miércoles, 31 de enero de 2024

Vidas Pasadas

En Seúl, Corea del Sur, Na Young -Greta Lee-, y Hae Sung -Teo Yoo-, son dos compañeros de curso que se tienen mucha simpatía. Incluso, es posible que sea un poco más que una simple amistad, sin embargo todo queda a medias cuando sus caminos de separan abruptamente pues los padres de Na Young deciden emigrar a Canadá en busca de mejores oportunidades para la familia. Los recuerdos que dejan atrás son imborrables, un tiempo lleno de sueños e ideales queda postergado; una pérdida insustituible, aunque, por cierto, y desde otra perspectiva, el tiempo que está por venir se presente como ganancia a futuro.

Pasan doce años sin tener contacto alguno. En ese momento, él la comienza a buscar en redes sociales hasta que la virtualidad los vuelve a reunir. El tiempo ha transcurrido, pero los afectos se han mantenido y han perdurado. Los contactos a través de audio y video se hacen más y más frecuentes, y en ese momento viven un tiempo de acompañamiento y se proyectan cuando exploraran la posibilidad de viajar a verse, o a Nueva York o a Seúl, lo que no pueden concretar por razones diversas.

Nuevamente transcurren doce años más, y esta vez las situaciones de vida de ambos han cambiado totalmente. Nora -ya se ha cambiado su nombre para adaptarse a su estadía en occidente-, está casada con un exitoso escritor, y Hae Sung se encuentra de novio, aunque acaba de poner pausa en su relación. Un reencuentro presencial en Nueva York los pone en jaque, pues deberán enfrentar a sus recuerdos y revisar las decisiones que cada uno ha tomado a lo largo de su vida.

Escrita y dirigida por Celine Song, en su debut como directora, “Past Lives” sigue a dos amigos de infancia a lo largo de 24 años. Como obra semiautobiográfica, está inspirada en hechos reales de la vida de Song, y tal vez por eso es que se siente tan íntima y tan cercana. Hablamos de una cinta que se basa en sentimientos y emociones, marcas profundas e intensas que dan forma a un vínculo que dos personas han formado desde su más temprana edad. El paso del tiempo no ha logrado diluir la fuerza motriz de una atracción vital, un lazo invisible y poderoso que de pronto pone en tela de juicio todo aquello que creían sólidamente edificado.

Celine Song es sutil en la forma de conducir el relato, tanto en la narrativa como en la filmación de cada una de sus escenas y secuencias. Casi no nos damos cuenta y ya estamos en el encuentro presencial, donde la naturalidad de ella y el nerviosismo de él no hace más que representar lo importante y definitorio que resulta ser ese momento para la vida de ambos. Lentamente, y de manera casi imperceptible, van despertando y aflorando nudos de conflicto en una historia que primero nos compromete emocionalmente y que luego, al desplegar sus cartas, provoca genuina empatía.

La tensión va siempre “in crescendo”, es interna, sin bulla, subyacente, y su punto máximo es alcanzado cuando los temores y miedos atacan la línea de flotación de la seguridad personal. Es el encuentro de los tres (Hae Sung, Nora, y su marido Arthur -John Magaro-), el momento más tenso de la cinta, escena que vemos dos veces desde ópticas distintas, primero sin saber nada, y luego, cuando ya conocemos el movimiento de algunas de las piezas del tablero. Varias posibles resoluciones y un final precioso es la corona perfecta para un relato que va de menos a más, y que logra emocionar sin recurrir a grandes trucos o elaboradas herramientas, apelando a lo simple y a lo natural por encima de cualquier complejidad argumental, es decir, directo al corazón.

“Vidas Pasadas” es una película que se expresa más en aquello que no se habla y no se dice. En el fondo, es una historia sobre lo que pudo ser, lo que no fue, y quizás, lo que será. Las capas del “In-Yun”, esas conexiones entre las personas que se atraen por el destino o la causalidad, resultan sustantivamente descriptivas porque el centro, indudablemente, es el amor, pero no cualquier amor, un amor maduro, reflexivo, y con una fuerza capaz de mover montañas. El resultado final es tan gráfico como esta misma descripción, porque la aceptación le hace frente a la renuncia, las decisiones superan las dudas, y la convicción logra vencer todo tipo de incertidumbre.

Ficha técnica

Título original: Past Lives
Año: 2023
Duración: 105 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Coproducción Estados Unidos-Corea del Sur; 2AM, A24, CJ Entertainment, Killer Films. Distribuidora: A24
Género: Romance. Drama | Drama romántico
Guion: Celine Song
Música: Christopher Bear, Daniel Rossen
Fotografía: Shabier Kirchner
Reparto: Greta Lee, Teo Yoo, John Magaro
Dirección: Celine Song 

lunes, 29 de enero de 2024

Masha y el oso: el doble de diversión

Cinco historias inéditas conforman esta película sobre la pequeña e intrépida niña y su inseparable amigo y compañero de ruta. Producida por “Animaccord Animation Studio”, “Masha y el Oso” ha sido una de las series infantiles más vistas en el mundo, probablemente por su característica principal: no incluye personajes malvados ni violencia.

Sin contar con un hilo conductor, o con una unidad básica, los cortos ofrecidos fluyen naturalmente. La trama se desarrolla en la ciudad, donde vemos al oso trabajar como fotógrafo de bodas para poder cumplir con su sueño de tener un yate para recorrer el océano. En la segunda, Masha y su amiga pingüina se sumergen en juegos que estimulan sus fantasías, mientras que el oso comparte ese mundo con ellas. La tercera parte sigue a unas abejas sobrealimentadas por Masha, que necesitan ejercicio para recuperar su vitalidad. El cuarto episodio tiene que ver con la visita del tigre con el que el oso trabajaba en el circo y con unos actos de magia que ellos improvisan para encanto de Masha y de sus amigos del bosque. Y el episodio final se relaciona con la Navidad y con otro cuento ruso tradicional conocido como “Los hermanos doce meses”, el que incluye a un grupo de magos.

En palabras de Oleg Kuzovkov, creador de “Masha y el oso”, “el tema de la relación entre un niño y un adulto es eterno, y las situaciones de la serie suceden, probablemente, con todos, por lo que no hay nada de sorprendente en tanta simpatía por la serie animada. Además, la calidad de la animación y la música, que es una rareza para los proyectos en serie modernos, también cumplen su función. A partir de los comentarios de la audiencia, está claro que exactamente la misma Masha está en todas las familias”.

Adorables personajes y entretenidas historias es una buena combinación, sobre todo para los más pequeños de la casa. Y ver esto en pantalla grande, hace que la experiencia sea realmente el doble de diversión, como propone el título de esta película animada, un evento especialmente pensado para pasar un buen tiempo en vacaciones.

Ficha técnica

Título original: Masha and the Bear: Twice the Fun
Año: 2023
Duración: 80 minutos
País: Rusia
Compañías: Animaccord Animation Studio
Género: Infantil. Comedia | Osos. Animales. Película de episodios
Guion: Dmitry Gordinsky
Reparto: Animación
Fotografía: Animación
Dirección: Vasiko Bedoshvili, Artyom Naumov, Natalya Berezovaya 

viernes, 26 de enero de 2024

Los Colonos

Esta película de Felipe Gálvez Haberle, candidata al Óscar representando a Chile y que lamentablemente no fue escogida por la Academia, se teje a través de diferentes miradas. Por lo pronto la de José Menéndez -Alfredo Castro-, el omnipotente terrateniente; también la del teniente MacLennan -Mark Stanley-, el ejecutor práctico y leal colaborador del hacendado; la de Segundo -Camilo Arancibia-, un mestizo chileno que guía la expedición; y la de Kiepja -Mishell Guaña-, una mujer indígena que se les une en el camino. Todas son miradas únicas, particulares y sesgadas, que no tienen el panorama completo de la acción, porque la mirada amplia la tiene Felipe Gálvez cuando cuenta la historia del Genocidio Selk’nam desde una posición clara y definida. Se trata de la colonización de la Patagonia a un costo brutal, inhumano, y bestial.

Corre 1901. El Estado Chileno ha entregado tierras en usufructo a Menéndez. De pocas palabras pero de acción concreta, el patrón no duda en pedir condiciones especiales para que su negocio ovejero prospere. Y esas condiciones no son inocuas. Muy por el contrario, significa el exterminio de cualquier posibilidad de enfrentamiento en el camino que se debe recorrer. Él pide una ruta despejada y MacLennan lo entiende literal, libre de obstáculos, libre de indígenas, libre de cualquier ser humano que se interponga en el camino.

El equipo reclutado es mínimo. Son solo tres quienes van a la aventura para abrir paso: el teniente, el mercenario y el mestizo. No hay códigos, menos honor. El viaje, este camino de apertura, es una tarea dura, por lo que la rutina, incluso entre ellos, se da entremedio de golpes, gallitos y peleas. El crudo inicio ya lo había anticipado: un accidente y un asesinato. En dos minutos, las cartas credenciales son explícitas, la respuesta a cualquier dificultad es la aniquilación total y completa, es decir, borrar del mapa, liquidar a diestra y siniestra.

Felipe Gálvez Haberle usa algo de western, de aventuras y de thriller político para narrar la historia. Y lo hace en un tono discursivo exponiendo y cuestionando el poder y el valor de la propiedad. Entre parajes recónditos y una intimidad que por momentos podría resultar abrumadora, Gálvez pone acento en la mirada de Segundo, en sus silencios, en su observación quieta y tranquila por fuera, y encendida y ardiente por dentro. Furtivas miradas de los caballos se suman para configurar esa figura pasiva, una persona que involuntariamente se transforma en cómplice de brutalidades que está lejos de poder comprender.

Al encontrarse en una playa con un batallón que custodia el lugar -las fronteras están delimitándose, pero en la práctica hay muchísima tierra de nadie-, son llevados a un refugio. A cargo del coronel Martin -Sam Spruell-, un viejo oficial inglés, vemos cómo la traición no se perdona por ningún motivo. Es el momento en que Kiepja se une a la expedición, y también es el momento en que el nivel de violencia alcanza una de sus cumbres. Es el fin del mundo, pero ¿hasta dónde puede llegar la falta de humanidad y consideración de estos hombres, si de verdad podemos llamarles hombres?

Luego de un salto temporal de 7 años, pasamos a un epílogo que tiene su centro en otra dimensión, tal vez la más política de la cinta. Un emisario del Presidente Montt, Manuel Vicuña -Marcelo Alonso-, hace una visita de cortesía a Menéndez. Lo enfrenta, sí, pero lo trata como el pétalo de una rosa para enrostrarle las matanzas, las muertes y los remates de indígenas. No obstante, esto parece no ser suficiente, porque quien manda realmente es el poderoso estanciero, y contra eso, el Estado de Chile no puede hacer nada. El viaje de Vicuña a la zona de Chiloé, -hacia el norte-, logra un testimonio indígena que es, tal vez, lo más logrado de la película en términos de la historia, y esto gracias a la sensibilidad, honestidad y transparencia con la que Camilo Arancibia construye su personaje, y la ironía con que sutilmente el director da cuenta de lo que, para la capital, Santiago, sería lo más importante: la formalidad y las apariencias.

Difícil película “Los Colonos”. Difícil de ver, incómoda, y por momentos desagradable, me atrevería a decir, porque es un cine visceral que no esconde su deseo de molestar y punzar respecto al tratamiento temático. Gálvez no concede respiro y tampoco cede en su afán de ser ilustrativo y descriptivo. En cuanto a la forma, los diálogos-multi idioma se podrían tomar como una metáfora a la gran dimensionalidad que el tema adquiere en su contexto político social. Como lo hemos visto en otras cintas, “Blanco en Blanco”, por ejemplo, pero con un foco diferente, Felipe Gálvez Haberle compromete su propia mirada de la historia y se la juega para dejar una marca importante esta cinta, una película cruda sobre un genocidio espantoso.

Ficha técnica

Título original: Los colonos
Año: 2023
Duración: 97 minutos
País: Chile
Compañías: Coproducción Chile-Argentina-Dinamarca-Francia-Reino Unido-Suecia-Taiwán; Don Quijote Films, Rei Cine, Snowglobe Films
Género: Drama. Aventuras | Años 1900 (circa)
Guion: Felipe Gálvez Haberle, Antonia Girardi
Música: Harry Allouche
Fotografía: Simone D’Arcangelo
Reparto: Alfredo Castro, Camilo Arancibia, Mark Stanley, Benjamin Westfall, Marcelo Alonso
Dirección: Felipe Gálvez Haberle 

miércoles, 24 de enero de 2024

Pobres Criaturas

Bella Baxter -Emma Stone-, es la figura central de este nuevo trabajo del realizador griego Yorgos Lanthimos, recientemente ganadora del León de Oro a la mejor película en el Festival de Cine de Venecia y con once nominaciones a los premios Óscar. El director apunta alto, y la protagonista realmente se luce en una cinta irreverente y provocadora ante la que no podemos permanecer indiferentes.

La historia remite al poco convencional científico y cirujano Godwin Baxter -Willem Dafoe-, quien rescata el cuerpo de Bella y la resucita gracias a un implante cerebral de un bebé. De esa forma, la mujer comienza a dar sus primeros pasos de vida en un cuerpo adulto ya formado. La protección de Godwin es similar a la de un padre, por ello cuando su aprendiz-colega Max McCandles -Ramy Youssef-, queda prendado de la joven y pide su mano, el doctor entrega su aprobación sin ningún reparo.

Aunque Bella inicialmente acepta la propuesta de Max, el momento coincide con su despertar sexual, lo que cambia completamente el estado de las cosas. La presencia del elegante abogado Duncan Wedderburn -Mark Ruffalo-, produce en ella un deseo irrefrenable que los lleva a emprender una loca aventura intercontinental, un verdadero viaje de conocimiento, descubrimiento y experimentación que incluye el desarrollo de cada uno de sus sentidos.

Escrita por Tony McNamara y basada en la novela de Alasdair Gray, del año 1992, “Poor Things” tiene de todo menos algún tipo de concesión. Ya conocemos el estilo excéntrico de Lanthimos, y es por eso que tal vez no nos sorprenda su obsesión por destacar un aspecto por sobre otro, en este caso la libertad sexual femenina, enfocando cada una de sus etapas con un desarrollo frenético y arrollador.

Emma Stone brilla bajo la mano del cineasta. La complementación es perfecta, y ella parece tener rienda suelta ante una cámara que la sigue y persigue desde todos los ángulos posibles. Los ojos de Lanthimos son los nuestros, pero también los de Bella, quien los abre ante un mundo lleno de posibilidades, quizás impensadas, para el Londres victoriano que solo sirve de pretexto. Es notable el manejo de la actriz en cada una de las etapas de desarrollo de su personaje. El tránsito desde lo infantil, pasando por la adolescencia, hasta llegar a la adultez, es encarado por Emma Stone gracias a un abanico de recursos dramáticos siempre puestos al servicio del relato. Realmente vibrante, un papel deslumbrante ya reconocido ampliamente con nominaciones y premios.

Willem Dafoe, por su parte, construye un personaje fascinante, no solo gracias a un maquillaje estupendo, sino que gracias a la prestancia y templanza que el actor entrega a Godwin Baxter. Desde su modo de caminar, sus modales, y sus miradas, siempre vemos transparentemente a este loco científico, quien no deja de admirar su creación, siendo, tal vez, lo más cercano a un verdadero dios terreno que dispone según su voluntad. Mark Ruffalo, el victimario que muy pronto se convertirá en víctima, aporta ese tono de comedia tan necesario para suavizar las cosas, y a la vez jugar de pivote en un triángulo -o mejor aún, cuarteto-, que se mantiene firme a lo largo de todo el metraje.

Como en toda película de Lanthimos, el nivel de producción es óptimo. El uso del blanco y negro y el color, la disposición del cuadro (sin panorámica), el intercambio permanente de lentes, y los bruscos acercamientos y alejamientos, son todos elementos técnicos que tienen una razón de ser para retratar la particularidad de cada momento. Esta característica denota inquietud, la necesidad de salir de los moldes convencionales para la creación de un estilo particular, porque aunque nos aventuremos, podemos perfectamente hablar de un estilo "Lanthimos", tan reconocible como inconfundible. Por cierto, no sería él mismo sin referencias políticas y sin algunas banderas de lucha. Si bien no es su foco central, están presentes y por lo demás, muy bien puestas, dibujadas adecuadamente en una trama que, por lo impredecible que resulta, nos mantiene en suspenso permanente.

“Pobres Criaturas” es una película disruptiva, qué duda cabe, pero hecha con delicadeza y sutileza a pesar de que parezca todo lo contrario. Hay que tener cuidado, porque hay varias capas presentes, y si nos quedamos solo con las obvias nos perderemos las más profundas. Por lo mismo, se requiere criterio formado para ver esta cinta, ya que sería muy fácil confundirse, extraviar el foco y marearse con el mar de distractores que nos ofrece el director. Yorgos Lanthimos lo tiene claro, y por eso él se explica a sí mismo, y en sí mismo, con cada toma, con cada encuadre, para, de esa forma, provocar un gran contraste con la perspectiva general de la obra.

Ficha técnica


Título original: Poor Things
Año: 2023
Duración: 141 minutos
País: Irlanda
Compañías: Coproducción Irlanda-Reino Unido-Estados Unidos; Element Pictures, Film4 Productions, Fox Searchlight, TSG Entertainment. Distribuidora: Fox Searchlight
Género: Fantástico. Romance. Ciencia ficción. Comedia | Siglo XIX. Realismo mágico
Guion: Tony McNamara. Novela: Alasdair Gray
Música: Jerskin Fendrix
Fotografía: Robbie Ryan
Reparto: Emma Stone, Mark Ruffalo, Willem Dafoe, Ramy Youssef, Christopher Abbott y Jerrod Carmichael
Dirección: Yorgos Lanthimos

lunes, 22 de enero de 2024

El Niño y la Garza

Basada en la novela de 1937, “Kimitachi wa Dō Ikiru ka”, escrita por Yoshino Genzaburō, esta película sigue a un niño de 12 años llamado Mahito, quien pierde trágicamente a su mamá. Luego de un tiempo, junto a su padre abandonan Tokio y se trasladan a otra ciudad y visitar a Natsuko, su tía. Para Mahito, esto es incómodo, toma distancia de ella, una situación que se acrecienta cuando la joven mujer queda embarazada de su padre. Ensimismado y solitario, Mahito comienza a relacionarse más y más con un ave especial, una garza parlante que le desafía a incursionar en un torreón abandonado. Es en ese lugar donde Mahito comienza una aventura maravillosa en la que busca a su madre mientras, poco a poco, va descubriéndose a sí mismo.

Esta película de Hayao Miyazaki, es una joya desde el punto de vista artístico por su maravillosa y cuidada animación, y también desde el punto de vista literario, dada su exposición conceptual y narración fluida. No es fácil enfrentar una historia de pérdida y de trauma que refleje la desprotección, la incertidumbre y la tristeza de la que da cuenta el pequeño protagonista. Esa torre clausurada, misteriosa y atractiva, es sin duda una invitación para un alma inquieta que necesita obtener respuestas. Mahito ve allí una oportunidad, una ventana a un mundo desconocido, con cierto temor pero también con mucha esperanza. Y todo no nace de él, el impulso se lo da la garza, que al comienzo pelea, lo provoca, lo enfrenta, despierta su curiosidad y produce que la indecisión propia de la circunstancia de vida por la que transita se transforme en un fuego necesario y vital.

Hábilmente, este gran realizador nos muestra un camino, un tránsito repleto de metáforas, una síntesis de un viaje que perfectamente puede resumir una vida entera con un recorrido cuyos caminos son esenciales para entender el origen de la vida y la permanente búsqueda de la paz. ¿Cuánto de sí mismo encuentra Mahito en esta formidable excursión? Mucho, tal vez, porque bastante de lo que vemos puede interpretarse como un reflejo, un sueño, un espejo de su propia espiritualidad que poco a poco se va develando y dando a conocer.

Hay muchísimos elementos interpretables en el curso de este relato. Por ejemplo, los conceptos de arriba y abajo, las almas por nacer que necesitan madurar, la abundante belleza, la protección de la familia, la historia de los antepasados, etc. Mucho de esto funciona, además, en clave de homenaje, junto con esa división de dimensiones, esos paralelos, tratados conjuntamente y por separado.

“El niño y la garza” habla de un descubrimiento permanente, de enfrentarse a uno mismo y a nuestros propios temores sin achacarle nada de esto a los demás. Las reglas y el deber ser, dan paso a la inspiración y al brillo de una luz esperanzada, porque las decisiones y opciones que corresponden a cada uno de nosotros, y mucho más, nuestros vínculos más trascendentes, no se consiguen sin primero descubrir nuestro propio camino interior. Si bien la esencia -o motivación inicial-, es la búsqueda de su madre, lo que emerge es la multidimensionalidad del ser, con los pasos y traspasos que moldean la personalidad y construyen el yo, íntimo, social y lleno de vida.

Dentro de los puntos importantes que el relato releva, se encuentra presente el legado necesario y la permanente dicotomía entre el bien y el mal. Así, emergen como puntales fundamentales, tres ideas, tres conceptos que son desarrollados en múltiples direcciones y ejemplificados con una delicada pluma artística. Se trata de la generosidad, la paz y la belleza, elementos particulares que tienen valor en sí mismo, pero que al estar juntos, potencian la forma de ser y de vivir, de desarrollarse, y con ello, finalmente, trascender.

“El niño y la garza” es una poesía audiovisual, una fábula fantástica sobre la vida, una síntesis magistral que Hayao Miyazaki nos regala sobre ese mundo interior, amplio y inescrutable que llevamos dentro.

Ficha técnica

Título original: Kimitachi wa dô ikiru ka
Año: 2023
Duración: 124 minutos
País: Japón
Compañías: Studio Ghibli. Productor: Toshio Suzuki. Distribuidora: Toho
Género: Animación. Drama. Fantástico | Años 40. Drama psicológico
Guion: Hayao Miyazaki
Reparto: Animación
Música: Joe Hisaishi. Canción principal: Kenshi Yonezu
Fotografía: Animación, Atsushi Okui
Dirección: Hayao Miyazaki 

sábado, 20 de enero de 2024

Con todos menos contigo

Simpática comedia, especial para este tiempo estival y pasar un buen rato. Es, por supuesto, un tema con variaciones del original “chica conoce chico”, pero el modelo debe resultar. Acá funciona, veamos por qué.

La atracción es inmediata. Cuando Bea -Sydney Sweeney-, conoce a Ben -Glen Powell-, luego de un ingreso apurado a una cafetería para usar el baño urgentemente, poco falta para que se desmaye al instante. Es que el guapo galán no solo se fija en ella, sino que le ofrece una particular ayuda: fingiendo ser su esposo, usa su lugar en la fila para comprarle un té y, gracias a eso, pedir la llave del baño para la, a esa altura, angustiadísima joven.

El incidente, que bien podría haber pasado a ser solo una anécdota, no se queda ahí. Ben la invita a salir de inmediato, y ambos recorren la ciudad contándose historias e intercambiando puntos de vista sobre muy diversos temas. Ella estudia derecho y él se desempeña en finanzas, lo que no es impedimento para una larga conversación que termina con una improvisada y austera cena en el departamento del joven. Tanto hablan que se quedan dormidos en el sofá, y antes del amanecer, Bea se escapa a hurtadillas. Pero regresa, arrepentida, pero escucha los improperios que Ben le cuenta a su mejor amigo Pete -GaTa-, sobre una noche desafortunada con una desastrosa chica.

La historia se salta seis meses para llegar a otro encuentro fortuito. Halle, la hermana de Bea, sale con Claudia, la hermana de Pete, y coinciden en una fiesta que les pone de frente para que se digan todo lo que tienen guardado el uno del otro desde su primer y único encuentro. Las cosas no mejoran, y la invitación al matrimonio de Halle y Claudia, nada menos que en Sidney, no hace más que complicar las cosas, porque viajan en el mismo vuelo, comparten mismos trayectos y deben vivir la incomodidad de alojar bajo el mismo techo.

El relato sigue enredándose pues también están invitados a la boda la ex pareja de Ben y el ex novio de Bea. O sea, realmente son muy pocos invitados pero, que duda cabe, son una multitud, y eso no es agradable. A esa altura, el odio que se tienen traspasa umbrales, sin embargo la perspectiva de enfrentarse a sus respectivos “ex” les ofrece una salida poco delicada aunque bastante arriesgada. ¿Qué tal si fingen ser pareja? Eso ayudaría a Bea para alejar a Jonathan, y también a Ben, para así darle celos a Margaret. Negocio redondo, ganancia para todos, pero esto es película y las cosas no salen según lo planeado. Lo que viene después es de manual: aventuras y desventuras que derivan en un predecible final que no esconde ninguna pieza. No entrega ningún giro copernicano, pero que entretiene, entretiene.

Primero punto a favor, química pura entre los protagonistas. Desde su encuentro inicial y durante los posteriores desencuentros, ambos son imanes que se potencian estando juntos en pantalla. Segundo punto, buenos gags, sobre todo los primeros. Naturales y sin sobrecargar situaciones, provocan risas y alivianan el tranco. Y tercer punto, el entorno es paradisiaco, y la fotografía le saca partido con tomas aéreas preciosas que resaltan el bello paisaje.

Donde se cae “Anyone But You” es en la elaboración de los nudos de conflicto. Como el más importante está al inicio, demora mucho en decidir con qué provocará el conflicto final. Mientras eso ocurre, todo se va diluyendo en un paulatino declive que solo es contenido con un pequeñísimo giro que anticipa lo que todos, por supuesto, sabemos de antemano.

Pero no nos quedemos con lo menos logrado, relevemos aquello que funciona bien, como esas imágenes nocturnas de la bahía de Sidney mientras esta pareja de “enemigos-amigos” flota agarrada a una boya de seguridad en espera de un rescate milagroso. O las imágenes diurnas de una urbe colorida que llama a gritos ser visitada, o revisitada, con el emblemático Teatro de la Ópera como telón de fondo.

Liviana y agradable, con una buena producción, esta comedia, aunque no reinvente nada, se las arregla para lograr su cometido. De tan cotidiana, pasa por encima algunos puntos importantes que se asoman de cuando en vez, y ese es un mérito, porque no hay nada más difícil que hacer parecer simple aquello que, quizá, es de lo más complejo de nuestra vida.

Ficha técnica

Título original: Anyone But You
Año: 2023
Duración: 103 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Sony Pictures, Fifty-Fifty Films, Olive Bridge Entertainment, RK Films. Distribuidora: Sony Pictures
Género: Romance. Comedia | Comedia romántica
Guion: Will Gluck, Ilana Wolpert. Historia: Ilana Wolpert
Música: Este Haim, Christopher Stracey
Fotografía: Danny Ruhlmann
Reparto: Sydney Sweeney, Glen Powell, Alexandra Shipp, GaTa, Hadley Robinson, Michelle Hurd, Dermot Mulroney, Darren Barnet, Bryan Brown y Rachel Griffiths
Dirección: Will Gluck 

viernes, 19 de enero de 2024

Sobrevivientes después del terremoto

La ciudad de Seúl, capital de Corea del Sur, ha sido devastada por un mega terremoto que resulta indescriptible. Caos total, incredulidad extrema. Una sorpresiva acción de la naturaleza que ha cobrado miles de vidas y arruinado toda la infraestructura kilómetros a la redonda. La destrucción es total, aún persisten los focos de incendio y los sobrevivientes son realmente escasos. La miseria se abre paso entre medio de un paisaje desolador donde no parece quedar nada en pié; salvo un edificio, solo uno, los departamentos “Hwang Gung”.

Esto es solo el comienzo de esta película dirigida por Um Tae-hwa. Lo que viene a continuación, luego del shock inicial, responde a la pregunta que se hacen los habitantes del edificio, y que por lo demás, nos haríamos todos nosotros en una situación similar: ¿qué hacemos ahora? No hay respuesta, sino más bien ligeras intuiciones. Ante la falta de comida, organizarnos; ante la seguridad, protegernos; ante la incertidumbre, explorar qué opciones tenemos. No es fácil decidir, pues la primera reacción de los 219 sobrevivientes, correspondientes a 136 hogares es, probablemente, bastante natural: aislarse, rascarse con las propias uñas. El cambio hacia la apertura no es sencillo, sin embargo es vital. En comunidad se enfrentan mejor las dificultades, pero cuál comunidad, la del edificio, la exclusiva de los residentes, o aquella que involucra a todos los sobrevivientes, internos y también externos?

Los personajes clave se van construyendo paulatinamente. Min-seong -Park Seo-joon-, y su esposa Myeong-hwa -Park Bo-young-, el matrimonio joven del departamento 602, y Geum-ae -Kim Sun-young-, la presidenta de la asociación de mujeres del complejo, habitante del 1207 son los primeros reconocibles. Luego surge Yeong-tak -Lee Byung-hun-, del 902, el electo delegado responsable de organizarlo todo, un hombre en un principio quitadito de bulla pero que, poco a poco, va construyendo sus responsabilidades en base a osadas decisiones. Este cuarteto soporta en sus hombros gran parte del metraje y resulta convincente, tanto en el desarrollo dramático de sus representados, como en los aspectos que se refieren a sus respectivas personalidades.

¿Es una bendición sobrevivir a una debacle de este tamaño? Podríamos responder casi automáticamente que sí, pero a poco andar nos damos cuenta que tras el infierno vivido, surge un nuevo infierno, tal vez más crudo y profundo, cuando emergen las divisiones internas producto de la lucha instintiva por sobrevivir. Las acciones y reacciones suelen ser irracionales, viscerales, dejando de lado cualquier consideración lógica para un comportamiento que comienza a ser regido en base al poder y que tiene una cara que muestra la mayor miseria humana.

El sentido de pertenencia se explicita fuertemente en las primeras acciones del grupo. Ellos son los “elegidos”, por tanto se deben proteger de las amenazas externas. Su derecho está dado por la propiedad de sus departamentos, algo que les permite imponer defensa y excluir a los foráneos. Y parecen no dudarlo. La figura del delegado cobra más importancia al aplicar las decisiones grupales, aunque siempre veamos un poder en las sombras; la mujer presidenta. Se deben fijar normas, lo hacen; necesitan organizarse y definir la forma repartir las raciones que, obviamente, son limitadas. Es imperioso salir a buscar sustento; un grupo de avanzada se encarga de aquello mientras otro grupo defiende el lugar y los demás se protegen bajo un pseudo escudo de confort.

La cinta corre y con ello también se visualizan cambios en el joven matrimonio. Él ensaya papeles más protagónicos, al punto de transformase en el asistente, o mano derecha, del delegado; ella, por su parte, permanece callada pero lo observa todo a su alrededor, y a través de su mirada vemos, tal vez, lo mismo que a ella le llama la atención. Lo que están haciendo no parece correcto, hay grietas, excluir a los externos, tarde o temprano se les volverá en contra, y la discriminación también llegará a un punto de no retorno.

Entre imágenes intercaladas, previas a la catástrofe, vemos que también son capaces de generar espacios de esparcimiento y de fiesta. No parece real, pero lo es, momento en el que el director decide mostrarnos la vida pasada del delegado, mientras este personaje, lentamente, se va transformando en un pequeño dictador. Las diferencias de trato internamente aumentan, la diferencia de trabajos o responsabilidades se ve reflejada en privilegios de comida, y así, en cada cosa cotidiana. Los ataque externos aumentan. A las avanzadas, y también asonadas al edificio. Cuando se descubren intrusos al interior son desalojados, y a quienes los han ayudado y escondido, se les marca y estigmatiza.

El regreso de Hye-won -Park Ji-hu-, una estudiante residente del 903 marca el punto de inflexión. Desde ese momento comienzan algunos descubrimientos importantes y se pone en evidencia al delegado. Todo crece en tensión y la contención ya no se ve posible. La locura de ha desatado, la enajenación es total, y amenaza destruirlo todo, acabarlo todo.

“Concrete Utopia”, su título original, mucho más claro y decidor, es una película eminentemente provocativa. Las brisas de comedia negra al interior de un drama de proporciones épicas están perfectamente delineadas. Podríamos decir, incluso, que estamos frente a un estudio social, un estudio sobre la naturaleza humana que, bajo ese leve tono de sátira, esconde parcialmente la rudeza y fuerza de argumentos que por momentos son expuestos sin ningún tipo de filtro. La mega catástrofe resulta, así, una buena excusa para realmente mostrar comportamientos humanos ante situaciones extremas, acciones y reacciones donde sale lo peor -y también lo mejor- de las personas.

Pero no todo está perdido. Hay una moraleja, una luz de esperanza y generosidad. Lo difícil es saber encontrarla, o bien, luego de qué camino la podríamos encontrar. Es por eso que, en un cierre vital, la película logra completar el círculo, redondear una historia que es mucho más que la sobrevivencia de un grupo de personas. Corresponde, aunque sea algo reduccionista, a la sobrevivencia de la especie humana en un mundo que está siendo devastado por nosotros mismos y al que la naturaleza, en cualquier momento, podría ponerle el punto final.

Ficha técnica

Título original: Concrete Utopia
Año: 2023
Duración: 130 minutos
País: Corea del Sur
Compañías: Climax Studios, BH Entertainment Co. Ltd.
Género: Ciencia ficción. Thriller. Drama | Catástrofes. Terremotos. Supervivencia. Distopía
Guion: Um Tae-hwa, Kim Dong-gyun
Música: Kim Hae-Won
Fotografía: Cho Hyung-rae
Reparto: Lee Byung-hun , Park Seo-joon y Park Bo-young .
Dirección: Um Tae-hwa 

jueves, 18 de enero de 2024

Héroe por encargo

Sinopsis: Mason Pettits, exagente de las fuerzas especiales está atrapado en un aburrido trabajo de oficina. A regañadientes acepta un encargo para proporcionar seguridad privada a Claire Wellington, una periodista fracasada, mientras entrevista a Juan Venegas, un despiadado -pero impecablemente vestido- dictador. Justo cuando está a punto de conseguir la primicia de su vida, estalla un golpe militar. Para salir con vida, el peculiar trío debe apañarse para sobrevivir a los asesinos, a la selva y a ellos mismos.

Esta es una película menor, pero no por ello, menos entretenida. ¡Qué similitud hay entre John Cena y Arnold Schwarzenegger! Seguro que Cena es gran fan y admirador. Me atrevo a pensar que si esta película se hubiera hecho hace más de 30 años, seguro que el papel era para Schwarzenegger junto a … ¿Salma Hayek? Pero bueno, estamos en 2024 y los roles pasan indudablemente por las modas, bien lo sabemos.

Ok, entiendo, volvamos a lo que nos convoca. El inicio presenta un arco completo, una descripción en detalle de gran parte de la vida del protagonista que da una vuelta larga para mostrarnos, finalmente, su frustración total. Y la guinda de la torta es que su relación de pareja se termina (aunque no se crea mucho, porque se ve muy falsa esa escena). De ahí en más, y antes también, por supuesto, el desfile de caricaturas y estereotipos no se hace esperar, porque comienza una aventura que tiene como eje un dictardocillo latinoamericano, de esos que no abundan pero dañan bastante a su pueblo. ¿Raya para la suma? El protector, y esta vez al cuadrado, debe defender a la joven periodista (y también al galán autoritario) de un cuanto hay de situaciones que amenazan su vida a cada paso que dan.

Algo que me llama la atención es la poca química entre los dos protagonistas. Y no es que no sean simpáticos o no atraigan miradas. Tampoco destiñe el elegante dictador vestido de un blanco impoluto en el medio de la selva tropical, pero aun así, no cuadra, tal vez por lo básico de un guion que, si no recurre a la acción, se cae al suelo y varias veces. Además, con 15 minutos menos (hasta 20 me atrevo a decir), habría resultado mejor, porque hay al menos dos posibles finales antes que se baje definitivamente el telón.

No quisiera terminar mi comentario sin destacar lo bueno que tiene “Freelance” (es mejor el título original, sin duda). Las aventuras son entretenidas, los paisajes filmados son lindos, y los efectos especiales de disparos, bombas, ataques, explosiones y escenas aéreas, abarca, y muy bien, un nutrido abanico de elementos de entretención. Y a este tipo de películas, de verdad, no le pedimos mucho más, solo que cumpla lo que promete y que no se vaya por las ramas para terminar desinflada y con respiración artificial. Esta película se mantiene sobre la raya de flotación la mayor parte del tiempo, aunque da la impresión que le entra bastante agua al bote.

Ficha técnica

Título original: Freelance
Año: 2023
Duración: 109 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Endurance Media, Sentient Entertainment, Sentient Pictures, AGC Studios, Signature Films
Género: Acción. Comedia
Guion: Jacob Lentz
Música: Geoff Zanelli, Elliot Leung
Fotografía: Thierry Arbogast
Reparto: John Cena, Alison Brie, Juan Pablo Raba y Christian Slater
Dirección: Pierre Morel 

miércoles, 17 de enero de 2024

Breaking Social

Según su premisa -breakingsocialfilm.com- , este trabajo documental analiza los patrones globales de cleptocracia y el extractivismo. Un periodista de investigación asesinado en Malta, un río sin agua en Chile, dos casos como ejemplo. Además, expone que cuando la gente llega a un punto de no retorno, empieza a organizarse y a protestar. Por eso anuncia que veremos a quienes luchan en las primeras líneas de levantamientos sociales en varias partes del mundo.

Asimismo, la cinta da cuenta de una exploración sobre las posibilidades de superar la injusticia y la corrupción, señalando finalmente que es una película sobre cómo reinventar los componentes básicos de nuestras sociedades y cómo encender las semillas de esperanza que viven dentro de cada uno de nosotros.

De una hora y media de duración, y dirigida por Fredrik Gertten, se inicia con imágenes de Chile. Vemos a una bailarina rodeando el Centro Cultural GAM, en pleno centro de Santiago, su capital. Luego se muda a Afganistán, y pone el foco en el fenómeno de la corrupción. Asumiendo un trabajo de investigación, suma otros países y ya viajamos a Malta, donde se observan movimientos callejeros y protestas a raíz del colapso del estado de derecho y la cooptación del poder para beneficio de las personas que lo ejercen.

La cleptocracia, ese aprovechamiento general de todo, es su foco central, y nos trasladamos a Países Bajos y a Estados Unidos antes de regresar a Chile, a su valle central para ver la ausencia actual de agua y una sequía mortal, con una gran empresa minera como culpable.

Los testimonios que escuchamos denuncian un sistema económico impuesto que no sabemos hacia dónde va, si es que realmente va a alguna parte. Toma relevancia, entonces, la situación pre estallido social chileno, porque da cuenta de aquel enojo que desencadena cambios, punto desde el que, según esta visión editorial, mejoran las cosas. Nos movemos a Inglaterra, a la venta de pasaportes dorados (para millonarios) en Malta, volamos a Nueva York y asistimos a las dificultades de sindicalización tomando el ejemplo del grupo de trabajadores de Amazon y las excentricidades de su CEO, Jeff Besos. No paramos, vamos de punto en punto, de cima en cima, de lugar en lugar.

Estamos ante un trabajo que juzga, califica y descalifica. Su máxima es que la unidad de las personas puede vencer cualquier situación. Propone que desde allí surgirá la esperanza que derrote la corrupción, modifique las políticas económicas, enmiende la política partidista, y con ello mejore, o reinicie, todo el sistema político social.

En mi opinión, es un trabajo interesante pero incompleto. Por ejemplo, en el caso chileno no muestra la violencia destructiva del denominado estallido. Luego, al mencionar el proceso de la Convención Constitucional describe, desde la óptica de una joven, cómo se plasman los sueños e ilusiones después de la revolución de Octubre de 2019, pero sin dar cuenta del posterior rechazo mayoritario (en un participativo plebiscito) a la propuesta refundacional del país.

No deja de ser complejo cuando en una investigación no tenemos todos los elementos encima de la mesa. Es cierto que la línea editorial la decide el realizador, sin embargo cuando aquella es mayoritariamente ideológica se torna complaciente al ofrecer solo una postura, una sola cara de la moneda.

“Breaking Social” claramente es una denuncia, y muy bien filmada, pero no da cuenta de todos los hechos o de todas las visiones. ¿Es un trabajo destinado a influir realmente, o solo con el objetivo de entregar un mensaje, independiente de su acogida y aceptación? Aunque falten elementos, esto último, en vez de clausurarlo de cuajo, puede resultar una buena oportunidad para abrir un debate que aun tiene mucho que decir. El tiempo lo dirá, y quienes lo observen también.

Ficha técnica


Producción ejecutiva: Fredrik Gertten y Margarete Jangård
Producción: Fredrik Gertten y Margarete Jangård
Edición: Benjamin Binderup
Distribución: : DocsBarcelona Distribution
Director: Fredrik Gertten 

martes, 16 de enero de 2024

El juego de la muerte

Muy interesante propuesta resulta ser esta película, de factura Rusa, a cargo de la directora Anna Zaytseva. Y son varias las razones que están involucradas en este ágil desarrollo de una hora y media de duración que nos mantiene atrapados, y al borde del asiento, de comienzo a fin.

La historia trata de dos hermanas adolescentes, Dana y Julia, quienes viven junto a su madre. Por supuesto la relación entre ellas es frenética y cambiante a cada minuto, sin embargo un punto de inflexión lo cambia todo. Julia descubre unas fotos “subidas de tono” de su hermana mayor, amenaza con dejarla al descubierto, y al poco tiempo pierde la vida en forma trágica. Nada es muy claro ante tal conmoción, pero existen algunas pistas ocultas en el computador de Julia que sugieren la posibilidad de algún tipo de intervención por parte de terceros. Dana se obsesiona, quiere saber la verdad, descubrir qué motivó la muerte de su hermana. Para lograrlo, se interna en oscuras redes virtuales, y también reales, de las que le resultará tremendamente difícil escapar.

“Blue Whale”, la ballena azul, ¿les suena? Claro. A mediados de la década pasada surge este juego en base a desafíos que llevan al extremo a muchos adolescentes. Autolesiones, peligrosas acciones, e incluso atentar contra la propia vida son parte de las pruebas, sin dejar de lado otras más que tienen que ver con humillaciones públicas, situaciones indignas, y tantas otras. Esto es parte del mundo que encuentra Dana Brunetti -Anna Potebnya-, al investigar en qué se encontraba su hermana Julia -Diana Shulmina-, al momento de morir.

Anna Zaytseva, la directora, cuenta que conoció una historia similar por las noticias, por lo que cuando recibió esta idea no dudó en llevarla a la pantalla para ejemplificar muchas cosas que deberían ser tomadas en cuenta y reflexionadas. Y es verdad, poco se sabe sobre lo que hacen los adolescentes en línea, menos con sus grupos de amigos virtuales, y menos aún, si ante diferentes estímulos y sensaciones se embarcan en situaciones que no alcanzan a dimensionar y sopesar.

La película atrapa, no cabe duda. La puesta en escena -aunque ya hemos visto esto muy bien desarrollado en otras cintas como “Missing”-, basada en una pantalla de computador con aplicaciones, ventanas, chats de todo tipo, y un vértigo virtual permanente, resulta muy atractiva. Tiene muchos de entornos que conocemos, sin embargo no los explicita mayormente, obviamente por los derechos de marca que están involucrados, sin embargo sabemos de qué espacios se trata. Y acá varios puntos. No se puede demonizar a los mensajeros (aplicaciones) por lo que sucede dentro de ellas. Son los comportamientos de las personas aquello que marca la diferencia, porque un determinado lugar de encuentro virtual no tiene nada malo en sí mismo, salvo, por supuesto, el control inicial de seguridad, la validación de sus usuarios, las políticas de uso, etc., pero que en la mayoría de los casos son tan generales y fáciles de burlar, que en realidad de filtro poco y nada tienen.

Volviendo al metraje, impacta la velocidad y verosimilitud de lo que vemos en pantalla. Hay muchas pistas y también muchos distractores mientras vemos cómo Dana va internándose en una red que la come por fuera y también por dentro. Las amistades en línea también son inestables (más que mal, lo virtual es un símil de lo real, pero en una dimensión diferente), y tal como sucede en más de una oportunidad, las confianzas son defraudadas una y otra vez.

“YA idu igrat”, aparte de ser entretenida, es interesante, además, como punto de partida de una reflexión mayor con jóvenes que pueden estar viviendo situaciones de este tipo y que no saben cómo comportarse o cómo manejarse. Punto de partida, no final, sin duda, porque otra característica de los tiempos actuales es la velocidad con la que suceden los cambios, porque si pensamos que hoy día cualquier inteligencia artificial puede sostener un diálogo fluido, definitivamente ya no sabemos quién está detrás de los mensajes y de las pantallas.

Bien por esta película al relevar un tema importante con una estética y ritmo adecuado. Ojalá logre conversaciones y aperturas tal como los actores solicitan al público al final, antes de los créditos. Un aporte en esa línea, desde la dinámica del cine, siempre es bienvenida, y supera cualquier aspereza técnica o aspecto no logrado, ya que, raya para la suma, es mucho más lo que propone para solo ser un producto de entretención.

Ficha técnica

Título original: YA idu igrat
Año: 2021
Duración: 91 minutos
País: Rusia
Compañías: Bazelevs Production, RTP
Género: Thriller | Redes sociales
Guion: Evgeniya Bogomyakova, Olga Klemesheva, Anna Zaytseva
Música: Sergey Moiseenko
Fotografía: Egor Vetokhin
Reparto: Anastasya Bratsyun, Timofey Yeletsky, Danya Kiselyov, Olga Pipchenko, Anna Potebnya
Dirección: Anna Zaytseva 

lunes, 15 de enero de 2024

Diana

Disponible en Prime Video.

Sinopsis: Biopic que narra los dos últimos años de Lady Di (Naomi Watts), princesa de Gales. Siendo una mujer ya separada de su marido, el Príncipe de Gales, Diana conoce en 1995 a un cirujano británico-paquistaní, el Dr. Hasnat Khan (Naveen Andrews), con el que inicia una secreta relación amorosa. Su noviazgo duraría 18 meses, y terminó pocas semanas antes de la trágica muerte de Lady Di junto a su nuevo compañero sentimental, el millonario egipcio Dodi Al-Fayed, en un accidente de coche en París en 1997 cuando ambos eran perseguidos por los paparazzi.

Esta película, del director Oliver Hirschbiegel, podríamos decir que resulta un tanto fallida, dado que no logra agarrar vuelo. Se pierde en manidas obviedades y en una intrascendente farándula que no alcanza a otorgarle peso verdadero a una historia que conocemos bastante de cerca -entre otras cosas por la notoriedad pública alcanzada por la princesa-, y que, por lo mismo, dificulta aún más cualquier intento de recreación.

En algunos planos y secuencias la edición se ve poco prolija, se notan los cambios, no se entienden los cortes, y da la impresión de un cierto descuido editorial. Asimismo, el guion entrecortado no ayuda en la fluidez del relato, impidiendo que logremos compenetrarnos de los personajes, salvo lo que intentan sus correctas actuaciones.

Naomi Watts hace su mejor esfuerzo en representar a Lady Di, sin embargo esto no es nada sencillo. Lo logra al caminar, sí, cuando es tomada por la cámara desde atrás o desde el costado. No obstante, en los primeros planos directos es más difícil encontrar parecidos, una porque obviamente son personas diferentes, por más maquillajes que se usen, y por otro, Naomi luce mucho más bella que la propia princesa. Por otra parte, Stephen Jeffreys, como el cirujano pakistaní Hasnat Khan, configura un muy buen rol, sensible y bastante creíble, un contrapeso ideal para una figura mundialmente famosa que, aunque de verdad parece que quiere, no puede salir de toda la nube que la rodea.

Irregular película y con poco fondo, creo que en parte por las opciones que toma el guion de Stephen Jeffreys. Por momentos se torna muy descriptiva, pasa muy por encima de las problemáticas más profundas de aquellos últimos meses de vida de Diana, y eso es una pena. Quizá abarcar menos e internarse más podría haber sido una mejor decisión, pero claro, desde afuera es fácil decirlo, porque otra cosa es con guitarra.

Ficha técnica

Título original: Diana (Caught in Flight)
Año: 2013
Duración: 113 minutos
País: Reino Unido
Compañías: Coproducción Reino Unido-Estados Unidos-Francia; Ecosse Films, Le Pacte, Scope Pictures
Género: Drama. Romance | Drama romántico. Biográfico. Años 90
Guion: Stephen Jeffreys
Música: Keefus Ciancia, David Holmes
Fotografía: Rainer Klausmann
Reparto: Naomi Watts, Naveen Andrews, Cas Anvar, Laurence Belcher, Harry Holland, Douglas Hodge
Dirección: Oliver Hirschbiegel 

viernes, 12 de enero de 2024

Los que se quedan

“The Holdovers” es de esas películas que tienen mucho contenido y que a veces cuesta abordarlas con una sola mirada general. Abundante en detalles, y como si de un viaje íntimo se tratara, esta realización del director Alexander Payne, basada en el guion de David Hemingson, es, en apariencia, sencilla, sin embargo esconde hábilmente un sinnúmero de temáticas que desarrolla en múltiples capas, para dar forma a un relato que conmueve gracias a lo sutil de su tratamiento.

Paul Hunham -Paul Giamatti, estricto profesor del internado “Barton Academy”, New England, Estados Unidos, recibe un encargo especial. Como una especie de “castigo” por no aprobar al hijo de un conocido benefactor político, y con ello perder la donación que la escuela recibiría, el director le pide quedarse con un grupo de estudiantes que no tienen dónde pasar las fiestas de fin de año. Corre 1970, y el ambiente está cargado por las pérdidas sufridas por muchas familias en la Guerra de Vietnam, pero también por un ritmo social un poquito en cámara lenta, una modorra o resaca que anticipa algunos hechos políticos importantes que están por suceder.

Pero la política o la actualidad de ese entonces no es el tema de esta película, sino la relación que el profesor establece con uno de los estudiantes que permanece en el internado, Angus Tully -Dominic Sessa-, inteligente e emocionalmente inestable alumno que vive un drama familiar. Su madre ha decidido pasar las celebraciones con su nueva pareja, asunto que lo posterga y lo deja al cuidado del colegio. El tercer personaje que completa la ecuación es la jefa de cocina de la escuela, Mary Lamb, -Da'Vine Joy Randolph-, madre desconsolada tras la muerte de su hijo en la guerra ya citada.

Desde el comienzo, la cinta propone mover nuestras emociones. La música inicial evoca situaciones. Mezcla de clásica y balada, el ambiente claramente sensibiliza la audiencia. La caracterización que Giamatti hace de este rudo profesor, que no tranza y que desconoce el significado de la palabra equilibrio, no es más que un anticipo de lo que sucederá a continuación. Al quedarse solo, y con cinco estudiantes a su cargo, no tardan en aparecer los conflictos y peleas que, a la vieja usanza, intenta solucionar con métodos antiguos similares al “divide para gobernar”

No queda duda que la rutina que se practica en el internado es para forjar el carácter de los educandos. Pero este tiempo de vacaciones, tanto o más exigente que lo normal, se pasa un poco de la raya. Y emerge otro problema, porque uno de los padres -uno tremendamente adinerado-, llega en helicóptero para llevar a su hijo de vacaciones sumando a casi todos sus compañeros menos a Tully, porque su madre no es ubicarle para solicitarle el permiso respectivo. Angus Tully se queda solo, dejado de lado, no considerado; en síntesis: no querido.

El paralelo de la situación descrita es la relación de los dos adultos, Paul y Mary, quienes, a pesar de compartir durante el año, aun no se conocen lo suficiente. Este espacio a solas les abre otra perspectiva, ambos comparten más de lo que piensan, especialmente respecto a la soledad y a la frustración.

Un inesperado accidente marca el punto de inflexión. De allí en más, el relato se centra en los intersticios de las relaciones humanas entre sus personajes y retrata, de manera íntima pero elocuente, muchos de sus sentimientos y emociones. Vemos cómo se acercan y se alejan, observamos la desolación que les marca de una u otra forma, somos testigos de la fragilidad del aislamiento y lo que provoca el abandono, y por supuesto de la contraparte, esa energía que produce el acompañamiento y la empatía. Ante temores y traumas compartidos, los vínculos se estrechan. Las profundidades insondables, y las pudorosas intimidades salen a la luz de manera natural.

“Los que se quedan” es un viaje de introspección. Una historia humana, sensible y cálida, tratada como comedia en su punto justo, con algo de humor, pero con respeto, sin caer en exageraciones ni tampoco en concesiones. Una película sobria pero incisiva, que puja por cuestionar los lazos relacionales de sus protagonistas y con ello tocar la fibra de nuestros corazones.

Ficha técnica

Título original: The Holdovers
Año: 2023
Duración: 133 minutos
País Estados Unidos
Guion: David Hemingson
Música: Mark Orton
Fotografía: Eigil Bryld
Reparto: Paul Giamatti, Da'Vine Joy Randolph, Dominic Sessa
Dirección: Alexander Payne 

jueves, 11 de enero de 2024

Wish: el poder de los deseos

Sinopsis: Asha y una pequeña bola de energía ilimitada llamada Star demuestran que cuando la voluntad de un ser humano valiente se conecta con la magia de las estrellas, pueden suceder cosas maravillosas.


Cien años de Disney y una película como para tirar toda la carne a la parrilla. ¿Resulta bien? Veamos.

Asha es parte de una comunidad que está por celebrar una fiesta anual donde el rey “Magnífico” hace realidad el deseo de alguno de sus súbditos. El rey, un verdadero galán de teleserie, representa el poder absoluto, la bondad, y los mejores valores que implican el cuidado y dedicación respecto de los deseos que cada uno de los miembros de la comunidad le han entregado para ser cuidados y con ello, resguardados. Luego, ellos se olvidan, dejan de ser parte de cada uno, pasan al rey, quien decide cuándo y a quién favorecer.

Asha es una aspirante a aprendiz del supremo soberano. Postula a un puesto destacado, y debe ser entrevistada por “su majestad”. Nerviosa, pero siempre honesta, la joven no tiene empachos en decir lo que piensa, y ante la suma de evidentes injusticias, no le queda más que rebelarse. Además, la figura del rey revela, de a poco, varias capaz que no se observan de buenas a primeras: es ególatra, narciso, farsante, juega con la inocencia e ignorancia de un pueblo que cree a pies juntitas lo que su líder les plantea.

Asha es especial. Su rectitud y buena voluntad sobrepasa cualquier posible mal, y por eso su deseo se cumple, así sin más. Una estrella baja y se transforma en luz de esperanza, una guía del buen camino, con poder y decisión. Pero todo tiene sus costos. Al dar habla a los animalitos del lugar se provoca una verdadera revolución. Literalmente revuelve el gallinero, y en esos momentos presenciamos lo mejor de Disney que es tanto la animación, como el colorido, la alegría y el gran sentido de comunidad.

“Wish” es conceptualmente difícil para los más pequeños. Representar esto de causa - efecto no es tan sencillo, y la película, por momentos, parece hablar a un público de mayor edad.

¿Dónde está el punto de conflicto mayor que expone la historia? En la maldad, disfrazada de bondad, en ese poder total que dice estar al servicio de todos pero que en realidad lo niega todo y cancela a todos.

La moraleja de esta ambiciosa película de Disney, que se queda con varios flancos abiertos, es que cuando no se ve salida alguna, necesariamente debemos volver a la esencia. “Cada uno es una estrella”. Bella frase, más real que cualquiera de las sentencias que se puedan soñar. El rescate del sentido de unidad y comunidad viene de inmediato, complementario y necesario, porque sin ello, no hay futuro posible, de ninguna forma.

Con un final “a lo Disney”, esta cinta completa una historia que destaca por el colorido y la animación, más que por las bases prácticas de su fundamentación. La enseñanza es clara y concisa; cuando la libertad está en juego, los deseos y la capacidad de soñar pueden superar cualquier obstáculo, incluso el mayor y el más grande: el propio ser humano, con sus limitaciones y evidentes contradicciones.

Ficha técnica

Título original: Wish
Año: 2023
Duración: 95 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Walt Disney Animation Studios. Distribuidora: Walt Disney Pictures
Género: Animación. Fantástico. Aventuras. Comedia. Musical | Cine familiar
Guion: Jennifer Lee, Allison Moore. Historia: Chris Buck, Jennifer Lee, ver 4 más
Música: Dave Metzger. Canciones: Julia Michaels
Fotografía: Animación
Reparto
Dirección: Chris Buck, Fawn Veerasunthorn 

miércoles, 10 de enero de 2024

Beekeeper

Esta historia bien podría ser una fábula. La base es una comunidad que, una vez alterada, cambia, muta y se transforma, para defenderse de las amenazas externas. Tenemos simbolismos y metáforas entre la comunidad humana y la comunidad de abejas, con sus similitudes y diferencias, pero con una esencia común.

Todo parte con un fraude informático que afecta a quien da cobijo al protagonista, Adam Clay -Jason Statham-. Incitada a tomar acciones y entregar los datos de sus cuentas bancarias y claves de acceso, un grupo inescrupuloso vacía los ahorros de esta buena persona y los de de una organización benéfica bajo su tutela. Este timo merece la pena verlo en detalle, porque la construcción clásica de la estafa, el escenario, y el contexto, son elementos que pueden servir de modelo o de enseñanza de lo que no se debe hacer en determinados casos de acoso cibernético.

Lo que llama la atención es que una temática tan actual y humana esté presente en una película del singular Jason Statham, pero está, y eso es un punto a favor. Que luego se diluya y vayamos a lo mismo de siempre no es más que un dato de la causa. Y surge con esto el primer reparo, porque la situación nos causa empatía. ¿Cómo no tratar de defender y de hacer justicia ante el tremendo daño causado? Es casi obvio, salta de maduro, pero esa empatía se lía con el protagonista y allí, casi sin querer nos vamos con él y si no somos conscientes, validamos sin más su violenta reacción.

No tardan en aparecer las múltiples caricaturas que adornan la trama. El imbécil, el justiciero, el aplicado, el nerd, el débil…; son tantas, pero no pasan de ser dibujos (desdibujados) de personalidades que solo quieren ejemplificar un universo vasto, reducido a unos pocos personajes.

Aquello que resulta contradictorio, finalmente no tiene explicación ni sustancia; se queda en el mismo punto donde comienza: la hija de la víctima es quien debe perseguir a quien quiere hacer justicia. De buenas a primeras, sería el orden inverso, o el mundo “patas” arriba, pero no importa, está ahí, y debemos aceptarlo. ¿Hay algo de redención en las conductas de Adam Clay? Puede ser, pero eso esta cubierto con una gruesa capa de odio y de venganza que hace difícil verlo en forma transparente.

En lo que la película acierta un pleno es en la elaboración de la red máxima de corrupción que logramos descifrar casi al final. Los alcances del flagelo son evidentes, y nos hacen temblar si pensamos que la realidad supera la ficción. Si es así, tal como se nos presenta, no queda títere con cabeza y no podríamos confiar en nadie, ni siquiera en nuestra propia sombra.

“The Beekeeper” es adrenalina pura, una entretención para adultos con criterio formado porque la cantidad de balas por metro cúbico supera cualquier expectativa posible. Y Jason Statham jamás defrauda, porque sigue sin mover un solo músculo de su cara, en un acto de contrición absoluto y proporcional al camino que recorre su personaje. Y aunque sea siempre el mismo, se las arregla para parecer diferente (al menos en inicios y finales), algo importante si quiere continuar una carrera marcada por golpes, metrallas y destrucción. ¡Valor!

Ficha técnica

Título original: The Beekeeper
Año: 2024
Duración: 105 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Cedar Park Studios, Miramax. Distribuidora: Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)
Género: Acción. Thriller | Venganza
Guion: Kurt Wimmer
Música: Jared Michael Fry
Fotografía: Gabriel Beristain
Reparto: Jason Statham, Emmy Raver-Lampman, Josh Hutcherson, Bobby Naderi, Minnie Driver, Phylicia Rashad y Jeremy Irons
Dirección: David Ayer 

lunes, 8 de enero de 2024

Maestro

Sinopsis: Un retrato del singular carisma de Leonard Bernstein y de su pasión por la música a medida que ascendía a la fama como el primer director de orquesta nativo de Estados Unidos de renombre mundial, todo ello tras su ambición de componer tanto obras sinfónicas como populares para Broadway.


Lo que primero destaca de esta enorme producción es el gran parecido que logra Bradley Cooper al interpretar a Leonard Bernstein. Realmente se parece mucho. Y eso augura una película de detalles, de sinuosidades, y provoca gran expectación. ¿Lo cumple? Por una parte sí, porque conocemos detalles de la vida de un músico esencial en la escena mundial del Siglo XX, pero por otra parte no, porque algo no cuadra en esta esperada película.

Vamos a los aspectos principales. Siendo una película sobre un músico, hay bastantes secuencias sin sonido, diálogos largos, y un ritmo mayormente lento. Los textos no son demasiado profundos, salvo algunas frases inolvidables de Bernstein. Son más bien cotidianos y algo mundanos. Es la decisión editorial del tratamiento, es decir, aquello a lo que se le pone énfasis y que se destaca de la personalidad del famoso director y su entorno más cercano. Es contradictorio, sí, pero claro, ¿tal vez es su vida una contradicción en sí misma?

Desde su debut, reemplazando a un gigante como Bruno Walter, comienza la carrera del joven Leonard, con altos y bajos pero siempre “in crescendo”. ¿El foco? Su sexualidad, o mejor dicho su bisexualidad. Aparece Felicia Montealegre -Carey Mulligan-, y la fascinación es inmediata, pero no al punto de abandonar su esencia. Entonces, ¿esta película es sobre Leonard o Felicia? ¿O sobre el artista o la persona? La centralidad no se decide, y nos perdemos. Son muchos estímulos los que se presentan y nos obligan a deambular entre unos y otros en busca de alguna explicación convincente.

Leonard Bernstein es, indudablemente, un genio. Musicalmente hablando, y desde el punto de vista de la composición, su trabajo es alucinante. Partituras llenas de color, un estilo inigualable, y un derroche de energía que se siente actual hasta el día de hoy. Como director, imprescindible, sus años en Nueva York dejaron una huella indeleble que se recordará por años. Y como persona, bueno, acá está el punto central de una cinta que tal vez pretende desmitificar el mito, o bajar a un sitio pedestre a un ser humano de arte excepcional, y poseedor, por cierto, de muchas carencias.

La cinta va y viene entre la euforia y la depresión, algo similar al forte-piano (sonido fuerte, sonido suave), esos contrastes permanentes y fundamentales a la hora de analizar cualquier partitura clásica de los grandes maestros. Y la película también los tiene, porque por momentos es luminosa, y por otros, oscura y hasta tenebrosa.

Si la relación con Felicia es el gran motivo del relato, quisiera compartir una frase que no es mía pero que me representa completamente. Leonard Bernstein se ve atrapado por Felicia en una vida que él, realmente, no quería vivir. Y este punto podría ser clave para interpretar todo el recorrido de la cinta, porque ante las indefiniciones focales, es necesario encontrar el punto fundamental, la esencia de un retrato que, queramos o no, persigue algún fin u objetivo.

Dejo para el final los mejores momentos que, para mí, son musicales. La escena con el Adagietto de la Quinta Sinfonía de Mahler es brillante. La breve aparición de “West Side Story”, de fondo, ilustrando una escena aparentemente menor, es perfecta. Y la secuencia con la Sinfonía No 2, “Resurrección”, de Mahler, es sencillamente sublime. ¿Por la música o por la realización? Abro el debate.

Reconozco que esperaba una película diferente, una donde el componente musical fuera mayor, o al menos equilibrado con el comportamiento personal. ¿Qué me encontré? Un enorme trabajo de producción, una realización excepcional pero con poca alma, con poco cuerpo, indefinida, irregular y con mínimos contrapesos. Tal vez me jugaron en contra las altas expectativas, quizá, pero esperaba algo diferente, lo que no significa que no valore enormemente el talento de Bradley Cooper en la actuación y en la dirección. Es solo que no cumplió con mi imaginación, y mi propia concepción del Maestro Bernstein, a quien conozco principalmente gracias a sus composiciones e interpretaciones.

Un aviso. Al final hay imágenes reales para apreciar el gran trabajo de similitud en la interpretación.

¡Bravo! ¡Bradley Cooper además dirige, no solo cine, y déjenme decirlo, bastante bien!

Ficha técnica

Título original: Maestro
Año: 2023
Duración: 120 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Sikelia Productions, Amblin Entertainment, Netflix, Fred Berner Films, 22 & Indiana Pictures. Productor: Martin Scorsese, Steven Spielberg, Bradley Cooper, Todd Phillips. Distribuidora: Netflix
Género: Drama | Biográfico. Música
Guion: Josh Singer, Bradley Cooper. Biografía sobre: Leonard Bernstein
Música: Leonard Bernstein
Fotografía: Matthew Libatique
Reparto: Bradley Cooper, Carey Mulligan, Matt Bomer, Maya Hawke, Sarah Silverman
Dirección: Bradley Cooper 

jueves, 4 de enero de 2024

La sociedad de la nieve

La historia la conocemos, y se siente reciente a pesar de haber sucedido hace un poco más de 50 años. Se trata del vuelo de la Fuerza Aérea Uruguaya que trae a Chile un equipo de Rugby, y que, en plena Cordillera de Los Andes, se estrella en el medio de un glaciar. De sus 45 ocupantes, entre tripulación y pasajeros, solo sobreviven 29, y quedan indefensos en un entorno bastante inaccesible. El operativo de rutina para su rescate no logra resultados. Pasan los días y las energías decaen, la esperanza disminuye, y la frustración amenaza con fatigar y vencer hasta al más fuerte. Hay que tomar decisiones, y decisiones extremas; hacer todo lo posible por sobrevivir.

Basada en el libro “La sociedad de la nieve”, de Pablo Vierci, el director español J.A. Bayona ofrece un thriller cuyo mayor mérito es sostener un relato cuyo final es públicamente conocido. Y no solo eso, existe una película sobre el caso, la conmovedora “Viven” del año 1993, por lo que contar nuevamente esta historia es claramente un desafío aún mayor.

El prólogo de esta película es sucinto. En pocos minutos tenemos los antecedentes, el contexto, y en menos de 15 minutos ya estamos en pleno accidente. La secuencia de la fatal caída es de excelente factura, sin embargo hay un detalle que quiero destacar: el uso del silencio como “el” elemento dramático. Potente. Sobrecogedor. Además, no es necesario profundizar en otros detalles cuando tenemos muertos, heridos y mínimos afortunados ilesos. Basta poco material y breves diálogos, pues las imágenes hablan por sí solas.

El escenario que presenciamos entonces es dantesco. La amplia y hermosa fotografía del valle de Los Andes completamente cubierto por una nieve de blanco radiante, contrasta con el gélido ambiente y el sufrimiento de un grupo de personas que no entienden lo que están viviendo y menos imaginan lo que está por venir.

¡Qué difícil es mantener la ilusión en el rescate! ¡Y qué fácil es dejarse consumir por la evidente frustración! Estos sentimientos contradictorios están siempre presentes y muy bien representados, ya sea por el comportamiento de los protagonistas o por los aciertos del director al enlazar cada una de las secuencias.

La acción llega pasados tres días. Buscar la cola del avión, las baterías, la radio. Ya van seis días y nada. Los víveres encontrados ya se han consumido y cunde el hambre. Deben comer. ¿Qué? El dilema es total, se trata de una decisión muy difícil pero vital. Es de vida o muerte. Las diferencias de criterio son evidentes, y al menos se produce una clara división: los que deciden comer, y los que deciden no hacerlo, en espera de una señal en el cielo. Pero el relato no pone necesariamente su centro en ello; esto es otro acierto de su director.

La búsqueda finaliza a los diez días. Se enteran porque han podido usar una radio y así sintonizar una emisora local. El avión no los ha matado al estrellarse, pero la montaña amenaza con liquidarlos por completo porque viene lo peor: una avalancha gigante; nieve sobre nieve sepulta, literalmente, casi toda perspectiva de poder seguir viviendo. Tremendo, desolador. Inimaginable.

J.A. Bayona es muy hábil en la configuración de los personajes. Casi sin que nos percatemos, ha podido igualarlos a todos en la tragedia, sin embargo aquellos líderes empáticos son necesarios y surgen de manera espontánea. Acá, eso sí, un punto menos, porque no nos hace parte, divide demasiado el protagonismo, y podemos correr el riesgo de perdernos por el gran número de detalles puestos sobre la palestra.

Cuando un grupo de avanzada sale a buscar algún tipo de ayuda, bastante incierta por lo demás, se presenta un debate no menor. Creer en Dios o en quienes actúan. Siempre en un tratamiento de respeto, no hay inclinaciones editoriales, solo exposiciones, porque las muertes no pueden ser en vano, deben tener un sentido, y los sobrevivientes, una mirada existencial de la vida.

La película es pródiga en mensajes positivos y valores profundos. El cansancio no puede ganarle al sacrificio, debe haber una genuina entrega, no bajar nunca los brazos, ni menos rendirse ante tamaño agobio. ¡Hay que dar la vida por los amigos!

“La sociedad de la nieve” tiene una construcción de lujo, una ambientación de realismo puro que despierta todos los sentidos. Por momentos estamos ahí, en el frío de la nieve o en la apretada cabina conformada por los restos del avión. J.A. Bayona sabe manejar los tiempos y también nuestras emociones, porque dosifica la intensidad. Sabemos que viene el encuentro con el arriero, pero aun así nos sorprende. Sabemos del rescate, del recibimiento y del volver a nacer, pero esa secuencia nos emociona profundamente. Y eso es lo que le pedimos al cine: entrar a ver una película y salir diferentes, cambiados, enriquecidos.

Una reflexión para el final: ¿Son efectivamente héroes de Los Andes quienes lograron el milagro de sobrevivir? Sé que la respuesta no es sencilla y que el debate que se ha abierto tal vez nunca se cerrará. Lo que sí podemos tener más o menos claro, es que tragedias de este tipo, retratadas de forma artística y respetuosa, forman parte de nuestra experiencia, algo fundamental al momento de poner en la balanza quizá lo más importante e inherente al ser humano: su propia vida.

Ficha técnica

Título original: La sociedad de la nieve
Año: 2023
Duración: 144 minutos
País: España
Compañías: Apaches Entertainment, Telecinco Cinema, Benegas Brothers Productions, Cimarrón Cine, El Arriero Films. Productor: Belén Atienza, Sandra Hermida. Distribuidora: Netflix
Género: Drama. Aventuras | Basado en hechos reales. Supervivencia. Naturaleza. Años 70. Zonas frías/polares
Guion: J.A. Bayona, Bernat Vilaplana, Jaime Marqués, Nicolás Casariego. Libro: Pablo Vierci
Música: Michael Giacchino
Fotografía: Pedro Luque
Reparto: Enzo Vogrincic Roldán, Matías Recalt, Agustín Pardella, Tomás Wolf, Diego Vegezzi, Esteban Kukuriczka, Francisco Romero
Dirección: J.A. Bayona 

martes, 2 de enero de 2024

La vida electrizante de Louis Wain

Sinopsis: Cuenta la historia real del británico Louis Wain, un artista, inventor y empresario, que hizo todo lo posible para cuidar de sus cinco hermanas y su madre. Dos eventos cambiaron su vida para siempre: conocer a Emily, el amor de su vida, y adoptar a Peter, un gatito perdido. Los dos se convertirán tanto en su familia como en su inspiración para pintar las extraordinarias imágenes de gatos que lo hicieron mundialmente famoso.


Esta inclasificable película -basada en hechos reales pero con una cuota importante de ficción-, se inspira en Luis Wain -Benedict Cumberbatch-, ese genio disperso que hizo fama gracias a sus excéntricas pinturas gatunas.

Encargado de mantener económicamente a su familia -cinco hermanas y su madre-, Louis intentó por todos los medios volcar su inmensa capacidad creativa y a la vez conseguir el sustento necesario. Para ello incursionó en el oficio de ilustrador, también en componer música, e incluso escribir dramaturgia, sin embargo la preciada recompensa siempre estuvo un paso atrás o bien fue negada por diversas circunstancias.

La vida de Louis estuvo marcada por su fascinación por la electricidad y por eso es tan claro el título de esta película. Pero lo que realmente significa un punto de inflexión es el amor que encuentra en Emily -Claire Foy-, una mujer diez años mayor que él y que oficia de institutriz de sus hermanas. La relación entre ambos provocó variadas reacciones y siempre se vio socialmente cuesta arriba, ya sea por la diferencia de edad, o bien por la valoración inferior de Emily por la labor que realizaba.

La adopción de Peter, un tranquilo y cariñoso gato, se suma como un segundo factor desequilibrante. Louis y Emily se casan pese a todo pero ella enferma gravemente y muere. Peter también muere al poco tiempo, dejando a Luis en una soledad pasmosa, la que se agrava con los problemas médicos de una de sus hermanas.

El traslado a Nueva York buscando nuevas oportunidades, ese viaje al “nuevo mundo” resulta también fallido, poniendo una carga aún mayor en la ya pesada vida de Louis. Parece que nada resultara y que el destino no le tiene preparado nada bueno, sin embargo sus cuadros retratando gatos en diferentes poses y acciones “muy humanas” comienzan de a poco a dar rédito, una fama que no viene acompañada de dinero porque el pintor deja, incluso, sin proteger sus derechos de autor.

Benedict Cumberbatch personifica muy bien a Wain, con movimientos certeros y unos ojos que expresan mucho más que cientos de palabras. Los ojos del actor son tremendamente transparentes, una ventana a sus emociones y dejando entrever intimidad, frustración y esperanza en cada uno de sus acciones. Claire Foy le acompaña muy bien mientras está con él, con una sinergia precisa que eleva el relato y que se pierde cuando ella se ausenta de la escena.

La vida de Louis es más eléctrica que electrizante, como traduce su título, porque estamos ante una película que mantiene un ritmo cansino que no acelera a lo largo de sus 106 minutos de duración. La locura lleva a la pobreza y el envejecimiento a la muerte. No hay sorpresa, ni tampoco un giro importante que nos saque de la comodidad, tal vez el único y gran pecado de una producción de época bien realizada y que contribuye a poner en nueva órbita a una figura importante que con su arte imprime un impulso decidido a la adopción de los gatos como mascotas en un tiempo complejo y difícil que marca el tránsito entre el siglo 19 y el siglo 20.

Ficha técnica

Título original: The Electrical Life of Louis Wain
Año: 2021
Duración: 106 minutos
País: Reino Unido
Compañías: Coproducción Reino Unido-Estados Unidos-Francia; Film 4, Shoebox Films, SunnyMarch, Amazon Studios, Studiocanal
Género: Drama | Biográfico. Siglo XIX. Basado en hechos reales. Gatos. Familia
Guion: Will Sharpe. Historia: Simon Stephenson
Música: Arthur Sharpe
Fotografía: Erik Wilson
Reparto: Benedict Cumberbatch, Claire Foy, Andrea Riseborough, Toby Jones
Dirección: Will Sharpe