Disponible en Cines.
Esta cinta rusa viene con varios carteles y genera indudables expectativas. No es solo por su esfuerzo de producción sino que también por lo que pretender retratar. Su foco es nada menos que el accidente ocurrido el 26 de abril de 1986 en la central nuclear “Vladímir Ilich Lenin”, al norte de Ucrania (en ese entonces, Unión Soviética), a 3 kilómetros de Prípiat y a 18 km de la ciudad de Chernóbil. ¿Cumple lo que promete? Veamos.
Luego de un inicio muy lento y con bastantes detalles que nos alejan de su centro, nos preguntamos si todo ese desarrollo previo se justifica para explicar la continuidad del metraje. En mi opinión no, y por ello me decepciona desde su primer tercio.
Cuando llega el momento de presentar el incidente, la filmación tiende a encenderse. El caos es bien editado y presenciamos los mejores momentos del filme. Observamos a las personalidades que están al mando, las acciones burocráticas que desarrollan y las malas decisiones que toman, todo rodeado de una permanente confusión para algo que claramente se les escapa de las manos.
El hilo conductor de la historia -la relación entre el joven bombero de Pripyat, Alexey Karpushin, y la peluquera Olya - es demasiado delgada. No profundiza, ni en los textos ni en las actuaciones; resulta anodina y sin mayor sustancia, algo que se queda a medio camino entre el accidente de la central nuclear y la historia humana que pretende abordar. Tampoco observamos una correcta elaboración de personajes secundarios; hay muchos trazos gruesos pero carentes de fibra interna.
Esperaba más, ciertamente. Incluso, la película podría haber terminado un par de veces antes de su final formal… (¿se tratará de una conclusión fallida?) Desde el momento en el que se describe el incidente, la cinta se desploma poco a poco, porque tampoco se trata de un documental y quizás por ello aporta tan pocos datos concretos. Sin embargo, la película sí se fija en otros detalles que no aportan mucho, que no adquieren relevancia y que, además, aumentan en exceso un metraje que pierde sustancia progresivamente.
¿Qué queda luego de sus más de dos horas de duración? El accidente, la negligencia, el ocultamiento y el mal manejo. ¿Y lo más rescatable? La música; es diferente y posee pasajes inquietantemente hermosos.
Ficha técnica
Título original: Chernobyl
Año: 2021
Duración: 136 minutos
País: Rusia
Productora: Central Partnership Productions, Group of Companies Gpm Kit, Non-Stop Productions
Género: Drama | Basado en hechos reales. Años 80. Catástrofes
Guion: Elena Ivanova, Aleksey Kazakov
Fotografía: Kseniya Sereda
Reparto: Danila Kozlovsky, Oksana Akinshina, Filipp Avdeev, Ravshana Kurkova, Nikolay Kozak, Igor Chernevich, Artur Beschastnyy, Nikolay Samsonov, Anton Shwartz, Andrey Archakov, Samvel Tadevosian
Dirección: Danila Kozlovsky
sábado, 30 de octubre de 2021
lunes, 25 de octubre de 2021
Je Suis Karl
Disponible en Netflix.
Maxi -Luna Wedler-, sobrevive a un brutal ataque terrorista. El trauma para esta joven es enorme; otrora alegre y extrovertida, hoy día está apagada y refugiada en su mundo interior, y no es para menos, la experiencia vivida es inimaginable y percibimos muy poca esperanza en su horizonte. Sin embargo, un movimiento juvenil liderado por Karl -Jannis Niewöhner-, que se propone recuperar Europa y poner término a la violencia, comienza a llamar su atención y a seducirle progresivamente.
Dirigida por Christian Schwochow, “Je Suis Karl” muestra elocuentemente la transformación que sufre su protagonista. Surge en ella un instinto de supervivencia ante el daño sufrido, y a través del movimiento observamos cómo el miedo puede dar paso al odio, cómo quienes han sido atacados podrían tomar el rol de atacantes y cómo la debilidad puede llegar a ser una fuente de valor comunitario.
La película también presenta el fenómeno de la migración, donde se impone la cancelación del otro y su destrucción. Estos “nuevos jóvenes” luchan por recuperar políticamente Europa, pero ¿qué es lo que se ha perdido? Hay discursos altisonantes y también un claro aprovechamiento de las masas. El rencor existente asume facetas de dominación, de superioridad; un neonazismo que no tiene pudor en mostrarse públicamente.
Existe entonces un propicio caldo de cultivo, se escucha lo que se quiere escuchar y así no es difícil llegar a muchas personas. Y es tremendamente peligroso, porque las personas se enceguecen, presionan, se fortalecen y se movilizan. Conocemos el inicio pero no hasta dónde se puede llegar. Hay un peligro inminente, cercano, trascendente.
“Je Suis Karl” está bien construida, bien filmada y bien editada. Da cuenta de una realidad muy actual y pone una voz de alerta al respecto. Es fácil confundir las señales y dejarse llevar por las pasiones cuando la racionalidad parece quedar en el baúl de los recuerdos. Y no es un tema sencillo, muy por el contrario, es complejo y delicado. Ejemplos como este pueden ayudar a la reflexión y sobre todo a tomar conciencia que podríamos estar jugando con fuego y nos podemos quemar.
Ficha técnica
Título original: Je Suis Karl
Año: 2021
Duración: 126 minutos
País: Alemania
Productora: Coproducción Alemania-República Checa; Negativ Film, Pandora Film
Género: Drama | Política
Guion: Thomas Wendrich
Música: Tom Hodge
Fotografía: Frank Lamm
Reparto: Luna Wedler, Jannis Niewöhner, Edin Hasanovic, Milan Peschel, Fleur Geffrier, Elizaveta Maximová, Marlon Boess, Anna Fialová, Daniela Hirsh, Aziz Dyab, Veronika Bellová, Mélanie Fouché, Laurence Gercke, Victor Boccard, Hendrik Voß, Olivier Delvaux
Dirección: Christian Schwochow
Maxi -Luna Wedler-, sobrevive a un brutal ataque terrorista. El trauma para esta joven es enorme; otrora alegre y extrovertida, hoy día está apagada y refugiada en su mundo interior, y no es para menos, la experiencia vivida es inimaginable y percibimos muy poca esperanza en su horizonte. Sin embargo, un movimiento juvenil liderado por Karl -Jannis Niewöhner-, que se propone recuperar Europa y poner término a la violencia, comienza a llamar su atención y a seducirle progresivamente.
Dirigida por Christian Schwochow, “Je Suis Karl” muestra elocuentemente la transformación que sufre su protagonista. Surge en ella un instinto de supervivencia ante el daño sufrido, y a través del movimiento observamos cómo el miedo puede dar paso al odio, cómo quienes han sido atacados podrían tomar el rol de atacantes y cómo la debilidad puede llegar a ser una fuente de valor comunitario.
La película también presenta el fenómeno de la migración, donde se impone la cancelación del otro y su destrucción. Estos “nuevos jóvenes” luchan por recuperar políticamente Europa, pero ¿qué es lo que se ha perdido? Hay discursos altisonantes y también un claro aprovechamiento de las masas. El rencor existente asume facetas de dominación, de superioridad; un neonazismo que no tiene pudor en mostrarse públicamente.
Existe entonces un propicio caldo de cultivo, se escucha lo que se quiere escuchar y así no es difícil llegar a muchas personas. Y es tremendamente peligroso, porque las personas se enceguecen, presionan, se fortalecen y se movilizan. Conocemos el inicio pero no hasta dónde se puede llegar. Hay un peligro inminente, cercano, trascendente.
“Je Suis Karl” está bien construida, bien filmada y bien editada. Da cuenta de una realidad muy actual y pone una voz de alerta al respecto. Es fácil confundir las señales y dejarse llevar por las pasiones cuando la racionalidad parece quedar en el baúl de los recuerdos. Y no es un tema sencillo, muy por el contrario, es complejo y delicado. Ejemplos como este pueden ayudar a la reflexión y sobre todo a tomar conciencia que podríamos estar jugando con fuego y nos podemos quemar.
Ficha técnica
Título original: Je Suis Karl
Año: 2021
Duración: 126 minutos
País: Alemania
Productora: Coproducción Alemania-República Checa; Negativ Film, Pandora Film
Género: Drama | Política
Guion: Thomas Wendrich
Música: Tom Hodge
Fotografía: Frank Lamm
Reparto: Luna Wedler, Jannis Niewöhner, Edin Hasanovic, Milan Peschel, Fleur Geffrier, Elizaveta Maximová, Marlon Boess, Anna Fialová, Daniela Hirsh, Aziz Dyab, Veronika Bellová, Mélanie Fouché, Laurence Gercke, Victor Boccard, Hendrik Voß, Olivier Delvaux
Dirección: Christian Schwochow
viernes, 22 de octubre de 2021
El último duelo
Disponible en Cines.
Ridley Scott, a sus 84 años, nos regala un trabajo estupendo. Se trata de una historia basada en hechos reales que nos sitúa en Francia, en el siglo XIV. Marguerite de Carrouges -Jodie Comer-, denuncia que ha sido violada por el mejor amigo de su marido, el escudero Jacques Le Gris -Adam Driver-. Su acción valiente y decidida es trascendente, ya que aquello trae consecuencias muy duras: primero, su marido, el caballero Jean de Carrouges -Matt Damon-, debe creerle y segundo, debe apoyarla formalmente en la demanda, asunto que de Carrouges asume con vehemencia, desafiando a Le Gris a batirse en duelo, formalmente el último combate de este tipo autorizado en aquella Francia medieval.
Basada en el libro “The Last Duel: A True Story of Trial de Combat in Medieval France” de Eric Jager, y con un guion escrito por Ben Affleck, Matt Damon y Nicole Holofcener, los sucesos son narrados bajo tres perspectivas, que son separados en capítulos: el inicial, con la verdad según De Carrouges; el segundo con la visión de Le Gris; y el tercero, que aporta el relato de Marguerite.
Ridley Scott demuestra todo su oficio, con una producción a gran escala, sólida, clara y precisa. Es de lo mejor que hemos visto este año en términos de diseño, construcción de ambientes y realismo de época. Cada capítulo está muy bien urdido, parece como tejido a mano, con tres visiones distintas pero, ¿diferentes? No tanto, la verdad, pero justamente son los detalles los que hacen la diferencia.
Buenísimas actuaciones de todos sus protagonistas. Destacan Comer, Damon, y Driver, pero también Ben Affleck como el Conde Pierre d'Alençon y Alex Lawther como el Rey Carlos VI de Francia. Los personajes secundarios tienen peso y consistencia, al punto de aparecer bastante menos, sin embargo se las arreglan para que los recordemos perfectamente.
El relato es siempre continuo y, a pesar de repetir algunas situaciones, siempre se siente nuevo, lo que refleja una gran composición de parte del director. Todos los textos son deliciosos, responden perfectamente a la época y la configuración de las personificaciones resultan bien hechas, estereotipadas pero logradas, y perfectamente imbuidas en sus roles.
Junto a un diseño de producción magnifico y una filmación ágil, vemos cómo el uso de la cámara -lenta y normal- funciona excelente para crear presión y ambientes. En muchos pasajes se siente una constante tensión a flor de piel entre todos sus protagonistas, tensión aumentada por una banda sonora escrita por Harry Gregson-Williams que se ubica en momentos clave de cada momento y circunstancia.
“The Last Duel” es una película épica, una historia grande sobre la lealtad, los principios, el doble estándar de la época y la traición; también sobre el honor y deshonor; y además sobre la justicia, lo correcto, y lo que verdaderamente es importante. Surge un interesante debate moral sobre denunciar o callar; sobre si es más importante tener la razón o vivir.
El duelo, idealizado como voluntad de Dios, trae consecuencias insospechadas. Y este episodio fue el último permitido legalmente en Francia. Se basa en hechos reales pero, ¿cuánto de real tiene efectivamente? Nos deja entonces un desafío: ¡Investigar!
Ficha técnica
Título original: The Last Duel
Año: 2021
Duración: 152 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Coproducción Estados Unidos-Reino Unido; 20th Century Studios, Scott Free Productions, Pearl Street Films, TSG Entertainment. Distribuidora: Walt Disney Pictures
Género: Aventuras. Drama | Siglo XIV. Histórico. Venganza
Guion: Ben Affleck, Matt Damon, Nicole Holofcener. Libro: Eric Jager
Música: Harry Gregson-Williams
Fotografía: Dariusz Wolski
Reparto: Matt Damon, Adam Driver, Ben Affleck, Jodie Comer, Harriet Walter, Nathaniel Parker, Marton Csokas, Sam Hazeldine, Michael McElhatton, Zeljko Ivanek, Alex Lawther, Clive Russell, William Houston
Dirección: Ridley Scott
Ridley Scott, a sus 84 años, nos regala un trabajo estupendo. Se trata de una historia basada en hechos reales que nos sitúa en Francia, en el siglo XIV. Marguerite de Carrouges -Jodie Comer-, denuncia que ha sido violada por el mejor amigo de su marido, el escudero Jacques Le Gris -Adam Driver-. Su acción valiente y decidida es trascendente, ya que aquello trae consecuencias muy duras: primero, su marido, el caballero Jean de Carrouges -Matt Damon-, debe creerle y segundo, debe apoyarla formalmente en la demanda, asunto que de Carrouges asume con vehemencia, desafiando a Le Gris a batirse en duelo, formalmente el último combate de este tipo autorizado en aquella Francia medieval.
Basada en el libro “The Last Duel: A True Story of Trial de Combat in Medieval France” de Eric Jager, y con un guion escrito por Ben Affleck, Matt Damon y Nicole Holofcener, los sucesos son narrados bajo tres perspectivas, que son separados en capítulos: el inicial, con la verdad según De Carrouges; el segundo con la visión de Le Gris; y el tercero, que aporta el relato de Marguerite.
Ridley Scott demuestra todo su oficio, con una producción a gran escala, sólida, clara y precisa. Es de lo mejor que hemos visto este año en términos de diseño, construcción de ambientes y realismo de época. Cada capítulo está muy bien urdido, parece como tejido a mano, con tres visiones distintas pero, ¿diferentes? No tanto, la verdad, pero justamente son los detalles los que hacen la diferencia.
Buenísimas actuaciones de todos sus protagonistas. Destacan Comer, Damon, y Driver, pero también Ben Affleck como el Conde Pierre d'Alençon y Alex Lawther como el Rey Carlos VI de Francia. Los personajes secundarios tienen peso y consistencia, al punto de aparecer bastante menos, sin embargo se las arreglan para que los recordemos perfectamente.
El relato es siempre continuo y, a pesar de repetir algunas situaciones, siempre se siente nuevo, lo que refleja una gran composición de parte del director. Todos los textos son deliciosos, responden perfectamente a la época y la configuración de las personificaciones resultan bien hechas, estereotipadas pero logradas, y perfectamente imbuidas en sus roles.
Junto a un diseño de producción magnifico y una filmación ágil, vemos cómo el uso de la cámara -lenta y normal- funciona excelente para crear presión y ambientes. En muchos pasajes se siente una constante tensión a flor de piel entre todos sus protagonistas, tensión aumentada por una banda sonora escrita por Harry Gregson-Williams que se ubica en momentos clave de cada momento y circunstancia.
“The Last Duel” es una película épica, una historia grande sobre la lealtad, los principios, el doble estándar de la época y la traición; también sobre el honor y deshonor; y además sobre la justicia, lo correcto, y lo que verdaderamente es importante. Surge un interesante debate moral sobre denunciar o callar; sobre si es más importante tener la razón o vivir.
El duelo, idealizado como voluntad de Dios, trae consecuencias insospechadas. Y este episodio fue el último permitido legalmente en Francia. Se basa en hechos reales pero, ¿cuánto de real tiene efectivamente? Nos deja entonces un desafío: ¡Investigar!
Ficha técnica
Título original: The Last Duel
Año: 2021
Duración: 152 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Coproducción Estados Unidos-Reino Unido; 20th Century Studios, Scott Free Productions, Pearl Street Films, TSG Entertainment. Distribuidora: Walt Disney Pictures
Género: Aventuras. Drama | Siglo XIV. Histórico. Venganza
Guion: Ben Affleck, Matt Damon, Nicole Holofcener. Libro: Eric Jager
Música: Harry Gregson-Williams
Fotografía: Dariusz Wolski
Reparto: Matt Damon, Adam Driver, Ben Affleck, Jodie Comer, Harriet Walter, Nathaniel Parker, Marton Csokas, Sam Hazeldine, Michael McElhatton, Zeljko Ivanek, Alex Lawther, Clive Russell, William Houston
Dirección: Ridley Scott
lunes, 18 de octubre de 2021
La vida misma
Disponible en Netflix.
“Life Itself”, su título original, resulta ser una película fallida. ¿Por qué? Porque que trata de abordar demasiados temas y solo pasa por encima de ellos. La conexión de las situaciones presentadas no es suficiente para entregarle un desarrollo que se perciba interesante y logre impacto con su construcción.
El muy buen reparto que tiene -Oscar Isaac, Olivia Wilde, Annette Bening, Antonio Banderas, Samuel L. Jackson, entre otros-, es desaprovechado, pues, con el correr de los minutos decae el peso actoral. Esto es curioso, porque la envergadura de los intérpretes haría pensar otra cosa, sin embargo, todos naufragan en el camino.
¿De qué se trata? Muestra una historia de amor en dos continentes, que toca a varias generaciones y a diferentes personas cuyas vidas se entrecruzan. Comenzamos en Nueva York con Will Dempsey -Oscar Isaac-, y su esposa Abby -Olivia Wilde -. Luego conocemos la historia Javier González -Sergio Peris-Mencheta- y su esposa Isabel -Laia Costa-, radicados en un fundo de España que es liderado por el patrón Vincent Saccione -Antonio Banderas-, un hijo de inmigrantes italianos. Luego, la acción volverá a Norteamérica para cerrar un ciclo extenso en años y demasiado cercano en coincidencias.
El guionista y director Dan Fogelman, deja percibir algunas luces de su ideario, pero no las profundiza. Es más, trata de tocar la fibra íntima pero se escabulle en largos relatos con los que pierde fuerza. La película me generó pudor e incomodidad, mayormente por lo autocomplaciente de su elaboración y por su ritmo lento y cadencioso que extravía el horizonte dado lo predecible de todos sus entrecruces.
Ficha técnica
Título original: Life Itself
Año: 2018
Duración: 118 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Coproducción Estados Unidos-España; Filmnation Entertainment, Temple Hill, Nostromo Pictures. Distribuidora: Amazon Studios
Género: Drama. Romance | Drama romántico. Familia. Historias cruzadas
Guion: Dan Fogelman
Música: Federico Jusid
Fotografía: Brett Pawlak
Reparto: Oscar Isaac, Olivia Wilde, Annette Bening, Antonio Banderas, Samuel L. Jackson, Olivia Cooke, Mandy Patinkin, Laia Costa, Jake Robinson, Sergio Peris-Mencheta, Àlex Monner, Caitlin Carmichael
Dirección: Dan Fogelman
“Life Itself”, su título original, resulta ser una película fallida. ¿Por qué? Porque que trata de abordar demasiados temas y solo pasa por encima de ellos. La conexión de las situaciones presentadas no es suficiente para entregarle un desarrollo que se perciba interesante y logre impacto con su construcción.
El muy buen reparto que tiene -Oscar Isaac, Olivia Wilde, Annette Bening, Antonio Banderas, Samuel L. Jackson, entre otros-, es desaprovechado, pues, con el correr de los minutos decae el peso actoral. Esto es curioso, porque la envergadura de los intérpretes haría pensar otra cosa, sin embargo, todos naufragan en el camino.
¿De qué se trata? Muestra una historia de amor en dos continentes, que toca a varias generaciones y a diferentes personas cuyas vidas se entrecruzan. Comenzamos en Nueva York con Will Dempsey -Oscar Isaac-, y su esposa Abby -Olivia Wilde -. Luego conocemos la historia Javier González -Sergio Peris-Mencheta- y su esposa Isabel -Laia Costa-, radicados en un fundo de España que es liderado por el patrón Vincent Saccione -Antonio Banderas-, un hijo de inmigrantes italianos. Luego, la acción volverá a Norteamérica para cerrar un ciclo extenso en años y demasiado cercano en coincidencias.
El guionista y director Dan Fogelman, deja percibir algunas luces de su ideario, pero no las profundiza. Es más, trata de tocar la fibra íntima pero se escabulle en largos relatos con los que pierde fuerza. La película me generó pudor e incomodidad, mayormente por lo autocomplaciente de su elaboración y por su ritmo lento y cadencioso que extravía el horizonte dado lo predecible de todos sus entrecruces.
Ficha técnica
Título original: Life Itself
Año: 2018
Duración: 118 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Coproducción Estados Unidos-España; Filmnation Entertainment, Temple Hill, Nostromo Pictures. Distribuidora: Amazon Studios
Género: Drama. Romance | Drama romántico. Familia. Historias cruzadas
Guion: Dan Fogelman
Música: Federico Jusid
Fotografía: Brett Pawlak
Reparto: Oscar Isaac, Olivia Wilde, Annette Bening, Antonio Banderas, Samuel L. Jackson, Olivia Cooke, Mandy Patinkin, Laia Costa, Jake Robinson, Sergio Peris-Mencheta, Àlex Monner, Caitlin Carmichael
Dirección: Dan Fogelman
viernes, 15 de octubre de 2021
La última estafa
Disponible en Cinemark.cl
Ver actores de la talla de Robert De Niro, Morgan Freeman y Tommy Lee Jones, siempre entrega alguna que otra sorpresa. A veces son novedosas y otras veces repetidas pero simpáticas. ¿Qué pasa en este caso? Veamos.
Lo primero que llama la atención es que son caracterizaciones diferentes a lo acostumbrado. En este caso, aportan a la construcción de una comedia irreverente que se ríe de sí misma, un cine B dentro de un cine B o, tal vez, incluso C. La cinta comienza lentamente, y es un poco anodina, sin embargo cuando empieza el rodaje dentro de la película, acelera su ritmo.
Max Barber -De Niro- es productor de cine clase b, en Hollywood. Está urgido, tiene deudas con un mafioso local -Morgan Freeman-, por lo que necesita dinero con urgencia. Su último esfuerzo ha fracasado y no ve salida alguna. Pero surge una idea que parece genial: producir una película con escenas de mucho riesgo, asegurar al actor principal, ocuparse que sufra un accidente y muera, y así cobrar un cuantiosa suma de dinero. No parece tan complicado, y para poner en marcha su plan contrata a Duke Montana -Tommy Lee Jones-, una vieja estrella ya retirada y muy deprimida, alguien perfecto para lo que se trae entre manos. El problema es que, pese a todos sus esfuerzos, nada sale según lo previsto y las cosas en vez de resultar un alivio, empeoran día tras día.
Es cierto que, por momentos, la película arranca algunas risas y entretiene como una comedia liviana. Como ver a Freeman hablar citando actores y películas; o a Lee Jones entregando carácter a ese actor de pasado glorioso y actualmente sin perspectiva y que se ve ante una nueva oportunidad; o al mismo De Niro escondido tras un personaje que no se rinde, que tiene un gran sueño y no lo quiere soltar; todas facetas con mucho de estereotipos, pero también con bastante de realidad, tal vez un profundo baño de realidad.
“The Comeback Trail” da cuenta, muy livianamente, de los fracasos en la industria. También del complejo financiamiento de los proyectos, de los sueños y del ocaso de un productor, de las triquiñuelas para safar de las deudas, y de las sorpresas cuando parece todo está terminado en la vida. Son temáticas apenas esbozadas, que podrían reflexionarse mejor, pero que están presentes. Y qué mejor que usar el tono de comedia, con recetas que aun meridianamente funcionan y con actores consagrados que se desdoblan para un proyecto sin mayores aspiraciones. Entretiene, sí, para pasar un rato agradable con iconos de la industria cinematográfica, pero sin pedirles nada adicional.
Ficha técnica
Título original: The Comeback Trail
Año: 2020
Duración: 104 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Storyboard Media, March On Productions, Sprockefeller Pictures. Distribuidora: Eagle Films
Género: Comedia. Western | Cine dentro del cine. Remake
Guion: George Gallo, Josh Posner
Música: Aldo Shllaku
Fotografía: Lucas Bielan
Reparto: Robert De Niro, Morgan Freeman, Tommy Lee Jones, Vincent Spano, Natalie Burn, Emile Hirsch, Zach Braff, Patrick Muldoon, Eddie Griffin, Joel Michaely, Nick Vallelonga, Blerim Destani, Michelle Maylene
Dirección: George Gallo
Ver actores de la talla de Robert De Niro, Morgan Freeman y Tommy Lee Jones, siempre entrega alguna que otra sorpresa. A veces son novedosas y otras veces repetidas pero simpáticas. ¿Qué pasa en este caso? Veamos.
Lo primero que llama la atención es que son caracterizaciones diferentes a lo acostumbrado. En este caso, aportan a la construcción de una comedia irreverente que se ríe de sí misma, un cine B dentro de un cine B o, tal vez, incluso C. La cinta comienza lentamente, y es un poco anodina, sin embargo cuando empieza el rodaje dentro de la película, acelera su ritmo.
Max Barber -De Niro- es productor de cine clase b, en Hollywood. Está urgido, tiene deudas con un mafioso local -Morgan Freeman-, por lo que necesita dinero con urgencia. Su último esfuerzo ha fracasado y no ve salida alguna. Pero surge una idea que parece genial: producir una película con escenas de mucho riesgo, asegurar al actor principal, ocuparse que sufra un accidente y muera, y así cobrar un cuantiosa suma de dinero. No parece tan complicado, y para poner en marcha su plan contrata a Duke Montana -Tommy Lee Jones-, una vieja estrella ya retirada y muy deprimida, alguien perfecto para lo que se trae entre manos. El problema es que, pese a todos sus esfuerzos, nada sale según lo previsto y las cosas en vez de resultar un alivio, empeoran día tras día.
Es cierto que, por momentos, la película arranca algunas risas y entretiene como una comedia liviana. Como ver a Freeman hablar citando actores y películas; o a Lee Jones entregando carácter a ese actor de pasado glorioso y actualmente sin perspectiva y que se ve ante una nueva oportunidad; o al mismo De Niro escondido tras un personaje que no se rinde, que tiene un gran sueño y no lo quiere soltar; todas facetas con mucho de estereotipos, pero también con bastante de realidad, tal vez un profundo baño de realidad.
“The Comeback Trail” da cuenta, muy livianamente, de los fracasos en la industria. También del complejo financiamiento de los proyectos, de los sueños y del ocaso de un productor, de las triquiñuelas para safar de las deudas, y de las sorpresas cuando parece todo está terminado en la vida. Son temáticas apenas esbozadas, que podrían reflexionarse mejor, pero que están presentes. Y qué mejor que usar el tono de comedia, con recetas que aun meridianamente funcionan y con actores consagrados que se desdoblan para un proyecto sin mayores aspiraciones. Entretiene, sí, para pasar un rato agradable con iconos de la industria cinematográfica, pero sin pedirles nada adicional.
Ficha técnica
Título original: The Comeback Trail
Año: 2020
Duración: 104 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Storyboard Media, March On Productions, Sprockefeller Pictures. Distribuidora: Eagle Films
Género: Comedia. Western | Cine dentro del cine. Remake
Guion: George Gallo, Josh Posner
Música: Aldo Shllaku
Fotografía: Lucas Bielan
Reparto: Robert De Niro, Morgan Freeman, Tommy Lee Jones, Vincent Spano, Natalie Burn, Emile Hirsch, Zach Braff, Patrick Muldoon, Eddie Griffin, Joel Michaely, Nick Vallelonga, Blerim Destani, Michelle Maylene
Dirección: George Gallo
viernes, 8 de octubre de 2021
Sin tiempo para morir
Disponible en Cines.
“Mi nombre es Bond, James Bond” La clásica frase, esta vez muta y surge desde una pregunta: “¿Nombre? Bond…. James Bond”. Algo que tal vez no tiene ninguna importancia, es reflejo de cambio y adaptación, algo que es un activo importante a lo largo de la saga de películas del ultra famoso agente del MI6.
Luego de “Spectre”, Bond ha abandonado el servicio activo. Disfruta junto a Madeleine -Léa Seydoux-, su paso por Matera, hasta que es sorprendido por un incidente cuando visita la tumba de Vesper Lynd. Y cómo no, comienza la persecución de entrada por la ciudad amurallada, vertiginosa y alucinante, y que culmina con la separación de la pareja, pues Bond sospecha que Madeleine ha sido quien le ha traicionado.
Pasan cinco años y el agente en retiro se encuentra en Jamaica, alejado del mundo, en su propio oasis. Pero no todo es para siempre -menos en el mundo de James Bond-, ya que un científico del MI6, Valdo Obruchev -David Dencik-, ha sido secuestrado desde su laboratorio. Y es solo la punta del iceberg, porque Obruchev ha desarrollado el "Proyecto Heracles", un arma biológica a base de nanobots que infectan inoculando un virus que se transmite con el tacto y que, por estar codificado con el ADN específico de una persona, lo transforma en un arma letal focalizada, pero inofensiva para el resto de los portadores.
Entonces, Bond vuelve al ruedo por la solicitud del agente Felix Leiter-Jeffrey Wright-, y su colega Logan Ash -Billy Magnussen-, quienes le piden ayuda para rescatar a Obruchev, pero de inmediato desconfía. Solo accede, una vez que conoce a Nomi -Lashana Lynch-, una nueva agente "00", quien le entrega detalles sobre sobre el "Proyecto Heracles”. Bond entiende la gravedad de la situación y decide actuar, emprendiendo un duro camino que le llevará a enfrentarse con el mismísimo Lyutsifer Safin -Rami Malek-, un terrorista tan vengativo como sádico.
Esta nueva entrega, oficialmente la número 25, está hecha para Daniel Craig que luce en esplendor. Es su quinta película -y final-, por lo que tiene, además, un sabor especial. Es entretenimiento puro, es verdad, pero siempre con algo más. Es cine del fabuloso, del grande, del efectista. James Bond es una franquicia ya madura, y en esta ocasión el enlace con la película anterior le entrega incluso mayor perspectiva. Explora nuevas facetas y al mismo tiempo se abre hacia el futuro de la historia.
“Sin tiempo para morir” transforma sus aspectos formales como manera de adaptarse a los tiempos actuales. Contiene los ingredientes tradicionales pero con una receta distinta que le da frescura, novedad y atención. Y qué decir del adorable “Aston Martin DB5”. Es otro personaje, un lujo, un regreso esperado y también de aquellos soñados.
Si bien la esencia de James Bond no está en los valores, sí aparecen algunos que son fundamentales: la lealtad, la confianza, la trascendencia y el legado. Están presentes y marcan algunos giros de la acción. También se posiciona lo pertinente de las acciones bélicas, aún con un fin loable. Hay dudas al respecto, no todo sería lícito, pero estamos ante conspiraciones criminales y el fin justifica los medios. ¿O no?
Aunque esta película no aspira a llegar a grandes profundidades, sí se interna en la intimidad del protagonista, tal vez más que en versiones anteriores. Es así como resaltan sus dudas, sus miedos, su relevo natural, y lo que verdaderamente le impulsa en la vida, es decir, sus afectos, sus recuerdos, su rol en el mundo y la marca de su impronta.
James Bond acerca lo inverosímil a nosotros. ¿Vendría a ser un prototipo de héroe? Tal vez, pero con limitaciones. Tal vez esa es la gran diferencia diferencia con aquellos súper héroes invencibles. Acá existe vulnerabilidad y se explora, es perfectamente posible, porque existen muchos flancos abiertos, incluso algunos sin abordar.
Mención especial para Ana de Armas, que interpreta a Paloma, agente que Bond encuentra en Cuba. En pocos minutos demuestra química y gran complemento en secuencias muy interesantes que pueden abrir buenas perspectivas hacia adelante. Y también para Christoph Waltz, quien interpreta a Ernst Stavro Blofeld. Su escena es de antología, marca registrada de un actor que siempre sorprende por su agudeza, gestualidad y carisma.
Gran final para Daniel Craig, un verdadero traje a la medida. Un adiós sin tiempo que da sustento a lo que vendrá en el futuro y que descubriremos en las próximas entregas.
¡Larga vida a James Bond!
Ficha técnica
Título original: No Time to Die
Año: 2021
Duración: 163 minutos
País: Reino Unido
Productora: Danjaq, EON Productions, Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), Universal Pictures
Género: Thriller. Acción. Aventuras | Espionaje. Secuela. James Bond
Guion: Neal Purvis, Robert Wade, Cary Joji Fukunaga, Phoebe Waller-Bridge. ver 4 más
Música: Hans Zimmer. Tema: Billie Eilish
Fotografía: Linus Sandgren
Reparto: Daniel Craig, Rami Malek, Léa Seydoux, Lashana Lynch, Ralph Fiennes, Naomie Harris, Ana de Armas, Christoph Waltz, Ben Whishaw, Jeffrey Wright, Rory Kinnear, Dali Benssalah, Billy Magnussen
Dirección: Cary Joji Fukunaga
“Mi nombre es Bond, James Bond” La clásica frase, esta vez muta y surge desde una pregunta: “¿Nombre? Bond…. James Bond”. Algo que tal vez no tiene ninguna importancia, es reflejo de cambio y adaptación, algo que es un activo importante a lo largo de la saga de películas del ultra famoso agente del MI6.
Luego de “Spectre”, Bond ha abandonado el servicio activo. Disfruta junto a Madeleine -Léa Seydoux-, su paso por Matera, hasta que es sorprendido por un incidente cuando visita la tumba de Vesper Lynd. Y cómo no, comienza la persecución de entrada por la ciudad amurallada, vertiginosa y alucinante, y que culmina con la separación de la pareja, pues Bond sospecha que Madeleine ha sido quien le ha traicionado.
Pasan cinco años y el agente en retiro se encuentra en Jamaica, alejado del mundo, en su propio oasis. Pero no todo es para siempre -menos en el mundo de James Bond-, ya que un científico del MI6, Valdo Obruchev -David Dencik-, ha sido secuestrado desde su laboratorio. Y es solo la punta del iceberg, porque Obruchev ha desarrollado el "Proyecto Heracles", un arma biológica a base de nanobots que infectan inoculando un virus que se transmite con el tacto y que, por estar codificado con el ADN específico de una persona, lo transforma en un arma letal focalizada, pero inofensiva para el resto de los portadores.
Entonces, Bond vuelve al ruedo por la solicitud del agente Felix Leiter-Jeffrey Wright-, y su colega Logan Ash -Billy Magnussen-, quienes le piden ayuda para rescatar a Obruchev, pero de inmediato desconfía. Solo accede, una vez que conoce a Nomi -Lashana Lynch-, una nueva agente "00", quien le entrega detalles sobre sobre el "Proyecto Heracles”. Bond entiende la gravedad de la situación y decide actuar, emprendiendo un duro camino que le llevará a enfrentarse con el mismísimo Lyutsifer Safin -Rami Malek-, un terrorista tan vengativo como sádico.
Esta nueva entrega, oficialmente la número 25, está hecha para Daniel Craig que luce en esplendor. Es su quinta película -y final-, por lo que tiene, además, un sabor especial. Es entretenimiento puro, es verdad, pero siempre con algo más. Es cine del fabuloso, del grande, del efectista. James Bond es una franquicia ya madura, y en esta ocasión el enlace con la película anterior le entrega incluso mayor perspectiva. Explora nuevas facetas y al mismo tiempo se abre hacia el futuro de la historia.
“Sin tiempo para morir” transforma sus aspectos formales como manera de adaptarse a los tiempos actuales. Contiene los ingredientes tradicionales pero con una receta distinta que le da frescura, novedad y atención. Y qué decir del adorable “Aston Martin DB5”. Es otro personaje, un lujo, un regreso esperado y también de aquellos soñados.
Si bien la esencia de James Bond no está en los valores, sí aparecen algunos que son fundamentales: la lealtad, la confianza, la trascendencia y el legado. Están presentes y marcan algunos giros de la acción. También se posiciona lo pertinente de las acciones bélicas, aún con un fin loable. Hay dudas al respecto, no todo sería lícito, pero estamos ante conspiraciones criminales y el fin justifica los medios. ¿O no?
Aunque esta película no aspira a llegar a grandes profundidades, sí se interna en la intimidad del protagonista, tal vez más que en versiones anteriores. Es así como resaltan sus dudas, sus miedos, su relevo natural, y lo que verdaderamente le impulsa en la vida, es decir, sus afectos, sus recuerdos, su rol en el mundo y la marca de su impronta.
James Bond acerca lo inverosímil a nosotros. ¿Vendría a ser un prototipo de héroe? Tal vez, pero con limitaciones. Tal vez esa es la gran diferencia diferencia con aquellos súper héroes invencibles. Acá existe vulnerabilidad y se explora, es perfectamente posible, porque existen muchos flancos abiertos, incluso algunos sin abordar.
Mención especial para Ana de Armas, que interpreta a Paloma, agente que Bond encuentra en Cuba. En pocos minutos demuestra química y gran complemento en secuencias muy interesantes que pueden abrir buenas perspectivas hacia adelante. Y también para Christoph Waltz, quien interpreta a Ernst Stavro Blofeld. Su escena es de antología, marca registrada de un actor que siempre sorprende por su agudeza, gestualidad y carisma.
Gran final para Daniel Craig, un verdadero traje a la medida. Un adiós sin tiempo que da sustento a lo que vendrá en el futuro y que descubriremos en las próximas entregas.
¡Larga vida a James Bond!
Ficha técnica
Título original: No Time to Die
Año: 2021
Duración: 163 minutos
País: Reino Unido
Productora: Danjaq, EON Productions, Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), Universal Pictures
Género: Thriller. Acción. Aventuras | Espionaje. Secuela. James Bond
Guion: Neal Purvis, Robert Wade, Cary Joji Fukunaga, Phoebe Waller-Bridge. ver 4 más
Música: Hans Zimmer. Tema: Billie Eilish
Fotografía: Linus Sandgren
Reparto: Daniel Craig, Rami Malek, Léa Seydoux, Lashana Lynch, Ralph Fiennes, Naomie Harris, Ana de Armas, Christoph Waltz, Ben Whishaw, Jeffrey Wright, Rory Kinnear, Dali Benssalah, Billy Magnussen
Dirección: Cary Joji Fukunaga
lunes, 4 de octubre de 2021
La última frontera
Disponible en Cinemark.cl
En plena dictadura militar, Santiago de Chile, 1984, vemos que Carmen -Francisca Walker-, trabaja en una productora de publicidad. Congenian bien con el director creativo, Gastón -Mario Horton-, algo que, poco a poco, se transforma en una incipiente complicidad.
Por otra parte, Francisco -Daniel Candia- es un agente de la CNI (Central Nacional de Informaciones), que merodea el entorno de Carmen, la visita en su casa, la acosa, abusa sexualmente y ejerce total control sobre ella. Así, comprendemos que la joven tiene por misión infiltrase en la agencia para descubrir las reales intenciones de sus dueños.
Esta cinta, dirigida por Andrés Opaso y Fernanda Abarca, proyecto generado en Universidad del Desarrollo (UDD) y estrenada en la Competencia Nacional de Festival Internacional de Cine de Valdivia en 2019, va despejando sus incógnitas lentamente. Nada es lo que realmente parece y todos, en realidad, desempeñan funciones bastante alejadas de lo que demuestran hacia el exterior.
El relato corresponde a un tema esencial de la historia de nuestro país, y que hemos visto desarrollado en numerosas propuestas. Con un formato ya conocido, esta historia carece de mayor grosor emocional y necesita un sello distintivo, el que no logra conseguir a lo largo de sus 76 minutos de duración.
Con actuaciones forzadas y un guion fracturado, incluso los detalles de época, sus personajes secundarios y extras, se encuentran poco logrados. Las compartimentadas escenas tampoco colaboran a evitar los baches del guion, que se hace discontinuo, con una edición que resulta difícil de seguir y comprender.
Lo que sí recrea la cinta es el terror y temor en la dictadura, aquello que no es explícito sino que está en lo más íntimo de cada persona. La presencia sigilosa de los agentes, a veces brutalmente expuesta mediante torturas y detenciones arbitrarias, y aquel miedo paralizante, que acciona y coacciona, se representa bien en varias secuencias, pero en otros casos debemos esforzarnos para imaginarlo, por ejemplo en los silencios de Carmen, en su mirada perdida y en su evidente fragilidad.
Aun así, “La última frontera” representa el blanco y negro de la época, las posiciones existentes y el clima de polarización que se vive. El sustento de la historia recién se reconoce al final, aunque para llegar allí carece de una mejor progresión dramática. Es cierto que intenta mostrar la intimidad de su protagonista, pero a mi modo de ver no lo consigue, lamentablemente, tal vez por falta de compromiso actoral, escasa credibilidad y poca profundidad en la forma elegida para relatar los hechos.
Ficha técnica
Título original: La última frontera
Año: 2019
Duración: 76 minutos
País: Chile
Productora: Universidad del Desarrollo
Género: Drama. Thriller | Crimen. Años 80
Guion: Claudio Soto, Iñaki Goldaracena
Música: Renato Hidalgo
Fotografía: Matías Torres
Reparto: Daniel Candia, Camilo Carmona, Mario Horton, Juan Pablo Larenas, Francisca Walker
Dirección: Andrés Opaso, Fernanda Abarca
En plena dictadura militar, Santiago de Chile, 1984, vemos que Carmen -Francisca Walker-, trabaja en una productora de publicidad. Congenian bien con el director creativo, Gastón -Mario Horton-, algo que, poco a poco, se transforma en una incipiente complicidad.
Por otra parte, Francisco -Daniel Candia- es un agente de la CNI (Central Nacional de Informaciones), que merodea el entorno de Carmen, la visita en su casa, la acosa, abusa sexualmente y ejerce total control sobre ella. Así, comprendemos que la joven tiene por misión infiltrase en la agencia para descubrir las reales intenciones de sus dueños.
Esta cinta, dirigida por Andrés Opaso y Fernanda Abarca, proyecto generado en Universidad del Desarrollo (UDD) y estrenada en la Competencia Nacional de Festival Internacional de Cine de Valdivia en 2019, va despejando sus incógnitas lentamente. Nada es lo que realmente parece y todos, en realidad, desempeñan funciones bastante alejadas de lo que demuestran hacia el exterior.
El relato corresponde a un tema esencial de la historia de nuestro país, y que hemos visto desarrollado en numerosas propuestas. Con un formato ya conocido, esta historia carece de mayor grosor emocional y necesita un sello distintivo, el que no logra conseguir a lo largo de sus 76 minutos de duración.
Con actuaciones forzadas y un guion fracturado, incluso los detalles de época, sus personajes secundarios y extras, se encuentran poco logrados. Las compartimentadas escenas tampoco colaboran a evitar los baches del guion, que se hace discontinuo, con una edición que resulta difícil de seguir y comprender.
Lo que sí recrea la cinta es el terror y temor en la dictadura, aquello que no es explícito sino que está en lo más íntimo de cada persona. La presencia sigilosa de los agentes, a veces brutalmente expuesta mediante torturas y detenciones arbitrarias, y aquel miedo paralizante, que acciona y coacciona, se representa bien en varias secuencias, pero en otros casos debemos esforzarnos para imaginarlo, por ejemplo en los silencios de Carmen, en su mirada perdida y en su evidente fragilidad.
Aun así, “La última frontera” representa el blanco y negro de la época, las posiciones existentes y el clima de polarización que se vive. El sustento de la historia recién se reconoce al final, aunque para llegar allí carece de una mejor progresión dramática. Es cierto que intenta mostrar la intimidad de su protagonista, pero a mi modo de ver no lo consigue, lamentablemente, tal vez por falta de compromiso actoral, escasa credibilidad y poca profundidad en la forma elegida para relatar los hechos.
Ficha técnica
Título original: La última frontera
Año: 2019
Duración: 76 minutos
País: Chile
Productora: Universidad del Desarrollo
Género: Drama. Thriller | Crimen. Años 80
Guion: Claudio Soto, Iñaki Goldaracena
Música: Renato Hidalgo
Fotografía: Matías Torres
Reparto: Daniel Candia, Camilo Carmona, Mario Horton, Juan Pablo Larenas, Francisca Walker
Dirección: Andrés Opaso, Fernanda Abarca
Suscribirse a:
Entradas (Atom)