lunes, 30 de diciembre de 2024

Bagman

Sinopsis: Durante siglos, los padres han advertido a sus hijos sobre el temible Hombre del Saco, un ser maligno que rapta a niños inocentes y los aparta para siempre de sus familias. Patrick (Sam Claflin) escapó de sus garras por los pelos en su infancia, pero el trauma que le generó aquel encuentro le ha perseguido desde entonces. Tras mudarse a su antigua casa familiar con su esposa e hijo, Patrick descubrirá que la tenebrosa criatura continúa allí, acechando sus pesadillas y amenazando con arrebatarle aquello que más quiere en el mundo.


Buena música en la introducción. Interesante, con cambios modales que generan una atmósfera propicia para un inicio clásico, con un incidente que involucra a un padre y a su hijo. Por lo demás, nada nuevo, porque las luces parpadean, luego se apagan. Después silencio y sonidos extraños. ¿Lo hemos visto? Claro que sí, pero aún así no podemos dejar de prestar atención.

Vamos a la historia. Los problemas económicos de Patrick son un verdadero yugo que se cierne sobre su humanidad. Ha debido mudarse a la antigua casa familiar, dejar proyectos de lado, y, ademas, trabajar con su hermano en el negocio de la madera, todo ello para procurar lo mejor para su esposa y a su hijo. Pero Patrick no puede olvidar. Los recuerdos le acechan. Algo lo amarra que no le permite avanzar. Vuelve el pasado, y no le pierde pisada.

La presencia maligna recién se concreta alrededor del minuto cuarenta, cuando ya hemos hecho un camino importante en el desarrollo del relato. Ya vimos a su hijo que intentando tocar una flauta, muy inquieto, y que desespera a su madre que se distrae un segundo mientras el pequeño se pierde al interior del bosque. También hemos observado incidentes nocturnos, llenos de misterio; posibles intrusos dentro de la propiedad, y que la policía no sabe distinguir si son invenciones o parte de la realidad.

“Bagman”, dirigida por Colm McCarthy, no se hace pesada, lo que es un hecho a destacar. No abusa de los efectos, tampoco de la tenebrosidad del horror mostrando escenas escabrosas llenas de sangre u otros condimentos que salpiquen la pantalla. Sí, desarrolla símbolos, como ese objeto de madera que mantiene una importancia radical para el pasado de Patrick. Sin sorprender, esta película no solo se deja ver, sino que ofrece una perspectiva diferente sobre el famoso mito del hombre del saco. ¿Qué tal si no se lleva a los niños malos sino que a los buenos?

Ficha técnica

Título original: Bagman
Año: 2024
Duración: 92 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Temple Hill Entertainment. Distribuidora: Lionsgate, Leonine Distribution
Género: Terror
Guion: John Hulme
Música: Tim Williams
Fotografía: Nick Matthews
Reparto: Sam Claflin, Antonia Thomas, Will Davis, Adelle Leonce, William Hope, Steven Cree
Dirección: Colm McCarthy

viernes, 27 de diciembre de 2024

El hombre que inventó la Navidad

Ver esta película en el Tiempo de Navidad es la mejor opción. Uno porque remite a un cuento que marca un antes y un después; y dos, porque siempre es importante poner en relieve valores fundamentales que en esos días se hacen más presentes que nunca.

Charles Dickens, luego del éxito de “Oliver Twist” parece tenerlo todo. Viaja a Norteamérica como estrella y es recibido con bombos y platillos. Es el comienzo de un nuevo camino, un ciclo sólido y pavimentado, pero bien sabemos que no todo lo que brilla es oro. Repetir la misma fórmula no necesariamente asegura obtener los mismos resultados, y esto es justamente lo que sucede con nuestro protagonista.

Tres fracasos al hilo, como podría ser para un entrenador una racha de derrotas sin mediar explicación, ponen en entredicho la capacidad del autor. ¿Naufragio literario? ¿Ausencia de novedad? ¿De conexión con los lectores? Dickens no lo sabe, ni siquiera lo intuye, pero lo que sí sabe es que debe corregir el rumbo, variar las herramientas y moderar las expectativas.

Decidido a encontrar la luz al final del túnel, encuentra una oportunidad única. En solo seis semanas debe escribir un cuento vibrante, con ilustraciones, que logre cambiar el curso de los hechos. La fecha tope es Navidad, y corre el año 1843. Las cartas están sobre la mesa y el paso del tiempo resulta inexorable.

Pensar acerca del proceso creativo por el que transita un escritor puede ser todo un misterio, en especial cuando acecha el temido bloqueo. Y de esto trata este filme, del que resulta más atractiva su premisa que su desarrollo propiamente tal.

Conocer detalles o pormenores, ya sean reales o ficticios, de un autor de renombre llama la atención, por eso la entrada es interesante. Sin embargo, a poco andar, la fibra se deshace y la cinta cae en un sopor del que no logra desprenderse sino hasta los últimos minutos. Dan Stevens, el actor que da vida a Dickens, es entusiasta y comprometido, pero cuesta creer que encarne a un escritor. Más bien transmite todo lo contrario, está más cerca de ser un vendedor o un empresario que no logra congeniar el trabajo con la familia, y que además arrastra innumerables traumas desde su pequeña infancia. Esto último lo hace bien, pero de literato, poco y nada. Jonathan Pryce, que interpreta a su padre, corre en su auxilio. Su sola presencia llena la pantalla y aporta un contrapunto más que interesante para llenar muchos vacíos que el joven Stevens deja al descubierto.

Tiene que aparecer Christopher Plummer para que la película dé un giro en 180 grados. El fantasma de Scrooge es realmente el centro del relato, y, además, quien conduce la historia a través de las otras apariciones que completan la historia al interior de la mente creativa del autor. Es mágico ver a Plummer. Su carisma, sus gestos y sus miradas transmiten la esencia del personaje, y también dan cuenta de la transformación que sufre el protagonista principal de “A Christmas Carol”

Dirigida por Bharat Nalluri, esta película probablemente no pasará a la historia, sin embargo vale la pena verla por los valores que encierra y que, básicamente, se nutren de la obra original de Dickens. Puede ser, incluso, un punto de partida para acercarse a la obra del creador, en caso que no se conozca, pero no mucho más. Si bien es cierto que este cuento de Navidad que habla de la mutación interna de un hombre al conectar su pasado, con su presente y su futuro, puede haber cambiado de alguna manera la forma de la celebración de estas fechas, no podemos dejar de observar que el real sentido de este tiempo es la espera del nacimiento de Jesús. Nada de ello encontraremos en esta historia, sin embargo, la bondad, el amor, y la preocupación por el prójimo son valores transversales además de coincidentes con el milagro ocurrido en el pesebre de Belén.

Denle una oportunidad y véanla sin mayores expectativas. Aunque no se sorprendan ni les resulte una cinta encantadora, bueno es sumar y rescatar siempre lo positivo.

Ficha técnica

Título original: The Man Who Invented Christmas
Año: 2017
Duración: 104 minutos
País: Reino Unido
Compañías: Coproducción Reino Unido-Irlanda-Canadá; Parallel Films, Rhombus Media
Género: Drama | Biográfico. Navidad
Guion: Susan Coyne. Novela: Les Standiford. Biografía sobre: Charles Dickens
Música: Mychael Danna
Fotografía: Ben Smithard
Reparto: Dan Stevens, Christopher Plummer, Jonathan Pryce
Dirección: Bharat Nalluri

miércoles, 25 de diciembre de 2024

Jurado #2

Clint Eastwood está de regreso, aunque ciertamente nunca se ha ido. Luego de un periplo por películas que no le dieron mayores reconocimientos, e incluso fueron exiguas en taquilla, este notable director a sus 94 años nos entrega un drama de aquellos, donde todos los elementos se alinean perfectamente para dar curso a una obra que va más allá de ser solo un intrincado thriller judicial.

Justin Kemp -Nicholas Hoult-, joven hogareño muy apegado a su familia, es convocado para formar parte del jurado en un juicio por asesinato. La historia transcurre en Savannah, Georgia, al sur de Estados Unidos, y los antecedentes parecen estar bastante claros: hace un año, una mujer fue encontrada muerta en un canal al costado de un puente. De inmediato, la principal sospecha recae en su pareja, pues todos los vieron discutir acaloradamente a la salida de un bar ubicado muy cerca del lugar de los hechos. Tan transparente es la situación, que la fiscal Faith Killebrew -Toni Colette-, asume que este caso es su principal carta para ganar su próxima elección, a pesar de los denodados esfuerzos del abogado defensor, Eric Resnick -Chris Messina-, por demostrar la inocencia de su representado.

Kemp alega no poder asumir su responsabilidad en tribunales porque debe acompañar a su mujer que está a punto de dar a luz. Por supuesto, la solicitud es denegada, pues el juicio será corto y el trabajo no le demandará más tiempo que su habitual horario laboral. Se transforma así en el Jurado número dos mientras comienza la etapa de apertura del caso donde se presenta todo lo sucedido con lujo de detalles. En ese preciso momento, y a muy poco de iniciada la película, ya tenemos un primer giro; la fatídica noche del asesinato oculta antecedentes, la relación de los hechos es incompleta, y Justin Kemp está mucho más vinculado de lo que podría imaginar.

Clint Eastwood maneja el guion escrito por Jonathan Abrams como si fuera un juego de salón. O nos maneja a nosotros, mejor dicho, porque nos lleva de aquí para allá, nos da vuelta, nos remueve, y además se lo agradecemos profusamente. Y es que él sabe mejor que nadie que los compromisos y las emociones están relacionadas con los tiempos empleados y con los descubrimientos que hagamos en esos lapsos. Esto es tan notable, que aún conociendo desde el inicio la mayoría de los elementos involucrados, la película ofrece un suspenso que crece minuto tras minuto y que hace inevitable que necesitemos conocer el desenlace lo antes posible.

Una de las claves de esta película es su composición en múltiples capas. Una de ellas es la que involucra a los personajes, muy diversa por lo demás, porque abarca desde los roles protagónicos hasta algunos secundarios que apenas están unos minutos en pantalla, como el Pastor, representado por Kiefer Sutherland, quien en poquísimo tiempo logra delinear perfectamente su participación en el filme. ¡Qué decir de la configuración de los doce jurados! Cada uno es un mundo en sí mismo, en especial Harold Chicowski -J. K. Simmons-, un miembro del jurado que comienza a atar algunos cabos sueltos que hacen trastabillar las avanzadas deliberaciones. La fiscal y el defensor juegan una liga aparte porque entre ellos vemos otros recovecos de la historia, como la dimensión política, los vicios del sistema judicial, algunas acciones decididamente populistas, y la anhelada búsqueda de verdad y justicia.

El mayor conflicto del filme se inscribe en su capa más profunda y es el que directamente nos interpela. El dilema del protagonista cobra niveles insospechados a medida que va descubriendo su participación en los hechos y se da cuenta que en sus manos se encuentra la opción de influir en el jurado para que pueda condenar o liberar al acusado. Esta espada, o mejor dicho esta roca de una tonelada sobre los hombros del protagonista, es de lo mejor logrado por Eastwood, porque a esa altura probablemente ya tenemos un veredicto y nos preguntamos qué haríamos nosotros en una situación así.

“Juror #2” es de las mejores películas del año, sobre todo para mí, que disfruto con las historias que muestran por dentro el fragor de los tribunales. Lograr que nos comprometamos con cada uno de los personajes que se presentan, y, por sobre todo, con la situación que atribula al protagonista, nos transporta a otro estado de conciencia al fundirnos con la esencia del relato. Esa conexión indescriptible es la que proporciona la magia del cine de un maestro consumado como Clint Eastwood. Si este fuera su último trabajo, la vara vuelve a quedar en lo alto, aunque no me sorprendería que en un tiempo más este realizador nos regale una sorpresa, siempre fiel a un estilo cuestionador que remece lo más íntimo de nuestros sentimientos.

Ficha técnica

Título original: Juror #2
Año: 2024
Duración: 117 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Warner Bros., Malpaso Productions, Lightnin' Production Rentals. Distribuidora: Warner Bros.
Género: Thriller. Drama. Intriga | Drama judicial / Abogados/as
Guion: Jonathan Abrams
Música: Mark Mancina
Fotografía: Yves Bélanger
Reparto: Nicholas Hoult, Toni Collette, J. K. Simmons, Chris Messina, Zoey Deutch, Cedric Yarbrough, and Kiefer Sutherland.
Dirección: Clint Eastwood 

lunes, 23 de diciembre de 2024

Equipaje de Mano

Primera advertencia: esta no es una película de Navidad. Segunda advertencia: tampoco es de las películas románticas de estas fechas y que proliferan por doquier. ¿Qué es entonces? Veamos.

La historia abre con dos escenarios. Una joven pareja que descubre que esperan un bebé, y un misterioso y sombrío encuentro entre dos personas con resultados fatales. Rápidamente pasamos a un tercer plató, el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles y un ajetreado 24 de diciembre, el día con más viajeros estresados, las mayores aglomeraciones y, probablemente, la jornada con más dificultades e imprevistos del año.

Y allí está la joven pareja, Ethan Kopek -Taron Egerton-, y Nora Parisi -Sofia Carson-, él agente de la Administración de Seguridad en el Transporte, y ella, supervisora de una aerolínea norteamericana. El día promete lo que supone, es decir estrés sobre estrés, pero bien sabemos que las cosas se van a complicar mucho más. Un enigmático personaje toma contacto con Ethan para que le ayude -previo chantaje, por supuesto-, a llevar a cabo un plan que parece imposible: dejar pasar un equipaje de mano negro con un contenido que, a todas luces, indica ser letal. No adelantaré mucho más. Uno, porque no hay mucho más que decir sobre la historia; y dos, porque los demás antecedentes es mejor descubrirlos en la medida que avancen las secuencias.

Jaume Collet-Serra, un excelente director de acción, maneja con oficio un relato firmado por T.J. Fixman y Michael Green. El ritmo es siempre creciente. Collet-Serra se da maña para filmar al interior de los pequeños recovecos de un aeropuerto gigante, y además sacar la acción hacia una autopista, y al aire, sin perder el cable hacia lo que él considera central.

Jason Bateman le da un toque especial a este villano viajero que amenaza con poner todo patas para arriba. Y el complemento con el novel Egerton funciona muy bien para los efectos prácticos, es decir, ponerlo en aprietos en la relación con su jefe y también causarle dificultades con su novia embarazada.

“Carry-On” se deja ver, es liviana, y por cierto, no se toma nada en serio. Todo lo que presenta corresponde a esbozos de algo que podría ser mayor. Un ataque terrorista en ciernes, una policía implacable, Elena Cole -Danielle Deadwyler-, que busca desentrañar la verdad de los acontecimientos, un cúmulo de frustraciones personales, y más de alguna caricatura, son algunos de los temas que la cinta va desarrollando en un poco menos de dos horas que muy pronto caen y se olvidan. Pero hay algo curioso. No parece que hubiéramos perdido el tiempo. Todo lo contrario, deja una sensación grata tras disfrutar de una película entretenida, que fluye más que correctamente, y que es ideal para una descansada tarde de domingo en casa.

Ficha técnica


Título original: Carry-On
Año: 2024
Duración: 119 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Amblin Partners, Dylan Clark Productions, Cobalt Blue 1802. Distribuidora: Netflix
Género: Thriller. Acción. Drama | Aviones. Navidad
Guion: T.J. Fixman, Michael Green
Música: Lorne Balfe
Fotografía: Lyle Vincent
Reparto: Taron Egerton, Sofia Carson, Danielle Deadwyler, Jason Bateman
Dirección: Jaume Collet-Serra 

jueves, 19 de diciembre de 2024

Cómo ser millonario antes que muera la abuela

Sinopsis: Cuando “M”, un joven holgazán descubre que su abuela sufre una enfermedad terminal, decide dejar a un lado su precaria carrera como streamer para cuidar de ella. Eso sí... Con la mirada puesta en su patrimonio. Pero ganarse a la abuela no es fácil. Resulta ser una mujer de armas tomar, exigente, rigurosa y muy difícil de complacer. Y, por si fuera poco, "M" no parece ser el único sucesor bienintencionado. ¡Tendrá que sacar a relucir sus mejores virtudes si quiere proclamarse el beneficiario de la herencia! No obstante, a medida que pasan los días, "M" comenzará a ver más allá de su propio interés y empezará a valorar la oportunidad de reconectar con su abuela en sus últimos momentos.


Un extraño título en español precede a esta película tailandesa. Es que es imposible no dejarse llevar, o desarrollar prejuicios frente a un título tan explícito. Se pierde la magia y la oportunidad de descubrir la historia, porque esperamos lo que, de alguna forma, el título ya nos ha adelantado. Pero bueno, saltemos este punto, y como dicen los españoles, vamos al lío.

El director Pat Boonnitipat filma un guion escrito en conjunto con Thodsapon Thiptinnakorn. El argumento habla de vejez, de soledad, de enfermedad, de vulnerabilidad y de desprotección, y, asimismo, plantea directamente la cruda realidad de los fríos vínculos emocionales al interior de una familia extendida.

Quizá el tema de fondo se refiere a las relaciones por interés o conveniencia. La abuela, de avanzada edad, no es una persona fácil -¿quién lo es?-, y ninguno de sus tres hijos tiene cercanía con ella. Son tres personas diferentes, con tres situaciones de vida, y también, lógicamente, tres estereotipos; el hijo acomodado, la hija trabajadora y el hijo holgazán… Por ello, tal vez aparece, o más bien surge, la figura de este nieto, que no es que haga mucho por la vida pero al menos se mueve un poquito para tratar de conseguir algo.

El entorno en el que se desarrolla “Lahn mah”, cuya transcripción literal sería “Oh no”, tiene situaciones particulares. Hay pobreza, qué duda cabe, pero también hay condiciones de vida que no se ven tan extremas hasta que se declara el mayor nudo argumental de la obra: el cáncer terminal de Mengju -Usha Seamkhum-. Ella tiene 79 años, y el tratamiento, invasivo y complicado, no le asegura nada.

La figura de “M” -Putthipong Assaratanakul-, agrega una nota de humanidad a la vida de Mengju, quien se debate entre una rutina que combina el hospital y su casa. Y claro, abuela y nieto comienzan a compartir, a conocerse de una manera diferente, pues ambos -antes solitarios- comprenderán que desde ese momento son compañeros de viaje; un camino de reconocimiento, de cercanía, y por qué no decirlo, de un amor entrañable.

“Lahn mah” es un filme pausado, reflejo de una cultura oriental que tal vez no resulta tan distinta a los cánones occidentales que conocemos de sobra. Uno de sus mayores logros es que responde a una propuesta de aprendizaje, de desarrollo emocional, que a primera vista puede sentirse lenta, pero que, con el paso del tiempo, decanta para transformarse en una cinta, aunque triste, muy esperanzadora, llena de símbolos, y que requiere una cuota de aceptación de parte nuestra para interpretar correctamente sus mensajes y así acariciar los múltiples valores positivos que contiene dentro.

Ficha técnica

Título original: Lahn mah
Año: 2024
Duración: 126 minutos
País: Tailandia
Compañías: GDH 559
Género: Drama | Vejez / Madurez. Familia
Guion: Thodsapon Thiptinnakorn, Pat Boonnitipat
Música: Jaithep Raroengjai
Fotografía: Boonyanuch Kraithong
Reparto: Putthipong Assaratanakul, Usha Seamkhum, Sanya Kunakorn, Sarinrat Thomas, Pongsatorn Jongwilak, Himawari Tajiri, Tontawan Tantivejakul, Duangporn Oapirat
Dirección: Pat Boonnitipat

lunes, 16 de diciembre de 2024

El tren de los niños

Dirigida por Cristina Comencini, esta película es una adaptación de la novela homónima de Viola Ardone basada en la historia real del proyecto “Trenes de la felicidad”, surgido en Italia post Segunda Guerra Mundial.

La pobreza, la miseria y la hambruna en el sur de la península campeaban por aquellos años. La situación, al empeorar cada día, requería una acción concreta. Y la anhelada esperanza proviene del “norte”. Familias con mayor poder económico se unen para colaborar en una iniciativa única liderada por el Partido Comunista Italiano.

Fruto de esta generosidad, los favorecidos en primera instancia son decenas de niños que buscan una nueva oportunidad con sus familias de acogida. Uno de ellos, Amerigo Speranza -Christian Cervone-, de siete años, abandona su natal Nápoles y a su madre Antonietta -Serena Rossi-, para aventurarse y descubrir un nuevo mundo. Recibido por Derna -Barbara Ronchi-, Amerigo comienza a vivir lo que significa el verdadero calor de hogar, y al mismo tiempo comprender cómo las notas de su violín resultan ser un bálsamo para su vida.

Con una hermosa fotografía a cargo de Italo Petriccione, “Il treno dei bambini” no sale de los moldes clásicos al momento de narrar la historia. La película comienza con un solista a punto de dar un Concierto. Se trata del prestigioso violinista Amerigo Speranza -Stefano Accorsi-, quien recibe una llamada, antes de entrar a escena, en que le informan sobre la muerte de su madre. Este comienzo que ya hemos visto en “Cinema Paradiso”, o “Los Coristas”, que se vienen de inmediato a la memoria, sigue siendo una apertura práctica para situarnos en el actual escenario para luego devolvernos en el tiempo.

La música es efectiva y simple. En manos del compositor Nicola Piovani, los suaves trazos melódicos cobran vigor en la medida que se repiten, mientras que el “tritono” si bemol - mi natural, es el punto de ruptura de una melodía característica. Estos elementos básicos puestos al servicio de la historia, se complementan con actuaciones honestas, desprovistas de parafernalia, con una prestancia y frescura mayormente entregada por los más pequeños.

“El tren de los niños” resulta emotiva. Poco a poco toma su forma gracias a un viaje necesario que recorre un pasado complejo provocado por las secuelas de la guerra. Observar resiliencia ante tanta adversidad siempre es una potente lección, una esperanza (maravillosa coincidencia con el apellido del protagonista) que surge desde el interior del alma humana gracias a la solidaridad de cientos de personas que no se dejaron llevar por sus divisiones, sino que trabajaron unidos y en comunidad tras un bien mayor.

Ficha técnica

Título original: Il treno dei bambini
Año: 2024
Duración: 106 minutos
País: Italia
Compañías: Palomar. Distribuidora: Netflix
Género: Drama | Años 40. Infancia. Pobreza
Guion: Furio Andreotti, Giulia Calenda, Camille Dugay Comencini, Cristina Comencini. Novela: Viola Ardone
Fotografía: Italo Petriccione
Música: Nicola Piovani
Reparto: Barbara Ronchi, Serena Rossi, Christian Cervone, Stefano Accorsi, Francesco Di Leva, Antonia Truppo
Dirección: Cristina Comencini

viernes, 13 de diciembre de 2024

Los Afectos

Un liceo de la capital, Santiago de Chile. Corre el año 2018; los estudiantes están furiosos, los profesores, superados. Hace años han comenzado las llamadas revueltas estudiantiles. Los enfrentamientos cada vez son más violentos entre la fuerza pública y los denominados “overoles blancos”. Vuelan las bombas molotov y las granadas lacrimógenas. No parece haber tregua; menos una solución.

Estas son las condiciones en las que se desenvuelve “Los Afectos”, película dirigida por Diego Ayala y Aníbal Jofré, y que muestra a Benjamín -Gastón Salgado-, como el inspector a cargo de decenas de alumnos inquietos y alertas, tanto por lo que viven en sus aulas como también por los acontecimientos políticos y sociales de un país en plena transformación.

Benjamín arrastra dolores. Separado hace un tiempo indeterminado, observa lejos a su hija Karina, también alumna del liceo, quien vive con su madre y Paulina, su pareja. La relación padre hija es distante. Solo cruzan algunas palabras. Karina es mayoritariamente fría, y aunque comparten algunos espacios en el liceo, no son suficientes para estrechar un lazo que parece estar roto hace mucho tiempo. Iván, el mejor amigo de la joven, puede ser un eje conductor; sin embargo, la relación de Benjamín con el muchacho tampoco supera demasiado las formalidades alumno - profesor.

Una protesta llevada a cabo en las afueras del liceo termina con un brutal ataque policial a Karina, con graves consecuencias. Es un punto de inflexión para Benjamín, y también para Iván, quienes golpeados por la crudeza de los acontecimientos, deambulan perdidos en busca de explicaciones y consuelo.

Este drama, con algunas líneas musicales, se desenvuelve entre el dolor y la desesperanza. Sus historias representan momentos importantes del desarrollo de las protestas sociales en Chile, en las que la participación estudiantil resulta clave para su posterior escalamiento. En este caso particular, observamos lo que sucede al interior de un establecimiento educacional, con sus propias dinámicas estamentarias, y también, como botón de muestra, lo que podrían ser aspectos la vida íntima de las personas involucradas.

Gastón Salgado es más convincente en su rol de padre que de inspector. Su desconcierto es enorme porque no conoce a su hija y ella no lo conoce a él. La relación que tienen no es difícil; más bien es inexistente. La cinta no profundiza las razones del quiebre con su pareja, pero a juzgar por los hechos, hay una distancia insalvable, con mucho rencor y resentimiento. Salgado aporta solidez a un elenco que se comporta más bien débil, en general. Gianluca Abarza se transforma en una inesperada contraparte y es justamente quien le secunda mejor, sobre todo al llevar a escena los instantes musicales que entrega el filme.

“Los Afectos” está bien filmada. Los cineastas despuntan buenas ideas y por momentos se lucen en algunas tomas gracias a una fotografía captada de excelente forma. Lamentablemente, no resulta suficiente, porque no es solo el material fílmico el que está en juego. Cuando los diálogos y algunas interacciones resultan forzadas, la tensión se cae por carecer de verosimilitud. Este es un vacío que se siente en varias secciones de la película, y tal vez es lo que no le permite levantar un mayor vuelo.

Cuando el mensaje es claro y preciso, como en esta obra, es necesario que la forma también lo acompañe. La empatía, el ponerse en el lugar del otro, el comprender las diferencias aunque no exista punto de encuentro, son temas muy importantes que merecen un mejor tratamiento actoral para traspasarse de mejor forma a la audiencia.

Aún tomando en cuenta lo antes señalado, esta película cumple perfectamente con el propósito explícito señalado por Diego Ayala, uno de sus realizadores: “Los Afectos muestra lo que pasa cuando un conflicto social atraviesa la vida familiar de dos personajes que chocan porque tienen visiones de mundo disímiles, pero que basados en su afecto y amor mutuo están dispuestos a encontrar puntos de vista que los pongan en los zapatos del otro”.

Ficha técnica

Título original: Los afectos
Año: 2024
Duración: 90 minutos
País: Chile
Género: Drama
Reparto: Gastón Salgado, Gianluca Abarza, Catalina Ríos, Sara Hebe, María Paz Grandjean, Claudia Cabezas, Gonzalo Robles, Rodrigo Pérez
Dirección: Diego Ayala, Aníbal Jofré 

miércoles, 11 de diciembre de 2024

Queer

Sinopsis: 1950. William Lee, un expatriado estadounidense de unos 50 años que vive en Ciudad de México, pasa sus días casi solo, salvo algunos contactos con otros miembros de la pequeña comunidad norteamericana. Su encuentro con Eugene Allerton, un joven estudiante recién llegado a la ciudad, le muestra, por primera vez, que finalmente podría ser posible establecer una conexión íntima con alguien.


Un largo viaje es el que propone el director Luca Guadagnino. O tal vez no tan extenso, pero sí profundo. Basado en la novela de William S. Burroughs, nos vemos de pronto sumergidos en los años 50, en México, donde William Lee -un magnético Daniel Craig-, vive sus días entre conversaciones, alcohol, drogas y sexo. Lee es un hombre solitario, incomprendido, frustrado, con el deseo vivo y una ansiedad que lo carcome completamente.

Cuando se presenta una oportunidad es de los tipos que no la deja pasar. Por eso, al momento de conocer al joven Eugene Allerton -Drew Starkey-, no duda un segundo. Va por él, incluso sin medir consecuencias. El primer capítulo de la película se enfoca precisamente en eso, la vida de Lee, su tránsito cotidiano, y este esperanzador encuentro que le devuelve la ilusión y el vigor.

El segundo capítulo es, literalmente, un viaje. William y Eugene se embarcan en la aventura de recorrer Sudamérica para dar con una droga mágica denominada “yagé”. El recorrido los lleva a través de diversos pueblos y también al interior de una exuberante selva, hasta que por fin llegan a descubrir la médula de su afanosa búsqueda: la “ayahuasca”.

Luca Guadagnino filma cuidadosamente, recrea cada lugar con impecable gusto estético, y genera escenarios que resultan tan elocuentes como atractivos. El problema es que no pude entrar a ese mundo, no logré dejarme llevar por una propuesta que me hacía preguntarme, casi permanentemente, por su mensaje.

Es cierto, la película está llena de metáforas y símbolos, pero se hace un poco difícil de abordar. Independiente de su magnífica producción y solidas actuaciones, el compromiso que se requiere al visualizar esta cinta puede resultar un poco pesado. Y esto no se debe a la ausencia de situaciones concretas, que las hay, y bastantes. Se debe, más bien al riesgo que implica el intento por plasmar sensaciones solamente a través de dos dimensiones.

Los viajeros experimentan un trance con la droga. Es un viaje dentro de su propio viaje, durante el que, guiados por una “doctora”, se hacen incorpóreos, se deshacen, alucinan y también logran fundirse. En el fondo de todo esto existen enormes miedos, temores que los vuelven vulnerables, y que no tienen solución si solo se apela a métodos tradicionales. En todo caso, nada asegura que estas nuevas formas puedan curarlos. Son adictos, y posiblemente lo seguirán siendo, pero tal vez, y a través de la apertura de una nueva puerta, puedan observarse desde otra perspectiva para, al menos, comprenderse, como el primer paso para lograr una sanación más cercana a la redención.

El epílogo confunde aún más el panorama, y deja abierta la película para las interpretaciones. ¿Lo que vimos fue verdad o solo un sueño, un producto de la imaginación? ¿Cuál es la verdadera motivación de Lee, qué quiere dejar atrás y cómo quiere realmente sanar o ser sanado? ¿Dónde quedan los miedos luego de un viaje como el descrito, sin necesariamente tener un final claro? ¿El destino es, entonces, algo inexorable?

Muchas preguntas sin respuesta para “Queer”, una cinta de alta densidad que se siente extensa, todo un desafío sensitivo y de apreciación que obliga a situarse en otros planos para intentar ingresar y destrabar su contenido más profundo. Yo no pude, pero usted tal vez sí pueda aceptar este desafío y concluir el viaje. La decisión es suya, cuenta con mi apoyo. ¡Adelante!

Ficha técnica

Título original: Queer
Año: 2024
Duración: 135 minutos
País: Italia
Compañías: Coproducción Italia-Estados Unidos; The Apartment, Frenesy Film Company, Fremantle Media North America, Cinecittà, Frame by Frame
Género: Drama | Años 50. Homosexualidad. Drogas
Guion: Justin Kuritzkes. Novela: William S. Burroughs
Música: Trent Reznor, Atticus Ross
Fotografía: Sayombhu Mukdeeprom
Reparto: Daniel Craig, Drew Starkey, Jason Schwartzman, Henrique Zaga, Lesley Manville
Dirección: Luca Guadagnino 

lunes, 9 de diciembre de 2024

El conde de Montecristo

El impactante naufragio inicial, con vibrante música y emoción contenida, es un presagio de lo que veremos a continuación. Las prioridades son prioridades, por lo que en el preciso momento en que el capitán Danglars -Patrick Mille- denuncia a Edmond Dantès -Pierre Niney- ante su jefe por no cuidar la carga del barco como principal preocupación, recibe una dura reprimenda y ejemplificadora sanción: es despedido de inmediato y Dantès es ascendido como el nuevo capitán. Es que está más claro que el agua. Las personas primero, siempre.

La vida le sonríe a este joven marino que sueña con casarse con Mercédès Herrera -Anaïs Demoustier-. Sin embargo, cuando está a punto de contraer sagradas nupcias, sucede lo inimaginable: la envidia, el rencor, y la ambición se interponen en sus planes. Denunciado por sus enemigos, de inmediato es enviado como prisionero a Château d'If, un lugar tan aislado que probablemente sea su último destino en este mundo.

Pero la vida todavía guarda sorpresas para Edmond. Se trata del inesperado encuentro con Abbé Faria -Pierfrancesco Favino -, otro recluso del lugar, quien ha excavado por casi cuatro años para llegar a su celda en busca de un aliado. Juntos, entonces, se dan maña para planear un escape a fuego lento, motivados por el gran secreto que posee Abbé: sabe la ubicación exacta de un cuantioso tesoro escondido en la isla de Montecristo que esconde un suculento botín, suficiente para que ambos puedan rehacer sus vidas a cuerpo de rey.

Pasan varios años y están a milímetros de lograr su objetivo. Edmond sueña con recuperar a Mercédès y llevar a cabo su venganza. Todos estos años se ha preparado con dedicación y ha aprendido lo que más ha podido de Abbé. Nada podría detener su plan maestro. Ni siquiera el infortunado imprevisto que se presenta resulta impedimento para que el protagonista pueda escapar y ejecutar su guion. Con gran decisión, el ahora autodenominado “Conde de Montecristo” elige Marsella como su primer destino y, a continuación, nada menos que París, la ciudad luz

La famosa novela de Alejandro Dumas cobra vida gracias a la pluma de los guionistas y directores Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patellière. Con una producción comparable a la de los principales estudios, y un presupuesto superior a los 40 millones de euros, este trabajo no tiene nada que envidiar a otras películas de época o, incluso, a varios de los thrillers actualmente presentes en la cartelera.

La historia nos envuelve desde un comienzo, y la empatía que despierta Pierre Niney sirve de gran ayuda para la fluidez del metraje. Aunque hay mucha información, con varias tramas y subtramas, junto a una gran variedad de personajes, el guion se las arregla para ser transparente y claro de principio a fin. Épicos enfrentamientos y momentos tranquilos, se van combinando en una serie de situaciones que nunca disminuyen los decibeles, y que nos mantienen alertas gran parte del tiempo.

Es verdad que tres horas de duración asustan a cualquiera en estos días. No es menor, y menos para estar dentro de una sala de cine, sin embargo la forma en que esta cinta está compuesta, permite quedarnos con la sensación de que no hay escenas que estén de más. No obstante lo anterior, por momentos parece que estamos en algo más parecido a una miniserie sin pausas, de esas que se prestan para maratonear en alguna plataforma de streaming, y en las que el tiempo y la duración solo dependen de las necesidades de subir o bajar la tensión en algunos momentos para dar continuidad a la acción.

Sorteando, quizás, este reparo, “El Conde de Montecristo” es una película repleta de intrigas, traiciones, romances y aventuras configuradas “a la antigua”. Y funciona bien, porque en la práctica ya sabemos cómo debe girar la rueda y cuáles son los elementos necesarios para armar una buena historia que resulte entretenida y vigorosa a la vez. Eso sí, no es fácil tomar la decisión de comenzar a verla, pero una vez en curso, no se van a arrepentir. Por algo Alejandro Dumas es imperecedero y sus novelas se siguen leyendo año tras año. Los clásicos son así, se reinventan una y otra vez cada vez que volvemos a ellos, y este nuevo “Conde” parece ser el mejor ejemplo de aquello.

Ficha técnica

Título original: Le Comte de Monte-Cristo
Año: 2024
Duración: 178 minutos
País: Francia
Compañías: Chapter 2, Fargo Films, Pathé, M6 Films. Distribuidora: Pathé
Género: Aventuras. Drama | Drama de época. Venganza. Siglo XIX
Guion: Matthieu Delaporte, Alexandre de La Patellière. Novela: Alejandro Dumas
Música: Jérôme Rebotier
Fotografía: Nicolas Bolduc
Reparto: Pierre Niney, Bastien Bouillon, Anaïs Demoustier, Anamaria Vartolomei, Laurent Lafitte
Dirección: Matthieu Delaporte, Alexandre de La Patellière 

sábado, 7 de diciembre de 2024

La habitación de al lado

Es difícil sustraerse a un inicio premonitoriamente desgarrador. Desde los primeros compases, la música de Alberto Iglesias entra en profundidad. La nota principal, bordeada por sus notas contiguas, anuncia lo que viene: un solemne modo menor que asemeja una sentida marcha fúnebre.

Basada en la novela “¿Cuál es tu tormento?”, de la escritora neoyorquina Sigrid Nunez, el cineasta Pedro Almodovar se aventura con su primera película rodada exclusivamente en inglés. “La habitación de al lado”, como el director ha llamado a esta adaptación de su autoría, contiene mucho más que el título original que le da vida. De hecho, Nunez parte su obra a partir de una frase de la filósofa francesa Simone Weil, que se incluye como epígrafe: “La plenitud del amor al prójimo estriba, simplemente, en preguntar al prójimo: ¿Cuál es tu tormento?”

Pues bien, Almodóvar toma eso como punto de partida de un viaje lleno de humanidad, comprensión y compasión frente a una persona que va a morir o, mejor dicho, ha decidido morir, ante un presente y un futuro de dolor irremediable. Las ráfagas de amistad, recuerdos, afectos, culpa, perdón, empatía y amor, no se dejan esperar; emergen como brisa otoñal que promete conducirnos hacia el invierno de la vida.

Ingrid -Julianne Moore- y Martha -Tilda Swinton-, muy amigas en su juventud, siguieron caminos diferentes: la primera, el de una exitosa novelista; la segunda, como una destacada corresponsal de guerra. A pesar de compartir la escritura como principal talento, no se van a reencontrar hasta que Ingrid, en el lanzamiento de su última novela, se entera por casualidad de que Martha está enferma de cáncer y que su situación es bastante delicada.

La cinta avanza raudamente hacia esa primera visita, el inicio de una historia que rellena sus capas intermedias con recuerdos que Martha comparte con Ingrid, y que explican su actual situación de vida. Su hija distante, su tristeza por no haber sido una madre más cercana y presente, sus aventuras de juventud, sus trabajos en terreno, y su actual enfermedad, se va cruzando con los oídos atentos de Ingrid, quien no solo la escucha sino que además, la acoge con calidez y genuino cariño.

Almodóvar muestra sus cartas desde un comienzo. Colores fuertes y vivos, contrastan con otros más opacos y apagados para configurar escenarios que reflejan no solo los estados de ánimo, sino también resumir personalidades. En pocos minutos tenemos varias situaciones, intercaladas pero completas, que nos revelan el escenario en el que el director quiere que estemos antes de iniciar el desarrollo temático, propiamente tal.

Un diálogo profundo en un hermoso jardín, con un acercamiento lento de la cámara y un plano que se va sumergiendo, ofrece, a mi modo de ver, el cierre de la introducción de esta pieza. Brillante en la forma, y sólido en el fondo, en poco más de 30 minutos Almodóvar ya nos tiene capturados para iniciar la construcción de lo que será literalmente una escapada a las afueras de la ciudad, pero que sabemos, no terminará allí.

La parte central de la película constituye su esencia, la sustancia que formará la raíz principal de lo que veremos en la resolución. Las largas conversaciones entre ambas mujeres, la compañía mutua y también la necesidad de sus propios espacios personales, van creando las condiciones necesarias que el climax necesita.

El tercio final es la espera. La incapacidad de Martha para hacer algunas actividades que la realicen, como la lectura, la escritura, o solo escuchar música, se hace manifiesta. Emerge el desinterés, y la agonía se hace cada vez más presente. Cobra importancia el papel interpretado por John Turturro, un ex amante de ambas, y ambientalista acérrimo. “El mundo agoniza si no hacemos nada contra el cambio climático”, le dice a Ingrid. No hay vuelta atrás. La comparación con lo que está viviendo Martha es evidente. Si no se actúa pronto, la desgracia está a la vuelta de la esquina.

“La habitación de al lado” es una película sobre el dolor y la muerte. ¿Dónde queda, entonces, el amor y la esperanza? Puede no resultar fácil visualizarlo, pero se encuentra en todo momento, en una capa persistente que está en el epígrafe del libro y que vuelvo a transcribir acá: “La plenitud del amor al prójimo estriba, simplemente, en preguntar al prójimo: ¿Cuál es tu tormento?” Tal vez no haya amor más grande que reconocer al prójimo en su sufrimiento más profundo, sin juzgarlo y sin querer cambiarlo. Quizá sea lo más difícil pero es algo que realmente vale la pena. Ponerse en el lugar del otro es justamente acoger y comprender genuinamente, dejando de lado nuestros propios temores y dudas. Hacer nuestros esos dolores es quitar la carga de quien los sufre. ¿Acaso hay algo más humano -y también divino- que eso?

Ficha técnica

Título original: La habitación de al lado
Año: 2024
Duración: 106 minutos
País: España
Compañías: El Deseo, Movistar Plus+. Distribuidora: Warner Bros. España, Sony Pictures Classics
Género: Drama | Amistad. Literatura. Enfermedad
Guion: Pedro Almodóvar. Novela: Sigrid Nunez
Música: Alberto Iglesias
Fotografía: Eduard Grau
Reparto: Tilda Swinton, Julianne Moore, John Turturro, Alessandro Nivola
Dirección: Pedro Almodóvar 

jueves, 5 de diciembre de 2024

Asesino Serial

Atmosférica. Blanco y negro, luego color. Sobre los créditos iniciales una mujer corre y corre. Nos pone en alerta. El color rojo es persistente. La canción también. A medida que se va acercando comprendemos de qué se trata. Es una persecución implacable. En auto, a pié. Ella corre por su vida.

Interesante y novedoso el inicio de este thriller escrito y dirigido por J.T. Mollner. Y lo que sigue se torna aún más audaz, porque se nos avisa que la historia tiene seis capítulos y todo comienza en el tercero: la dama, perseguida por el demonio, pide ayuda.

Ya la forma descoloca. No es lineal. Pero eso no es todo. Le siguen, en este orden, el número 5, el 1, el 4, el 2 y el 6. No hay parámetros. Cada una de estas unidades contiene un título particular y su propia historia. ¿Basta para comprender? En principio sí, pero no hay que saber nada, o lo menos posible, para poder descubrir la propuesta, porque la sinopsis de esta cinta es tan escueta como puede ser esta sola línea de texto: “una joven tiene una aventura de una noche con un asesino en serie, comenzando una persecución de pesadilla”

Mollner se preocupa de controlar todo, y para ello la banda sonora es clave. Hablamos de música concreta y también aleatoria a cargo de Craig Deleon, algo muy poco común en películas de este estilo, pero que agrega valor a los detalles estéticos que se ofrecen en cada rincón de esta filmación. Qué decir del “Nocturno Op. 9 No. 1 en Si bemol menor”, de F. Chopin. Un detalle delicioso usado para unir los capítulos. Notable.

Las rosas, el jardín frondoso, los cuadros y los decorados interiores son una muestra de unidad. No distraen. Al contrario, aportan. Porque las primeras secuencias no tienen ningún diálogo. Debemos centrarnos en la escena, en las persecución, en el resultado, porque ofrece solo una perspectiva. Luego sabremos que hay más de una, pero ya será tarde. Lo que creíamos, ya no existe. Las piezas adoptan otras posiciones. El puzzle se desordena mucho más que el mencionado desorden -ordenado- de los capítulos.

Diferente, sin duda, e inesperada, emocionalmente hablando, “Strange Darling” contiene una vertiente de impulsos que se potencian con las actuaciones “eléctricas” de Willa Fitzgerald y Kyle Gallner. Lo que parece no es, y aunque el capítulo 1 es quizá el más flojo en términos de narrativa, entrega las pistas necesarias para poder entender la globalidad de un metraje tan desenfrenado como constreñido.

Duración perfecta para una grata sorpresa que refresca el género -o mejor dicho varios géneros-; una apuesta firme que se siente innovadora dentro de una temática sobre la que se ha generado bastante material en el último tiempo. Pero acá no importa, porque es solo la excusa para plantar una idea original y desarrollarla libre de ataduras convencionales y límites planos. Un buen ejemplo de cine independiente que no sigue las estructuras habituales. A veces no funciona, pero esta vez sí que da buen resultado. ¡Bravo!

Ficha técnica

Título original: Strange Darling
Año: 2024
Duración: 96 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Miramax, No Remake Pictures, Spooky Pictures
Género: Thriller. Terror | Asesinos en serie. Cine independiente USA
Guion: J.T. Mollner
Música: Craig Deleon
Fotografía: Giovanni Ribisi
Reparto: Willa Fitzgerald, Kyle Gallner, Barbara Hershey, and Ed Begley Jr.
Dirección: J.T. Mollner 

miércoles, 4 de diciembre de 2024

Hereje

Hugh Grant se luce en esta película escrita y dirigida por Scott Beck y Bryan Woods. Con más intriga que terror, “Heretic”, se mueve en un escenario acotado que se acerca más al de una obra de teatro que al de una cinta de mayor desarrollo. Cuando dos misioneras de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, las hermanas Barnes y Paxton -Sophie Thatcher y Chloe East, respectivamente-, visitan la casa de Mr. Reed -Grant-, ubicada al interior de una pequeña comunidad en el estado de Utah, no imaginan de lo que serán testigos durante una larga noche que tiene una espesa tormenta de nieve como telón de fondo.

La película destaca desde sus minutos iniciales gracias a una construcción cuidadosa del entorno y por una banda sonora que nos hace suponer, de antemano, que las apariencias engañan y que los hechos que vendrán irán de mal en peor con el correr de los minutos.

Dividido en capítulos, una decisión inteligente de los directores, el desarrollo de la cinta se configura en varios capítulos. El primero es calmo, un verdadero debate intelectual que sitúa a Mr. Reed como un instructor, y a las dos jóvenes como aprendices, con evidentes carencias para defender o rebatir lo que conocen sobre su iglesia y la religión en general. Convincente, Reed las lleva a través de un viaje, y se aprovecha de la inocencia de ambas para “embolinarles la perdiz” y hacerles dudar de cada paso que dan.

El ecuador de la cinta muta hacia la acción, aunque siempre medida y cautelosa, pero que involucra movimientos internos dentro de una casa que es una recreación a gran escala de múltiples laberintos. De hecho, observamos más de una vez la maqueta a escala del lugar, y resulta interesante ver cómo se producen allí simulaciones de los movimientos interiores. Pero volvamos a la trama, porque en su tercio final, el filme despliega su esencia. Intenta pasar del suspenso al terror, preparando una resolución que espera atar cabos y unir los hechos.

“Hereje” no se plantea como un debate religioso pero se acerca bastante. El carisma de Hugh Grant permite que su discurso parezca verídico, al remover fácilmente las convicciones de las dos muchachas, cuya formación en la fe deja un poco que desear. Pero este no es el punto principal, porque lo que subyace es la confianza y rapidez con la que un sujeto desconocido puede capturar no solo la atención sino también la voluntad de dos personas frágiles, llenas de dudas, y que buscan un ideal que tal vez solo está presente en libros y manuales.

Luego de 110 minutos, con altos y bajos y una buena dosis de misterio, “Heretic” remata mejor que el promedio de las cintas de su tipo. Mérito indiscutido de Scott Beck y Bryan Woods, pero principalmente de Hugh Grant, quien nunca pierde el norte y personifica sólidamente a quien podría ser un gran maestro o un psicópata empedernido.

Ficha técnica

Título original: Heretic
Año: 2024
Duración: 110 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Beck Woods, Catchlight Studios, Shiny Penny Productions. Distribuidora: A24
Género: Terror. Intriga | Escenario único
Guion: Scott Beck, Bryan Woods
Música: Chris Bacon
Fotografía: Chung Chung-hoon
Reparto: Hugh Grant, Sophie Thatcher, Chloe East
Dirección: Scott Beck, Bryan Woods 

lunes, 2 de diciembre de 2024

El tiempo que tenemos

Almut y Tobias. Florence Pugh y Andrew Garfield dan vida a estos dos jóvenes cuyo amor traspasa la pantalla. Y no se trata de cualquier amor. Es uno que se va construyendo con el paso del tiempo, que se va forjando ante la adversidad, y cuya fuerza radica en la resiliencia que emerge de los acontecimientos que enfrentan a lo largo de una década.

La cronología es muy clara pero no en un comienzo. El director John Crowley dirige un guion de Nick Payne que utiliza una línea de tiempo desordenada como recurso narrativo, con saltos temporales que, si no estamos atentos, podrían confundirnos y enredar ligeramente la secuencia de los hechos. Esta es, a mi juicio, una decisión acertada, pues si la historia fuera lineal, es posible que sin el efecto sorpresa la cinta hubiera perdido gran porcentaje de su encanto.

La trama, simplificando al máximo, presenta a dos jóvenes que se encuentran casualmente. Está bien, las casualidades no existen, pero en este caso parece que definitivamente sí, porque ambos son “acontecidos”, porque ambos son de esas personas a las que les sucede todo tipo de cosas y llaman permanentemente la puerta del destino. Creo que no vale la pena adelantar mucha más información, porque justamente la magia consiste en descubrirla a medida que los minutos avanzan. Dejarse llevar, enlazar hechos, suponer, equivocarse, y finalmente armar un puzzle, en apariencia complejo, que se revela hacia el final en todo su esplendor.

Los protagonistas de la historia hacen un muy buen trabajo. Existe buena química, pero hay algo más: son creíbles en sus interpretaciones. Garfield está siempre con un nudo en la garganta, en un trance intermedio entre su interior y su exterior. Por otra parte, Florence Pugh convence, no solo por sus cambios físicos, sino por una inesperada evolución en todos los sentidos.

Hay pistas claras si estamos alertas. Y, por cierto, hay otras más escondidas que se revelan a posteriori para completar así el relato. No me refiero a lo evidente, sino a aquello que se encuentra un par de niveles más profundos, radicado en la historia íntima de la pareja. El dolor, la esperanza y la resignación pugnan por ser los ejes principales, sin embargo se eleva con fuerza el valor de la familia, tanto el amor de pareja como el filial, para completar un círculo virtuoso que entrega vitalidad a un futuro incierto.

El título original, “We Live in Time”, es mejor que el que recibe en español. Al llamarla “El tiempo que tenemos”, sin querer, o bien queriendo, entrega demasiada información sobre lo que veremos en un poco menos de dos horas. Puede parecer exagerado lo que digo, sí, pero es indudable que uno va con ciertos prejuicios a ver una película que más o menos sabe por dónde va, y que desarrollará una temática tan profunda como es la enfermedad y la muerte.

Si bien no estamos ante una cinta inolvidable, puedo decir que esta película supera con creces la media del género romántico habitual. Y quiero destacar dos razones para esta afirmación: la primera, por supuesto, la pareja protagónica junto a la natural figura de la pequeña Grace Delaney; y segundo, el abordar una temática actual y acuciante respecto a una enfermedad como el cáncer, su tratamiento (o no tratamiento), y lo que significa la calidad de vida producto de las decisiones que se tomen. El guion no se inclina ni toma partido por ninguna opción. Expone un camino, sí, pero plantea muchas más interrogantes, que, bien abordadas, podrían ofrecer herramientas útiles para enfrentar este tipo de situaciones.

Ficha técnica

Título original: We Live in Time
Año: 2024
Duración: 107 minutos
País: Reino Unido
Compañías: Coproducción Reino Unido-Francia; Film4 Productions, Studiocanal, SunnyMarch, Film Four, Shoebox Films, Canal+. Distribuidora: A24
Género: Romance. Drama | Drama romántico. Enfermedad
Guion: Nick Payne
Música: Bryce Dessner
Fotografía: Stuart Bentley
Reparto: Andrew Garfield, Florence Pugh, Grace Delaney, Lee Braithwaite, Aoife Hinds, Adam James
Dirección: John Crowley