Clooney

"Coco"

“Coco”, la nueva cinta de animación producida por Pixar y distribuida por Walt Disney Pictures, es un sentido homenaje a la tradición mexicana del “Día de Muertos”. Miguel, su protagonista, proviene de una familia especial que ha prohibido la música de generación en generación. Sin embargo para este niño de 12 años la música es pasión y energía. Entonces, ocultándose de su familia e inspirado en su ídolo Ernesto de la Cruz, un exitoso y popular cantante que murió aplastado por una campana durante una presentación, Miguel comienza un camino lleno de aventuras que lo llevan hasta la “Tierra de los Muertos” donde ayudado por un esqueleto olvidado, solitario y muy histriónico llamado Héctor, conocerá al mismísimo Ernesto y también con ello, develará la verdadera historia de su particular familia.

La animación de “Coco” es hermosa. Colorida y mágica, posee un atractivo intrínseco que la hace tremendamente llamativa desde el punto de vista visual. El encantamiento de su forma por momentos se ve opacado por un guión algo flojo y que no está a la altura de otras producciones recientes de Pixar. Tal vez la fuerte localización mexicana puede ser un punto que juegue un papel importante al definir sólo una parte del mundo que quiere presentar. No obstante, esta entretenida fábula animada produce un efecto bastante notable al superponer el mundo de vivos y de los muertos ayudando con ello a comprender una ancestral tradición y también a explicar, de manera simple y sencilla, la memoria agradecida que se tiene de los antepasados en la cultura popular de los Estados Unidos de México.

La película pone de relieve de manera vital lo que la música puede llegar a provocar en una persona y en una comunidad. Las razones familiares para “odiar” y oponerse tenazmente a la música también son muy claras. Y esta lucha dual resulta encantadora, porque Miguel, contra viento y marea, logra abrirse paso para realizar su sueño y deseo más profundo. Él quiere ser músico y está decidido a lograrlo a pesar de la contrariedad que aquello provoque en su familia. Ese coraje y vigor es emocionante y nos hace empatizar con Miguel desde el primer momento.

Veremos si “Coco” replica en el mundo el gran éxito que ya ha obtenido en México. Por calidad y producción debería lograrlo sin ninguna duda. También deberemos observar si esta tradición que tan honestamente retrata es acogida en otras latitudes. Tal vez no es una película mayor de Pixar, a la altura de “UP” o “Intensamente”, sin embargo “Coco” logra cautivar gracias a un encanto que ya parece ser marca registrada de sus productores. La sencillez de los personajes y la forma de construir el relato no solo aportan una gratificante y sana entretención sino que además permiten acercarnos a un mundo distinto para admirarlo y comprenderlo, y así dejar libre paso a ese niño rebelde que todos llevamos dentro.

Y una sorpresa. Por tiempo limitado, acompaña a “Coco” un cortometraje encantador. Se trata de “Olaf, otra aventura congelada de Frozen”, dinámico y vivo, sobre las fiestas navideñas y las tradiciones familiares. El mundo de Disney concentrado en 28 minutos de acción, aventura, música y raíces familiares.

Ficha técnica

Título original: Coco
Año: 2017
Duración: 105 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Pixar Animation Studios / Walt Disney Pictures
Género: Animación. Fantástico. Comedia | Pixar. Familia. Música
Guión: Adrián Molina, Matthew Aldrich (Historia original: Lee Unkrich, Jason Katz, Matthew Aldrich, Adrián Molina)
Música: Michael Giacchino
Dirección: Lee Unkrich, Adrián Molina

Extraordinario

Basada en la novela “La lección de August” de R.J. Palacio, esta cinta, a pesar de algunas carencias y lógicas obviedades, logra conquistar un espacio en el corazón. Auggie Pullman -Jacob Tremblay- nació con una deformación facial y producto de ello ha tenido múltiples cirugías e intervenciones en sus cortos 10 años de vida. Ahora, con el apoyo de sus padres -Julia Roberts y Owen Wilson- debe enfrentar un desafío aún mayor que es ir por primera vez a la escuela.

El inicio es ciertamente intrigante. Vamos conociendo la historia relatada por la voz en off del mismo Auggie y pasamos largos -y tensos- minutos sin ver su rostro. Tal vez nos imaginamos lo que viene -en cierta forma como lo debe hacer seguramente la novela- y todo indica que debemos prepararnos para lo peor, algo similar a lo que experimenta el protagonista al descubrir su rostro ante los demás.

Una vez sorteado este primer escollo viene lo más evidente de la película y que es una forma simple de narración basada en la presentación de los personajes, sus padres, sus compañeros de curso y su hermana mayor. En esta parte el relato decae sustantivamente porque todo es anticipable aunque tenga un correcto trasfondo. Sin embargo, y luego de aquello, la película retoma una senda que, sin mucha ambición ni pretensión, resulta honesta.

Efectivamente la película funciona bien como una fábula. Lo que vive Auggie producto del rechazo de algunos compañeros, la lástima que le tienen otros junto con la natural dificultad de relacionarse a esa edad, configura un panorama desolador. Su familia es su soporte, su espacio protegido, pero naturalmente todo gira en torno a él y goza de privilegios que postergan una y otra vez a su hermana mayor. Su madre vive por él y para él. Su padre, tal vez el personaje más débil y menos desarrollado de la historia, es una figura amable y cercana, pero bastante decorativa. Auggie debe sacar extremo coraje para enfrentarse al mundo y así cambiar la forma en que todos lo ven. Esto también incluye, por supuesto, una modificación en su propia forma de verse. Y este es, aún siendo bastante evidente, el principal recordatorio de la película y pilar fundamental de esta emotiva “Lección de August”.

Ficha técnica

Título original: Wonder
Año: 2017
Duración: 113 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Lionsgate / Mandeville Films / Participant Media
Género: Drama | Infancia. Discapacidad
Guión: Steve Conrad, Jack Thorne (Novela: R.J. Palacio)
Música: Marcelo Zarvos
Fotografía: Don Burgess
Reparto: Jacob Tremblay, Julia Roberts, Owen Wilson, Mandy Patinkin, Millie Davis, Izabela Vidovic, Ali Liebert, Elle McKinnon, Bryce Gheisar, Daveed Diggs, Noah Jupe, Kyle Harrison Breitkopf, Gidget, William Dickinson
Director: Stephen Chbosky

La región salvaje

Esta cinta del guionista y director mexicano Amat Escalante resulta bastante incómoda. En una extraña mezcla de ciencia ficción y sexo, “La región salvaje” transita sobre un sendero poco claro que se traduce en mayores debilidades que virtudes. Con un guión por momentos ilegible y actuaciones que no terminan de cuadrar y convencer, la fragmentación del relato es francamente irritante. Ok, dejemos pasar entonces unos minutos para comprender hacia dónde va, sin embargo los cuadros son aún más dispersos, con marcadas separaciones, haciendo que su destino se torne todavía más lejano y brumoso.

Por un lado tenemos a Alejandra y Ángel, un matrimonio joven, con un hijo pequeño y con importantes dificultades de pareja. Por el otro está Fabián, el hermano homosexual de Alejandra que trabaja en el hospital local donde un día llega Verónica, mal herida por una extraña circunstancia pero que ella atribuye a la mordida de un perro. Junto a todo aquello tenemos una enigmática cabaña en el medio de la nada donde se oculta un misterioso y extraño ser “tentacular” que es utilizado por la pareja que vive allí a modo de experimento vivo con quienes llegan al lugar.

Existe en esta película un sentido de realidad y de imaginación que no se alcanza a constituir totalmente. Su dibujo es más bien una caricatura poco concluyente, con un centralismo extremo en la sexualidad, el machismo, la homofobia y la marginalidad de sus personajes. Las relaciones tóxicas y en algunos casos muy forzadas, hacen más crudo y disonante el metraje. ¿Conflicto? Escaso. ¿Valores y principios? Ausentes, al menos a simple vista. Estamos en un pueblo provinciano que lleva una vida tranquila y sin mayores sobresaltos a pesar de estar insertos en el centro mismo del misterio del relato. ¿Sobrenatural entonces? Es poco claro como fenómeno, y menos aún como eje principal de la historia.

¿Qué nos queda entonces? Es cierto que hay cine incómodo que se transforma en un desafío para reflexionar, que no es el caso de esta película. Sus elementos básicos -y no por ello menos importantes- no alcanzan a configurar un relato que permita siquiera alcanzar una mínima unidad en sus cien largos minutos de extensión. Si la búsqueda de su director es, como él mismo señala, “llegar a la esencia de la verdad humana”, esta película se aleja bastante de dicho propósito en mi opinión. Es necesario lograr una profundidad mayor y una condición imprescindible para aquello es el desarrollo de una conexión emocional de los protagonistas con el relato y con el espectador. Acá no se produce. Al contrario, su manifiesta separación, deja en evidencia la debilidad argumental de un cine experimental que por lo mismo es susceptible de recibir todo tipo de críticas. No es de extrañar, entonces, que Escalante ganara el premio al mejor director en el Festival de Cine de Venecia, en medio de ácidas críticas y sentidas alabanzas.

Ficha técnica


Título original: La región salvaje
Año: 2016
Duración: 100 minutos
País: México
Productora: Coproducción México-Dinamarca-Francia-Alemania-Noruega-Suiza; Mantarraya Producciones / Adomeit Film / Bord Cadre Films / Match Factory Productions / Mer Film / Pimienta Films / Snowglobe Films
Género: Drama. Fantástico. Terror | Extraterrestres. Homosexualidad. Drama psicológico
Guión: Amat Escalante, Gibrán Portela
Música: Igor Figueroa, Fernando Heftye, Martín Escalante, Lasse Marhaug, Guro Moe
Fotografía: Manuel Alberto Claro
Reparto: Simone Bucio, Ruth Jazmín Ramos, Jesús Meza, Edén Villavicencio, Andrea Peláez, Óscar Escalante, Bernarda Trueba, Kenny Johnston
Dirección: Amat Escalante

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Good Time: viviendo al límite

Esta es una película urgente. 99 minutos de tensión continua y sin pausa. “Good Time”, escrita por Ronald Bronstein y Joshua Safdie y dirigida por los hermanos Ben y Joshua Safdie transcurre en el bajo mundo de Nueva York. No es el lujo de los rascacielos de Manhattan. Es algo bastante diferente lo que quiere retratar esta cinta de acción que además posee un fuerte componente social desnudando carencia, marginalidad y exclusión en varios niveles. Todos estos méritos la llevaron a competir en la selección oficial de Cannes este año donde obtuvo el galardón a la mejor música incidental y sus directores fueron nominados a la Palma de Oro.

Constantine “Connie” Nikas -Robert Pattinson- y su hermano menor Nick -el mismo codirector “Benny” Safdie-, deciden asaltar un banco para poder trasladarse a vivir tranquilos a Virginia. Y claro, este robo no resulta tan sencillo y comienzan los problemas. Nick -que tiene un grado de discapacidad mental por el que ha estado en terapia- es capturado por la policía, Connie se salva por un pelo y allí comienza una verdadera odisea. Pattinson luce dotes estupendas para un personaje que está construido vertiginosamente. Su accionar es de constante improvisación. Sin un patrón definido, lo único que lo mueve realmente es salvar a su hermano. La primera misión era retirarlo de la terapia, por eso el plan del robo para obtener US 65.000 y así abandonar Nueva York. Ahora, el objetivo es sacarlo de la cárcel, donde seguramente lo va a pasar muy mal y le costará mucho poder sobrevivir. Connie se mueve como pez en el agua en este submundo inquietante de una ciudad de Nueva York escondida, sin las luces y sin el brillo acostumbrado.

“Good Time” es perturbadora y a la vez provocadora. Observamos en ella un meticuloso trabajo de composición de personajes -los secundarios son breves pero muy bien delineados y profundos-, escenarios súper reales y un guión que la hace inquietante, incómoda y a al mismo tiempo alucinante. Es verdaderamente una experiencia que acelera las pulsaciones del espectador y que al mismo tiempo llama a la reflexión sobre la urgencia que implica el tener que sobrevivir minuto a minuto, segundo a segundo en condiciones miserables.

En una de las primeras secuencias de la cinta podemos observar una característica que se hará cada vez más penetrante. La filmación es realizada en primer plano, muy cercano y con mucho movimiento. Esta cámara nerviosa nos hace parte de la escena y nos saca de la comodidad de ser meros observadores. Nos urge, nos provoca y hace que nos sumerjamos en la experiencia de un cine de estupenda factura, donde también nos sentimos protagonistas de lo que sucede en pantalla. En ese sentido, la dirección de los Safdie es brillante. Cada fotograma tiene razón de ser, tiene un color propio, un sentido y un destino. El relato cautiva y como no sabemos bien hacia donde nos lleva, el desafío es dejarnos conducir.

Es realmente sobrecogedor el amor de Connie por su hermano Nick. Este “tipo duro” no duda un instante en poner en peligro su propia vida por intentar ir en su ayuda. Y acá hay un contrasentido muy difícil de dilucidar. ¿Paso por encima de los demás para salvar a mi familia? ¿Cuáles son los límites? La cinta no funciona como una fábula sino que nos interpela directamente. ¿Dónde estamos nosotros si no vemos lo que pasa a nuestro alrededor? Observamos marginalidad todos los días. Cuando caminamos por la calle, en las esquinas, cuando cae la noche y donde menos lo imaginamos. Es carencia material, que es posible visualizar. ¿Y la carencia que no podemos ver a simple vista? Esa marginalidad interior, esa angustia que puede ser aun mas intensa y desoladora? Esta película nos introduce en ella y la actuación de Robert Pattinson, en ese sentido, es realmente sobresaliente.

Ficha técnica

Título original: Good Time
Año: 2017
Duración: 99 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Elara Pictures / Rhea Films. Distribuida por A24
Género: Thriller | Crimen. Cine independiente USA. Robos & Atracos
Guión: Ronald Bronstein, Joshua Safdie
Música: Oneohtrix Point Never
Fotografía: Sean Price Williams
Reparto: Robert Pattinson, Jennifer Jason Leigh, Barkhad Abdi, Cliff Moylan, Phil Cappadora, Souleymane Sy Savane, Buddy Duress, Mahadeo Shivraj, Jibril Goodman, Ratnesh Dubey, Shaun Rey, Laurence Blum, Marcos A. Gonzalez, Tara Lynn Wagner
Directores: Ben Safdie, Joshua Safdie

miércoles, 8 de noviembre de 2017

The Square

La cinta sueca ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2017 resulta difícil y compleja. ¿Por qué? Básicamente, porque es una película que, sin hacer concesiones, es tremendamente perturbadora y por ello resulta cautivante.

Christian -Claes Bang- es director del Museo de arte contemporáneo y mientras prepara "The Square", una especial propuesta valórica de una artista Argentina, debe hacerse cargo de un video promocional diseñado por la agencia a cargo de la difusión mediática que provoca una reacción de tremenda incomodidad en quienes lo ven, ya viralizado en internet. No obstante aquello, circunscribir el relato solo a este escenario sería injusto y limitado. La cinta está conformada por muchas situaciones particulares que, filmadas en unidad y continuidad, son una verdadera exposición audiovisual moderna.

En el análisis, una clave podría estar en el cuadro inicial. Se trata de una entrevista a Cristian realizada por una periodista que intenta despejar algunos confusos conceptos. La respuesta del director es aún más compleja y difusa, sin embargo hay un trasfondo que es importante. Se trata de ¿qué es lo que podríamos denominar arte? Y, claro, no hay una respuesta única, menos si se trata de arte en nuestro mundo contemporáneo, donde las “instalaciones” o “performances” juegan un rol único, particular y en ocasiones bastante contradictorio.

La cinta se nutre de variados criterios. Habla de lo objetivo y lo subjetivo. Enfrenta la censura y la libertad. Contrapone lo absurdo a lo genial y lo práctico a lo creativo. La imaginación del guionista y director Ruben Östlund es expresiva. Entre los variados retratos asistimos al robo de la billetera y celular de Cristian y su extraña reacción. Observamos sus relaciones profesionales, la oculta soledad en que vive y un “affaire interesado”. Presenciamos la relación de Cristian con sus dos hijas en un fin de semana en que él está a cargo de su cuidado. Vemos una brutal “intervención en una Cena de Gala donde un humano-gorila parece trasgredir todo límite aceptable. Caminamos entre el macromundo y el micromundo, desde las súper estructuras sociales a la esencia misma de la persona, en un viaje lleno de impresiones, exaltaciones e incomodidades.

Esta película posee múltiples capas, aun siendo principalmente una cinta lineal, pues el grado de profundidad lo entrega subjetivamente quien la está presenciando. Esto la hace más interesante de analizar que de apreciarla durante la propia exhibición. Y acá hay vasos comunicantes con otras expresiones artísticas como la pintura, la escultura, la escritura y la música por mencionar solo algunas. Recuerdo un ejemplo emblemático de una obra contemporánea para piano. La “performance” consistía en abrir la tapa del piano por un tiempo predefinido y así exponerlo a quienes participaran de esta experiencia. La discusión de si aquello era una obra musical o no, es algo que hasta la fecha tiene admiradores y detractores. A propósito de su música, hay una relación particular con “Cuadros de una exposición” de Modest Músorgski. En dicha obra, un tema central nos permite pasar de una sala a otra en la exposición. En la cinta, este papel podría asimilarse a la reiteración del “Ave Maria” (Bach/Gounod) en versión de Bobby McFerrin y Yo-Yo Ma. Conmueve y cautiva en las ocasiones que acompaña las imágenes, y pasa, en más de una ocasión, a ser también protagonista del cuadro plástico.


“The Square” posee el encanto de su filmación y la incomodidad de su interpelación. Provocativa y tal vez políticamente incorrecta, transcurre en esa incertidumbre propia de las obras inclasificables con una primera lectura. Y en ello, considero, está su mayor valor. No se trata de cualquier transgresión -y aquí adelanto un juicio- sino de la manera como se lleva a cabo dicha transgresión. Ruben Östlund responde a esa delicada ecuación entre fondo y forma que se hace real como expresión artística. Podemos observarla vacía, solo una forma sin demasiado contenido. O por el contrario, podemos descubrir en sus entrañas aquello que cimienta valores y cuestionamientos profundos. No hay una sola mirada y en eso la película es perfecta, porque nos hace transitar entre la profundidad y la levedad en un viaje que también depende de nuestro grado de apertura a todos estos provocativos e incómodos estímulos.

Ficha técnica 

Título original: The Square
Año: 2017
Duración: 142 minutos
País: Suecia
Productora: Plattform Produktion / ARTE France Cinéma / Coproduction Office
Género: Drama
Guión: Ruben Östlund
Fotografía: Fredrik Wenzel
Reparto: Claes Bang, Elisabeth Moss, Dominic West, Terry Notary, Christopher Læssø, Marina Schiptjenko, Elijandro Edouard, Daniel Hallberg, Martin Sööder, Linda Anborg, Emelie Beckius, Peter Diaz, Sarah Giercksky, Jan Lindwall
Director: Ruben Östlund

Asesinato en el Expreso de Oriente

El detective belga Hercules Poirot -Kenneth Branagh- es el centro de este relato. Todo gira en torno suyo en esta adaptación de la magistral novela de Agatha Christie. Su personalidad es extrovertida y extravagante, obsesiva, pulcra y también bastante maniática. Sumemos ahora un extenso viaje en tren, un grupo de particulares pasajeros, crudas inclemencias del tiempo que interrumpen el viaje y un asesinato por resolver, todos ingredientes perfectos para un thriller de género, donde la historia que narra supera su realización.

Kenneth Branagh también dirige esta cinta de 116 minutos. Su trabajo logra caracterizar muy bien a cada uno de los pasajeros del tren que están en manos de un reparto estelar. Penélope Cruz, Willem Dafoe, Judi Dench, Johnny Depp y Michelle Pfeiffer, entre otros, construyen variados personajes, llenos de caricaturas y también ricos en detalles, gestos y formas, que entregan diálogos frescos logrando un interesante -aunque aun así mínimo- contrapunto a la figura del inspector.

Si bien la tensión y la intriga se perciben, se aprecia un menor ritmo y magia de la que entrega el relato original de la escritora inglesa. Es cierto, son lenguajes diferentes, y es ese habitualmente el gran desafío de este tipo de recreaciones. De todas maneras, y a pesar de mostrar algunos ripios en la unión general y fluidez de su trama, “Asesinato en el Expreso de Oriente” se las arregla para salir airosa, entretener, y no caer en los recursos obvios y predecibles de muchas otras películas.

Tal vez el único punto débil del relato es foco excesivo en el personaje de Poirot, que sin duda es la estrella que está llamada a iluminar. Resulta que, según sus mismas palabras, “el mejor detective del mundo”, y que “ve la realidad como debe ser y por ello le resulta tan evidente el error”, se ve enfrentado a un caso que no logra comprender y donde ese “error” no es evidente. Ese personalismo tiende a opacar la fortaleza del guión de Michael Green y la fotografía de Haris Zambarloukos quienes con su trabajo logran configurar en un escenario reducido, un mundo completo y robusto, construido gracias a las sólidas actuaciones de todos sus protagonistas.

Ficha técnica

Título original: Murder on the Orient Express
Año: 2017
Duración: 116 minutos
País: Estados Unidos
Productora: 20th Century Fox / Scott Free / Genre Films / Latina Pictures / The Mark Gordon Company
Género: Intriga. Drama | Crimen
Guión: Michael Green (Novela: Agatha Christie)
Música: Patrick Doyle
Fotografía: Haris Zambarloukos
Reparto: Kenneth Branagh, Penélope Cruz, Willem Dafoe, Judi Dench, Johnny Depp, Michelle Pfeiffer, Daisy Ridley, Josh Gad, Derek Jacobi, Leslie Odom Jr., Lucy Boynton, Sergei Polunin, Tom Bateman, Olivia Colman, Miranda Raison, Marwan Kenzari, Manuel Garcia-Rulfo
Director: Kenneth Branagh

Blade Runner 2049

Esta secuela de la icónica cinta que Ridley Scott realizó en 1982 basándose en la novela de Philip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? editada en 1968, resulta ser toda una experiencia. Esta vez el elegido para construirla es el canadiense Denis Villeneuve, que bien conocemos por sus notables trabajos anteriores (“Sicario”, “La llegada”, entre otros), quien es acompañado por el mismo Scott, esta vez como productor ejecutivo.

Un nuevo Blade Runner, K -Ryan Gosling-, replicante, y agente de la Policía de Los Ángeles, en una misión de rutina descubre algo clave que podría modificar el orden social imperante. Han transcurrido 30 años desde la primera parte y esta pista -los restos de una mujer replicante que murió al dar a luz un hijo- lo lleva a emprender una búsqueda que lo conduce al legendario Rick Deckard -Harrison Ford- de quien se había perdido el rastro durante todos estos años. El guión, muy bien elaborado por cierto, nos presenta a varios personajes que están involucrados con los protagonistas desde diferentes dimensiones. Robin Wright -la teniente Joshi y superior de K- construye un papel elegante y bastante serio (algo similar a la reconocida “Claire Underwood”, eso si). Jared Leto, interpretando a Niander Wallace el poderoso genio creador de los replicantes, personifica al amo y señor de la tecnología, quien decide los destinos de una sociedad ya irreconocible en su forma. Luv -Sylvia Hoeks- representa a la fiel escudera de Wallace y su brazo derecho al momento de hacer todo el trabajo sucio.

En este mundo distópico observamos una estética de devastación, con ciudades destruidas, texturas confusas y relaciones crípticas que dan cuenta de una profunda desolación tanto exterior como interior. El diálogo es escaso y tal vez por ello la fotografía es cautivante y la música resulta ser embriagadora. Hay un eje central en este relato -muy bien construido- y que avanza en forma sólido. Esta centralidad es la búsqueda interior que lleva a cabo el protagonista en base a ciertos lejanos recuerdos, que lo remontan a su propio origen. K, eso si, desconoce si vivió realmente estos recuerdos o le han sido implantados. Esta dualidad es interesantísima, es un cuestionamiento muy íntimo y profundo.

K comparte su vida con Joi -Ana de Armas- un holograma que es tan real que incluso se puede encarnar en cuerpo presente. Los replicantes no tienen sentimientos y tampoco pueden sentir empatía, sin embargo en la relación de Joi con K se percibe mucho de aquello. Sabemos que no es real, al menos en teoría y según la historia, pero la relación entre ambos existe, sin lugar a dudas, y afloran todo tipo de características que podrían perfectamente ser señaladas como “sentimentales”.

Aventurar más detalles de la historia o algunos otros elementos podría restar parte del suspenso al relato. No es una película fácil. Al contrario, y por momentos, el ritmo puede ser tan lento que podría provocar más de alguna incomodidad. Denis Villeneuve, sin embargo, maneja aquello excepcionalmente, sin dejar caer la tensión propia de un relato sólido y bien configurado pues “Blade Runner 2049” es en realidad vivir una experiencia. La música también suele ser un recurso importante para el director. Vangelis compuso la original en 1982 y esta vez el elegido fue el compositor y frecuente colaborador de Villeneuve, Jóhann Jóhannsson, quien no alcanzó a completar el proyecto pues la decisión final del director fue llamar a Hans Zimmer y Benjamin Wallfisch para hacerse cargo de la musicalización. El resultado es una partitura envolvente y descriptiva, que nutre a la cinta de una ambientación perfecta para cada uno de los retratos visuales que contiene.

“Blade Runner 2049” no tenía un camino fácil. La original se transformó en una película de culto. Alabada y criticada, logró sobreponerse a ello y creo a su alrededor toda una generación de seguidores. No sabemos aún si esta segunda parte está a la altura, o más abajo o bien más arriba. Las críticas negativas y las alabanzas son diversas. Al parecer hay quienes la odian y quienes la aman. El arte es así, y no hay mejor medida que cuando una obra produce miradas que son en ocasiones totalmente opuestas. Al menos hay algo en lo que si podemos estar de acuerdo. No produce indiferencia y eso es un valor en sí mismo, por lo que la invitación es a verla y formarse una opinión que sin duda puede ser diferente a lo expresado en estas líneas.

Ficha técnica

Título original: Blade Runner 2049
Año: 2017
Duración: 163 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Warner Bros. / Scott Free Productions / Thunderbird Films / Alcon Entertainment / 16:14 Entertainment / Torridon Films
Género: Ciencia ficción | Cyberpunk. Secuela. Thriller futurista
Guión: Hampton Fancher, Michael Green (Historia: Hampton Fancher; Personajes: Philip K. Dick)
Música: Hans Zimmer, Benjamin Wallfisch
Fotografía: Roger Deakins
Reparto: Ryan Gosling, Harrison Ford, Ana de Armas, Jared Leto, Sylvia Hoeks, Robin Wright, Mackenzie Davis, Carla Juri, Lennie James, Dave Bautista, Barkhad Abdi, David Dastmalchian, Hiam Abbass, Edward James Olmos, Loren Peta, Vilma Szécsi, Elarica Johnson, István Göz
Director: Denis Villeneuve

jueves, 2 de noviembre de 2017

El hijo de Piegrande

Esta película de animación proviene de Bélgica y su estilo y construcción se diferencia bastante de las realizaciones que habitualmente nos llegan desde Estados Unidos. Adam, un tímido adolescente que sufre de buylling en el colegio, se ve de pronto enfrentado a un desafío mayúsculo. Su padre desapareció cuando él era muy pequeño, sin embargo al parecer estaría vivo en medio de la selva. Adam deja atrás a su madre y se sobrepone a los temores para ir en busca de quien resulta ser “Bigfoot”, el Dr. Harrison, quien para proteger a su familia fingió su muerte y vive escondido de una poderosa corporación que quiere obtener su ADN para así hacerse de los súper poderes que permiten, entre otras características, la regeneración vigorosa del cabello.

La cinta tiene un ritmo pausado y la trama se va desplegando en forma bastante natural. No hay un esfuerzo mayor en hacer complejo un guión que es sencillo de seguir y que enfoca su principal característica en la simpatía de Adam en relación con los diversos personajes que va conociendo a través de su aventura. El relato es entretenido hasta al menos dos tercios del metraje, momento en el que va perdiendo tensión y termina diluyéndose hacia el final de la película.

Temas como el buylling de sus compañeros, la abnegada labor de su solitaria madre y la ausencia de la figura paterna, configuran sin duda la personalidad de Adam. Si bien no se profundizan estas temáticas, queda muy clara la intención de contraponer debilidades y vulnerabilidades versus características genéticas especiales que otorgan posibilidades hasta ese momento inexploradas por el protagonista. También la cinta pone de relieve el cómo la lógica empresarial intenta pasar por sobre las personas, en una caricatura sobredimensionada pero que podría ser perfectamente aplicable a ciertas realidades actuales.

En cuanto a la técnica de animación se aprecia sólida y bien lograda. Son tal vez los diálogos los que quedan en un nivel inferior al de los efectos visuales. Además, el poco afortunado doblaje al español (en esta ocasión, mexicano), no ayuda a ponderar un contenido que podría ser quizá un poco más relevante. Aún así, la película entretiene. Hay humor, diversión y aventuras con un pequeño toque de contenido y está muy claro el bien y el mal, algo que ciertamente es vital en una cinta dirigida al público infantil. Y aunque flaquee en su relato, “El hijo de Piegrande” es una interesante opción para los más pequeños, aunque los adultos extrañemos aquellos guiños dedicados a los mayores que presenciamos en las clásicas producciones norteamericanas.

Ficha técnica

Título Original: The Son of Bigfoot 
Cinecolor Films 
Animación, aventuras, comedia 
Bélgica, Francia – 92 minutos 
Fotografía: Jeremy Degruson y Ben Stasen 
Música: Puggy 
Diseño de Prod.: Sylvie Lacoix 
Guionistas: Bob Barlen y Carl Brunker 
Voces originales: Cinda Adams, Bob Barlen, Laila Berzins 
Directores: Jeremy Degruson, Ben Stassen

miércoles, 25 de octubre de 2017

Thor: Ragnarok

Cuando nos referimos al “universo cinematográfico” de Marvel puede que resulte ser una expresión exagerada. Sin embargo, al contener historias mitológicas, aventuras espaciales, extraños planetas y personajes extravagantes, estamos realmente en presencia de una universalidad especial y “Thor: Ragnarok” es una perfecta muestra de aquello pues combina con eficacia todos esos elementos y desarrolla una cinta con un notable nivel de producción artística.

La historia es más simple de lo que parece en esta tercera parte de la trilogía comenzada el 2011. El Dios del Trueno -Chris Hemsworth- ha vuelto a su planeta Asgard donde las cosas han cambiado. Su padre Odin -Anthony Hopkins- predice el “Ragnarok” que es la destrucción total de la civilización a manos de Hela -Cate Blanchett-, la Diosa de la Muerte. Por supuesto su hermano Loki -Tom Hiddleston-, tan voluble como pintoresco, poco ayuda en este desafío que comienza en el planeta Sakaar, donde el Gran Maestro -Jeff Goldblum- organiza combates entre gladiadores donde la estrella principal es nada menos que nuestro conocido Hulk -Mark Ruffalo-.

Taika Waititi conduce una cinta que pone su principal acento en los absurdos y en las bromas constantes entre sus personajes. Todo es divertido, incluso las secuencias de mayor tensión resultan graciosas. Este permanente sentido del humor hace que la cinta fluya y que no se detenga demasiado en la emocionalidad de los protagonistas pues cuando algo puede ser un poco más profundo o dramático, un chiste irrumpe de golpe. Risas y acción por doquier, complementan secuencias de efectos especiales que resultan alucinantes y que son precisos para graficar fielmente el relato.

Una nueva heroina, Valkyrie -Tessa Thompson- se presenta en esta saga y resulta tener muchísima química con Thor. Hay historias ocultas -un pasado trágico y un presente bastante plano y sin mayores pretensiones- en un personaje que ofrece un genial y marcado contrapunto a la relación “Hulk-Thor” que enlaza en forma graciosa y directa con “Los Vengadores”.

“Thor: Ragnarok” funciona muy bien. Sus 130 minutos son entretenidos y sin duda se transforman en un nuevo logro de la familia Marvel. Aun cuando podamos discutir si la emocionalidad es eclipsada por las persistentes bromas, los productores y el director hacen gala de un sólido oficio, dando forma y estructura a una historia ágilmente relatada, con un elenco de lujo y algunas actuaciones que quedarán en la retina, en especial lo conseguido por la estupenda Cate Blanchett y por el desopilante e histriónico Jeff Goldblum.

Ficha técnica

Título original: Thor: Ragnarok
Año: 2017
Duración: 130 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Marvel Entertainment / Marvel Studios / Walt Disney Pictures
Género: Fantástico. Acción. Aventuras | Superhéroes. Cómic. Marvel Comics. Secuela. 3-D
Guión: Eric Pearson (Historia: Craig Kyle, Christopher Yost)
Música: Mark Mothersbaugh
Fotografía: Javier Aguirresarobe
Reparto: Chris Hemsworth, Tom Hiddleston, Cate Blanchett, Anthony Hopkins, Mark Ruffalo, Tessa Thompson, Benedict Cumberbatch, Idris Elba, Jeff Goldblum, Jaimie Alexander, Sam Neill, Ray Stevenson, Tadanobu Asano, Taika Waititi, Karl Urban, Stan Lee
Director: Taika Waititi

Más allá de la montaña

“¿Y si tu vida dependiera de un extraño?” es la frase con la que comienza el trailer promocional y marca la película. Un accidente en avión a gran altura y ambos protagonistas sobreviven. No los están buscando y deben decidir cuidadosamente sus pasos. Ella es impulsiva y él conservador. Un hombre y una mujer cuya principal preocupación es intentar permanecer vivos. Tal vez una historia de este tipo puede ser bastante clásica y por ello uno esperaría que el relato pudiera hacer diferencias. Lamentablemente esto no sucede en “Más allá de la montaña”. Alex -Kate Winslet- y Ben -Idris Elba- están prácticamente toda la cinta actuando solos en pantalla. No es menor el desafío incluso tomando en cuenta su buen nivel actoral. El entorno es realmente maravilloso. Altas montañas cubiertas de nieve y un paisaje que es alucinante. Pero ni siquiera el gran trabajo de fotografía y montaje y el despliegue de la producción es capaz de afirmar un guión que es tan frágil como la avioneta que capota en las nevadas cumbres de Colorado.

Una vez más estamos en presencia de una producción con buenos recursos y que se deshace debido a la debilidad de su fuente narrativa. Las imágenes resultan muy reales. El accidente está filmado en un primer plano que hace nos aferremos a nuestra butaca como si fuéramos también pasajeros. Los abismos inconmensurables observados desde lo alto y los hielos que se hacen trizas también generan tensión, junto a la natural frustración y desolación. Si todo eso funciona bien, ¿qué es lo que falla? No es tanto la trama sino la manera de dar forma al relato. Allí está la mayor debilidad de esta película que no logra convencer ni menos emocionar. Hay muchos detalles que también juegan en contra. Los protagonistas no tienen prácticamente nada de comida y sin embargo en un lapso importante de tiempo los vemos igual, sin siquiera adelgazar. Su piel se va recuperando con el paso del tiempo en vez de ir empeorando bajo las condiciones de extremo frío, un intenso sol y exposición permanente a la nieve. Es decir lo formal tampoco cambia la percepción que podemos hacernos de esta cinta.

“The Mountain Between Us”, su título original, es sin duda más adecuado que la desafortunada traducción que le da su nombre en español y tal vez da cuenta un poco mejor de la única temática que podríamos rescatar desde el fondo del abismo y que tiene que ver con una decisión crucial y sobre la que sin duda puede haber más de una lectura. ¿Quedarse o moverse? ¿Arriesgar o mantenerse? No hay un camino único; es y será siempre discutible. Y esta luz, sin embargo, tampoco es profundizada, desaprovechando a mi modo de ver quizás la única opción existente.

Todo lo que sucede en sus largos 104 minutos es bastante obvio y predecible. Y así sucede, tal como lo vamos adivinando. Es por ello que es tan importante el guión y debemos ser majaderos en ello. Si, la alta montaña y sus paisajes son envolventes. La extrema grandeza de la naturaleza llama a la contemplación. Ante esto, el ser humano es frágil y pequeño. Pero una película debiera ir más allá. Es esencialmente una experiencia emocional, no solo la suma de bellas imágenes contrapuestas a situaciones límite. Para eso está el relato, para dar sustancia y peso dramático a una historia por más simple y conocida (u obvia) que esta sea. Y en este caso, también existe una tremenda montaña que claramente no logra ser superada satisfactoriamente.

Ficha técnica

Título original: The Mountain Between Us
Año: 2017
Duración: 104 minutos
País: Estados Unidos
Productora: 20th Century Fox / Chernin Entertainment
Género: Aventuras. Drama. Romance | Supervivencia. Naturaleza
Guión: Chris Weitz, J. Mills Goodloe (Novela: Charles Martin)
Música: Ramin Djawadi
Fotografía: Mandy Walker
Reparto: Idris Elba, Kate Winslet, Dermot Mulroney, Beau Bridges, Waleed Zuaiter, Lucia Walters, Marci T. House, Lee Majdoub, Tintswalo Khumbuza, Adam Lolacher
Director: Hany Abu-Assad

viernes, 13 de octubre de 2017

Loving Vincent

“Loving Vincent” es una pequeña joya, una obra de arte en su esencia, composición y estética. Se trata de una película animada que tiene una particularidad asombrosa. Está compuesta por 62.450 fotogramas, instantáneas en alta resolución de igual número de pinturas al óleo realizadas por más de 100 artistas, en un trabajo desarrollado en los estudios de Danzica y Wroclaw en Polonia y que tomó en total más de cinco años de trabajo. Gracias a una colaboración polaco-británica y a la titánica tarea de los directores Dorota Kobiela y Hugh Welchman, el filme está basado en cerca de 800 cartas y 120 obras icónicas del gran pintor holandés Vincent Van Gogh.

El relato transcurre un año después de la muerte del artista. Armand Roulin, el hijo del cartero de Van Gogh, viaja a Auvers-sur-Oise con el fin de entregar una carta al hermano del pintor, Theo. Producto de este encargo, Armand va conociendo a diversos personajes que estuvieron cerca, el doctor Paul Gachet, su hija Marguerite y Louise Chevalier, entre otros, cuyos recuerdos van componiendo una trama inquietante sobre sus últimos años y los motivos que pudieron haberlo arrastrado al suicidio. En este camino, y esto es literal, cobran vida propia pinturas como "La noche estrellada", "Terraza de café por la noche", el “Dormitorio de Arlés” y la "Orilla del Oise en Auvers", cuando Roulin conversa con el barquero del pueblo. "El café de medianoche" también aparece cuando el protagonista duerme sobre una mesa al recibir el valioso encargo.

“Loving Vincent” tiene un sobresaliente nivel de producción. No obstante aquello, el guión no alcanza a ser tan profundo. La emotividad y el peso dramático de la cinta está en la reproducción y animación de esa inconfundible realidad post-impresionista del genio y que gracias a la superposición de imágenes -al menos 12 óleos por cada segundo de composición- crea un ambiente y un ritmo mágico y encantador. El colorido es envolvente. Su contrapunto está dado por imágenes en blanco y negro que dan cuenta del pasado, recurso también utilizado como una forma de equilibrar una exposición profusa e intensa a los largos trazos pintados.

Con mucho de pedagogía, bastante de historia y una tendencia marcada hacia una devenida investigación policial -al protagonista no le calzan muchos de los hechos y situaciones previas al suicidio- el metraje fluye a pesar de ciertos tropiezos accidentales en su último tercio. Nada grave, por cierto, ya que no es sencillo combinar una producción monumental, con una filmación base con actores reales, para luego construir, con un trabajo detallista, fino y pulcro, una pieza original que vemos en sus 90 minutos de duración.

Con esta película se presenta una oportunidad única para conocer más a Vincent Van Gogh, para homenajearlo y admirarlo. ¡Qué similitud tiene con otros genios, pienso en Beethoven por ejemplo! ¡Cuánto rechazo y qué difícil les resultaba vivir! Parece ser que las mayores inspiraciones provienen de mundos oscuros, dificultosos y ambientes terribles y desgarradores. El arte se sobrepone a aquello, eleva el alma y permite liberar el espíritu. Hay una conexión indescriptible entre la profunda y precaria humanidad del artista y su extrema genialidad, que es misteriosa y cautivante. Hacer arte sobre arte es un tremendo desafío y esta película lo consigue de manera similar a lo que su título propone, es decir, “Loving Vincent.”

Ficha técnica

Título original: Loving Vincent
Año: 2017
Duración: 90 minutos
País: Reino Unido
Género: Animación. Drama | Pintura. Biográfico
Productora: BreakThru Films
Guión: Jacek Dehnel, Dorota Kobiela, Hugh Welchman
Música: Clint Mansell
Fotografía: Tristan Oliver, Lukasz Zal
Reparto: Animation, Helen McCrory, Saoirse Ronan, Aidan Turner, Eleanor Tomlinson, Chris O'Dowd, Douglas Booth, Jerome Flynn, John Sessions, Holly Earl, Robert Gulaczyk, James Greene, Bill Thomas, Martin Herdman, Josh Burdett, Richard Banks, Shaun Newnham
Directores: Dorota Kobiela, Hugh Welchman

miércoles, 11 de octubre de 2017

Por siempre jóvenes

Esta comedia italiana del año 2016 y que recién llega a nuestra cartelera es una cinta que tiene varias lecturas. La más sencilla y simple es que se trata de una suma de caricaturas, de situaciones obvias y lugares comunes que poco aportan y que no son ninguna novedad. Otra podría estar referida a la sutil forma que tienen los italianos de reírse de sus particularidades, caso en el que sin duda no es de las más hilarantes ni en forma ni estilo. Una tercera va un poco más allá, sin embargo debemos lograr pasar un par de capas primero, para intentar visualizar un fondo más transparente sobre el centro del mensaje, que está recubierto de parodia, burlas y absurdos. Esta tercera, es la que me motiva a escribir estas líneas.

El director Fausto Brizzi compone, a través de un nutrido coro de personajes, una obra que presenta cuatro realidades diferentes que cuentan con un eje común. Diego -Pasquale Petrolo-, famoso DJ de radio, ve amenazada su historia y trayectoria por un joven recién llegado que es furor en redes sociales; Giorgio -Fabrizio Bentivoglio-, un incansable cincuentón con una estupenda novia veinteañera y que sin embargo comienza a serle infiel con su masajista de 48; Angela -Sabrina Ferilli-, quien buscando un amante joven, termina en una fogosa relación con un activo chico de 19 que resulta ser el hijo de su amiga; y Franco -Teo Teocoli-, un fanático de la actividad física que comienza a darse cuenta que el tiempo pasa y que su cuerpo ya no es el mismo. Las parejas con bastante diferencia de edad, la obsolescencia profesional producto del cambio de era y el ascenso de las nuevas generaciones y el inevitable desgaste físico que implica el paso de los años, son tres temáticas que se funden en el día a día de cada uno de los personajes.

Abusando de las caricaturas y confiando mucho en las excelentes actuaciones del elenco, la película es fluida, entretiene y saca algunas carcajadas. ¿Dónde está el conflicto? ¿En las relaciones, infidelidades o recovecos entrelazados en las historias? Pues no, allí no está. El conflicto es interno, está en cada uno de los personajes mayores y en la vida que están viviendo. Parece que no quieren aceptar el paso del tiempo. Pero, ¿de verdad no quieren renunciar a ser jóvenes? Por allí tenemos una luz que indica que existe una capa más profunda que tiene que ver con el lugar que vamos ocupando -o debemos ocupar- de acuerdo a lo que somos, a lo que dicta nuestro entorno y a la suma de los años de experiencia que vamos recogiendo.

Y hay algo más, al menos dos temas que se esbozan sin alcanzar el protagonismo de las principales historias. El primero, la visión de los jóvenes veinteañeros enamorados de sus parejas maduras que podrían ser su papá o su mamá. El asunto no es menor, porque no se puede observar solo desde la persona mayor que busca juventud sino también se debe mirar desde la juventud que se siente atraída por una figura mayor. El segundo es la sub historia de la hija de Franco, Marta y su marido Lorenzo. Ella, es la cellista solista de la Orquesta de la ciudad y él un remolón segundo violín. Subyace acá otra arista interesante que es otra diferencia, en este caso no de edad sino profesional, de esfuerzo y compromiso, de éxito y mediocridad. Algo de la estable zona de confort y el incómodo desafío de lo desconocido. ¿Eje común? La frustración. Porque sin duda la no aceptación de algunos aspectos de la vida puede ser tan dañino como la permanente obsesión de no envejecer o de ser siempre exitoso.

“Forever Young”, su título original que hace referencia a la famosa canción, es una película que debería impulsarnos a reflexionar, siempre en tono de comedia, sobre varios aspectos de la vida real que tarde o temprano nos puede tocar enfrentar. No le pidamos más a esta cinta que cumple su cometido y eso es bastante. A la “italiana” podemos acoger el desafío o dejarlo pasar. En tiempos veloces, de comunicación instantánea y de constantes bombardeos de información mediática, a veces bien vale parar un momento para tomar conciencia donde estamos antes de seguir el camino. Lo que está claro es que posiblemente siempre seremos jóvenes dentro de un cuerpo que va cambiando y que no solo acumulamos años sino también vivencias y aquello también vale.

Ficha técnica

Título original :Forever Young
Año: 2016
Duración: 95 minutos
País: Italia
Productora: Wildside
Género: Comedia
Guión: Fausto Brizzi, Edoardo Maria Falcone, Marco Martani
Música: Bruno Zambrini
Fotografía: Marcello Montarsi
Reparto: Sabrina Ferilli, Luisa Ranieri, Fabrizio Bentivoglio, Teo Teocoli, Pasquale Petrolo, Claudia Zanella, Nino Frassica, Stefano Fresi, Lorenza Indovina, Emanuel Caserio, Pilar Fogliati
Director: Fausto Brizzi

Asesino: misión venganza

Luego de bastante tiempo llega al cine un thriller de acción que contiene elementos para ser taquillero. Mitch Rapp -Dylan O'Brien- es reclutado por un grupo de operaciones especiales de la CIA que está a cargo de Stan Hurley -Michael Keaton-, un ex marine duro y experimentado. A Rapp lo mueve la venganza. Su prometida fue asesinada en un masivo ataque terrorista en las costas de España del que pocos sobrevivieron. Por ello, el foco y la obsesión de este joven es acabar con todos los terroristas, sin medir consecuencias. Primero se entrena solo, se infiltra hasta la médula de una célula y se enfrenta a uno de sus líderes, frente a frente. Luego, bajo las órdenes de Hurley, pasa las más duras pruebas y adquiere más convicción para llevar a cabo su misión. Sin embargo, Mitch Rapp tiene un gran defecto: es muy poco dado a seguir instrucciones, lo que lo hace impredecible y también vulnerable.

La cinta tiene un ritmo constante, la historia está bien narrada, presenta con calma a sus personajes y entrega un ambiente de permanente tensión. El guion basado en la novela de Vince Flynn funciona, es descriptivo y cumple con lo requerido sin dar tregua. Es cierto, a una película de este tipo no se le pide mucho más que entretener, y realmente eso cuesta bastante en estos días, donde el exceso de acción va directamente en proporción a la ausencia de una buena historia. Y “American Assassin” lo consigue.

El director Michael Cuesta compone los 111 minutos de metraje con bastante fluidez. Gran parte del peso del filme se lo llevan los dos protagonistas en una relación mentor-discípulo que funciona bastante bien. Sin duda hay vacíos en la historia que se desprenden de la adaptación de la novela. Sin conocerla podemos presumir que hay varias situaciones que el libro debe describir mejor y que una cinta de este tipo no puede ni siquiera contener. Imaginarse los sucesos relatados posiblemente supere la ficción que vemos en pantalla, pero si no conocemos la historia y nos dejamos conducir, el resultado puede ser mejor de lo previsto.

“American Assassin” merece un espacio y una oportunidad, no por ser una gran película que debamos ver, sino porque es correcta y cumple su expectativa. Ahora bien, es cierto que es una cinta como muchas que hemos visto y posiblemente veremos sobre terrorismo, venganza y amenazas nucleares. También sobre el durísimo entrenamiento de los grupos de élite y las diversas motivaciones que existen para integrarlos. Hasta allí no hay novedad. Sin embargo en un momento de escasa originalidad bien vale encontrarse con productos que al menos superan un poco la media.

Ficha técnica

Título original: American Assassin
Año: 2017
Duración: 111 minutos
País: Estados Unidos
Género: Acción. Thriller
Productora: CBS Films / Di Bonaventura Pictures / Lionsgate / Nick Wechsler Productions
Guión: Stephen Schiff (Novela: Vince Flynn)
Fotografía: Enrique Chediak
Actores: Dylan O'Brien, Michael Keaton, Taylor Kitsch, Sanaa Lathan, Scott Adkins, Shiva Negar, Trevor White, Mohammad Bakri, Alaa Safi, Tolga Safer, Aso Sherabayani, Gioacchino Jim Cuffaro
Director: Michael Cuesta