miércoles, 16 de octubre de 2019

Ema

La última cinta del director chileno Pablo Larraín nos recuerda algunos rasgos característicos de su estilo. Desde luego su producción nunca ha sido condescendiente, y si bien sus trabajos anteriores, “Neruda” y “Jackie”, distan de la incomodidad de “El Club” y “Post mortem”, con “Ema”, Larraín vuelve a sellos ya explorados en “Tony Manero” y “Fuga” -su ópera prima-, donde el punto principal es la sensación de desazón que transmite a la audiencia lo largo de toda la película. 

Ema -Mariana Di Girolamo- es una joven bailarina y profesora de baile en un colegio, casada con Gastón -Gael García Bernal- coreógrafo de la compañía donde ambos participan. La pareja está en crisis pues han devuelto al SENAME -Servicio Nacional de Menores- al hijo adoptado por ellos; no pudieron, tal vez no fueron capaces y fueron superados por las conductas con que Polo los puso a prueba. Ema quiere seguir adelante, Gastón recrimina; Ema siente que aún es la madre de Polo, Gastón anhela la familia que no se pudo consolidar; Ema escapa, busca, improvisa, Gastón se sumerge en sí mismo y en sus actividades; están cada vez más distantes pero un vínculo los mantiene enlazados a pesar de ser un matrimonio que se está separando.

Pablo Larrain y su equipo logran provocar con una incómoda propuesta. El guion escrito por el mismo director junto a Guillermo Calderón y Alejandro Moreno parece un constante deambular, una improvisación dotada de características difíciles de ordenar, sin forma aparente y con finos detalles apreciables en cada escena y en cada secuencia. El oficio del director es mayúsculo, especialmente en los seguimientos que hace con la cámara y los primeros planos con los que retrata a sus protagonistas. Las luces del puerto de Valparaíso, los colores de su característico cielo, el espectáculo de baile de la compañía, gran producción escénica y telón de fondo de los primeros minutos del metraje, hablan de un amplio dominio visual con un desarrollo en el que banda sonora de Nicolas Jaar es un acierto.

“Ema” -y aquí se abre un espacio totalmente subjetivo- nos revela a un Larrain que explora el protagonismo femenino en forma opuesta al trabajo realizado anteriormente con “Jackie”, el 2016. Esta vez se trata de una mujer inserta en una comunidad de artistas, que tiene diversos intereses, amistades y círculos que si bien son especiales no están fuera de una realidad común. No se trata de una estrella ni menos de un “personaje”. Ema es una mujer qué transita, que experimenta, que busca su identidad y también su lugar en el mundo en el que se encuentra. Ella tiene una historia que no conocemos, solo accedemos a algunas luces sobre su vida que se van revelando en la medida que interactúa con su entorno. Ema lleva el peso de la cinta y Mariana Di Girolamo lo sabe. Larrain basa su expresión de feminismo en los más mínimos detalles de la actuación de la protagonista quien logra una desenvoltura expresiva que va más allá de cualquier directriz. La búsqueda y exploración de Ema, afectiva, emocional, sexual y cognitiva nos puede dejar exhaustos pero en ningún caso indiferentes. Hay un ser inquieto que se abre paso entre moldes clásicos y con ello desequilibra cualquier estereotipo preconcebido.

Aún después de unas horas procesando la experiencia aún me cuesta descubrir los puntos más profundos del trabajo de Pablo Larrain. Intento apreciar las capas del relato, el objetivo de esas desconexiones y si son aparentes o de fondo. Asimismo, trato de entender los movimientos y especialmente las motivaciones intrínsecas que tiene la protagonista, qué la hace actuar así, tomar los caminos y riesgos que decide emprender. Hay una gran cuota de misterio y acá, no es novedad, el director no nos de pistas sino que nos obligue a hacer nosotros el ejercicio intelectual.

Aún dicho lo anterior, hay dos elementos de esta cinta que todavía me dan vuelta. El primero tiene que ver con las numerosas preguntas que la cinta entrega y que por cierto no son respondidas. ¿Debemos esperar más tiempo para digerirla y procesarla? ¿O bien, sencillamente, no se puede someter a un análisis racional sino que debe ser eminentemente una experiencia? Como segundo punto, me asalta una duda que puede ser de fondo o tal vez solo una impresión. En el transcurso de la cinta percibo escenas llenas de detalles y con un dramatismo dotado de gran realidad. Sin embargo, me ha costado unir esas secuencias. Por momentos, incluso, me ha parecido que las escenas han sido rodadas sin un conocimiento cabal de los actores del guion integral. Esta carencia de conexión emocional, de peso específico y de gradualidad, en algunos casos, me lleva a dudar sobre la forma de la realización más que de su fondo, es decir sobre la percepción que podemos tener los espectadores de lo que observamos linealmente. Y como el arte no tiene necesariamente una forma definida, esto no sería un problema, en absoluto, porque la paleta de herramientas es amplia y está para ser usada y descubierta a cada instante. Por ello esta duda se va disipando mientras escribo estas líneas porque Pablo Larrain, una vez más, me desafía a concentrar mi foco en la emoción más que en la razón.

Ficha técnica

Título original: Ema
Año: 2019
Duración: 102 minutos
País: Chile
Productora: Fabula
Género: Drama | Familia. Adopción
Guion: Guillermo Calderón, Alejandro Moreno, Pablo Larraín
Música: Nicolas Jaar
Fotografía: Sergio Armstrong
Reparto: Mariana Di Girolamo, Gael García Bernal, Santiago Cabrera, Giannina Fruttero, Catalina Saavedra, Eduardo Paxeco, Mariana Loyola, Paola Giannini, Antonia Giesen, Josefina Fiebelkorn, Susana Hidalgo
Dirección: Pablo Larraín

martes, 15 de octubre de 2019

La Odisea de los Giles

Basada en la novela de Eduardo Sacheri -el autor de “El Secreto de sus ojos”- titulada “La noche de la Usina” (2016), esta cinta relata los años de la crisis económica argentina y el emblemático “corralito” desde una perspectiva única. Un grupo de vecinos de un pequeño pueblo del interior de la Provincia de Buenos Aires deciden emprender una cooperativa para revertir la alicaída situación económica imperante, recuperando un antiguo negocio abandonado.

Con esfuerzo y tesón Fermín Perlassi -Ricardo Darín- un ex jugador de fútbol estrella en su pueblo, junto a Fontana -Luis Brandoni- y a Belaúnde -Daniel Aráoz- lideran la recolección de fondos para el negocio. Recurren a amigos y conocidos para juntar poco más de US 150.000 que guardan en una celosa caja de seguridad.

Pero aun falta dinero, por lo que Perlassi recurre al Banco del pueblo donde el gerente le ofrece un préstamo si deposita el dinero de inmediato. Es viernes, es la última opción. El protagonista confía en la palabra empeñada, sin contarle a ninguno de sus socios.

Allí viene lo peor. El gobierno impone el corralito, es decir, decreta que todos los fondos deben permanecer en las cuentas bancarias -y transformados a pesos argentinos- y no hay forma de recuperar el dinero. La impotencia que genera este hecho político-económico genera recriminaciones y las discusiones entre los amigos no se hacen esperar.

¿Qué podemos hacer, se preguntan? A poco andar se dan cuenta, además, que todo ha sido una gran estafa, pues el banquero, coludido con un oscuro personaje, Fortunato Manzi -Andrés Parra- y sabiendo que la medida de restricción venía, retiraron todos los dólares del banco ese mismo día viernes. Todo mal, pero como dice el dicho, “cada día puede ser peor”.

Sebastián Borensztein adapta la novela original y dirige esta cinta con un estilo libre y fluido. Tener a Darín en el elenco entrega un hilo conductor que no requiere presentación. La voz en off del actor nos conduce por varias de las situaciones y gracias a su reconocida personalidad entendemos muy bien la desesperación y angustia que vive producto de esta vulneración. El director pone énfasis en la palabra de origen, Gil, o sea aquella persona que cumple las reglas, que trabaja y que sin embargo es arrollada por ladrones, mentirosos y abusadores. Y acá no hay uno solo de esta clase, para el guionista son todos los protagonistas, y son retratados con una gran gama de caricaturas.

La película es ágil. El relato avanza sin tropiezos y engancha desde el comienzo. La historia además atrapa porque nos sentimos cercanos a los involucrados pues han sido abusados y ellos buscan afanosamente revertir la situación. No hay aparente maldad en ello pero claramente no es correcto; lo que traman es absolutamente ilegal. Pero, como en tantas ocasiones, empatizamos y somos comprensivos pues “el fin justificaría los medios…”

En un tono de comedia, bastante negra por momentos, la película trasluce un drama con muchas aristas. No solo tiene que ver con la denuncia económica y con las insinuaciones políticas sino con la vida misma de personas de clase media que se ven afectadas en el corazón de su intimidad. Son los oprimidos por un sistema que los agobia y que no les da salida alguna. Son pisoteados por abusadores sin escrúpulos que solo ven valor en sus propios asuntos, descartando a los demás. Pero la narración no se queda solo en ese punto, agrega otros sobre las familias, la marginación social, los avances de la modernidad, la vida de pueblo pequeño y los negocios, tan impersonales como insensibles.

Si bien el relato de “La Odisea de los Giles” puede por momentos ser previsible y contener algunos giros que podemos incluso anticipar, se las arregla para mantenernos en suspenso durante su metraje. La navegación no sufre zozobras pese a que en su medianía amenaza con extenderse más allá de lo recomendable. No obstante el timón está firme y el agudo oficio de Borensztein conduce la historia a buen puerto, casi como un vals, como el famoso “Danubio Azul” que marca el inicio de la cinta y también momentos importantes.

Ficha técnica

Título original: La Odisea de los Giles
Año: 2019
Duración: 116 minutos
País; Argentina
Productora: Coproducción Argentina-España; K&S Films / Mod Producciones / Kenya Films
Género: Comedia. Drama | Comedia dramática. Comedia negra. Robos & Atracos
Guion: Sebastián Borensztein, Eduardo Sacheri (Novela: Eduardo Sacheri)
Música: Federico Jusid
Fotografía: Rodrigo Pulpeiro
Reparto: Ricardo Darín, Luis Brandoni, Chino Darín, Verónica Llinás, Daniel Aráoz, Carlos Belloso, Rita Cortese, Andrés Parra, Marco Antonio Caponi, Ailín Zaninovich
Dirección: Sebastián Borensztein

viernes, 4 de octubre de 2019

Guasón

Me encanta la historia de Batman desde pequeño, en las historietas y en las películas. Reconozco las magistrales caracterizaciones del Guasón, el archivillano del superhéroe, realizadas por Heath Ledger en “El Caballero de la noche”, de Christopher Nolan- y de Jack Nicholson en “Batman”, de Tim Burton. Pero esta versión de “Joker” no me la esperaba. Me ha dejado sin aliento, impactado y en shock, hasta ser los últimos en salir del cine el día de su estreno.

“Joker” es una película extraordinaria, como pocas del último tiempo. Sorprende, porque es impensado un drama de esta magnitud en un personaje del universo de los superhéroes. Corresponde a una jugada arriesgada de la alianza DC Comics y Warner Bros, una apuesta que supera cualquier expectativa incluso conociendo algunos detalles antes ver la película. La pregunta que nace es por qué sorprende e impacta. La respuesta no tiene una sola voz o un solo resultado. En general se trata de una suma de factores que se alinean para dar forma a un proyecto que cautiva y emociona. Y acá, en “Joker”, hay muchos; complementarios, sinérgicos, sensibles, enérgicos y también mágicos.

Arthur Fleck -Joaquin Phoenix cautivante y magistral- trabaja como payaso en promociones y actos. Cuida a su madre enferma, Penny -Frances Conroy- en el pequeño departamento donde viven juntos. Arthur aspira a ser comediante de “Stand Up” -ella le ha inculcado desde pequeño que debe hacer reír e incluso le llama “Happy”- y admira el show televisivo de Murray Franklin -Robert De Niro-, pero nada le resulta como desea y pasa de frustración en frustración. En su trabajo en la calle es objeto de burlas y agresiones; sus presentaciones en solitario no consiguen risas; su condición, carcajadas incontrolables en situaciones de apuro y angustia, son incomprendidas y la ayuda que recibe del servicio social de Ciudad Gótica lo tiene abrumado, cansado y para colmo se va a cerrar por rebajas presupuestarias en la alcaldía. Sophie Dumond, -Zazie Beetz- una madre soltera que vive en su mismo piso, es su amor platónico, pero es una figura tan lejana que a pesar de vivir a metros un abismo les separa. El escenario no puede ser más negativo y pesimista para una persona que se siente ignorada, invisible, pisoteada y humillada por todos quienes le rodean. ¿Qué sigue para él entonces? ¿Cuál es su esperanza, si es que aun existe?

Ver a Joaquin Phoenix interpretar al personaje resulta indescriptible. Joaquin Phoenix ES Arthur Fleck. Su actuación es sublime y tiene tanta profundidad que es difícil adentrarse en un análisis sin adelantar situaciones que cada uno debe descubrir por sí mismo. Phoenix debió bajar 23 kilos, debía parecer flaco y demacrado porque el personaje lo requería. Sus huesos se notan, su espalda y sus hombros muestran una delgadez extrema, al borde de desaparecer, tal como él mismo se siente, ignorado, invisible, inexistente.

Todd Phillips dirige y configura un relato que impacta de principio a fin. No hay cuadro dejado al azar ni detalle descuidado. Todo tiene un especial y agudo sentido. El guion escrito por él mismo junto a Scott Silver tampoco tiene puntos bajos. El trabajo de edición es de excepción y le da fluidez a una cámara que sorprende con su movimiento en cada encuadre, en cada primer plano y en cada secuencia como si fuera un verdadero descubrimiento. La música de Hildur Guðnadóttir es inquietante y oscura, apropiada para cada momento, con muchas terceras menores y quintas justas, una composición de estilo muy modal. Esta partitura se alterna también con canciones y el resultado es una banda sonora que potencia las imágenes y secuencias con una sincronía precisa y apasionante.

Como reflexión final sobre una película que recordaremos por mucho tiempo me queda el tema de la violencia. La vida de Arthur Fleck es tan miserable, con antecedentes de precariedad y abuso infantil, ausencia paterna, falta de cariño, carencia de autoestima y gran vulnerabilidad, que la transformación que presenciamos no es tan sorprendente. Más bien podría ser una respuesta esperada e incluso natural. Viene a ser un mecanismo de defensa, prácticamente una última capa de resistencia, ante una existencia que para él mismo no merece ser vivida. La fuerza que brota de su interior, inexplicable, y que se abre paso como un volcán, es la que produce nuestra cercana empatía, pero luego surge la violencia, el fanatismo y el caos. ¿Sucede solo como una respuesta? ¿Es lícito responder así, en una escalada que crece y crece, y a poco andar ya está fuera de control? ¿El fin justifica los medios? ¿Abordar esta temática, así crudamente, incita a más violencia?

Tenemos elementos interesantes para preguntarnos y reflexionar como sociedad. Viene a mi mente la recordada “Taxi driver” y otras cintas que abordan temáticas similares. Mientras más daño causamos a los más vulnerables, más fuerza tendrá una respuesta en masa, emocional, descontrolada y desquiciada. Esto es, en si mismo, un punto de inflexión vital que no está resuelto, porque como sociedad no tenemos aun las respuestas y estamos bastante lejos de poder generarlas.

Ficha técnica

Título original: Joker
Año: 2019
Duración: 118 minutos
País: Estados Unidos
Productora: DC Comics / DC Entertainment / Warner Bros. / Village Roadshow / Bron Studios / Creative Wealth Media Finance / 22 & Indiana Pictures. Distribuida por Warner Bros.
Género: Thriller. Drama | Crimen. DC Comics. Cómic. Payasos
Guion: Todd Phillips, Scott Silver
Música: Hildur Guðnadóttir
Fotografía: Lawrence Sher
Reparto: Joaquin Phoenix, Robert De Niro, Frances Conroy, Zazie Beetz, Brett Cullen, Dante Pereira-Olson, Douglas Hodge, Jolie Chan, Bryan Callen, Shea Whigham, Brian Tyree Henry, Mary Kate Malat, Glenn Fleshler, Marc Maron, Bill Camp, Josh Pais, Leigh Gill, Adrienne Lovette, Sharon Washington, Mandela Bellamy, David Iacono, Matthias Sebastiun Garry, Mick O'Rourke, Evan Rosado, Caillou Pettis, Sondra James, Gary Gulman, Kim Brockington, Jamaal Burcher, John Cashin, Ryan Funigiello, Annie Pisapia, Ray Iannicelli, Tony D. Head, Scott Martin, Dj Nino Carta, Mark Lotito, Jason John Cicalese, Keith Buterbaught, Ray Rosario, Rose Maria Wilde, Ben Heyman, Emmanuel Rodriguez, Vincent Cucuzza, Celeste Pisapía, Marko Caka, Alexandra López Galán, Bob Leszczak, Rich Petrillo, Thomas W. Stewart
Dirección: Todd Phillips

jueves, 3 de octubre de 2019

Ad Astra

En un futuro cercano, observamos a Roy McBride -Brad Pitt- como un experimentado ingeniero espacial. Su labor es reconocida, su templanza es a toda prueba y su experiencia rebasa los límites de lo conocido. Después de un accidente en una base orbital que casi le cuesta la vida, Roy es llamado por su alto mando -el U.S. Space Command- para concretar una misión de gran envergadura. Desde hace un tiempo, ondas de poder llamadas “sobrecarga” acechan el espacio exterior, ya alcanzan la Tierra y están poniendo en riesgo toda forma de vida en nuestro planeta. El desafío al que se enfrenta el Mayor McBride implica viajar al límite de nuestro Sistema Solar para saber que sucedió con el “Proyecto Lima” -una exploración visionaria para encontrar vida inteligente fuera de nuestros confines- liderado por su padre, el famoso astronauta H. Clifford McBride -Tommy Lee Jones-. Hace años no se tiene noticias de la misión pues toda comunicación se terminó al cabo de 16 años.

El viaje tiene varias etapas. Primero un vuelo comercial a la Luna, luego un transporte especial a Marte y finalmente el viaje a Neptuno para investigar lo que acontece. Hay sospechas fundadas que la “sobrecarga” puede ser producto de “Lima”, e incluso manipulada por el desaparecido padre de Roy. Las interrogantes abundan y el Mayor Roy McBride tiene la misión de develar esos secretos y contener la manifiesta y mortífera amenaza.

Con el espacio como telón de fondo, el director James Gray filma un relato íntimo y reflexivo. Todo el amplio universo se vuelca hacia el interior del protagonista que debe hacer un viaje introspectivo y profundo que tiene su centro en la relación con su padre. La historia entre ambos se remonta a la adolescencia de Roy y al abandono abrupto por la partida de su mentor a una misión de la que no retorna. Ahora, transformado en héroe, la figura de su padre se agiganta y las consecuencias pasadas se perciben intensamente, en un conflicto existencial tan vasto como la interioridad del protagonista.

El guion es magnífico y la puntuación que tiene el relato es emocionante. El ritmo que posee el metraje es por momentos inquietante. Se podría asociar a una larga cadencia musical que se extiende y amplía sin concluir. Ayuda muchísimo la partitura compuesta por Max Richter con su sello característico; acordes largos, secuencias y pequeñas variaciones que entregan una tensa solemnidad a la banda sonora.

En este viaje Roy McBride no está solo a pesar de la gran cantidad de minutos que aparece en solitario en pantalla. Una breve participación del Colonel Pruitt -Donald Sutherland-, viejo amigo de su padre y también participante del “Proyecto Lima” le ayuda a comprender la dimensión de su misión. Luego, entre recuerdos y añoranzas, es parte de tripulaciones que resaltan su autocontrol y tranquilidad hasta descubrir que la imagen de su padre no ha dejado nunca de estar presente y le acompaña permanentemente. Por ello es tan importante saber de él y encontrarlo, vivo o muerto; saber qué sucedió y de alguna manera sanar esta relación para poder seguir adelante.

“Ad Astra” es un viaje al interior de un hombre que busca reencontrarse con su padre. Me llega tan de cerca el sentido profundo de este anhelo que empatizo personalmente con la extrema profundidad de la reflexión. Brad Pitt consigue representar aquella búsqueda de reconciliación y sanación que cada hijo, a su manera, con las fortalezas y debilidades producto de lo vivido, aspira lograr. La sensibilidad me queda a flor de piel y la cinta cala intensamente en el recuerdo de mi propio padre, con nuevos sentimientos y emociones.

Ficha técnica

Título original: Ad Astra
Año: 2019
Duración: 122 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Coproducción Estados Unidos-Brasil-China; Plan B Entertainment / Regency Enterprises / Keep Your Head Productions / MadRiver Pictures / 20th Century Fox Film Corporation / New Regency Pictures / RT Features / Bona Film Group. Distribuida por 20th Century Fox
Género: Ciencia ficción. Drama. Thriller | Aventura espacial. Supervivencia
Guion: James Gray, Ethan Gross
Música: Max Richter, Lorne Balfe
Fotografía: Hoyte van Hoytema
Reparto: Brad Pitt, Tommy Lee Jones, Donald Sutherland, Ruth Negga, Liv Tyler, John Finn, Kayla Adams, Kimmy Shields, Bayardo De Murguia, Bobby Nish, Sasha Compère, Afsheen Olyaie, John Ortiz, Greg Bryk, Kimberly Elise, Loren Dean, Alyson Reed, Anne McDaniels, Ravi Kapoor, Lisa Gay Hamilton, Halszka Kuza
Dirección: James Gray

miércoles, 2 de octubre de 2019

Perro Bomba

Esta cinta escrita y dirigida por Juan Cáceres retrata crudamente el fenómeno de los migrantes haitianos en Chile. Y la verdad, no es una temática fácil de describir pues aunque algo conocemos, algo hemos escuchado, leído e incluso vivido, muy distinto es observarlo en pantalla y descubrir o confirmar lo que sospechamos sucede en múltiples ambientes: un racismo que muestra su peor cara cuanto más vulnerable sea la persona que lo sufre.

Steevens Benjamin vive junto a su familia y son migrante en Chile. Han sido acogidos y su vida es bastante estable. Steevens tiene trabajo y no pasa sobresaltos mayores, sin embargo la llegada de su hermano Junior provoca un cambio radical. Steevens lo lleva a trabajar con él a su trabajo, pero Junior comienza a ser objeto de las bromas y burlas de su jefe, caracterizado por Alfredo Castro. La defensa de Steevens es inmediata; una agresión que se viraliza rápidamente. El protagonista pierde el apoyo de la comunidad de haitianos residentes que repudian esa actitud violenta porque ven que les perjudica a todos. El joven se ve aún más marginado, la justicia está tras sus pasos, la expulsión del país se ve cerca y ni siquiera puede quedarse en una humilde pieza arrendada porque su nombre y rostro está en boca de todos.

La película funciona como denuncia y seguramente la realidad es aún más dura. Acá no solo esta la barrera del idioma sino que se agudiza la exclusión por el color de la piel. Steevens solo logra comprensión al acudir a una corporación de ayuda donde una mujer -Blanca Lewin- le anima y apoya para buscar una solución a sus problemas.

Las situaciones descritas son dramáticas. No solo hay discriminación sino que existe un abuso permanente que es claramente delictual. Pero, ¿a quién le pueden reclamar los migrantes? La mayoría indocumentados y desesperados, sólo aceptan lo que viene, sobreviven al día y sueñan con un futuro mejor que se ve cada vez más difuso.

La cámara de Cáceres es cercana. Por momentos incluso es documental y testimonial. La carencia de este rodaje está en el guion porque, si bien sitúa la realidad que quiere mostrar, entrega pocos elementos para permitir un desarrollo cinematográfico mayor. El argumento prácticamente no dota de mayor caracterización a sus personajes, solo se vale de planos y secuencias para enlazar la historia y algunos de sus protagonistas se presentan de manera superficial, pensando qué tal vez es suficiente mostrar gestos, actitudes, defensas, burlas o bromas de mal gusto.

El mérito que tiene “Perro bomba” es documentar el tema haitiano en Chile, las vivencias de estos migrantes y las reacciones que tienen los chilenos que interactúan con ellos. Pero mucho de aquello no avanza mucho más allá de crear otro estereotipo. Esta realidad afecta diferentes ámbitos de la sociedad chilena actual por el aumento exponencial del fenómeno migratorio en los últimos años. Así y todo, la cinta entrega claves importantes a tener en cuenta. Los precarios trabajos a los que acceden los indocumentados, el negociado del comercio ambulante y tantas otras situaciones que son abusivas y denigrantes hacia una persona humana desvalida y vulnerable. La cinta es un baño de realidad más que cine propiamente tal. Por supuesto sirve para avanzar en la dirección correcta, es decir, la toma de conciencia de situaciones que independientemente de dónde provengan y a quienes afecte, no podemos aceptar ni tolerar.

Ficha técnica  

Título original: Perro bomba
Año: 2019
Duración: 80 minutos
País: Chile
Productora: Coproducción Chile-Francia; Infractor Films / Pejeperro Films / Promenade Films
Género: Drama
Guion: Juan Cáceres
Fotografía: Valeria Fuentes
Reparto: Daniel Antivilo, Junior Benjamin, Steevens Benjamin, Alfredo Castro, Blanca Lewin, Erto Pantoja, Gastón Salgado
Dirección: Juan Cáceres