viernes, 31 de diciembre de 2021

No Miren Arriba

Disponible en Netflix.


Disparatada, irreverente, mordaz y ridícula, esta sátira de humor negro se basa en estereotipos y arquetipos de hechos reales que aun no vivimos pero que podrían perfectamente ocurrir. ¿Qué es esto de “no miren arriba”? Vamos por parte. 

Kate Dibiasky -Jennifer Lawrence-, cursa un doctorado en Astronomía y por casualidad se encuentra con un asombroso descubrimiento: se trata de un cometa del tamaño del monte Everest que se dirige directamente a la Tierra. Inmediatamente alerta a su mentor, el doctor Randall Mindy -Leonardo DiCaprio-, quien a su vez acude al académico y también doctor Teddy Oglethorpe -Rob Morgan-, para exponer el tema a la más alta esfera de poder: La Casa Blanca. 

La entrevista con la Presidenta Orlean -Meryl Streep-, y su hijo y jefe de gabinete, Jason -Jonah Hill-, es casi anecdótica. Las preocupaciones que tienen son otras, pues para ellos los temas acuciantes son una dudosa nominación a la Corte Suprema y las elecciones intermedias. 

Al verse ignorados, Kate y Randall recurren al poder de los medios de comunicación. Consiguen ser entrevistados en un segmento de “The Daily Rip”, un matinal presentado por Brie -Cate Blanchett- y Jack -Tyler Perry-, quienes tienen una pauta basada más en la farándula que en noticias que pudieran resultar trascendentes.  

Ante una nueva decepción, las opciones se reducen exponencialmente y quedan menos de seis meses para el impacto del cometa en la Tierra. Con todo en contra, los protagonistas harán sus mejores esfuerzos para dar a conocer el fenómeno y con ello encontrar alguna solución antes que sea demasiado tarde. 

Esta cinta, escrita y dirigida por Adam McKay, resulta bastante particular. Alega sobre la estupidez humana y nos trata a todos como tales; nadie se salva, todos por igual. El guion juega con el peso relativo de las cosas para preguntarse dónde está realmente lo fundamental. Contrapone la seriedad versus la liviandad, en un terreno donde parece que a nadie le importa nada, ni siquiera saber que nos vamos a extinguir en cosa de semanas. 

El relato es ondulante, inteligente y atrevido. Con permanentes guiños, plantea sugerentes descalificaciones dentro de una audaz propuesta cuya forma releva el verdadero fondo. La influencia mediática se confronta con la realidad; siempre hay cosas más importantes, más llamativas, que venden más o que suscitan mayor interés. Pero, ¿qué pasa con un evento de esta naturaleza? ¿Seguimos caminando de la misma forma o lo tomamos realmente en serio? El director se ríe de sí mismo, de sus personajes y de nosotros también. A través de la burla y el sarcasmo impregna de valor su mensaje y nos hace cómplices de aquello. 

Las actuaciones resultan convincentes. Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence, sólidos y afiatados, representan papeles muy bien logrados, a los que se suma la configuración de algunos personajes extremos con píldoras de realidad, entre los que brilla la desorbitada Meryl Streep y el impávido Jonah Hill. 

Obviamente esta película resiste todo tipo de interpretaciones. Cada cual puede poner el foco en su prioridad. ¿Dónde están los valores y principios? Parece que todo es transable. ¿Dónde está el valor de la comunidad? ¿Prima lo individual, el interés particular? ¿O son los intereses económicos los que pasan por encima dada la conveniencia de un negocio? ¿Son los medios de comunicación y las Reds sociales espacios para informar o desinformar? ¿El poder al servicio de la humanidad o servirse del poder? 

“Don't Look Up” permite conversar. Es una película que tiene la habilidad de colarse subrepticiamente e invitarnos a una reflexión más profunda. Tal vez es pesimista y también aleccionadora. Lo que sí está claro es que es un llamado de atención y conciencia, una denuncia explícita realizada en formato de desopilante comedia. 

Ficha técnica 

Título original: Don't Look Up 
Año: 2021 
Duración: 138 minutos 
País: Estados Unidos 
Productora: Hyperobject Industries, Bluegrass Films. Distribuidora: Netflix 
Género: Comedia. Drama. Ciencia ficción | Sátira. Catástrofes 
Guion: Adam McKay. Historia: Adam McKay, David Sirota 
Música: Nicholas Britell 
Fotografía: Linus Sandgren 
Reparto: Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Meryl Streep, Jonah Hill, Rob Morgan, Mark Rylance, Tyler Perry, Timothée Chalamet, Ron Perlman, Ariana Grande, Kid Cudi, Cate Blanchett, Tomer Sisley
Dirección: Adam McKay

jueves, 30 de diciembre de 2021

Fue la Mano de Dios

Disponible en Neflix.


Década de 1980, Nápoles, Italia. La cinta presenta a Fabietto Schisa -Filippo Scotti-, un adolescente que vive con sus padres, con sus dos hermanos, llevando una vida bastante normal. Su familia es extendida, por lo que el joven conoce de cerca la fraternidad, la alegría de celebrar en grupos numerosos y también aquellas cosas negativas que se dan, como las desconfianzas, las descalificaciones, y también la inaceptable violencia intrafamiliar. 

Cada personaje tiene su propia historia. Sus padres, Saverio -Toni Servillo-, y Maria -Teresa Saponangelo-, llevan años casados, discuten, pero parecen felices. Patrizia -Luisa Ranieri-, hermana de María, es golpeada por su marido; Marchino -Marlon Joubert-, quiere ser actor pero es rechazado en una audición con el director Federico Fellini; y así, cada quien viene a ser un libro abierto. Mientras Fabietto intenta encajar todas las piezas de este puzzle familiar y social, el Napoli compra al futbolista Diego Armando Maradona quien se transforma en un icono que revoluciona totalmente la ciudad y sus habitantes. Pero no todo es algarabía; sobreviene una tragedia que modifica el rumbo de las cosas y deja al joven protagonista enfrentado a las decisiones más complejas e importantes de su vida. 

Paolo Sorrentino, como guionista y director, nos ofrece un trabajo íntimo, incluso tal vez con referencias autobiográficas. Describe el tránsito adolescente, ese descubrimiento permanente, esa experiencia que entregan las vivencias, con carencias y fortalezas, con ausencias y presencias significativas. 

El núcleo principal es la familia. La realidad de los padres, por un lado, y por otro, la diversidad familiar de un entorno donde vemos extremos que pueden llegar hasta la locura. También está la ciudad, protagonista excelsa, con su vida social y el impacto del fenómeno Maradona reflejado en los sueños e ilusiones de sus habitantes. 

Esta particular visión del director también tiene múltiples referencias al mundo cinematográfico, principalmente por el deseo de Fabietto de ser director de cine, de contar historias, de tener algo que decir. Si bien es algo que va decantando hacia el tercio final, es el hecho claramente inspirador, pues justamente en lo más íntimo del protagonista se encuentra esa pasión indescriptible, una ilusión que nace justamente por todo aquello que le toca vivir. 

Estamos ante un recorrido personal, íntimo, casi en retrospectiva; un relato en forma de retrato que se mira a sí mismo en busca de explicaciones. El tono es especial, va de la comedia a la tragedia y viceversa, de tumbo en tumbo, pasando vertiginosamente de uno a otro extremo, con escenas que descolocan, componiendo una ensalada rusa de temáticas disímiles y, por qué no decirlo, también algo antojadizas. El director abre y cierra ventanas que en ocasiones aparentemente no tienen ton ni son, pero están allí, para que las observemos y las descifremos, o tal vez para que las interpretemos de la forma que mejor nos parezca. 

Considero que es una película difícil de ver y de seguir. Puede incomodar de entrada. A mí, en lo personal, me costó enganchar por lo disgregada y dispersa que resulta su construcción y elaboración. Aún así, el enfoque del final resulta necesario, aunque para hacerlo, la película se ralentiza demasiado, dejando de fluir, dando paso a una contemplación que parece aspirar a ser tan espiritual como contradictoria. 

“Fue la mano de Dios” es muy interesante como propuesta pero menos arrebatadora en su realización. Hay que observarla, sí, porque es un trabajo de Sorrentino -que además ya ha ganado premios-, y también porque este tipo de cine de autor no es abundante y requiere análisis y opinión. Arte puro, tan debatible como cada apreciación que nos surge de aquello que vemos en pantalla. 

Ficha técnica 

Título original: È stata la mano di Dio 
Año: 2021 
Duración: 130 minutos 
País: Italia 
Productora: Coproducción Italia-Estados Unidos; The Apartment, Netflix. Distribuidora: Netflix 
Género: Drama. Comedia | Años 80. Biográfico 
Guion: Paolo Sorrentino 
Música: Lele Marchitelli 
Fotografía: Daria D'Antonio 
Reparto: Filippo Scotti, Toni Servillo, Luisa Ranieri, Teresa Saponangelo, Marlon Joubert, Lino Musella, Renato Carpentieri, Sofya Gershevich, Enzo Decaro, Massimiliano Gallo, Elisabetta Pedrazzi, Ciro Capano, Biagio Manna 
Dirección: Paolo Sorrentino

miércoles, 29 de diciembre de 2021

El canto del cisne

Disponible en Apple TV+.


Esta nueva propuesta del servicio de streaming de Apple ofrece una interesante premisa. Plantea un problema ético, moral, y también un problema práctico. Estamos ante el dilema de la vida y la muerte, una enfermedad terminal que afecta tanto al paciente como a su familia. 

Este relato futurista nos muestra a Cameron -Mahershala Ali-, un esposo y padre al que le queda poco tiempo de vida. Una solución alterna planteada por su médico -Glenn Close-, podría evitar el dolor de su partida como también el duelo a su familia. Cameron debe discernir. ¿Jugar sus cartas individualmente o discutirlo con su esposa? ¿El aliviar a su familia sería un acto de compasión o bien una actitud egoísta? ¿Debe hacerles parte o decidirlo solo? En otras palabras, ¿enfrenta la verdad, por dolorosa que esta sea, o construye una mentira en aras de un supuesto bien mayor? 

La actuación de Mahershala Ali es soberbia. Denota solidez en pequeños detalles que marcan diferencias y permiten apreciar variadas características. Alí vibra en pantalla, profundiza su personaje y transmite emoción. Además logra una excelente química con Naomie Harris, actriz que interpreta a su esposa Poppy. Glenn Close se ve un poco apagada en esta película, en un plano más bajo, sin embargo su rol soporta perfectamente las bases necesarias para el desarrollo de todo lo que tiene que ver con los aspectos médicos y técnicos involucrados. 

Benjamin Cleary, guionista y director, filma ambientes donde la ciencia ficción se ve como algo normal. Con pulso firme, usa efectos especiales que si bien no deslumbran, funcionan perfectamente para dotar a la cinta de una natural credibilidad. La música Jay Wadley es inquieta, y aporta gotas de suspenso y emoción en aquellos momentos referenciales del metraje. 

“Swan Song” debiera abrir un debate sobre las motivaciones de tomar una decisión como la que plantea en su argumento medular. ¿Qué hacer en caso de vernos enfrentados a una enfermedad terminal, con la posibilidad de elegir una opción ofrecida por la ciencia? ¿En relación a qué valores debemos escoger el camino? ¿Es clara la línea que separa la conducta ética y moral, del pragmatismo que se ofrece como opción? Surgen más preguntas que respuestas en una cinta que aborda, desde otra perspectiva, una temática que siempre resulta compleja y difícil de desarrollar. 

Ficha técnica 

Título original: Swan Song 
Año: 2021 
Duración: 112 minutos 
País: Estados Unidos 
Productora: Anonymous Content, Apple, Concordia Studio, Know Wonder. Distribuidora: Apple TV+ 
Género: Ciencia ficción. Drama 
Guion: Benjamin Cleary 
Música: Jay Wadley 
Fotografía: Masanobu Takayanagi 
Reparto: Mahershala Ali, Naomie Harris, Glenn Close, Awkwafina, Adam Beach, Jayr Tinaco, Lee Shorten, Nyasha Hatendi, Dax Rey 
Dirección: Benjamin Cleary

martes, 28 de diciembre de 2021

Spider-Man: sin camino a casa

¿Esta nueva entrega de Spider-Man cumple con las expectativas? Absolutamente. ¿Por qué? Es vertiginosa, amena y entretenida, presenta un desarrollo condensado y ampliado a la vez, trabaja, separa y vuelve a unir la historia; en resumen, una película estupenda. 

Veamos. Comienza justo en el momento en el que queda la cinta anterior, vale decir en el preciso momento en que la identidad de Spider-Man es descubierta, ¿se acuerdan? Y claro, ahora con Spider-Man desenmascarado, Peter Parker -Tom Holland-, queda absolutamente vulnerable y pasa a ser la figura número uno del mundo, la más buscada y, tal vez, la más acosada. 

El asunto es que a Parker no solo lo delatan, sino que, además, lo incriminan por las muertes ocurridas en Londres, por eso debe defenderse junto a su novia MJ -Zendaya-, su mejor amigo Ned -Jacob Batalon-, y su tía May -Marisa Tomei-. Como Peter no tolera este giro radical en su vida, recurre al Dr. Stephen Strange -Benedict Cumberbatch-, para solicitar ayuda. La idea es revertir la situación, o al menos mitigarla; le pide que ejecute un hechizo que permita que las personas se olviden que Parker es Spider-Man. 

Dr. Strange lleva a cabo la acción pero Peter le pide modificar la fórmula, una y otra vez, para excluir a quienes no les debería afectar -su círculo cercano-, lo que ocasiona que el hechizo se corrompa a pesar de los esfuerzos de Strange por contener la situación. El resultado, con tantas modificaciones y ya fuera de todo control, es un efecto dominó en el Multiverso, una situación que hace que varias realidades paralelas se asocien permitiendo traspasos entre ellas y facilitando el retorno de villanos ya vistos en anteriores entregas de la saga. El desafío ahora es múltiple: lidiar con estos villanos, devolverlos a sus universos de origen y recuperar la esencia de Spider-Man: su identidad secreta. 

Jon Watts filma un guion de Chris McKenna y Erik Sommers que no da tregua alguna. Comprensible tanto para novatos, entendidos o fans, el hilo conductor es capaz de atar algunos cabos mientras despliega otros con mayor elaboración. La construcción es inteligente y creativa, posee un ritmo trepidante, y depara sorpresas en cada recoveco de su sinuoso camino. Por favor, sugiero encarecidamente no saber de spoilers o anticipos antes de verla, porque parte importante de esta película es dejarse, de verdad, sorprender. 

Las secuencias y efectos especiales son formidables, nada que decir. Quiero destacar una secuencia que me llamó mucho la atención y que corresponde a la de los espejos, un conjunto que contiene un grado de abstracción multidimensional de proporciones, algo que si bien hemos visto en otras cintas, no ha sido parte del contexto de anteriores películas de Spider-Man. Qué decir de la edición, excelente; el montaje, preciso; los detalles, infinitos -nos hace pensar que debemos ver la película más de una vez-; en otras palabras, el Multiverso en plena evolución y desplegado ambiciosamente. 

Desde el punto de vista de la historia, estamos ante algo que parecía imposible -conocer quién es este arácnido superhéroe-, y que afecta la esencia del protagonista, es decir, una situación que simplemente descoloca. Aun así, tenemos algunas certezas y conocemos a los personajes gracias a su versión anterior, por lo que no es complejo entrar rápidamente en el nuevo argumento y ser absorbidos por el relato. 

Un aspecto a destacar es que esta película pone un énfasis mayor en la humanidad de Peter Parker. Es cierto que están todas sus fortalezas y despliegue escénico en las múltiples batallas y peleas, pero, en esta ocasión, nuestro héroe se ve enfrentado a un mundo que desconoce por completo y que es mucho más emocional. ¿Qué hacer? ¿Es opción pedir ayuda? ¿Cómo protege a quienes más quiere? ¿Podrá revertir la situación en la que se encuentra? 

En el medio del camino -o como dice el subtítulo, en este denominado “sin camino a casa”-, con poquísimos éxitos y demasiadas amenazas, surge la sentencia que señala que ante un gran poder se tiene una gran responsabilidad. Es posible que la frase o incluso su sentido pueda ser considerada moralista, pero discurrir sobre hacer lo correcto es lo menos que se puede plantear cuando los valores y contravalores se pelean en un escenario tan incierto como líquido. 

Como síntesis, ¿qué es finalmente lo importante? ¿Cuál es el foco, y en su fuero más íntimo, lo que busca en definitiva Peter Parker? Las respuestas emergen de los lazos humanos, la preocupación por los seres queridos y la transformación -positiva o negativa- de las personas. Parker no solo persigue la misión que tiene Spider-Man en la sociedad sino que principalmente intenta descubrir su propio rol en la vida, y es tal vez por eso que tendremos “hombre araña” para rato, porque justamente es en esa humanidad en la que se sustenta toda la parafernalia mágica que naturalmente viene por añadidura. 

Y no se vayan al final, por favor, vienen dos escenas post créditos que son interesantes, la última especialmente, y que sirven de bisagra para lo que seguramente veremos muy pronto en nuevas entregas de Marvel. No dejen de ver esta película en el Cine, es imperdible, y justifica plenamente el éxito de taquilla que tiene sus funciones repletas con días de anticipación. 

Ficha técnica 

Título original: Spider-Man: No Way Home 
Año: 2021 
Duración: 148 minutos 
País: Estados Unidos 
Productora: Pascal Pictures, Marvel Studios, Columbia Pictures. Distribuidora: Columbia Pictures, Sony Pictures Entertainment (SPE) 
Género: Fantástico. Acción. Ciencia ficción | Superhéroes. Secuela. Cómic. Marvel Comics 
Guion: Chris McKenna, Erik Sommers. Cómic: Steve Ditko, Stan Lee 
Música: Michael Giacchino 
Fotografía: Mauro Fiore 
Reparto: Tom Holland, Zendaya, Benedict Cumberbatch, Marisa Tomei, Jacob Batalon, Jon Favreau, Angourie Rice, Alfred Molina, Jamie Foxx, J.K. Simmons, Thomas Haden Church, Rhys Ifans, Harry Holland
Dirección: Jon Watts

sábado, 25 de diciembre de 2021

El Poder del Perro

Disponible en Netflix.

Dotada de una narración poética, “El Poder del Perro”, escrita y dirigida por Jane Campion en base a la novela de Thomas Savage, resulta ser en extremo profunda. Con un marcado y cadencioso ritmo y una construcción tan elaborada como pedregosa, la cinta posee exigentes planos cercanos y hermosos planos amplios en los que sus actores exhiben una comunicación y conexión basada en miradas, gestos y sensibles actitudes. El fuego lento de la cocción hace que las raíces de este trabajo sean sólidas. En la medida que avanzamos, nos comprometemos con el relato, con sus personajes y, más importante aun, con su intimidad, introspección y sólidas convicciones. 

La historia transcurre en un rancho de Montana, el año 1925. Los hermanos Phil -Benedict Cumberbatch-, y George Burbank -Jesse Plemons-, son dueños de un importante terreno y se dedican al cultivo de ganado. Ambos hombres no pueden ser más extremos; el primero es rudo y desordenado, en cambio el segundo es amable y paciente. Vidas diferentes bajo un mismo hogar, sus caminos naturalmente divergen. Phil se aísla y transita en su propio mundo, mientras George se fija en una mujer viuda que capta su atención. Se trata de Rose -Kirsten Dunst-, quien tiene un hijo, Peter -Kodi Smit-McPhee-, de modales afeminados y el sueño de estudiar medicina. 

Rose y George se casan y ella se traslada a vivir al rancho mientras Peter va a la Universidad. Sin embargo, la relación de Phil con el hijo de su cuñada ha comenzado con el pie izquierdo, por lo que la incomodidad es absolutamente manifiesta. Rose no se siente bien en la casa. Phil considera que ella solo quiere el dinero de su hermano. La llegada de Peter, para pasar el tiempo de vacaciones, no hace más que agudizar las evidentes tensiones. 

La configuración de los personajes da cuenta de un gran trabajo. Las actuaciones principales son convincentes, y los actores secundarios brindan, además, un excelente desarrollo. La película juega en base a opuestos: diferencias abrumadoras entre los hermanos, un claro cara y sello, dos caras; conceptualmente, construcción y deconstrucción. 

Asomarse a la cultura imperante en esos años resulta inquietante. Esa hombría descrita con rudeza, formas toscas y rebeldía, también configura otra contracara: lo que se vive en el mundo interior versus lo que se muestra al exterior o las apariencias. También observamos el prejuicio social respecto de la viuda, y la burla por los modales de su hijo; otra contraposición, esta vez la brutalidad versus la sensibilidad. Hay un blanco y negro muy claro en la confrontación, donde parece que no existen matices ni tonos intermedios, como por ejemplo lo que observamos entre las formales obligaciones sociales y la íntima vida familiar.  

Jane Campion filma muy bien, con atención en los detalles y un ojo crítico que se percibe en cada una de sus tomas. La música de Jonny Greenwood resulta muy apropiada e interesante, acompañando una fotografía de Ari Wegner que resalta cada uno de los contrastes ya descritos, y que entrega color y una textura especial y diferente para una película que no tiene temor en sumergirse en las temáticas que aborda. 

“The Power of the Dog” es reflexiva, queda resonando con sus personajes y su forma de componer la subterránea tensión que propone. Sus capas son múltiples y sus interpretaciones también, incluso con segundas y terceras lecturas de procesos que tal vez podemos pasar por alto si no escarbamos un poco más allá de la superficie. Y ahí, quizás, hay una clave; tratar de interpretar los gestos y detalles de un Cumberbatch impregnado de su rol y de un Plemons apacible y diferente. Qué decir de Kodi Smit-McPhee quien nos entrega pistas permanentemente pero que no logramos descifrar hasta el final, en una fina complicidad con Kirsten Dunst, algo que nos lleva a dudar de todo lo que vemos en el camino. 

Interesante y desafiante, estamos ante una película para ver con calma, sin apuro y con disposición para contemplar. Un ejemplo de cine de autor en una plataforma acostumbrada a los Blockbuster, algo digno de destacar y que sin duda podemos aprovechar pues seguramente estará dentro de las películas nominadas a distinciones y premios en esta temporada. 

Ficha técnica 

Título original: The Power of the Dog 
Año: 2021 
Duración: 128 minutos 
País: Australia 
Productora: Coproducción Australia-Reino Unido-Nueva Zelanda; See-Saw Films, Max Films Productions, BBC Films, Brightstar Films, Max Films International, Cross City Films. Distribuidora: Netflix 
Género: Western. Drama | Drama psicológico. Años 20 
Guion: Jane Campion. Novela: Thomas Savage 
Música: Jonny Greenwood 
Fotografía: Ari Wegner 
Reparto: Benedict Cumberbatch, Jesse Plemons, Kirsten Dunst, Kodi Smit-McPhee, Thomasin McKenzie, Frances Conroy, Keith Carradine, Geneviève Lemon, Peter Carroll, Adam Beach, Karl Willetts, Yvette Parsons, Tatum Warren-Ngata, ver 23 más 
Dirección: Jane Campion

miércoles, 22 de diciembre de 2021

Imperdonable

Disponible en Netflix.

Ruth Slater -Sandra Bullock-, ha pasado 20 años en prisión, luego de cometer un gravísimo crimen. Ha cumplido su sentencia, se apronta a recuperar su libertad y debe ser capaz de reconstruir su vida. Lo sucedido fue violento y repentino. Tuvo que dejar atrás a su hermana Katie de cinco años, sola, desamparada, en manos del sistema de protección de menores. Es por eso que, ya liberada, todos sus esfuerzos se concentran en conocer su paradero, saber qué sucede con ella, cómo se encuentra, cómo es su vida, junto con muchas otras preguntas. En definitiva, necesita recuperar a su hermana. 

Ruth está en libertad condicional. No puede dar ningún paso en falso pues arriesga volver a la cárcel. Naturalmente tiene muchas dificultades, necesita trabajar, requiere que le den una oportunidad. Para una ex convicta todo es discriminación y nadie se dispone a ayudarla, no obstante Ruth se las arregla para conseguir no solo un empleo sino dos, lo que le significa realizar jornadas extenuantes. Aun así, pese a todo y contra todo, prosigue en la búsqueda de su hermana gracias a un abogado corporativo que conoce en la que fuera en el pasado su casa familiar. Encontrar a Katie es su norte, su desvelo, y finalmente su redención, y no se rendirá hasta conseguirlo. 

La narración de esta cinta dirigida por Nora Fingscheidt es lenta, en especial en sus inicios. Es verdad que la historia necesita un contexto claro, pero el preámbulo se hace algo extenso dado que el escenario no resulta tan complejo de ejemplificar. Sandra Bullock ofrece un papel diferente a lo acostumbrado. Acá su expresión es de una contenida emoción interior, o dicho de otro modo, su exterior refleja muy poco. Tras esa cara rígida, dura, aparentemente sin emoción, encontramos un poderoso mecanismo de defensa que, a través de un rostro desmejorado y gestos rudos, denota la procesión interna y los abismos del pasado que no dan tregua a la protagonista. 

“The Unforgivable” es un thriller interesante en cuanto a sus temáticas sobre la justicia y el juzgamiento social, sobre el amor, la venganza, el trabajo voluntario, el temple y el tesón por conseguir un objetivo. A pesar de tener actores secundarios de indudable trayectoria, son desaprovechados pues sus personajes carecen de suficiente desarrollo como para sostener el relato desde diferentes planos.  

Como resultado, quedan algunas preguntas que se esbozan en el transcurso del metraje. ¿La deuda social se paga con la condena o eso no es suficiente? ¿Qué pasa con los afectados cuando el victimario sale en libertad? ¿Es posible que la vida siga su curso normalmente? ¿Dónde está el foco del relato, en Ruth o en su hermana menor? Esto último, planteado explícitamente en la película, también se traslada a nosotros, los espectadores, y debemos procurar dilucidarlo. 

“Imperdonable” funciona como película de entretención para un fin de semana gracias a giros prudentes que ayudan a revertir cierto carácter plano del relato, y también gracias a la exposición de algunas aristas que permiten conversación, análisis y reflexión. 

Ficha técnica 

Título original: The Unforgivable 
Año: 2021 
Duración: 113 minutos 
País: Reino Unido 
Productora: Coproducción Reino Unido-Alemania-Estados Unidos; Construction Film, GK Films, Fortis Films Production. Distribuidora: Netflix 
Género: Drama | Remake 
Guion: Sally Wainwright, Peter Craig, Hillary Seitz, Courtenay Miles 
Música: Dave Fleming, Hans Zimmer 
Fotografía: Guillermo Navarro 
Reparto: Sandra Bullock, Viola Davis, Rob Morgan, Vincent D'Onofrio, Jon Bernthal, Aisling Franciosi, Richard Thomas, Linda Emond, Emma Nelson, Toby Hargrave, Craig March, W. Earl Brown, Patti Kim
Dirección: Nora Fingscheidt

viernes, 17 de diciembre de 2021

Amor sin Barreras

Una cuarta justa y un tritono ascendente… un aviso, una alerta… 

Esta versión 2021 de la famosa “West Side Story” resulta conmovedora. Configura un carrusel de emociones que pasa de la contemplación al compromiso; se mueve y se aquieta, moldea y modula, sube y baja, va de un lado a otro en un serpentín infinito de vértigo y pasión. Es una película sensible, que apela al recuerdo, y funciona como un gran homenaje a la cinta original del año 1961. Y por si fuera poco, se siente tremendamente actual. ¿Qué elementos tiene que la hacen especial? Vamos por parte. 

La historia que presenta esta renovada “Amor sin Barreras” es sencilla. Siendo muy fiel a su predecesora, nos entrega este “Romeo y Julieta” moderno situado en San Juan Hill, un modesto barrio de Nueva York, en el año 1957. Hay dos bandos, dos pandillas que luchan por el control del territorio: los “Jets”, estadounidenses blancos liderados por Riff -Mike Faist-, y los “Tiburones”, jóvenes puertorriqueños guiados por Bernardo -David Alvarez-. El sector será demolido para construir el Lincoln Center, pero a ellos les tiene sin cuidado. Por encima está el orgullo y una supremacía que se debe demostrar e imponer a toda costa. 

En esta lucha de puertorriqueños versus gringos, el resultado es incierto. Se proponen peleas, las calles son el escenario, las escaramuzas van y vienen, y mínimas diferencias pueden marcar trascendencia. En medio de todo el barullo surge algo inesperado: en una animada fiesta se conocen Tony -Ansel Elgort-, un miembro de los Jets que viene saliendo de prisión y está en libertad condicional, con María -Rachel Zegler-, la hermana menor de Bernardo. Ambos pertenecen a bandos opuestos sin embargo se gustan, se enamoran y con ello complican todo el escenario. La película describe este proceso en detalle, muestra un amor que traspasa fronteras y límites, y gira en torno a estos dos amantes, con sus peripecias, sueños y desgracias, avanzando progresivamente en tensión hasta su conclusión. 

Lo primero a destacar, aunque sea tal vez una obviedad, es la hermosura de la música. Estamos frente a una partitura compuesta por Leonard Bernstein para el musical de Broadway, con letras de Stephen Sondheim. Mediante algunas adaptaciones y adecuaciones, David Newman realiza un notable trabajo de revisionado que entrega novedad y frescura a melodías que se encuentran en nuestro inconsciente y que siguen seduciendo aún más con el paso de los años. Gustavo Dudamel, director de orquesta venezolano, conduce a la Filarmónica de Nueva York en un trabajo musical formidable en forma y fondo, obteniendo un resultado a gran nivel. 

En los papeles protagónicos destacan Rachel Zegler y Ansel Elgort. Su entrega llena de vida, cantando y bailando, logran convencer plenamente. Y la vara es alta, son los sucesores de Natalie Wood y Richard Beymer, cuyo recuerdo sigue tan vivo como el primer día. Zegler y Elgort se comprometen realmente con sus roles, son tremendamente expresivos y consiguen escenas vibrantes, tanto en la intimidad como en formato grupal, y transmiten lo que sienten en todo momento. También aparece un nuevo papel, el de Valentina, lo que constituye un gran acierto. Interpretada nostálgicamente por Rita Moreno (la galardonada Anita de 1961), le da novedad a la historia y funciona tanto como homenaje, como continuidad y referencia temporal paradójica. 

Una película de Steven Spielberg siempre da garantías. Tiene un sello propio y claramente un alto nivel de calidad. En este caso, la realización visual y sonora es fantástica, las coreografías vistosas y preciosas, y cada cuadro se encuentra excelentemente logrado en todo sentido. Por mencionar algunos, donde destaca la disputa por la pistola en el Muelle, vemos que “María”, “Tonight”, “America”, el “Mambo”, “Chachachá”, y “Somewhere”, lucen espléndidos, llenos de color y expresiva emoción. 

Spielberg se encarga de poner las cámaras precisas para captar cada uno de los momentos de la acción. Adiciona, además, una excelente edición, montaje y continuidad, junto a un gran despliegue escenográfico al captar un elenco perfectamente afiatado. Tal vez lo único reprochable podría ser los subtítulos con las traducciones de las canciones. Algo no cuadra, y a pesar de que se entiende el sentido, no deja de ser un detalle importante, donde es mejor escuchar el original y dejarse inspirar por las preciosas letras de Sondheim.  

Permítanme, para finalizar, algo muy personal, pues no puedo dejar de recordar a mi mamá. ¡Cuánto le habría gustado ver esta nueva versión! Si el original le encantó, este le habría llegado al corazón. Es que esta nueva versión se inscribe dentro de los mejores trabajos musicales del último tiempo, por su solidez, calidad, buen ritmo y garantizada entretención. ¡Qué mejor! 


¡Gran película, imperdible! 

Ficha técnica 

Título original: West Side Story 
Año: 2021 
Duración: 156 minutos 
País: Estados Unidos 
Productora: Amblin Entertainment, 20th Century Studios. Distribuidora: 20th Century Studios 
Género: Musical. Romance. Drama 
Guion: Tony Kushner. Libro: Arthur Laurents. Musical: Jerome Robbins 
Música: David Newman 
Fotografía: Janusz Kaminski 
Reparto: Rachel Zegler, Ansel Elgort, David Alvarez, Ariana DeBose, Rita Moreno, Josh Andrés Rivera, Corey Stoll, Brian d'Arcy James, Maddie Ziegler, Ana Isabelle, Mike Faist, Reginald L. Barnes, Jamila Velazquez 
Dirección: Steven Spielberg

miércoles, 15 de diciembre de 2021

Rey Richard

Inspirada en hechos reales, esta es una de esas historias que se deben contar. Para quienes hemos visto la carrera profesional de Venus y Serena Williams, resulta más fascinante aún conocer algunos detalles de su infancia y sus primeros pasos en el tenis. Saber, o al menos vislumbrar, lo que hay detrás de sus enormes éxitos deportivos, despierta un natural interés, sobretodo tomando en cuenta esa figura paterna de rasgos y características especiales. 

“King Richard” se centra justamente en la historia de Richard Williams -Will Smith-, trabajador incansable y padre tenaz, que tiene como objetivo primordial criar a sus dos hijas y convertirlas en extraordinarias atletas. Venus -Saniyya Sidney-, y Serena -Demi Singleton-, están convencidas del plan trazado por su padre, no lo discuten ni menos lo rebaten. Influenciadas y apoyadas también por su madre Oracene "Brandy" -Aunjanue Ellis-, parecen tener claro desde muy pequeñas que el sacrificio y el trabajo duro es la única forma de destacar y así superar cualquier dificultad o condición. 

La vida de la familia Williams no es fácil. Viven modestamente en Compton, California, y comparten un espacio reducido junto a tres hijas mayores de Oracene. Las privaciones y ajustes propios de esa realidad no representan una barrera para el genuino deseo de superación familiar. La exigencia es alta, el esfuerzo fundamental, mientras que el respeto y amor filial, ciertamente es su pilar número uno. Pero hay deferencias, por supuesto, implícitas y explícitas, que perfectamente podrían poner en riesgo cualquier ideal futuro, sin embargo la familia es capaz de sortearlas tal como si estuvieran disputando una carrera con obstáculos. 

La persistencia de Richard parece dar frutos. Primero con un reconocido entrenador de Sampras y luego haciendo una jugada maestra, una arriesgada apuesta por Rick Macci, “King” parece controlar cada paso que dan las jóvenes deportistas. Tiene respuesta para todo, un plan A, B o el que le pidan, aunque aquello no impide que el camino se dificulte en la medida que las diferentes etapas de crecimiento de las niñas avanzan. Y claro, conocemos el desenlace, sin embargo aun así la historia nos atrapa, porque no se trata de saber el final sino justamente de observar el desarrollo: qué pasos se dan y cómo se gesta este ascenso épico a la élite del deporte mundial. 

En esta película dirigida por Reinaldo Marcus Green, vemos a Will Smith en un rol que le sienta cómodo. Acapara la pantalla, parece no abandonarla nunca, y su presencia se siente en todo momento. Es, probablemente, una actuación que perfectamente podría tener una nominación al Óscar por la construcción de un personaje fuerte, omnipresente y de características precisas que Smith conjuga muy bien con elaboradas expresiones. Smith puede ser tan agobiante como Richard lo es en la dirección de sus hijas. Y acá el rol de autoridad paterna -y ojo, también materna-, resulta clave en el análisis. La exigencia, ya lo dijimos, es máxima. ¿Hay abuso en esto? ¿Las hijas tienen libertad de elegir? Hay valores fundamentales en juego, el tesón, la perseverancia, la insistencia, junto con gran convicción, amor, confianza y lealtad familiar. No obstante, igual se observa intransigencia y rigidez, las ideas fijas amenazan el curso de los hechos, la inflexibilidad puede convertirse en la peor amenaza de estos idealizados sueños. 

La importancia de la familia se destaca como pieza clave en el guion escrito por Zach Baylin. Otros temas presentes abordan la pobreza, el racismo y la religión, aunque siempre en un plano algo más interno, aunque sin perder protagonismo ni descuidar su influencia en la historia. La lucha y el sacrificio emergen como respuesta natural a condiciones precarias, como mecanismos de defensa y también como una gran fortaleza ante la adversidad o bien ante cualquier forma de discriminación. 

Este trabajo de Marcus Green posee una filmación ágil, una acertada recreación de los partidos de tenis, y ofrece un retrato creíble del día a día de sus protagonistas. Se posiciona al deporte como algo fundamental para mantener a las hijas alejadas de las calles, apartadas de entornos llenos de pandillas y sus naturales peligros. La cinta mantiene la tensión y solo cae en torno a los dos tercios al hacerse predecible, aunque logra remontar en su cuarto final. 

“King Richard” resulta interesante y amerita verla, no solo por el componente histórico sino también por su realización y sus actuaciones. Es un poco larga, es cierto, pero si nos dejamos llevar se hace más ligera. Y Will Smith encarna tan bien al personaje central que las imágenes finales -las reales- de mucho del material filmado nos pone en contexto para apreciar el gran trabajo de producción y recreación en una película de la que seguramente escucharemos hablar en la próxima temporada de premios. 

Ficha técnica 

Título original: King Richard 
Año: 2021 
Duración: 138 minutos
País: Estados Unidos 
Productora: Star Thrower Entertainment, Westbrook Studios, Warner Bros., Overbrook Entertainment. Distribuidora: Warner Bros., HBO Max 
Género: Drama | Familia. Biográfico. Deporte. Tenis 
Guion: Zach Baylin 
Música: Kris Bowers 
Fotografía: Robert Elswit 
Reparto: Will Smith, Demi Singleton, Saniyya Sidney, Aunjanue Ellis, Jon Bernthal, Tony Goldwyn, Andy Bean, Kevin Dunn, Craig Tate, Dylan McDermott, Katrina Begin, Andy Hoff, Jimmy Walker Jr.
Dirección: Reinaldo Marcus Green

viernes, 10 de diciembre de 2021

tick, tick... Boom!

Disponible en Netflix.

Entrar en la mente y en la vida de un artista creador resulta ser algo bastante seductor. Conocer qué piensa, cuáles son sus motivaciones o qué le mueve en el día a día, sin duda podría ofrecernos una perspectiva diferente. Ahora bien, si el relato corresponde al mismo autor, quien recuerda sus inicios y especialmente la semana previa a su cumpleaños número 30 en la que se encuentra terminando un musical en el que ha estado trabajando por ocho años, el resultado es tan vertiginoso como incierto. ¿Con qué nos encontramos? Veamos. 

Corre el año 1992 y vemos a Jonathan Larson -Andrew Garfield-, ejecutando su monólogo “Tick, Tick ... Boom!” frente a una pequeña audiencia en un Teatro de Nueva York. El relato, en primera persona, se remonta a los años previos, a sus malabares como camarero en simultáneo con la composición musical, a la relación con su novia, a los altos y bajos con su mejor amigo, a las crecientes dificultades económicas, a la falta de inspiración, más todo aquello que debe enfrentar un joven soñador que busca afanosamente ser exitoso y que está a punto de mostrar en público su primer trabajo, el musical “Superbia”. 

Esta historia autobiográfica, escrita por el verdadero Jonathan Larson, funciona como un sentido homenaje. Con guion de Steven Levenson y dirigida por Lin-Manuel Miranda -en su debut como director-, la cinta tiene buen ritmo aunque se ralentiza cuando el canto se desconecta de la acción. La edición y superposición de los años resulta interesante, lo mismo que la narración desde una improvisada sala de ensayos, lo que aporta nexos que unen las diferentes secuencias y tiempos. 

Las actuaciones son cercanas y creíbles. Existe una cierta simpleza, especialmente en Garfield, su protagonista, lo que contribuye a alivianar una pesada carga dramática asociada al propio Larson. La música representa pensamientos y diálogos comunes. Corresponde a un estilo musical en el que no es sencillo llevar con naturalidad lo cotidiano a un formato teatral que integre música, canto y actuación, en una representación que perfectamente podríamos denominar como una “ópera moderna”, guardando, naturalmente, todas las diferencias. 

La película se centra en el proceso creativo y también en la búsqueda de realización y éxito. Debido a ello, no escatima esfuerzos en presentar la realidad personal del compositor, sus aciertos y desaciertos, su necesidad de reconocimiento y también su desesperación cuando todo parece cerrarse frente a él. Ahí hay algo más fuerte, esa necesidad vital de expresar lo que alimenta el motor de sus acciones. Fracaso tras fracaso parece el camino conducente hacia una esquiva posibilidad de éxito, que no se vislumbra, pero que se desea con fervor, a pesar de todo. Surge allí la constancia y la perseverancia, algo muy complejo cuando todo se oscurece, cuando las críticas parecen adversas, cuando el foco se diluye y se aleja una posible oportunidad. 

“Tick, Tick... Boom!”, también explora sobre las relaciones afectivas de los artistas, ese mundo propio versus la pareja y los amigos. Hay mucho de soledad, de individuación y de ego. Saltan las dudas de cómo vivir realmente la vida. ¿Seguir lo previsto? ¿Renunciar a lo deseado por un camino convencional? Si no hay certeza que la expresión, en este caso musical, es el motor de la vida, resulta muy fácil claudicar en un camino pedregoso y siempre cuesta arriba. 

Lin-Manuel Miranda conoce como pocos el oficio, por lo que en su debut a cargo de la dirección, lo filma bien, es consistente de lo que realiza y aporta una mirada desde dentro que por momentos resulta embriagadora. Es, por supuesto, un reconocimiento explícito a Jonathan Larson, a sus composiciones, a su vida y a su tesón incontrarrestable, sin embargo lo íntimo y personal suele pasar a un segundo plano cuando sobresalen los números musicales. Tal vez esto sucede por carencia de mayor peso en los actores para encarnar mejor las escenas más dramáticas, o tal vez sencillamente no es la finalidad de su guionista ni de su director. Podemos especular, pero finalmente no lo sabemos. 

Como resultado general, la suma y resta es claramente positiva. Sin tener demasiadas expectativas me pareció agradable y convincente, no brillante, pero sí por momentos vibrante, lo que da cuenta que Lin-Manuel Miranda aun tiene mucho que expresar desde sus ya multifacéticas funciones. 

Ficha técnica 

Título original: tick, tick... Boom! 
Año: 2021 
Duración: 115 minutos 
País: Estados Unidos 
Productora: 5000 Broadway Productions, Imagine Entertainment. Distribuidora: Netflix 
Género: Musical. Drama | Biográfico. Años 90 
Guion: Steven Levenson. Libro: Jonathan Larson 
Música: Jonathan Larson 
Fotografía: Alice Brooks 
Reparto: Andrew Garfield, Alexandra Shipp, Robin de Jesus, Vanessa Hudgens, Joshua Henry, Bradley Whitford, Judith Light, Jordan Fisher, David Iacono, Joanna Adler, Alex D. Jennings, Marie Rose Baramo, Jared Loftin 
Dirección: Lin-Manuel Miranda

lunes, 6 de diciembre de 2021

La Casa Gucci

Basada en el libro escrito por Sara Gay Forden titulado “The House of Gucci: A Sensational Story of Murder, Madness, Glamour, and Greed”, esta cinta dirigida por Ridley Scott presenta el drama criminal en torno al asesinato de Maurizio Gucci, heredero del creador de la moda Gucci, por encargo de su exmujer Patrizia Reggiani. Con guion de Roberto Bentivegna y Becky Johnson, la película abarca los hechos desde el año 1978 y narra la historia de ambos jóvenes, sus primeros pasos y sueños, su matrimonio, sus desencuentros, más todos los entreveros familiares y aquellas situaciones que finalmente dan paso al fatal desenlace. 

Personalmente, el trabajo no me convenció. He tratado, al correr de los días, descubrir por qué y creo que varias son las causas basales de una disconformidad que, en vez de atenuarse, ha ido “in crescendo”

Un tema es la edición. Al comienzo, conté al menos tres cambios de planos sin continuidad; planos cercanos con ángulos diferentes, donde pasa de uno a otro y parecen escenas distintas. Sumado a lo anterior, el guion resulta fraccionado, lo que quita continuidad a la filmación y hace sentir la excesiva duración del metraje. Hay escenas que no se concluyen, o que les falta algo para ser comprendidas, por lo que me da la impresión que hubo mucho material, tal vez para hacer una película aun más larga, y que se debió recortar por obligación. 

Pasando a las actuaciones y a su reparto de lujo, también me surgen algunas observaciones. No descubro química entre los protagonistas. Maurizio -Adam Driver-, y Patrizia -Lady Gaga-, actúan indiscutiblemente bien, correctamente, pero esperaba más. Por ejemplo, ninguno de los dos transmite la transformación interna de su personaje y, cuando aquello se vislumbra, es escaso y poco comprensible. Esto condiciona la película pues es intensa por momentos y plana por otros, en un camino tan sinuoso como irregular. Las intenciones de ambas personas representadas resultaron evidentes, y quizás faltó profundizar más cada entrono familiar, especialmente en Patrizia, lo que la situó en un segundo nivel dentro de los planos de acción. 

Y sobre el mundo de la moda, tampoco profundiza demasiado, solo marca estereotipos donde el más evidente es el representado por Paolo Gucci, al que Jared Leto hace brillar con una vibrante caracterización. En contrapunto, dos portaviones de la actuación, Al Pacino y Jeremy Irons, encarnando a los viejos Gucci, aportan, claro está, pero los veo desaprovechados, al igual que el resto del elenco que les acompaña. 

Lady Gaga, muy bien, una actriz en crecimiento que entrega intensidad en su papel, transmite fiereza, aunque sin conmover. Representa a una mujer interesada, a todas luces, pero también puede ser genuina en otras, y esa diferencia, que no es sutil, pudo haber sido mejor resuelta. Por su parte, Adam Driver se muestra siempre impertérrito. ¿Cuándo cambia? ¿Cuándo logra observar su entorno? ¿Cuándo se da cuenta de lo que sucede? Nada de eso se muestra, solo acontece. Muta, se transforma, pero no a la vista nuestra, o tal vez lo hizo en algunas de esas escenas que, por duración, no quedaron en el corte final. 

Esta historia fascinante, a mi modo de ver, queda a medio camino. Pudo ser más concisa, tener más elementos de thriller, ser menos ligera y más profunda, porque hay muchos temas en juego: familia, lealtad, traición, ambición, despecho, frivolidad, protección, etc. Y un punto clave, cuando Maurizio renuncia a su familia y pide la mano de Patrizia pudo representar un buen inicio, real o ficticio, pero un nuevo comienzo, algo que también fue desaprovechado y un poco pasado por encima. 

La música me pareció inapropiada para algunas escenas: la boda por ejemplo, y el Mozart en la Gala de Paolo, francamente una versión descuidada (¿a propósito?). Dos botones de muestra para una banda sonora compuesta por Harry Gregson-Williams que se diluye y se evapora.

Pero no todo es negativo. Tiene una buena producción de ambientes estéticos, aunque sin demasiado glamour. Está bien filmada, hay tomas precisas, junto a una continuidad solo alterada por las comentadas decisiones de edición. El oficio de Scott es innegable, sin embargo algo no me cuadra en el resultado global que nos entrega este afamado director.

En resumen, “House of Gucci” es en esencia contradictoria: tres puntos buenos, tres puntos regulares, y así durante sus extensos 157 minutos. ¿Hay que verla? Sí, no hay duda. ¿Recomendable? Sí, porque aporta historia y está basada en hechos reales. No obstante, raya para la suma, para mí queda al debe, en camino, en desarrollo, y aunque esto no es un pecado tan grande, pasa que cuando las expectativas son mayores, recibimos un baño de realidad para poner las piezas en su lugar, reflexionar y evaluar. Y claro, al final es cosa de gustos también, por lo que su opinión, querido lector, puede ser totalmente distinta a la mía y eso es, en esencia, lo subjetivo que sucede con el arte del cine. 

Ficha técnica 

Título original: House of Gucci 
Año: 2021 
Duración: 157 minutos 
País: Estados Unidos 
Productora: Coproducción Estados Unidos-Canadá; Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), Scott Free Productions, Bron Studios 
Género: Drama | Basado en hechos reales. Crimen. Moda. Años 70. Años 80. Años 90 
Guion: Roberto Bentivegna, Becky Johnson. Libro: Sara Gay Forden. Historia: Becky Johnston 
Música: Harry Gregson-Williams 
Fotografía: Dariusz Wolski 
Reparto: Lady Gaga, Adam Driver, Al Pacino, Jeremy Irons, Jared Leto, Salma Hayek, Jack Huston, Alexia Murray, Vincent Riotta, Reeve Carney, Gaetano Bruno, Camille Cottin, Youssef Kerkour
Dirección: Ridley Scott

viernes, 3 de diciembre de 2021

La crónica francesa

Wes Anderson garantiza originalidad. Este realizador posee un particular sentido estético en el que prima una conjunción de diversos elementos que resultan provocadores. En este sentido, su último trabajo nos presenta una interesante construcción de espacios donde los encuadres, movimientos escénicos y seguimientos juegan un papel fundamental. También se observa un gran despliegue de planos, con acercamientos bruscos y rápidos ajustes, en episodios de marcados contrastes -blanco y negro/color; claro/oscuro-, con reminiscencias barrocas en términos conceptuales. 

La historia firmada por Wes Anderson, Roman Coppola y Hugo Guinness, es sencilla, sin embargo la forma de narrarla es lo que marca la diferencia. El guion es intrépido, nos obliga a dejarnos sorprender, a disfrutar más que a entender, aun cuando en esta ocasión el hilo conductor es menos complejo que en otras oportunidades. La gran cantidad de personajes entrega una variedad inmensa y características disímiles que son difíciles de llevar, complejas de congeniar y desafiantes al momento de componer un acabado relato. 

Vamos al argumento. “The French Dispatch of the Liberty, Kansas Evening Sun”, su título original, da cuenta de Arthur Howitzer Jr. -Bill Murray-, editor del periódico “The French Dispatch” con oficina en la ficticia ciudad francesa de Ennui-sur-Blasé, quien muere repentinamente de un ataque al corazón. Como las instrucciones son claras, el medio debe cerrar de inmediato y los colaboradores deben preparar la publicación del último número. 

Comienza entonces la crónica, con una primera sección introductoria, un recorrido en bicicleta ilustrado por Herbsaint Sazerac -Owen Wilson-, que entrega el contexto sobre el lugar dónde se desarrollan las acciones. La secuencia inicial da paso a una primera historia que describe a Moses Rosenthaler -Benicio del Toro-, un artista con trastornos mentales condenado en la prisión de Ennui por asesinato. Rosenthaler trabaja pintando desnudos inspirados en su guardia, Simone -Léa Seydoux-, con quien además tiene un romance, y tiene ofertas de Julien Cadazio -Adrien Brody-, para comercializar sus especiales obras. ¿Arte por obligación o una vía de escape para sobrellevar el encierro? 

La segunda crónica se trata de un reportaje de Lucinda Krementz -Frances McDormand-, sobre una manifestación estudiantil en las calles de Ennui de las que el joven Zeffirelli -Timothée Chalamet-, es uno de sus líderes. Uno de los objetivos del movimiento es la elaboración de un manifiesto, algo que llama la atención a Krementz quien se involucra sentimentalmente con Zeffirelli y le ayuda a escribirlo, dejando de lado su neutralidad periodística. Observamos acá un gran contraste entre el joven idealista y la reportera mayor, un manifiesto de sueños e ilusiones enfrentado al realismo que entregan los años y la experiencia. 

La tercera historia versa sobre el Comisionado de la policía local. Narrada por Roebuck Wright -Jeffrey Wright-, un periodista gastronómico, da cuenta de una comida especial preparada por el chef, teniente Nescaffier -Stephen Park-, momento en el que el hijo del comisionado es secuestrado. Las peripecias del rescate, los enfrentamientos y persecuciones, son vertiginosas, acentuadas con la incorporación de vibrantes animaciones para algunas de sus secuencias. El epílogo de la cinta coincide con el del periódico, y cierra brillantemente el ciclo, con todos los colaboradores llorando la muerte del editor y honrando su memoria. 

Párrafo aparte para la música escrita por Alexandre Desplat. Juega un papel fundamental en la continuidad del metraje. Con ciertos toques de Erik Satie, usa elementos minimalistas para desarrollar una banda sonora que no solo acompaña, sino que funciona como nexo narrativo, individualizando características y también, en base a múltiples repeticiones, marcando singularmente algunas escenas. 

Wes Anderson, una vez más, logra entregarnos un trabajo cautivador, interesante, inteligente, agudo y diferente. La maestría de la propuesta se encuentra en su irreverencia -en la que también se mira al ombligo, naturalmente-, junto con la búsqueda de horizontes distintivos y poco convencionales. El resultado es llamativo y provocativo a la vez. No puede haber indiferencia. Podemos compartir o no lo expuesto, pero es irresistible y más aún, en extremo disfrutable. Verdaderamente nos transportamos al mundo de Anderson y no podemos escapar de él, algo que pocas veces sucede y que constituye una enriquecedora experiencia. 

Ficha técnica 

Título original: The French Dispatch (of the Liberty Kansas Evening Sun) 
Año: 2021 
Duración: 108 minutos 
País: Estados Unidos 
Productora: Coproducción Estados Unidos-Alemania; American Empirical Pictures, Indian Paintbrush, Studio Babelsberg. Distribuidora: Searchlight Pictures 
Género: Comedia. Drama | Periodismo. Historias cruzadas 
Guion: Wes Anderson. Historia: Wes Anderson, Roman Coppola, Hugo Guinness 
Música: Alexandre Desplat 
Fotografía: Robert D. Yeoman 
Reparto: Benicio del Toro, Frances McDormand, Jeffrey Wright, Adrien Brody, Tilda Swinton, Timothée Chalamet, Léa Seydoux, Owen Wilson, Mathieu Amalric, Lyna Khoudri, Steve Park, Bill Murray, Saoirse Ronan 
Dirección: Wes Anderson

martes, 30 de noviembre de 2021

Una serena pasión

Esta es la historia de Emily Dickinson, una poetisa norteamericana que permaneció la mayor parte de su vida en casa de sus padres en Amherst, Massachusetts. Emily, nacida en 1803, se retrajo muy tempranamente. Poco se sabe de su vida, sin embargo, desde muy joven fue afectada por traumas emocionales que influyeron en su comportamiento y delinearon su futuro. Alejada de cualquier tipo de vida social, la joven encontró refugio en las letras, en el arte de las palabras, en la expresión de sentimientos profundos a través de sentidos poemas que poco a poco fueron viendo la luz. 

“Una serena pasión” es una historia triste, un relato que muestra a una persona que se siente oprimida, que percibe que no encaja en el mundo, algo que le produce angustia y una serie de otros sentimientos que la hacen canalizar su alma a través de una poesía fina y aguda que a la postre le resultará liberadora. También, la película ejemplifica lo que significa la carencia, en este caso espiritual, lo que conduce a Emily a través de diferentes rumbos, muchas veces contradictorios, en una búsqueda incansable de certezas y encuentros personales a través de un arte especialmente complejo. 

Debo reconocer que me costó empatizar con Emily Dickinson a pesar de la actuación protagónica consistente que realiza Cynthia Nixon. Tal vez, en parte, es por la representación de su edad. Creo que la presentan muy mayor siendo aún joven con el fin de cubrir más años, situación que me parece un poco forzada y encasillada. Asimismo, percibo la construcción de los personajes secundarios bastante lejana, aunque caracterizados a través de contrapuntos clave; el padre y la madre, el hermano y la hermana, y por supuesto su mejor amiga. 

En un aspecto importante, el aislamiento se encuentra bien representado, describe certeramente ese mundo interior abyecto, por momentos insufrible, cuyo único escape se encuentra en la expresión de palabras que cobran sentido al unirse con exuberante belleza. Asimismo, me llama la atención la ausencia de música o banda sonora en grandes secciones del metraje. No comprendo la decisión, me hizo falta, sobre todo en largas escenas que, pienso, habrían ganado mucho con una apropiada sonoridad acompañante, no central, en un plano diferente, compuesto, orquestado, para destacar movimientos o declamaciones. 

Como no logré empatizar, me faltó más cercanía, más profundidad y más puntos de unión en esta historia. Estimo, también, que en ocasiones su poesía se hace difícil de seguir, debido a sus traducciones más literales que poéticas, algo que perturba y no permite apreciar el vuelo propio del idioma original. 

El director Terence Davies se arriesga con este trabajo. Su ritmo cansino y por momentos de muy baja tensión, tiende a caer en algunos baches narrativos de los que cuesta sobreponerse. Sin embargo, y aun así, logra entregar una ventana a la historia de esta reconocida poeta, a través de una perspectiva personal que posiblemente nos incentive a descubrirla en otros aspectos y a conocer más de su vida y obra. 

Ficha técnica

Título original: A Quiet Passion 
Año: 2016 
Duración: 125 minutos 
País: Reino Unido 
Productora: Hurricane Films, Potemkino 
Género: Drama | Biográfico. Literatura. Siglo XIX 
Guion: Terence Davies 
Fotografía: Florian Hoffmeister 
Reparto: Cynthia Nixon, Jennifer Ehle, Duncan Duff, Keith Carradine, Jodhi May, Joanna Bacon, Catherine Bailey, Emma Bell, Benjamin Wainwright, Annette Badland, Rose Williams, Noémie Schellens, Miles Richardson, Eric Loren 
Dirección: Terence Davies

viernes, 26 de noviembre de 2021

Eternals

En esta nueva fase del Marvel Cinematic Universe (MCU) -esta es la película número 26-, observamos a diez “Eternos” que llevan más de 7.000 años en la Tierra. Como seres inmortales, han sido enviados por el Celestial Arishem para exterminar a los Desviantes y ser custodios de la raza humana a través de los siglos. Aunque no han influido directamente en la historia de la humanidad, siempre han estado presentes en los grandes eventos protegiendo a los seres humanos ya que existe un fin último que incluso ellos mismos desconocen. 

Un incidente en el Londres actual, donde viven dos de ellos, Sersi y Sprite, desencadena la acción. Los Desviantes parecen haber regresado, esta vez con más poder aún, lo que representa una amenaza que no pueden enfrentar en forma separada. Ikaris, que se había alejado de Sersi hace más de 500 años, acude y les brinda auxilio, sin embargo sus temores se acrecientan y la necesidad de que el grupo se vuelva a reunir se torna apremiante. 

Esta mega producción de Marvel posee una propuesta diferente, arriesgada y por tanto controvertida. Los efectos especiales, las peleas, las batallas y toda su parafernalia, se encuadra dentro de lo que ya conocemos, sin embargo esta entrega tiene tiempo para profundizar en las relaciones entre sus protagonistas y también algo más en sus historias personales. 

La directora Chloé Zhao apuesta por desarrollar la intimidad de sus personajes más que sus emociones. Posee muchos momentos calmos y apacibles, donde incursiona en detalles y aspectos propios de cada personaje, entregando contexto al metraje y aportando datos fundamentales para comprender los súper poderes y el recorrido histórico de cada uno. 

La historia principal es la de Ikaris -Richard Madden-, y Sersi -Gemma Chan-, quienes fueron pareja sentimental por miles de años pero que ahora se encuentran separados hace ya bastante tiempo. En ellos se encuentra un núcleo argumental y emocional que es rodeado por todos los demás protagonistas. Progresivamente vamos descubriendo sus papeles y su ubicación en la trama, mientras que el guion se encarga de la elaboración del resto de los Eternos sin prisa y con bastante espacio para cada uno. 

La película incursiona en la mitología, en las religiones, en las costumbres, en la historia, y en la evolución humana. Presenta deidades -como Arishem- que dirigen los destinos del universo y somete a prueba los valores de la lealtad y la obediencia. También, pone en relieve la rebelión ante un destino indiscutido, y lo que significa un cambio de curso de los hechos (acción - reacción) que trae inesperadas consecuencias. El relato, además, se cuestiona sobre si la eternidad es algo positivo o bien una carga insalvable, algo que ronda permanentemente durante toda la extensión de la cinta. 

Con un ritmo frenético bien orquestado, cuando propone hacer pausas se perciben correctamente, a las que agrega toques de un humor especial que logra distender el ambiente en varias oportunidades. La película funciona bien, pasa rápido y es muy entretenida. Cumple con los códigos de Marvel y además aporta una mirada diferente. Como es un producto nuevo, una historia nueva, tal vez cueste un poco más de entrada. Necesita tiempo y desarrollo, no es todo automático y son muchos los personajes involucrados. Además, siendo una historia posterior a “End Game” plantea nuevos escenarios y enfrenta, con ello, nuevos desafíos. 

Por cierto es Marvel. Hay escenas post créditos y esta vez son dos. Y son importantes para enlazar y vislumbrar lo que vendrá, porque el MCU se sigue expandiendo y su entretenimiento a gran escala, en pantallas gigantes, con movimiento, efectos especiales y 3D crece cada día más. 

Ficha técnica 

Título original: Eternals 
Año: 2021 
Duración: 157 minutos 
País: Estados Unidos 
Productora: Marvel Studios, TSG Entertainment. Distribuidora: Walt Disney Pictures 
Género: Fantástico. Aventuras. Acción. Ciencia ficción | Cómic. Marvel Comics: Guion 
Chloé Zhao, Matthew K. Firpo, Ryan Firpo, Patrick Burleigh. Cómic: Jack Kirby 
Música: Ramin Djawadi 
Fotografía: Ben Davis 
Reparto: Angelina Jolie, Richard Madden, Gemma Chan, Kit Harington, Kumail Nanjiani, Salma Hayek, Barry Keoghan, Brian Tyree Henry, Ma Dong-seok, Lia McHugh, Lauren Ridloff, Haaz Sleiman, Lucia Efstathiou 
Dirección: Chloé Zhao

miércoles, 24 de noviembre de 2021

El misterio de Soho

El amor que tiene Eloise "Ellie" Turner -Thomasin McKenzie-, por todo lo que evoque la moda y la música de los años sesenta, la lleva a querer ser una diseñadora de alta costura. Es un sueño para ella. Con el fin de cumplir su propósito, se traslada, desde una localidad rural cerca de Redruth, a Londres para iniciar sus estudios en el “London College of Fashion”. 

De vivir sola con su abuela -su madre se suicidó cuando Ellie era pequeña-, a vivir con otros estudiantes, representa un mundo de diferencia, por lo que la cohabitación en departamentos compartidos no resulta grato en lo absoluto para esta joven, que tiene una personalidad más bien tímida e introvertida. Buscando tranquilidad e independencia, Ellie arrienda un viejo cuarto en Goodge Place, propiedad de una anciana llamada Alexandra Collins -Diana Rigg-. 

El lugar elegido tiene su historia. Es un edificio antiguo situado en lo que alguna vez fue el centro de atención del Londres añorado, algo que a Ellie le llama la atención desde un principio y con lo que ella conecta inmediatamente. Tanto es así que, literalmente, se transporta a esos años. Se ve ella misma como una joven rubia llamada Sandie -Anya Taylor-Joy-, que quiere ser estrella, cantante y figura central en un bar frecuentado por un exitoso gerente llamado Jack -Matt Smith-. 

Inspirada en Sandie, Ellie comienza a diseñar un vestido que le trae nuevas visiones. Mientras tanto, en las noches, la reconexión con ese pasado es cada vez más vívida y alucinante, al interior de un mundo que comienza a develar personajes que ocultan historias, en un ambiente cargado de misterios, secretos e historias de abuso. 

Edgar Wright dirige un thriller psicológico que atrapa, donde el juego de planos y de roles provoca un genuino desdoblamiento. La propuesta implica una inmersión profunda en mundos diferentes, superpuestos y enfrentados. Estéticamente luminosa y bien lograda, la película ofrece una muy buena recreación de ambientes, lo que junto a una edición vertiginosa y a coreografías atractivas, captura nuestra atención desde el primer minuto. El tratamiento audiovisual también es poderoso, impacta gracias al uso de luces intermitentes, a la utilización de variadas sombras y sonidos en alto volumen, reflejando gráficamente los permanentes contrastes que se quieren evidenciar. 

Las actuaciones protagónicas, tanto las finas y delicadas como las fuertes y decididas, resultan convincentes. Thomasin McKenzie y Anya Taylor-Joy brillan en sus roles, con amplios dominio de sus campos de acción, en una simetría y fusión que resulta única. Por otro lado, la configuración de los personajes secundarios si bien no destaca del todo, entrega sustento al metraje en el contexto de un escenario que por momentos se repleta de acciones que auscultan el ambiente de los 60, mostrando sus vicios, sus dobles estándares, su brillo externo y la podredumbre interna.  

La dirección de Wright avanza con mano firme, distintiva, con buen ritmo y elevada tensión. La filmación produce temor sin el uso de herramientas evidentes, ya que. sin caer en típicos clichés, deja sentir el horror que perciben sus protagonistas. 

Con un claro énfasis en lo femenino, en esa figura que se empodera y se revela ante el abuso y la adversidad, “Last Night in Soho” provee una trama sencilla, incluso no difícil de prever, ofreciendo novedad y frescura con giros y vueltas interesantes, en un estreno que resulta ser un verdadero aporte a la cartelera actual. 

Ficha técnica 

Título original: Last Night in Soho 
Año: 2021 
Duración: 118 minutos 
País: Reino Unido 
Productora: Coproducción Reino Unido-Estados Unidos; Complete Fiction, Focus Features, Film4 Productions, Working Title Films 
Género: Thriller. Fantástico | Thriller psicológico. Viajes en el tiempo 
Guion: Krysty Wilson-Cairns, Edgar Wright 
Música: Steven Price 
Fotografía: Chung Chung-hoon 
Reparto: Thomasin McKenzie, Anya Taylor-Joy, Matt Smith, Terence Stamp, Diana Rigg, Rita Tushingham, Synnove Karlsen, Joakim Skarli, Andrew Bicknell, Colin Mace, Michael Ajao, Will Rogers, Will Rowlands 
Dirección: Edgar Wright

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Finch

Disponible en Apple TV+


Estamos ante una película sensible y humana, que pone énfasis en el valor de la enseñanza. 

“Finch” nos presenta a Finch Weinberg -Tom Hanks-, un ingeniero robótico que logra sobrevivir en un subterráneo de St. Louis. El mundo exterior es inhabitable producto de una explosión solar que destruyó la capa de ozono hace ya algunos años. Finch solo sale a buscar suministros, y evita la radiación ultravioleta extrema, cubierto con un traje protector que le aísla de temperaturas superiores a los 70 grados Celsius. 

En casa, vive su perro Goodyear junto a un pequeño ayudante robot llamado Dewey. Finch está preocupado pues está enfermo y sabe que tarde o temprano dejará a su perro solo. Por ello, desde hace ya un tiempo, se ha propuesto crear un avanzado robot humanoide para que pueda hacerse cargo de Goodyear cuando ya no esté para cuidarlo. El trabajo va bien, la información se va cargando progresivamente y el robot -Jeff- comienza a dar sus primeros pasos, sin embargo una gran tormenta, que amenaza con destruir todo a su paso, los obliga a abandonar el protegido refugio en busca de un sitio aún más seguro. De ese modo, Finch, Goodyear, Dewey y Jeff, emprenden viaje a bordo de una casa rodante rumbo a San Francisco, para huir del peligro con la esperanza de encontrar nuevos horizontes. 

El mundo que relata esta cinta dirigida por Miguel Sapochnik se encuentra desolado. No se puede estar al aire libre, el sol quema, la tierra es sencillamente inhabitable. Son tantas las películas que retratan un post-apocalipsis de manera similar que, la verdad, parece que tenemos bastante claro hacia dónde nos dirigimos si no hacemos nada para evitar el cataclismo. El punto es que parece que igual no entendemos nada, pese a las majaderas advertencias realizadas en todos los tonos y a través de diferentes mensajes en variados formatos. Finch es tal vez el último humano, no sabemos, pero sin duda transmite un cuestionamiento fundamental: ¿qué hacer en esa condición? Pues bien, Finch se preocupa por su perro, sabe que lo dejará solo y necesita encontrar una solución, es decir, alguien que lo cuide. 

La película muestra soledad, pero también explora acerca de las relaciones. La primera, la de Finch consigo mismo, en introspección y reflexión. Luego, la cercanía y cariño con Goodyear -que se roba la atención por sus tiernas escenas-, y también con la mascota robot Dewey. Finalmente, y en un desarrollo extenso, la cinta se centra en la creación de Jeff, sus primeras acciones, su incompleta formación y su necesidad inicial de apoyo. Jeff requiere guía a pesar de tener mucha información pues carece de ejemplos para tomar decisiones. En este sentido, observamos el traspaso de valores que realiza Finch, tanto en la teoría como en la práctica, lo que contribuye a que este nuevo robot aprenda lecciones fundamentales sobre el amor, la amistad, el significado de la vida y el comportamiento humano. 

De estos tres protagonistas, Hanks llena la pantalla con su despliegue emocional. Jeff lo complementa, desde su torpeza inicial, y luego con esos gestos humanos esenciales que comienza a descubrir y desarrollar durante el viaje. Goodyear -el perro Seamus-, aporta el componente de dulzura, mientras que la música de Gustavo Santaolalla llama a la calma y reflexión durante el metraje. 

¿Es pesimista u optimista está cinta? Resiste y también acepta miradas diversas. Apunta, por un lado, a la responsabilidad humana en la catástrofe ambiental, acusa inacción, cuestiona la forma de resolver algo que era anticipadle y evitable. Asimismo, por otro lado se pregunta si se puede seguir adelante pese a todo, es decir, encontrar sentido, o tal vez un nuevo sentido, quizás basado en pequeños detalles que marquen la diferencia. 

Llama la atención el comportamiento robótico de forma humana que tiene Jeff. Gran mérito del actor Caleb Landry Jones, que es quien da vida a los movimientos del robot. Además de cercano, se siente su compañía, su condición de partner, y de criatura, en una relación simbólica hijo-padre, que se hace cada vez más real y emotiva con el correr de los minutos. 

¿Aniquilaremos nuestro hábitat? Es posible. ¿Habrá, pese a todo, una luz de esperanza? No lo sabemos, y la película tampoco lo responde, sin embargo su énfasis en la humanidad denota que podría existir un futuro, aunque del todo diferente y desconocido. Todo está por escribirse, pues aún somos los protagonistas de nuestra propia historia. 

Ficha técnica 

Título original: Finch 
Año: 2021 
Duración: 115 minutos 
País: Estados Unidos 
Productora: ImageMovers, Amblin Entertainment, Dutch Angle, Misher Films. Productor: Robert Zemeckis. Distribuidora: Apple TV+ 
Género: Ciencia ficción | Futuro postapocalíptico. Robots 
Guion: Craig Luck, Ivor Powell 
Música: Gustavo Santaolalla 
Fotografía: Jo Willems 
Reparto: Tom Hanks, Laura Harrier, Caleb Landry Jones, Samira Wiley, Skeet Ulrich, Lora Martinez, Alexis Raben, Jon Donahue, Oscar Avila, Christopher Farrar, Carma Harvey 
Dirección: Miguel Sapochnik

viernes, 12 de noviembre de 2021

Duna

El director Denis Villeneuve nos entrega una fascinante experiencia audiovisual con “Dune”, su última película, basada en la novela homónima escrita por Frank Herbert el año 1965. Rotulada como “Primera Parte”, comprende el inicio del libro, en una secuencia que cumple con un papel tanto introductorio como descriptivo de estos sucesos que acontecen en el año 10191. 

La acción se desarrolla en un árido planeta llamado Arrakis que es el principal reservorio de una sustancia denominada “especia”, fundamental para la vida humana y que además posibilita los viajes interestelares. Este inhóspito hábitat ha sido dominado por mucho tiempo por la Casa Harkonnen, sin embargo el emperador Padishah Shaddam IV ha decidido dar un giro y encargar su custodia a la Casa Atreides. Para ello encomienda al duque Leto I -Oscar Isaac-, que asuma el control del planeta. El duque se traslada al lugar junto a Lady Jessica -Rebecca Ferguson-, y al hijo en común, Paul -Timothée Chalamet-, con la esperanza de vincularse con los nativos Fremen, vislumbrando en ello la posibilidad de recuperar cierta calma y paz para todas las Casas. Sin embargo, como muchas veces sucede, las cosas no son como parecen y detrás de este importante encargo hay dobles intenciones. La jugada del emperador no es del todo honesta, y los Atreides se ven envueltos en una sucesión de engaños y traiciones que hacen peligrar su subsistencia. 

El guion de la cinta, firmado por Eric Roth, Jon Spaihts y el propio Villeneuve, desarrolla claramente los sucesos. Nos guía, paulatinamente, al interior del laberinto construido por Herbert para explicarnos en detalle cada uno de los elementos que están en juego. Sin prisa alguna, la atención se enfoca en los detalles, principalmente en la creación de atmósferas y en las sensaciones que experimentan los protagonistas. 

Villeneuve nos envuelve con una propuesta mucho más visual y sonora que de largos diálogos o argumentaciones. El relato es ciertamente sensorial, pretende sumergirnos en el mundo de Arrakis y en lo que viven y sienten quienes se encuentran allí. El polvo del desierto extremo, el viento constante, los amenazantes gusanos gigantes, el agudo e insoportable calor y una permanente sensación de vulnerabilidad, son llevados a la pantalla de manera colosal, en una producción que no deja duda alguna y nos sitúa al medio de la acción. 

El elenco, con actuaciones estupendas, agrega, además, connotados nombres, entre los que destacan Josh Brolin, Jason Momoa, Stellan Skarsgård, Zendaya y Javier Bardem, entre otros, completando un reparto que tiene un gran peso escénico y que se potencia bajo el liderazgo de Villeneuve. No obstante, el peso mayor, reitero, está en el ambiente, en lo que los rodea externamente y también en lo que experimentan internamente, por lo que el desafío actoral es aun mayor, pues deben lograr representar sensaciones por medio de movimientos y miradas, más que con sus diálogos. 

Mención aparte para la música escrita por Hans Zimmer. Es una banda sonora totalmente diferente a lo que acostumbramos recibir del compositor. No solo se propone encontrar sonidos nuevos sino que además, logra crear nuevos instrumentos especialmente para esta ocasión. El sonido es, así, un elemento trascendente, inseparable de la imagen, que hace vibrar el cine de extremo a extremo, agregando un gran número de sensaciones en perfecta armonía con lo que visualmente sucede en la pantalla. Técnicamente muy compleja, la partitura tiene gran densidad sonora, la que otorga cuerpo y bases sólidas a una composición visual estéticamente hermosa y que posee una fotografía -Greig Fraser-, tan precisa como envolvente. 

“Dune” es una propuesta diferente, arriesgada, jugada y llena de convicciones. Es posible que no deje a todos contentos y que genere -ya es una realidad- un importante debate. Para mí, este cine de autor, aunque dentro del mundo que conocemos de las grandes producciones o “blockbusters”, destaca por muchas razones. Primero: asume el riesgo de elaborar un visión particular de un libro, algo complejo y que siempre será subjetivo; segundo: encuentra en la gran pantalla, y con todas sus posibilidades y opciones, la oportunidad de crear un mundo completo al que nos invita a entrar en la medida que aceptemos la propuesta; tercero: sin dejar de lado el relato tradicional, sitúa sus mayores esfuerzos en la atmosferización, en la construcción visual y sonora experiencial, y en transmitirnos una grandeza que, lejos de apocarnos, nos obliga a estar a su altura; y cuarto: salimos del cine diferentes, transformados, sintiendo haber vivido algo único, especial y distintivo. 

Denis Villeneuve hace un buen tiempo nos viene brindando trabajos notables y su versión de “Dune” se inscribe en esa misma línea. Queda esperar la segunda parte y tal vez alguna sorpresa. Por ahora, solo aguardar, y disfrutar de las sensaciones que quedan tras los días, que se pueden volver a recordar escuchando la banda sonora, o bien dejando que vuelva a nosotros lo que experimentamos al estar frente a la gran pantalla.  

¡Imperdible! ¡Excelente! 

Ficha técnica 

Título original: Dune 
Año: 2021 
Duración: 155 minutos 
País: Estados Unidos 
Productora: Legendary Pictures, Villeneuve Films, Warner Bros.. Distribuidora: Warner Bros. 
Género: Ciencia ficción. Aventuras. Drama | Aventura espacial. Cine épico 
Guion: Eric Roth, Denis Villeneuve, Jon Spaihts. Novelas: Frank Herbert 
Música: Hans Zimmer 
Fotografía: Greig Fraser 
Reparto: Timothée Chalamet, Rebecca Ferguson, Oscar Isaac, Josh Brolin, Jason Momoa, Stellan Skarsgård, Zendaya, Javier Bardem, Sharon Duncan-Brewster, Charlotte Rampling, Chang Chen, Stephen Henderson, Dave Bautista 
Dirección: Denis Villeneuve

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Schumacher

Disponible en Netflix.


Este testimonio de casi dos horas de duración se enfoca en la vida del expiloto de Fórmula Uno Michael Schumacher (Alemania, 1969), estrella del automovilismo y ganador de siete títulos mundiales en la máxima categoría. Con un tratamiento documental y a través de numerosas entrevistas, la película se sumerge en la intimidad de su familia, en la cercanía de sus amigos y en la trastienda al interior de los equipos en los que se desempeñó, abarcando desde sus primeros pasos hasta su consagración definitiva. 

La historia familiar de Schumacher comienza con el sacrificio realizado por sus padres y su inicio a temprana edad en las competiciones deportivas. Desde muy pequeño asoma su esfuerzo personal en las categorías infantiles, lo que le va dando forma a una preparación constante, desarrollada con tesón, enfoque y permanente trabajo duro. 

Una de las características que muestra este trabajo, con Schumacher ya adulto, es el permanente apoyo emocional brindado por su familia nuclear, es decir por su esposa y sus dos hijos. Michael lo retribuye con protección, con una contención desde afuera hacia adentro, blindando a sus seres queridos de toda la parafernalia de un deporte que, en términos públicos, no da tregua alguna. 

El documental muestra fracaso tras fracaso del joven piloto. Algunos éxitos, pero mayormente el difícil camino elegido, las permanentes dudas y el constante sacrificio. Pasaron muchos años para que alcanza el éxito en Ferrari, un desafío que le consumió muchísima energía pero que, en contraposición, tal vez le brindó los mejores años de su carrera deportiva. 

Esta película construida por Hans-Bruno Kammertöns, Vanessa Nöcker y Michael Wech es sencilla y está bien construida. Comprende un testimonio preciso que disfrutarán los fans del campeón del mundo pero que también tocará al público que no está tan involucrado, porque les permitirá enterarse de la humanidad que está detrás de ese gran deportista, de esa figura alabada y admirada -también criticada- por tantas personas alrededor del mundo. 

La capacidad de Schumacher de bloquear emociones sin duda favoreció su desarrollo deportivo, sin embargo, y a la vez, el piloto pudo desarrollar lazos y vínculos estrechos, con extrema dedicación, que sirvieron de base para la construcción de sus éxitos profesionales.  

La vida cambia de un instante a otro. Un accidente en esquí modificó la vida de Michael Schumacher. No sabemos de su condición ni tampoco más antecedentes de lo ocurrido. Ahora la contención es inversa; es la familia quien protege al esposo y al padre.  

Estamos ante un sensible homenaje a un grande del automovilismo, un ejemplo para generaciones futuras. El éxito no llega solo, se debe trabajar duro y los sacrificios son extenuantes; Schumacher lo comprendió y lo vivió a fondo, y este documental lo retrata de cuerpo entero de manera fehaciente. 

Ficha técnica 

Título original: Schumacher 
Año: 2021 
Duración: 112 minutos 
País: Alemania 
Productora: B 14 Film, DCM Productions, Rocket Science. Distribuidora: Netflix 
Género: Documental | Coches/Automovilismo. Biográfico 
Guion: Hans-Bruno Kammertöns, Vanessa Nöcker, Michael Wech 
Música: Peter Hinderthür, Christian Wilckens 
Reparto: Documental, intervenciones de: Michael Schumacher, Jean Todt, Sebastian Vettel, Mika Häkkinen, Bernie Ecclestone, David Coulthard, Flavio Briatore, Damon Hill, Mick Schumacher, Luca Cordero di Montezemolo 
Dirección: Hans-Bruno Kammertöns, Vanessa Nöcker, Michael Wech

lunes, 8 de noviembre de 2021

El Intérprete

Podríamos decir que este relato es especial. ¿Por qué? Tal vez hay algo en su tono, algo en su desarrollo, y el uso de elementos que se salen de lo acostumbrado y que nos vinculan fuertemente con los hechos sucedidos durante la Segunda Guerra Mundial. Entonces, ¿de qué trata “El Intérprete? Veamos. 

Ali Ungár -Jiří Menzel-, sospecha que un exoficial de las SS ejecutó a sus padres en Eslovaquia durante la guerra. A sus 80 años no está tranquilo, quiere venganza y decide buscarlo, pero en el lugar donde lo debiera encontrar solo halla a su hijo, Georg Graubner -Peter Simonischek-, un hombre jubilado que perdió contacto con su padre hace muchísimo tiempo. El encuentro entre ambos es desagradable, tosco, brusco, pero se transforma en el germen de algo que descubriremos más adelante. 

Pasa un tiempo y ahora es Georg quien busca a Ali. Se le ha despertado interés por su pasado y le ofrece que sea su intérprete en un viaje por Eslovaquia para recoger testimonios y reconstruir parte de la historia descrita en el libro escrito por su padre. Ambos hombres comienzan un camino que les llevará a descubrir secretos, revivir conflictos y compartir una rutina y cotidianidad que poco a poco los transforma en cómplices de una historia que tiene mucho más en común de lo que nunca imaginaron. 

El director Martin Sulík presenta un trabajo que tiene su principal fortaleza en el desarrollo de las personalidades de sus protagonistas y en la transformación que experimentan a través del camino que emprenden. Ambos no pueden ser más distintos. Ali siente la opresión de la guerra, por el destino de su familia, situación que marca su vida completamente, un capítulo crucial que no ha podido cerrar adecuadamente. Sus actos, impulsados por el sufrimiento experimentado, no alcanzan la comprensión ni el perdón, algo que Ali entiende pero que de ninguna forma logra superar. Georg, por su parte, ha tomado distancia física y emocional de su progenitor, huyendo de la realidad angustiosa que implica ser hijo de una persona causante de tantos sufrimientos y muertes, un peso tan agobiante que tal vez también moldea su carácter distendido y vividor de su presente actual. 

El recorrido emocional de ambos protagonistas se da durante el viaje. Con detalles sencillos y con todo el tiempo del mundo, el guion va aportando el contexto necesario para poder componer cada cuadro. Las actuaciones colaboran para que el retrato sea creíble y podamos, además, comprender estas dos realidades tan opuestas -y con tanta historia compartida-, desde ópticas totalmente diferentes. 

“Tlmocnik” es una cinta distinta. Cuando apuesta por dosis de humor, lo hace en forma sensata y sin degradar la temática abordada. Esboza sonrisas, puede ser incluso tragicómica, pero no pierde por un segundo la profundidad de la historia que quiere describir y mostrar. Esos toques aportan frescura, distraen y aflojan aquella tensión subterránea y permanente que se percibe como el hilo conductor del metraje. 

“El Intérprete” aporta otra mirada a la tragedia del Holocausto, una mirada desde un vértice diferente, con el rescate de su humanidad cuidada y presente. Estamos frente a una película que se sigue desarrollando después que la observamos, que permite ampliar la reflexión, cuyos personajes trascienden la pantalla y nos impulsan a reconocer su ubicación en la historia y a ponernos en su lugar. Mérito del director y también nuestro, si estamos dispuestos a aceptar su invitación. 

Ficha técnica 

Título original: Tlmocnik 
Año: 2018 
Duración: 113 minutos 
País: Eslovaquia 
Productora: Coproducción Eslovaquia-República Checa-Austria; Titanic s.r.o, In Film Praha, Ceská Televize, Coop 99, ORF Film/Fernseh-Abkommen, RTVS 
Género: Drama. Comedia | Comedia dramática. Road Movie. Vejez / Madurez. Nazismo. Holocausto 
Guion: Martin Sulík, Marek Lescák 
Música: Vladimír Godár 
Fotografía: Martín Strba 
Reparto: Peter Simonischek, Jiří Menzel, Zuzana Mauréry, Anna Rakovská, Anikó Varga, Karol Simon, Judita Hansman, Attila Mokos 
Dirección: Martin Sulík