miércoles, 31 de octubre de 2018

Bohemian Rhapsody

Me emocioné. Ojos húmedos y un nudo en la garganta al salir. ¿La película, la brillante actuación de Rami Malek que revive a Freddie Mercury o la inigualable música de “Queen”? Veamos.

La película viene con una dosis de polémica insoslayable. El director Bryan Singer fue despedido tras dos meses del rodaje y reemplazado por Dexter Fletcher quien finalizó las grabaciones. ¿Razones? Un sinnúmero de rumores, ausencia prolongada del set filmación, mala relación con los actores, entre otros. El resultado final son recreaciones, escenarios y locaciones muy bien construidas junto con actuaciones de la banda, y conciertos en vivo -especialmente su intervención en el recital “Live Aid”- que son excelentes, de primer nivel. Sin embargo, es posible percibir cierta ausencia de conducción justamente en el relato que va enlazando la historia, en esas uniones finas y delicadas que deben ser el soporte de un hilo conductor que permita que el filme no sea solo una suma de memorables eventos.

Esta travesía musical vibrante y emocionante es un viaje de sensaciones. La genialidad de Mercury se contrapone con la soledad, el abandono y la incomprensión que el músico vive en muchos momentos. “Queen” funciona como su familia lo que muestra la búsqueda de unidad y de estabilidad. Sin embargo, como es normal, surgen las crisis y los conflictos. Las lealtades son tensionadas por el utilitarismo de las relaciones. ¿Qué es lo que importa de verdad? Existe una amistad vital entre estos amigos desde sus orígenes, en “Smile” -el guitarrista Brian May, el baterista Roger Taylor más el bajista John Deacon muy bien caracterizados por Gwilym Lee, Ben Hardy y Joseph Mazzello respectivamente-, pero los desencuentros y la ambición personal desembocan en una inesperada pero necesaria distancia. Este punto de quiebre, Mercury lo sintetiza perfecto al momento del reencuentro de la banda en la víspera del multitudinario concierto de recaudación de fondos en Londres. “Ellos -los músicos que lo acompañaron en sus dos trabajos como solista- hicieron exactamente lo que les dije... pero así no resulta”. La ausencia de contrapunto, de opiniones distintas, de visiones diferentes, impide un desarrollo musical sólido.

¡Rami Malek está increíble! Para quienes lo seguimos en la serie “Mr. Robot” su talento no es novedad, sin embargo la sorpresa que nos regala ahora es una versatilidad notable y un trabajo redondo, tanto emocional, como físico y vocal, ya que si bien la banda sonora es original, su voz en los diálogos e interacciones no puede ser discordante y Malek logra esto de forma impecable. Físicamente, el actor se va transformando con el correr del metraje. Desde ser Farrokh Bulsara, de origen Parsi-Indio, hasta adoptar su nombre artístico de Freddie Mercury, su entrañable amor por Mary Austin interpretada por Lucy Boynton, y el descubrimiento progresivo de su bisexualidad, no deja duda alguna que su entrañable caracterización logra revivir al extraordinario vocalista.

La música de “Queen” es la esencia de la cinta. Bajo el impulso vigoroso de Freddie, la banda se arriesga a cruzar límites, a combinar géneros y a desarrollar una arriesgada ampliación estética. Las armonías reflejan gran osadía y convicción, un impulso trascendente y a la vez incontrolable. La película, tal vez en sus puntos más interesantes, nos entrega atisbos del posible proceso creativo de algunos de sus temas más famosos que van surgiendo de pequeñas células, pequeños motivos, ideas fijas, casualidades, discusiones y tantos otros particulares desafíos. La experimentación con las grabaciones -recordemos que eran en cinta, con pistas limitadas y posibilidades mínimas-, el uso de los canales y efectos estéreo junto a un sinnúmero de singularidades nos permiten apreciar algunas de las razones que los encumbran a su gran éxito y es por ello que tal vez exista un antes y un después marcado por su estilo único. La película desarrolla, como si se tratara de un gran concierto, una analogía con uno de sus mayores cumbres -la extraordinaria "Bohemian Rhapsody", que además titula el filme- donde podemos apreciar similitudes formales en la narración de la historia.

La pregunta inicial sigue aún sin respuesta. ¿La película, la actuación o la música? La dejo abierta para que cada lectora, cada lector pueda responderla una vez que asista a esta experiencia y realice su propia lectura. Al menos para mí, luego de algunos días de haberla vivido, sigue presente, rondando en mi cabeza y no me he podido despegar del Soundtrack que trae varias sorpresas interesantes para descubrir. La invitación queda, desde ya, extendida.

Ficha técnica

Título original: Bohemian Rhapsody
Año: 2018
Duración: 134 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Coproducción Estados Unidos-Reino Unido; GK Films / New Regency Pictures / Queen Films Ltd. / Tribeca Productions / Regency Enterprises
Género: Drama | Biográfico. Música
Guion: Anthony McCarten (Historia: Anthony McCarten, Peter Morgan)
Productor ejecutivo: Dexter Fletcher
Música: John Ottman
Fotografía: Newton Thomas Sigel
Reparto: Rami Malek, Joseph Mazzello, Ben Hardy, Gwilym Lee, Lucy Boynton, Aidan Gillen, Tom Hollander, Mike Myers, Allen Leech, Aaron McCusker, Jess Radomska, Max Bennett, Michelle Duncan, Ace Bhatti, Charlotte Sharland, Ian Jareth Williamson, Dickie Beau, Jesús Gallo, Jessie Vinning
Dirección: Bryan Singer

El Cascanueces y los Cuatro Reinos

Walt Disney Pictures presenta una renovada versión del clásico de E. T. A. Hoffmann, “El Cascanueces”. Esta vez, la historia se centra en Clara -Mackenzie Foy- y el descubrimiento de un maravilloso mundo mágico al que se transporta luego de recibir un valioso obsequio que le ha heredado su madre recientemente fallecida. Drosselmeyer -Morgan Freeman- le entrega a Clara una clave para introducirse en los “Cuatro Reinos” y encontrar la llave que le permita abrir el regalo. Acompañamos entonces a Clara en su viaje a la Tierra de los Copos de Nieve, a la Tierra de las Flores y a la Tierra de los Dulces, donde Phillip -Jayden Fowora-Knight-, un joven soldado, Sugar Plum -Keira Knightley-, la Reina de los dulces, Madre Ginger -Helen Mirren-, la misteriosa villana del cuarto Reino y una pandilla de ratones, son los personajes que animan esta sencilla y refrescante fábula que llena la pantalla de imaginación y color.

La cinta tiene un precioso diseño, fina iluminación, mucho color y actuaciones convincentes. El metraje es predecible, sin embargo el relato junto a los elementos que aporta el desarrollo argumental la hace fluir adecuadamente y sin mayores sobresaltos. La dirección de Lasse Hallström y Joe Johnston es delicada, amable y respetuosa con los tiempos, especialmente con el ritmo que siempre está marcado por el desarrollo musical.

Es por ello que, en mi opinión, lo más destacado de esta película es su banda sonora. A cargo del compositor James Newton Howard, la música cobra nueva vida basándose en las características y magistrales melodías compuestas por P. I. Tchaikovsky para el famoso Ballet de 1892. Newton Howard logra mezclar extractos y motivos temáticos con nueva música incidental, dotando a la partitura de una asombrosa actualidad incorporando orquesta, voces, piano y solistas. Se suma a esta excelente creación, las interpretaciones de lujo de la Orquesta Filarmónica de los Ángeles, dirigida por el versátil Gustavo Dudamel -que además tiene un cameo que es un precioso guiño a “Fantasía”-, y Lang Lang en el piano, quienes encabezan un reparto musical de excelencia que vale la pena escuchar con particular atención.

“Cascanueces y los Cuatro Reinos” es entretenida. Simple y fácil de seguir, agrega un concepto interesante y vigente. Se trata del transcurrir del tiempo, algo que muchos directores ya han puesto de relieve. El tiempo mágico es mucho más rápido que el tiempo real, algo similar a lo que percibimos con nuestros sueños, cuando logramos en segundos construir historias de horas o tal vez de días. Acá este concepto está presente y si bien no se desarrolla con mayor profundidad, podríamos asociarlo a la vigencia de la música del “Cascanueces” que, cada vez que la volvemos a escuchar, nos transporta en el tiempo y revive en nosotros recuerdos infantiles y juveniles que atesoramos profundamente dentro de nuestro corazón.

Ficha técnica 

Título original: The Nutcracker and the Four Realms
Año: 2018
País: Estados Unidos
Productora: Walt Disney Pictures / The Mark Gordon Company
Género: Aventuras. Fantástico | Cine familiar
Guion: Ashleigh Powell (Historia: E.T.A. Hoffman)
Música: James Newton Howard
Fotografía: Linus Sandgren
Reparto: Mackenzie Foy, Keira Knightley, Helen Mirren, Morgan Freeman, Eugenio Derbez, Matthew Macfadyen, Miranda Hart, Ellie Bamber, Misty Copeland, Omid Djalili, Meera Syal, Nick Mohammed, Charles Streeter, Gemma Wilks, Andrei Cotofan
Dirección: Lasse Hallström, Joe Johnston

jueves, 25 de octubre de 2018

Papillon, la gran fuga

Paris, 1931. Henri Charrière -Charlie Hunnam-, luego de la entrega de un botín de joyas, separa un valioso regalo para su novia. La mañana siguiente es detenido y acusado de un crimen que señala no haber cometido. La condena es dura, cadena perpetua en una colonia-prisión de la Guayana Francesa. “Papillon” no se resigna, está en su ADN el escapar, por ello ofrece cuidar la vida de otro convicto, Louis Dega -Rami Malek-, un timorato falsificador de papeles, a cambio del dinero necesario para cumplir la deseada fuga.

El relato del director Michael Noer, basado en el libro autobiográfico del propio Henri Charrière y en la cinta original de 1973 -protagonizada por Steve McQueen y Dustin Hoffman-, posee un ritmo pausado donde la tensión es construida en base a la desesperación vital del protagonista y su inclaudicable deseo de libertad, cueste lo que cueste. El destierro, el olvido y la negación en el tratamiento de los criminales de la época, coloca sobre la mesa la brutalidad, el abuso, la agresión, el atropello a los derechos humanos, la falta de humanidad y las condiciones indignas que deben soportar todos estos presos en aquella lejana latitud.

Para el protagonista, su estrella guía es huir del lugar. Aquello le permite tener un fin último, un objetivo que cumplir, para el que aplica constancia y persistencia en gran parte liderada por el impetuoso y natural instinto de supervivencia. Lo que en un comienzo es solo una relación utilitaria con Louis, se va transformando en amistad y lealtad, configurada y forjada con enorme sacrificio y decisión. Las reglas de la prisión están claras, un intento de escape frustrado son dos años de confinación en la Isla del Diablo, en una celda ínfima. Un segundo intento, cinco años de reclusión, y si producto de ello -en cualquier opción- muere algún guardia, el destino final es la gillotina. Es por eso que la resistencia personal y fortaleza metal son vitales para que el protagonista pueda reconocer sus debilidades y potenciar sus fortalezas para aspirar de alguna manera a su sueño de salvación.

“Papillon, la gran fuga” le entrega valor y vigencia a una historia real con una producción extremadamente delicada y cuidada, con hermosa fotografía, locaciones muy bien construidas junto a actuaciones que, sin deslumbrar, provocan y transmiten emoción. Las comparaciones son y serán siempre odiosas. Esta es una nueva versión, otra visión de la historia del ya mítico hombre del tatuaje “mariposa” en el pecho que no se rinde ni se entrega a su destino sino que es capaz de mantener viva la esperanza de huir de un castigo para él injusto, brutalmente inhumano y denigrante.

Ficha técnica

Título original: Papillon
Año: 2017
Duración: 133 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Coproducción Estados Unidos-Montenegro-Malta-Serbia-República Checa; Czech Anglo Productions / FishCorb Films / Red Granite Pictures. Distribuida por Bleecker Street
Género: Thriller. Drama | Drama carcelario. Remake
Guion: Aaron Guzikowski (Libro: Henri Charrière)
Música: David Buckley
Fotografía: Hagen Bogdanski
Reparto: Charlie Hunnam, Rami Malek, Tommy Flanagan, Roland Møller, Eve Hewson, Ian Beattie, Michael Socha, Yorick Van Wageningen, Nina Senicar, Joel Basman, Antonio de la Cruz, Nikola Kent, Máté Haumann, Slavko Sobin, Cali Nelle, Jason Ryan, Roy McCrerey, Andre Flynn, Reshad Strik, Renne Gjoni, Goran Navojec, Olja Hrustic, Dan Cade, Zak Rowlands
Dirección: Michael Noer

miércoles, 24 de octubre de 2018

El amor menos pensado

Esta es la primera cinta dirigida por el argentino Juan Vera, productor de varios filmes exitosos como “El hijo de la novia” y “Zama” entre otros, y nos muestra al debutante director en un terreno que no le es desconocido. Su trabajo anterior con el director Juan José Campanella se trasluce en un guion -firmado también por Vera- que gira en torno a Marcos -Ricardo Darin- y Ana -Mercedes Morán- una pareja que lleva 25 años de matrimonio y que entra en crisis cuando su hijo Luciano viaja a España a continuar sus estudios superiores.

Con un tratamiento teatral tanto en sus cuadros como en sus diálogos, Vera presenta la convivencia y la vida cotidiana de una pareja que se enfrenta a la pérdida de sentido, a la búsqueda del siguiente objetivo común y a la falta de una relación vital, escenario que los conduce a una natural y progresiva ausencia de profundidad. ¿Pérdidas reales o temores? El detonante parece ser el nido vacío, sin embargo mucho de rutina, cansancio y tedio influye indudablemente en la relación de esta pareja.

Cuando se está ante una pérdida -amistosamente y sin muchos detalles ellos separan sus caminos- comienza naturalmente su propia búsqueda, es decir salir al encuentro de nuevas experiencias, nuevas sensaciones, algo diferente a lo acostumbrado, aquello qué tal vez despierte esas mariposas adormecidas por los años. Todo representa una novedad. Ella está claramente más decidida y es osada. Él, tal vez más obligado, actúa inicialmente de forma más temerosa. Aparece entonces otro elemento central en el relato que es la negación.

La fascinación inicial muy pronto se transforma en decepción. Ante el desfile de parejas -Facebook y Tinder mediante- surgen las carencias afectivas. Con las nuevas relaciones -con más o menos afinidad- existe una obvia ausencia de espacios compartidos y recuerdos, a pesar de los evidentes esfuerzos de ambos justamente por olvidar a sus respectivos “ex”. El tiempo transcurre rápido para Ana y Marcos, y casi sin darnos cuenta en un corto trecho pasamos de la pérdida del fuego a la búsqueda del fuego; y también, por cierto, a jugar con fuego. Cada vez que se atisba un intento de profundizar, se frustra. Dos pasos adelante y uno para atrás. Casi siempre se transforma en un inevitable volver a empezar.

La construcción del relato es pausada y ese ritmo encuentra justificación en el segundo tercio de la cinta. A pesar de su cuidada conducción, Vera no logra impedir que el desarrollo decaiga en el último tercio porque los 136 minutos de la cinta se hacen extensos pues un metraje de esa duración no es sencillo de sostener. Un final predecible desde el enunciado de su propio título impone otro desafío importante al guión. Es, desde el inicio, un pie forzado del que el director no se puede desprender.

Con buenas actuaciones que trasmiten la esencia de la historia y caracterizaciones de personajes secundarios que destacan por sus experiencias de vida y luces de otras historias que inciden en el actuar de los protagonistas, “El amor menos pensado” acierta al final con una secuencia que es vigente y actual y que se refiere a la comunicación. ¿Hablar y dialogar cara a cara o por mensajes de texto? Podría haber allí una clave importante desde lo emocional y que cada vez toma mayor importancia pues donde el corazón pareciera estar a solo un click de distancia, no resulta tan cierto si no hay lazos, vivencias y cercanías que no se construyen solas ni mágicamente sino que son justamente la elaboración natural de las experiencias de la vida, con sus altos y bajos, con sus ciclos, sueños, frustraciones y fascinaciones.

Ficha técnica  

Título original: El amor menos pensado
Año: 2018
Duración: 136 minutos
País: Argentina
Productora: Patagonik / Kenya Films / INCAA
Género: Romance. Comedia. Drama | Comedia romántica
Guion: Juan Vera
Música: Iván Wyszogrod
Fotografía: Rodrigo Pulpeiro
Reparto: Ricardo Darín, Mercedes Morán, Claudia Fontán, Andrea Pietra, Luis Rubio, Jean Pierre Noher, Claudia Lapacó, Chico Novarro, Andrés Gil, Norman Briski, Juan Minujín, Gabriel Corrado, Andrea Politti
Dirección: Juan Vera

miércoles, 17 de octubre de 2018

Amor sobre ruedas

Esta refrescante comedia romántica francesa “Amor sobre ruedas” resulta ser una gratísima sorpresa. Escrita y dirigida por Franck Dubosc, narra la historia de Jocelyn -interpretado por el mismo Dubosc-, un exitoso hombre de negocios, picaflor empedernido y un verdadero profesional de las mentiras seductoras, que ve como su vida cambia radicalmente cuando se hace pasar por minusválido para conquistar a su nuevo reto amoroso. La película es entretenida, el guion está muy bien construido y gracias a sus chispeantes diálogos por momentos es realmente hilarante. Los enredos son tan naturales como inverosímiles y toda la acción transcurre tan suelta de cuerpo como su aparentemente despreocupado protagonista.

Este género de romance en tono de comedia permite también vislumbrar vastos elementos de un drama, porque la vida de Jocelyn claramente no es lo que él se esfuerza por representar. Una madurez que aún no ha llegado, un sin sentido del camino vital y una soledad agobiante sin lazos emocionales concretos lo están carcomiendo por dentro. Allí es cuando aparece Florence -Alexandra Lamy-, la hermana mayor de su desafío, quien sí es discapacitada. Esta incómoda sorpresa no hace más que confundir a Jocelyn, quien lentamente descubre en él, gracias a esta atractiva mujer llena de pasión y de vida, sentimientos nuevos, emociones perdidas y nuevas sensaciones que comienzan a ser incontrolables e irresistibles.

La sintonía fina y la química entre ambos protagonistas es mágica. Todo lo que les sucede se ve totalmente natural. No hay palabras de más, la simpatía entre ambos está a flor de piel y el conflicto central -la descarada mentira y el no saber cómo salir de ella- se mantiene imperturbable. Mención aparte para la protagonista que con su extrema vitalidad nos da lecciones de vida. Ella es violinista, juega tenis y además hace de solista en una gira de su orquesta. Pocas veces vemos una genuina preocupación por intentar dotar de realismo las escenas musicales, sin embargo el director se la juega por una orquesta real, tocando en vivo y Alexandra Lamy hace un muy buen trabajo, violín en mano, para ser lo más fiel posible a su papel. A todo lo anterior ojo con dos roles secundarios excelentes: Marie -Elsa Zylberstein- la joven asistente de Jocelyn junto a Max -Gérard Darmon- su mejor amigo, confidente y también su médico de cabecera.

Como corolario, en el tramo final Franck Dubosc también nos involucra a los espectadores en el relato. Llega un momento en que nos preguntamos cómo va a cerrar el relato, qué va a pasar con los personajes o de qué manera se resuelve tanto enredo. Comenzamos a buscar posibles finales y las opciones se multiplican. Parece que presenciamos una laguna narrativa, pero no es así. Dubosc nos ha engañado una vez más y la coda es tan simple y sencilla que la hace naturalmente inesperada. “Tout le monde debout” -Todos de pie- es un acierto que vale la pena ver.

Ficha técnica

Título original: Tout le monde debout
Año: 2018
Duración: 107 minutos
País: Francia
Productora: Gaumont International Television / Umedia
Género: Comedia. Romance | Comedia romántica. Discapacidad
Guion: Franck Dubosc
Música: Sylvain Goldberg, Emilien Levistre, Xiaoxi Levistre
Fotografía: Ludovic Colbeau-Justin
Reparto: Franck Dubosc, Alexandra Lamy, Elsa Zylberstein, Gérard Darmon, Caroline Anglade, Laurent Bateau, Claude Brasseur, François-Xavier Demaison
Dirección: Franck Dubosc

Trastornos del sueño

Joel -David Hernández- tiene una vida sin horizonte. Trabaja como cuidador nocturno en un edificio, mantiene una conflictiva e irregular relación amorosa con Mari, su prima, para tomar distancia de su casa donde vive su madre y su abuela con Alzheimer. Este precario escenario se desintegra cuando es despedido de su trabajo y los conflictos se acentúan. El sexo con Mari ya no es suficiente para mantenerlos juntos, la búsqueda de un nuevo trabajo se hace infructuosa y el ambiente en su casa, donde ha regresado, es cada vez más insoportable.

Este largometraje de los directores chilenos Sofía Paloma Gómez -"Quiero morirme dentro de un tiburón”- y Camilo Becerra -"Perro muerto”- presenta la narración cruda de una realidad que pocas veces queremos ver. Es una realidad dolorosa, carente de sentido, profundamente ausente y difícil de asumir. Es interesante el manejo de la cámara y la iluminación de ambientes donde se atisba el talento y la dedicación de los directores. Donde la cinta queda al debe es en la construcción del guion y en la base argumental que lo sostiene. Su permanente deambular no permite definir un enfoque claro, tampoco logra elaborar correctamente a los personajes y todo cae dentro de una forma que parece más descriptiva e improvisada, que producto de un desarrollo más profundo. Y no es que el centro de la historia carezca de importancia. Al contrario, es intenso, son embargo no es cabalmente retratado por los autores a pesar de los esfuerzos que se asoman en algunos puntos del relato. El metraje es plano y el carácter solo es entregado por las discusiones, violentas en su mayoría, con un paralelo sexual difícil de comprender.

“Trastornos del sueño” es una película que no llena su espacio. Le falla a la historia y le falla a sus protagonistas. Presenta las temáticas pero no las profundiza y es más, por momentos las difumina y las hace caer en una intrascendente narración que sucumbe al interior de laberintos que inconducentes y que no logran sustentarse. Es destacable la intención de los realizadores, su búsqueda del camino propio y su sello identitario, sin embargo se hace necesaria una elaboración más sólida tanto desde lo interpretativo como en la estructura de una historia que merece ser filmada con mayor fuerza y vigor.

Ficha técnica 

Título original: Trastornos del sueño
Año: 2018
Duración: 86 minutos
País: Chile
Productora: La Jauria
Género: Drama
Guion: Sofía Paloma Gómez, Camilo Becerra
Música: Raúl Calderón
Fotografía: Sofía Paloma Gómez
Reparto: David Hernández, Carla Gaete, Angélica del Pilar Flores, Carmen Rosa Herrera, Simón Aravena, Claudia Flores
Dirección: Sofía Paloma Gómez, Camilo Becerra

miércoles, 10 de octubre de 2018

Nace una estrella

Jackson Maine -Bradley Cooper-, exitoso cantante country, solo encuentra refugio en el alcohol. Luego de un multitudinario concierto su deseo de embriagarse lo lleva a un bar donde descubre a Ally -Lady Gaga-, una cantante que interpreta una delicada y particular versión de “La vie en Rose”, llenando con clase el pequeño escenario que tiene para desarrollar su pasión artística pues en el día trabaja como mesera en un céntrico restaurante.

Esta película, tercer remake del clásico musical de 1937, con dos versiones -1954 y 1976- la última con Barbra Streisand, es el debut en la dirección de Bradley Cooper. ¡Y qué debut! Cooper, quien con su versátil nivel de actuación ya no nos sorprende, protagoniza y dirige este proyecto cinematográfico que está llamado a ser una de las revelaciones del 2018. La cámara del director es sensible, reposada y en otros momentos ansiosa y febril, acertando en todos los aspectos. Los primeros planos que entrega son conmovedores, los suaves efectos de contraluz en los conciertos, la forma de fundir las imágenes al retratar la historia y los magníficos planos generales hablan de una cualidad hasta ahora desconocida del protagonista de “El Francotirador” y donde podemos, sin duda, apreciar su cercanía con el gran Clint Eastwood. “Nace una estrella” marca también el primer rol protagónico de la popular cantante Lady Gaga y es un verdadero descubrimiento, quizás tanto como el de su personaje en la película. Gaga logra encarnar, con mucha sencillez, un papel cálido y creíble, representando a una joven y apasionada artista, insegura y tímida, que se encuentra con una oportunidad única para desarrollar su talento.

Cooper, quien también colabora en la escritura del guion, calcula muy bien el desarrollo del metraje. La combinación de las escenas musicales con las románticas, las tomas más personales y reflexivas en contraposición con el trasfondo del gran espectáculo, proporcionan un ritmo preciso que avanza vigorosamente y nos mantiene permanentemente atentos. Además, logra conjugar una química notable en la pareja protagónica. Es amable y suave, nada se ve forzado. El romance que surge fluye de forma espontánea y natural en un excelente trabajo de ambos solistas, flexibles y dúctiles en la composición de los diálogos y sobre todo en la necesaria e imprescindible comunicación no verbal.

Un párrafo especial para la banda sonora que está conformada en su mayoría por canciones originales escritas por Lady Gaga y el mismo Bradley Cooper. Desde el comienzo, con una brillante interpretación de la clásica “La vida en Rosa”, Lady Gaga deja de ser la famosa estrella del pop, se compromete con Ally, y desarrolla para ella un estilo único y particular. Incluso hay un cambio de color en su voz, más natural y transparente, algo cruda por momentos, para así representar los primeros pasos de una nerviosa cantante tremendamente talentosa. Con el correr de la cinta, Ally va madurando y adquiriendo un rol mucho más osado. Su voz también varía y adquiere matices y colores propios de quien ya conoce su instrumento y es capaz de configurarlo para cada circunstancia interpretativa. Por su parte, Bradley Cooper canta sus canciones con una calidez sorprendente y un color de voz muy interesante. Tanto en sus propios solos como en los temas compartidos a dúo con Lady Gaga, Cooper no se queda atrás -el material vocal de ambos es claramente distinto y dispar- consiguiendo un buen equilibrio.

El ocaso de una estrella y el nacimiento de otra es una historia clásica. Puede ser repetitiva o bien constituir algo nuevo y esto último es justamente lo que consigue esta tercera versión de la icónica cinta de 1937. Sabemos que depende mucho de la forma de relatar, de contar la historia y por cierto de la forma como se construyen los personajes, los entornos y las situaciones, lo que realmente hace la diferencia entre una y otra. Tomando esos aspectos, esta nueva puesta en escena se destaca precisamente porque no se aprecian planicies narrativas ni ripios en un guion bien elaborado y bien filmado, donde lo predecible deja de serlo al solo enunciarlo y el enfoque es profundamente artístico y sobre todo humano.

“A Star Is Born” nos muestra el lado oscuro del éxito y también la miseria de una progresiva decadencia. Y no solo eso, nos hace reflexionar profundamente sobre la soledad del éxito, los sueños y esperanzas de juventud, la añoranza, el amor, el valor de la vida y la búsqueda permanente de un equilibrio maduro. De manera íntima y delicada, esta la película nos toca y sumerge a través de la música en nuestro propio camino personal, para reconocer aquella estrella que todos los días nace dentro de nosotros.

Ficha técnica

Título original: A Star Is Born
Año: 2018
Duración: 135 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Malpaso Productions / Gerber Pictures / 22, Indiana Pictures / Live Nation Productions / Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) / Thunder Road Pictures. Distribuida por Warner Bros.
Género: Drama. Musical. Romance | Remake
Guion: Will Fetters, Bradley Cooper, Eric Roth, Dorothy Parker, Alan Campbell, Robert Carson (Historia: William A. Wellman)
Música: Canciones: Lady Gaga, Bradley Cooper
Fotografía: Matthew Libatique
Reparto: Bradley Cooper, Lady Gaga, Sam Elliott, Andrew Dice Clay, Bonnie Somerville, Dave Chappelle, Michael Harney, William Belli, Rafi Gavron, Rebecca Field, Anthony Ramos, D.J. Pierce, Steven Ciceron, Andrew Michaels, Jacob Taylor, Geronimo Vela, Frank Anello, Germano Blanco
Dirección: Bradley Cooper

lunes, 8 de octubre de 2018

El Insulto

Un incidente casi doméstico da origen a una escalada de violencia que es capaz de aumentar las heridas relaciones en Medio Oriente. Toni Hanna-Adel Karam- vive en un departamento de un sector que está siendo reparado por una cuadrilla de trabajadores. El agua del riego de las plantas y de la limpieza de su balcón, que sale por un desagüe mal colocado, moja al capataz de la obra, el refugiado palestino Yasser Abdallah Salameh -Kamel El Basha-. La discusión termina con un destemplado insulto de Yasser a Toni y lo que sigue son las consecuencias de este acto. El agredido verbalmente insiste en que el agresor se disculpe y el aludido no da su brazo a torcer. Comienza un diálogo de sordos y finalmente Toni decide llevar este incidente a la justicia, hasta las últimas consecuencias. Se transforma con ello en una bola de nieve, totalmente fuera de control.

Esta cinta del director Ziad Doueiri, participante del Festival de Venecia 2017 y nominada al Oscar como mejor película extranjera, nos proporciona un acercamiento a los conflictos que viven cotidianamente los habitantes de Medio Oriente. Hay vivencias y prejuicios que tienen larga data. La historia tiene un peso mayor en la vida de cada uno de ellos. Su origen y el contexto de su vida, es un todo que no puede separarse de sus actos, de sus reacciones, es decir, de su forma de ser y de enfrentar al mundo. El orgullo no se entiende sin el sufrimiento y la sagrada verdad que cada uno lleva consigo. Por su puesto no hay monopolio del dolor, ni una verdad única, tal vez solo se necesita respeto, pero aquello es muy difícil de llevar a la práctica.

El director entrega el énfasis de la película a los dos protagonistas y a sus entornos, a sus familias, a sus creencias, a aquello que admiran y lo que de alguna manera u otra guía su actuar cotidiano. Sin tomar partido, nos conduce por caminos que parecen no tener salida, donde el reconocimiento, el entendimiento, la comprensión y la aceptación están lejos de ser soluciones factibles. Hay infinitos detalles, finos gestos en las actuaciones y primeros planos conmovedores, en una cámara inquieta que quiere registrarlo todo para entregarnos una visión amplia.

El Insulto es una película repleta de sentimientos. Una acción provoca una reacción. ¿Desproporcionada? Tal vez. ¿Exacerbada? Es posible. ¿Legitima? Absolutamente. La negación es parte importante y medular en la forma como escala el conflicto. Las posturas son tan opuestas y radicales que cada uno niega al otro como persona, sin considerar su vida ni su historia. En esta negación nada cabe y todo se anula. La crítica es clara, la forma de superarla es aun más difusa.

Tal vez los mejores momentos de la cinta son aquellos que nos muestran el juicio ante el tribunal, porque se empieza a configurar una clave en términos racionales, no emocionales. Allí es donde protagonistas y espectadores podemos comenzar a comprender un poco más del origen de ambos antagonistas, los hechos que les han marcado profundamente -Tony por la masacre de Damour y Yasser por el Septiembre Negro- y cómo al tener esta oportunidad -por cierto obligada, difícil y confrontacional- de ir conociendo la realidad del otro va cambiando el rumbo de la historia -lentamente, paso a paso, con enorme sacrificio- hacia una luz de reencuentro y sanación.

Ficha técnica 

Título original: L’insulte
Año: 2017
Duración: 110 minutos
País: Líbano
Productora: Coproducción Líbano-Francia-Bélgica; Ezekiel Films / Scope Pictures / Tessalit Productions / Rouge International / Cohen Media Group [USA] / Ciné+ / Douri Films / Centre National du Cinéma / L'Aide aux Cinémas du Monde / Le Studio Canal+
Género: Drama
Guion: Ziad Doueiri, Joelle Touma
Música: Éric Neveux
Fotografía: Tommaso Fiorilli
Reparto: Adel Karam, Kamel El Basha, Christine Choueiri, Camille Salameh, Rita Hayek, Talal Jurdi, Diamand Bou Abboud, Rifaat Torbey, Carlos Chahine, Julia Kassar
Dirección: Ziad Doueiri

miércoles, 3 de octubre de 2018

L'amore con te

Teo -Adriano Giannini- artista, publicista acelerado y un verdadero “Don Giovanni”, vive su presente de manera intensa. Emma -Valeria Golino- trabaja como osteópata en un consultorio y su vida es bastante más tranquila. Teo trabaja con los colores, las formas y principalmente todo aquello que entra por la vista. Emma es ciega, por lo que su apertura al mundo son ciertamente sus otros sentidos.

El encuentro entre ambos es fortuito, en una especie de tour-recorrido “a oscuras” en el que Emma es la guía y Teo uno de los participantes. Él, que no duda por un instante en ir de conquista en conquista, se fija en esta mujer de voz cautivante y de formas misteriosamente atractivas. Buscando un pretexto, va al consultorio y así se convierte en su paciente y con ello accede a la posibilidad de estar un poco más cerca de ella.

La cinta transita sobre un pausado relato, nos muestra a sus dos protagonistas, describe brevemente sus entornos y luego se sumerge en una rutina cotidiana donde aparentemente no sucede gran cosa. La mejor amiga de Emma, Patty, o su alumna de francés, la oficina de Teo, sus amigos y sus “novias”, configuran escenarios que se sitúan como telón de fondo a los cambios que ambos protagonistas van desarrollando en la medida que transcurre la historia.

El publicista, en medio de una campaña creativa y con las típicas dificultades con el cliente que pide cambios imposibles, revisiones y finalmente con ello pone en severos aprietos al equipo, está acostumbrado a trabajar con imágenes. Supone en él una capacidad única para realmente ver “más allá” para imaginar y crear mundos nuevos. Emma, por su parte, no puede ver con sus ojos, sin embargo Teo va descubriendo que esta mujer privada del sentido de la vista es capaz de observar mucho más profundamente que él y aquello le resulta inquietantemente perturbador y a la vez tremendamente desafiante.

Esta cinta del director italiano Silvio Soldini, que participó del Festival de Venecia del 2017, tiene el mérito de narrar una historia simple que pone de relieve el tema de la discapacidad visual y cómo la resiliencia es capaz de contener y superar lo que parece una condición insalvable. Obviamente tenemos al centro una historia de amor, sin embargo no es a mi modo de ver lo principal de la cinta. Aquello que no podemos observar a simple vista es lo medular y el director junto a la actuación de Valeria Golino, que no es ciega en la vida real, logra traspasarnos con mucha sinceridad las angustias, los problemas, los sueños y deseos de la protagonista.

La cinta llega a Chile con su título internacional, “L'amore con te”, sin embargo no es fiel a su título original, “Il colore nascosto delle cose”. Es cierto, soy obsesivo con esto de los nombres de las películas y es porque marca diferencias. No es lo mismo que usted escriba un libro y lo llame “Anna” y que luego se venda o publicite como “Las intrigas del amor”. El título que el autor le regala a su relato implica mucho más que una simple mención o algo que tenga o no un atractivo comercial. En este caso, “El color oculto de las cosas” sin duda es el más apropiado para una historia que con elementos simples, concretos y aún previsibles, nos repite que las apariencias engañan y que la profundidad no se consigue solo mirando aquello que queremos -o que nos obligan- a ver.

Ficha técnica 

Título original: Il colore nascosto delle cose
Año: 2017
Duración: 115 minutos
País: Italia
Productora: Coproducción Italia-Suiza; Lumière, Company / RAI / Ventura Film
Género: Drama. Romance
Guion: Doriana Leondeff, Davide Lantieri, Silvio Soldini
Fotografía: Matteo Cocco
Reparto: Adriano Giannini, Valeria Golino, Arianna Scommegna, Laura Adriani, Anna Ferzetti, Andrea Pennacchi, Beniamino Marcone, Mattia Sbragia, Valentina Carnelutti, Roberto De Francesco,  Giuseppe Cederna
Dirección: Silvio Soldini