miércoles, 21 de septiembre de 2016

La Bruja de Blair

Un grupo de estudiantes se aventura en un bosque de Maryland. ¿Qué los lleva allá? Investigar la misteriosa desaparición de Heather Donahue, la hermana de James -James Allen McCune- relacionada con la leyenda de La Bruja de Blair, y por cierto, tema central de la ya famosa primera parte de esta saga. Unos lugareños se ofrecen como guías. La noche avanza. ¿Ruidos, visitas extrañas, accidentes, presencias? ¿Verdad o mentira? ¿Sugestión o realidad?

El director Adam Wingard, usando un formato del tipo “reality”, es decir filmaciones más amateurs, desde celulares o cámaras aficionadas, imprime a esta cinta el sello de la original “El Proyecto de la Bruja Blair”. Hay mucho corte, movimiento permanente y una edición nerviosa que no da tregua visual. hay momentos que el formato cansa, sin embargo este “aire de realidad” es bienvenido hacia el punto de mayor tensión.

Sin ser muy explícito, el guión va internándose en misteriosas situaciones que parecen estar relacionadas con la leyenda. Los protagonistas no están solos en el bosque, aparentemente. Las dudas sobre los guías se dejan caer. Varias sospechas van configurando escenarios oscuros, tensos y en ocasiones inexplicables. Poco sucede, sin embargo la tensión crece. Acá el formato ayuda, sin duda, a generar esa incomprensible inestabilidad que nos permite asustarnos con efectos sencillos: golpes, caídas, sonidos extraños y angustiosos laberintos que conducen a lo desconocido.

La cinta es la historia de una persecución. La hermana de James es el objetivo. ¿O son finalmente los jóvenes los perseguidos? No lo sabemos. Pistas hay, pero son confusas. El relato es confuso y ello es parte de la magia y el suspenso. ¿Resolución? No podemos adelantar el final, ni tampoco el comienzo. Para quienes son fanáticos del género, cumplirá sus expectativas. Para los fans, tal vez no tanto. La original sigue siendo referencia. Sin embargo, en una temporada baja del cine de terror, vale la pena ver esta nueva secuela de “Blair Witch”. Tal vez tengamos la suerte de verla en el bosque o encontrarla dentro de una casa abandonada. Nunca se sabe.

Ficha técnica

Título original: Blair Witch
Año: 2016
País: Estados Unidos
Género: Terror, Thriller
Duración: 89 minutos
Elenco: Valorie Curry, Callie Hernandez, James Allen McCune
Director: Adam Wingard

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Satanic: el juego del demonio

Chloe y Elisa son primas. Ellas junto a sus novios David y Seth van rumbo al festival de Coachella con una parada en Los Ángeles para hacer un curioso turismo: se trata de visitar lugares donde décadas atrás han ocurrido rituales y crímenes que han atemorizado a los habitantes de las inmediaciones. Es más, su lugar de alojamiento es la habitación de un hotel donde años atrás se degolló una joven. Siguiendo esta “especial ruta turística”, encuentran una tienda de objetos de culto y siguiendo a los encargados descubren un rito en el que una joven está a punto de ser sacrificada.

Esta cinta del director Jeff Hunt y que viene con el cartel de los productores de “The Walking Dead”, no muestra nada nuevo, sin embargo se las arregla para cumplir una parte de su cometido. Basada en una filmación cuyo puntal es la fotografía, el metraje transcurre en forma bastante presumible. Los cuarto jóvenes responden a arquetipos de personalidades referenciales y sus discusiones tienen que ver con el riesgo o el miedo que cada uno siente y que finalmente es lo que naturalmente les impulsa o les condiciona, dependiendo del caso.

El género del terror generalmente no quiebra esquemas. Es más, parece que buscara repetir un poco más de lo mismo. Misterios sobrenaturales, posesiones, sectas, etc. están siempre presentes en mayor o menor medida. Se trata de simple entretención y no puede despreciarse a priori. Salvo honrosas excepciones, siempre más cerca del suspenso que del terror, estos filmes tampoco aspiran a ser mucho más que su propia esencia, y cuando lo hacen y no cumplen, ahí si la frustración es mayor. 

“Satanic” es honesta en ese sentido. No sabemos bien dónde nos conduce ni cuál es la finalmente el centro de la trama, lo que por supuesto no es relevante. Lo que si se destaca es una excelente producción y un giro argumental final que podría situarnos en universos paralelos, un espacio-tiempo circular que deja abierta la posibilidad de continuar la historia.

Ficha técnica

Título original: Satanic
Año: 2016
País: Estados Unidos
Género: Terror
Duración: 85 minutos
Guión: Anthony Jawinski
Fotografía: Mike Karasick
Elenco: Sarah Hyland, Justin Chon, Clara Mamet, Steven Krueger
Director: Jeff Hunt

Kubo y las dos cuerdas

El género de animación ha tenido un desarrollo exponencial en los últimos años. Esta nueva cinta de Laika Animation lo confirma con una excelencia visual que sobrecoge. La textura, la generación de imágenes y la fotografía hacen una conjunción mágica para dotar a esta fábula de muchísimos matices, variados elementos que juegan y se divierten durante sus 101 minutos.

Kubo es un jovencito que vive en un pequeño pueblo del antiguo Japón. Se reúne en la plaza a contar historias que nunca termina y que tienen a todos fascinados y comprometidos con sus relatos y con hermosas sus figuras de origami. Por cierto, su vida deja de ser normal cuando comienza una aventura en la que para salvar a su familia y tiene que encontrar una armadura mágica que perteneció a su padre, Hanzo, quien fue un excepcional guerrero samurái. 

La cinta destaca por la delicadeza de su tratamiento. Los detalles son infinitos, sobre todo los visuales. Es cierto que su ritmo es lento y que más de algún pequeño de la familia se podría aburrir, sin embargo como ya sabemos, estas películas abarcan no solo al público infantil sino que cada vez son más amplias. Historias humanas, relatos de vida, de soledad o de lucha ante la adversidad, son los argumentos preferidos cuando se trata de llevar a la pantalla grande una animación de este tipo.

“Kubo y las dos cuerdas” explora un mundo de fantasía diferente. La historia contiene una variada dinámica de personajes y relaciones que la hace muy interesante aunque por momentos algo densa. Ciertamente podría jugarle en contra, sin embargo la espectacular fotografía y el cuidado diseño hacen que se disfrute plenamente.

Ficha técnica

Título original: Kubo and the Two Strings
Género: Animación. Fantástico. Aventuras | Stop Motion. Japón feudal. 3-D
Productora: Laika Animation
Año: 2016
Duración: 101 minutos
País: Estados Unidos
Guión: Marc Haimes, Chris Butler (Historia: Shannon Tindle, Marc Haimes)
Fotografía: Frank Passingham
Música: Dario Marianella
Director: Travis Knight

El Club de las madres rebeldes

Titulada “Malas madres”, esta cinta de los guionistas-directores Jon Lucas y Scott Moore explora en varios cliché sobre los que está montada la vida de las madres modernas. Y no solo en ellas, sino también en sus familias, trabajos y amistades. Todo esto está reunido en esta comedia que tiene una buena idea original que va quedando atrás en la medida que avanza el relato.

Amy -Mila Kunis- las hace todas: esposa, madre, trabajadora; corre de un lado a otro, intenta llenar todos los espacios, quiere ser exitosa, perfecta e ideal. Resultado: un desastre, la vida de Amy es un literal desastre. Vive para los demás y por cierto se descuida totalmente. Varios hechos van consolidando la idea de renunciar al estilo de vida que parece no conducir a ninguna parte. Un marido con un affaire on line, hijos que no valoran nada su dedicación y un trabajo donde todos son menores que ella detonan un punto de inflexión que parece no tener vuelta atrás. Dos nuevas amigas la acompañan en esta aventura, dos caricaturas opuestas -una abnegada y otra liberal- conforman un trío que sencillamente tiran todo por la borda.

Varias veces sucede que estas películas resultan ser entretenidas, llenas de gags chistosos y sin un trasfondo más profundo. Esta lo cumple. Entretiene, los chistes y la suma de situaciones graciosas se suceden -algunas burdas y absurdas- y la profundidad por cierto no se alcanza. No destaca en general ni en particular, es casi de manual, previsible y adivinable de comienzo a fin. ¿Funciona? En parte. ¿Genera empatía? Es posible, sobre todo en las madres actuales superadas por la vida. ¿Deja moraleja? Tal vez, buscando podemos encontrarla.

No obstante lo anterior, el tema es importante y lo que pudo ser no deja de ser interesante. Todos, de alguna u otra forma, nos sentimos superados y podemos necesitar un escape o una renuncia. El tema es cómo resolverlo. ¿Extremos? Arriesgado. ¿Mantención de lo mismo? Aburrido. ¿Qué hacer entonces? Allí está el desafío que esta cinta no resuelve ni pretende hacerlo. Es interesante, si, el que ponga encima de la mesa situaciones cotidianas que nos podrían representar. Esto es en si mismo rescatable y es un mérito, aunque no complete finalmente el desafío de ir mucho más allá.

Ficha técnica

Título original: Bad Moms
Comedia
EE.UU.
100 minutos
Diamond Films
Actores: Mila Kunis,  Kristen Bell, Christina Applegate, Kathryn Hahn, Jada Pinkett Smith
Directores y Guionistas: Jon Lucas y Scott Moore

12 horas para sobrevivir: el año de la elección

En esta tercera parte, la normativa que una noche al año cualquier actividad criminal, incluido el asesinato, es permitida, comienza a tener serios detractores, al punto que una candidata a la presidencia de EEUU, Charlie Roan -Elizabeth Mitchell-, víctima de una noche sangrienta que eliminó a su familia hace 18 años, es quien lleva las banderas para eliminar de una vez por todas esta práctica. También, han pasado dos años desde que el ex policía Leo Barnes -Frank Grillo- decidió no cobrar venganza del hombre que mató a su hijo. Ahora Leo es el jefe de seguridad de la senadora Roan, los ánimos están exacerbados, los “nuevos padres de la patria” cuestionados y a punto de perder su poder y se acerca la fatídica noche de la expiación.

La idea original ha ido, con el correr de sus secuelas, tomando un cariz más político y económico. Es dramático ver representado cómo las personas con más dinero pueden disponer de los más pobres. Incluso, ya se explicita un discurso que señala que esta “purga” es para evitar a los más desposeídos y débiles, para que el estado no siga manteniéndolos, gastando en ellos. Inconcebible, desde todo punto de vista.

La acción es trepidante, cruda y sin pausa. Tanta violencia y crueldad se entrelaza con luchas de poder, racismo, inmigración y variadas temáticas. Todo en una ruleta rusa de personajes que son caricaturas y que en pocos casos logran tomar una linea clara y definida. sin embargo, dentro de las historias paralelas que naturalmente se cruzan, hay rasgos importantes de humanidad, ayuda desinteresada y signos de confianza que pueden verse como luces de esperanza.

James DeMonaco, quien es guionista y director, sabe su objetivo y lo lleva a cabo. En una representación moderna y actual de lucha de clases, poder político y económico, enfrenta el odio, la desconfianza y lo peor del ser humano dejado a su suerte y arbitrio. Por ello, algunas versiones hablan de la noche de las bestias. Es todo el instinto animal desatado en una ley de la selva, donde el más fuerte se impone al más débil sin discusión. No obstante, una luz de esperanza tenue aparece en el horizonte. Veremos si es así, si esta historia acaba acá o tendremos secuelas, precuelas o transformaciones. En todo caso, el año de la elección está vigente. Y si nos detenemos un poco más, también hay una candidata y un candidato. Hay extremos en uno y vacilaciones en otra. Definitivamente la realidad supera la ficción.

Ficha técnica

Título original: The Purge: Election Yearaka 
Año: 2016
Duración: 105 minutos
País: Estados Unidos
Guión: James DeMonaco
Género: Thriller. Terror. Ciencia ficción | Crimen. Distopía. Secuela
Música: Nathan Whitehead
Fotografía: Jacques Jouffret
Reparto: Elizabeth Mitchell, Frank Grillo, Mykelti Williamson, Edwin Hodge, Joseph Julian Soria, Kyle Secor, Betty Gabriel
Director: James DeMonaco

martes, 6 de septiembre de 2016

Aquí no ha pasado nada

Vicente Maldonado -Agustín Silva- pasa de “carrete en carrete” en un tiempo que parece ser de vacaciones soñadas en la costa central de Chile. Como para muchos otros muchachos y muchachas de su edad, las fiestas, el alcohol, las drogas y el sexo, son su rutina diaria y los “reventones y borrones” cada vez más frecuentes y extremos. En uno de ellos, casual, desconocido, improvisado, del que Vicente solo recuerda fragmentos, sucedió algo especial: un atropello, un muerto, un accidente causado por la imprudencia y un grupo de jóvenes involucrados, entre ellos Manuel Larrea, el hijo de un importante senador. Todos conocidos de Vicente, pero no amigos, o amigos desconocidos, o amigos circunstanciales. En fin, para el caso, da igual.

Inspirada en un hecho real -el mediático caso del hijo del ex senador chileno Carlos Larraín, quien fue absuelto de responsabilidad por un grave atropello con resultado de muerte-, “Aquí no ha pasado nada” del director chileno Alejandro Fernández Almendra, configura una cinta de categoría, donde el relato supera la historia que le dio origen.

AFA -así firma el director- se compromete con un lenguaje visual y textual realista y crudo. Su cámara inquieta sigue a los protagonistas. Los primeros planos abundan. La emoción está a flor de piel, tanto como las exuberantes hormonas juveniles que se desatan libremente. El director de “Matar a un hombre”, su premiada cinta del 2014, se introduce ahora en un mundo diametralmente opuesto al de sus trabajos anteriores. Su centro es aquel 5% de la población, lo que podríamos llamar una “elite”, que tiene recursos económicos suficientes como para cubrir todo con dinero, evitar castigos, conseguir impunidad y controlarlo todo. Esta visión, sin duda, es restringida. Se trata de un extremo, un estereotipo y una caricatura que, sin embargo, incomoda, pues refleja una realidad difícil de ocultar y menos contener.

Fernández Almendras es un director sólido, desafiante y empeñado en relevar la marginalidad. Si en sus trabajos anteriores, dicho extremo se situaba más cerca de la carencia de oportunidades y de la pobreza, ahora su foco se inclina al lado opuesto, y que por supuesto sigue siendo marginal. Claro, pero en otro sentido, pues los recursos económicos, las redes, los colegios, los viajes, las influencias y amistades son la muestra de un poder declarado y explícito, que confronta todo, que domina todo y aparentemente se sobrepone a todo. Sin embargo aquí hay una clave, pues nada es totalmente antagónico. Las realidades conviven, se cruzan, chocan, se rechazan y se atraen, y los extremos muchas veces se parecen mucho más de lo que alcanzamos a percibir.

“Aquí no ha pasado nada” es un excelente relato de ausencias, de desenfreno, de carencia de límites, de irresponsabilidad y a la vez de influencias, poder, dinero y clases sociales. Todo parece ser superado por el poder del dinero, sin embargo el movimiento constante -a estas alturas un sello del director- nos revela la búsqueda de un camino incierto, desconsolado, frágil y perdido hacia el interior más profundo de la persona humana. Un camino que está más cerca de lo íntimo del ser, de transformación y de crecimiento, aun cuando aquello signifique sufrimiento y dolor.

La presencia de estupendos actores le entregan a la cinta una excelente factura. Paulina García, Alejandro Goic y Luis Gnecco tienen papeles muy bien construidos y a la altura de su calidad. La edición, la fotografía y la banda sonora completan una producción excelentemente lograda, con un “look” moderno -mensajes de texto en pantalla con su códigos, tiempos y pausas incluidos- y eficaz.

Esta película no es una cinta sobre la verdad o la mentira. Tampoco es una cinta sobre víctimas y victimarios. Es una profunda reflexión sobre las ausencias, las carencias y -paradójicamente- la falta de profundidad de nuestro mundo moderno. De una forma provocadora, interesante y brillante, Fernández Almendras una vez más nos obliga a ir más allá, a transitar con el protagonista y a descubrir en nuestro fuero interno si es que acá efectivamente no ha pasado nada.

Ficha técnica

País: Chile
Año: 2016
Calificación: Mayores de 14 años
Duración: 94 minutos
Género: Drama
Elenco: Agustín Silva, Luis Gnecco, Paulina García, Alejandro Goic, Daniel Muñoz, Samuel Vicuña, Augusto Schuster, Li Friedman
Director: Alejandro Fernández Almendras

jueves, 1 de septiembre de 2016

Nerve: Un Juego sin Reglas

Esta adaptación cinematográfica de la novela del mismo nombre del año 2012 -de Jeanne Ryan- es una cinta que se apunta como provocadora e interesante. Vee Delmonico -Emma Roberts- es una tímida estudiante de secundaria quien, desafiada por su mejor amiga Sydney -Emily Meade-, decide ingresar a “Nerve”, un nuevo juego donde una audiencia (los observadores) pagan por ver todo on-line, votan y exigen cada vez nuevos y más audaces desafíos a los “jugadores”, quienes compiten por un premio mayor, acumulando dinero cada vez que pasan una etapa. 

En su primera experiencia, Vee conoce a Ian -Dave Franco- un desconocido a quien debe besar para pasar de nivel. Al principio todo bien. Éxito, adrenalina y disfrute, sin embargo a medida que transcurre el juego, “Nerve” se hace más complejo, evoluciona, los desafíos son mayores, casi imposibles o inalcanzables, haciendo que la pareja de protagonistas, ya siendo compañeros de equipo, intenten todo lo que está en sus manos -y mucho más- para conseguir avanzar.

La película tiene una factura de producción moderna. La “interfaz” es actual, con muchos mensajes de texto en pantalla, efectos visuales de juegos on line, bastante confusión entre realidad y virtualidad y un lenguaje visual, gestual y textual eminentemente juvenil, donde la competencia, el protagonismo y la búsqueda de popularidad tienen un papel central. Reconozco que me agrada el ritmo que Henry Joost y Ariel Schulman, los directores, le imprimen a la película. Es cierto que el guión no es muy elaborado, sin embargo los elementos contenidos están suficientemente desarrollados para entregar una idea clara de su propósito, y del por qué están allí.

“Nerve” es una clara advertencia. Quien conozca o juegue “Pokémon Go” puede sentirse, guardando por cierto todas las inmensas diferencias, bastante cerca de una experiencia de “realidad virtual” o “realidad aumentada”, donde el control no lo tiene el usuario sino su audiencia, que es finalmente quien determina lo que viene. La popularidad es lo importante, la cantidad de seguidores y los desafíos que ellos imponen -no en vano están pagando por ser observadores- pasan a dominar la escena, siendo éste otro elemento central de la cinta: la cultura de masas que impone, obliga, catapulta o sepulta.

Una idea tremendamente interesante es la que muestra “Nerve”, sin embargo en su desarrollo decae, sobre todo en la configuración de sus personajes, en las relaciones de amistad, sus lealtades y dificultades. Mucho se hace pasar como secundario, cuando en realidad es, al final del día, lo más importante. Con altos y bajos, la cinta cumple su expectativa y el mensaje está claro. Si usted está leyendo esto en un celular, el desafío es levantar la vista. Puede maravillarse con la realidad presente, descubrir el mundo real y salir un momento de la pantalla para ser un observador privilegiado. Y claro, todo esto sin seguir las indicaciones de una masa, a veces desconocida, que con más o menos “likes” va moldeando nuestra vida digital y que esperamos no haga lo mismo en nuestra vida presencial.

Ficha técnica

Título original: Nerve
Género: Crimen, Misterio, Thriller
País: USA
2016
96 minutos
Elenco: Dave Franco, Emma Roberts, Kimiko Glenn
Director: Henry Joost, Ariel Schulman