miércoles, 24 de abril de 2019

Avengers - Endgame

La espera de la nueva entrega de los Vengadores ha llegado a su fin y el resultado es que “Avengers: Endgame” es sencillamente espectacular.

Después de los sucesos de “Avengers: Infinity War”, una cinta que sobreexplotó elementos innecesariamente, no era fácil continuar con la historia. Por un lado, el malvado Thanos había conseguido, literalmente, borrar de la faz de la tierra a la mitad de la población, liquidar a muchos de los superhéroes y de paso sembrar caos, destrucción, pesadumbre y desesperanza máxima. Por otro lado, la película, a pesar de su éxito comercial, no lograba cautivar del todo debido probablemente a un exceso de relatos y de personajes que parecían todos dentro de una licuadora a alta velocidad de la que salían algunos destellos fugaces.

Pues bien, “Avengers: Endgame” es algo muy distinto a lo que hasta ahora habíamos visto en las anteriores 21 películas del Universo Cinematográfico de Marvel. Y es diferente por muchas razones que, sin caer en ningún adelanto innecesario, quisiera esbozar a continuación, siempre tomando en cuenta que probablemente muchos detalles queden fuera y que, sin duda, hablaremos de esta cinta durante un buen tiempo.

Luego de la devastación provocada por Thanos, los Vengadores que han sobrevivido están dispersos. Cual más, cual menos, han recibido un golpe tan profundo que prácticamente los ha dejado a todos en estado de shock. Sin embargo, una luz se abre en el horizonte, hay una posibilidad aun no explorada, un camino riesgoso que no tiene el éxito asegurado pero que deberían intentar si quieren enmendar de alguna manera el rumbo de las cosas.

Con un guion espléndido de Christopher Markus y Stephen McFeely, los hermanos Anthony y Joe Russo esta vez aciertan medio a medio con una adecuada y precisa dirección. Primero, apuestan con una duración poco habitual para una película en estos tiempos: 182 minutos. Y la verdad es que se entiende perfecto este riesgo, porque esta vez no se apuran ni condensan el relato y entregan a cada acción y a cada personaje el tiempo que necesitan para su desarrollo y evolución. También, la extensa duración de la cinta permite construirla en base a al menos tres momentos significativos, verdaderas columnas sobre las que se sostiene la historia y que fijan puntos de soporte sólidos dentro del desarrollo dramático de la narración.

Un segundo punto que se destaca es el notable reparto y el elenco que encarna a los Vengadores. Cada uno tiene su historia, sus atributos, sus temores y fortalezas, junto a una personalidad única que en esta oportunidad no está reducida ni amenazada por constantes apuros o exageradas presiones. Robert Downey Jr., Chris Evans, Chris Hemsworth, Scarlett Johansson, Mark Ruffalo y Jeremy Renner brillan en sus roles, cada uno en su estilo, en actuaciones que tal vez sean las mejor logradas de toda la saga hasta el momento.

Un tercer aspecto que sobresale, en mi apreciación, es la forma de componer el relato. No solo es ágil y entretenido sino que también es capaz de capturarnos cada minuto sin que afloje un ápice la tensión. Claro, porque cuando baja un poco esa tensión sube entonces la emoción; y cuando bajan juntas, la acción se encarga de devolvernos nuevamente a puntos altos. El ritmo no es frenético, al contrario, podría decirse que está un par de revoluciones por debajo de las anteriores, sin embargo tiene una fuerza interna, un pulso y una rigurosidad en la edición que es realmente notable. Nunca pensé que podría pasar 182 minutos frente a la pantalla sin desconcentrarme o sin pararme siquiera. Y la verdad es que si uno quisiera hacer una pausa, no existe un momento para hacerlo porque la sensación es que a cada instante sucederá algo importante y trascendente y no lo podemos dejar de ver.

Adelantos no conviene hacer, y de ningún tipo, porque ver esta película es una experiencia. Por eso hay que vivirla, porque es única y especial para cada uno. Ojalá poder asistir con la menor cantidad de adelantos posibles para así dejarse sorprender, a pesar que aunque se sepa bastante, la sorpresa igualmente es monumental. Y por supuesto dispuesto a disfrutar, porque Marvel sorprende incluso a sus más fanáticos; surgen aplausos espontáneos, las carcajadas florecen y las lágrimas brotan gracias a un trabajo delicado, bien ejecutado e increíblemente coordinado de todos y cada uno de quienes han participado de este cierre de ciclo único, profundamente humano, épico y conmovedor.

Ficha técnica

Título original: Avengers: Endgame
Año: 2019
Duración: 182 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Marvel Studios
Género: Ciencia ficción. Fantástico. Acción | Superhéroes. Cómic. Marvel Comics. Secuela
Guion: Christopher Markus, Stephen McFeely (Cómic: Jack Kirby, Jim Starlin)
Música: Alan Silvestri
Fotografía: Trent Opaloch
Reparto: Robert Downey Jr., Chris Evans, Chris Hemsworth, Scarlett Johansson, Mark Ruffalo, Jeremy Renner, Brie Larson, Karen Gillan, Paul Rudd, Danai Gurira, Josh Brolin, Gwyneth Paltrow, Don Cheadle, Jon Favreau, Benedict Wong, Tessa Thompson, Bradley Cooper, Katherine Langford, Evangeline Lilly, Pom Klementieff, Elizabeth Olsen, Dave Bautista, Sebastian Stan, Chadwick Boseman, Letitia Wright, Benedict Cumberbatch, Anthony Mackie, Samuel L. Jackson, Zoe Saldana, Chris Pratt, Paul Bettany, Vin Diesel
Dirección: Anthony Russo, Joe Russo

Tarde para morir joven

Una comunidad aislada, cercana a la cordillera y alejada de la ciudad. Una vida diferente es la que busca un grupo de familias para poder estar en un espacio de mayor contacto con la naturaleza. Verano a fines de los ochenta, se vive el día de Navidad y asoma una gran fiesta para la celebración del Año Nuevo. La perspectiva del fin de un ciclo y el comienzo de otro nuevo también está presente en los tres jóvenes protagonistas de la cinta.

Sofía (16) -Demian Hernández-, Lucas (16) -Antar Machado- y Clara (10) -Magdalena Tótoro- viven etapas diferentes. Sofía sueña con elementos propios de la ciudad. La discusión de si tener o no electricidad en la comunidad es un tema que a ella le afecta y bastante. Además, está comenzando a descubrir sus primeros deseos y todo aquello la hace pensar que su lugar está más bien donde vive su madre, es decir, la comuna de Ñuñoa, en la ciudad de Santiago. Lucas, por su parte, recorre otro camino. No se cuestiona su permanencia en el lugar, más bien asume que allí es donde él quiere estar. Lo que sí le afecta es la atención que Sofía le presta o le deja de prestar. También está Clara, que a sus cortos 10 años recién comienza a mirar la vida y su visión, con ojos de niña, entrega otra perspectiva de las opciones y decisiones que toman los más grandes. Estos últimos quieren alejarse de la multitud y de lo conocido; los jóvenes quieren conocer y descubrir el mundo.

Dominga Sotomayor, guionista y directora de esta película, filma con extremo cuidado y delicadeza. El trabajo de fotografía de Inti Briones es excelente, con un manejo de luces y sombras, colores cálidos, algunos luminosos y otros oscuros, que traspasan la pantalla y se transforman en vivas emociones.

“Tarde para morir joven” responde a un estilo particular. Es de esas películas que son más bien reposadas, donde no hay un desplazamiento en el eje del relato sino que se centran en la profundidad de sus protagonistas. Esa intimidad, que a veces aflora y a veces permanece oculta, la percibimos, la imaginamos, pero no necesariamente la vemos. Aquí, la construcción de cada personaje es vital y el trabajo de la directora se aprecia cabalmente. Es mucho más importante eso que no observamos, lo que proviene de la interioridad de cada persona, de los pequeños detalles o de momentos sutiles, que aquello que evidentemente está expuesto.

Destaca, sin duda, la actuación de Demian Hernández encarnando a Sofía. Su mirada, sus desplazamientos y sus actos dan cuenta de un proceso interno trascendente. Algo no se siente bien, le incomoda y no está claro qué es. ¿Amor, impulso? ¿Novedad, sueño? ¿Búsqueda, descubrimiento? El arte se abre paso y también el irrefrenable deseo de explorar nuevas sensaciones y nuevas emociones.

Premiada en el Festival de Locarno como mejor dirección y en el Festival de Gijón como Mejor directora (ex aequo) y fotografía, esta película de Dominga Sotomayor plantea temas que son parte importante de nuestras vidas. Las relaciones entre padres e hijos, entre amigos, sus reacciones, primeros enamoramientos y exploraciones iniciales, son algunos de los muchos elementos que la cinta pone en relieve y que, vistos desde diversas ópticas, también nos llegan de manera diferente, dependiendo de nuestra particular cercanía con cada uno de ellos.

Ficha técnica

Título original: Tarde para morir joven
Año: 2018
Duración: 110 minutos
País: Chile
Productora: Coproducción Chile-Brasil-Argentina-Países Bajos (Holanda)-Qatar; Cinestación / RT Features / Ruda Cine / Circe Films
Género: Drama | Años 90. Adolescencia
Guion: Dominga Sotomayor
Fotografía: Inti Briones
Reparto: Demian Hernández, Antar Machado, Matías Oviedo, Antonia Zegers, Eyal Meyer, Magdalena Tótoro, Alejandro Goic, Andrés Aliaga, Gabriel Cañas
Dirección: Dominga Sotomayor

domingo, 21 de abril de 2019

El affaire de Sarah y Saleem

Inspirada en un hecho real, esta cinta del director Muayad Alayan transcurre en la Jerusalén actual. La ciudad está dividida y aquello se nota. Hay tensión, segregación, opresión y desconfianza. Israelíes y palestinos intentan convivir, sin embargo el conflicto es mucho más profundo, más interno, mucho más poderoso. En este escenario tenemos a dos amantes: Sarah -Sivane Kretchner- que está casada con David -Ishai Golan- un alto oficial de ejército y Saleem -Adeeb Safadi- cuya esposa Bisan -Maisa Abd Elhadi- está esperando un hijo.

Amantes nocturnos, ambos tienen sus propios problemas en casa. Saleem trabaja en una panadería y hace entregas en un furgón, tiene problemas económicos y lucha contra la intromisión permanente del hermano de Bisan en su vida familiar. Por su parte, Sarah tiene problemas en su matrimonio. Los traslados de su marido le han obligado a cerrar un par de veces su emprendimiento, una cafetería, que ahora en la capital, parece que comienza a consolidarse lentamente.

En uno de sus encuentros furtivos, Saleem tiene que hacer una entrega diferente, esta vez en Belén, y Sarah poco convencida lo acompaña. Una disputa en un bar, aparentemente inocua, desencadena una serie de hechos que trastocan sus vidas y la de sus familias, llegando a tener consecuencias insospechadas.

El guion escrito por los hermanos Alayan -Rami Musa Alayan y el propio director- es preciso y envolvente. Cada secuencia está plenamente lograda y no pierde en ningún momento el ritmo ni la relación de las circunstancias. La filmación de Muayad es cuidada y extrovertida, presentando la ciudad, sus rincones, sus calles, el cruce del muro y cada detalle cotidiano de forma natural y convincente.

¿Cómo un tema privado puede pasar a tener una gran connotación pública? Error tras error, la ingenuidad de los protagonistas del romance parece no tocar fondo. Saleem es arrestado y Sarah cuestionada. David pone en juego su carrera y Bisan, la vida de su hijo.

Este thriller amoroso, policial y político está muy bien narrado y excelentemente bien actuado por sus protagonistas. El título original, “Los reportes de Sarah y Saleem” hace más justicia al desarrollo del centro del relato porque no solo se trata del “affaire” entre ambos sino todo lo que involucra a sus culturas, sus orígenes, su forma de vida y la extremadamente compleja situación que viven en la zona tanto socialmente como militarmente.

En la casa de Sarah y David se escucha Brahms. Pareciera una contradicción pero es un detalle que no es azar. La historia cautiva, los personajes intrigan y las repercusiones de sus actos obligan a tomar partido. No es fácil empatizar con lo que viven ni menos coincidir en sus decisiones. Más difícil aun es lo les rodea a Sarah y a Saleem, la presión familiar y social a la que son sometidos. Sus problemas iniciales hoy están en el baúl de los recuerdos y sus encuentros sexuales ya olvidados. ¿Cómo llegamos a la situación actual?, parecen preguntarse. No hay respuestas, solo hechos y una dura realidad contra la que violentamente han chocado.

Ficha técnica

Título Original: The Reports on Sarah and Saleem
Drama, política y romance
Cinemark
Palestina, Alemania, Países Bajos – 2,07 hrs.
Fotografía: Sebastian Bock
Edición: Sameer Qumsiyeh
Música: Frank Gelat, Charlie Rishmawi, Tarek Abu Salameh
Diseño Prod.: Bashar Hassuneh
Guion: Rami Musa Alayan
Actores: Sivane Kretchner, Maisa Abd Elhadi, Adeeb Safadi, Ishai Golan, Kamel El Basha
Director: Muayad Alayan

Transit

Un café en Paris, sirenas y policías fuertemente armados en las calles; máxima tensión.

Este es el punto de partida de “Transit”, del realizador alemán Christian Petzold, cinta basada en la novela que Anna Seghers escribió en 1942. Georg -Franz Rogowski- recibe el encargo de entregar dos cartas a un escritor de apellido Weidel que se encuentra en Marsella. Georg ha huido de Alemania y pretende también escapar de Francia, de la ocupación, de la persecución y de las redadas. Hay una guerra que no vemos, pero que sentimos.

Al llegar al puerto de Marsella para entregar el encargo descubre que el destinatario de las cartas se ha quitado la vida. Acude entonces al Consulado de México donde es confundido con el escritor, le entregan dos visas, boletos de barco y dinero. Sin saber qué hacer, escondido en un hotel donde hay más indocumentados que también huyen, recorre la ciudad esperando la fecha de salida del barco que lo sacará finalmente del país. En sus tantas caminatas traba amistad con Driss, un joven de 11 años procedente de Magreb que vive junto a su madre sordomuda y se cruza en diversas oportunidades con una bella y enigmática mujer.

Hay varios aspectos de la película que pueden ser desconcertantes y tal vez nos exijan una mayor atención. Uno de ellos es el relator de la historia, una tercera persona que por momentos parece totalmente fuera del foco que estamos observando. Por otra parte, la historia está transportada a la época actual. Suponemos que el relato está situado en la Segunda Guerra Mundial pero el entorno que vemos no cuadra para nada. Todo es moderno salvo la ausencia de celulares y la presencia de antiguas radios a transistores. Los viajes son en tren y en barco, pero también en automóviles nuevos.

Marie -Paula Beer-, la mujer enigmática que confunde a Georg con el hombre que ama, tal vez sea la clave de todo. Ella espera a su marido. Lo ha abandonado, sin embargo está confiada en que él, luego de su desesperado llamado, acuda en su ayuda y le perdone. Una pregunta se repite; “¿quién olvida primero, el hombre abandonado o la mujer que abandona?” Petzold nos hace sentir el conflicto, nos pone trabas, nos enreda y nos confunde, no solo con la temporalidad sino que también con los sentimientos de los protagonistas.

La película, gracias a los riesgos que asume, pone en relieve el tema actual de los migrantes, de quienes huyen buscando oportunidades y del a veces despiadado control -y también violencia- que se ejerce sobre ellos. El metraje transcurre en permanente movimiento, de allí su título “tránsito”, donde todo lo que está definido puede cambiar y los planes se modifican de un minuto a otro. Tan líquido es el argumento que incluso el final que entrega puede tener más de una interpretación, permitiendo que la película incluso prosiga luego de los créditos finales. “Transit” es una profunda y conmovedora historia de amor que se transforma en un desafío que sin duda vale la pena ver.

Ficha técnica

Título original: Transit
Año: 2018
Duración: 101 minutos
País: Alemania
Productora: Neon Productions / Schramm Film
Género: Drama | II Guerra Mundial
Guion: Christian Petzold (Novela: Anna Seghers)
Música: Stefan Will
Fotografía: Hans Fromm
Reparto: Franz Rogowski, Paula Beer, Godehard Giese, Lilien Batman, Maryam Zaree, Barbara Auer, Matthias Brandt, Sebastian Hülk, Emilie de Preissac, Antoine Oppenheim, Louison Tresallet, Àlex Brendemühl
Dirección: Christian Petzold

viernes, 19 de abril de 2019

Entre la razón y la locura

Una historia real -descrita en el libro de 1998, "El Cirujano de Crowthorne", de Simon Winchester- inspira esta cinta que trata sobre el gran desafío de construir un diccionario con todas las palabras de la lengua inglesa. Oxford University Press, en 1879, acepta el encargo de publicar un proyecto que llevaba más de 20 años sin avances sustantivos y que desde 1976, liderado por el lexicógrafo James Murray -Mel Gibson-, comienza a tomar forma con un equipo de trabajo destinado exclusivamente para la ardua tarea. El despegue del proyecto nace de la idea de Murray de reiterar una solicitud, ampliamente publicitada en periódicos y distribuida en librerías y bibliotecas, para que los lectores informaran de "tantas citas como puedan de palabras comunes", como de todas las que fueran "raras, obsoletas, anticuadas, nuevas o peculiares". Así comenzaron a llegar infinidad de fichas que lentamente se transformaron en cerca de 3.500.000 hacia el año 1882.

El Dr. William Chester Minor, acosado por frenéticas alucinaciones, perturbado y confundido por sus temores y persecuciones, comete un crimen brutal en Londres asesinando a un inocente, dejando con ello una viuda y un gran número de hijos desprotegidos. Corre el año 1872 y luego de ser juzgado “no culpable” por demencia es internado en un hospital psiquiátrico, privado de libertad y sujeto a tratamientos experimentales. El Dr. Minor lee todo cuanto llega a sus manos y cuando se entera de la solicitud de ayuda para el gran diccionario decide participar enviando gran cantidad de aportes que son recibidos con júbilo por el profesor Murray. Nace allí una relación fraterna, de admiración mutua y que los lleva a encontrase en las varias oportunidades en que el profesor visita al hombre “demente” en su lugar de reclusión, lo que por lo demás es el título original de la cinta en inglés, “The Professor and the Madman”.

La cinta transcurre en forma pausada. La recreación de época es muy adecuada, sin embargo el ritmo cadencioso impreso por momentos, baja la tensión y elude el conflicto. Los diálogos no parecen representar a los eruditos y los representantes de la Sociedad encargada del proyecto parecen más preocupados de sus propios intereses más que de contribuir a un proyecto que llegaría con el tiempo a ser único en su tipo. La representación que Mel Gibson realiza de quien hace cabeza se sostiene más en su familia, esposa y numerosos hijos, más que en sus bondades como un versado intelectual. Hay allí una carencia de profundidad que afecta el desarrollo del metraje y que no puede ser equilibrado con el histrionismo y gran preocupación en los detalles que logra Sean Penn dando vida a un angustiado y desesperado hombre que, consciente de sus errores y que no encuentra salida para remediarlos, tampoco puede superar lo que lo atormenta en su ser más íntimo.

Esta película dirigida por el también guionista Farhad Safinia ofrece una historia que atrapa nuestra curiosidad. ¿Cómo un hombre, sin títulos y autodidacta, logra el respaldo para emprender un desafío propio de la alta intelectualidad de la época? ¿Cómo otro hombre, que camina por el abismo de la locura, logra cuadrar en ese proyecto con aportes que iluminan al equipo y que se transforman en importantes ayudas que sirve para destrabar algunas de las muchas complicaciones? La respuesta no es sencilla, pero la amistad que nace entre los dos protagonistas es real e intensa. También destaca lo que sucede con la viuda y sus encuentros progresivos con el hombre que asesinó a su marido. Se suma a ello la presencia de personajes secundarios que tienen bastante menos participación en el relato y que sorprenden por su humanidad y compasión, como es el caso de la esposa de Murray y el carcelero encargado del Dr. Minor.

Si bien el resultado fílmico de “Entre la razón y la locura” puede quedar a medio camino de lo que su historia propone como material, resulta interesante verlo desde el punto de vista de su aporte histórico, poniendo nombre a los responsables de la importante publicación, humanizando a quienes trabajaron arduamente y tal vez poniendo mucho más énfasis en la redención y el perdón al que puede aspirar un hombre luego de cometer un irreparable y brutal error que le hace perder toda dignidad, sentirse sin derecho a compasión alguna y por ello solo estar destinado a una condena eterna.

Ficha técnica 

Título original: The Professor and the Madman
Año: 2019
Duración: 124 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Coproducción Estados Unidos-Irlanda; Fastnet Films / Icon Productions
Género: Drama. Thriller | Siglo XIX. Literatura
Guion: John Boorman, Todd Komarnicki, Farhad Safinia (Novela: Simon Winchester)
Música: Bear McCreary
Fotografía: Kasper Tuxen
Reparto: Mel Gibson, Sean Penn, Natalie Dormer, Ioan Gruffudd, Jeremy Irvine, Brendan Patricks, Adam Fergus, Kieran O'Reilly, Bryan Quinn, David Crowley, Olivia McKevitt, Steve Coogan, Malcolm Freeman, Robert McCormack, Abigail Coburn, Stephen Dillane
Dirección: Farhad Safinia

miércoles, 17 de abril de 2019

Mirai

Kun, un pequeño de cuatro años, ve como su vida cambia cuando nace su hermana pequeña. La atención de sus padres ya no es exclusiva pues la encantadora Mirai pasa a ser el centro.

Esta película de animación japonesa del director Mamoru Hosoda presenta una problemática cercana y habitual que dice relación con la llegada de un nuevo integrante al grupo familiar y el desequilibrio que produce en el conocido y cómodo espacio de confort que se ha construido. Además, el guionista y director se hace cargo de mostrar los roles madre y padre diferentes a lo comúnmente habitual. Él es un arquitecto independiente por lo que puede desarrollar sus tareas en casa y ella tiene un trabajo al que debe volver luego del poco tiempo de permiso maternal. Por lo anterior, quien debe asumir la carga del día a día del hogar es el hombre y acá se aprecia la histórica carga machista, variadas recriminaciones y también algunas descalificaciones que tienen que ver con la historia de la pareja.

La cinta, a poco andar, presenta sus primeros momentos mágicos. Primero la mascota es quien se presenta ante Kun, representado como humano y hablando su idioma, señalando el punto clave, su pérdida de espacio y los nacientes celos hacia su hermana. Luego viene lo más sorprendente, la visita de su hermana desde el futuro, para recorrer junto a Kun y su mascota una aventura que finalmente les acercará y unirá para toda la vida.

Esta fábula animada se centra en valores principales y pone su foco en lo realmente importante. Una película sencilla, simple y transparente, por momentos incluso bastante ingenua, relatada con modestia y con una fluidez encantadora, nos enseña lo importante que son los pequeños detalles de la vida, el rol fundamental de la familia, el lugar que ocupa el trabajo en los tiempos actuales, la relación entre los hermanos, y una moraleja que podríamos resumir en la capacidad de amar y de ser amados.

Ficha técnica 

Título original: Mirai aka
Año: 2018
Duración: 100 minutos
País: Japón
Productora: Studio Chizu
Género: Animación. Drama. Fantástico | Infancia. Familia. Viajes en el tiempo. Cine familiar
Guion: Mamoru Hosoda
Música: Takagi Masakatsu
Fotografía: Animation
Reparto: Animation
Dirección: Mamoru Hosoda

jueves, 11 de abril de 2019

La enfermedad del domingo

El cineasta español Ramón Salazar narra la historia de Anabel -Susi Sánchez- quien recibe la inesperada visita de su hija Chiara -Bárbara Lennie- pidiéndole que pasen diez días juntas. Algo que podría ser natural no lo es, en absoluto, porque no se han visto en 35 años. ¿La causa? Anabel abandonó a Chiara cuando tenia 8 años.

Este profundo drama tiene los diálogos precisos y las preguntas justas. Las actuaciones principales son excelentes y los personajes secundarios, que en algunos casos sólo aparecen escasos minutos, están definidos de excelente forma y poseen un peso importante en la historia.

¿Cuáles son las intenciones de Chiara al volver con su madre? ¿La culpa que remuerde la conciencia de Anabel la sensibiliza y la hace vulnerable? ¿Se está construyendo una venganza o existe una oportunidad de volver atrás y recuperar el tiempo perdido entre madre e hija?

El guionista y director andaluz elabora esta película con un gran sentido estético. Cada encuadre de la cámara, cada acercamiento y un constante seguimiento, proporciona notas de suspenso delicadamente construidas. Su sello se observa en el ritmo impreso en el metraje, sin apuro pero también sin caer en vacíos que puedan ocasionar cortes en un relato que avanza sin prisa y también sin pausa.

Destaca en esta película su excelente fotografía. Desde un inicio observamos cuadros muy logrados, paisajes perfectamente compuestos e interiores cuidadosamente decorados. También resalta su alto nivel de producción donde cada elemento responde a un propósito dramático que está perfectamente elaborado y desarrollado.

“La enfermedad del domingo” resulta cautivante y a la vez emocionante. Al verla surgen rápidamente conexiones con la historia. La fina delicadeza de sus detalles, tanto en el fondo como en la forma, atrapa de comienzo a fin. Y después, cuando concluye, sigue una fase donde resurgen elementos que cobran más relevancia, valores trascendentes y la visión de una humanidad que es capaz de traspasar la frontera de la pantalla.

Ficha técnica

Título original: La enfermedad del domingo
Año: 2018
Duración: 113 minutos
País: España
Productora: Zeta Cinema / ON Cinema
Género: Drama | Familia
Música: Nico Casal
Fotografía: Ricardo de Gracia
Reparto: Bárbara Lennie, Susi Sánchez, Miguel Ángel Solá, Greta Fernández, Richard Bohringer, Fred Adenis, Abdelatif Hwidar, David Kammenos
Guion y Dirección: Ramón Salazar

El Ártico

El desolado y blanco paisaje del Ártico es el escenario que enfrenta un hombre abandonado a su suerte con las condiciones de un entorno en el que sobrevivir se transforma en una odisea.

Sin mayor preámbulo nos encontramos con Overgård, caracterizado notablemente por el actor danés Mads Mikkelsen, haciendo un trabajo en la nieve que no alcanzamos a comprender. De a poco surgen algunos elementos; los restos de un avión accidentado y una vista aérea nos dan las primeras claves. Hace frío y se siente, a pesar de no percibirlo directamente con nuestros sentidos. También se observa la soledad, la inquietud y el hilo de esperanza en cada acción que realiza el protagonista con tesón y perseverancia admirables.

Overgård está ante una situación límite. Sus conocimientos y también su creatividad, le permiten sistematizar una coordinada rutina que repite cada día, marcada por las precisas alarmas de su reloj. Las posibilidades son limitadas y las opciones difusas. Las decisiones que se tomen en estos casos son efectivamente de vida o muerte. El entorno es hostil no solo por las inclemencias del tiempo, la lluvia, el viento blanco y la persistente caída de nieve sino también por otros tipos de peligro representados con la presencia de amenazantes osos polares.

Soledad y esperanza, ¡qué difícil combinación! El protagonista intenta todo lo que está a su alcance para sobreponerse a la creciente adversidad. Incluso cuando ya no le quedan fuerzas y las razones para vivir disminuyen al mínimo, Overgård intenta no rendirse, aún cuando debe decidir en pocos segundos o cuando debe cambiar y flexibilizar un plan ya establecido.

Sin diálogos, y con muy pocas palabras pronunciadas, esta cinta dirigida por Joe Penna logra entregar una historia muy clara gracias a lo exacto de su guion. Elementos precisos y tiempos adecuados develan progresivamente aspectos que nos permiten armar un rompecabezas que se complejiza con el correr de los minutos.

La excelente filmación y recreación de este paisaje desolador es lograda con un gran trabajo de fotografía y una impecable edición que se traduce en planos abiertos magníficos y primeros planos conmovedores. La música, en su justa medida, compuesta por Joseph Trapanese permite escuchar el sonido del viento y también, en forma notable, percibir el sonido del silencio.

El Ártico es una película abrumadora y que genera extrema angustia. En 98 minutos se siente su peso, no da ninguna pausa, nos mantiene atentos y en permanente tensión. Gran mérito tiene Penna, guionista y director, al desarrollar un relato capaz de sobrecogernos al presentar, desde una perspectiva diferente, una tragedia que tal vez ya hemos visto con anterioridad y que indudablemente se puede conducir y también puede concluir de diversas maneras.

Ficha técnica 

Título original: Arctic
Año: 2018
Duración: 98 minutos
País: Islandia
Productora: Armory Films / Pegasus Pictures / Union Entertainment Group
Género: Aventuras. Drama | Supervivencia
Guion: Joe Penna, Ryan Morrison
Música: Joseph Trapanese
Fotografía: Tómas Örn Tómasson
Reparto: Mads Mikkelsen, Maria Thelma Smáradóttir
Dirección: Joe Penna

jueves, 4 de abril de 2019

Cola de mono

24 de diciembre de 1986 y una familia espera la “pascua”. Borja -Santiago Rodríguez-Costabal- tiene casi 17 años y su hermano mayor, Vicente -Cristóbal Rodriguez-Costabal-, algunos más. Ambos viven con su madre -Carmina Riego- que odia las fiestas y que ha preparado una sencilla cena familiar en una casa silenciosa, vacía, triste y melancólica. Borja es cinéfilo, igual que su padre, otrora crítico de cine ya fallecido. Vicente, que estudia arquitectura, anuncia que saldrá en la noche luego de la tensa cena. Borja se queda viendo algunos videos en VHS y su madre se acuesta a dormir, inducida por pastillas para relajarse. Lo que si comparten los tres es el licor preparado en casa y que toman, tal vez, con bastante exceso: el famoso “cola de mono”.

Esta película del escritor y director Alberto Fuguet es difícil de enmarcar. Son muchos los elementos presentes en un relato que tiene muy pocos diálogos y cuyo centro recae principalmente en la intimidad de sus personajes.

Por una parte la vuelta al año 1986 en Chile de inmediato nos sitúa en los diferentes contextos sociales, políticos y económicos de la época. Ver en diferentes planos esos años -la bebida Free, el antiguo televisor, las fotos en la pared, la disposición del comedor, su cocina y todos esos ingredientes de los ochenta- nos recuerda al país aun en dictadura y en una curva de ascenso económico. El ambiente de represión también se vive al interior de esta familia católica donde parece que mucho se esconde debajo de la alfombra o simplemente se hace la vista gorda.

Otro aspecto que está presente en la cinta es la vida interior de cada uno de sus protagonistas. La madre se ve cansada, sin desafíos y sin ilusión. Vicente, de perfil más neutro e introvertido, parece ser el regalón, a quien le va bien en la vida y parece avanzar con plena normalidad. Borja, en cambio, con su permanente personalidad desafiante, pone a prueba a su madre quien es muy dura con él a pesar del amor que le tiene.

La historia en realidad no es una sola, son varias, dependiendo del enfoque que queramos imprimirle. Y las capas que cubren el fondo del relato son también múltiples y difíciles de digerir, sobre todo la más explícita, la sexual, que refiere al despertar sexual de ambos jóvenes. Vemos como Borja, en casa, busca algo que no encuentra hasta que logra entrar -forzando la llave- a la pieza de su hermano. Vicente, por su parte, se ve enfrentado al mundo exterior, a lo que allí sucede, a aquello que le atrae y que puede llegar a ser peligroso y humillante.

Una segunda capa, ligada a la primera, es la homosexualidad. Acá el cineasta no tiene ningún pudor en entregar escenas explícitas que podrían causar rechazo inmediato en parte de la audiencia. Sorteada esta capa, o tal vez separada con dificultad por lo incómodo que pueda resultar, podemos recién volver a centrarnos en el fondo del relato, en la intimidad de estos hermanos y enfocarnos así en sus miedos, temores, sueños e ilusiones. Nada de ello es evidente, todo está sujeto a lo que cada uno de nosotros interprete del permanente deambular que observamos en la pantalla.

Fuguet consigue que esta cinta sea provocativa. Sus técnicas y herramientas están muy claras. Sin embargo, surge de pronto la pregunta sobre el mensaje que nos está transmitiendo el guionista y también director. En ocasiones, dicha pregunta queda sin respuesta, porque en realidad lo que intensiona es que reflexionemos inmediatamente sobre lo que observamos. En otras, parece que encontramos el norte, pero rápidamente se escapa y volvemos nuevamente al comienzo. La mayor de las veces, al menos en mi caso, no alcanzo a comprender el sentido de tanta genitalidad explícita requerida para construir este relato. Aunque esto me descoloca al momento de presenciar la cinta, a la vez me da otra perspectiva al momento de escribir sobre ella. Una dualidad que también considero parte del desafío permanente que nos plantea el director con esta nueva producción.

Ficha técnica

Título original: Cola de mono
Año: 2018
Duración: 102 minutos
País: Chile
Productora: Cinepata. Distribuida por Cinepata / TLA Video [USA]
Género: Drama. Thriller. Comedia | Años 80. Comedia negra. Homosexualidad. Navidad
Guion: Alberto Fuguet
Música: Cristián Heyne
Fotografía: Patricio Alfaro
Reparto: Santiago Rodríguez-Costabal, Cristóbal Rodriguez-Costabal, Carmina Riego, Diego Nawrath, Benjamin Bou, Mauricio Vaca, Daniel Morera
Dirección: Alberto Fuguet

Shazam!

Billy Batson -Asher Angel,- lo pasa mal. Sin sus padres, ha debido pasar la mayoría de sus 14 años en casas de acogida desde donde frecuentemente se escapa, por lo que la calle ha sido su mayor espacio de crecimiento. Ahora tiene una nueva oportunidad. Llega a un hogar donde los padres han reunido a varios niños en su misma condición para darles un especial y dedicado calor familiar.

Todo es extraño para Billy, tanto como abordar un carro del metro y terminar cara a cara con un veterano mago que fija en él todas sus esperanzas de sucesión y le entrega su poder. Así, si Bill pronuncia la palabra mágica "SHAZAM" -acrónimo de seis "ancianos inmortales”; Salomón, Hércules, Atlas, Zeus, Aquiles y Mercurio- inmediatamente se transforma en un adulto disfrazado -Zachary Levi,- que cuenta con grandes poderes dentro de los que destacan una fuerza sobrehumana, gran velocidad, disparar rayos con sus manos y la capacidad de volar, entre otros. Con la ayuda de su hermano adoptivo Freddy -Jack Dylan Grazer-, Shazam! debe aprender a usar sus habilidades para enfrentar al Dr. Thaddeus Sivana -Mark Strong- quien cuando niño fue rechazado por el mismo mago y por tanto ha buscado incansablemente volver a encontrarse con el poderoso hechicero para cobrar venganza y apoderarse de los demonios que se encuentran contenidos y a raya por el ya anciano custodio.

La película de David F. Sandberg es entretenida. Mezcla problemas actuales con una comedia que resulta una efectiva sátira de los superhéroes y sus súper poderes. La orfandad, el acoso y bullying, el sistema de las casas de acogida, la familia, el abandono y el rechazo son temas profundos y relevantes que no pierden su foco por la forma en que se construye el relato. Ni siquiera la magia logra esconder la verdad que encierran los siete pecados capitales que deben seguir siendo custodiados ya que, sueltos y dispersos por el mundo, podrían causar grandes estragos.

El resultado es que Shazam! renace novedoso a pesar de ser una historieta de Fawcett Comics aparecida por primera vez en 1939 y que ha pasado por varias fases en su historia -fue Capitán Marvel hasta que Marvel Comics lo registró para un personaje propio en 1968 y por ello la palabra mágica Shazam! se ha convertido en la marca y título del personaje- y que pertenece y es desarrollado desde 1972 por DC Comics.

Shazam! fluye bien durante sus algo extensos 132 minutos. El énfasis puesto en la acción no opaca los temas centrales referidos a la unión de la familia, al apoyo vital entre los hermanos adoptivos y al tesón y cariño de los padres hacia sus protegidos. Por momentos la sátira se apodera de la pantalla y con ello relaja el metraje, junto con las referencias a otros personajes del universo extendido de DC como Superman y Batman lo que también apunta en la misma línea.

Con agilidad y dinámica, Shazam! sorprende y se percibe como un buen comienzo de una nueva saga. Y claro está, gracias a una costumbre que empieza a echar raíces, a no moverse del asiento con los créditos finales porque vienen dos escenas post que permiten especular sobre los próximos pasos de este irreverente adolescente convertido en superhéroe con cuerpo y disfraz de adulto.

Ficha técnica

Título original: Shazam!
Año: 2019
Duración: 132 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Warner Bros. / DC Entertainment / DC Comics / New Line Cinema
Género: Fantástico. Ciencia ficción | Superhéroes. Cómic. DC Comics
Guion: Henry Gayden, C.C. Beck, Bill Parker (Historia: Henry Gayden, Darren Lemke)
Música: Benjamin Wallfisch
Fotografía: Maxime Alexandre
Reparto: Zachary Levi, Jack Dylan Grazer, Mark Strong, Asher Angel, Grace Fulton, David J. MacNeil, Michelle Borth, Djimon Hounsou, Adam Brody, Ross Butler, Natalia Safran, Marta Milans,  D.J. Cotrona, Ian Chen, Cassandra Ebner, Cooper Andrews, Faithe Herman, Caroline Korycki, David Kohlsmith, Ava Preston, Lovina Yavari, Andi Osho, Cyndy Day, Angelica Lisk-Hann, Stephannie Hawkins, Evan Marsh, Lotta Losten, Carson MacCormac
Dirección: David F. Sandberg

Obsesión

El título original de esta cinta es “Serenity” que es el nombre del barco pesquero que el capitán Baker Dill -Matthew McConaughey- posee en Plymouth, una pequeña isla del Caribe. Sin embargo “Obsesión” no está nada mal como título en español, porque este hombre de mar está empecinado en cazar un gran atún de aleta azul que logra siempre escapar. Aquello le hace descuidar a sus clientes, poner en problemas a su fiel compañero Dake -Djimon Hounsou- y además hacer permanentes sus problemas económicos.

De pronto y luego de varios años de ausencia regresa su ex mujer Karen -Anne Hathaway-. Su hijo Patrick se ha vuelto introvertido y pasa inmerso jugando video juegos. Ella teme por la seguridad de ambos pues su actual marido Frank -Jason Clarke- es violento y abusador; la golpea brutalmente. Karen le propone a Dill un negocio: que lleve a pescar a Frank, lo emborrache y lo tire a los tiburones a cambio de 10 millones de dólares. La oferta, por supuesto, es tentadora.

Steven Knight firma un guion que el mismo dirige y que revela una historia intrigante. No tenemos muchos detalles del protagonista ni de su vida pasada, solo algunas luces y lo que la cinta nos va develando con el correr de los minutos. McConaughey es un sólido actor capaz de transmitir aquello que le es encomendado y la química con Hathaway no se hace esperar. Incluso, conecta muy bien con el tercero en discordia, Jason Clarke, componiendo un trío de actores con personalidades muy marcadas y atractivas.

La exploración de una conexión emocional con los video juegos -o juegos virtuales on line- es bastante interesante y agrega a la historia un condimento de actualidad importante a un relato donde toma relevancia el abuso de poder y físico que sufre Karen el que se une con la frustración y la culpa de siente Dill por la ruptura de la relación y el no poder estar junto a su hijo.

Si bien el último tercio de la película decae en intensidad, el mérito que tiene el director es su capacidad de sostener el metraje para que pueda llegar a buen puerto. El interés en saber el desenlace y un arriesgado cruce temporal agrega elementos que perfectamente pueden hacer cambiar la percepción de realidad. ¿Qué es verdadero y qué es irreal? ¿Hay una sola realidad? “A veces hacemos cosas malas por buenos motivos”… una frase que cobra sentido en la medida que el final se acerca y del que no podemos avistar ninguna señal o pista meridianamente certera.

Ficha técnica

Título original: Serenity
Año: 2019
Duración: 106 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Aviron Pictures / Global Road Entertainment / Starlings Entertainment / Nebulastar / Shoebox Films
Género: Thriller. Drama
Guion: Steven Knight
Música: Benjamin Wallfisch
Fotografía: Jess Hall
Reparto: Matthew McConaughey, Anne Hathaway, Diane Lane, Jason Clarke, Djimon Hounsou, Jeremy Strong
Dirección: Steven Knight