Inspirada en hechos reales, esta película del director brasileño Fernando Meirelles -“Ciudad de Dios”- se interna en uno de los sucesos más relevantes para la Iglesia Católica en siglos. En febrero del año 2013, el Papa Benedicto XVI -el alemán Joseph Ratzinger- renunció a su cargo, algo tan inesperado y fuera de lo común que no se había visto en casi 600 año. Este hecho sorpresivo y radical obligó una nueva elección y el Cónclave eligió como nuevo Pontífice al argentino Jorge Mario Bergoglio, entonces Cardenal Arzobispo de Buenos Aires.
El guion elaborado por Anthony McCarten es muy interesante y ameno. Mezclando historia, especulaciones y aquello que podría llamarse “intrigas vaticanas”, el relato gira entorno a una ficticia visita del Cardenal Bergoglio al Vaticano hacia fines de 2012 para entrevistarse personalmente con el Santo Padre y conseguir de él la aceptación de su renuncia ya presentada por escrito a pesar de no haber cumplido aún la edad de retiro de los obispos, es decir 75 años.
La caracterización de la historia recae en dos actores que llenan la pantalla con su carisma y solidez. Jonathan Pryce, quien además se parece bastante físicamente, interpreta a Bergoglio y Anthony Hopkins a Benedicto XVI. Ambos realizan un trabajo de estupendo, imprimen detalles que reflejan una parte de la personalidad de sus representados gracias a la solidez de sus gestos, tonos de voz y miradas, con diálogos certeros y precisos. Meirelles sabe sacar partido a sus actores y filmar estos encuentros. Su uso de primeros planos destaca muchísimos detalles, la movilidad inquieta de su cámara se enfoca en incertidumbres y dudas, todo con un excelente trabajo de fotografía que realza las locaciones con recreaciones muy convincentes de los rincones vaticanos y sus entornos.
La cinta presenta una mirada que tal vez exagera algunas de las características de sus protagonistas. Por una parte, Benedicto XVI es presentado como una persona solitaria, en extremo conservadora, apegada a normas y tradiciones que no puede evadir. Por la otra, Bergoglio es alguien que transita por un camino rupturista de aquellos lejanos formalismos, con autenticidad y gestos que desconciertan a sus interlocutores. Ambos son presentados en veredas opuestas lo que también se refleja en las opiniones que expresan sobre temas de actualidad eclesial como el celibato, la comunión a los divorciados, la homosexualidad y tantos otros.
El relato resulta entretenido y sin pausas. El peso dramático lo mantienen ambos protagonistas durante casi todo el metraje y solo en el caso del Cardenal argentino observamos una caracterización del tiempo en que era un joven sacerdote en una época crítica cuando, durante la dictadura militar, desempeñaba el cargo de superior de la Compañía de Jesús en su país.
“Los Dos Papas” es un acierto desde muchos puntos de vista. La polarización asumida por Fernando Meirelles ayuda al relato pues amplifica el conflicto. Las actuaciones personifican a ambas figuras de manera vibrante, usando un tono más cercano a la comedia cuando el drama amenaza con tomarse la historia. La simpatía de los dos actores y una química natural entre ellos permite alcanzar un alto vuelo durante varios momentos de sus múltiples encuentros. Así, la cinta motiva al espectador a profundizar para formarse su propia opinión pues el Papa Francisco está plenamente activo y Benedicto XVI aún vive pese a su avanzada edad y delicado estado de salud. Conocerlos un poco más puede ser un desafío que comience con esta película para alguien que no conoce demasiado y no es cercano a la Iglesia. Para los católicos, una mirada fresca y diferente como esta, ofrece un ángulo que bien vale la pena explorar para recordar momentos importantes de los últimos años y también para acercarse a ambas figuras desde otra perspectiva, tal vez caricaturizada pero también más humana.
Ficha técnica
Título original: The Two Popes
Año: 2019
Duración: 126 minutos
País: Reino Unido
Productora: Coproducción Reino Unido-Italia-Argentina-Estados Unidos; Netflix. Distribuida por Netflix
Género: Comedia. Drama | Religión. Basado en hechos reales
Guion: Anthony McCarten
Música: Bryce Dessner
Fotografía: César Charlone
Reparto: Jonathan Pryce, Anthony Hopkins, Juan Minujín, Cristina Banegas, Sidney Cole, Luis Gnecco, Federico Torre, María Ucedo, Thomas D Williams, Pablo Trimarchi
Dirección: Fernando Meirelles
martes, 24 de diciembre de 2019
jueves, 19 de diciembre de 2019
Star Wars: El Ascenso de Skywalker
No es sencillo escribir sobre Star Wars. Y no es por la calidad de la producción, o la siempre difícil comparación con la trilogía original de George Lucas, o los nuevos personajes, historias y universos creados desde que Disney tiene los derechos exclusivos de la franquicia, o por el estilo de J.J. Abrams, alabado por algunos y criticado por otros. La verdad es que la dificultad radica en mi propio compromiso emocional con una historia que me acompaña hace 42 años y que hoy concluye, al menos formalmente, en su diseño original de tres trilogías.
“El ascenso de Skywalker” es el Capítulo IX de una saga que marcó mi generación y por cierto a muchas otras. Ahora, al completarse con la pieza que faltaba para cerrar el ciclo, podemos tomar distancia, analizar en perspectiva y valorar en forma integral lo que hemos podido observar durante años y que posiblemente nunca dejaremos de tener presente.
No se trata de la historia de este capítulo en particular ni de los personajes, de los nuevos que recién se incorporan o de quienes ya nos han dejado. La sustancia, lo medular es aquello que sucede conmigo desde el primer acorde musical y las letras inclinadas que forman parte de una obertura que es ya clásica. Lo que sucede que me toca la fibra, me despierta recuerdos de infancia y hace que mis emociones broten sin contención. Tal vez es por ello que agradezco la oportunidad de disfrutar “Star Wars”. Dejo que fluya naturalmente, me entrego al relato y a las andanzas espaciales para volver a ser ese niño de 8 años que vio el Episodio IV cuando se estrenó en el Cine Centenario de La Serena en 1977 y que dio inicio a este universo.
Volviendo a la película, las cosas están así. Kylo Ren -Adam Driver- líder supremo de las fuerzas, viaja al planeta Exogol gracias al dispositivo Sith Wayfinder -hay solo dos y el otro está extremadamente oculto-, para enfrentar a Palpatine -sí, el mismísimo Ian McDiarmid-, el poderoso Emperador de la Primera Orden y que planea la realización de un ataque aniquilador a gran escala con una flota impresionante de destructores. Por su parte, la resistencia liderada por la Generala Leia Organa -gran homenaje a Carrie Fisher-, intercepta información sobre el viaje de Kylo. Leia dispone una misión liderada por Rey -Daisy Ridley-, Finn -John Boyega- y Poe -Oscar Isaac-, cuyo objetivo es ubicar el Wayfinder para luego llegar a Exogol y destruir la amenaza. Las peripecias se suceden en forma continua, la acción es por momentos frenética y la tensión nos mantiene alertas durante todo el metraje. El regreso de viejos personajes, conocidos en las anteriores entregas, nos conectan con esta trilogía final y otros, iconos ya a esta altura, con el resto de la histórica saga, manteniendo siempre a la vista las vertientes y nueva savia de los jóvenes héroes.
“El ascenso de Skywalker” es un épico final para Star Wars. Conmueve porque apela a la emocionalidad de toda esta larga historia permitiendo que afloren rápidamente los recuerdos. En varios pasajes nos reflejamos en los personajes, hacemos nuestro el valor y coraje de la resistencia que transforma esta guerra desigual en un desafío esperanzador. Esta lucha contra el lado oscuro de la fuerza -el mal encarnado-, que por años han liderado los Jedi, la asumimos empáticamente y tal vez la llevamos a la vida diaria, a lo que sentimos o tal vez vivimos en nuestros entornos. La unidad que se logra con “la fuerza” forma una familia llena de valores; lealtad, amor, comprensión, contención, arrojo y valentía surgen espontáneamente; se transforman en caminos y rumbos a imitar y seguir.
La dirección de J.J. Abrams no deja nada al azar. Los escenarios, las coreografías, las batallas, los efectos especiales, todo está en su lugar y al servicio de un guion firmado por él junto a Derek Connolly, Colin Trevorrow y Chris Terrio.
¡Qué decir de la música! esencial y fundamental, núcleo del relato y una vez más a cargo del maestro John Williams. Escribo estas líneas escuchando y gozando los detalles de la banda sonora con los que me vuelvo a encantar. Esta gran “ópera espacial”, repleta de motivos, armonías, explosiones de los bronces, con percusiones arrebatadas y melodías inconfundibles, desarrolla una partitura inseparable de la imagen, con vida propia y que tal vez es de los elementos más logrados del filme, algo que ya es característico en estas películas.
Star Wars llega a su fin, al menos en lo que respecta al diseño original de sus tres trilogías. Ahora el desafío tal vez sea continuar la historia con nuevos bríos, nuevos personajes, nuevas aventuras que se desprendan de este cuerpo vital, de esta idea que tiene mucho que entregar y que está totalmente abierta a la imaginación de creadores y guionistas para entretener y emocionar a más generaciones. Y como no es bueno hacer anticipos, solo concluyo estas palabras señalando que hay muchos detalles presentes en la cinta que tal vez en una primera lectura pasen muy rápido. Yo, al menos, quiero verla de nuevo para apreciar con más calma varios de ellos, disfrutar aún más con algunos retornos y “cameos” -físicos y también de voces-, y escuchar nuevamente la música que hace de Star Wars una experiencia mágica y única.
Ficha técnica
Título original: Star Wars: The Rise of Skywalker
Año: 2019
Duración: 142 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Lucasfilm / Bad Robot / Walt Disney Pictures
Género: Ciencia ficción. Fantástico. Aventuras. Acción | Aventura espacial. Secuela. Star Wars
Guion: J.J. Abrams, Chris Terrio (Personajes: George Lucas)
Música: John Williams
Fotografía: Daniel Mindel
Reparto: Daisy Ridley, Adam Driver, John Boyega, Oscar Isaac, Domhnall Gleeson, Kelly Marie Tran, Joonas Suotamo, Ian McDiarmid, Carrie Fisher, Keri Russell, Billie Lourd, Lupita Nyong'o, Naomi Ackie, Richard E. Grant, Billy Dee Williams, Anthony Daniels, Dominic Monaghan, Mark Hamill, Matt Smith
Dirección: J.J. Abrams
“El ascenso de Skywalker” es el Capítulo IX de una saga que marcó mi generación y por cierto a muchas otras. Ahora, al completarse con la pieza que faltaba para cerrar el ciclo, podemos tomar distancia, analizar en perspectiva y valorar en forma integral lo que hemos podido observar durante años y que posiblemente nunca dejaremos de tener presente.
No se trata de la historia de este capítulo en particular ni de los personajes, de los nuevos que recién se incorporan o de quienes ya nos han dejado. La sustancia, lo medular es aquello que sucede conmigo desde el primer acorde musical y las letras inclinadas que forman parte de una obertura que es ya clásica. Lo que sucede que me toca la fibra, me despierta recuerdos de infancia y hace que mis emociones broten sin contención. Tal vez es por ello que agradezco la oportunidad de disfrutar “Star Wars”. Dejo que fluya naturalmente, me entrego al relato y a las andanzas espaciales para volver a ser ese niño de 8 años que vio el Episodio IV cuando se estrenó en el Cine Centenario de La Serena en 1977 y que dio inicio a este universo.
Volviendo a la película, las cosas están así. Kylo Ren -Adam Driver- líder supremo de las fuerzas, viaja al planeta Exogol gracias al dispositivo Sith Wayfinder -hay solo dos y el otro está extremadamente oculto-, para enfrentar a Palpatine -sí, el mismísimo Ian McDiarmid-, el poderoso Emperador de la Primera Orden y que planea la realización de un ataque aniquilador a gran escala con una flota impresionante de destructores. Por su parte, la resistencia liderada por la Generala Leia Organa -gran homenaje a Carrie Fisher-, intercepta información sobre el viaje de Kylo. Leia dispone una misión liderada por Rey -Daisy Ridley-, Finn -John Boyega- y Poe -Oscar Isaac-, cuyo objetivo es ubicar el Wayfinder para luego llegar a Exogol y destruir la amenaza. Las peripecias se suceden en forma continua, la acción es por momentos frenética y la tensión nos mantiene alertas durante todo el metraje. El regreso de viejos personajes, conocidos en las anteriores entregas, nos conectan con esta trilogía final y otros, iconos ya a esta altura, con el resto de la histórica saga, manteniendo siempre a la vista las vertientes y nueva savia de los jóvenes héroes.
“El ascenso de Skywalker” es un épico final para Star Wars. Conmueve porque apela a la emocionalidad de toda esta larga historia permitiendo que afloren rápidamente los recuerdos. En varios pasajes nos reflejamos en los personajes, hacemos nuestro el valor y coraje de la resistencia que transforma esta guerra desigual en un desafío esperanzador. Esta lucha contra el lado oscuro de la fuerza -el mal encarnado-, que por años han liderado los Jedi, la asumimos empáticamente y tal vez la llevamos a la vida diaria, a lo que sentimos o tal vez vivimos en nuestros entornos. La unidad que se logra con “la fuerza” forma una familia llena de valores; lealtad, amor, comprensión, contención, arrojo y valentía surgen espontáneamente; se transforman en caminos y rumbos a imitar y seguir.
La dirección de J.J. Abrams no deja nada al azar. Los escenarios, las coreografías, las batallas, los efectos especiales, todo está en su lugar y al servicio de un guion firmado por él junto a Derek Connolly, Colin Trevorrow y Chris Terrio.
¡Qué decir de la música! esencial y fundamental, núcleo del relato y una vez más a cargo del maestro John Williams. Escribo estas líneas escuchando y gozando los detalles de la banda sonora con los que me vuelvo a encantar. Esta gran “ópera espacial”, repleta de motivos, armonías, explosiones de los bronces, con percusiones arrebatadas y melodías inconfundibles, desarrolla una partitura inseparable de la imagen, con vida propia y que tal vez es de los elementos más logrados del filme, algo que ya es característico en estas películas.
Star Wars llega a su fin, al menos en lo que respecta al diseño original de sus tres trilogías. Ahora el desafío tal vez sea continuar la historia con nuevos bríos, nuevos personajes, nuevas aventuras que se desprendan de este cuerpo vital, de esta idea que tiene mucho que entregar y que está totalmente abierta a la imaginación de creadores y guionistas para entretener y emocionar a más generaciones. Y como no es bueno hacer anticipos, solo concluyo estas palabras señalando que hay muchos detalles presentes en la cinta que tal vez en una primera lectura pasen muy rápido. Yo, al menos, quiero verla de nuevo para apreciar con más calma varios de ellos, disfrutar aún más con algunos retornos y “cameos” -físicos y también de voces-, y escuchar nuevamente la música que hace de Star Wars una experiencia mágica y única.
Ficha técnica
Título original: Star Wars: The Rise of Skywalker
Año: 2019
Duración: 142 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Lucasfilm / Bad Robot / Walt Disney Pictures
Género: Ciencia ficción. Fantástico. Aventuras. Acción | Aventura espacial. Secuela. Star Wars
Guion: J.J. Abrams, Chris Terrio (Personajes: George Lucas)
Música: John Williams
Fotografía: Daniel Mindel
Reparto: Daisy Ridley, Adam Driver, John Boyega, Oscar Isaac, Domhnall Gleeson, Kelly Marie Tran, Joonas Suotamo, Ian McDiarmid, Carrie Fisher, Keri Russell, Billie Lourd, Lupita Nyong'o, Naomi Ackie, Richard E. Grant, Billy Dee Williams, Anthony Daniels, Dominic Monaghan, Mark Hamill, Matt Smith
Dirección: J.J. Abrams
sábado, 14 de diciembre de 2019
Historia de un matrimonio
Los procesos de ruptura de una pareja son siempre dolorosos y complejos por lo que muchas veces al observarlos en una película no permiten acercarse a una realidad difícil de describir y también de entender si no se ha vivido. Por ello, lo que hace el guionista y director Noah Baumbach con “Historia de un matrimonio” es notable. Logra desarrollar un relato profundamente emotivo y real, cuyo resultado es desgarrador.
Charlie -Adam Driver- y Nicole -Scarlett Johansson- son una pareja de artistas. Su vida gira en torno a las artes escénicas: él un talentoso y exitoso director de teatro, ella una bella y versátil actriz cada vez más reconocida. Se conocieron compartiendo los mismos intereses, se casaron, tuvieron un hijo y su vida se ha desarrollado por casi 10 años entre ensayos, funciones y su hogar en Nueva York. Podríamos, con estos antecedentes, caer en el “cliché” de decir que son una pareja normal, sin embargo la realidad dice otra cosa. A pesar de unos profundos y sentidos escritos donde cada uno reconoce lo mejor del otro, aquello que le encanta y por qué se enamoraron, se ven enfrentados a sus diferencias y con ello se precipitan al fin de su relación.
Baumbach escribe un guion estupendo, repleto de contenido y detalles. Justamente por ello es sumamente exigente. Hay mucho texto, muchos niveles, variadas lecturas y sub lecturas, por lo que los actores deben esforzarse al máximo. Secciones del relato corresponden a monólogos, otras a discusiones fuertes que, sin caer en la violencia física, son en extremo hirientes. Los dos protagonistas, Scarlett Johansson y Adam Driver logran un realismo conmovedor con sus actuaciones. No solo viven sus personajes, sino que ellos viven en sus cuerpos y mentes todo el tiempo. Ante este desafío a gran escala, el talento de ambos arrasa con un trabajo que será reconocido y recordado por mucho tiempo.
La cinta mantiene una tensión emocional permanente. Por instantes agobia, porque es imposible sustraerse a lo que sienten y expresan Nicole y Charlie. El director Noah Baumbach filma delicadamente cada escena, con el tiempo y el espacio para que la acción se desarrolle con su propio ritmo, con sus pausas y con dinámica cuando así lo requiere. Para ello cuenta con un reparto de lujo que además incluye a la cada vez más vibrante Laura Dern interpretando a Nora Fanshaw, la estilosa abogada de Nicole, y al carismático Ray Liotta como Jay, su contraparte jurídica.
“Historia de un matrimonio” llega directo a la emoción. Se inscribe con letras mayúsculas dentro de los relatos más directos sobre conflictos de pareja. Además tiene una virtud aún más interesante. Genera reflexiones posteriores, se sigue recordando por días y junto con ello vuelven las escenas, los diálogos, las situaciones y nuevas emociones. También surgen preguntas, muchas preguntas… ¿Qué sucedió, cuándo? ¿Qué no vimos, qué no hicimos? ¿Por qué pasó? ¿En qué nos equivocamos? ¿Cuándo nos perdimos? Todas son preguntas abiertas que buscan alguna respuesta en momentos que tal vez ya sea demasiado tarde…
Punto especial para “Being Alive” la canción del musical “Company”, de George Furth y Stephen Sondheim y que casi al finalizar la cinta es cantada por Charlie en un bar, rodeado de sus amigos y actores de la compañía. Su sentida interpretación enmarca muy bien la sensación que queda -y es para ambos- al final de un proceso tan angustiante como devastador; un juicio de divorcio que les daña profundamente y que deja un vacío muy difícil de llenar. Mirar hacia adelante en un momento así se hace cuesta arriba, se ve como una montaña casi imposible de subir, sin embargo existe algo fundamental para poder volver a creer y sentir; aquello es tomar verdadera conciencia de “estar vivo”
Charlie -Adam Driver- y Nicole -Scarlett Johansson- son una pareja de artistas. Su vida gira en torno a las artes escénicas: él un talentoso y exitoso director de teatro, ella una bella y versátil actriz cada vez más reconocida. Se conocieron compartiendo los mismos intereses, se casaron, tuvieron un hijo y su vida se ha desarrollado por casi 10 años entre ensayos, funciones y su hogar en Nueva York. Podríamos, con estos antecedentes, caer en el “cliché” de decir que son una pareja normal, sin embargo la realidad dice otra cosa. A pesar de unos profundos y sentidos escritos donde cada uno reconoce lo mejor del otro, aquello que le encanta y por qué se enamoraron, se ven enfrentados a sus diferencias y con ello se precipitan al fin de su relación.
Baumbach escribe un guion estupendo, repleto de contenido y detalles. Justamente por ello es sumamente exigente. Hay mucho texto, muchos niveles, variadas lecturas y sub lecturas, por lo que los actores deben esforzarse al máximo. Secciones del relato corresponden a monólogos, otras a discusiones fuertes que, sin caer en la violencia física, son en extremo hirientes. Los dos protagonistas, Scarlett Johansson y Adam Driver logran un realismo conmovedor con sus actuaciones. No solo viven sus personajes, sino que ellos viven en sus cuerpos y mentes todo el tiempo. Ante este desafío a gran escala, el talento de ambos arrasa con un trabajo que será reconocido y recordado por mucho tiempo.
La cinta mantiene una tensión emocional permanente. Por instantes agobia, porque es imposible sustraerse a lo que sienten y expresan Nicole y Charlie. El director Noah Baumbach filma delicadamente cada escena, con el tiempo y el espacio para que la acción se desarrolle con su propio ritmo, con sus pausas y con dinámica cuando así lo requiere. Para ello cuenta con un reparto de lujo que además incluye a la cada vez más vibrante Laura Dern interpretando a Nora Fanshaw, la estilosa abogada de Nicole, y al carismático Ray Liotta como Jay, su contraparte jurídica.
“Historia de un matrimonio” llega directo a la emoción. Se inscribe con letras mayúsculas dentro de los relatos más directos sobre conflictos de pareja. Además tiene una virtud aún más interesante. Genera reflexiones posteriores, se sigue recordando por días y junto con ello vuelven las escenas, los diálogos, las situaciones y nuevas emociones. También surgen preguntas, muchas preguntas… ¿Qué sucedió, cuándo? ¿Qué no vimos, qué no hicimos? ¿Por qué pasó? ¿En qué nos equivocamos? ¿Cuándo nos perdimos? Todas son preguntas abiertas que buscan alguna respuesta en momentos que tal vez ya sea demasiado tarde…
Punto especial para “Being Alive” la canción del musical “Company”, de George Furth y Stephen Sondheim y que casi al finalizar la cinta es cantada por Charlie en un bar, rodeado de sus amigos y actores de la compañía. Su sentida interpretación enmarca muy bien la sensación que queda -y es para ambos- al final de un proceso tan angustiante como devastador; un juicio de divorcio que les daña profundamente y que deja un vacío muy difícil de llenar. Mirar hacia adelante en un momento así se hace cuesta arriba, se ve como una montaña casi imposible de subir, sin embargo existe algo fundamental para poder volver a creer y sentir; aquello es tomar verdadera conciencia de “estar vivo”
Ficha técnica
Título original: Marriage Story
Año: 2019
Duración: 136 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Netflix / Heyday Films. Distribuida por Netflix
Género: Drama | Comedia dramática. Teatro
Guion: Noah Baumbach
Música: Randy Newman
Fotografía: Robbie Ryan
Reparto: Scarlett Johansson, Adam Driver, Laura Dern, Azhy Robertson, Alan Alda, Julie Hagerty, Merritt Wever, Mary Hollis Inboden, Amir Talai, Ray Liotta, Wallace Shawn, Emily Cass McDonnell, Matthew Maher, Ayden Mayeri, Kyle Bornheimer, Mark O'Brien, Gideon Glick, Brooke Bloom, Matthew Shear, George Todd McLachlan, Annie Hamilton, Juan Alfonso, Justin Claiborne, Mickey Sumner
Dirección: Noah Baumbach
Título original: Marriage Story
Año: 2019
Duración: 136 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Netflix / Heyday Films. Distribuida por Netflix
Género: Drama | Comedia dramática. Teatro
Guion: Noah Baumbach
Música: Randy Newman
Fotografía: Robbie Ryan
Reparto: Scarlett Johansson, Adam Driver, Laura Dern, Azhy Robertson, Alan Alda, Julie Hagerty, Merritt Wever, Mary Hollis Inboden, Amir Talai, Ray Liotta, Wallace Shawn, Emily Cass McDonnell, Matthew Maher, Ayden Mayeri, Kyle Bornheimer, Mark O'Brien, Gideon Glick, Brooke Bloom, Matthew Shear, George Todd McLachlan, Annie Hamilton, Juan Alfonso, Justin Claiborne, Mickey Sumner
Dirección: Noah Baumbach
jueves, 12 de diciembre de 2019
Doctor Sueño
La expectativa es alta. Se promociona como la secuela de "El resplandor" -1980- dirigido por Stanley Kubrick y la historia es del mismísimo Stephen King quien ha alabado esta realización del director Mike Flanagan. No obstante todos estos títulos, “Doctor Sueño” queda al debe y por varias razones.
El relato sucede algunos años después de los hechos que narra "The Shining”. Esta vez sigue a un ya adulto Danny Torrance -Ewan McGregor- que tiene severos traumas y problemas graves con el alcohol. Sus habilidades psíquicas se mantienen aunque están algo alteradas por su condición actual, asunto que no le impide tomar contacto telepático con Abra Stone -Kyliegh Curran- a raíz de un brutal asesinato que un culto de psíquicos conocido como el “Nudo Verdadero” ha cometido en su búsqueda insaciable del escaso y fundamental “vapor", elixir producido en los momentos de la muerte de personas con habilidad brillante y que para quienes lo reciben implica retrasar el envejecimiento.
Hasta allí, lo que va de cinta es interesante y no hay mayores pistas sobre lo que viene a continuación. Rose the Hat -brillante y divina Rebecca Ferguson-, quien lidera el culto, va acercándose lentamente tanto a Abra como a Dan. Los poderes mentales se enfrentan y disputan una cerrada lucha a distancia que tiene tanto de misterio como de inexplicable fuerza sobrenatural. Justamente es en ese momento cuando la cinta se torna evidente y cede terreno al exponer los elementos demasiado explícitos dejando poco y nada a nuestra imaginación.
La extensión desde su segundo tercio se siente. Existe un alargue innecesario que cae en la pereza sin aportar demasiado a la centralidad del argumento. Al entrar al último tercio todo pareciera encarrilarse cuando la historia vuelve al escenario del famoso y recordado “Hotel Overlook”. Y en parte casi lo logra, porque la recreación es estupenda pero al mismo tiempo la configuración del relato nuevamente cae en lo lineal y en lo evidente.
“Doctor Sleep” es víctima de sus propias y altas expectativas. ¡Cuán diferente es imaginarse los relatos de las novelas y luego observarlos en imágenes! Aquí, sin haber leído la novela, podemos inferir que la gran imaginación de Stephen King debe plantear en sus diferentes capítulos un desafío enorme. Recogerlo en formato guión y luego filmarlo debe ser tremendamente difícil, en especial por la cantidad de posibilidades que tiene y las limitaciones que implica la toma decisiones para configurar una película. La deuda entonces queda, no ha sido saldada y “El Resplandor” aún goza de excelente salud a pesar de no ser del agrado del escritor. Quienes la recordamos como un icono del cine del Siglo XX la continuamos admirando y su impronta se engrandece cada día más.
Ficha técnica
Título original: Doctor Sleep
Año: 2019
Duración: 151 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Warner Bros. / Intrepid Pictures / Vertigo Entertainment. Distribuida por Warner Bros.
Género: Terror. Thriller | Thriller psicológico. Sobrenatural. Secuela
Guion: Akiva Goldsman, Mike Flanagan (Novela: Stephen King)
Música: The Newton Brothers
Fotografía: Michael Fimognari
Reparto: Ewan McGregor, Rebecca Ferguson, Kyliegh Curran, Zahn McClarnon, Carl Lumbly, Alex Essoe, Bruce Greenwood, Jacob Tremblay, Catherine Parker, Robert Longstreet, Carel Struycken, Emily Alyn Lind, Selena Anduze, Jocelin Donahue, Chelsea Talmadge, Juan Gaspard, Deadra Moore, David Michael-Smith, Kevin Petruski Jr., Mistie Gibby, Met Clark
Dirección: Mike Flanagan
El relato sucede algunos años después de los hechos que narra "The Shining”. Esta vez sigue a un ya adulto Danny Torrance -Ewan McGregor- que tiene severos traumas y problemas graves con el alcohol. Sus habilidades psíquicas se mantienen aunque están algo alteradas por su condición actual, asunto que no le impide tomar contacto telepático con Abra Stone -Kyliegh Curran- a raíz de un brutal asesinato que un culto de psíquicos conocido como el “Nudo Verdadero” ha cometido en su búsqueda insaciable del escaso y fundamental “vapor", elixir producido en los momentos de la muerte de personas con habilidad brillante y que para quienes lo reciben implica retrasar el envejecimiento.
Hasta allí, lo que va de cinta es interesante y no hay mayores pistas sobre lo que viene a continuación. Rose the Hat -brillante y divina Rebecca Ferguson-, quien lidera el culto, va acercándose lentamente tanto a Abra como a Dan. Los poderes mentales se enfrentan y disputan una cerrada lucha a distancia que tiene tanto de misterio como de inexplicable fuerza sobrenatural. Justamente es en ese momento cuando la cinta se torna evidente y cede terreno al exponer los elementos demasiado explícitos dejando poco y nada a nuestra imaginación.
La extensión desde su segundo tercio se siente. Existe un alargue innecesario que cae en la pereza sin aportar demasiado a la centralidad del argumento. Al entrar al último tercio todo pareciera encarrilarse cuando la historia vuelve al escenario del famoso y recordado “Hotel Overlook”. Y en parte casi lo logra, porque la recreación es estupenda pero al mismo tiempo la configuración del relato nuevamente cae en lo lineal y en lo evidente.
“Doctor Sleep” es víctima de sus propias y altas expectativas. ¡Cuán diferente es imaginarse los relatos de las novelas y luego observarlos en imágenes! Aquí, sin haber leído la novela, podemos inferir que la gran imaginación de Stephen King debe plantear en sus diferentes capítulos un desafío enorme. Recogerlo en formato guión y luego filmarlo debe ser tremendamente difícil, en especial por la cantidad de posibilidades que tiene y las limitaciones que implica la toma decisiones para configurar una película. La deuda entonces queda, no ha sido saldada y “El Resplandor” aún goza de excelente salud a pesar de no ser del agrado del escritor. Quienes la recordamos como un icono del cine del Siglo XX la continuamos admirando y su impronta se engrandece cada día más.
Ficha técnica
Título original: Doctor Sleep
Año: 2019
Duración: 151 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Warner Bros. / Intrepid Pictures / Vertigo Entertainment. Distribuida por Warner Bros.
Género: Terror. Thriller | Thriller psicológico. Sobrenatural. Secuela
Guion: Akiva Goldsman, Mike Flanagan (Novela: Stephen King)
Música: The Newton Brothers
Fotografía: Michael Fimognari
Reparto: Ewan McGregor, Rebecca Ferguson, Kyliegh Curran, Zahn McClarnon, Carl Lumbly, Alex Essoe, Bruce Greenwood, Jacob Tremblay, Catherine Parker, Robert Longstreet, Carel Struycken, Emily Alyn Lind, Selena Anduze, Jocelin Donahue, Chelsea Talmadge, Juan Gaspard, Deadra Moore, David Michael-Smith, Kevin Petruski Jr., Mistie Gibby, Met Clark
Dirección: Mike Flanagan
El Guru
Este documental chileno sigue de cerca al boxeador Carlos “Guru” Ruiz. Filmado en blanco y negro y con un inquieto trabajo de cámaras y edición, muestra un trabajo diferente a lo acostumbrado. Su mirada nos abre una ventana a lo cotidiano de la vida de Ruíz, quien se gana el sustento como operario en una industria de alimentos para salmones en Castro, Chiloé.
Rory Barrientos Lamas desarrolla un trabajo casi unipersonal con este filme pues el sonido, el montaje, la fotografía, el guion y la dirección están bajo su firma, mientras las cámaras a cargo de Lester Rojas Romero, Jerman Catalán Barros y Henry Bórquez entregan perspectiva a un relato que se centra en el protagonista sin dejar de lado el entorno familiar y social que le rodea.
En sus 70 minutos, el tiempo transcurre corre a favor del joven púgil. En un comienzo no sabemos mucho de qué se trata y qué camino tomará la historia. A poco andar podemos enlazar elementos y sentimos algo de tierra firme. Al avanzar y profundizar, empatizamos con las situaciones que observamos y llama especialmente la atención el carisma y sencillez de “el Guru” despertando nuestra simpatía pues, incluso en los combates en los que participa, ya somos parte de sus seguidores.
Este trabajo documental tuvo su estreno mundial el año 2019 en el prestigioso festival de documentales “Visions du Réel” -Nyon, Suiza-, participó recientemente en la competencia de cine chileno en el Festival de Valdivia y también en FIDOCS, el Festival Internacional de Documentales de Santiago.
Carlos “Guru” Ruiz va por la gloria y nosotros lo apoyamos en su desafío. También quisiéramos acompañarlo; ya nos hemos encariñado con él. El boxeo es duro, una disciplina que es siempre cuestionada por ser un deporte que provoca daño y cuyo fin es aturdir al rival, sin embargo logramos superar esa difícil primera capa para entrar en el interior del “Guru”, dejarnos encantar por su insospechado espíritu de superación, por su deseo incontenible de vencer, por representar fervientemente a su pueblo y también con ello a su país.
Ficha Técnica
Dirigida por: Rory Barrientos Lamas
Guion: Rory Barrientos Lamas
Casa productora: Hay que Hacerlo Producciones - Storyboard Media
Producción ejecutiva: Carlos Núñez - Gabriela Sandoval - Rory Barrientos Lamas
Dirección de fotografía: Rory Barrientos Lamas
Montaje: Rory Barrientos Lamas
Sonido: Rory Barrientos Lamas
Rory Barrientos Lamas desarrolla un trabajo casi unipersonal con este filme pues el sonido, el montaje, la fotografía, el guion y la dirección están bajo su firma, mientras las cámaras a cargo de Lester Rojas Romero, Jerman Catalán Barros y Henry Bórquez entregan perspectiva a un relato que se centra en el protagonista sin dejar de lado el entorno familiar y social que le rodea.
En sus 70 minutos, el tiempo transcurre corre a favor del joven púgil. En un comienzo no sabemos mucho de qué se trata y qué camino tomará la historia. A poco andar podemos enlazar elementos y sentimos algo de tierra firme. Al avanzar y profundizar, empatizamos con las situaciones que observamos y llama especialmente la atención el carisma y sencillez de “el Guru” despertando nuestra simpatía pues, incluso en los combates en los que participa, ya somos parte de sus seguidores.
Este trabajo documental tuvo su estreno mundial el año 2019 en el prestigioso festival de documentales “Visions du Réel” -Nyon, Suiza-, participó recientemente en la competencia de cine chileno en el Festival de Valdivia y también en FIDOCS, el Festival Internacional de Documentales de Santiago.
Carlos “Guru” Ruiz va por la gloria y nosotros lo apoyamos en su desafío. También quisiéramos acompañarlo; ya nos hemos encariñado con él. El boxeo es duro, una disciplina que es siempre cuestionada por ser un deporte que provoca daño y cuyo fin es aturdir al rival, sin embargo logramos superar esa difícil primera capa para entrar en el interior del “Guru”, dejarnos encantar por su insospechado espíritu de superación, por su deseo incontenible de vencer, por representar fervientemente a su pueblo y también con ello a su país.
Ficha Técnica
Dirigida por: Rory Barrientos Lamas
Guion: Rory Barrientos Lamas
Casa productora: Hay que Hacerlo Producciones - Storyboard Media
Producción ejecutiva: Carlos Núñez - Gabriela Sandoval - Rory Barrientos Lamas
Dirección de fotografía: Rory Barrientos Lamas
Montaje: Rory Barrientos Lamas
Sonido: Rory Barrientos Lamas
martes, 10 de diciembre de 2019
Entre Navajas y Secretos
Todo gira en torno a una reunión familiar. Se trata del cumpleaños número 85 del famoso novelista Harlan Thrombey -Christopher Plummer-. Pero esto lo sabremos después, luego de una excelente obertura audiovisual que da paso a la primera sorpresa: Harlan es encontrado muerto en el altillo de su mansión.
La cinta se visualiza como una obra de teatro o, haciendo un paralelo musical, como una “película de cámara”. Hay pocos exteriores y la acción se desarrolla principalmente al interior de la lujosa y antigua casa en sucesivas reuniones del grupo familiar que compartió la celebración del octogenario magnate. Lo primero que observamos es una nueva sesión de interrogatorios por parte de la policía, esta vez acompañados de una enigmática figura que no se revela desde el comienzo y que es Benoit Blanc -Daniel Craig-, un carismático detective privado que ha sido anónimamente contratado para indagar sobre las causas de la muerte del anciano y sus circunstancias.
Desfilan por el filme los hijos de Harlan, sus familias, sus nietos y también las personas que ayudan en la casa, su enfermera personal y la encargada del servicio. Nos vamos enterando poco a poco que cada uno tiene una relación particular con el difunto millonario. La cinta agrega imágenes de lo sucedido en la fiesta, diálogos, conversaciones escuchadas detrás de las paredes, tomas desde diferentes ángulos y las declaraciones de los involucrados, en la mayoría de los casos no coincidentes con la verdad de lo sucedido.
El director y guionista Rian Johnson hace un trabajo de joyería con esta película. Con muchos toques de humor y caracterizaciones muy logradas -Jamie Lee Curtis, Michael Shannon, Chris Evans, Don Johnson, Toni Collette y Ana de Armas están geniales-, conduce esta intriga con ritmo de comedia. El guion es inteligente y asertivo; nos hace recordar las novelas clásicas de investigación de Arthur Conan Doyle, Agatha Christie con ingredientes de investigadores modernos tipo “Columbo”. Los hilos se van enredando cada vez más porque la visión de cada uno de los familiares protagonistas vela por su propia conveniencia. Es cierto, hay coincidencias, pero en temas de fondo claramente cada uno tiene su propia verdad y por supuesto tiene objetivos distintos.
Convertida en una sorpresa desde su inicio, “Knives Out” es embriagante. No solo la historia resulta muy entretenida sino también la forma en que Johnson la relata. Las confusiones generadas y las diferentes salidas que va vislumbrando su intrincada trama nos mantienen alerta y concentrados en cada uno los detalles. Además, es mucho lo que está en juego sobre la mesa cuando se trata de una familia extensa, con evidencias disfuncionales y que además se encuentra “ad portas” de una cuantiosa herencia. El carisma de cada uno de sus protagonistas -muy bien equilibrados en participación y definición- aporta al excelente resultado final, un resultado que es a la vez sólido y gratificante.
Ficha técnica
Título original: Knives Out
Año: 2019
Duración: 130 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Filmnation Entertainment / Ram Bergman Productions / Media Rights Capital (MRC). Distribuida por Lionsgate
Género: Intriga | Crimen
Guion: Rian Johnson
Música: Nathan Johnson
Fotografía: Steve Yedlin
Reparto: Daniel Craig, Ana de Armas, Chris Evans, Jamie Lee Curtis, Toni Collette, Don Johnson, Michael Shannon, Christopher Plummer, Keith Stanfield, Katherine Langford, Jaeden Martell, Riki Lindhome, Edi Patterson, Raúl Castillo, Frank Oz, M. Emmet Walsh
Dirección: Rian Johnson
La cinta se visualiza como una obra de teatro o, haciendo un paralelo musical, como una “película de cámara”. Hay pocos exteriores y la acción se desarrolla principalmente al interior de la lujosa y antigua casa en sucesivas reuniones del grupo familiar que compartió la celebración del octogenario magnate. Lo primero que observamos es una nueva sesión de interrogatorios por parte de la policía, esta vez acompañados de una enigmática figura que no se revela desde el comienzo y que es Benoit Blanc -Daniel Craig-, un carismático detective privado que ha sido anónimamente contratado para indagar sobre las causas de la muerte del anciano y sus circunstancias.
Desfilan por el filme los hijos de Harlan, sus familias, sus nietos y también las personas que ayudan en la casa, su enfermera personal y la encargada del servicio. Nos vamos enterando poco a poco que cada uno tiene una relación particular con el difunto millonario. La cinta agrega imágenes de lo sucedido en la fiesta, diálogos, conversaciones escuchadas detrás de las paredes, tomas desde diferentes ángulos y las declaraciones de los involucrados, en la mayoría de los casos no coincidentes con la verdad de lo sucedido.
El director y guionista Rian Johnson hace un trabajo de joyería con esta película. Con muchos toques de humor y caracterizaciones muy logradas -Jamie Lee Curtis, Michael Shannon, Chris Evans, Don Johnson, Toni Collette y Ana de Armas están geniales-, conduce esta intriga con ritmo de comedia. El guion es inteligente y asertivo; nos hace recordar las novelas clásicas de investigación de Arthur Conan Doyle, Agatha Christie con ingredientes de investigadores modernos tipo “Columbo”. Los hilos se van enredando cada vez más porque la visión de cada uno de los familiares protagonistas vela por su propia conveniencia. Es cierto, hay coincidencias, pero en temas de fondo claramente cada uno tiene su propia verdad y por supuesto tiene objetivos distintos.
Convertida en una sorpresa desde su inicio, “Knives Out” es embriagante. No solo la historia resulta muy entretenida sino también la forma en que Johnson la relata. Las confusiones generadas y las diferentes salidas que va vislumbrando su intrincada trama nos mantienen alerta y concentrados en cada uno los detalles. Además, es mucho lo que está en juego sobre la mesa cuando se trata de una familia extensa, con evidencias disfuncionales y que además se encuentra “ad portas” de una cuantiosa herencia. El carisma de cada uno de sus protagonistas -muy bien equilibrados en participación y definición- aporta al excelente resultado final, un resultado que es a la vez sólido y gratificante.
Ficha técnica
Título original: Knives Out
Año: 2019
Duración: 130 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Filmnation Entertainment / Ram Bergman Productions / Media Rights Capital (MRC). Distribuida por Lionsgate
Género: Intriga | Crimen
Guion: Rian Johnson
Música: Nathan Johnson
Fotografía: Steve Yedlin
Reparto: Daniel Craig, Ana de Armas, Chris Evans, Jamie Lee Curtis, Toni Collette, Don Johnson, Michael Shannon, Christopher Plummer, Keith Stanfield, Katherine Langford, Jaeden Martell, Riki Lindhome, Edi Patterson, Raúl Castillo, Frank Oz, M. Emmet Walsh
Dirección: Rian Johnson
jueves, 5 de diciembre de 2019
Contra lo imposible
Basada en el libro de A.J. Baime e inspirada en hechos reales, “Ford v. Ferrari” se centra en los esfuerzos desplegados por el equipo dispuesto por la fábrica norteamericana de automóviles para derrocar a la italiana Ferrari de su dominio hegemónico en las famosas 24 Horas de Le Mans. Años de triunfos consecutivos de la famosa “Scuderia” junto a sus pobres resultados en ventas, detonan la decisión de Ford de construir un auto para competir al más alto nivel en el automovilismo mundial.
La tarea no se ve sencilla. Es más, prácticamente es imposible. No obstante aquello, el enorme desafío recae en el prestigioso Carroll Shelby -Matt Damon- otrora piloto triunfador en Le Mans y ahora convertido en exitoso fabricante y vendedor de autos. Shelby no duda un segundo en aceptar un encargo que proviene del mismísimo Henry Ford II a través de su ejecutivo Lee Iacocca: construir un veloz deportivo desde cero para desbancar a Ferrari teniendo para ello un cheque en blanco pero solo 90 días de plazo. Carroll puede hacer su parte pero necesita si o si al mejor piloto. Aquello se transforma en lo más complejo, porque su elección, Ken Miles -Christian Bale-, es decidido, arriesgado y tal vez el más veloz y preparado de todos, pero su fama -en realidad no solo su fama sino realmente sus reacciones- de díscolo frena toda confianza en él por parte de los ejecutivos mandamases.
La dinámica de la cinta es vertiginosa. No solo tiene escenas magníficas de los autos, tanto en sus etapas de preparación, pruebas y en carrera, sino que adiciona una serie de detalles técnicos que aportan lo suyo al relato sin ser demasiado específicos o mayoritariamente aburridos. Observamos con extrema claridad que la competencia es de autos, o sea de fierros, piezas y ensamblajes, sin embargo también se explicita lo importante que es el papel del piloto para tener éxito. Es fundamental tener un conductor que conozca en profundidad la mecánica de los bólidos y que pueda aportar desde su experiencia en el desarrollo del coche en forma conjunta con los ingenieros, diseñadores y mecánicos que tienen a cargo las exigentes responsabilidades técnicas. Miles reúne todas las condiciones; empuja, cuestiona y también pelea contra sí mismo, contra su carácter y rebeldía.
La cinta funciona de manera espléndida por muchas razones. Su guion es fluido y equilibrado, los diálogos son certeros, las imágenes por momentos impactan y las escenas más reposadas están llenas de una emocionalidad a flor de piel que recae principalmente en la familia de Ken, en su cariñosa esposa y en su hijo pequeño, quizá el más fiel de sus admiradores. Emotiva es la escena entre ambos contemplando “la vuelta perfecta”, también lo es cuando el pequeño escucha por radio una carrera y cuando ven Le Mans por televisión junto a su madre.
La templanza, el coraje y el riesgo son fundamentales y, sobre todo, si deben sobreponerse a la comodidad de los ejecutivos de escritorio que toman decisiones solo en base a informes y a conveniencias políticas y comerciales, ignorando la realidad cotidiana. Shelby y Miles forman una dupla explosiva que tiene sus mayores detractores y competidores al interior de la misma compañía, algo difícil de entender si supuestamente todos están alineados hacia un objetivo común. Es por ello que en la lectura de esta cinta el antagonista no sea la poderosa competencia italiana sino que sea un ejecutivo de la propia empresa, de cuello y corbata, quien no se ensucia las manos y solo vela por sus propios intereses particulares.
“Contra lo imposible”, su deficiente título en español, ofrece dos horas y media de tensión de la que no podemos escapar. Si conocemos la historia, sabemos el final y si no la conocemos, sospechamos como se puede resolver el argumento. Por ello tiene mayor valor aún la forma de narrar elegida por el director James Mangold pues logra suspenso y emoción permanente agregando el aporte sustantivo que la dupla actoral Damon-Bale entregan a una película que es pura humanidad -sueños, fracasos, algunos éxitos, amistad, lealtad, amor, contención, valor y coraje- con una competencia de fábricas de autos como telón de fondo.
Ficha técnica
Título original: Ford v. Ferrari
Año: 2019
Duración: 152 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Coproducción Estados Unidos-Francia; Chernin Entertainment / 20th Century Fox
Género: Drama. Acción | Biográfico. Coches / Automovilismo. Amistad. Años 60
Guion: Jason Keller, James Mangold, Jez Butterworth, John-Henry Butterworth (Libro: A.J. Baime)
Música: Marco Beltrami
Fotografía: Phedon Papamichael
Reparto: Matt Damon, Christian Bale, Jon Bernthal, Caitriona Balfe, Noah Jupe, Josh Lucas, Tracy Letts, JJ Feild, Ray McKinnon, Rudolf Martin, Ward Horton, Bridie Latona, Lachlan Buchanan, Christopher Darga, Sean Carrigan, Ian Harding, Wallace Langham, Wyatt Nash, Jonathan LaPaglia, Stefania Spampinato, Jenelle McKee, Marisa Petroro, Benjamin Rigby, Brea Bee, Andrew Burlinson, Adam Stuart, Roberta Sparta, Remo Girone
Dirección: James Mangold
La dinámica de la cinta es vertiginosa. No solo tiene escenas magníficas de los autos, tanto en sus etapas de preparación, pruebas y en carrera, sino que adiciona una serie de detalles técnicos que aportan lo suyo al relato sin ser demasiado específicos o mayoritariamente aburridos. Observamos con extrema claridad que la competencia es de autos, o sea de fierros, piezas y ensamblajes, sin embargo también se explicita lo importante que es el papel del piloto para tener éxito. Es fundamental tener un conductor que conozca en profundidad la mecánica de los bólidos y que pueda aportar desde su experiencia en el desarrollo del coche en forma conjunta con los ingenieros, diseñadores y mecánicos que tienen a cargo las exigentes responsabilidades técnicas. Miles reúne todas las condiciones; empuja, cuestiona y también pelea contra sí mismo, contra su carácter y rebeldía.
La cinta funciona de manera espléndida por muchas razones. Su guion es fluido y equilibrado, los diálogos son certeros, las imágenes por momentos impactan y las escenas más reposadas están llenas de una emocionalidad a flor de piel que recae principalmente en la familia de Ken, en su cariñosa esposa y en su hijo pequeño, quizá el más fiel de sus admiradores. Emotiva es la escena entre ambos contemplando “la vuelta perfecta”, también lo es cuando el pequeño escucha por radio una carrera y cuando ven Le Mans por televisión junto a su madre.
La templanza, el coraje y el riesgo son fundamentales y, sobre todo, si deben sobreponerse a la comodidad de los ejecutivos de escritorio que toman decisiones solo en base a informes y a conveniencias políticas y comerciales, ignorando la realidad cotidiana. Shelby y Miles forman una dupla explosiva que tiene sus mayores detractores y competidores al interior de la misma compañía, algo difícil de entender si supuestamente todos están alineados hacia un objetivo común. Es por ello que en la lectura de esta cinta el antagonista no sea la poderosa competencia italiana sino que sea un ejecutivo de la propia empresa, de cuello y corbata, quien no se ensucia las manos y solo vela por sus propios intereses particulares.
“Contra lo imposible”, su deficiente título en español, ofrece dos horas y media de tensión de la que no podemos escapar. Si conocemos la historia, sabemos el final y si no la conocemos, sospechamos como se puede resolver el argumento. Por ello tiene mayor valor aún la forma de narrar elegida por el director James Mangold pues logra suspenso y emoción permanente agregando el aporte sustantivo que la dupla actoral Damon-Bale entregan a una película que es pura humanidad -sueños, fracasos, algunos éxitos, amistad, lealtad, amor, contención, valor y coraje- con una competencia de fábricas de autos como telón de fondo.
Ficha técnica
Título original: Ford v. Ferrari
Año: 2019
Duración: 152 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Coproducción Estados Unidos-Francia; Chernin Entertainment / 20th Century Fox
Género: Drama. Acción | Biográfico. Coches / Automovilismo. Amistad. Años 60
Guion: Jason Keller, James Mangold, Jez Butterworth, John-Henry Butterworth (Libro: A.J. Baime)
Música: Marco Beltrami
Fotografía: Phedon Papamichael
Reparto: Matt Damon, Christian Bale, Jon Bernthal, Caitriona Balfe, Noah Jupe, Josh Lucas, Tracy Letts, JJ Feild, Ray McKinnon, Rudolf Martin, Ward Horton, Bridie Latona, Lachlan Buchanan, Christopher Darga, Sean Carrigan, Ian Harding, Wallace Langham, Wyatt Nash, Jonathan LaPaglia, Stefania Spampinato, Jenelle McKee, Marisa Petroro, Benjamin Rigby, Brea Bee, Andrew Burlinson, Adam Stuart, Roberta Sparta, Remo Girone
Dirección: James Mangold
Un día lluvioso en Nueva York
La perseverancia de Woody Allen no deja de sorprender. Una película al año, su máxima desde hace mucho tiempo, se cumple una y otra vez. Esta vez, la mirada del cineasta se posa en una joven pareja de estudiantes del Yardley College. Gatsby Welles -Timothée Chalamet- y Ashleigh -Elle Fanning- tienen algunos intereses en común y además los une el dinero de sus familias. Un trabajo universitario de Ashleigh los impulsa a concretar un anhelado fin de semana en Nueva York para que ella entreviste al reconocido cineasta Roland Pollard -Liev Schreiber- mientras Gatsby le enseña su ciudad, el hogar de su infancia, sus barrios y algunos de sus atractivos turísticos culturales.
Allen va progresando en un guion que lentamente nos introduce en los mundos internos de los dos protagonistas. Descubrimos así, entre otras cosas, la ingenuidad de Ashleigh y la profunda soledad de Gatsby. A través de diálogos intensos y profundos, dotados de brotes de simplicidad y comedia, hurgamos en las vidas de los dos jóvenes. Además, y producto de sus encuentros en la ciudad y las decisiones que van tomando, concurren otros personajes -Selena Gomez, Jude Law y Diego Luna- que profundizan nuestro acercamiento a la personalidad de ambos.
“Un día lluvioso en Nueva York” tiene el particular sello de Woody Allen. Liviana por momentos, encantadora en otros y también perturbadora, con giros, desencuentros y equívocos, nos produce calma, inquietud, risa y emoción, con contradicciones que a lo largo del metraje se suceden sin tropiezos y configuran una madeja que se va enredando y complicando cada vez más.
La salida del relato no es sencilla pero el director neoyorquino siempre tiene un “As” bajo la manga y lo ocupa con habilidad para cerrar un nuevo capítulo de su extensa filmografía -algunos señalan que sería un último homenaje a su Nueva York inspirador- aplaudida por quienes gozamos de su estilo y de su mirada siempre original, única y por ello diferente.
Ficha técnica
Título original: A Rainy Day in New York
Año: 2019
Duración: 92 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Gravier Productions / Perdido Productions
Género: Romance. Comedia | Comedia romántica
Guion: Woody Allen
Fotografía: Vittorio Storaro
Reparto: Timothée Chalamet, Elle Fanning, Selena Gomez, Jude Law, Diego Luna, Liev Schreiber, Annaleigh Ashford, Rebecca Hall, Cherry Jones, Will Rogers, Taylor Black, Kathryn Leigh Scott, Kelly Rohrbach, Edward James Hyland, Natasha Romanova, Suki Waterhouse, Griffin Newman, Claudette Lalí, Jacob Berger, Elijah Boothe, Dylan Prince, Olivia Boreham-Wing, Liz Celeste, Catherine LeFrere, Tyler Weaks, Chris Banks, Gurdeep Singh, Suzanne Smith, Geoff Schuppert, Deniz Demirer, George Aloi, Cole Matson, Marko Caka, Shannone Holt
Dirección: Woody Allen
Allen va progresando en un guion que lentamente nos introduce en los mundos internos de los dos protagonistas. Descubrimos así, entre otras cosas, la ingenuidad de Ashleigh y la profunda soledad de Gatsby. A través de diálogos intensos y profundos, dotados de brotes de simplicidad y comedia, hurgamos en las vidas de los dos jóvenes. Además, y producto de sus encuentros en la ciudad y las decisiones que van tomando, concurren otros personajes -Selena Gomez, Jude Law y Diego Luna- que profundizan nuestro acercamiento a la personalidad de ambos.
“Un día lluvioso en Nueva York” tiene el particular sello de Woody Allen. Liviana por momentos, encantadora en otros y también perturbadora, con giros, desencuentros y equívocos, nos produce calma, inquietud, risa y emoción, con contradicciones que a lo largo del metraje se suceden sin tropiezos y configuran una madeja que se va enredando y complicando cada vez más.
La salida del relato no es sencilla pero el director neoyorquino siempre tiene un “As” bajo la manga y lo ocupa con habilidad para cerrar un nuevo capítulo de su extensa filmografía -algunos señalan que sería un último homenaje a su Nueva York inspirador- aplaudida por quienes gozamos de su estilo y de su mirada siempre original, única y por ello diferente.
Ficha técnica
Título original: A Rainy Day in New York
Año: 2019
Duración: 92 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Gravier Productions / Perdido Productions
Género: Romance. Comedia | Comedia romántica
Guion: Woody Allen
Fotografía: Vittorio Storaro
Reparto: Timothée Chalamet, Elle Fanning, Selena Gomez, Jude Law, Diego Luna, Liev Schreiber, Annaleigh Ashford, Rebecca Hall, Cherry Jones, Will Rogers, Taylor Black, Kathryn Leigh Scott, Kelly Rohrbach, Edward James Hyland, Natasha Romanova, Suki Waterhouse, Griffin Newman, Claudette Lalí, Jacob Berger, Elijah Boothe, Dylan Prince, Olivia Boreham-Wing, Liz Celeste, Catherine LeFrere, Tyler Weaks, Chris Banks, Gurdeep Singh, Suzanne Smith, Geoff Schuppert, Deniz Demirer, George Aloi, Cole Matson, Marko Caka, Shannone Holt
Dirección: Woody Allen
martes, 3 de diciembre de 2019
El Irlandés
La altura y solidez de este edificio audiovisual construido por Martin Scorsese es admirable. No se trata solo de una historia riquísima y llena de matices que está interpretada por un magnífico trío de actores sino que es la historia de toda una época relatada en forma épica.
Frank Sheeran -un soberbio Robert De Niro- es quien concentra y conduce la narración. Veterano de la Segunda Guerra y camionero de oficio, su vida da un giro radical al comenzar a relacionarse con la familia Bufalino, reconocidos gánsteres de extenso currículum. Frank ya andaba en malos pasos poniendo en riesgo su fuente laboral pero al entablar amistad con Russell Bufalino -Joe Pesci impresionante-, comienza a desarrollar la base de lo que será su sello: estafador, sicario y mafioso. El trío principal de protagonistas se completa con Jimmy Hoffa -vibrante Al Pacino- a quien Frank sirve de mano derecha provista por Russell en una especie de “comisión de servicio”. La amistad, la lealtad, la familia, los negocios y una velada búsqueda de redención son aspectos fundamentales de un relato que abarca una vida completa, la vida de un irlandés que busca su lugar en el mundo y que quedará para siempre en la historia.
El relato se basa en el libro biográfico "I Heard You Paint Houses", de Charles Brandt y el guion lo firma Steven Zaillian -La lista de Schindler- lo que otorga al argumento un peso que no es fácil de llevar. La crónica describe la maraña intrínseca del crimen organizado, su mundo interior y las rivalidades permanentes junto con la peligrosa y a la vez lucrativa relación con la política. Además, y por si fuera poco, el escrito se hace cargo de hacer una hipótesis sobre el misterio de la desaparición del legendario sindicalista Jimmy Hoffa. Ante este contenido, vasto y disímil, aparece Martin Scorsese como un director de orquesta que es capaz de leer la partitura completa y determinar los tiempos, la intensidad y los detalles que se deben tomar en consideración y luego complementar y canalizar para lograr un metraje que atrapa desde el primer minuto, con fluidez, sin prisa y sin pausa, y que resulta sencillamente delicioso.
Profundizar en aspectos de la historia me parece que es poco necesario. Es mucho mejor tener la oportunidad de descubrirlos como una experiencia porque la multiplicidad de detalles presentes son enormes y la batuta del director no escatima elementos ni tampoco tiempo para encantarnos. Hay tantas herramientas cinematográficas puestas al servicio del arte que cada una se disfruta y se goza a pleno. Prodigiosas actuaciones, encuadres que alucinan, escenas largas provistas de una coreografía y coordinación maravillosa, finas ediciones, cortes perfectos, enlaces sobresalientes, cámara ultra lenta, etc., son algunos de los elementos a los que se se suma un extraordinario trabajo digital de rejuvenecimiento y envejecimiento de los actores que permite abarcar muchos años en paralelo y también en forma lineal.
“The Irishman” es probablemente “la película” de este año 2019. Y que esté disponible en NETFLIX tiene lo que podría ser una ventaja y una desventaja en su origen. Por una parte, posee la facilidad de estar al alcance de la mano, en casa y a un click para millones de personas, pero por otra, disfrutarla en el cine no tiene comparación porque este es CINE con mayúsculas. La duración de la cinta, sus casi tres horas y media, algo que ha estado también en el debate, tiene puntos a favor y en contra, sobre todo en tiempos donde nuestro nivel de atención disminuye cada vez más y nos cuesta concentrarnos. No obstante esta realidad, el riesgo asumido por el director reditúa con creces porque la cinta se merece cada minuto de su duración.
Recomiendo ver “El Irlandés” en el cine pero, si no es posible, sugiero desconectar todo y determinar un lapso de tiempo sin interrupciones, sin mensajes y sin distracciones. Sentarse frente a la televisión también es posible, pero, insisto, evitando distracciones. Lo importante es prepararse para disfrutarla porque su visualización es una experiencia, es algo que nos debe traspasar, cuestionar y remecer de tal forma que luego de vivirla no seamos los mismos. Este es el desafío que Martin Scorsese nos propone y que una vez aceptado, nos eleva hacia alturas que difícilmente podemos intuir o sospechar.
Ficha técnica
Título original: The Irishman
Año: 2019
Duración: 209 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Netflix / Sikelia Productions / Tribeca Productions. Distribuida por Netflix. Productor: Martin Scorsese
Género: Thriller. Drama | Biográfico. Crimen. Mafia. Vejez. Amistad. Años 70. Años 60
Guion: Steven Zaillian (Libro: Charles Brandt)
Música: Robbie Robertson
Fotografía: Rodrigo Prieto
Reparto: Robert De Niro, Al Pacino, Joe Pesci, Stephen Graham, Harvey Keitel, Bobby Cannavale, Anna Paquin, Ray Romano, Kathrine Narducci, Jesse Plemons, Jack Huston, Domenick Lombardozzi, Jeremy Luke, Gary Basaraba, Steve Van Zandt, Welker White, Action Bronson, Chelsea Sheets, Kate Arrington, Sebastian Maniscalco, Stephanie Kurtzuba, Aleksa Palladino, Marin Ireland, Jake Hoffman, Paul Ben-Victor, Louis Cancelmi, Aly Mang, Jennifer Mudge, Patrick Gallo, Rebecca Faulkenberry, Larry Romano, Margaret Anne Florence, Barry Primus, Bo Dietl, J.C. MacKenzie, Thomas E. Sullivan
Dirección: Martin Scorsese
Frank Sheeran -un soberbio Robert De Niro- es quien concentra y conduce la narración. Veterano de la Segunda Guerra y camionero de oficio, su vida da un giro radical al comenzar a relacionarse con la familia Bufalino, reconocidos gánsteres de extenso currículum. Frank ya andaba en malos pasos poniendo en riesgo su fuente laboral pero al entablar amistad con Russell Bufalino -Joe Pesci impresionante-, comienza a desarrollar la base de lo que será su sello: estafador, sicario y mafioso. El trío principal de protagonistas se completa con Jimmy Hoffa -vibrante Al Pacino- a quien Frank sirve de mano derecha provista por Russell en una especie de “comisión de servicio”. La amistad, la lealtad, la familia, los negocios y una velada búsqueda de redención son aspectos fundamentales de un relato que abarca una vida completa, la vida de un irlandés que busca su lugar en el mundo y que quedará para siempre en la historia.
El relato se basa en el libro biográfico "I Heard You Paint Houses", de Charles Brandt y el guion lo firma Steven Zaillian -La lista de Schindler- lo que otorga al argumento un peso que no es fácil de llevar. La crónica describe la maraña intrínseca del crimen organizado, su mundo interior y las rivalidades permanentes junto con la peligrosa y a la vez lucrativa relación con la política. Además, y por si fuera poco, el escrito se hace cargo de hacer una hipótesis sobre el misterio de la desaparición del legendario sindicalista Jimmy Hoffa. Ante este contenido, vasto y disímil, aparece Martin Scorsese como un director de orquesta que es capaz de leer la partitura completa y determinar los tiempos, la intensidad y los detalles que se deben tomar en consideración y luego complementar y canalizar para lograr un metraje que atrapa desde el primer minuto, con fluidez, sin prisa y sin pausa, y que resulta sencillamente delicioso.
Profundizar en aspectos de la historia me parece que es poco necesario. Es mucho mejor tener la oportunidad de descubrirlos como una experiencia porque la multiplicidad de detalles presentes son enormes y la batuta del director no escatima elementos ni tampoco tiempo para encantarnos. Hay tantas herramientas cinematográficas puestas al servicio del arte que cada una se disfruta y se goza a pleno. Prodigiosas actuaciones, encuadres que alucinan, escenas largas provistas de una coreografía y coordinación maravillosa, finas ediciones, cortes perfectos, enlaces sobresalientes, cámara ultra lenta, etc., son algunos de los elementos a los que se se suma un extraordinario trabajo digital de rejuvenecimiento y envejecimiento de los actores que permite abarcar muchos años en paralelo y también en forma lineal.
“The Irishman” es probablemente “la película” de este año 2019. Y que esté disponible en NETFLIX tiene lo que podría ser una ventaja y una desventaja en su origen. Por una parte, posee la facilidad de estar al alcance de la mano, en casa y a un click para millones de personas, pero por otra, disfrutarla en el cine no tiene comparación porque este es CINE con mayúsculas. La duración de la cinta, sus casi tres horas y media, algo que ha estado también en el debate, tiene puntos a favor y en contra, sobre todo en tiempos donde nuestro nivel de atención disminuye cada vez más y nos cuesta concentrarnos. No obstante esta realidad, el riesgo asumido por el director reditúa con creces porque la cinta se merece cada minuto de su duración.
Recomiendo ver “El Irlandés” en el cine pero, si no es posible, sugiero desconectar todo y determinar un lapso de tiempo sin interrupciones, sin mensajes y sin distracciones. Sentarse frente a la televisión también es posible, pero, insisto, evitando distracciones. Lo importante es prepararse para disfrutarla porque su visualización es una experiencia, es algo que nos debe traspasar, cuestionar y remecer de tal forma que luego de vivirla no seamos los mismos. Este es el desafío que Martin Scorsese nos propone y que una vez aceptado, nos eleva hacia alturas que difícilmente podemos intuir o sospechar.
Ficha técnica
Título original: The Irishman
Año: 2019
Duración: 209 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Netflix / Sikelia Productions / Tribeca Productions. Distribuida por Netflix. Productor: Martin Scorsese
Género: Thriller. Drama | Biográfico. Crimen. Mafia. Vejez. Amistad. Años 70. Años 60
Guion: Steven Zaillian (Libro: Charles Brandt)
Música: Robbie Robertson
Fotografía: Rodrigo Prieto
Reparto: Robert De Niro, Al Pacino, Joe Pesci, Stephen Graham, Harvey Keitel, Bobby Cannavale, Anna Paquin, Ray Romano, Kathrine Narducci, Jesse Plemons, Jack Huston, Domenick Lombardozzi, Jeremy Luke, Gary Basaraba, Steve Van Zandt, Welker White, Action Bronson, Chelsea Sheets, Kate Arrington, Sebastian Maniscalco, Stephanie Kurtzuba, Aleksa Palladino, Marin Ireland, Jake Hoffman, Paul Ben-Victor, Louis Cancelmi, Aly Mang, Jennifer Mudge, Patrick Gallo, Rebecca Faulkenberry, Larry Romano, Margaret Anne Florence, Barry Primus, Bo Dietl, J.C. MacKenzie, Thomas E. Sullivan
Dirección: Martin Scorsese
viernes, 29 de noviembre de 2019
Los Reyes
Con una fotografía deslumbrante y una calidad de producción excelente, “Los Reyes”, de los realizadores Bettina Perut e Iván Osnovikoff, es un documental que no nos deja indiferentes. Centrado en la observación cuidadosa y detallada de dos perros -Fútbol y Chola-, la fotografía de Pablo Valdés descubre a través de la mirada de estos canes una realidad marginal, la mayor de las veces reprimida, oculta e ignorada, de un grupo de adolescentes que patinan en skate y que comparten su vida a través de sus diálogos, con el Parque Los Reyes y la ciudad de Santiago de Chile como telón de fondo.
Las imágenes son elocuentes. La cámara fija, en diferentes dimensiones, planos abiertos y acercamientos, es una ventana que nos permite enfocar la mirada; un ojo que observa un mismo lugar en diferentes momentos y que en paralelo nos adormece para escuchar las voces -sin rostro, solo siluetas- de los jóvenes que allí se reúnen. Las conversaciones son intensas, fuertes y también provocan más de alguna sonrisa. Dan cuenta de sus dificultades cotidianas, de sus sueños futuros y lejanos como el deseo de vivir en otra comuna, de sus frustraciones -estudios incompletos y la urgencia de trabajar en algo-, del consumo y venta de droga, la falta de oportunidades, el abuso infantil, la opresión en familias disfuncionales y el abuso policial. Estos jóvenes que exponen una condición de vulneración social que probablemente es imposible modificar, también conversan sobre la amistad que los une y dejan entrever valores como un embarazo adolescente y la decisión de tener al bebé. La crudeza y realidad de estos diálogos parecen estar en las antípodas de lo que es retratado con las imágenes de los perros. Es un discurso fuerte, permanente, activo, que no visualiza ninguna luz de esperanza; está allí para quedarse.
Bettina Perut e Iván Osnovikoff originalmente querían mostrar las historias de estos jóvenes, sin embargo lo convencional que podía llegar a ser ese relato no les convencía del todo. En ese momento, Fútbol y Chola aparecen en el Parque y cambian su perspectiva. Ahora la observación recae en estos encantadores y tiernos perros que juegan con todo tipo de pelotas, interactúan con su entorno y con los jóvenes, se acompañan, se cuidan, son protegidos por empleados municipales y ladran a todo tipo de desconocidos que atraviesan por el parque. Ellos son los anfitriones y vemos todo a través de sus ojos. Es especial el cómo, observando sus miradas, gestos, instintos y costumbres, logramos visualizar el espacio-tiempo; tan minimalista por un lado y tan global por otro.
El resultado de este material es de excelencia. Premiado en varios festivales internacionales, el fruto del trabajo dedicado y paciente de sus creadores nos abre a otras perspectivas que no habíamos imaginado en un comienzo. Es difícil describir la sensación que producen sus 78 minutos y creo que es porque se deslizan muchísimos sentimientos y emociones durante su desarrollo. Podemos mirarlo con más o menos profundidad, deslizar teorías sobre lo que racionalmente nos quisieron comunicar o bien dejar que espontáneamente la emotividad nos inunde. En cualquiera de los casos -y tal vez también hay muchos otros-, esta cinta nos impulsa a pensar, a sentir, a discernir y a observar con mayor profundidad temáticas crudas y dolorosas, presentes cada vez con más fuerza en nuestra realidad actual, entrañablemente guiados por Fútbol y Chola a quienes aceptamos de inmediato como nuestros guías y observadores privilegiados.
Ficha técnica
Título original: Los reyes
Año: 2018
Duración: 78 minutos
País: Chile
Productora: Coproducción Chile-Alemania; Perut + Osnovikoff / Dirk Manthey Film
Género: Documental | Perros/Lobos. Skateboard. Amistad
Fotografía: Pablo Valdés
Reparto: Documentary, Sebastián Añigual, Paulina Herrera, Sebastian Alcalde, Tomas Alul, Victor Bañados, Elizabeth Cabeza, Ignacio Bañados
Dirección: Bettina Perut, Iván Osnovikoff
Las imágenes son elocuentes. La cámara fija, en diferentes dimensiones, planos abiertos y acercamientos, es una ventana que nos permite enfocar la mirada; un ojo que observa un mismo lugar en diferentes momentos y que en paralelo nos adormece para escuchar las voces -sin rostro, solo siluetas- de los jóvenes que allí se reúnen. Las conversaciones son intensas, fuertes y también provocan más de alguna sonrisa. Dan cuenta de sus dificultades cotidianas, de sus sueños futuros y lejanos como el deseo de vivir en otra comuna, de sus frustraciones -estudios incompletos y la urgencia de trabajar en algo-, del consumo y venta de droga, la falta de oportunidades, el abuso infantil, la opresión en familias disfuncionales y el abuso policial. Estos jóvenes que exponen una condición de vulneración social que probablemente es imposible modificar, también conversan sobre la amistad que los une y dejan entrever valores como un embarazo adolescente y la decisión de tener al bebé. La crudeza y realidad de estos diálogos parecen estar en las antípodas de lo que es retratado con las imágenes de los perros. Es un discurso fuerte, permanente, activo, que no visualiza ninguna luz de esperanza; está allí para quedarse.
Bettina Perut e Iván Osnovikoff originalmente querían mostrar las historias de estos jóvenes, sin embargo lo convencional que podía llegar a ser ese relato no les convencía del todo. En ese momento, Fútbol y Chola aparecen en el Parque y cambian su perspectiva. Ahora la observación recae en estos encantadores y tiernos perros que juegan con todo tipo de pelotas, interactúan con su entorno y con los jóvenes, se acompañan, se cuidan, son protegidos por empleados municipales y ladran a todo tipo de desconocidos que atraviesan por el parque. Ellos son los anfitriones y vemos todo a través de sus ojos. Es especial el cómo, observando sus miradas, gestos, instintos y costumbres, logramos visualizar el espacio-tiempo; tan minimalista por un lado y tan global por otro.
El resultado de este material es de excelencia. Premiado en varios festivales internacionales, el fruto del trabajo dedicado y paciente de sus creadores nos abre a otras perspectivas que no habíamos imaginado en un comienzo. Es difícil describir la sensación que producen sus 78 minutos y creo que es porque se deslizan muchísimos sentimientos y emociones durante su desarrollo. Podemos mirarlo con más o menos profundidad, deslizar teorías sobre lo que racionalmente nos quisieron comunicar o bien dejar que espontáneamente la emotividad nos inunde. En cualquiera de los casos -y tal vez también hay muchos otros-, esta cinta nos impulsa a pensar, a sentir, a discernir y a observar con mayor profundidad temáticas crudas y dolorosas, presentes cada vez con más fuerza en nuestra realidad actual, entrañablemente guiados por Fútbol y Chola a quienes aceptamos de inmediato como nuestros guías y observadores privilegiados.
Ficha técnica
Título original: Los reyes
Año: 2018
Duración: 78 minutos
País: Chile
Productora: Coproducción Chile-Alemania; Perut + Osnovikoff / Dirk Manthey Film
Género: Documental | Perros/Lobos. Skateboard. Amistad
Fotografía: Pablo Valdés
Reparto: Documentary, Sebastián Añigual, Paulina Herrera, Sebastian Alcalde, Tomas Alul, Victor Bañados, Elizabeth Cabeza, Ignacio Bañados
Dirección: Bettina Perut, Iván Osnovikoff
martes, 19 de noviembre de 2019
El pasado que nos une
Esta cinta del director Bart Freundlich narra la particular historia de la responsable de un orfanato en India que necesita imperiosamente recursos económicos para seguir desarrollando su labor. Una interesante oportunidad se abre pues una donación cuantiosa ofrecida por una empresaria norteamericana puede cambiar la vida de muchísimos niños y niñas en situación de vulnerabilidad.
Isabel Anderson -Michelle Williams- tiene dudas sobre el dinero involucrado y por sobre todo de la exigencia de la donante, Theresa Young -Julianne Moore-, quien quiere que viaje a Nueva York para conocerla y definir los términos del millonario aporte. Pese a su reticencia inicial, Isabel accede a la petición; todo es demasiado hermoso para ser real. La donación es verdadera y también lo es la intención genuina de Theresa de ayudar a la noble causa. No obstante hay algo más; una boda se celebra en esos días. Se trata del matrimonio de Grace, hija de Theresa y su esposo Oscar -Billy Crudup-, e Isabel es invitada a compartir en el evento familiar. En ese momento se une la historia presente con su pasado, las opciones, los caminos y las decisiones que tomó, junto a todo aquello que ha configurado su vida desde entonces.
La película es un remake de la exitosa cinta danesa del mismo nombre -“After the Wedding”- que el año 2006 fue nominada al Oscar como mejor película extranjera. La historia es potente, llena de significaciones y con una emocionalidad a flor de piel. Esta versión, sin embargo, no conecta en ese sentido pues carece de un guion que le permita desarrollar y profundizar el tejido del relato, dotar a los personajes de mayor sensibilidad y configurar una narrativa que conduzca hacia los puntos de mayor tensión sin que estos parezcan fuera de contexto.
Dos tomas aéreas abren y cierran la película, casi como si se tratara de unas comillas. Pueden tener un significado diferente, como tomando distancia, pero parecieran ser una cita a la cinta original. Los actores también se encuentran “entre comillas” pese a tener solidez y gran experiencia. Verlos a la deriva durante varios momentos del filme da la sensación que algo quedó trunco en el camino, en la producción o tal vez en los tiempos y la forma de filmación. Hay escenas que parecen rodadas en otro contexto y que al momento de editarlas y componerlas como parte del desarrollo narrativo no se visualizan como resultado de un progreso dramático, pese al esfuerzo evidentemente desplegado por sus actores.
“El pasado que nos une” tiene su mayor debilidad en la falta de desarrollo de una idea que sin duda es rica en matices y originalidad. Tal vez la urgencia de hacer una nueva versión pudo jugar en contra o tal vez la adaptación resultó más difícil de realizar. No obstante estos reparos, la cinta no se hace densa y sus 110 minutos transcurren con cierta fluidez. Lo anticipable de las situaciones que se muestran y la mezquindad narrativa en la que cae por largos minutos -diálogos cotidianos, lentos y sin banda sonora- alargan innecesariamente una cinta que perfectamente podría haberse limitado en duración y contenido, para conseguir un resultado distinto.
Ficha técnica
Título original: After the Wedding
Año: 2019
Duración: 110 minutos
País: Estados Unidos
Productora: MPATW / Paradox Studios / Rock Island. Distribuida por Sony Pictures Classics
Género: Drama | Remake. Familia. Melodrama
Guion: Bart Freundlich (Guion original: Susanne Bier, Anders Thomas Jensen)
Música: Mychael Danna
Fotografía: Julio Macat
Reparto: Julianne Moore, Michelle Williams, Billy Crudup, Will Chase, Alex Esola, Abby Quinn, Eisa Davis, Azhy Robertson, Doris McCarthy, Alex Cranmer, Ron Simons, Amelia Workman
Dirección: Bart Freundlich
Isabel Anderson -Michelle Williams- tiene dudas sobre el dinero involucrado y por sobre todo de la exigencia de la donante, Theresa Young -Julianne Moore-, quien quiere que viaje a Nueva York para conocerla y definir los términos del millonario aporte. Pese a su reticencia inicial, Isabel accede a la petición; todo es demasiado hermoso para ser real. La donación es verdadera y también lo es la intención genuina de Theresa de ayudar a la noble causa. No obstante hay algo más; una boda se celebra en esos días. Se trata del matrimonio de Grace, hija de Theresa y su esposo Oscar -Billy Crudup-, e Isabel es invitada a compartir en el evento familiar. En ese momento se une la historia presente con su pasado, las opciones, los caminos y las decisiones que tomó, junto a todo aquello que ha configurado su vida desde entonces.
La película es un remake de la exitosa cinta danesa del mismo nombre -“After the Wedding”- que el año 2006 fue nominada al Oscar como mejor película extranjera. La historia es potente, llena de significaciones y con una emocionalidad a flor de piel. Esta versión, sin embargo, no conecta en ese sentido pues carece de un guion que le permita desarrollar y profundizar el tejido del relato, dotar a los personajes de mayor sensibilidad y configurar una narrativa que conduzca hacia los puntos de mayor tensión sin que estos parezcan fuera de contexto.
Dos tomas aéreas abren y cierran la película, casi como si se tratara de unas comillas. Pueden tener un significado diferente, como tomando distancia, pero parecieran ser una cita a la cinta original. Los actores también se encuentran “entre comillas” pese a tener solidez y gran experiencia. Verlos a la deriva durante varios momentos del filme da la sensación que algo quedó trunco en el camino, en la producción o tal vez en los tiempos y la forma de filmación. Hay escenas que parecen rodadas en otro contexto y que al momento de editarlas y componerlas como parte del desarrollo narrativo no se visualizan como resultado de un progreso dramático, pese al esfuerzo evidentemente desplegado por sus actores.
“El pasado que nos une” tiene su mayor debilidad en la falta de desarrollo de una idea que sin duda es rica en matices y originalidad. Tal vez la urgencia de hacer una nueva versión pudo jugar en contra o tal vez la adaptación resultó más difícil de realizar. No obstante estos reparos, la cinta no se hace densa y sus 110 minutos transcurren con cierta fluidez. Lo anticipable de las situaciones que se muestran y la mezquindad narrativa en la que cae por largos minutos -diálogos cotidianos, lentos y sin banda sonora- alargan innecesariamente una cinta que perfectamente podría haberse limitado en duración y contenido, para conseguir un resultado distinto.
Ficha técnica
Título original: After the Wedding
Año: 2019
Duración: 110 minutos
País: Estados Unidos
Productora: MPATW / Paradox Studios / Rock Island. Distribuida por Sony Pictures Classics
Género: Drama | Remake. Familia. Melodrama
Guion: Bart Freundlich (Guion original: Susanne Bier, Anders Thomas Jensen)
Música: Mychael Danna
Fotografía: Julio Macat
Reparto: Julianne Moore, Michelle Williams, Billy Crudup, Will Chase, Alex Esola, Abby Quinn, Eisa Davis, Azhy Robertson, Doris McCarthy, Alex Cranmer, Ron Simons, Amelia Workman
Dirección: Bart Freundlich
martes, 12 de noviembre de 2019
Estafadoras de Wall Street
Esta cinta tuvo su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Toronto y de inmediato se transformó en una sorpresa por la recepción del público y de la crítica. Escrita y dirigida por Lorene Scafaria y basada en el artículo de prensa del año 2015, “The Hustlers at Scores” de Jessica Pressler, la película -protagonizada por Jennifer López, Constance Wu, Cardi B, Keke Palmer, Julia Stiles y Lili Reinhart- narra la historia de un grupo de bailarinas de striptease que se confabulan para estafar a sus clientes, todos ricos ejecutivos del mundo financiero de Wall Street, quienes incautamente caen en sus redes de alcohol, sexo y diversión. Todo comienza a peligrar cuando una periodista del New York Magazine comienza a investigar los hechos y este naciente y lucrativo “negocio familiar” empieza a tambalear poniendo en jaque la lealtad de las amigas.
“Hustlers” -su título original- presenta a Jennifer López interpretando a Ramona Vega, como líder del grupo. Su actuación, llena de desplante y carisma, seduce desde un comienzo y se complementa a la perfección con el resto del reparto. Cada una de las protagonistas tiene sus propios problemas, situaciones económicas y familiares que resolver. Es por eso que la idea de obtener beneficios de estos nuevos “clientes” les despierta más esperanza que temor. No obstante, observamos a poco andar que el engranaje no está exento de dificultades y puede hacer agua en cualquier momento pues no es fácil mantenerse firme si se ven amenazadas por el descubrimiento paulatino de la verdad.
La película está inspirada en hechos reales, lo que es significativo, porque dota a la historia de realismo. La madeja se va componiendo en forma lenta, nada es apresurado e incluso por momentos pareciera que el ritmo decae por prestar atención en detalles importantes pero no fundamentales en el desarrollo del guion. En esos momentos es que destacan aun más las actuaciones, porque Jénnifer López llena la pantalla y el coro responde espléndido para mostrar un ambiente lleno de lujuria y desenfreno; Constance Wu como Destiny -Wu-, Keke Palmer como Mercedes y Lili Reinhart como Annabelle, están todas en alto nivel.
En un tono de comedia, la película también cumple un rol de denuncia. Como bailarinas son abusadas, les pagan menos de lo que les corresponde, están expuestas a todo tipo de malos ratos y actos denigrantes provocándoles frustración y rabia. Sin embargo, al proponerse dar vuelta la situación, son ellas las que ahora abusan y roban a otros, usando su belleza, sus encantos y su máxima seducción. Esta premisa también es denuncia; si los ejecutivos de Wall Street le han robado a todo el mundo, ¿por qué ellas no pueden hacerlo? “El juego está arreglado y no premia a los que si siguen las reglas”, menciona Ramona como una bandera de lucha.
La ambición, el poder, el dinero y las mentiras son adictivas pero tienen límites. La vulnerabilidad de la cadena permite que se corte en los lugares más débiles, es decir, cuando la amenaza recae en cada una, individualmente, y deben decidir si velar por su propia causa o mantener la lealtad con un grupo que se ve cada vez más acorralado.
Visualmente atractiva y con un fondo muy actual, “Las estafadoras de Wall Street” responde a las expectativas de su recepción y resulta ser una cinta interesante que aporta niveles de lectura inesperados para su género junto al tratamiento abierto de una temática que nunca es fácil ni sencilla de abordar.
Ficha técnica
Título original: Hustlers
Año: 2019
Duración: 110 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Gloria Sanchez Productions, STXfilms, Annapurna Pictures. Distribuida por STX Entertainment
Género: Drama. Comedia | Basado en hechos reales
Guion: Jessica Pressler, Lorene Scafaria
Fotografía: Todd Banhazl
Reparto: Jennifer Lopez, Constance Wu, Lili Reinhart, Julia Stiles, Cardi B, Mercedes Ruehl, Keke Palmer, Trace Lysette, Vanessa Aspillaga, Mette Towley, Lizzo, Madeline Brewer, Tia Barr, Tommy Bayiokos, Tommy Beardmore, Steven Boyer, Kristoffe Brodeur, Kristina Asriyan
Dirección: Lorene Scafaria
“Hustlers” -su título original- presenta a Jennifer López interpretando a Ramona Vega, como líder del grupo. Su actuación, llena de desplante y carisma, seduce desde un comienzo y se complementa a la perfección con el resto del reparto. Cada una de las protagonistas tiene sus propios problemas, situaciones económicas y familiares que resolver. Es por eso que la idea de obtener beneficios de estos nuevos “clientes” les despierta más esperanza que temor. No obstante, observamos a poco andar que el engranaje no está exento de dificultades y puede hacer agua en cualquier momento pues no es fácil mantenerse firme si se ven amenazadas por el descubrimiento paulatino de la verdad.
La película está inspirada en hechos reales, lo que es significativo, porque dota a la historia de realismo. La madeja se va componiendo en forma lenta, nada es apresurado e incluso por momentos pareciera que el ritmo decae por prestar atención en detalles importantes pero no fundamentales en el desarrollo del guion. En esos momentos es que destacan aun más las actuaciones, porque Jénnifer López llena la pantalla y el coro responde espléndido para mostrar un ambiente lleno de lujuria y desenfreno; Constance Wu como Destiny -Wu-, Keke Palmer como Mercedes y Lili Reinhart como Annabelle, están todas en alto nivel.
En un tono de comedia, la película también cumple un rol de denuncia. Como bailarinas son abusadas, les pagan menos de lo que les corresponde, están expuestas a todo tipo de malos ratos y actos denigrantes provocándoles frustración y rabia. Sin embargo, al proponerse dar vuelta la situación, son ellas las que ahora abusan y roban a otros, usando su belleza, sus encantos y su máxima seducción. Esta premisa también es denuncia; si los ejecutivos de Wall Street le han robado a todo el mundo, ¿por qué ellas no pueden hacerlo? “El juego está arreglado y no premia a los que si siguen las reglas”, menciona Ramona como una bandera de lucha.
La ambición, el poder, el dinero y las mentiras son adictivas pero tienen límites. La vulnerabilidad de la cadena permite que se corte en los lugares más débiles, es decir, cuando la amenaza recae en cada una, individualmente, y deben decidir si velar por su propia causa o mantener la lealtad con un grupo que se ve cada vez más acorralado.
Visualmente atractiva y con un fondo muy actual, “Las estafadoras de Wall Street” responde a las expectativas de su recepción y resulta ser una cinta interesante que aporta niveles de lectura inesperados para su género junto al tratamiento abierto de una temática que nunca es fácil ni sencilla de abordar.
Ficha técnica
Título original: Hustlers
Año: 2019
Duración: 110 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Gloria Sanchez Productions, STXfilms, Annapurna Pictures. Distribuida por STX Entertainment
Género: Drama. Comedia | Basado en hechos reales
Guion: Jessica Pressler, Lorene Scafaria
Fotografía: Todd Banhazl
Reparto: Jennifer Lopez, Constance Wu, Lili Reinhart, Julia Stiles, Cardi B, Mercedes Ruehl, Keke Palmer, Trace Lysette, Vanessa Aspillaga, Mette Towley, Lizzo, Madeline Brewer, Tia Barr, Tommy Bayiokos, Tommy Beardmore, Steven Boyer, Kristoffe Brodeur, Kristina Asriyan
Dirección: Lorene Scafaria
miércoles, 16 de octubre de 2019
Ema
La última cinta del director chileno Pablo Larraín nos recuerda algunos rasgos característicos de su estilo. Desde luego su producción nunca ha sido condescendiente, y si bien sus trabajos anteriores, “Neruda” y “Jackie”, distan de la incomodidad de “El Club” y “Post mortem”, con “Ema”, Larraín vuelve a sellos ya explorados en “Tony Manero” y “Fuga” -su ópera prima-, donde el punto principal es la sensación de desazón que transmite a la audiencia lo largo de toda la película.
Ema -Mariana Di Girolamo- es una joven bailarina y profesora de baile en un colegio, casada con Gastón -Gael García Bernal- coreógrafo de la compañía donde ambos participan. La pareja está en crisis pues han devuelto al SENAME -Servicio Nacional de Menores- al hijo adoptado por ellos; no pudieron, tal vez no fueron capaces y fueron superados por las conductas con que Polo los puso a prueba. Ema quiere seguir adelante, Gastón recrimina; Ema siente que aún es la madre de Polo, Gastón anhela la familia que no se pudo consolidar; Ema escapa, busca, improvisa, Gastón se sumerge en sí mismo y en sus actividades; están cada vez más distantes pero un vínculo los mantiene enlazados a pesar de ser un matrimonio que se está separando.
Pablo Larrain y su equipo logran provocar con una incómoda propuesta. El guion escrito por el mismo director junto a Guillermo Calderón y Alejandro Moreno parece un constante deambular, una improvisación dotada de características difíciles de ordenar, sin forma aparente y con finos detalles apreciables en cada escena y en cada secuencia. El oficio del director es mayúsculo, especialmente en los seguimientos que hace con la cámara y los primeros planos con los que retrata a sus protagonistas. Las luces del puerto de Valparaíso, los colores de su característico cielo, el espectáculo de baile de la compañía, gran producción escénica y telón de fondo de los primeros minutos del metraje, hablan de un amplio dominio visual con un desarrollo en el que banda sonora de Nicolas Jaar es un acierto.
“Ema” -y aquí se abre un espacio totalmente subjetivo- nos revela a un Larrain que explora el protagonismo femenino en forma opuesta al trabajo realizado anteriormente con “Jackie”, el 2016. Esta vez se trata de una mujer inserta en una comunidad de artistas, que tiene diversos intereses, amistades y círculos que si bien son especiales no están fuera de una realidad común. No se trata de una estrella ni menos de un “personaje”. Ema es una mujer qué transita, que experimenta, que busca su identidad y también su lugar en el mundo en el que se encuentra. Ella tiene una historia que no conocemos, solo accedemos a algunas luces sobre su vida que se van revelando en la medida que interactúa con su entorno. Ema lleva el peso de la cinta y Mariana Di Girolamo lo sabe. Larrain basa su expresión de feminismo en los más mínimos detalles de la actuación de la protagonista quien logra una desenvoltura expresiva que va más allá de cualquier directriz. La búsqueda y exploración de Ema, afectiva, emocional, sexual y cognitiva nos puede dejar exhaustos pero en ningún caso indiferentes. Hay un ser inquieto que se abre paso entre moldes clásicos y con ello desequilibra cualquier estereotipo preconcebido.
Aún después de unas horas procesando la experiencia aún me cuesta descubrir los puntos más profundos del trabajo de Pablo Larrain. Intento apreciar las capas del relato, el objetivo de esas desconexiones y si son aparentes o de fondo. Asimismo, trato de entender los movimientos y especialmente las motivaciones intrínsecas que tiene la protagonista, qué la hace actuar así, tomar los caminos y riesgos que decide emprender. Hay una gran cuota de misterio y acá, no es novedad, el director no nos de pistas sino que nos obligue a hacer nosotros el ejercicio intelectual.
Aún dicho lo anterior, hay dos elementos de esta cinta que todavía me dan vuelta. El primero tiene que ver con las numerosas preguntas que la cinta entrega y que por cierto no son respondidas. ¿Debemos esperar más tiempo para digerirla y procesarla? ¿O bien, sencillamente, no se puede someter a un análisis racional sino que debe ser eminentemente una experiencia? Como segundo punto, me asalta una duda que puede ser de fondo o tal vez solo una impresión. En el transcurso de la cinta percibo escenas llenas de detalles y con un dramatismo dotado de gran realidad. Sin embargo, me ha costado unir esas secuencias. Por momentos, incluso, me ha parecido que las escenas han sido rodadas sin un conocimiento cabal de los actores del guion integral. Esta carencia de conexión emocional, de peso específico y de gradualidad, en algunos casos, me lleva a dudar sobre la forma de la realización más que de su fondo, es decir sobre la percepción que podemos tener los espectadores de lo que observamos linealmente. Y como el arte no tiene necesariamente una forma definida, esto no sería un problema, en absoluto, porque la paleta de herramientas es amplia y está para ser usada y descubierta a cada instante. Por ello esta duda se va disipando mientras escribo estas líneas porque Pablo Larrain, una vez más, me desafía a concentrar mi foco en la emoción más que en la razón.
Ficha técnica
Título original: Ema
Año: 2019
Duración: 102 minutos
País: Chile
Productora: Fabula
Género: Drama | Familia. Adopción
Guion: Guillermo Calderón, Alejandro Moreno, Pablo Larraín
Música: Nicolas Jaar
Fotografía: Sergio Armstrong
Reparto: Mariana Di Girolamo, Gael García Bernal, Santiago Cabrera, Giannina Fruttero, Catalina Saavedra, Eduardo Paxeco, Mariana Loyola, Paola Giannini, Antonia Giesen, Josefina Fiebelkorn, Susana Hidalgo
Dirección: Pablo Larraín
martes, 15 de octubre de 2019
La Odisea de los Giles
Basada en la novela de Eduardo Sacheri -el autor de “El Secreto de sus ojos”- titulada “La noche de la Usina” (2016), esta cinta relata los años de la crisis económica argentina y el emblemático “corralito” desde una perspectiva única. Un grupo de vecinos de un pequeño pueblo del interior de la Provincia de Buenos Aires deciden emprender una cooperativa para revertir la alicaída situación económica imperante, recuperando un antiguo negocio abandonado.
Con esfuerzo y tesón Fermín Perlassi -Ricardo Darín- un ex jugador de fútbol estrella en su pueblo, junto a Fontana -Luis Brandoni- y a Belaúnde -Daniel Aráoz- lideran la recolección de fondos para el negocio. Recurren a amigos y conocidos para juntar poco más de US 150.000 que guardan en una celosa caja de seguridad.
Pero aun falta dinero, por lo que Perlassi recurre al Banco del pueblo donde el gerente le ofrece un préstamo si deposita el dinero de inmediato. Es viernes, es la última opción. El protagonista confía en la palabra empeñada, sin contarle a ninguno de sus socios.
Allí viene lo peor. El gobierno impone el corralito, es decir, decreta que todos los fondos deben permanecer en las cuentas bancarias -y transformados a pesos argentinos- y no hay forma de recuperar el dinero. La impotencia que genera este hecho político-económico genera recriminaciones y las discusiones entre los amigos no se hacen esperar.
¿Qué podemos hacer, se preguntan? A poco andar se dan cuenta, además, que todo ha sido una gran estafa, pues el banquero, coludido con un oscuro personaje, Fortunato Manzi -Andrés Parra- y sabiendo que la medida de restricción venía, retiraron todos los dólares del banco ese mismo día viernes. Todo mal, pero como dice el dicho, “cada día puede ser peor”.
Sebastián Borensztein adapta la novela original y dirige esta cinta con un estilo libre y fluido. Tener a Darín en el elenco entrega un hilo conductor que no requiere presentación. La voz en off del actor nos conduce por varias de las situaciones y gracias a su reconocida personalidad entendemos muy bien la desesperación y angustia que vive producto de esta vulneración. El director pone énfasis en la palabra de origen, Gil, o sea aquella persona que cumple las reglas, que trabaja y que sin embargo es arrollada por ladrones, mentirosos y abusadores. Y acá no hay uno solo de esta clase, para el guionista son todos los protagonistas, y son retratados con una gran gama de caricaturas.
La película es ágil. El relato avanza sin tropiezos y engancha desde el comienzo. La historia además atrapa porque nos sentimos cercanos a los involucrados pues han sido abusados y ellos buscan afanosamente revertir la situación. No hay aparente maldad en ello pero claramente no es correcto; lo que traman es absolutamente ilegal. Pero, como en tantas ocasiones, empatizamos y somos comprensivos pues “el fin justificaría los medios…”
En un tono de comedia, bastante negra por momentos, la película trasluce un drama con muchas aristas. No solo tiene que ver con la denuncia económica y con las insinuaciones políticas sino con la vida misma de personas de clase media que se ven afectadas en el corazón de su intimidad. Son los oprimidos por un sistema que los agobia y que no les da salida alguna. Son pisoteados por abusadores sin escrúpulos que solo ven valor en sus propios asuntos, descartando a los demás. Pero la narración no se queda solo en ese punto, agrega otros sobre las familias, la marginación social, los avances de la modernidad, la vida de pueblo pequeño y los negocios, tan impersonales como insensibles.
Si bien el relato de “La Odisea de los Giles” puede por momentos ser previsible y contener algunos giros que podemos incluso anticipar, se las arregla para mantenernos en suspenso durante su metraje. La navegación no sufre zozobras pese a que en su medianía amenaza con extenderse más allá de lo recomendable. No obstante el timón está firme y el agudo oficio de Borensztein conduce la historia a buen puerto, casi como un vals, como el famoso “Danubio Azul” que marca el inicio de la cinta y también momentos importantes.
Ficha técnica
Título original: La Odisea de los Giles
Año: 2019
Duración: 116 minutos
País; Argentina
Productora: Coproducción Argentina-España; K&S Films / Mod Producciones / Kenya Films
Género: Comedia. Drama | Comedia dramática. Comedia negra. Robos & Atracos
Guion: Sebastián Borensztein, Eduardo Sacheri (Novela: Eduardo Sacheri)
Música: Federico Jusid
Fotografía: Rodrigo Pulpeiro
Reparto: Ricardo Darín, Luis Brandoni, Chino Darín, Verónica Llinás, Daniel Aráoz, Carlos Belloso, Rita Cortese, Andrés Parra, Marco Antonio Caponi, Ailín Zaninovich
Dirección: Sebastián Borensztein
Con esfuerzo y tesón Fermín Perlassi -Ricardo Darín- un ex jugador de fútbol estrella en su pueblo, junto a Fontana -Luis Brandoni- y a Belaúnde -Daniel Aráoz- lideran la recolección de fondos para el negocio. Recurren a amigos y conocidos para juntar poco más de US 150.000 que guardan en una celosa caja de seguridad.
Pero aun falta dinero, por lo que Perlassi recurre al Banco del pueblo donde el gerente le ofrece un préstamo si deposita el dinero de inmediato. Es viernes, es la última opción. El protagonista confía en la palabra empeñada, sin contarle a ninguno de sus socios.
Allí viene lo peor. El gobierno impone el corralito, es decir, decreta que todos los fondos deben permanecer en las cuentas bancarias -y transformados a pesos argentinos- y no hay forma de recuperar el dinero. La impotencia que genera este hecho político-económico genera recriminaciones y las discusiones entre los amigos no se hacen esperar.
¿Qué podemos hacer, se preguntan? A poco andar se dan cuenta, además, que todo ha sido una gran estafa, pues el banquero, coludido con un oscuro personaje, Fortunato Manzi -Andrés Parra- y sabiendo que la medida de restricción venía, retiraron todos los dólares del banco ese mismo día viernes. Todo mal, pero como dice el dicho, “cada día puede ser peor”.
Sebastián Borensztein adapta la novela original y dirige esta cinta con un estilo libre y fluido. Tener a Darín en el elenco entrega un hilo conductor que no requiere presentación. La voz en off del actor nos conduce por varias de las situaciones y gracias a su reconocida personalidad entendemos muy bien la desesperación y angustia que vive producto de esta vulneración. El director pone énfasis en la palabra de origen, Gil, o sea aquella persona que cumple las reglas, que trabaja y que sin embargo es arrollada por ladrones, mentirosos y abusadores. Y acá no hay uno solo de esta clase, para el guionista son todos los protagonistas, y son retratados con una gran gama de caricaturas.
La película es ágil. El relato avanza sin tropiezos y engancha desde el comienzo. La historia además atrapa porque nos sentimos cercanos a los involucrados pues han sido abusados y ellos buscan afanosamente revertir la situación. No hay aparente maldad en ello pero claramente no es correcto; lo que traman es absolutamente ilegal. Pero, como en tantas ocasiones, empatizamos y somos comprensivos pues “el fin justificaría los medios…”
En un tono de comedia, bastante negra por momentos, la película trasluce un drama con muchas aristas. No solo tiene que ver con la denuncia económica y con las insinuaciones políticas sino con la vida misma de personas de clase media que se ven afectadas en el corazón de su intimidad. Son los oprimidos por un sistema que los agobia y que no les da salida alguna. Son pisoteados por abusadores sin escrúpulos que solo ven valor en sus propios asuntos, descartando a los demás. Pero la narración no se queda solo en ese punto, agrega otros sobre las familias, la marginación social, los avances de la modernidad, la vida de pueblo pequeño y los negocios, tan impersonales como insensibles.
Si bien el relato de “La Odisea de los Giles” puede por momentos ser previsible y contener algunos giros que podemos incluso anticipar, se las arregla para mantenernos en suspenso durante su metraje. La navegación no sufre zozobras pese a que en su medianía amenaza con extenderse más allá de lo recomendable. No obstante el timón está firme y el agudo oficio de Borensztein conduce la historia a buen puerto, casi como un vals, como el famoso “Danubio Azul” que marca el inicio de la cinta y también momentos importantes.
Ficha técnica
Título original: La Odisea de los Giles
Año: 2019
Duración: 116 minutos
País; Argentina
Productora: Coproducción Argentina-España; K&S Films / Mod Producciones / Kenya Films
Género: Comedia. Drama | Comedia dramática. Comedia negra. Robos & Atracos
Guion: Sebastián Borensztein, Eduardo Sacheri (Novela: Eduardo Sacheri)
Música: Federico Jusid
Fotografía: Rodrigo Pulpeiro
Reparto: Ricardo Darín, Luis Brandoni, Chino Darín, Verónica Llinás, Daniel Aráoz, Carlos Belloso, Rita Cortese, Andrés Parra, Marco Antonio Caponi, Ailín Zaninovich
Dirección: Sebastián Borensztein
viernes, 4 de octubre de 2019
Guasón
Me encanta la historia de Batman desde pequeño, en las historietas y en las películas. Reconozco las magistrales caracterizaciones del Guasón, el archivillano del superhéroe, realizadas por Heath Ledger en “El Caballero de la noche”, de Christopher Nolan- y de Jack Nicholson en “Batman”, de Tim Burton. Pero esta versión de “Joker” no me la esperaba. Me ha dejado sin aliento, impactado y en shock, hasta ser los últimos en salir del cine el día de su estreno.
“Joker” es una película extraordinaria, como pocas del último tiempo. Sorprende, porque es impensado un drama de esta magnitud en un personaje del universo de los superhéroes. Corresponde a una jugada arriesgada de la alianza DC Comics y Warner Bros, una apuesta que supera cualquier expectativa incluso conociendo algunos detalles antes ver la película. La pregunta que nace es por qué sorprende e impacta. La respuesta no tiene una sola voz o un solo resultado. En general se trata de una suma de factores que se alinean para dar forma a un proyecto que cautiva y emociona. Y acá, en “Joker”, hay muchos; complementarios, sinérgicos, sensibles, enérgicos y también mágicos.
Arthur Fleck -Joaquin Phoenix cautivante y magistral- trabaja como payaso en promociones y actos. Cuida a su madre enferma, Penny -Frances Conroy- en el pequeño departamento donde viven juntos. Arthur aspira a ser comediante de “Stand Up” -ella le ha inculcado desde pequeño que debe hacer reír e incluso le llama “Happy”- y admira el show televisivo de Murray Franklin -Robert De Niro-, pero nada le resulta como desea y pasa de frustración en frustración. En su trabajo en la calle es objeto de burlas y agresiones; sus presentaciones en solitario no consiguen risas; su condición, carcajadas incontrolables en situaciones de apuro y angustia, son incomprendidas y la ayuda que recibe del servicio social de Ciudad Gótica lo tiene abrumado, cansado y para colmo se va a cerrar por rebajas presupuestarias en la alcaldía. Sophie Dumond, -Zazie Beetz- una madre soltera que vive en su mismo piso, es su amor platónico, pero es una figura tan lejana que a pesar de vivir a metros un abismo les separa. El escenario no puede ser más negativo y pesimista para una persona que se siente ignorada, invisible, pisoteada y humillada por todos quienes le rodean. ¿Qué sigue para él entonces? ¿Cuál es su esperanza, si es que aun existe?
Ver a Joaquin Phoenix interpretar al personaje resulta indescriptible. Joaquin Phoenix ES Arthur Fleck. Su actuación es sublime y tiene tanta profundidad que es difícil adentrarse en un análisis sin adelantar situaciones que cada uno debe descubrir por sí mismo. Phoenix debió bajar 23 kilos, debía parecer flaco y demacrado porque el personaje lo requería. Sus huesos se notan, su espalda y sus hombros muestran una delgadez extrema, al borde de desaparecer, tal como él mismo se siente, ignorado, invisible, inexistente.
Todd Phillips dirige y configura un relato que impacta de principio a fin. No hay cuadro dejado al azar ni detalle descuidado. Todo tiene un especial y agudo sentido. El guion escrito por él mismo junto a Scott Silver tampoco tiene puntos bajos. El trabajo de edición es de excepción y le da fluidez a una cámara que sorprende con su movimiento en cada encuadre, en cada primer plano y en cada secuencia como si fuera un verdadero descubrimiento. La música de Hildur Guðnadóttir es inquietante y oscura, apropiada para cada momento, con muchas terceras menores y quintas justas, una composición de estilo muy modal. Esta partitura se alterna también con canciones y el resultado es una banda sonora que potencia las imágenes y secuencias con una sincronía precisa y apasionante.
Como reflexión final sobre una película que recordaremos por mucho tiempo me queda el tema de la violencia. La vida de Arthur Fleck es tan miserable, con antecedentes de precariedad y abuso infantil, ausencia paterna, falta de cariño, carencia de autoestima y gran vulnerabilidad, que la transformación que presenciamos no es tan sorprendente. Más bien podría ser una respuesta esperada e incluso natural. Viene a ser un mecanismo de defensa, prácticamente una última capa de resistencia, ante una existencia que para él mismo no merece ser vivida. La fuerza que brota de su interior, inexplicable, y que se abre paso como un volcán, es la que produce nuestra cercana empatía, pero luego surge la violencia, el fanatismo y el caos. ¿Sucede solo como una respuesta? ¿Es lícito responder así, en una escalada que crece y crece, y a poco andar ya está fuera de control? ¿El fin justifica los medios? ¿Abordar esta temática, así crudamente, incita a más violencia?
Tenemos elementos interesantes para preguntarnos y reflexionar como sociedad. Viene a mi mente la recordada “Taxi driver” y otras cintas que abordan temáticas similares. Mientras más daño causamos a los más vulnerables, más fuerza tendrá una respuesta en masa, emocional, descontrolada y desquiciada. Esto es, en si mismo, un punto de inflexión vital que no está resuelto, porque como sociedad no tenemos aun las respuestas y estamos bastante lejos de poder generarlas.
Ficha técnica
Título original: Joker
Año: 2019
Duración: 118 minutos
País: Estados Unidos
Productora: DC Comics / DC Entertainment / Warner Bros. / Village Roadshow / Bron Studios / Creative Wealth Media Finance / 22 & Indiana Pictures. Distribuida por Warner Bros.
Género: Thriller. Drama | Crimen. DC Comics. Cómic. Payasos
Guion: Todd Phillips, Scott Silver
Música: Hildur Guðnadóttir
Fotografía: Lawrence Sher
Reparto: Joaquin Phoenix, Robert De Niro, Frances Conroy, Zazie Beetz, Brett Cullen, Dante Pereira-Olson, Douglas Hodge, Jolie Chan, Bryan Callen, Shea Whigham, Brian Tyree Henry, Mary Kate Malat, Glenn Fleshler, Marc Maron, Bill Camp, Josh Pais, Leigh Gill, Adrienne Lovette, Sharon Washington, Mandela Bellamy, David Iacono, Matthias Sebastiun Garry, Mick O'Rourke, Evan Rosado, Caillou Pettis, Sondra James, Gary Gulman, Kim Brockington, Jamaal Burcher, John Cashin, Ryan Funigiello, Annie Pisapia, Ray Iannicelli, Tony D. Head, Scott Martin, Dj Nino Carta, Mark Lotito, Jason John Cicalese, Keith Buterbaught, Ray Rosario, Rose Maria Wilde, Ben Heyman, Emmanuel Rodriguez, Vincent Cucuzza, Celeste Pisapía, Marko Caka, Alexandra López Galán, Bob Leszczak, Rich Petrillo, Thomas W. Stewart
Dirección: Todd Phillips
“Joker” es una película extraordinaria, como pocas del último tiempo. Sorprende, porque es impensado un drama de esta magnitud en un personaje del universo de los superhéroes. Corresponde a una jugada arriesgada de la alianza DC Comics y Warner Bros, una apuesta que supera cualquier expectativa incluso conociendo algunos detalles antes ver la película. La pregunta que nace es por qué sorprende e impacta. La respuesta no tiene una sola voz o un solo resultado. En general se trata de una suma de factores que se alinean para dar forma a un proyecto que cautiva y emociona. Y acá, en “Joker”, hay muchos; complementarios, sinérgicos, sensibles, enérgicos y también mágicos.
Arthur Fleck -Joaquin Phoenix cautivante y magistral- trabaja como payaso en promociones y actos. Cuida a su madre enferma, Penny -Frances Conroy- en el pequeño departamento donde viven juntos. Arthur aspira a ser comediante de “Stand Up” -ella le ha inculcado desde pequeño que debe hacer reír e incluso le llama “Happy”- y admira el show televisivo de Murray Franklin -Robert De Niro-, pero nada le resulta como desea y pasa de frustración en frustración. En su trabajo en la calle es objeto de burlas y agresiones; sus presentaciones en solitario no consiguen risas; su condición, carcajadas incontrolables en situaciones de apuro y angustia, son incomprendidas y la ayuda que recibe del servicio social de Ciudad Gótica lo tiene abrumado, cansado y para colmo se va a cerrar por rebajas presupuestarias en la alcaldía. Sophie Dumond, -Zazie Beetz- una madre soltera que vive en su mismo piso, es su amor platónico, pero es una figura tan lejana que a pesar de vivir a metros un abismo les separa. El escenario no puede ser más negativo y pesimista para una persona que se siente ignorada, invisible, pisoteada y humillada por todos quienes le rodean. ¿Qué sigue para él entonces? ¿Cuál es su esperanza, si es que aun existe?
Ver a Joaquin Phoenix interpretar al personaje resulta indescriptible. Joaquin Phoenix ES Arthur Fleck. Su actuación es sublime y tiene tanta profundidad que es difícil adentrarse en un análisis sin adelantar situaciones que cada uno debe descubrir por sí mismo. Phoenix debió bajar 23 kilos, debía parecer flaco y demacrado porque el personaje lo requería. Sus huesos se notan, su espalda y sus hombros muestran una delgadez extrema, al borde de desaparecer, tal como él mismo se siente, ignorado, invisible, inexistente.
Todd Phillips dirige y configura un relato que impacta de principio a fin. No hay cuadro dejado al azar ni detalle descuidado. Todo tiene un especial y agudo sentido. El guion escrito por él mismo junto a Scott Silver tampoco tiene puntos bajos. El trabajo de edición es de excepción y le da fluidez a una cámara que sorprende con su movimiento en cada encuadre, en cada primer plano y en cada secuencia como si fuera un verdadero descubrimiento. La música de Hildur Guðnadóttir es inquietante y oscura, apropiada para cada momento, con muchas terceras menores y quintas justas, una composición de estilo muy modal. Esta partitura se alterna también con canciones y el resultado es una banda sonora que potencia las imágenes y secuencias con una sincronía precisa y apasionante.
Como reflexión final sobre una película que recordaremos por mucho tiempo me queda el tema de la violencia. La vida de Arthur Fleck es tan miserable, con antecedentes de precariedad y abuso infantil, ausencia paterna, falta de cariño, carencia de autoestima y gran vulnerabilidad, que la transformación que presenciamos no es tan sorprendente. Más bien podría ser una respuesta esperada e incluso natural. Viene a ser un mecanismo de defensa, prácticamente una última capa de resistencia, ante una existencia que para él mismo no merece ser vivida. La fuerza que brota de su interior, inexplicable, y que se abre paso como un volcán, es la que produce nuestra cercana empatía, pero luego surge la violencia, el fanatismo y el caos. ¿Sucede solo como una respuesta? ¿Es lícito responder así, en una escalada que crece y crece, y a poco andar ya está fuera de control? ¿El fin justifica los medios? ¿Abordar esta temática, así crudamente, incita a más violencia?
Tenemos elementos interesantes para preguntarnos y reflexionar como sociedad. Viene a mi mente la recordada “Taxi driver” y otras cintas que abordan temáticas similares. Mientras más daño causamos a los más vulnerables, más fuerza tendrá una respuesta en masa, emocional, descontrolada y desquiciada. Esto es, en si mismo, un punto de inflexión vital que no está resuelto, porque como sociedad no tenemos aun las respuestas y estamos bastante lejos de poder generarlas.
Ficha técnica
Título original: Joker
Año: 2019
Duración: 118 minutos
País: Estados Unidos
Productora: DC Comics / DC Entertainment / Warner Bros. / Village Roadshow / Bron Studios / Creative Wealth Media Finance / 22 & Indiana Pictures. Distribuida por Warner Bros.
Género: Thriller. Drama | Crimen. DC Comics. Cómic. Payasos
Guion: Todd Phillips, Scott Silver
Música: Hildur Guðnadóttir
Fotografía: Lawrence Sher
Reparto: Joaquin Phoenix, Robert De Niro, Frances Conroy, Zazie Beetz, Brett Cullen, Dante Pereira-Olson, Douglas Hodge, Jolie Chan, Bryan Callen, Shea Whigham, Brian Tyree Henry, Mary Kate Malat, Glenn Fleshler, Marc Maron, Bill Camp, Josh Pais, Leigh Gill, Adrienne Lovette, Sharon Washington, Mandela Bellamy, David Iacono, Matthias Sebastiun Garry, Mick O'Rourke, Evan Rosado, Caillou Pettis, Sondra James, Gary Gulman, Kim Brockington, Jamaal Burcher, John Cashin, Ryan Funigiello, Annie Pisapia, Ray Iannicelli, Tony D. Head, Scott Martin, Dj Nino Carta, Mark Lotito, Jason John Cicalese, Keith Buterbaught, Ray Rosario, Rose Maria Wilde, Ben Heyman, Emmanuel Rodriguez, Vincent Cucuzza, Celeste Pisapía, Marko Caka, Alexandra López Galán, Bob Leszczak, Rich Petrillo, Thomas W. Stewart
Dirección: Todd Phillips
jueves, 3 de octubre de 2019
Ad Astra
En un futuro cercano, observamos a Roy McBride -Brad Pitt- como un experimentado ingeniero espacial. Su labor es reconocida, su templanza es a toda prueba y su experiencia rebasa los límites de lo conocido. Después de un accidente en una base orbital que casi le cuesta la vida, Roy es llamado por su alto mando -el U.S. Space Command- para concretar una misión de gran envergadura. Desde hace un tiempo, ondas de poder llamadas “sobrecarga” acechan el espacio exterior, ya alcanzan la Tierra y están poniendo en riesgo toda forma de vida en nuestro planeta. El desafío al que se enfrenta el Mayor McBride implica viajar al límite de nuestro Sistema Solar para saber que sucedió con el “Proyecto Lima” -una exploración visionaria para encontrar vida inteligente fuera de nuestros confines- liderado por su padre, el famoso astronauta H. Clifford McBride -Tommy Lee Jones-. Hace años no se tiene noticias de la misión pues toda comunicación se terminó al cabo de 16 años.
El viaje tiene varias etapas. Primero un vuelo comercial a la Luna, luego un transporte especial a Marte y finalmente el viaje a Neptuno para investigar lo que acontece. Hay sospechas fundadas que la “sobrecarga” puede ser producto de “Lima”, e incluso manipulada por el desaparecido padre de Roy. Las interrogantes abundan y el Mayor Roy McBride tiene la misión de develar esos secretos y contener la manifiesta y mortífera amenaza.
Con el espacio como telón de fondo, el director James Gray filma un relato íntimo y reflexivo. Todo el amplio universo se vuelca hacia el interior del protagonista que debe hacer un viaje introspectivo y profundo que tiene su centro en la relación con su padre. La historia entre ambos se remonta a la adolescencia de Roy y al abandono abrupto por la partida de su mentor a una misión de la que no retorna. Ahora, transformado en héroe, la figura de su padre se agiganta y las consecuencias pasadas se perciben intensamente, en un conflicto existencial tan vasto como la interioridad del protagonista.
El guion es magnífico y la puntuación que tiene el relato es emocionante. El ritmo que posee el metraje es por momentos inquietante. Se podría asociar a una larga cadencia musical que se extiende y amplía sin concluir. Ayuda muchísimo la partitura compuesta por Max Richter con su sello característico; acordes largos, secuencias y pequeñas variaciones que entregan una tensa solemnidad a la banda sonora.
En este viaje Roy McBride no está solo a pesar de la gran cantidad de minutos que aparece en solitario en pantalla. Una breve participación del Colonel Pruitt -Donald Sutherland-, viejo amigo de su padre y también participante del “Proyecto Lima” le ayuda a comprender la dimensión de su misión. Luego, entre recuerdos y añoranzas, es parte de tripulaciones que resaltan su autocontrol y tranquilidad hasta descubrir que la imagen de su padre no ha dejado nunca de estar presente y le acompaña permanentemente. Por ello es tan importante saber de él y encontrarlo, vivo o muerto; saber qué sucedió y de alguna manera sanar esta relación para poder seguir adelante.
“Ad Astra” es un viaje al interior de un hombre que busca reencontrarse con su padre. Me llega tan de cerca el sentido profundo de este anhelo que empatizo personalmente con la extrema profundidad de la reflexión. Brad Pitt consigue representar aquella búsqueda de reconciliación y sanación que cada hijo, a su manera, con las fortalezas y debilidades producto de lo vivido, aspira lograr. La sensibilidad me queda a flor de piel y la cinta cala intensamente en el recuerdo de mi propio padre, con nuevos sentimientos y emociones.
Ficha técnica
Título original: Ad Astra
Año: 2019
Duración: 122 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Coproducción Estados Unidos-Brasil-China; Plan B Entertainment / Regency Enterprises / Keep Your Head Productions / MadRiver Pictures / 20th Century Fox Film Corporation / New Regency Pictures / RT Features / Bona Film Group. Distribuida por 20th Century Fox
Género: Ciencia ficción. Drama. Thriller | Aventura espacial. Supervivencia
Guion: James Gray, Ethan Gross
Música: Max Richter, Lorne Balfe
Fotografía: Hoyte van Hoytema
Reparto: Brad Pitt, Tommy Lee Jones, Donald Sutherland, Ruth Negga, Liv Tyler, John Finn, Kayla Adams, Kimmy Shields, Bayardo De Murguia, Bobby Nish, Sasha Compère, Afsheen Olyaie, John Ortiz, Greg Bryk, Kimberly Elise, Loren Dean, Alyson Reed, Anne McDaniels, Ravi Kapoor, Lisa Gay Hamilton, Halszka Kuza
Dirección: James Gray
El viaje tiene varias etapas. Primero un vuelo comercial a la Luna, luego un transporte especial a Marte y finalmente el viaje a Neptuno para investigar lo que acontece. Hay sospechas fundadas que la “sobrecarga” puede ser producto de “Lima”, e incluso manipulada por el desaparecido padre de Roy. Las interrogantes abundan y el Mayor Roy McBride tiene la misión de develar esos secretos y contener la manifiesta y mortífera amenaza.
Con el espacio como telón de fondo, el director James Gray filma un relato íntimo y reflexivo. Todo el amplio universo se vuelca hacia el interior del protagonista que debe hacer un viaje introspectivo y profundo que tiene su centro en la relación con su padre. La historia entre ambos se remonta a la adolescencia de Roy y al abandono abrupto por la partida de su mentor a una misión de la que no retorna. Ahora, transformado en héroe, la figura de su padre se agiganta y las consecuencias pasadas se perciben intensamente, en un conflicto existencial tan vasto como la interioridad del protagonista.
El guion es magnífico y la puntuación que tiene el relato es emocionante. El ritmo que posee el metraje es por momentos inquietante. Se podría asociar a una larga cadencia musical que se extiende y amplía sin concluir. Ayuda muchísimo la partitura compuesta por Max Richter con su sello característico; acordes largos, secuencias y pequeñas variaciones que entregan una tensa solemnidad a la banda sonora.
En este viaje Roy McBride no está solo a pesar de la gran cantidad de minutos que aparece en solitario en pantalla. Una breve participación del Colonel Pruitt -Donald Sutherland-, viejo amigo de su padre y también participante del “Proyecto Lima” le ayuda a comprender la dimensión de su misión. Luego, entre recuerdos y añoranzas, es parte de tripulaciones que resaltan su autocontrol y tranquilidad hasta descubrir que la imagen de su padre no ha dejado nunca de estar presente y le acompaña permanentemente. Por ello es tan importante saber de él y encontrarlo, vivo o muerto; saber qué sucedió y de alguna manera sanar esta relación para poder seguir adelante.
“Ad Astra” es un viaje al interior de un hombre que busca reencontrarse con su padre. Me llega tan de cerca el sentido profundo de este anhelo que empatizo personalmente con la extrema profundidad de la reflexión. Brad Pitt consigue representar aquella búsqueda de reconciliación y sanación que cada hijo, a su manera, con las fortalezas y debilidades producto de lo vivido, aspira lograr. La sensibilidad me queda a flor de piel y la cinta cala intensamente en el recuerdo de mi propio padre, con nuevos sentimientos y emociones.
Ficha técnica
Título original: Ad Astra
Año: 2019
Duración: 122 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Coproducción Estados Unidos-Brasil-China; Plan B Entertainment / Regency Enterprises / Keep Your Head Productions / MadRiver Pictures / 20th Century Fox Film Corporation / New Regency Pictures / RT Features / Bona Film Group. Distribuida por 20th Century Fox
Género: Ciencia ficción. Drama. Thriller | Aventura espacial. Supervivencia
Guion: James Gray, Ethan Gross
Música: Max Richter, Lorne Balfe
Fotografía: Hoyte van Hoytema
Reparto: Brad Pitt, Tommy Lee Jones, Donald Sutherland, Ruth Negga, Liv Tyler, John Finn, Kayla Adams, Kimmy Shields, Bayardo De Murguia, Bobby Nish, Sasha Compère, Afsheen Olyaie, John Ortiz, Greg Bryk, Kimberly Elise, Loren Dean, Alyson Reed, Anne McDaniels, Ravi Kapoor, Lisa Gay Hamilton, Halszka Kuza
Dirección: James Gray
miércoles, 2 de octubre de 2019
Perro Bomba
Steevens Benjamin vive junto a su familia y son migrante en Chile. Han sido acogidos y su vida es bastante estable. Steevens tiene trabajo y no pasa sobresaltos mayores, sin embargo la llegada de su hermano Junior provoca un cambio radical. Steevens lo lleva a trabajar con él a su trabajo, pero Junior comienza a ser objeto de las bromas y burlas de su jefe, caracterizado por Alfredo Castro. La defensa de Steevens es inmediata; una agresión que se viraliza rápidamente. El protagonista pierde el apoyo de la comunidad de haitianos residentes que repudian esa actitud violenta porque ven que les perjudica a todos. El joven se ve aún más marginado, la justicia está tras sus pasos, la expulsión del país se ve cerca y ni siquiera puede quedarse en una humilde pieza arrendada porque su nombre y rostro está en boca de todos.
La película funciona como denuncia y seguramente la realidad es aún más dura. Acá no solo esta la barrera del idioma sino que se agudiza la exclusión por el color de la piel. Steevens solo logra comprensión al acudir a una corporación de ayuda donde una mujer -Blanca Lewin- le anima y apoya para buscar una solución a sus problemas.
Las situaciones descritas son dramáticas. No solo hay discriminación sino que existe un abuso permanente que es claramente delictual. Pero, ¿a quién le pueden reclamar los migrantes? La mayoría indocumentados y desesperados, sólo aceptan lo que viene, sobreviven al día y sueñan con un futuro mejor que se ve cada vez más difuso.
La cámara de Cáceres es cercana. Por momentos incluso es documental y testimonial. La carencia de este rodaje está en el guion porque, si bien sitúa la realidad que quiere mostrar, entrega pocos elementos para permitir un desarrollo cinematográfico mayor. El argumento prácticamente no dota de mayor caracterización a sus personajes, solo se vale de planos y secuencias para enlazar la historia y algunos de sus protagonistas se presentan de manera superficial, pensando qué tal vez es suficiente mostrar gestos, actitudes, defensas, burlas o bromas de mal gusto.
El mérito que tiene “Perro bomba” es documentar el tema haitiano en Chile, las vivencias de estos migrantes y las reacciones que tienen los chilenos que interactúan con ellos. Pero mucho de aquello no avanza mucho más allá de crear otro estereotipo. Esta realidad afecta diferentes ámbitos de la sociedad chilena actual por el aumento exponencial del fenómeno migratorio en los últimos años. Así y todo, la cinta entrega claves importantes a tener en cuenta. Los precarios trabajos a los que acceden los indocumentados, el negociado del comercio ambulante y tantas otras situaciones que son abusivas y denigrantes hacia una persona humana desvalida y vulnerable. La cinta es un baño de realidad más que cine propiamente tal. Por supuesto sirve para avanzar en la dirección correcta, es decir, la toma de conciencia de situaciones que independientemente de dónde provengan y a quienes afecte, no podemos aceptar ni tolerar.
Ficha técnica
Título original: Perro bomba
Año: 2019
Duración: 80 minutos
País: Chile
Productora: Coproducción Chile-Francia; Infractor Films / Pejeperro Films / Promenade Films
Género: Drama
Guion: Juan Cáceres
Fotografía: Valeria Fuentes
Reparto: Daniel Antivilo, Junior Benjamin, Steevens Benjamin, Alfredo Castro, Blanca Lewin, Erto Pantoja, Gastón Salgado
Dirección: Juan Cáceres
jueves, 26 de septiembre de 2019
Por Gracia de Dios
Esta cinta francesa acaba de ganar el Gran Premio del Jurado en el Festival de Berlín. Con este antecedente más su desgarradora temática, hace presagiar que nos encontramos ante una cinta de gran envergadura y solidez. La ya altísima expectativa es incluso superada por el trabajo cinematográfico que realiza el director François Ozon, al presentar un filme que conmueve desde su inicio. El relato -escrito y dirigido por Ozon- se basa en el caso del sacerdote de la Diócesis de Lyon, Bernard Preynat, quien el año 2016 fue acusado de abusar sexualmente de decenas de niños.
Alexandre Guérin -Melvil Poupaud- vive con su familia en Lyon. Profundamente católico y de misa dominical, Alexandre se entera que el sacerdote que abusó de él cuando era un boy scout sigue trabajando con niños en la actualidad. Aquello le produce indignación. Con valor y coraje decide enfrentar al actual Cardenal Barbarin -François Marthouret- para dar a conocer su testimonio. El camino no es sencillo, al contrario, las puertas no se abren, se cierran; los trámites son demorosos y las múltiples comunicaciones con Irène Thomassinvan -Josiane Balasko-, la asistente del Cardenal, van y vienen sin una respuesta concreta y menos inmediata. Todo parece flexible mientras el tiempo pasa y la angustia crece.
Las denuncias de Alexandre traen consecuencias. El caso del sacerdote se reabre en la diócesis e incluso llega hasta la policía. Se une a esta cruzada por la verdad otra víctima, François Debord -Denis Ménochet-. Debord no es católico y aborrece la religión. Las heridas causadas por el abuso están aun a flor de piel. No obstante aquello, su compromiso y participación resulta vital para encontrar a una tercera víctima, Emmanuel Thomassin -Swann Arlaud -, cuyo caso de abuso no está prescrito aún como delito para la justicia civil. Con estos antecedentes, los tres protagonistas forman una asociación de víctimas que se apoyan y en conjunto impulsan el esclarecimiento de la verdad, obtienen cobertura mediática y con ello posicionan el tema en la opinión pública.
La cinta tiene una gran variedad de lenguajes y herramientas de narración. Un comienzo telegráfico -lecturas en voz alta de los intercambios epistolares-, da paso a un desarrollo que contiene múltiples encuentros y reuniones, un tenso cara a cara abusador-abusado, repercusiones familiares, búsquedas, conversaciones íntimas, otras públicas, junto a una serie de recriminaciones, culpa e indignación. El director hace uso de primeros planos cerrados que acusan el agobio, la consternación, la rabia y la impotencia de las víctimas, y otros abiertos que sitúan estos sentimientos dentro del contexto del abuso perpetrado a menores de edad. Algunas escenas del pasado reviven lo que hemos escuchado anteriormente en relatos verbales. No es necesario mostrar nada explícito, todo se entiende; es desgarrador y genera una empatía inmediata en el espectador.
“Grâce à Dieu” es una película madura y sin estridencias, que se perfila como una gran oportunidad de entender una de las situaciones más duras de las que hemos tenido conocimiento, el abuso sexual en contra de menores por parte de sacerdotes de la Iglesia Católica. La forma de su descripción, los tiempos del relato y la prolijidad de su guion, la transforman en un testimonio imprescindible. Su crudeza radica en la factura de su realización, en actuaciones que son plenamente convincentes y que por momentos podrían coincidir con imágenes reales de un documental.
Esta cinta es mucho más que un relato audiovisual sobre víctimas, sobre abusos o sobre las negligencias explícitas en la gestión de denuncias, las acusaciones y la consecuente implementación de las investigaciones respectivas en el seno institucional de la Iglesia Católica. Tampoco esquiva las responsabilidades personales de las autoridades en relación a los hechos denunciados y agrega a ello la conmoción mediática que una situación de esta naturaleza provoca al darse a conocer públicamente. El sustento de fondo del relato es el abuso de poder y la vulnerabilidad de quienes han sido sometidos a este abuso, tanto sexual como de conciencia, y por supuesto las secuelas que estos actos brutales dejan en la vida de quienes los padecen. La película se interna en el dolor, en la angustia, en lo difícil que es procesar lo vivido y en el tiempo que necesitan las víctimas para siquiera poder hablar del hecho y que, por cierto, es aún mayor para denunciarlo y seguir acciones civiles y penales.
La película de François Ozon es para verla con atención. La congoja y la impotencia afloran con el correr de los minutos y aquello no nos deja indiferentes; nos golpea fuerte y nos duele. Son sentimientos que nos acompañan durante sus 137 minutos y que no nos abandonan. Es incomprensible e inentendible que sucedan estas situaciones al interior de la Iglesia. Cuanto más conciencia tomemos de lo que significan, cómo se producen y su consecuencia -esta es la principal motivación de las víctimas, quienes no buscan venganza ni una reparación material o monetaria-, podremos lograr crear ambientes sanos y seguros que contribuyan a evitar que nuevamente se repitan estos abusos.
Ficha técnica
Título original: Grâce à Dieu
Año: 2018
Duración: 137 minutos
País: Francia
Guion: François Ozon
Música: Evgueni Galperine, Sacha Galperine
Fotografía: Manuel Dacosse
Reparto: Melvil Poupaud, Denis Menochet, Swann Arlaud, Eric Caravaca, François Marthouret, Bernard Verley, Josiane Balasko, Hélène Vincent, François Chattot, Frédéric Pierrot, Martine Erhel, Aurélia Petit, Julie Duclos, Jeanne Rosa, Amélie Daure
Productora: Mandarin Production / Scope Pictures
Género: Drama | Basado en hechos reales. Abusos sexuales. Religión
Dirección: François Ozon
Alexandre Guérin -Melvil Poupaud- vive con su familia en Lyon. Profundamente católico y de misa dominical, Alexandre se entera que el sacerdote que abusó de él cuando era un boy scout sigue trabajando con niños en la actualidad. Aquello le produce indignación. Con valor y coraje decide enfrentar al actual Cardenal Barbarin -François Marthouret- para dar a conocer su testimonio. El camino no es sencillo, al contrario, las puertas no se abren, se cierran; los trámites son demorosos y las múltiples comunicaciones con Irène Thomassinvan -Josiane Balasko-, la asistente del Cardenal, van y vienen sin una respuesta concreta y menos inmediata. Todo parece flexible mientras el tiempo pasa y la angustia crece.
Las denuncias de Alexandre traen consecuencias. El caso del sacerdote se reabre en la diócesis e incluso llega hasta la policía. Se une a esta cruzada por la verdad otra víctima, François Debord -Denis Ménochet-. Debord no es católico y aborrece la religión. Las heridas causadas por el abuso están aun a flor de piel. No obstante aquello, su compromiso y participación resulta vital para encontrar a una tercera víctima, Emmanuel Thomassin -Swann Arlaud -, cuyo caso de abuso no está prescrito aún como delito para la justicia civil. Con estos antecedentes, los tres protagonistas forman una asociación de víctimas que se apoyan y en conjunto impulsan el esclarecimiento de la verdad, obtienen cobertura mediática y con ello posicionan el tema en la opinión pública.
La cinta tiene una gran variedad de lenguajes y herramientas de narración. Un comienzo telegráfico -lecturas en voz alta de los intercambios epistolares-, da paso a un desarrollo que contiene múltiples encuentros y reuniones, un tenso cara a cara abusador-abusado, repercusiones familiares, búsquedas, conversaciones íntimas, otras públicas, junto a una serie de recriminaciones, culpa e indignación. El director hace uso de primeros planos cerrados que acusan el agobio, la consternación, la rabia y la impotencia de las víctimas, y otros abiertos que sitúan estos sentimientos dentro del contexto del abuso perpetrado a menores de edad. Algunas escenas del pasado reviven lo que hemos escuchado anteriormente en relatos verbales. No es necesario mostrar nada explícito, todo se entiende; es desgarrador y genera una empatía inmediata en el espectador.
“Grâce à Dieu” es una película madura y sin estridencias, que se perfila como una gran oportunidad de entender una de las situaciones más duras de las que hemos tenido conocimiento, el abuso sexual en contra de menores por parte de sacerdotes de la Iglesia Católica. La forma de su descripción, los tiempos del relato y la prolijidad de su guion, la transforman en un testimonio imprescindible. Su crudeza radica en la factura de su realización, en actuaciones que son plenamente convincentes y que por momentos podrían coincidir con imágenes reales de un documental.
Esta cinta es mucho más que un relato audiovisual sobre víctimas, sobre abusos o sobre las negligencias explícitas en la gestión de denuncias, las acusaciones y la consecuente implementación de las investigaciones respectivas en el seno institucional de la Iglesia Católica. Tampoco esquiva las responsabilidades personales de las autoridades en relación a los hechos denunciados y agrega a ello la conmoción mediática que una situación de esta naturaleza provoca al darse a conocer públicamente. El sustento de fondo del relato es el abuso de poder y la vulnerabilidad de quienes han sido sometidos a este abuso, tanto sexual como de conciencia, y por supuesto las secuelas que estos actos brutales dejan en la vida de quienes los padecen. La película se interna en el dolor, en la angustia, en lo difícil que es procesar lo vivido y en el tiempo que necesitan las víctimas para siquiera poder hablar del hecho y que, por cierto, es aún mayor para denunciarlo y seguir acciones civiles y penales.
La película de François Ozon es para verla con atención. La congoja y la impotencia afloran con el correr de los minutos y aquello no nos deja indiferentes; nos golpea fuerte y nos duele. Son sentimientos que nos acompañan durante sus 137 minutos y que no nos abandonan. Es incomprensible e inentendible que sucedan estas situaciones al interior de la Iglesia. Cuanto más conciencia tomemos de lo que significan, cómo se producen y su consecuencia -esta es la principal motivación de las víctimas, quienes no buscan venganza ni una reparación material o monetaria-, podremos lograr crear ambientes sanos y seguros que contribuyan a evitar que nuevamente se repitan estos abusos.
Ficha técnica
Título original: Grâce à Dieu
Año: 2018
Duración: 137 minutos
País: Francia
Guion: François Ozon
Música: Evgueni Galperine, Sacha Galperine
Fotografía: Manuel Dacosse
Reparto: Melvil Poupaud, Denis Menochet, Swann Arlaud, Eric Caravaca, François Marthouret, Bernard Verley, Josiane Balasko, Hélène Vincent, François Chattot, Frédéric Pierrot, Martine Erhel, Aurélia Petit, Julie Duclos, Jeanne Rosa, Amélie Daure
Productora: Mandarin Production / Scope Pictures
Género: Drama | Basado en hechos reales. Abusos sexuales. Religión
Dirección: François Ozon
viernes, 6 de septiembre de 2019
Yesterday
Dirigida por Danny Boyle -“Quién quiere ser millonario”- la cinta narra la historia de Jack Malik -Himesh Patel-, un cantautor empeñoso que no logra tener éxito ni conquistar a un público que vaya más allá de su familia o de sus fieles amigos. Malik lo intenta, con mucha ilusión, apoyado por Ellie -Lily James-, amiga y también su manager, quien hace lo imposible por posicionar al músico en otras instancias.
Decepcionado por su última actuación y abrumado por su trabajo de reponedor en un gran almacén, decide tirar la toalla y no seguir intentando más. Sin embargo, dos hechos simultáneos ocurren y cambian para siempre la vida del cantante. Un apagón eléctrico de 12 segundos a nivel mundial y un accidente que lo deja en la clínica con dos dientes menos provocan algo que para Jack es verdaderamente como un milagro. Solo él recuerda a “Los Beatles”, sus melodías y sus letras. Los registros han desaparecido de todas partes, Internet incluido. Tímidamente empieza a interpretar las canciones primero a sus amigos, luego a su familia y después en diversos eventos. Se corre la voz, son un éxito inmediato. Entonces, casi sin proponérselo, Jack hace pasar por propias las canciones famosas del gran cuarteto de Liverpool y con ello se lanza al estrellato.
Esta película es por un lado un homenaje a una banda que cambió la historia de la música y por otro una sencilla comedia romántica sostenida en la relación de Ellie con Jack. La premisa del guion es muy interesante por el escenario propuesto post accidente. Solo pensar que nadie recuerde a Los Beatles es algo que nos parece imposible y que alguien se adjudique sus temas, un acto de osadía irreverente. Jack ha buscado toda su vida tener éxito y de pronto, de golpe -literalmente- lo encuentra. Las canciones son tan hermosas que incluso mal tocadas o mal cantadas, con letras invertidas o incluso cambiadas, irrumpen con un peso propio que seducen a cualquier audiencia de inmediato. Esta es la magia del homenaje que se le hace a una música transversal y que se reconoce como imperecedera.
La película mantiene siempre un tono liviano y muchísimos toques de humor. Es notable la incursión del famoso músico Ed Sheeran que desborda sencillez y simpatía, buscando a Jack, admirando su trabajo, llevándolo de gira y presentándole a su manager, reconociendo algo que rara vez es percibido en el mundo de la música que es la solidaridad y reconocimiento hacia un colega. Esta fresca participación le da a la cinta un tono actual e increiblemente las canciones de “Los Beatles” suenan absolutamente contemporáneas.
“Yesterday” funciona libre y nunca olvida que primero es una comedia romántica. Cuando el conflicto se manifiesta, es decir llega el éxito para Jack y Ellie se ve desplazada, surge justamente ese amor oculto y silencioso que durante años se mantuvo cubierto por una profunda amistad. Es en ese momento cuando deben tomar decisiones. Jack y Ellie se enfrentan a sus propios temores, ansiedades y sueños. Deben elegir el camino a seguir. Y aunque todo resulte previsible, la amabilidad del relato deja a fin de cuentas un saldo positivo, un gusto dulce de haber visto una cinta agradable escuchando las canciones de “Los Beatles”, con actuaciones protagónicas simples y convincentes, Ed Sheeran incluido. En ocasiones uno siempre espera algo más, sin embargo este tipo de películas nos recuerda que una buena historia, por sencilla que sea, merece ser contada y la podemos disfrutar sin hacer tanto análisis.
Ficha técnica
Título original: Yesterday
Año: 2019
Duración: 116 minutos
País: Reino Unido
Productora: Working Title Films / Etalon film. Distribuida por Universal Pictures
Género: Comedia. Fantástico. Romance | Música. Comedia romántica
Guion: Richard Curtis (Historia: Jack Barth)
Música: Daniel Pemberton. (Canciones: The Beatles)
Fotografía: Christopher Ross
Reparto: Himesh Patel, Lily James, Kate McKinnon, Ed Sheeran, Lamorne Morris, Ellise Chappell, Camille Chen, Alexander Arnold, Joel Fry, Sophia Di Martino, James Corden, Robert Carlyle
Dirección: Danny Boyle
Decepcionado por su última actuación y abrumado por su trabajo de reponedor en un gran almacén, decide tirar la toalla y no seguir intentando más. Sin embargo, dos hechos simultáneos ocurren y cambian para siempre la vida del cantante. Un apagón eléctrico de 12 segundos a nivel mundial y un accidente que lo deja en la clínica con dos dientes menos provocan algo que para Jack es verdaderamente como un milagro. Solo él recuerda a “Los Beatles”, sus melodías y sus letras. Los registros han desaparecido de todas partes, Internet incluido. Tímidamente empieza a interpretar las canciones primero a sus amigos, luego a su familia y después en diversos eventos. Se corre la voz, son un éxito inmediato. Entonces, casi sin proponérselo, Jack hace pasar por propias las canciones famosas del gran cuarteto de Liverpool y con ello se lanza al estrellato.
Esta película es por un lado un homenaje a una banda que cambió la historia de la música y por otro una sencilla comedia romántica sostenida en la relación de Ellie con Jack. La premisa del guion es muy interesante por el escenario propuesto post accidente. Solo pensar que nadie recuerde a Los Beatles es algo que nos parece imposible y que alguien se adjudique sus temas, un acto de osadía irreverente. Jack ha buscado toda su vida tener éxito y de pronto, de golpe -literalmente- lo encuentra. Las canciones son tan hermosas que incluso mal tocadas o mal cantadas, con letras invertidas o incluso cambiadas, irrumpen con un peso propio que seducen a cualquier audiencia de inmediato. Esta es la magia del homenaje que se le hace a una música transversal y que se reconoce como imperecedera.
La película mantiene siempre un tono liviano y muchísimos toques de humor. Es notable la incursión del famoso músico Ed Sheeran que desborda sencillez y simpatía, buscando a Jack, admirando su trabajo, llevándolo de gira y presentándole a su manager, reconociendo algo que rara vez es percibido en el mundo de la música que es la solidaridad y reconocimiento hacia un colega. Esta fresca participación le da a la cinta un tono actual e increiblemente las canciones de “Los Beatles” suenan absolutamente contemporáneas.
“Yesterday” funciona libre y nunca olvida que primero es una comedia romántica. Cuando el conflicto se manifiesta, es decir llega el éxito para Jack y Ellie se ve desplazada, surge justamente ese amor oculto y silencioso que durante años se mantuvo cubierto por una profunda amistad. Es en ese momento cuando deben tomar decisiones. Jack y Ellie se enfrentan a sus propios temores, ansiedades y sueños. Deben elegir el camino a seguir. Y aunque todo resulte previsible, la amabilidad del relato deja a fin de cuentas un saldo positivo, un gusto dulce de haber visto una cinta agradable escuchando las canciones de “Los Beatles”, con actuaciones protagónicas simples y convincentes, Ed Sheeran incluido. En ocasiones uno siempre espera algo más, sin embargo este tipo de películas nos recuerda que una buena historia, por sencilla que sea, merece ser contada y la podemos disfrutar sin hacer tanto análisis.
Ficha técnica
Título original: Yesterday
Año: 2019
Duración: 116 minutos
País: Reino Unido
Productora: Working Title Films / Etalon film. Distribuida por Universal Pictures
Género: Comedia. Fantástico. Romance | Música. Comedia romántica
Guion: Richard Curtis (Historia: Jack Barth)
Música: Daniel Pemberton. (Canciones: The Beatles)
Fotografía: Christopher Ross
Reparto: Himesh Patel, Lily James, Kate McKinnon, Ed Sheeran, Lamorne Morris, Ellise Chappell, Camille Chen, Alexander Arnold, Joel Fry, Sophia Di Martino, James Corden, Robert Carlyle
Dirección: Danny Boyle
jueves, 5 de septiembre de 2019
Canción sin nombre
Esta película, Ganadora del Premio Signis en el SANFIC 15, es realmente conmovedora. Basada en hechos reales, la cinta se introduce en el Perú profundo del año 1988 donde se vive un conflicto social y político de envergadura. La historia corresponde a Georgina Condori, una joven andina que da a luz una bebé que desaparece misteriosamente. En medio del caos de la época, Pedro Campos, un joven periodista limeño, toma a su cargo la investigación del caso y emprende junto a ella una desesperada búsqueda.
Ópera prima de su directora Melina León, la película destaca por un magnífico trabajo de fotografía a cargo de Inti Briones. Con un blanco y negro plagado de matices, las escenas resultan intensas y elocuentes. La ausencia de sonido en puntos clave tensa aún más la narración que profundiza en muchísimos de los subtextos que se encuentran insertos en el guion.
Es desgarrador ver caminar a “Geo”. Sube y baja los cerros desde y hacia su casa. Transita junto a su marido rumbo a su informal trabajo de feriante callejera en el centro de Lima, en una travesía propia de un migrante dentro de su propio país. Visiblemente embarazada, el esfuerzo es en ocasiones el doble o el triple. Ella no alcanza a comprender lo que vive, menos entiende la situación política del país junto a las condiciones sociales que rodean esos años durísimos y complejos de Perú a fines de los años 80..
Las temáticas que aborda el relato son extensas. No solo la situación de Georgina es impactante. Hay una vulneración de la pobreza en todos los ambientes. La marginación social, sobre todo la que se muestra en forma explícita con una representante andina, se repite también en otras esferas. Los anuncios de radio ofreciendo servicios gratuitos de maternidad fácilmente son aceptados como lícitos cuando existe necesidad imperiosa de ayuda y no hay mayor información disponible. Este abuso de poder, aprovechando las pocas herramientas de educación de la población más vulnerable, facilita un ilícito que además es encubierto por el poder transversal que entrega una sociedad que se enfrenta a divisiones, violencia y también al terrorismo.
La situación del periodista no es muy distinta. Pedro, si bien trabaja en un diario reconocido, es un llanero solitario. No solo le afecta su situación personal, también sus ideales corresponden a su propia búsqueda de identidad y de verdad. El guion se interna en Pedro, en lo que vive, en su propia represión y lo desnuda a su manera, con una sutil delicadeza.
El marido de Georgina tampoco escapa al conflicto. Vive al día y de los trabajos esporádicos que le ofrecen. Pasa largas temporadas fuera de casa para intentar encontrar el sustento familiar. Por ello, cuando una nueva oferta de trabajo es oscura y difusa, la acepta sin pensar en las consecuencias de acciones que pueden poner en riesgo incluso a su propia comunidad.
La cultura indígena está también siempre presente en el relato con celebraciones, fiestas, música, danza y procesiones; hay un alma subterránea que se encuentra en la base de la historia.
La marginación es brutal, la división horrorosa y el abuso inaceptable. La cinta se basa en hechos reales, en el secuestro de bebés, hecho ampliamente difundido incluso en la prensa de la época. Y no solo se trata de una denuncia sino también una prueba innegable del sufrimiento al que están condenados quienes no suscriben al régimen imperante y de todos aquellos que de una u otra forma no encajan con el sistema.
Con toda razón esta cinta ha tenido éxito en sus primeras presentaciones. Estrenada en la Quincena de realizadores del Festival de Cannes 2019 y también reconocida a su paso en otros festivales, es una película que se transforma en necesaria. Su relato está dibujado perfectamente y el magnetismo que provoca su confección mantiene máxima tensión durante todo su metraje. Sin duda, “Cancion sin nombre” es de las mejores realizaciones del último tiempo en nuestra región y aún puede obtener otros reconocimientos, que sin lugar a dudas, tendrá ampliamente merecidas.
Ficha técnica
Título original: Canción sin nombre
Año: 2019
Duración: 97 minutos
País: Perú
Productora: Coproducción Perú-Suiza-Estados Unidos; Bord Cadre Films / La Vida Misma Films / MGC / Torch Films
Género: Drama | Años 80. Secuestros / Desapariciones
Guion: Melina León, Michael J. White
Música: Pauchi Sasaki
Fotografía: Inti Briones (B&W)
Reparto: Pamela Mendoza, Tommy Párraga, Lucio Rojas
Dirección: Melina León
Ópera prima de su directora Melina León, la película destaca por un magnífico trabajo de fotografía a cargo de Inti Briones. Con un blanco y negro plagado de matices, las escenas resultan intensas y elocuentes. La ausencia de sonido en puntos clave tensa aún más la narración que profundiza en muchísimos de los subtextos que se encuentran insertos en el guion.
Es desgarrador ver caminar a “Geo”. Sube y baja los cerros desde y hacia su casa. Transita junto a su marido rumbo a su informal trabajo de feriante callejera en el centro de Lima, en una travesía propia de un migrante dentro de su propio país. Visiblemente embarazada, el esfuerzo es en ocasiones el doble o el triple. Ella no alcanza a comprender lo que vive, menos entiende la situación política del país junto a las condiciones sociales que rodean esos años durísimos y complejos de Perú a fines de los años 80..
Las temáticas que aborda el relato son extensas. No solo la situación de Georgina es impactante. Hay una vulneración de la pobreza en todos los ambientes. La marginación social, sobre todo la que se muestra en forma explícita con una representante andina, se repite también en otras esferas. Los anuncios de radio ofreciendo servicios gratuitos de maternidad fácilmente son aceptados como lícitos cuando existe necesidad imperiosa de ayuda y no hay mayor información disponible. Este abuso de poder, aprovechando las pocas herramientas de educación de la población más vulnerable, facilita un ilícito que además es encubierto por el poder transversal que entrega una sociedad que se enfrenta a divisiones, violencia y también al terrorismo.
La situación del periodista no es muy distinta. Pedro, si bien trabaja en un diario reconocido, es un llanero solitario. No solo le afecta su situación personal, también sus ideales corresponden a su propia búsqueda de identidad y de verdad. El guion se interna en Pedro, en lo que vive, en su propia represión y lo desnuda a su manera, con una sutil delicadeza.
El marido de Georgina tampoco escapa al conflicto. Vive al día y de los trabajos esporádicos que le ofrecen. Pasa largas temporadas fuera de casa para intentar encontrar el sustento familiar. Por ello, cuando una nueva oferta de trabajo es oscura y difusa, la acepta sin pensar en las consecuencias de acciones que pueden poner en riesgo incluso a su propia comunidad.
La cultura indígena está también siempre presente en el relato con celebraciones, fiestas, música, danza y procesiones; hay un alma subterránea que se encuentra en la base de la historia.
La marginación es brutal, la división horrorosa y el abuso inaceptable. La cinta se basa en hechos reales, en el secuestro de bebés, hecho ampliamente difundido incluso en la prensa de la época. Y no solo se trata de una denuncia sino también una prueba innegable del sufrimiento al que están condenados quienes no suscriben al régimen imperante y de todos aquellos que de una u otra forma no encajan con el sistema.
Con toda razón esta cinta ha tenido éxito en sus primeras presentaciones. Estrenada en la Quincena de realizadores del Festival de Cannes 2019 y también reconocida a su paso en otros festivales, es una película que se transforma en necesaria. Su relato está dibujado perfectamente y el magnetismo que provoca su confección mantiene máxima tensión durante todo su metraje. Sin duda, “Cancion sin nombre” es de las mejores realizaciones del último tiempo en nuestra región y aún puede obtener otros reconocimientos, que sin lugar a dudas, tendrá ampliamente merecidas.
Ficha técnica
Título original: Canción sin nombre
Año: 2019
Duración: 97 minutos
País: Perú
Productora: Coproducción Perú-Suiza-Estados Unidos; Bord Cadre Films / La Vida Misma Films / MGC / Torch Films
Género: Drama | Años 80. Secuestros / Desapariciones
Guion: Melina León, Michael J. White
Música: Pauchi Sasaki
Fotografía: Inti Briones (B&W)
Reparto: Pamela Mendoza, Tommy Párraga, Lucio Rojas
Dirección: Melina León
Suscribirse a:
Entradas (Atom)