Cuando nos referimos al “universo cinematográfico” de Marvel puede que resulte ser una expresión exagerada. Sin embargo, al contener historias mitológicas, aventuras espaciales, extraños planetas y personajes extravagantes, estamos realmente en presencia de una universalidad especial y “Thor: Ragnarok” es una perfecta muestra de aquello pues combina con eficacia todos esos elementos y desarrolla una cinta con un notable nivel de producción artística.
La historia es más simple de lo que parece en esta tercera parte de la trilogía comenzada el 2011. El Dios del Trueno -Chris Hemsworth- ha vuelto a su planeta Asgard donde las cosas han cambiado. Su padre Odin -Anthony Hopkins- predice el “Ragnarok” que es la destrucción total de la civilización a manos de Hela -Cate Blanchett-, la Diosa de la Muerte. Por supuesto su hermano Loki -Tom Hiddleston-, tan voluble como pintoresco, poco ayuda en este desafío que comienza en el planeta Sakaar, donde el Gran Maestro -Jeff Goldblum- organiza combates entre gladiadores donde la estrella principal es nada menos que nuestro conocido Hulk -Mark Ruffalo-.
Taika Waititi conduce una cinta que pone su principal acento en los absurdos y en las bromas constantes entre sus personajes. Todo es divertido, incluso las secuencias de mayor tensión resultan graciosas. Este permanente sentido del humor hace que la cinta fluya y que no se detenga demasiado en la emocionalidad de los protagonistas pues cuando algo puede ser un poco más profundo o dramático, un chiste irrumpe de golpe. Risas y acción por doquier, complementan secuencias de efectos especiales que resultan alucinantes y que son precisos para graficar fielmente el relato.
Una nueva heroina, Valkyrie -Tessa Thompson- se presenta en esta saga y resulta tener muchísima química con Thor. Hay historias ocultas -un pasado trágico y un presente bastante plano y sin mayores pretensiones- en un personaje que ofrece un genial y marcado contrapunto a la relación “Hulk-Thor” que enlaza en forma graciosa y directa con “Los Vengadores”.
“Thor: Ragnarok” funciona muy bien. Sus 130 minutos son entretenidos y sin duda se transforman en un nuevo logro de la familia Marvel. Aun cuando podamos discutir si la emocionalidad es eclipsada por las persistentes bromas, los productores y el director hacen gala de un sólido oficio, dando forma y estructura a una historia ágilmente relatada, con un elenco de lujo y algunas actuaciones que quedarán en la retina, en especial lo conseguido por la estupenda Cate Blanchett y por el desopilante e histriónico Jeff Goldblum.
Ficha técnica
Título original: Thor: Ragnarok
Año: 2017
Duración: 130 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Marvel Entertainment / Marvel Studios / Walt Disney Pictures
Género: Fantástico. Acción. Aventuras | Superhéroes. Cómic. Marvel Comics. Secuela. 3-D
Guión: Eric Pearson (Historia: Craig Kyle, Christopher Yost)
Música: Mark Mothersbaugh
Fotografía: Javier Aguirresarobe
Reparto: Chris Hemsworth, Tom Hiddleston, Cate Blanchett, Anthony Hopkins, Mark Ruffalo, Tessa Thompson, Benedict Cumberbatch, Idris Elba, Jeff Goldblum, Jaimie Alexander, Sam Neill, Ray Stevenson, Tadanobu Asano, Taika Waititi, Karl Urban, Stan Lee
Director: Taika Waititi
miércoles, 25 de octubre de 2017
Más allá de la montaña
“¿Y si tu vida dependiera de un extraño?” es la frase con la que comienza el trailer promocional y marca la película. Un accidente en avión a gran altura y ambos protagonistas sobreviven. No los están buscando y deben decidir cuidadosamente sus pasos. Ella es impulsiva y él conservador. Un hombre y una mujer cuya principal preocupación es intentar permanecer vivos. Tal vez una historia de este tipo puede ser bastante clásica y por ello uno esperaría que el relato pudiera hacer diferencias. Lamentablemente esto no sucede en “Más allá de la montaña”. Alex -Kate Winslet- y Ben -Idris Elba- están prácticamente toda la cinta actuando solos en pantalla. No es menor el desafío incluso tomando en cuenta su buen nivel actoral. El entorno es realmente maravilloso. Altas montañas cubiertas de nieve y un paisaje que es alucinante. Pero ni siquiera el gran trabajo de fotografía y montaje y el despliegue de la producción es capaz de afirmar un guión que es tan frágil como la avioneta que capota en las nevadas cumbres de Colorado.
Una vez más estamos en presencia de una producción con buenos recursos y que se deshace debido a la debilidad de su fuente narrativa. Las imágenes resultan muy reales. El accidente está filmado en un primer plano que hace nos aferremos a nuestra butaca como si fuéramos también pasajeros. Los abismos inconmensurables observados desde lo alto y los hielos que se hacen trizas también generan tensión, junto a la natural frustración y desolación. Si todo eso funciona bien, ¿qué es lo que falla? No es tanto la trama sino la manera de dar forma al relato. Allí está la mayor debilidad de esta película que no logra convencer ni menos emocionar. Hay muchos detalles que también juegan en contra. Los protagonistas no tienen prácticamente nada de comida y sin embargo en un lapso importante de tiempo los vemos igual, sin siquiera adelgazar. Su piel se va recuperando con el paso del tiempo en vez de ir empeorando bajo las condiciones de extremo frío, un intenso sol y exposición permanente a la nieve. Es decir lo formal tampoco cambia la percepción que podemos hacernos de esta cinta.
“The Mountain Between Us”, su título original, es sin duda más adecuado que la desafortunada traducción que le da su nombre en español y tal vez da cuenta un poco mejor de la única temática que podríamos rescatar desde el fondo del abismo y que tiene que ver con una decisión crucial y sobre la que sin duda puede haber más de una lectura. ¿Quedarse o moverse? ¿Arriesgar o mantenerse? No hay un camino único; es y será siempre discutible. Y esta luz, sin embargo, tampoco es profundizada, desaprovechando a mi modo de ver quizás la única opción existente.
Todo lo que sucede en sus largos 104 minutos es bastante obvio y predecible. Y así sucede, tal como lo vamos adivinando. Es por ello que es tan importante el guión y debemos ser majaderos en ello. Si, la alta montaña y sus paisajes son envolventes. La extrema grandeza de la naturaleza llama a la contemplación. Ante esto, el ser humano es frágil y pequeño. Pero una película debiera ir más allá. Es esencialmente una experiencia emocional, no solo la suma de bellas imágenes contrapuestas a situaciones límite. Para eso está el relato, para dar sustancia y peso dramático a una historia por más simple y conocida (u obvia) que esta sea. Y en este caso, también existe una tremenda montaña que claramente no logra ser superada satisfactoriamente.
Ficha técnica
Título original: The Mountain Between Us
Año: 2017
Duración: 104 minutos
País: Estados Unidos
Productora: 20th Century Fox / Chernin Entertainment
Género: Aventuras. Drama. Romance | Supervivencia. Naturaleza
Guión: Chris Weitz, J. Mills Goodloe (Novela: Charles Martin)
Música: Ramin Djawadi
Fotografía: Mandy Walker
Reparto: Idris Elba, Kate Winslet, Dermot Mulroney, Beau Bridges, Waleed Zuaiter, Lucia Walters, Marci T. House, Lee Majdoub, Tintswalo Khumbuza, Adam Lolacher
Director: Hany Abu-Assad
Una vez más estamos en presencia de una producción con buenos recursos y que se deshace debido a la debilidad de su fuente narrativa. Las imágenes resultan muy reales. El accidente está filmado en un primer plano que hace nos aferremos a nuestra butaca como si fuéramos también pasajeros. Los abismos inconmensurables observados desde lo alto y los hielos que se hacen trizas también generan tensión, junto a la natural frustración y desolación. Si todo eso funciona bien, ¿qué es lo que falla? No es tanto la trama sino la manera de dar forma al relato. Allí está la mayor debilidad de esta película que no logra convencer ni menos emocionar. Hay muchos detalles que también juegan en contra. Los protagonistas no tienen prácticamente nada de comida y sin embargo en un lapso importante de tiempo los vemos igual, sin siquiera adelgazar. Su piel se va recuperando con el paso del tiempo en vez de ir empeorando bajo las condiciones de extremo frío, un intenso sol y exposición permanente a la nieve. Es decir lo formal tampoco cambia la percepción que podemos hacernos de esta cinta.
“The Mountain Between Us”, su título original, es sin duda más adecuado que la desafortunada traducción que le da su nombre en español y tal vez da cuenta un poco mejor de la única temática que podríamos rescatar desde el fondo del abismo y que tiene que ver con una decisión crucial y sobre la que sin duda puede haber más de una lectura. ¿Quedarse o moverse? ¿Arriesgar o mantenerse? No hay un camino único; es y será siempre discutible. Y esta luz, sin embargo, tampoco es profundizada, desaprovechando a mi modo de ver quizás la única opción existente.
Todo lo que sucede en sus largos 104 minutos es bastante obvio y predecible. Y así sucede, tal como lo vamos adivinando. Es por ello que es tan importante el guión y debemos ser majaderos en ello. Si, la alta montaña y sus paisajes son envolventes. La extrema grandeza de la naturaleza llama a la contemplación. Ante esto, el ser humano es frágil y pequeño. Pero una película debiera ir más allá. Es esencialmente una experiencia emocional, no solo la suma de bellas imágenes contrapuestas a situaciones límite. Para eso está el relato, para dar sustancia y peso dramático a una historia por más simple y conocida (u obvia) que esta sea. Y en este caso, también existe una tremenda montaña que claramente no logra ser superada satisfactoriamente.
Ficha técnica
Título original: The Mountain Between Us
Año: 2017
Duración: 104 minutos
País: Estados Unidos
Productora: 20th Century Fox / Chernin Entertainment
Género: Aventuras. Drama. Romance | Supervivencia. Naturaleza
Guión: Chris Weitz, J. Mills Goodloe (Novela: Charles Martin)
Música: Ramin Djawadi
Fotografía: Mandy Walker
Reparto: Idris Elba, Kate Winslet, Dermot Mulroney, Beau Bridges, Waleed Zuaiter, Lucia Walters, Marci T. House, Lee Majdoub, Tintswalo Khumbuza, Adam Lolacher
Director: Hany Abu-Assad
viernes, 13 de octubre de 2017
Loving Vincent
“Loving Vincent” es una pequeña joya, una obra de arte en su esencia, composición y estética. Se trata de una película animada que tiene una particularidad asombrosa. Está compuesta por 62.450 fotogramas, instantáneas en alta resolución de igual número de pinturas al óleo realizadas por más de 100 artistas, en un trabajo desarrollado en los estudios de Danzica y Wroclaw en Polonia y que tomó en total más de cinco años de trabajo. Gracias a una colaboración polaco-británica y a la titánica tarea de los directores Dorota Kobiela y Hugh Welchman, el filme está basado en cerca de 800 cartas y 120 obras icónicas del gran pintor holandés Vincent Van Gogh.
El relato transcurre un año después de la muerte del artista. Armand Roulin, el hijo del cartero de Van Gogh, viaja a Auvers-sur-Oise con el fin de entregar una carta al hermano del pintor, Theo. Producto de este encargo, Armand va conociendo a diversos personajes que estuvieron cerca, el doctor Paul Gachet, su hija Marguerite y Louise Chevalier, entre otros, cuyos recuerdos van componiendo una trama inquietante sobre sus últimos años y los motivos que pudieron haberlo arrastrado al suicidio. En este camino, y esto es literal, cobran vida propia pinturas como "La noche estrellada", "Terraza de café por la noche", el “Dormitorio de Arlés” y la "Orilla del Oise en Auvers", cuando Roulin conversa con el barquero del pueblo. "El café de medianoche" también aparece cuando el protagonista duerme sobre una mesa al recibir el valioso encargo.
“Loving Vincent” tiene un sobresaliente nivel de producción. No obstante aquello, el guión no alcanza a ser tan profundo. La emotividad y el peso dramático de la cinta está en la reproducción y animación de esa inconfundible realidad post-impresionista del genio y que gracias a la superposición de imágenes -al menos 12 óleos por cada segundo de composición- crea un ambiente y un ritmo mágico y encantador. El colorido es envolvente. Su contrapunto está dado por imágenes en blanco y negro que dan cuenta del pasado, recurso también utilizado como una forma de equilibrar una exposición profusa e intensa a los largos trazos pintados.
Con mucho de pedagogía, bastante de historia y una tendencia marcada hacia una devenida investigación policial -al protagonista no le calzan muchos de los hechos y situaciones previas al suicidio- el metraje fluye a pesar de ciertos tropiezos accidentales en su último tercio. Nada grave, por cierto, ya que no es sencillo combinar una producción monumental, con una filmación base con actores reales, para luego construir, con un trabajo detallista, fino y pulcro, una pieza original que vemos en sus 90 minutos de duración.
Con esta película se presenta una oportunidad única para conocer más a Vincent Van Gogh, para homenajearlo y admirarlo. ¡Qué similitud tiene con otros genios, pienso en Beethoven por ejemplo! ¡Cuánto rechazo y qué difícil les resultaba vivir! Parece ser que las mayores inspiraciones provienen de mundos oscuros, dificultosos y ambientes terribles y desgarradores. El arte se sobrepone a aquello, eleva el alma y permite liberar el espíritu. Hay una conexión indescriptible entre la profunda y precaria humanidad del artista y su extrema genialidad, que es misteriosa y cautivante. Hacer arte sobre arte es un tremendo desafío y esta película lo consigue de manera similar a lo que su título propone, es decir, “Loving Vincent.”
Ficha técnica
Título original: Loving Vincent
Año: 2017
Duración: 90 minutos
País: Reino Unido
Género: Animación. Drama | Pintura. Biográfico
Productora: BreakThru Films
Guión: Jacek Dehnel, Dorota Kobiela, Hugh Welchman
Música: Clint Mansell
Fotografía: Tristan Oliver, Lukasz Zal
Reparto: Animation, Helen McCrory, Saoirse Ronan, Aidan Turner, Eleanor Tomlinson, Chris O'Dowd, Douglas Booth, Jerome Flynn, John Sessions, Holly Earl, Robert Gulaczyk, James Greene, Bill Thomas, Martin Herdman, Josh Burdett, Richard Banks, Shaun Newnham
Directores: Dorota Kobiela, Hugh Welchman
El relato transcurre un año después de la muerte del artista. Armand Roulin, el hijo del cartero de Van Gogh, viaja a Auvers-sur-Oise con el fin de entregar una carta al hermano del pintor, Theo. Producto de este encargo, Armand va conociendo a diversos personajes que estuvieron cerca, el doctor Paul Gachet, su hija Marguerite y Louise Chevalier, entre otros, cuyos recuerdos van componiendo una trama inquietante sobre sus últimos años y los motivos que pudieron haberlo arrastrado al suicidio. En este camino, y esto es literal, cobran vida propia pinturas como "La noche estrellada", "Terraza de café por la noche", el “Dormitorio de Arlés” y la "Orilla del Oise en Auvers", cuando Roulin conversa con el barquero del pueblo. "El café de medianoche" también aparece cuando el protagonista duerme sobre una mesa al recibir el valioso encargo.
“Loving Vincent” tiene un sobresaliente nivel de producción. No obstante aquello, el guión no alcanza a ser tan profundo. La emotividad y el peso dramático de la cinta está en la reproducción y animación de esa inconfundible realidad post-impresionista del genio y que gracias a la superposición de imágenes -al menos 12 óleos por cada segundo de composición- crea un ambiente y un ritmo mágico y encantador. El colorido es envolvente. Su contrapunto está dado por imágenes en blanco y negro que dan cuenta del pasado, recurso también utilizado como una forma de equilibrar una exposición profusa e intensa a los largos trazos pintados.
Con mucho de pedagogía, bastante de historia y una tendencia marcada hacia una devenida investigación policial -al protagonista no le calzan muchos de los hechos y situaciones previas al suicidio- el metraje fluye a pesar de ciertos tropiezos accidentales en su último tercio. Nada grave, por cierto, ya que no es sencillo combinar una producción monumental, con una filmación base con actores reales, para luego construir, con un trabajo detallista, fino y pulcro, una pieza original que vemos en sus 90 minutos de duración.
Con esta película se presenta una oportunidad única para conocer más a Vincent Van Gogh, para homenajearlo y admirarlo. ¡Qué similitud tiene con otros genios, pienso en Beethoven por ejemplo! ¡Cuánto rechazo y qué difícil les resultaba vivir! Parece ser que las mayores inspiraciones provienen de mundos oscuros, dificultosos y ambientes terribles y desgarradores. El arte se sobrepone a aquello, eleva el alma y permite liberar el espíritu. Hay una conexión indescriptible entre la profunda y precaria humanidad del artista y su extrema genialidad, que es misteriosa y cautivante. Hacer arte sobre arte es un tremendo desafío y esta película lo consigue de manera similar a lo que su título propone, es decir, “Loving Vincent.”
Ficha técnica
Título original: Loving Vincent
Año: 2017
Duración: 90 minutos
País: Reino Unido
Género: Animación. Drama | Pintura. Biográfico
Productora: BreakThru Films
Guión: Jacek Dehnel, Dorota Kobiela, Hugh Welchman
Música: Clint Mansell
Fotografía: Tristan Oliver, Lukasz Zal
Reparto: Animation, Helen McCrory, Saoirse Ronan, Aidan Turner, Eleanor Tomlinson, Chris O'Dowd, Douglas Booth, Jerome Flynn, John Sessions, Holly Earl, Robert Gulaczyk, James Greene, Bill Thomas, Martin Herdman, Josh Burdett, Richard Banks, Shaun Newnham
Directores: Dorota Kobiela, Hugh Welchman
miércoles, 11 de octubre de 2017
Por siempre jóvenes
Esta comedia italiana del año 2016 y que recién llega a nuestra cartelera es una cinta que tiene varias lecturas. La más sencilla y simple es que se trata de una suma de caricaturas, de situaciones obvias y lugares comunes que poco aportan y que no son ninguna novedad. Otra podría estar referida a la sutil forma que tienen los italianos de reírse de sus particularidades, caso en el que sin duda no es de las más hilarantes ni en forma ni estilo. Una tercera va un poco más allá, sin embargo debemos lograr pasar un par de capas primero, para intentar visualizar un fondo más transparente sobre el centro del mensaje, que está recubierto de parodia, burlas y absurdos. Esta tercera, es la que me motiva a escribir estas líneas.
El director Fausto Brizzi compone, a través de un nutrido coro de personajes, una obra que presenta cuatro realidades diferentes que cuentan con un eje común. Diego -Pasquale Petrolo-, famoso DJ de radio, ve amenazada su historia y trayectoria por un joven recién llegado que es furor en redes sociales; Giorgio -Fabrizio Bentivoglio-, un incansable cincuentón con una estupenda novia veinteañera y que sin embargo comienza a serle infiel con su masajista de 48; Angela -Sabrina Ferilli-, quien buscando un amante joven, termina en una fogosa relación con un activo chico de 19 que resulta ser el hijo de su amiga; y Franco -Teo Teocoli-, un fanático de la actividad física que comienza a darse cuenta que el tiempo pasa y que su cuerpo ya no es el mismo. Las parejas con bastante diferencia de edad, la obsolescencia profesional producto del cambio de era y el ascenso de las nuevas generaciones y el inevitable desgaste físico que implica el paso de los años, son tres temáticas que se funden en el día a día de cada uno de los personajes.
Abusando de las caricaturas y confiando mucho en las excelentes actuaciones del elenco, la película es fluida, entretiene y saca algunas carcajadas. ¿Dónde está el conflicto? ¿En las relaciones, infidelidades o recovecos entrelazados en las historias? Pues no, allí no está. El conflicto es interno, está en cada uno de los personajes mayores y en la vida que están viviendo. Parece que no quieren aceptar el paso del tiempo. Pero, ¿de verdad no quieren renunciar a ser jóvenes? Por allí tenemos una luz que indica que existe una capa más profunda que tiene que ver con el lugar que vamos ocupando -o debemos ocupar- de acuerdo a lo que somos, a lo que dicta nuestro entorno y a la suma de los años de experiencia que vamos recogiendo.
Y hay algo más, al menos dos temas que se esbozan sin alcanzar el protagonismo de las principales historias. El primero, la visión de los jóvenes veinteañeros enamorados de sus parejas maduras que podrían ser su papá o su mamá. El asunto no es menor, porque no se puede observar solo desde la persona mayor que busca juventud sino también se debe mirar desde la juventud que se siente atraída por una figura mayor. El segundo es la sub historia de la hija de Franco, Marta y su marido Lorenzo. Ella, es la cellista solista de la Orquesta de la ciudad y él un remolón segundo violín. Subyace acá otra arista interesante que es otra diferencia, en este caso no de edad sino profesional, de esfuerzo y compromiso, de éxito y mediocridad. Algo de la estable zona de confort y el incómodo desafío de lo desconocido. ¿Eje común? La frustración. Porque sin duda la no aceptación de algunos aspectos de la vida puede ser tan dañino como la permanente obsesión de no envejecer o de ser siempre exitoso.
“Forever Young”, su título original que hace referencia a la famosa canción, es una película que debería impulsarnos a reflexionar, siempre en tono de comedia, sobre varios aspectos de la vida real que tarde o temprano nos puede tocar enfrentar. No le pidamos más a esta cinta que cumple su cometido y eso es bastante. A la “italiana” podemos acoger el desafío o dejarlo pasar. En tiempos veloces, de comunicación instantánea y de constantes bombardeos de información mediática, a veces bien vale parar un momento para tomar conciencia donde estamos antes de seguir el camino. Lo que está claro es que posiblemente siempre seremos jóvenes dentro de un cuerpo que va cambiando y que no solo acumulamos años sino también vivencias y aquello también vale.
Ficha técnica
Título original :Forever Young
Año: 2016
Duración: 95 minutos
País: Italia
Productora: Wildside
Género: Comedia
Guión: Fausto Brizzi, Edoardo Maria Falcone, Marco Martani
Música: Bruno Zambrini
Fotografía: Marcello Montarsi
Reparto: Sabrina Ferilli, Luisa Ranieri, Fabrizio Bentivoglio, Teo Teocoli, Pasquale Petrolo, Claudia Zanella, Nino Frassica, Stefano Fresi, Lorenza Indovina, Emanuel Caserio, Pilar Fogliati
Director: Fausto Brizzi
El director Fausto Brizzi compone, a través de un nutrido coro de personajes, una obra que presenta cuatro realidades diferentes que cuentan con un eje común. Diego -Pasquale Petrolo-, famoso DJ de radio, ve amenazada su historia y trayectoria por un joven recién llegado que es furor en redes sociales; Giorgio -Fabrizio Bentivoglio-, un incansable cincuentón con una estupenda novia veinteañera y que sin embargo comienza a serle infiel con su masajista de 48; Angela -Sabrina Ferilli-, quien buscando un amante joven, termina en una fogosa relación con un activo chico de 19 que resulta ser el hijo de su amiga; y Franco -Teo Teocoli-, un fanático de la actividad física que comienza a darse cuenta que el tiempo pasa y que su cuerpo ya no es el mismo. Las parejas con bastante diferencia de edad, la obsolescencia profesional producto del cambio de era y el ascenso de las nuevas generaciones y el inevitable desgaste físico que implica el paso de los años, son tres temáticas que se funden en el día a día de cada uno de los personajes.
Abusando de las caricaturas y confiando mucho en las excelentes actuaciones del elenco, la película es fluida, entretiene y saca algunas carcajadas. ¿Dónde está el conflicto? ¿En las relaciones, infidelidades o recovecos entrelazados en las historias? Pues no, allí no está. El conflicto es interno, está en cada uno de los personajes mayores y en la vida que están viviendo. Parece que no quieren aceptar el paso del tiempo. Pero, ¿de verdad no quieren renunciar a ser jóvenes? Por allí tenemos una luz que indica que existe una capa más profunda que tiene que ver con el lugar que vamos ocupando -o debemos ocupar- de acuerdo a lo que somos, a lo que dicta nuestro entorno y a la suma de los años de experiencia que vamos recogiendo.
Y hay algo más, al menos dos temas que se esbozan sin alcanzar el protagonismo de las principales historias. El primero, la visión de los jóvenes veinteañeros enamorados de sus parejas maduras que podrían ser su papá o su mamá. El asunto no es menor, porque no se puede observar solo desde la persona mayor que busca juventud sino también se debe mirar desde la juventud que se siente atraída por una figura mayor. El segundo es la sub historia de la hija de Franco, Marta y su marido Lorenzo. Ella, es la cellista solista de la Orquesta de la ciudad y él un remolón segundo violín. Subyace acá otra arista interesante que es otra diferencia, en este caso no de edad sino profesional, de esfuerzo y compromiso, de éxito y mediocridad. Algo de la estable zona de confort y el incómodo desafío de lo desconocido. ¿Eje común? La frustración. Porque sin duda la no aceptación de algunos aspectos de la vida puede ser tan dañino como la permanente obsesión de no envejecer o de ser siempre exitoso.
“Forever Young”, su título original que hace referencia a la famosa canción, es una película que debería impulsarnos a reflexionar, siempre en tono de comedia, sobre varios aspectos de la vida real que tarde o temprano nos puede tocar enfrentar. No le pidamos más a esta cinta que cumple su cometido y eso es bastante. A la “italiana” podemos acoger el desafío o dejarlo pasar. En tiempos veloces, de comunicación instantánea y de constantes bombardeos de información mediática, a veces bien vale parar un momento para tomar conciencia donde estamos antes de seguir el camino. Lo que está claro es que posiblemente siempre seremos jóvenes dentro de un cuerpo que va cambiando y que no solo acumulamos años sino también vivencias y aquello también vale.
Ficha técnica
Título original :Forever Young
Año: 2016
Duración: 95 minutos
País: Italia
Productora: Wildside
Género: Comedia
Guión: Fausto Brizzi, Edoardo Maria Falcone, Marco Martani
Música: Bruno Zambrini
Fotografía: Marcello Montarsi
Reparto: Sabrina Ferilli, Luisa Ranieri, Fabrizio Bentivoglio, Teo Teocoli, Pasquale Petrolo, Claudia Zanella, Nino Frassica, Stefano Fresi, Lorenza Indovina, Emanuel Caserio, Pilar Fogliati
Director: Fausto Brizzi
Asesino: misión venganza
Luego de bastante tiempo llega al cine un thriller de acción que contiene elementos para ser taquillero. Mitch Rapp -Dylan O'Brien- es reclutado por un grupo de operaciones especiales de la CIA que está a cargo de Stan Hurley -Michael Keaton-, un ex marine duro y experimentado. A Rapp lo mueve la venganza. Su prometida fue asesinada en un masivo ataque terrorista en las costas de España del que pocos sobrevivieron. Por ello, el foco y la obsesión de este joven es acabar con todos los terroristas, sin medir consecuencias. Primero se entrena solo, se infiltra hasta la médula de una célula y se enfrenta a uno de sus líderes, frente a frente. Luego, bajo las órdenes de Hurley, pasa las más duras pruebas y adquiere más convicción para llevar a cabo su misión. Sin embargo, Mitch Rapp tiene un gran defecto: es muy poco dado a seguir instrucciones, lo que lo hace impredecible y también vulnerable.
La cinta tiene un ritmo constante, la historia está bien narrada, presenta con calma a sus personajes y entrega un ambiente de permanente tensión. El guion basado en la novela de Vince Flynn funciona, es descriptivo y cumple con lo requerido sin dar tregua. Es cierto, a una película de este tipo no se le pide mucho más que entretener, y realmente eso cuesta bastante en estos días, donde el exceso de acción va directamente en proporción a la ausencia de una buena historia. Y “American Assassin” lo consigue.
El director Michael Cuesta compone los 111 minutos de metraje con bastante fluidez. Gran parte del peso del filme se lo llevan los dos protagonistas en una relación mentor-discípulo que funciona bastante bien. Sin duda hay vacíos en la historia que se desprenden de la adaptación de la novela. Sin conocerla podemos presumir que hay varias situaciones que el libro debe describir mejor y que una cinta de este tipo no puede ni siquiera contener. Imaginarse los sucesos relatados posiblemente supere la ficción que vemos en pantalla, pero si no conocemos la historia y nos dejamos conducir, el resultado puede ser mejor de lo previsto.
“American Assassin” merece un espacio y una oportunidad, no por ser una gran película que debamos ver, sino porque es correcta y cumple su expectativa. Ahora bien, es cierto que es una cinta como muchas que hemos visto y posiblemente veremos sobre terrorismo, venganza y amenazas nucleares. También sobre el durísimo entrenamiento de los grupos de élite y las diversas motivaciones que existen para integrarlos. Hasta allí no hay novedad. Sin embargo en un momento de escasa originalidad bien vale encontrarse con productos que al menos superan un poco la media.
Ficha técnica
Título original: American Assassin
Año: 2017
Duración: 111 minutos
País: Estados Unidos
Género: Acción. Thriller
Productora: CBS Films / Di Bonaventura Pictures / Lionsgate / Nick Wechsler Productions
Guión: Stephen Schiff (Novela: Vince Flynn)
Fotografía: Enrique Chediak
Actores: Dylan O'Brien, Michael Keaton, Taylor Kitsch, Sanaa Lathan, Scott Adkins, Shiva Negar, Trevor White, Mohammad Bakri, Alaa Safi, Tolga Safer, Aso Sherabayani, Gioacchino Jim Cuffaro
Director: Michael Cuesta
La cinta tiene un ritmo constante, la historia está bien narrada, presenta con calma a sus personajes y entrega un ambiente de permanente tensión. El guion basado en la novela de Vince Flynn funciona, es descriptivo y cumple con lo requerido sin dar tregua. Es cierto, a una película de este tipo no se le pide mucho más que entretener, y realmente eso cuesta bastante en estos días, donde el exceso de acción va directamente en proporción a la ausencia de una buena historia. Y “American Assassin” lo consigue.
El director Michael Cuesta compone los 111 minutos de metraje con bastante fluidez. Gran parte del peso del filme se lo llevan los dos protagonistas en una relación mentor-discípulo que funciona bastante bien. Sin duda hay vacíos en la historia que se desprenden de la adaptación de la novela. Sin conocerla podemos presumir que hay varias situaciones que el libro debe describir mejor y que una cinta de este tipo no puede ni siquiera contener. Imaginarse los sucesos relatados posiblemente supere la ficción que vemos en pantalla, pero si no conocemos la historia y nos dejamos conducir, el resultado puede ser mejor de lo previsto.
“American Assassin” merece un espacio y una oportunidad, no por ser una gran película que debamos ver, sino porque es correcta y cumple su expectativa. Ahora bien, es cierto que es una cinta como muchas que hemos visto y posiblemente veremos sobre terrorismo, venganza y amenazas nucleares. También sobre el durísimo entrenamiento de los grupos de élite y las diversas motivaciones que existen para integrarlos. Hasta allí no hay novedad. Sin embargo en un momento de escasa originalidad bien vale encontrarse con productos que al menos superan un poco la media.
Ficha técnica
Título original: American Assassin
Año: 2017
Duración: 111 minutos
País: Estados Unidos
Género: Acción. Thriller
Productora: CBS Films / Di Bonaventura Pictures / Lionsgate / Nick Wechsler Productions
Guión: Stephen Schiff (Novela: Vince Flynn)
Fotografía: Enrique Chediak
Actores: Dylan O'Brien, Michael Keaton, Taylor Kitsch, Sanaa Lathan, Scott Adkins, Shiva Negar, Trevor White, Mohammad Bakri, Alaa Safi, Tolga Safer, Aso Sherabayani, Gioacchino Jim Cuffaro
Director: Michael Cuesta
jueves, 5 de octubre de 2017
El pacto de Adriana
Este documental de la realizadora chilena Lissette Orozco es su primer trabajo y fue seleccionado para debutar en la sección Panorama de la Berlinale en febrero pasado. Allí recogió abundantes elogios, ganando varios premios en festivales posteriores -Guadalajara, Toulouse y Uruguay entre otros- y junto con ello se rodeó de un aura polémica. ¿Por qué? La historia que narra se introduce en el período más oscuro de la dictadora de Pinochet, aquel que transcurre en los años de operación de la DINA, la agencia del Gobierno que ejecutó las mayores torturas, asesinatos y desapariciones de personas contrarias a la Junta Militar que tuvo el mando armado del país desde el quiebre democrático de septiembre de 1973.
Lissette tuvo en su infancia un modelo. Además de la abuela que la crió, tenía una tía que era su ídola. Carismática, elegante, simpática y llena de vigor, la “Chani” siempre fue el centro de atención de la familia cada vez que venía desde Australia a visitarles. Algo cambió bruscamente el 2007 en su última visita. En cuanto llegó al Aeropuerto fue detenida por el Caso Conferencia. Adriana Rivas, la “Chani”, no solo había trabajado en la Fuerza Aérea sino que también había integrado la temida DINA. Secretaria bilingüe, con 19 años, llegó a ser la asistente personal del general Manuel Contreras, la mano derecha del dictador y que fue condenado por la justicia chilena a más de 200 años de cárcel por los horrorosos crímenes cometidos.
Este trabajo documental comienza de forma árida. No sabemos muy bien la intención del relato, hay una textura incómoda, cortes bruscos y la voz de Lissette introduciendo las personas y los hechos. No obstante este difícil comienzo, las imágenes, los testimonios y la conducción del guión, lentamente nos van permitiendo conectar con su fondo. Lissette se ha propuesto buscar la verdad. Adriana también quiere contar su propia verdad a través de su sobrina. Y el relato gira en torno a las conversaciones personales y por Skype entre ambas, diálogos con su círculo familiar más cercano, llamados y encuentros con amigas y conocidos de la ex agente en su paso por la Brigada Lautaro y su emblemático Cuartel Simón Bolívar del que ningún torturado salía vivo y un implacable tesón de Lissette para seguir recorriendo el camino contra viento y marea pues su tía en cuanto consigue libertad condicional se fuga a Sidney donde actualmente enfrenta un proceso de extradición dispuesto por la Corte Suprema de Chile.
“El pacto de Adriana” es un documento imperdible. Aporta ángulos no vistos con anterioridad y desde un plano privilegiado, íntimo y cercano. Estremece y emociona. Es capaz de sumergirnos en una historia dolorosa, descubre los cambios con el correr de los años, confronta diversas versiones e interpela crudamente para intentar descorrer el velo de un pacto de silencio que ha sido tal vez uno de los peores castigos para los familiares de los detenidos y desaparecidos de la dictadura que es no saber la verdad de lo ocurrido con sus seres queridos.
Lissette Orozco tiene mano firme y una voluntad encomiable. Gracias a esas virtudes puede obviarse cualquier problema de edición, continuidad o montaje de su trabajo porque su fondo es robusto. Estamos en presencia de una profunda humanidad, donde conviven fuertes lazos familiares, angustia, desazón, rabia, tristeza, algo de lo mejor y lo peor de un ser humano personificado en la “Chani”. ¿Es Adriana la que miente o son los centenares que la acusan quienes faltan a la verdad? La respuesta parecería sencilla y entregarla así de fácil, un acto simple y desafortunado. Y este es, a mi juicio, el mayor valor de este documental, justamente la forma que emplea su directora para llevar la historia, para conducirla con firmeza, decisión, honestidad y coraje. Estas características revelan a Lissette Orozco como una realizadora con un potencial magnífico que esperamos sea un aporte importante a la filmografía nacional.
Ficha técnica
Título original: El pacto de Adriana
Año: 2017
Duración: 96 minutos
País: Chile
Género: Documental | Familia. Dictadura chilena
Productora: Salmón Producciones / Storyboard Media / Ursus Films / Carnada Films
Guión: Lissette Orozco
Música: Santiago Farah
Fotografía: Julio Zuñiga, Daniela Ibaceta, Brian Martínez
Reparto: Documentary, Adriana Rivas, Lissette Orozco
Directora: Lissette Orozco
Lissette tuvo en su infancia un modelo. Además de la abuela que la crió, tenía una tía que era su ídola. Carismática, elegante, simpática y llena de vigor, la “Chani” siempre fue el centro de atención de la familia cada vez que venía desde Australia a visitarles. Algo cambió bruscamente el 2007 en su última visita. En cuanto llegó al Aeropuerto fue detenida por el Caso Conferencia. Adriana Rivas, la “Chani”, no solo había trabajado en la Fuerza Aérea sino que también había integrado la temida DINA. Secretaria bilingüe, con 19 años, llegó a ser la asistente personal del general Manuel Contreras, la mano derecha del dictador y que fue condenado por la justicia chilena a más de 200 años de cárcel por los horrorosos crímenes cometidos.
Este trabajo documental comienza de forma árida. No sabemos muy bien la intención del relato, hay una textura incómoda, cortes bruscos y la voz de Lissette introduciendo las personas y los hechos. No obstante este difícil comienzo, las imágenes, los testimonios y la conducción del guión, lentamente nos van permitiendo conectar con su fondo. Lissette se ha propuesto buscar la verdad. Adriana también quiere contar su propia verdad a través de su sobrina. Y el relato gira en torno a las conversaciones personales y por Skype entre ambas, diálogos con su círculo familiar más cercano, llamados y encuentros con amigas y conocidos de la ex agente en su paso por la Brigada Lautaro y su emblemático Cuartel Simón Bolívar del que ningún torturado salía vivo y un implacable tesón de Lissette para seguir recorriendo el camino contra viento y marea pues su tía en cuanto consigue libertad condicional se fuga a Sidney donde actualmente enfrenta un proceso de extradición dispuesto por la Corte Suprema de Chile.
“El pacto de Adriana” es un documento imperdible. Aporta ángulos no vistos con anterioridad y desde un plano privilegiado, íntimo y cercano. Estremece y emociona. Es capaz de sumergirnos en una historia dolorosa, descubre los cambios con el correr de los años, confronta diversas versiones e interpela crudamente para intentar descorrer el velo de un pacto de silencio que ha sido tal vez uno de los peores castigos para los familiares de los detenidos y desaparecidos de la dictadura que es no saber la verdad de lo ocurrido con sus seres queridos.
Lissette Orozco tiene mano firme y una voluntad encomiable. Gracias a esas virtudes puede obviarse cualquier problema de edición, continuidad o montaje de su trabajo porque su fondo es robusto. Estamos en presencia de una profunda humanidad, donde conviven fuertes lazos familiares, angustia, desazón, rabia, tristeza, algo de lo mejor y lo peor de un ser humano personificado en la “Chani”. ¿Es Adriana la que miente o son los centenares que la acusan quienes faltan a la verdad? La respuesta parecería sencilla y entregarla así de fácil, un acto simple y desafortunado. Y este es, a mi juicio, el mayor valor de este documental, justamente la forma que emplea su directora para llevar la historia, para conducirla con firmeza, decisión, honestidad y coraje. Estas características revelan a Lissette Orozco como una realizadora con un potencial magnífico que esperamos sea un aporte importante a la filmografía nacional.
Ficha técnica
Título original: El pacto de Adriana
Año: 2017
Duración: 96 minutos
País: Chile
Género: Documental | Familia. Dictadura chilena
Productora: Salmón Producciones / Storyboard Media / Ursus Films / Carnada Films
Guión: Lissette Orozco
Música: Santiago Farah
Fotografía: Julio Zuñiga, Daniela Ibaceta, Brian Martínez
Reparto: Documentary, Adriana Rivas, Lissette Orozco
Directora: Lissette Orozco
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