Jesmark -Jesmark Scicluna-, es un pescador maltés que lucha día a día por mantener a su familia, su esposa e hijo recién nacido. Entre la disminución de la pesca -y su baja venta-, y un problema de fuga en su bote de madera -Luzzu-, las dificultades cada vez son más agobiantes. La pobreza es evidente y las carencias manifiestas; el oficio de pescador no da estabilidad, y el inesperado tratamiento médico especial para su hijo, hace que la situación se transforme en algo crítico. Su esposa reacciona. Acude a su madre para apoyarse, sin embargo esto es algo que Jesmark no comparte. Su orgullo es mayor, no pide ayuda, no acepta ayuda. ¿Por qué, ante esas condiciones angustiantes? Porque todo es una amenaza, se siente muy poco valorado, menospreciado.
Desde un inicio observamos que Jesmark no establece buenas relaciones, tiene un genio endemoniado, tal vez producto de la frustración e impotencia que le embargan. La precaria situación personal y familiar le provoca inseguridad y desesperación, un círculo vicioso complejo que le lleva a tomar malas decisiones, cometer errores y enredarse, incluso al punto de incursionar en negocios turbios que involucran el mercado negro de la pesca ilegal.
Escrita y dirigida por Alex Camilleri, “Luzzu” es una película íntima, profunda y cruda. Con imágenes discordantes -bellos paisajes contrastan con la opacidad personal del protagonista-, Camilleri nos propone un viaje al interior de una persona que no sabe qué hacer para salir adelante. Las dificultades no son pocas, son mayores; no solo son materiales sino también de vida, esenciales, incluso espirituales. No se ve salida alguna, se trata de una búsqueda consistente y vital, pero sin ninguna esperanza.
El ritmo cadencioso de la cinta nos ayuda a sumergirnos en la introspección que el director quiere transmitir. Con fineza, detectamos los principios que están involucrados: bajo nivel educacional, falta de oportunidades, tradiciones familiares que no necesariamente se adaptan a tiempos actuales, presión social, deterioro del medio ambiente, proliferación de lo clandestino, corrupción, etc.
“Luzzu” es expresiva y a la vez impresionista. Habla de renuncias y reconversión, también de ceder con reparos, pena y frustración. El duelo se describe muy bien, una dolencia que causa estragos y que parece llevar inexorablemente a la autodestrucción, aunque comprendamos que procesarlo es la única forma de poder siquiera pensar en una posible reconstrucción.
Hay un hecho que describe inmejorablemente la esencia de este relato. Se trata de la reparación del bote -“Luzzu”, el nombre de la cinta-, que funciona muy bien como metáfora explícita de la urgente necesidad de reparación personal. Observamos un cambio radical, con una evolución inesperada, necesaria y fundamental, pero es evidentemente de forma, porque lo realmente primordial -aquello vital y consistente en alma y espíritu-, se mantiene presente, aún cambiando totalmente su forma exterior.
Con pocos elementos y una visión artística muy cuidadosa, esta película de Alex Camilleri se abre paso con consistencia como una propuesta reflexiva, diferente y a la vez provocadora. Si bien explicita bastante, es bastante más lo que revela solo en parte, con sensaciones y emociones a flor de piel pero contenidas, dejando a medio cubrir un agobio silencioso y angustiante que parece una olla a presión a punto de reventar. Al filmar de cerca, Camilleri encuentra los mejores momentos gracias a la actuación de su protagonista, Jesmark Scicluna, quien es capaz de sostener un gran peso sobre sus hombros sin necesariamente recurrir a recursos típicamente conocidos.
Interesante propuesta maltesa, un cine de autor con una voz particular que, sin aspavientos, es capaz de transmitir un mensaje cuestionador y urgente sobre temas actuales, situaciones con las que tal vez convivimos tal vez sin darnos cuenta, y que plantea, sin rodeos, la responsabilidad que tenemos como sociedad, y que definitivamente no podemos ignorar.
Ficha técnica
Título original: Luzzu
Año: 2021
Duración: 94 minutos
País: Malta
Compañías: Pellikola
Género: Drama | Pesca. Familia. Pobreza. Drama social
Guion: Alex Camilleri
Música: Jon Natchez
Fotografía: Léo Lefèvre
Reparto: Jesmark Scicluna, Michela Farrugia y David Scicluna.
Dirección: Alex Camilleri
lunes, 31 de julio de 2023
jueves, 27 de julio de 2023
Locas en apuros
Audrey Sullivan -Ashley Park-, y Lolo Chen -Sherry Cola-, se han criado juntas en Seattle desde su primera infancia. Como mejores amigas se conocen de memoria, se contienen, acogen y apoyan; podríamos decir que cada una es capaz de sentir lo mismo que la otra. Audrey, que es una exitosa abogada de un reconocido estudio jurídico, y ante la oportunidad de un ascenso en su carrera profesional, ve con buenos ojos realizar un viaje de negocios a China. Pero no quiere ir sola, por supuesto. Se embarca con Lolo -que es además una progresista artista libre-, y la prima de ella, “Deadeye” -Sabrina Wu-, una fanática del K-Pop. Para completar el cuarteto aventurero, en el destino suman la mejor amiga de la Universidad de Audrey, Kat -Stephanie Hsu-, una joven actriz comprometida con un famoso actor chino, y desde ese momento, las desventuras de estas cuatro mujeres se suceden, unas tras otras, en una vorágine desenfrenada y libertina difícil de comprender, carente de sentido y también de convicción.
Esta película escrita por Cherry Chevapravatdumrong, Teresa Hsiao y la directora Adele Lim, demora una hora en destapar su conflicto central y desnudar los temas de fondo en los que basa una precaria argumentación. Es cierto que en la base, y muy muy adentro, hay temas importantes, como la amistad, la búsqueda de identidad y el racismo, pero lo valioso de aquello, junto con la adición de otros valores importantes como las raíces, el origen y la familia, pasa rápidamente a pérdida más que nada por la forma en que son tratados a lo largo del metraje. Esta bien, es comedia, debe ser graciosa, pero cuando la forma se come el fondo, es fácil advertir un inminente descalabro. Otro tópico interesante, como la historia sobre el descubrimiento personal, también de desdibuja, aunque el mensaje final trate de posicionarse como un discurso de orgullo, aceptación y reencuentro.
“Locas en apuros” es para adultos, y aún así, con bastantes reparos. Se trata de una comedia gruesa, burda, y por momentos vulgar, sexualmente monotemática, con abuso de estereotipos y burlas por doquier. Hacer gags con cachetadas, exabruptos y ridiculeces es una forma fácil de hacer reír, y por cierto, son elementos manidos que no constituyen mayor aporte. Bien sabemos que una suma de sketches no necesariamente hacen una película, y en este caso tenemos que agregar que por poseer justamente un hilo conductor desconectado y un fondo difuso -que podría haberse reivindicado con un mejor tratamiento de las problemáticas, incluyendo la sexualidad-, obtenemos un resultado insuficiente. Actuaciones honestas, que hacen su mayor esfuerzo -aunque tal vez forzadamente-, tampoco consiguen levantar el filme aunque algunas de sus mejores secuencias logren tibias sonrisas.
Pobre resultado para una película bastante plana, poco graciosa e incluso grosera, cuyo título no anticipa en nada lo que veremos y que, tal vez por ello, puede perfectamente conducir a engaño más que a un viaje alegre como su título original -Joy Ride-, nos quiere hacer creer.
Ficha técnica
Título original: Joy Ride
Año: 2023
Duración: 92 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Lionsgate, Point Grey Pictures. Distribuidora: Lionsgate
Género: Comedia | Road Movie. Amistad
Guion: Cherry Chevapravatdumrong, Teresa Hsiao, Adele Lim
Música: Nathan Matthew David
Fotografía: Paul Yee
Reparto: Ashley Park, Sherry Cola, Stephanie Hsu, Sabrina Wu, Ronny Chieng, Meredith Hagner, David Denman, Annie Mumolo, Timothy Simons, Daniel Dae Kim
Esta película escrita por Cherry Chevapravatdumrong, Teresa Hsiao y la directora Adele Lim, demora una hora en destapar su conflicto central y desnudar los temas de fondo en los que basa una precaria argumentación. Es cierto que en la base, y muy muy adentro, hay temas importantes, como la amistad, la búsqueda de identidad y el racismo, pero lo valioso de aquello, junto con la adición de otros valores importantes como las raíces, el origen y la familia, pasa rápidamente a pérdida más que nada por la forma en que son tratados a lo largo del metraje. Esta bien, es comedia, debe ser graciosa, pero cuando la forma se come el fondo, es fácil advertir un inminente descalabro. Otro tópico interesante, como la historia sobre el descubrimiento personal, también de desdibuja, aunque el mensaje final trate de posicionarse como un discurso de orgullo, aceptación y reencuentro.
“Locas en apuros” es para adultos, y aún así, con bastantes reparos. Se trata de una comedia gruesa, burda, y por momentos vulgar, sexualmente monotemática, con abuso de estereotipos y burlas por doquier. Hacer gags con cachetadas, exabruptos y ridiculeces es una forma fácil de hacer reír, y por cierto, son elementos manidos que no constituyen mayor aporte. Bien sabemos que una suma de sketches no necesariamente hacen una película, y en este caso tenemos que agregar que por poseer justamente un hilo conductor desconectado y un fondo difuso -que podría haberse reivindicado con un mejor tratamiento de las problemáticas, incluyendo la sexualidad-, obtenemos un resultado insuficiente. Actuaciones honestas, que hacen su mayor esfuerzo -aunque tal vez forzadamente-, tampoco consiguen levantar el filme aunque algunas de sus mejores secuencias logren tibias sonrisas.
Pobre resultado para una película bastante plana, poco graciosa e incluso grosera, cuyo título no anticipa en nada lo que veremos y que, tal vez por ello, puede perfectamente conducir a engaño más que a un viaje alegre como su título original -Joy Ride-, nos quiere hacer creer.
Ficha técnica
Título original: Joy Ride
Año: 2023
Duración: 92 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Lionsgate, Point Grey Pictures. Distribuidora: Lionsgate
Género: Comedia | Road Movie. Amistad
Guion: Cherry Chevapravatdumrong, Teresa Hsiao, Adele Lim
Música: Nathan Matthew David
Fotografía: Paul Yee
Reparto: Ashley Park, Sherry Cola, Stephanie Hsu, Sabrina Wu, Ronny Chieng, Meredith Hagner, David Denman, Annie Mumolo, Timothy Simons, Daniel Dae Kim
Dirección: Adele Lim
lunes, 24 de julio de 2023
Cash
Disponible en Netflix.
Un joven soñador, Daniel Sauveur -Raphaël Quenard-, se ve entrampado por su propio destino. Vive en la periferia francesa, en modestas condiciones, con vista a un campo de trigo donde se divisa, a lo lejos, una Catedral. La zona es dominada por una familia ricachona, los Breuil, quienes son dueños de una exitosa planta de envasado y despacho de perfumes de lujo. El dinero les sobra y el poder también. Prácticamente todo el pueblo trabaja para ellos; incluso, se dan el lujo de tapar la pobre vista de los Sauveur con un desproporcionado cartel de propaganda.
Daniel se ha propuesto nunca trabajar para ellos. Junto a su amigo de infancia, Scania -Igor Gotesman-, han montado un emprendimiento, un modesto negocio de reparto en motocicleta que, por diversas razones, no ha podido prosperar. Frustrado, o más bien resignado, Daniel se emplea en la fábrica “Breuil & Fils” como operario, lugar en el que conoce el mundo del empaquetado y distribución por dentro.
Como las aspiraciones son más grandes que su propia realidad, nuestro osado protagonista lleva a la práctica una idea muy lucrativa. Se trata de sacar, a hurtadillas, frascos de perfume aprovechando el margen de error que permiten los embalajes industriales, la falta de cuidado de los inventarios, y por supuesto, sobornando a personas clave dentro de la planta. Al venderlos a menor precio en línea, y también en mercados alternativos, Daniel se da cuenta que es una mina de oro y puede ganar mucho dinero con esta maquinaria delictiva bien urdida y que parece funcionar a las mil maravillas.
Jérémie Rozan filma un guion de su autoría, una comedia que también suma intriga, romance y un poco de thriller, y que desarrolla en solo 1 hora y 36 minutos, temáticas que van desde las relaciones cotidianas hasta el daño que producen los grandes conglomerados en sectores abatidos por la injusticia social. El debut de Rozan no puede ser mejor con esta pequeña pieza que no podemos pasar por alto, sobre todo si queremos entender ciertos rasgos distintivos de aquellas personas que claman por oportunidades y que ven cómo les cierran la puerta en las narices, una y otra vez.
El manejo francés de la comedia resulta bien la mayoría de las veces, y esta no es la excepción. Salvo momentos de mucha información, cruces complicados y algunas subtramas que se entretejen, “Cash” fluye apropiadamente, dando espacio para cada tema aún sin desarrollar demasiado los personajes secundarios que acompañan el relato. Tanto es así que lo predecible es tal cual, predecible, y los pocos giros de tuerca aportan solo gotas de condimento a una película que, sin mayores aspiraciones, cumple mejor su propósito que muchas otras excelsas y promocionadas producciones que quedan rápidamente en el camino del olvido.
Ficha técnica
Título original: Cash
Año: 2023
Duración: 95 minutos
País: Francia
Compañías: 2425 Films. Distribuidora: Netflix
Género: Comedia
Guion: Jérémie Rozan
Música: David Sztanke
Fotografía: Mathieu Plainfosse
Reparto: Raphaël Quenard, Igor Gotesman, Agathe Rousselle, Antoine Gouy, Grégoire Colin
Dirección: Jérémie Rozan
Daniel se ha propuesto nunca trabajar para ellos. Junto a su amigo de infancia, Scania -Igor Gotesman-, han montado un emprendimiento, un modesto negocio de reparto en motocicleta que, por diversas razones, no ha podido prosperar. Frustrado, o más bien resignado, Daniel se emplea en la fábrica “Breuil & Fils” como operario, lugar en el que conoce el mundo del empaquetado y distribución por dentro.
Como las aspiraciones son más grandes que su propia realidad, nuestro osado protagonista lleva a la práctica una idea muy lucrativa. Se trata de sacar, a hurtadillas, frascos de perfume aprovechando el margen de error que permiten los embalajes industriales, la falta de cuidado de los inventarios, y por supuesto, sobornando a personas clave dentro de la planta. Al venderlos a menor precio en línea, y también en mercados alternativos, Daniel se da cuenta que es una mina de oro y puede ganar mucho dinero con esta maquinaria delictiva bien urdida y que parece funcionar a las mil maravillas.
Jérémie Rozan filma un guion de su autoría, una comedia que también suma intriga, romance y un poco de thriller, y que desarrolla en solo 1 hora y 36 minutos, temáticas que van desde las relaciones cotidianas hasta el daño que producen los grandes conglomerados en sectores abatidos por la injusticia social. El debut de Rozan no puede ser mejor con esta pequeña pieza que no podemos pasar por alto, sobre todo si queremos entender ciertos rasgos distintivos de aquellas personas que claman por oportunidades y que ven cómo les cierran la puerta en las narices, una y otra vez.
El manejo francés de la comedia resulta bien la mayoría de las veces, y esta no es la excepción. Salvo momentos de mucha información, cruces complicados y algunas subtramas que se entretejen, “Cash” fluye apropiadamente, dando espacio para cada tema aún sin desarrollar demasiado los personajes secundarios que acompañan el relato. Tanto es así que lo predecible es tal cual, predecible, y los pocos giros de tuerca aportan solo gotas de condimento a una película que, sin mayores aspiraciones, cumple mejor su propósito que muchas otras excelsas y promocionadas producciones que quedan rápidamente en el camino del olvido.
Ficha técnica
Título original: Cash
Año: 2023
Duración: 95 minutos
País: Francia
Compañías: 2425 Films. Distribuidora: Netflix
Género: Comedia
Guion: Jérémie Rozan
Música: David Sztanke
Fotografía: Mathieu Plainfosse
Reparto: Raphaël Quenard, Igor Gotesman, Agathe Rousselle, Antoine Gouy, Grégoire Colin
Dirección: Jérémie Rozan
viernes, 21 de julio de 2023
Oppenheimer
En lo esencial, “Oppenheimer”, la esperada película de Christopher Nolan, construye un perfil psicológico-emocional del llamado “padre de la Bomba Atómica”, una descripción humana muy acabada de este físico teórico -carácter, relaciones personales, profesionales y acciones-, que entrega un retrato interesantísimo de una persona clave en los sucesos que provocaron el fin de la Segunda Guerra Mundial.
La película está en constante desarrollo. La progresión de la tensión dramática no decae en ningún momento durante sus tres horas de duración. Resulta magnética, con un ritmo por momentos vertiginoso, permitiendo que las diferentes líneas temporales se crucen, como en el espacio-tiempo, aspecto característico de su director, uniéndose y separándose de forma tan natural que tanto las referencias como la acción se aprecian simples, a pesar de la gran cantidad de personajes que permanentemente se van introduciendo.
El elenco escogido sin duda es de primer nivel. Cillian Murphy entrega vida a J. Robert Oppenheimer, y no cabe duda que es él, en cuerpo, alma y espíritu, en una actuación que sin duda será ampliamente reconocida. Asimismo, Robert Downey Jr. como el empresario Lewis Strauss, aporta una dosis notable de contrapunto, posicionando esa extraña dualidad de amistad-enemistad que forma parte central de uno de los conflictos que la cinta logra develar, especialmente lo que se desprende desde que Strauss, en 1947, le ofrece el puesto de director del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Princeton y Oppenheimer tiene un encuentro breve pero fundamental con Albert Einstein -Tom Conti-. También resulta preciso el papel de Matt Damon como Leslie Groves, el general a cargo de reclutar a los expertos del “Proyecto Manhattan”, y de montar el Laboratorio Los Alamos, en Nuevo México, un rol que va mutando con el correr del metraje y siempre mostrando una significativa presencia. Emily Blunt como Katherine "Kitty" Oppenheimer y Florence Pugh como Jean Tatlock, representan las visiones femeninas -las relaciones amorosas del protagonista- y ambas las desarrollan muy bien, de manera sólida, conformando un punto alto para una cinta que tiene escasa presencia de mujeres en su abanico de personajes.
La música de Ludwig Göransson es excelente. No solo resulta apropiada para cada momento, sino que se da el lujo de hacer variaciones sobre sus temas, melódicas y rítmicas, como asimismo aportar una metáfora particular con esos descensos de notas -llamadas glissando-, haciendo referencia directa a caídas de bombas. Es notable como la sala vibra con los sonidos. Aquello es algo difícil de describir y cuya experiencia solo se puede vivivenciar presencialmente en un cine -idealmente pantalla IMAX-, donde las mezclas adquieren otra proporción, y las imágenes -filmadas con cámaras especiales para dicha tecnología-, se revelan impresionantes.
Sobre el argumento, el proceso de desarrollo permite vislumbrar el tema y al mismo tiempo plantear el dilema. Son muchas capas las presentes, y también sus temáticas. Poder, política, ideología, competencia, son aspectos en permanente tensión, como asimismo el valor de la ciencia cuando se orienta a tal o cual objetivo. Christopher Nolan, con un guion de su autoría basada en el libro de Kai Bird y Martin J. Sherwin, “American Prometheus”, plantea preguntas muy incómodas, pero necesarias, sobre la carrera atómica y sus consecuencias. Nuevamente la justificación, o el clásico cuestionamiento de si el fin justifica los medios, está más presente que nunca, porque se trata de terminar la guerra y también de anticiparse a Alemania y a la Unión Soviética en el desarrollo de un arma tan poderosa que por sí misma pudiese asegurar la paz mundial.
¿Habría concluido la guerra sin las bombas detonadas en Japón? ¿Era inevitable este desenlace, o también había una necesidad de demostrar capacidad científica y bélica? La secuencia de prueba -Trinity- es realmente magistral, tanto desde su preparación, que incluye las disyuntivas descritas, como desde la secuencia que se reproduce, pues la exploración de posibilidades, el ensayo y el error, el fallo y el éxito, conviven permanentemente en un ida y vuelta que parece no tener fin. Al concluir, justo completando dos tercios de la película, la luz, el sonido, los tiempos y reacciones forman una secuencia en cadena que se sale de la pantalla y nos llega directamente, tan profundamente como las palabras de Oppenheimer basadas en un verso de Bhagavad-gītā: “Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos”. Cuando asoma esa contradicción abismante, por una parte la celebración y por otra parte la tragedia, lo que vemos es perturbador. El vacío es palpable, visible, y es increíble el efecto que produce, en ese preciso momento, la ausencia musica y sonido.
Al pasar al tercio final, vemos otra película. Las acusaciones, el juego de lealtades, los ataques arteros y las defensas corporativas, se funden en juicios políticos, morales y éticos. ¿Logra sobreponerse la realidad? ¿Quién gana, quién pierde, o es finalmente un juego de suma cero?
“Oppenheimer” es excelente y resulta embriagadoramente inmersiva, dado que produce la sensación estar dentro de ella. Visualmente es de una compenetración asombrosa, un trabajo de joyería con el que Christopher Nolan nos sorprende, una vez más, asumiendo enormes riesgos, y generando un resultado brillante -por momentos alucinante-, atractivo y vibrante.
Ficha técnica
Título original: Oppenheimer
Año: 2023
Duración: 180 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Universal Pictures, Atlas Entertainment, Syncopy Production, Gadget Films. Distribuidora: Universal Pictures
Género: Drama | Biográfico. Años 40
Guion: Christopher Nolan. Libro: Kai Bird, Martin J. Sherwin
Música: Ludwig Göransson
Fotografía: Hoyte van Hoytema
Reparto: Cillian Murphy, Emily Blunt, Matt Damon, Robert Downey Jr., Florence Pugh, Josh Hartnett, Casey Affleck, Rami Malek y Kenneth Branagh.
Dirección: Christopher Nolan
La película está en constante desarrollo. La progresión de la tensión dramática no decae en ningún momento durante sus tres horas de duración. Resulta magnética, con un ritmo por momentos vertiginoso, permitiendo que las diferentes líneas temporales se crucen, como en el espacio-tiempo, aspecto característico de su director, uniéndose y separándose de forma tan natural que tanto las referencias como la acción se aprecian simples, a pesar de la gran cantidad de personajes que permanentemente se van introduciendo.
El elenco escogido sin duda es de primer nivel. Cillian Murphy entrega vida a J. Robert Oppenheimer, y no cabe duda que es él, en cuerpo, alma y espíritu, en una actuación que sin duda será ampliamente reconocida. Asimismo, Robert Downey Jr. como el empresario Lewis Strauss, aporta una dosis notable de contrapunto, posicionando esa extraña dualidad de amistad-enemistad que forma parte central de uno de los conflictos que la cinta logra develar, especialmente lo que se desprende desde que Strauss, en 1947, le ofrece el puesto de director del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Princeton y Oppenheimer tiene un encuentro breve pero fundamental con Albert Einstein -Tom Conti-. También resulta preciso el papel de Matt Damon como Leslie Groves, el general a cargo de reclutar a los expertos del “Proyecto Manhattan”, y de montar el Laboratorio Los Alamos, en Nuevo México, un rol que va mutando con el correr del metraje y siempre mostrando una significativa presencia. Emily Blunt como Katherine "Kitty" Oppenheimer y Florence Pugh como Jean Tatlock, representan las visiones femeninas -las relaciones amorosas del protagonista- y ambas las desarrollan muy bien, de manera sólida, conformando un punto alto para una cinta que tiene escasa presencia de mujeres en su abanico de personajes.
La música de Ludwig Göransson es excelente. No solo resulta apropiada para cada momento, sino que se da el lujo de hacer variaciones sobre sus temas, melódicas y rítmicas, como asimismo aportar una metáfora particular con esos descensos de notas -llamadas glissando-, haciendo referencia directa a caídas de bombas. Es notable como la sala vibra con los sonidos. Aquello es algo difícil de describir y cuya experiencia solo se puede vivivenciar presencialmente en un cine -idealmente pantalla IMAX-, donde las mezclas adquieren otra proporción, y las imágenes -filmadas con cámaras especiales para dicha tecnología-, se revelan impresionantes.
Sobre el argumento, el proceso de desarrollo permite vislumbrar el tema y al mismo tiempo plantear el dilema. Son muchas capas las presentes, y también sus temáticas. Poder, política, ideología, competencia, son aspectos en permanente tensión, como asimismo el valor de la ciencia cuando se orienta a tal o cual objetivo. Christopher Nolan, con un guion de su autoría basada en el libro de Kai Bird y Martin J. Sherwin, “American Prometheus”, plantea preguntas muy incómodas, pero necesarias, sobre la carrera atómica y sus consecuencias. Nuevamente la justificación, o el clásico cuestionamiento de si el fin justifica los medios, está más presente que nunca, porque se trata de terminar la guerra y también de anticiparse a Alemania y a la Unión Soviética en el desarrollo de un arma tan poderosa que por sí misma pudiese asegurar la paz mundial.
¿Habría concluido la guerra sin las bombas detonadas en Japón? ¿Era inevitable este desenlace, o también había una necesidad de demostrar capacidad científica y bélica? La secuencia de prueba -Trinity- es realmente magistral, tanto desde su preparación, que incluye las disyuntivas descritas, como desde la secuencia que se reproduce, pues la exploración de posibilidades, el ensayo y el error, el fallo y el éxito, conviven permanentemente en un ida y vuelta que parece no tener fin. Al concluir, justo completando dos tercios de la película, la luz, el sonido, los tiempos y reacciones forman una secuencia en cadena que se sale de la pantalla y nos llega directamente, tan profundamente como las palabras de Oppenheimer basadas en un verso de Bhagavad-gītā: “Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos”. Cuando asoma esa contradicción abismante, por una parte la celebración y por otra parte la tragedia, lo que vemos es perturbador. El vacío es palpable, visible, y es increíble el efecto que produce, en ese preciso momento, la ausencia musica y sonido.
Al pasar al tercio final, vemos otra película. Las acusaciones, el juego de lealtades, los ataques arteros y las defensas corporativas, se funden en juicios políticos, morales y éticos. ¿Logra sobreponerse la realidad? ¿Quién gana, quién pierde, o es finalmente un juego de suma cero?
“Oppenheimer” es excelente y resulta embriagadoramente inmersiva, dado que produce la sensación estar dentro de ella. Visualmente es de una compenetración asombrosa, un trabajo de joyería con el que Christopher Nolan nos sorprende, una vez más, asumiendo enormes riesgos, y generando un resultado brillante -por momentos alucinante-, atractivo y vibrante.
Ficha técnica
Título original: Oppenheimer
Año: 2023
Duración: 180 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Universal Pictures, Atlas Entertainment, Syncopy Production, Gadget Films. Distribuidora: Universal Pictures
Género: Drama | Biográfico. Años 40
Guion: Christopher Nolan. Libro: Kai Bird, Martin J. Sherwin
Música: Ludwig Göransson
Fotografía: Hoyte van Hoytema
Reparto: Cillian Murphy, Emily Blunt, Matt Damon, Robert Downey Jr., Florence Pugh, Josh Hartnett, Casey Affleck, Rami Malek y Kenneth Branagh.
Dirección: Christopher Nolan
Barbie
La acción transcurre en “Barbieland”, un lugar idílico, color de rosa, donde todo es perfecto. El orden del lugar es determinado por las diferentes Barbies, a través de sus variados oficios profesionales, relegando a los Ken a roles decorativos e insustanciales. Este ideal, un verdadero paraíso, se rompe en un instante cuando el estereotipo de Barbie -Margot Robbie-, sufre un cambio físico en sus pies y comienza a pensar en la muerte. Descolocada al comienzo, recurre a una Barbie “rara”, marginada, quien le señala que la dificultad que está viviendo responde a un problema originado en el mundo real: como todas ellas son juguetes, reflejan lo que sucede con sus dueñas, y aquella especial conexión abre un portal de acceso entre ambos ambientes.
Convencida que puede asumir el desafío, Barbie decide viajar donde los humanos para hallar la causa de sus problemas. Lo que no prevé es que Ken -Ryan Gosling-, se sume al viaje escondido en el auto, aunque finalmente lo acepta y emprenden juntos la aventura. Al llegar, encuentran algo muy distinto a lo que ambos están acostumbrados. Lo cotidiano acá es diferente: los problemas abundan y nada es perfecto, las niñas odian a Barbie y los hombres la consideran un objeto. Por su parte, Ken deduce que la masculinidad es lo que se impone y domina este mundo, por lo que comienza a idear la forma de generar un nuevo orden patriarcal cuando regresen a Barbieland.
Este caso, la llegada de muñecos al mundo real, ya es algo conocido para Mattel, la empresa dueña de los juguetes. Hay antecedentes previos y una forma protocolar de lidiar con ello, sin embargo su director ejecutivo -Will Ferrell-, no cuenta con la astucia y el riesgo que asume Barbie, y menos con la ayuda que le facilita Gloria -America Ferrera-, una empleada de la misma empresa, y quien justamente ha provocado el caos reinante.
Dirigida por Greta Gerwig, esta película podría haberse quedado en las caricaturas y en lo superfluo, sin embargo va un paso más allá. Expone, con un liviano tono de comedia, temas gruesos y profundos que componen una crítica social y punzante a muchos de los modelos históricamente aprendidos. Al proponerse ridiculizarlo todo, también asume un riesgo, pues la presencia de conflictos se da precisamente en esa esfera, cuando se invierten los papeles “tradicionales”, cuando se producen problemas con y entre mujeres, y cuando se confrontan los estereotipos más típicos. Por ejemplo, el rompimiento de la perfección, el crash de ese mundo ideal, glamoroso y soñado, claramente deja al descubierto lo pernicioso que resulta buscar en todo momento dicho orden perfecto. En ese sentido, la cinta agudiza conceptos como la sensibilidad y la vulnerabilidad para, finalmente, exponer una tesis: aceptar una realidad imperfecta, pero que es, sin embargo, absolutamente bella, en todas sus diversas dimensiones y múltiples representaciones.
El guion de Greta Gerwig y Noah Baumbach resulta muy certero. Es inteligente en el planteo de los temas, sarcástico y brutal para desnudar realidades, y lo suficientemente agudo para dar las puntadas correctas con un hilo delgado que se podría enredar por completo. En el discurso-arenga de Gloria, casi al final de la cinta, se sintetizan los puntos más importantes que el relato quiere fijar: lo absurdo de los roles prefijados y su tejado de vidrio, la creciente dificultad femenina en el mundo de hoy, que lejos de disminuir adquiere ribetes cada vez más complejos, la urgencia de cambiar efectivamente el orden de las cosas, la exponencial diversidad a la que nos vemos enfrentados, la necesaria adaptación ante la evolución de la sociedad, la vital búsqueda de la propia identidad e independencia, y lo fundamental que son los sueños y el propio desarrollo personal.
Las actuaciones comprenden un punto alto de esta producción. Margot Robbie no puede representar mejor el estereotipo de belleza de la muñeca original. Además, dota a su personaje de un abanico de características físicas y emocionales, logrando pasar de lo superficial a lo íntimo en fracciones de segundo, configurando un rol que le queda realmente como anillo al dedo. Por su parte, Ryan Gosling no se queda atrás, sobre todo cuando su personaje evoluciona -o bien involuciona-, creando una contraparte muy interesante aunque menos vistosa, producto del enfoque argumental. El resto del elenco funciona bien, acompaña, sobre todo en las muchas e infelices situaciones graciosas que condimentan la comedia, sin sobrepasar sus líneas y siempre supeditados a quienes son los verdaderos protagonistas de la trama.
“Barbie” es, en síntesis, una excelente película, bien compuesta y mejor desarrollada, una obra que contiene todos los ingredientes en su justa medida. El mundo Barbie es un lujo de producción, con vestuarios coloridos y muchos detalles estéticos, un ambiente rosa que a más de alguien podrá parecerle ficticio pero que no deja duda que se vive tal cual en algunas de las realidades que la película confronta directamente. Y tal vez ese es su mayor mérito: derrumbar estereotipos exponiéndolos en forma evidente, para dejarlos ahí a la vista, desprovistos de defensa alguna, una especie de juicio público -muy cómico pero no por eso menos profundo-, a nuestro mundo actual que, pese a evolucionar, aún no logra asumir la velocidad de los cambios de era estando, siempre, más de un paso atrás.
Ficha técnica
Título original: Barbie
Año: 2023
Duración: 114 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Warner Bros., Heyday Films, Mattel, LuckyChap Entertainment. Distribuidora: Warner Bros.
Género: Comedia. Fantástico | Sátira
Guion: Greta Gerwig, Noah Baumbach
Música: Mark Ronson, Andrew Wyatt
Fotografía: Rodrigo Prieto
Reparto: Margot Robbie, Ryan Gosling, America Ferrera, Simu Liu, Kate McKinnon, Issa Rae, Rhea Perlman y Will Ferrell
Dirección: Greta Gerwig
Convencida que puede asumir el desafío, Barbie decide viajar donde los humanos para hallar la causa de sus problemas. Lo que no prevé es que Ken -Ryan Gosling-, se sume al viaje escondido en el auto, aunque finalmente lo acepta y emprenden juntos la aventura. Al llegar, encuentran algo muy distinto a lo que ambos están acostumbrados. Lo cotidiano acá es diferente: los problemas abundan y nada es perfecto, las niñas odian a Barbie y los hombres la consideran un objeto. Por su parte, Ken deduce que la masculinidad es lo que se impone y domina este mundo, por lo que comienza a idear la forma de generar un nuevo orden patriarcal cuando regresen a Barbieland.
Este caso, la llegada de muñecos al mundo real, ya es algo conocido para Mattel, la empresa dueña de los juguetes. Hay antecedentes previos y una forma protocolar de lidiar con ello, sin embargo su director ejecutivo -Will Ferrell-, no cuenta con la astucia y el riesgo que asume Barbie, y menos con la ayuda que le facilita Gloria -America Ferrera-, una empleada de la misma empresa, y quien justamente ha provocado el caos reinante.
Dirigida por Greta Gerwig, esta película podría haberse quedado en las caricaturas y en lo superfluo, sin embargo va un paso más allá. Expone, con un liviano tono de comedia, temas gruesos y profundos que componen una crítica social y punzante a muchos de los modelos históricamente aprendidos. Al proponerse ridiculizarlo todo, también asume un riesgo, pues la presencia de conflictos se da precisamente en esa esfera, cuando se invierten los papeles “tradicionales”, cuando se producen problemas con y entre mujeres, y cuando se confrontan los estereotipos más típicos. Por ejemplo, el rompimiento de la perfección, el crash de ese mundo ideal, glamoroso y soñado, claramente deja al descubierto lo pernicioso que resulta buscar en todo momento dicho orden perfecto. En ese sentido, la cinta agudiza conceptos como la sensibilidad y la vulnerabilidad para, finalmente, exponer una tesis: aceptar una realidad imperfecta, pero que es, sin embargo, absolutamente bella, en todas sus diversas dimensiones y múltiples representaciones.
El guion de Greta Gerwig y Noah Baumbach resulta muy certero. Es inteligente en el planteo de los temas, sarcástico y brutal para desnudar realidades, y lo suficientemente agudo para dar las puntadas correctas con un hilo delgado que se podría enredar por completo. En el discurso-arenga de Gloria, casi al final de la cinta, se sintetizan los puntos más importantes que el relato quiere fijar: lo absurdo de los roles prefijados y su tejado de vidrio, la creciente dificultad femenina en el mundo de hoy, que lejos de disminuir adquiere ribetes cada vez más complejos, la urgencia de cambiar efectivamente el orden de las cosas, la exponencial diversidad a la que nos vemos enfrentados, la necesaria adaptación ante la evolución de la sociedad, la vital búsqueda de la propia identidad e independencia, y lo fundamental que son los sueños y el propio desarrollo personal.
Las actuaciones comprenden un punto alto de esta producción. Margot Robbie no puede representar mejor el estereotipo de belleza de la muñeca original. Además, dota a su personaje de un abanico de características físicas y emocionales, logrando pasar de lo superficial a lo íntimo en fracciones de segundo, configurando un rol que le queda realmente como anillo al dedo. Por su parte, Ryan Gosling no se queda atrás, sobre todo cuando su personaje evoluciona -o bien involuciona-, creando una contraparte muy interesante aunque menos vistosa, producto del enfoque argumental. El resto del elenco funciona bien, acompaña, sobre todo en las muchas e infelices situaciones graciosas que condimentan la comedia, sin sobrepasar sus líneas y siempre supeditados a quienes son los verdaderos protagonistas de la trama.
“Barbie” es, en síntesis, una excelente película, bien compuesta y mejor desarrollada, una obra que contiene todos los ingredientes en su justa medida. El mundo Barbie es un lujo de producción, con vestuarios coloridos y muchos detalles estéticos, un ambiente rosa que a más de alguien podrá parecerle ficticio pero que no deja duda que se vive tal cual en algunas de las realidades que la película confronta directamente. Y tal vez ese es su mayor mérito: derrumbar estereotipos exponiéndolos en forma evidente, para dejarlos ahí a la vista, desprovistos de defensa alguna, una especie de juicio público -muy cómico pero no por eso menos profundo-, a nuestro mundo actual que, pese a evolucionar, aún no logra asumir la velocidad de los cambios de era estando, siempre, más de un paso atrás.
Ficha técnica
Título original: Barbie
Año: 2023
Duración: 114 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Warner Bros., Heyday Films, Mattel, LuckyChap Entertainment. Distribuidora: Warner Bros.
Género: Comedia. Fantástico | Sátira
Guion: Greta Gerwig, Noah Baumbach
Música: Mark Ronson, Andrew Wyatt
Fotografía: Rodrigo Prieto
Reparto: Margot Robbie, Ryan Gosling, America Ferrera, Simu Liu, Kate McKinnon, Issa Rae, Rhea Perlman y Will Ferrell
Dirección: Greta Gerwig
lunes, 17 de julio de 2023
Unos suegros de armas tomar
Disponible en Netflix.
Esta película tiene su mejor momento -y también lo que desnuda todas sus flaquezas-, en el minuto 59, cuando Lilly le dice a Owen que parece James Bond. Billy pregunta cuál, y ella responde el quinto. “Ese era bueno”, concluye Billy. Y claro, la anécdota se entiende porque Pierce Brosnan es Billy, pero no pasa de ahí, porque el carismático actor igual sucumbe, al igual que todo el elenco, bajo los trazos de una disparatada comedia que apenas logra entibiar una fría noche de invierno.
La premisa la hemos visto muchas veces. Un alocado novio, Owen -Adam Devine-, Gerente de sucursal de un Banco pueblerino, está a punto de casarse con Parker -Nina Dobrev-, una chica centrada y muy paciente, en lo que promete ser un matrimonio de suyo disparejo. Aparte de las marcadas diferencias -a ella se le escucha decir “con esto me voy a casar”-, el antecedente no menor es que Owen aún no conoce a sus suegros; están “fuera del radar”, son toda una incógnita y ni siquiera contemplan asistir a la boda de su hija. Pero el escenario cambia cuando anuncian visita, y esto es solo el inicio de los problemas que tendrá la joven y enamorada pareja.
Lilly -Ellen Barkin-, y Billy -Pierce Brosnan-, se salen de lo común, lo vemos desde el primer momento. Misteriosos y extrovertidos, una combinación bien extraña, no cotizan en absoluto al novio de su retoño, pero sí quieren saber detalles de la seguridad del banco en que trabaja. Extraño, pero bueno, será normal cree Owen -que es un sanguchito de palta-, y entrega detalles importantes de los sistemas de protección casi como si fuera un bonachón que nada espera y nada teme. Pero cuando unos enmascarados atracan el banco, el inocente joven cae en cuenta que posiblemente ha caído en una trampa, y tal vez ha sido atacado por sus propios suegros. Completa la acción el Agente Oldham -Michael Rooker-, el agente que -tipo “Columbo”- investiga el robo cuyas pistas apuntan a “Los bandidos fantasma”, los ladrones más famosos de todo Estados Unidos.
Dirigida por Tyler Spindel, “The Out-Laws”, su título original, tiene mucho de parafernalia y muy poco de fondo. Hay comedia, un poco gruesa y tosca, también acción, autos destruidos, daños materiales, atracos y tiroteos, todo en un cóctel que a veces carece de gracia y que por ello cae en desgracia. Ante mayúsculos disparates uno siempre piensa que es bueno ver cosas livianas para distraer la mente, el tema es que en este caso, ni siquiera alcanza para eso, porque ver a Pierce Brosnan desdibujado la mayor parte del tiempo, no solo es el síntoma, sino la más probable causa del descalabro de una cinta que nunca despega y que ni siquiera da para “olvidable”.
Ficha técnica
Título original: The Out-Laws
Año: 2023
Duración: 95 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Happy Madison Productions. Distribuidora: Netflix
Género: Acción. Comedia
Guion: Evan Turner, Ben Zazove
Música: Rupert Gregson-Williams
Fotografía: Michael Bonvillain
Reparto: Adam Devine, Nina Dobrev, Ellen Barkin, Pierce Brosnan, Michael Rooker
Dirección: Tyler Spindel
La premisa la hemos visto muchas veces. Un alocado novio, Owen -Adam Devine-, Gerente de sucursal de un Banco pueblerino, está a punto de casarse con Parker -Nina Dobrev-, una chica centrada y muy paciente, en lo que promete ser un matrimonio de suyo disparejo. Aparte de las marcadas diferencias -a ella se le escucha decir “con esto me voy a casar”-, el antecedente no menor es que Owen aún no conoce a sus suegros; están “fuera del radar”, son toda una incógnita y ni siquiera contemplan asistir a la boda de su hija. Pero el escenario cambia cuando anuncian visita, y esto es solo el inicio de los problemas que tendrá la joven y enamorada pareja.
Lilly -Ellen Barkin-, y Billy -Pierce Brosnan-, se salen de lo común, lo vemos desde el primer momento. Misteriosos y extrovertidos, una combinación bien extraña, no cotizan en absoluto al novio de su retoño, pero sí quieren saber detalles de la seguridad del banco en que trabaja. Extraño, pero bueno, será normal cree Owen -que es un sanguchito de palta-, y entrega detalles importantes de los sistemas de protección casi como si fuera un bonachón que nada espera y nada teme. Pero cuando unos enmascarados atracan el banco, el inocente joven cae en cuenta que posiblemente ha caído en una trampa, y tal vez ha sido atacado por sus propios suegros. Completa la acción el Agente Oldham -Michael Rooker-, el agente que -tipo “Columbo”- investiga el robo cuyas pistas apuntan a “Los bandidos fantasma”, los ladrones más famosos de todo Estados Unidos.
Dirigida por Tyler Spindel, “The Out-Laws”, su título original, tiene mucho de parafernalia y muy poco de fondo. Hay comedia, un poco gruesa y tosca, también acción, autos destruidos, daños materiales, atracos y tiroteos, todo en un cóctel que a veces carece de gracia y que por ello cae en desgracia. Ante mayúsculos disparates uno siempre piensa que es bueno ver cosas livianas para distraer la mente, el tema es que en este caso, ni siquiera alcanza para eso, porque ver a Pierce Brosnan desdibujado la mayor parte del tiempo, no solo es el síntoma, sino la más probable causa del descalabro de una cinta que nunca despega y que ni siquiera da para “olvidable”.
Ficha técnica
Título original: The Out-Laws
Año: 2023
Duración: 95 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Happy Madison Productions. Distribuidora: Netflix
Género: Acción. Comedia
Guion: Evan Turner, Ben Zazove
Música: Rupert Gregson-Williams
Fotografía: Michael Bonvillain
Reparto: Adam Devine, Nina Dobrev, Ellen Barkin, Pierce Brosnan, Michael Rooker
Dirección: Tyler Spindel
viernes, 14 de julio de 2023
Misión Imposible: Sentencia Mortal - Parte 1
Este año 2023 la Inteligencia Artificial se ha tomado la discusión pública. Con el ejemplo del ChatGPT y varios otros proyectos en pleno desarrollo, el debate está abierto -no solo a nivel de expertos-, dada la incidencia que este nuevo modelo podría tener en nuestras vidas. Bastante de esto subyace en la premisa de esta nueva Misión Imposible, pues es justamente una “Entidad” la que comienza a manejar los hilos y a poner en jaque el futuro de la humanidad.
Quien más que Ethan Hunt -Tom Cruise-, y su equipo del FMI, podría hacerse cargo de tamaña amenaza. Claro, las capacidades magníficas de este agente especial le ponen en primera línea para contrarrestarla, pero no solo eso, también unir los puntos de referencia para descifrar y entender lo que involucra una fuerza que parece absolutamente incontrolable.
Para no entrar en demasiados detalles, que en realidad no es imprescindible conocer previamente, lo fundamental en esta continuación de la saga es encontrar lo antes posible una llave maestra, o más bien sus dos partes, pues significa acceso y control de algo desconocido, pero que se presume fundamental. El viaje comienza en el Mar de Bering, pasa por Ámsterdam, luego se va al desierto de Arabia, y concluye en Washington, en una introducción llena de vigor, de unos treinta minutos, que permite poner rápidamente todas las piezas en posición de ataque.
Dirigida por Christopher McQuarrie y escrita por él mismo junto a Erik Jendresen, esta secuela se sostiene gracias a la forma que adquiere el relato de los hechos, al entremezclar acción pura con adrenalina a tope, con algunas secuencias reflexivas, recuerdos que acechan al protagonista y un gran número de efectos especiales, condimentos todos esenciales para un plato tan atractivo que genera alta expectación y sin duda la necesidad de admirarlo en pantalla grande.
Abu Dabi, Roma, Venecia, y los Alpes Austríacos, son los siguientes escenarios en numerosas secuencias que emergen una tras otra, sin descanso, producidas minuciosamente, al detalle, y que dan cuenta de la mayor espectacularidad del cine, aquello que buscamos afanosamente en este tipo de cintas en las que la industria está cifrando todas sus mayores expectativas.
Llaman la atención interesantes movimientos de cámara, esas escenas donde se rodea a los actores con pequeños planos que adquieren perspectiva gracias a los ángulos captados. Asimismo, la edición vertiginosa que propone la cinta es fundamental para la continuidad de cada segmento, un esfuerzo que da buenos frutos pues rítmicamente está todo muy bien compuesto, con gran armonía y precisión.
Mención aparte para Tom Cruise, otro incombustible del Cine. A sus 61 años, parece que el tiempo en él se detuvo hace décadas, porque por agilidad y carisma, se encuentra en plena forma, transmitiendo una energía que resulta admirable. Asimismo, en el elenco destacan las tres protagonistas femeninas, cada una en su propio espacio. Hayley Atwell como Grace, Rebecca Ferguson como Ilsa Faust y Vanessa Kirby como Alanna Mitsopolis, dan buen soporte a las contrapartes de Hunt, en roles que no compiten sino que se complementan desde el punto de vista emocional, logrando un equilibrio que puede ser frágil pero que está muy bien llevado en el transcurso de la historia. Los demás roles masculinos, no obstante, se ven algo más apagados, tal vez por la concepción de esta secuela y porque se juega por la opción de potenciar otras aristas de un argumento que promete tener una segunda parte aun más vertiginosa.
“Mission: Impossible - Dead Reckoning - Part One” sobrepasa expectativas y promesas. Con justa razón, muchas personas cifran esperanzas en la recuperación de la taquilla gracias a este tipo de películas. Cruise es carta segura, y la acción bien producida, entretenida y vibrante, también resulta una apuesta ganadora. Si el año pasado fue “Top Gun”, este año puede ser “Misión Imposible”, dos películas que claramente quieren marcar un punto de inflexión, ese punto que ponga de manifiesto que el cine presencial está muy vivo, que es necesario y absolutamente indispensable.
Ficha técnica
Título original: Mission: Impossible - Dead Reckoning - Part One
Año: 2023
Duración: 163 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Paramount Pictures, Skydance Productions, TC Productions. Distribuidora: Paramount Pictures
Género: Thriller. Acción | Espionaje. Inteligencia artificial. Secuela
Guion: Christopher McQuarrie, Erik Jendresen
Música: Lorne Balfe
Fotografía: Fraser Taggart
Reparto: Tom Cruise, Hayley Atwell, Simon Pegg, Ving Rhames
Dirección: Christopher McQuarrie
Quien más que Ethan Hunt -Tom Cruise-, y su equipo del FMI, podría hacerse cargo de tamaña amenaza. Claro, las capacidades magníficas de este agente especial le ponen en primera línea para contrarrestarla, pero no solo eso, también unir los puntos de referencia para descifrar y entender lo que involucra una fuerza que parece absolutamente incontrolable.
Para no entrar en demasiados detalles, que en realidad no es imprescindible conocer previamente, lo fundamental en esta continuación de la saga es encontrar lo antes posible una llave maestra, o más bien sus dos partes, pues significa acceso y control de algo desconocido, pero que se presume fundamental. El viaje comienza en el Mar de Bering, pasa por Ámsterdam, luego se va al desierto de Arabia, y concluye en Washington, en una introducción llena de vigor, de unos treinta minutos, que permite poner rápidamente todas las piezas en posición de ataque.
Dirigida por Christopher McQuarrie y escrita por él mismo junto a Erik Jendresen, esta secuela se sostiene gracias a la forma que adquiere el relato de los hechos, al entremezclar acción pura con adrenalina a tope, con algunas secuencias reflexivas, recuerdos que acechan al protagonista y un gran número de efectos especiales, condimentos todos esenciales para un plato tan atractivo que genera alta expectación y sin duda la necesidad de admirarlo en pantalla grande.
Abu Dabi, Roma, Venecia, y los Alpes Austríacos, son los siguientes escenarios en numerosas secuencias que emergen una tras otra, sin descanso, producidas minuciosamente, al detalle, y que dan cuenta de la mayor espectacularidad del cine, aquello que buscamos afanosamente en este tipo de cintas en las que la industria está cifrando todas sus mayores expectativas.
Llaman la atención interesantes movimientos de cámara, esas escenas donde se rodea a los actores con pequeños planos que adquieren perspectiva gracias a los ángulos captados. Asimismo, la edición vertiginosa que propone la cinta es fundamental para la continuidad de cada segmento, un esfuerzo que da buenos frutos pues rítmicamente está todo muy bien compuesto, con gran armonía y precisión.
Mención aparte para Tom Cruise, otro incombustible del Cine. A sus 61 años, parece que el tiempo en él se detuvo hace décadas, porque por agilidad y carisma, se encuentra en plena forma, transmitiendo una energía que resulta admirable. Asimismo, en el elenco destacan las tres protagonistas femeninas, cada una en su propio espacio. Hayley Atwell como Grace, Rebecca Ferguson como Ilsa Faust y Vanessa Kirby como Alanna Mitsopolis, dan buen soporte a las contrapartes de Hunt, en roles que no compiten sino que se complementan desde el punto de vista emocional, logrando un equilibrio que puede ser frágil pero que está muy bien llevado en el transcurso de la historia. Los demás roles masculinos, no obstante, se ven algo más apagados, tal vez por la concepción de esta secuela y porque se juega por la opción de potenciar otras aristas de un argumento que promete tener una segunda parte aun más vertiginosa.
“Mission: Impossible - Dead Reckoning - Part One” sobrepasa expectativas y promesas. Con justa razón, muchas personas cifran esperanzas en la recuperación de la taquilla gracias a este tipo de películas. Cruise es carta segura, y la acción bien producida, entretenida y vibrante, también resulta una apuesta ganadora. Si el año pasado fue “Top Gun”, este año puede ser “Misión Imposible”, dos películas que claramente quieren marcar un punto de inflexión, ese punto que ponga de manifiesto que el cine presencial está muy vivo, que es necesario y absolutamente indispensable.
Ficha técnica
Título original: Mission: Impossible - Dead Reckoning - Part One
Año: 2023
Duración: 163 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Paramount Pictures, Skydance Productions, TC Productions. Distribuidora: Paramount Pictures
Género: Thriller. Acción | Espionaje. Inteligencia artificial. Secuela
Guion: Christopher McQuarrie, Erik Jendresen
Música: Lorne Balfe
Fotografía: Fraser Taggart
Reparto: Tom Cruise, Hayley Atwell, Simon Pegg, Ving Rhames
Dirección: Christopher McQuarrie
martes, 11 de julio de 2023
Vieja Viejo
Entre lo cotidiano, discusiones, peleas y algunas mentiras, transcurre la vida de Carmen -Paulina Moreno-, y Jorge -Nicolás Zárate-, una vida en común que tiene bastante más de agraz que de dulce. La antigua casa y el barrio, tampoco ayudan mucho a mejorar un ambiente tenso, lleno de preocupaciones y de incertidumbres.
Lo que vemos en pantalla parece real. La pobreza se percibe en cada rincón, y los problemas de salud solo agrava la sensible condición de la pareja. Están desvalidos, no cuentan con apoyo, apenas subsisten, y si emocionalmente no tienen herramientas para enfrentar el presente, menos pueden siquiera pensar en algún tipo de futuro.
Un trabajo escolar sobre qué es la vejez es aquello que permite modificar el ángulo de visión, porque son esas imágenes caseras, captadas por un celular, las que comienzan a entregar pistas sobre los problemas familiares que les llevaron a la actual condición, mostrando, al mismo tiempo, un amplio abanico de opiniones sobre la vejez que sorprenden, tanto por su honestidad como por su sentido de realidad.
Lo normal, lo natural, es un cierto maltrato entre Jorge y Paulina. No solo el lenguaje es algo duro, también esos silencios que denotan incomunicación, y que rápidamente mutan a retos y descalificaciones. Aún así, aunque mínimo, también hay espacio para momentos tiernos, un oasis dentro de una vida en pareja que por momentos resulta bastante invivible.
Es un accidente casero lo que desata la crisis. Mientras se hace patente la ausencia de música -que se transforma en un elemento preciso-, comprendemos ese miedo extremo y opresión que este inesperado incidente provoca en los protagonistas. Desconocemos qué sucederá, aumenta progresivamente la tensión, es impredecible el desarrollo de la historia, la resolución se torna inminente.
Ignacio Pavez filma su propio guion, un sentido retrato de precariedad y vulnerabilidad extrema. El pulso narrativo tiene el mérito de transmitir un gran sentido de urgencia, el entorno es en extremo sensible a los estímulos, y la inacción parece ser una norma general, dejando al descubierto un sinnúmero de responsabilidades no asumidas junto con recriminaciones por surgen doquier. La música de Dezaztre Natural y Jorge Lagos, tensa, incómoda, e incluso molesta por momentos, contribuye a acrecentar la pesada carga emocional del filme que, lejos de diluirse, se acrecienta minuto a minuto.
Premiada por Signis Chile en el pasado Sanfic18 por “la importancia y vigencia del tema central, junto a su destacado tratamiento naturalista, excelentes actuaciones, fotografía, cámara en mano y edición”, “Vieja Viejo” es una película que describe en forma auténtica lo complejo que es ser viejo en el Chile de hoy. Asimismo, el filme exhibe con gran fidelidad el quiebre emocional de sus protagonistas, mostrando en ellos una genuina desesperación e impotencia que definitivamente logra traspasar la pantalla para elaborar una obra audiovisual incómoda, urgente y necesaria.
Ficha técnica
Título original: Vieja viejo
Año: 2022
Duración: 79 minutos
País: Chile
Guion: Ignacio Pavez
Género: Drama | Vejez / Madurez
Música: Dezaztre Natural, Jorge Lagos
Fotografía: Camila Sherman
Reparto: Paulina Moreno, Nicolás Zárate, Rallén Montenegro, Ana Burgos, Paula Zúñiga, Mauricio Riveros, Francisca Monroy
Dirección: Ignacio Pavez
Lo que vemos en pantalla parece real. La pobreza se percibe en cada rincón, y los problemas de salud solo agrava la sensible condición de la pareja. Están desvalidos, no cuentan con apoyo, apenas subsisten, y si emocionalmente no tienen herramientas para enfrentar el presente, menos pueden siquiera pensar en algún tipo de futuro.
Un trabajo escolar sobre qué es la vejez es aquello que permite modificar el ángulo de visión, porque son esas imágenes caseras, captadas por un celular, las que comienzan a entregar pistas sobre los problemas familiares que les llevaron a la actual condición, mostrando, al mismo tiempo, un amplio abanico de opiniones sobre la vejez que sorprenden, tanto por su honestidad como por su sentido de realidad.
Lo normal, lo natural, es un cierto maltrato entre Jorge y Paulina. No solo el lenguaje es algo duro, también esos silencios que denotan incomunicación, y que rápidamente mutan a retos y descalificaciones. Aún así, aunque mínimo, también hay espacio para momentos tiernos, un oasis dentro de una vida en pareja que por momentos resulta bastante invivible.
Es un accidente casero lo que desata la crisis. Mientras se hace patente la ausencia de música -que se transforma en un elemento preciso-, comprendemos ese miedo extremo y opresión que este inesperado incidente provoca en los protagonistas. Desconocemos qué sucederá, aumenta progresivamente la tensión, es impredecible el desarrollo de la historia, la resolución se torna inminente.
Ignacio Pavez filma su propio guion, un sentido retrato de precariedad y vulnerabilidad extrema. El pulso narrativo tiene el mérito de transmitir un gran sentido de urgencia, el entorno es en extremo sensible a los estímulos, y la inacción parece ser una norma general, dejando al descubierto un sinnúmero de responsabilidades no asumidas junto con recriminaciones por surgen doquier. La música de Dezaztre Natural y Jorge Lagos, tensa, incómoda, e incluso molesta por momentos, contribuye a acrecentar la pesada carga emocional del filme que, lejos de diluirse, se acrecienta minuto a minuto.
Premiada por Signis Chile en el pasado Sanfic18 por “la importancia y vigencia del tema central, junto a su destacado tratamiento naturalista, excelentes actuaciones, fotografía, cámara en mano y edición”, “Vieja Viejo” es una película que describe en forma auténtica lo complejo que es ser viejo en el Chile de hoy. Asimismo, el filme exhibe con gran fidelidad el quiebre emocional de sus protagonistas, mostrando en ellos una genuina desesperación e impotencia que definitivamente logra traspasar la pantalla para elaborar una obra audiovisual incómoda, urgente y necesaria.
Ficha técnica
Título original: Vieja viejo
Año: 2022
Duración: 79 minutos
País: Chile
Guion: Ignacio Pavez
Género: Drama | Vejez / Madurez
Música: Dezaztre Natural, Jorge Lagos
Fotografía: Camila Sherman
Reparto: Paulina Moreno, Nicolás Zárate, Rallén Montenegro, Ana Burgos, Paula Zúñiga, Mauricio Riveros, Francisca Monroy
Dirección: Ignacio Pavez
jueves, 6 de julio de 2023
Fiebre
Sinopsis: Nino es un niño mimado que, inmerso en una fuerte fiebre, es absorbido por una misteriosa pintura. A pesar de que su madre le había advertido, se desata la trampa que lo hizo caer preso del cuadro. Y así, Nino no hace más que perderse en un laberinto de imágenes intentando volver a casa.
Estamos ante una película que por momentos se torna surrealista. La permanente mezcla de estilos y técnicas no hacen más que acentuar un estilo particular y diferenciador que podría perfectamente descolocar a cualquier espectador. Actores, cuadros, pinturas, fotografías en blanco y negro, animaciones y una paleta de colores de amplio espectro, son parte de numerosas escenas compartimentadas enlazadas por interesantes interludios de música clásica.
Nino -Lautaro Cantillana Teke-, es el protagonista. De unos once años, tiene una personalidad desbordante, llena de inquietud y energía. Sus condiciones, que pronto quedan de manifiesto, le impulsan a descubrir un mundo exterior que aparentemente tiene vedado por la sobreprotección que ejerce su madre. A poco andar, Nina -Nora Catalano Zúñiga-, se transforma en su compañera de viaje en una aventura cuyo techo es solo la gran imaginación de su realizadora, Elisa Eliash.
La película puede ser vista como una gran metáfora sobre los sueños y fantasías infantiles, un mundo dominado por la imaginación y por los deseos de jugar y explorar infinitas posibilidades. La fiebre que consume a Nino le provoca un estado de dispersión cercano al delirio, una gran “voladura” creativa donde abundan sensaciones producto de un mundo repleto de laberintos y ambientes en los que, curiosamente, no sobresalen las emociones.
Cuando Nino es atrapado por el cuadro, su norte es la búsqueda de su mamá. Entonces recordamos pronto la introducción, eso de encender un fósforo por su cuenta, o encontrar sus lágrimas artificiales. Cuando insiste que es ciego por esforzarse a ver a través de la guata de su mamá en su gestación, algo dice de sus limitaciones y aspiraciones, las que no se encuentran siempre en sincronía.
Muchos elementos cobran vida, otros se repiten y ciertos énfasis son persistentes; la polinesia, China y los chinos, ese volcán a punto de estallar, son puntos metafóricos a los que, en un análisis más profundo y por capas, podemos sacar bastante contenido si lo interpretamos bajo sus múltiples formas.
“Fiebre”, una interesante propuesta y, en sí misma, una arriesgada apuesta. Refleja un tránsito por lugares diversos, un viaje sensorial que visita diferentes escenarios a través de múltiples escenas. Finalmente, la suma de impresiones, expresiones, alucinaciones y obsesiones, es lo que termina de configurar un trabajo cuyo mensaje puede resultar muy distinto para cada espectador. Y sería muy interesante conversar sobre ello, porque me asaltan dudas si es una película destinada al público infantil por el alto grado de abstracción que representa. Tal vez estoy equivocado -ojalá-, sin embargo tengo la impresión que su discurso complejo en forma y elaboración, podría ser más de nicho artístico que de un público más masivo, pero aquello, sin duda, solo lo veremos con los resultados que entrega el tiempo.
Ficha técnica
Título original: Fiebre
Año: 2022
Duración: 80 minutos
País: Chile
Compañías: Coproducción Chile-Perú; La Forma Cine, Valvula Films, Films Bastardía
Género: Fantástico | Infancia
Guion: Elisa Eliash
Fotografía: Michelle Bossy
Reparto: Lautaro Cantillana Teke, Macarena Teke, Nestor Cantillana, Nora Catalano Zúñiga, José Soza
Dirección: Elisa Eliash
Estamos ante una película que por momentos se torna surrealista. La permanente mezcla de estilos y técnicas no hacen más que acentuar un estilo particular y diferenciador que podría perfectamente descolocar a cualquier espectador. Actores, cuadros, pinturas, fotografías en blanco y negro, animaciones y una paleta de colores de amplio espectro, son parte de numerosas escenas compartimentadas enlazadas por interesantes interludios de música clásica.
Nino -Lautaro Cantillana Teke-, es el protagonista. De unos once años, tiene una personalidad desbordante, llena de inquietud y energía. Sus condiciones, que pronto quedan de manifiesto, le impulsan a descubrir un mundo exterior que aparentemente tiene vedado por la sobreprotección que ejerce su madre. A poco andar, Nina -Nora Catalano Zúñiga-, se transforma en su compañera de viaje en una aventura cuyo techo es solo la gran imaginación de su realizadora, Elisa Eliash.
La película puede ser vista como una gran metáfora sobre los sueños y fantasías infantiles, un mundo dominado por la imaginación y por los deseos de jugar y explorar infinitas posibilidades. La fiebre que consume a Nino le provoca un estado de dispersión cercano al delirio, una gran “voladura” creativa donde abundan sensaciones producto de un mundo repleto de laberintos y ambientes en los que, curiosamente, no sobresalen las emociones.
Cuando Nino es atrapado por el cuadro, su norte es la búsqueda de su mamá. Entonces recordamos pronto la introducción, eso de encender un fósforo por su cuenta, o encontrar sus lágrimas artificiales. Cuando insiste que es ciego por esforzarse a ver a través de la guata de su mamá en su gestación, algo dice de sus limitaciones y aspiraciones, las que no se encuentran siempre en sincronía.
Muchos elementos cobran vida, otros se repiten y ciertos énfasis son persistentes; la polinesia, China y los chinos, ese volcán a punto de estallar, son puntos metafóricos a los que, en un análisis más profundo y por capas, podemos sacar bastante contenido si lo interpretamos bajo sus múltiples formas.
“Fiebre”, una interesante propuesta y, en sí misma, una arriesgada apuesta. Refleja un tránsito por lugares diversos, un viaje sensorial que visita diferentes escenarios a través de múltiples escenas. Finalmente, la suma de impresiones, expresiones, alucinaciones y obsesiones, es lo que termina de configurar un trabajo cuyo mensaje puede resultar muy distinto para cada espectador. Y sería muy interesante conversar sobre ello, porque me asaltan dudas si es una película destinada al público infantil por el alto grado de abstracción que representa. Tal vez estoy equivocado -ojalá-, sin embargo tengo la impresión que su discurso complejo en forma y elaboración, podría ser más de nicho artístico que de un público más masivo, pero aquello, sin duda, solo lo veremos con los resultados que entrega el tiempo.
Ficha técnica
Título original: Fiebre
Año: 2022
Duración: 80 minutos
País: Chile
Compañías: Coproducción Chile-Perú; La Forma Cine, Valvula Films, Films Bastardía
Género: Fantástico | Infancia
Guion: Elisa Eliash
Fotografía: Michelle Bossy
Reparto: Lautaro Cantillana Teke, Macarena Teke, Nestor Cantillana, Nora Catalano Zúñiga, José Soza
Dirección: Elisa Eliash
martes, 4 de julio de 2023
Krakens y sirenas: Conoce a los Gillman
Ruby es tímida. Aunque tiene amigos en la preparatoria Oceanside, siente que no logra encajar. Más encima, ante la oportunidad de poder compartir con sus compañeras y compañeros en una fiesta sobre el mar que promete mucha diversión, recibe la negativa de su madre, una mujer sobreprotectora que no quiere por ningún motivo que Ruby se acerque al océano y menos pueda tocar el agua.
Como esas estrictas prohibiciones solo detonan mayores deseos de infringirlas, lo que Ruby decide, también impulsada por sus amigos, es justamente hacer caso omiso a las recomendaciones de su madre -aunque con bastante culpa-, porque quiere ir al baile con Connor, el chico que le gusta y a quien enseña complejas matemáticas. En eso está, tratando de invitarlo, cuando una desventura hace que Connor caiga al mar y Ruby se lance a rescatarlo. En ese momento, sucede lo impensable; se transforma en una monstruosa criatura marina con sorprendentes poderes y descubre que, en realidad, ella es descendiente de las grandes reinas guerreras de los Kraken, y su destino es heredar el trono de su exigente y egocéntrica abuela, la Reina de los Siete Mares.
Dirigida por Kirk DeMicco y Faryn Pearl, esta nueva entrega de DreamWorks Animation sigue la línea de sus predecesoras al relevar temas importantes referidos a la protección excesiva y las ansias de libertad, en este caso ejemplificados en una chica adolescente. El deseo irrefrenable de ser parte de su entorno social, marcado por el espectacular baile que se llevará a cabo, incluso le hace obviar que ella no está sola, que tiene buenos amigos, y además una familia que, aunque la proteja en exceso, solo quiere lo mejor para ella.
La película tiene abundantes diálogos y mucha reflexión, lo que me plantea una primera aprehensión en cuanto a su real comprensión por los más pequeños. De hecho, cuando la fui a ver, muchos de ellos saltaban de un lado a otro -salvo en las escenas de acción-, lo que me hace cuestionar si el grado de dificultad del texto es el más adecuado.
Cuando Ruby cae al océano comienza una emocionante aventura, momento que coincide con la aparición de una chica nueva en la escuela, bella, extrovertida y popular, lo que provoca una odiosa comparación con nuestra protagonista. Y acá una segunda inquietud, porque se pone en evidencia una especie de competencia que afecta, a la baja, la autoestima de Ruby.
No obstante lo anterior, el cambio físico que sufre la protagonista, y que implica perder el control sobre sí misma, es un buen símil con la transformación corporal y hormonal adolescente, y es, a mi modo de ver, la representación que consigue los mejores resultados en cuanto al mensaje que los realizadores quieren expresar. ¿Por qué? Como existe una historia familiar, y no se la han contado a Ruby, lo que ella experimenta ahora exige respuestas, y además requiere de entendimiento, porque ese tránsito podría ser doloroso al tener que enfrentar una verdad que implica riesgo e incertidumbre.
El bello colorido que presenta el alucinante mundo marino, configura un entorno precioso para resaltar lo que podría ser el centro del relato, es decir, aquella decisión que Ruby debe tomar sobre su destino, sobre qué vertiente elegir. A veces las opciones no son tan claras, o bien se confunden en medio de algunas formas que no permiten ver el fondo, porque es tanto el deseo de encajar que fácilmente se puede perder de vista que lo más importante es descubrir nuestra propia identidad.
“Ruby Gillman, Teenage Kraken”, es una fábula sobre nuestro propio camino en la vida. La película pone énfasis en la confianza, y en el discernimiento de lo que es realmente genuino y lo que no lo es. Hay, también, un mensaje complicado sobre la desconfianza, tal vez leve, pero al que debemos prestar atención, porque ese tejido, el de la venganza, podría llegar a tener efectos negativos. Me explico. Ante el engaño, el llamado es a desconfiar, pero esa no debe ser la primera actitud a desarrollar, porque no hay mejor forma de fortalecer la confianza que tener siempre una disposición positiva. Es un tema delicado y profundo, y tal vez no viene al caso, pero ojo, no podemos dejar de ponerle la atención que requiere.
Otro valor importante que posee la película es que este enfrentamiento por años entre Sirenas y Krakens podría ser superado por las siguientes generaciones si existe voluntad y disposición, y aquí reitero que este tipo de argumento podría resultar complicado para los más pequeños por la cantidad de información asociada que podría dificultar su comprensión.
En síntesis, una hora y media de sana entretención, colores, escenarios lúdicos, peleas fantásticas, reflexiones de mucho tipo, y un desfile variopinto de personajes que sirven para adornar dos mensajes: con unidad, todo se puede conseguir y jamás debemos negar o esconder nuestra esencia.
Ficha técnica
Título original: Ruby Gillman, Teenage Kraken
Año:2023
Duración: 90 minutos
País:Estados Unidos
Compañías: DreamWorks Animation. Distribuidora: Universal Pictures
Género: Animación. Fantástico. Aventuras. Comedia | Aventuras marinas. Sirenas
Reparto: Animación
Música: Stephanie Economou
Fotografía: AnimaciónDirección: Kirk DeMicco, Faryn Pearl
Como esas estrictas prohibiciones solo detonan mayores deseos de infringirlas, lo que Ruby decide, también impulsada por sus amigos, es justamente hacer caso omiso a las recomendaciones de su madre -aunque con bastante culpa-, porque quiere ir al baile con Connor, el chico que le gusta y a quien enseña complejas matemáticas. En eso está, tratando de invitarlo, cuando una desventura hace que Connor caiga al mar y Ruby se lance a rescatarlo. En ese momento, sucede lo impensable; se transforma en una monstruosa criatura marina con sorprendentes poderes y descubre que, en realidad, ella es descendiente de las grandes reinas guerreras de los Kraken, y su destino es heredar el trono de su exigente y egocéntrica abuela, la Reina de los Siete Mares.
Dirigida por Kirk DeMicco y Faryn Pearl, esta nueva entrega de DreamWorks Animation sigue la línea de sus predecesoras al relevar temas importantes referidos a la protección excesiva y las ansias de libertad, en este caso ejemplificados en una chica adolescente. El deseo irrefrenable de ser parte de su entorno social, marcado por el espectacular baile que se llevará a cabo, incluso le hace obviar que ella no está sola, que tiene buenos amigos, y además una familia que, aunque la proteja en exceso, solo quiere lo mejor para ella.
La película tiene abundantes diálogos y mucha reflexión, lo que me plantea una primera aprehensión en cuanto a su real comprensión por los más pequeños. De hecho, cuando la fui a ver, muchos de ellos saltaban de un lado a otro -salvo en las escenas de acción-, lo que me hace cuestionar si el grado de dificultad del texto es el más adecuado.
Cuando Ruby cae al océano comienza una emocionante aventura, momento que coincide con la aparición de una chica nueva en la escuela, bella, extrovertida y popular, lo que provoca una odiosa comparación con nuestra protagonista. Y acá una segunda inquietud, porque se pone en evidencia una especie de competencia que afecta, a la baja, la autoestima de Ruby.
No obstante lo anterior, el cambio físico que sufre la protagonista, y que implica perder el control sobre sí misma, es un buen símil con la transformación corporal y hormonal adolescente, y es, a mi modo de ver, la representación que consigue los mejores resultados en cuanto al mensaje que los realizadores quieren expresar. ¿Por qué? Como existe una historia familiar, y no se la han contado a Ruby, lo que ella experimenta ahora exige respuestas, y además requiere de entendimiento, porque ese tránsito podría ser doloroso al tener que enfrentar una verdad que implica riesgo e incertidumbre.
El bello colorido que presenta el alucinante mundo marino, configura un entorno precioso para resaltar lo que podría ser el centro del relato, es decir, aquella decisión que Ruby debe tomar sobre su destino, sobre qué vertiente elegir. A veces las opciones no son tan claras, o bien se confunden en medio de algunas formas que no permiten ver el fondo, porque es tanto el deseo de encajar que fácilmente se puede perder de vista que lo más importante es descubrir nuestra propia identidad.
“Ruby Gillman, Teenage Kraken”, es una fábula sobre nuestro propio camino en la vida. La película pone énfasis en la confianza, y en el discernimiento de lo que es realmente genuino y lo que no lo es. Hay, también, un mensaje complicado sobre la desconfianza, tal vez leve, pero al que debemos prestar atención, porque ese tejido, el de la venganza, podría llegar a tener efectos negativos. Me explico. Ante el engaño, el llamado es a desconfiar, pero esa no debe ser la primera actitud a desarrollar, porque no hay mejor forma de fortalecer la confianza que tener siempre una disposición positiva. Es un tema delicado y profundo, y tal vez no viene al caso, pero ojo, no podemos dejar de ponerle la atención que requiere.
Otro valor importante que posee la película es que este enfrentamiento por años entre Sirenas y Krakens podría ser superado por las siguientes generaciones si existe voluntad y disposición, y aquí reitero que este tipo de argumento podría resultar complicado para los más pequeños por la cantidad de información asociada que podría dificultar su comprensión.
En síntesis, una hora y media de sana entretención, colores, escenarios lúdicos, peleas fantásticas, reflexiones de mucho tipo, y un desfile variopinto de personajes que sirven para adornar dos mensajes: con unidad, todo se puede conseguir y jamás debemos negar o esconder nuestra esencia.
Ficha técnica
Título original: Ruby Gillman, Teenage Kraken
Año:2023
Duración: 90 minutos
País:Estados Unidos
Compañías: DreamWorks Animation. Distribuidora: Universal Pictures
Género: Animación. Fantástico. Aventuras. Comedia | Aventuras marinas. Sirenas
Reparto: Animación
Música: Stephanie Economou
Fotografía: AnimaciónDirección: Kirk DeMicco, Faryn Pearl
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