Es cierto. La novedad de “Avatar” se ha ido perdiendo con el paso del tiempo, sin embargo, lo que sí perdura es que no deja de ser una experiencia cinematográfica increíble. Esta es la tercera entrega y, condicionadas naturalmente al éxito comercial, pueden venir dos más. ¿Qué tenemos en “Fuego y Ceniza”? Veamos.
Jake -Sam Worthington- y Neytiri -Zoe Saldaña- aún viven el duelo por la pérdida de su hijo Neteyam. Insertos en el clan Metkayina, la familia ha encontrado su hogar. Están ocultos ante amenazas externas, sin sobresaltos, una rutina típica, apacible y aparentemente libre de problemas. Pero sabemos que la tranquilidad no dura demasiado. Jake sigue siendo buscado intensamente por las fuerzas colonizadoras y se ha convertido en el objetivo principal del coronel Quaritch -Stephen Lang-. Conscientes de la dificultad que representa la condición de su hijo adoptivo Spider -Jack Champion-, Jake y Neytiri han decidido alejarlo del lugar, como una opción triste pero realista. No pueden preocuparse permanentemente por las máscaras que le permiten respirar, algo que se transformará tarde o temprano en una difícil.
Así las cosas, emprenden una larga travesía para llevar a Spider a buen recaudo, sin imaginar que el camino les deparará sorpresas con devastadoras consecuencias. Ya no solo se trata del implacable poder militar, que avanza sin dar tregua al planeta. Surge ahora una nueva amenaza, el clan Mangkwan liderado por la guerrera Varang -Oona Chaplin-, un pueblo endurecido por grandes dificultades y que recurre a la violencia como principal recurso de supervivencia.
La historia en esta tercera parte es más difusa que en las anteriores. O dicho de otra forma, el argumento principal se divide en demasiadas aristas que provocan pérdida de foco y una sensación “descafeinada”. De todas maneras, la trama usa la venganza como principal motivación, junto con una desmedida ambición de poder y un espíritu colonizador -aniquilador, más bien-, totalmente fuera de control. Como contraparte, el pueblo Na’vi se refugia en su gran conexión con la naturaleza. El poder de Eywa, esa “madre tierra” creadora y omnipresente, surge como contrapeso ante lo que parece imposible de detener, un espíritu generoso, protector de su pueblo y de sus familias.
James Cameron nuevamente nos sumerge en un mundo impresionante, un mundo donde la maldad es presentada como algo intrínseco y la violencia como una respuesta justificada de protección. ¡Pero cuidado! Este es un terreno peligroso, porque sobre la violencia sabemos cuándo comienza pero no sabemos dónde termina, por lo que validarla es un arma de doble filo. En el planeta Pandora, todo es amenaza. Transitar de un lugar a otro es un riesgo, quedarse quieto también. Nada es seguro. Los peligros están siempre encima y, al parecer, la única forma es vivir en permanente estado de alerta. Los conflictos son permanentes y su resolución es siempre la misma: grandes peleas y épicas batallas.
Si bien la historia tiene un comportamiento similar a sus predecesoras, lo que avanza en forma exponencial es la producción y los efectos especiales. Es un lujo, y no exagero, ver esta película en formato 3D y en una sala IMAX. De verdad, uno se sumerge en ella. La sensación es lo que se espera, uno pasa a ser parte de la película, en una inmersión de la que cuesta disociarse. La imagen es vibrante y el sonido envolvente. Constituye una experiencia por donde se la mire, de aquellas que reafirman que ver una película en el cine no tiene punto de comparación.
“Avatar: Fuego y Ceniza” dura la friolera de tres horas con quince minutos. Es muy larga, sí, pero vale la pena. No voy a decir que pasan volando, pero se justifican, por más que uno pueda discrepar de algunas decisiones respecto a la edición y el montaje. Más allá de su portentosa cinematografía, los mensajes que expone son bastante simples, aunque no por ello menos importantes. La cinta pone de relieve la necesidad de enfrentar las dificultades en forma conjunta; destaca de manera clara a la familia como pilar fundamental; y profundiza la importancia del ejemplo de los mayores en el surgimiento de los liderazgos juveniles.
James Cameron y su saga de “Avatar” tampoco escatiman en valores. Vemos una gran dosis de valentía y resiliencia junto a ejemplos notables de solidaridad y entrega. También está presente el arrepentimiento y el perdón como forma de sanar heridas, destacando sobre todo la unidad y el amor como pilares fundamentales.
En conclusión, “Avatar: Fuego y Ceniza” es una película imperdible en el cine. Una experiencia inmersiva que no se puede dejar pasar, estéticamente fascinante y con un altísimo nivel de tecnología al servicio de un relato -puntos más, puntos menos- atractivo y entretenido.
Ficha técnica
Título original: Avatar: Fire and Ash
Año: 2025
Duración: 195 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: 20th Century Studios, TSG Entertainment, Lightstorm Entertainment. Productor: James Cameron. Distribuidora: Walt Disney Pictures
Género: Ciencia ficción. Aventuras | Secuela. Cine épico. 3-D
Guion: James Cameron, Rick Jaffa, Amanda Silver. Personaje: James Cameron
Música: Simon Franglen
Fotografía: Russell Carpenter
Reparto: Sam Worthington, Zoe Saldaña, Oona Chaplin, Sigourney Weaver, Stephen Lang, Kate Winslet
Dirección: James Cameron
Carlos Correa Acuña
Comentarios de Cine
viernes, 19 de diciembre de 2025
lunes, 8 de diciembre de 2025
Beso de tres
Todo comienza en una fiesta de matrimonio con un discurso triste y melancólico. “Un corazón que teme romperse, no se usa”, dice Connor -Jonah Hauer-King-, quien sigue enamorado de la esquiva Olivia -Zoey Deutch-. Sin embargo, las cosas cambian para él cuando aparece en su radar Jenny -Ruby Cruz-, una joven que dejaron plantada en una cita y con la que sintoniza de inmediato. Ante los avances amorosos, los celos de Olivia no tardan en llegar. Se une a la pareja, beben, consumen drogas y después de todo un desenfreno nocturno, derivan en un trío sexual que, por otra parte, es el título original del filme.
Lo complicado ocurre recién al día siguiente cuando Olivia se marcha temprano y se quedan solos Jenny y Connor. El triángulo queda establecido y Connor es el vértice. Es él quien debe decidir el camino a seguir, especialmente cuando las cosas se enredan y todos deben asumir la responsabilidad de sus actos.
En esta comedia romántica escrita por Ethan Ogilby y dirigida por Chad Hartigan, no queda del todo claro cuál o cuáles son los nudos principales. Por momentos responde a una serie de equivocaciones y malas decisiones, pero en otros se va por las ramas. La ausencia de foco y el tratamiento en base a diferentes clichés, poco a poco van minando las sorpresas, dejando presentes solo los desencuentros, los malentendidos y las tremendas confusiones.
El tema de la sexualidad y la responsabilidad paternal no es un tema fácil de tratar. Ejemplos tenemos muchos, pero acá es tan liviano que parece chacota. Y no quiero ser agua fiestas ni ponerme demasiado serio. Sucede que el tratamiento es el que falla; desequilibra algunas cosas y tergiversa otras solo con el fin de alargar un metraje que carece de solidez.
Ni siquiera las actuaciones logran hacer flotar esta cinta. Por mucha química que tengan o por simpáticas que sean, no se mueven ni hacia la comedia ni hacia el drama, quedando en una situación intermedia que no se consolida, que no toma vuelo y que se deshace por todas partes.
“The Threesome” entrega largas dos horas con más de lo mismo. Sketch tras sketch con reencuentros, alejamientos, amor, odio, blanco y negro, se mezclan al unir varias secuencias que parecen no terminar nunca. En definitiva, no me gustó. Es más, me desagradó verla, incluso pensé no escribir nada; sin embargo, acá estoy, terminando estas líneas con decepción y enfado.
Ficha técnica
Título original: The Threesome
Año: 2025
Duración: 112 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Filmopoly, Jupiter Peak Productions, Star Thrower Entertainment. Distribuidora: Front Row Filmed Entertainment, Signature Entertainment, United King Films
Género: Comedia. Drama. Romance | Comedia romántica
Guion: Ethan Ogilby
Música: Keegan DeWitt
Fotografía: Sing Howe Yam
Reparto: Zoey Deutch, Jonah Hauer-King, Ruby Cruz, Jaboukie Young-White, Josh Segarra, Robert Longstreet, Arden Myrin, Kristin Slaysman, Allan McLeod, Julia Sweeney
Dirección: Chad Hartigan
Lo complicado ocurre recién al día siguiente cuando Olivia se marcha temprano y se quedan solos Jenny y Connor. El triángulo queda establecido y Connor es el vértice. Es él quien debe decidir el camino a seguir, especialmente cuando las cosas se enredan y todos deben asumir la responsabilidad de sus actos.
En esta comedia romántica escrita por Ethan Ogilby y dirigida por Chad Hartigan, no queda del todo claro cuál o cuáles son los nudos principales. Por momentos responde a una serie de equivocaciones y malas decisiones, pero en otros se va por las ramas. La ausencia de foco y el tratamiento en base a diferentes clichés, poco a poco van minando las sorpresas, dejando presentes solo los desencuentros, los malentendidos y las tremendas confusiones.
El tema de la sexualidad y la responsabilidad paternal no es un tema fácil de tratar. Ejemplos tenemos muchos, pero acá es tan liviano que parece chacota. Y no quiero ser agua fiestas ni ponerme demasiado serio. Sucede que el tratamiento es el que falla; desequilibra algunas cosas y tergiversa otras solo con el fin de alargar un metraje que carece de solidez.
Ni siquiera las actuaciones logran hacer flotar esta cinta. Por mucha química que tengan o por simpáticas que sean, no se mueven ni hacia la comedia ni hacia el drama, quedando en una situación intermedia que no se consolida, que no toma vuelo y que se deshace por todas partes.
“The Threesome” entrega largas dos horas con más de lo mismo. Sketch tras sketch con reencuentros, alejamientos, amor, odio, blanco y negro, se mezclan al unir varias secuencias que parecen no terminar nunca. En definitiva, no me gustó. Es más, me desagradó verla, incluso pensé no escribir nada; sin embargo, acá estoy, terminando estas líneas con decepción y enfado.
Ficha técnica
Título original: The Threesome
Año: 2025
Duración: 112 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Filmopoly, Jupiter Peak Productions, Star Thrower Entertainment. Distribuidora: Front Row Filmed Entertainment, Signature Entertainment, United King Films
Género: Comedia. Drama. Romance | Comedia romántica
Guion: Ethan Ogilby
Música: Keegan DeWitt
Fotografía: Sing Howe Yam
Reparto: Zoey Deutch, Jonah Hauer-King, Ruby Cruz, Jaboukie Young-White, Josh Segarra, Robert Longstreet, Arden Myrin, Kristin Slaysman, Allan McLeod, Julia Sweeney
Dirección: Chad Hartigan
jueves, 4 de diciembre de 2025
La Fuente
Podemos encontrarlo en el inconsciente colectivo y en nuestro propio inconsciente. Se denominó “estallido social”. El punto de inicio fue el viernes 18 de octubre del 2019 y sus efectos han perdurado por años. Tal vez pasarán muchos más para comprender la real magnitud y la fisura que provocó en la sociedad chilena.
Pero esta no es una película sobre dicho estallido; es una cinta enfocada en una persona, el dueño de la “Antigua Fuente” (ex “Fuente Alemana”), quien padeció en carne propia los efectos de una violencia descontrolada que no solo puso en peligro el tradicional local sino que también su propia vida y la de sus más cercanos colaboradores.
Luca Barella -Luis Gnecco-, vive una situación límite. Las protestas en el sector de Plaza Italia son cada vez más violentas; eso ahuyenta a los clientes de su famosa fuente de soda. Resiste como puede. Se encierra cada vez que comienza el vandalismo exterior para proteger a su gente y su patrimonio. Al parecer, todo parece salirse de control. Luca no está bien, no sabe qué hacer, no sabe por dónde empezar o dónde terminar. Es un viaje incierto, que se escribe día a día, jornada tras jornada, una noticia en desarrollo que no vislumbra conclusión, un continuo de desesperanza y lucha hasta que las fuerzas lo acompañen.
Tras un inicio más bien poético, con el mar de fondo y pensamientos profundos, la reflexiva música nos sitúa en contexto. El guionista y director Daniel Vivanco construye un relato que no necesariamente comienza ese 18 de octubre. El texto va más allá, incluso podría resultar atemporal, porque la sensación es que el reloj se detiene y no avanza más. Parece un bucle, una repetición constante, una espiral sin fin, un círculo que gira y gira sin encontrar salida ni ofrecer nada a cambio.
Vivanco es hábil para desarrollar la cinematografía. Imágenes reales de los acontecimientos callejeros, registradas por él mismo y su director de fotografía, Diego Estay, son perfectamente intercaladas con la ficción, lo que entrega un resultado homogéneo y coherente al metraje. Todo lo concreto rápidamente se diluye, porque la mente de Luca vuela alto mientras sus dos pies tratan de permanecer en tierra, aferrándose más a una ilusión que a algo real.
Si bien las imágenes de las protestas y el consiguiente vandalismo resultan crudas, la cinta no se centra en ello. Ver el sector destruido, con encapuchados provocando desmanes, no es, necesariamente, el foco principal. Sin embargo, nos hace tomar conciencia de que lo que vemos ocurrió en Chile, muy cerca de nosotros, y no es una recreación sino una realidad. Quizá, haciendo un paralelo, Vivanco profundiza en los planos de Luca con acercamientos que llegan hasta detalles de sus ojos, como si quisiera mostrar que la destrucción exterior es también la interior, la de alguien que se consume por dentro mientras observa que todo lo que lo rodea se cae a pedazos.
La angustia, la depresión y la enfermedad están muy bien representadas en la construcción del rol protagónico. Luca debe debatirse entre su cuidado personal y la responsabilidad, lo que constituye una dualidad difícil de comprender y todavía más difícil de enfrentar. La situación es imposible. Las pesadillas lo persiguen, los sueños son confusos, su estado mental es voluble y vulnerable. Es el trauma en esencia, algo que no se supera ni siquiera con la formación que el Laido le ha entregado por años, un arte marcial japonés relacionado con el desenvainado y el envainado de la katana, disciplina que inspira paciencia, autocontrol y desarrollo espiritual.
La película ofrece una muy buena factura, no obstante, el audio en algunos pasajes impide una mejor comprensión de los textos. Tampoco ayuda mucho la gran cantidad de temas relacionados con el protagonista que no logran desarrollarse lo suficiente como para entender a cabalidad el amplio mundo que Luca debe enfrentar. Asuntos familiares como su padre enfermo, su hermana que insiste en vender el local, su mujer infiel que se desempeña en un alto cargo de gobierno, su hija artista y la amistad con su terapeuta, son demasiados elementos a procesar que pueden confundir más que ayudar al espectador.
Desde el punto de vista de las actuaciones, Luis Gnecco se apodera de su personaje. No solo le da vida, también se compromete en forma vital, tanto en las secuencias activas como en aquellas en que la contemplación viene a ser lo fundamental. El elenco, donde destaca Roberto Farías como un antagonista deleznable, en general acompaña bien, pero son tantos que es complejo entregarle individualidad y desarrollo a cada uno sin extenderse demasiado. Y como se debe priorizar, tal vez ese podría ser el pecado de “La Fuente”: muchos personajes, muchas historias con demasiadas ramificaciones.
Dos aspectos para ir concluyendo. El primero, de estilo, y corresponde a las decisiones respecto a la duración de las tomas, las que se muestran en general como cápsulas, a veces sin unión o relación directa entre ellas. Estos saltos a veces se sienten cortados, inconclusos, pero responden a un formato muy válido que puede resultar más o menos fluido para el espectador. El segundo es de forma, y corresponde a la ejecución de la bella partitura compuesta por Sebastián Errázuriz. Al centrarse parte de la historia en la hija violinista de Luca, los detalles de la interpretación del instrumento podrían haber sido mejor cuidados técnicamente, para representar a una violinista real o al menos cubrir ciertos aspectos para no dejar tan al descubierto que no lo es.
La frase “¿adónde irás después de tu muerte?” queda resonando luego de ver “La Fuente”, porque lo vivido por Luca, inspirado en la historia real del empresario Carlo Siri, es lo más parecido a una “muerte en vida”. Cuando no se ve la salida, abunda el temor y la desesperación, pero la fuerza y resiliencia que vemos en su actuar puede entregar una luz de esperanza. “La Fuente” no es una película que tenga un recorrido fácil, pues se sitúa como una visión distinta respecto de los hechos posteriores al 18 de octubre de 2019. Aquello lo asume como tal, y este filme está dispuesto a dar la pelea. Se trata de una lucha diferente que quiere mostrar otra dimensión -la de muchas otras víctimas anónimas-, de un hecho histórico que posiblemente nos seguirá dividiendo por muchos años más.
Ficha técnica
Título original: La Fuente
Año: 2025
Duración: 117 minutos
País: Chile
Compañías: VYF
Género: Drama
Guion: Daniel Vivanco
Música: Sebastián Errázuriz
Fotografía: Diego Estay
Reparto: Luis Gnecco, Patricio Achurra, Roberto Farías, Paola Giannini, Óscar Hernández
Dirección: Daniel Vivanco
Pero esta no es una película sobre dicho estallido; es una cinta enfocada en una persona, el dueño de la “Antigua Fuente” (ex “Fuente Alemana”), quien padeció en carne propia los efectos de una violencia descontrolada que no solo puso en peligro el tradicional local sino que también su propia vida y la de sus más cercanos colaboradores.
Luca Barella -Luis Gnecco-, vive una situación límite. Las protestas en el sector de Plaza Italia son cada vez más violentas; eso ahuyenta a los clientes de su famosa fuente de soda. Resiste como puede. Se encierra cada vez que comienza el vandalismo exterior para proteger a su gente y su patrimonio. Al parecer, todo parece salirse de control. Luca no está bien, no sabe qué hacer, no sabe por dónde empezar o dónde terminar. Es un viaje incierto, que se escribe día a día, jornada tras jornada, una noticia en desarrollo que no vislumbra conclusión, un continuo de desesperanza y lucha hasta que las fuerzas lo acompañen.
Tras un inicio más bien poético, con el mar de fondo y pensamientos profundos, la reflexiva música nos sitúa en contexto. El guionista y director Daniel Vivanco construye un relato que no necesariamente comienza ese 18 de octubre. El texto va más allá, incluso podría resultar atemporal, porque la sensación es que el reloj se detiene y no avanza más. Parece un bucle, una repetición constante, una espiral sin fin, un círculo que gira y gira sin encontrar salida ni ofrecer nada a cambio.
Vivanco es hábil para desarrollar la cinematografía. Imágenes reales de los acontecimientos callejeros, registradas por él mismo y su director de fotografía, Diego Estay, son perfectamente intercaladas con la ficción, lo que entrega un resultado homogéneo y coherente al metraje. Todo lo concreto rápidamente se diluye, porque la mente de Luca vuela alto mientras sus dos pies tratan de permanecer en tierra, aferrándose más a una ilusión que a algo real.
Si bien las imágenes de las protestas y el consiguiente vandalismo resultan crudas, la cinta no se centra en ello. Ver el sector destruido, con encapuchados provocando desmanes, no es, necesariamente, el foco principal. Sin embargo, nos hace tomar conciencia de que lo que vemos ocurrió en Chile, muy cerca de nosotros, y no es una recreación sino una realidad. Quizá, haciendo un paralelo, Vivanco profundiza en los planos de Luca con acercamientos que llegan hasta detalles de sus ojos, como si quisiera mostrar que la destrucción exterior es también la interior, la de alguien que se consume por dentro mientras observa que todo lo que lo rodea se cae a pedazos.
La angustia, la depresión y la enfermedad están muy bien representadas en la construcción del rol protagónico. Luca debe debatirse entre su cuidado personal y la responsabilidad, lo que constituye una dualidad difícil de comprender y todavía más difícil de enfrentar. La situación es imposible. Las pesadillas lo persiguen, los sueños son confusos, su estado mental es voluble y vulnerable. Es el trauma en esencia, algo que no se supera ni siquiera con la formación que el Laido le ha entregado por años, un arte marcial japonés relacionado con el desenvainado y el envainado de la katana, disciplina que inspira paciencia, autocontrol y desarrollo espiritual.
La película ofrece una muy buena factura, no obstante, el audio en algunos pasajes impide una mejor comprensión de los textos. Tampoco ayuda mucho la gran cantidad de temas relacionados con el protagonista que no logran desarrollarse lo suficiente como para entender a cabalidad el amplio mundo que Luca debe enfrentar. Asuntos familiares como su padre enfermo, su hermana que insiste en vender el local, su mujer infiel que se desempeña en un alto cargo de gobierno, su hija artista y la amistad con su terapeuta, son demasiados elementos a procesar que pueden confundir más que ayudar al espectador.
Desde el punto de vista de las actuaciones, Luis Gnecco se apodera de su personaje. No solo le da vida, también se compromete en forma vital, tanto en las secuencias activas como en aquellas en que la contemplación viene a ser lo fundamental. El elenco, donde destaca Roberto Farías como un antagonista deleznable, en general acompaña bien, pero son tantos que es complejo entregarle individualidad y desarrollo a cada uno sin extenderse demasiado. Y como se debe priorizar, tal vez ese podría ser el pecado de “La Fuente”: muchos personajes, muchas historias con demasiadas ramificaciones.
Dos aspectos para ir concluyendo. El primero, de estilo, y corresponde a las decisiones respecto a la duración de las tomas, las que se muestran en general como cápsulas, a veces sin unión o relación directa entre ellas. Estos saltos a veces se sienten cortados, inconclusos, pero responden a un formato muy válido que puede resultar más o menos fluido para el espectador. El segundo es de forma, y corresponde a la ejecución de la bella partitura compuesta por Sebastián Errázuriz. Al centrarse parte de la historia en la hija violinista de Luca, los detalles de la interpretación del instrumento podrían haber sido mejor cuidados técnicamente, para representar a una violinista real o al menos cubrir ciertos aspectos para no dejar tan al descubierto que no lo es.
La frase “¿adónde irás después de tu muerte?” queda resonando luego de ver “La Fuente”, porque lo vivido por Luca, inspirado en la historia real del empresario Carlo Siri, es lo más parecido a una “muerte en vida”. Cuando no se ve la salida, abunda el temor y la desesperación, pero la fuerza y resiliencia que vemos en su actuar puede entregar una luz de esperanza. “La Fuente” no es una película que tenga un recorrido fácil, pues se sitúa como una visión distinta respecto de los hechos posteriores al 18 de octubre de 2019. Aquello lo asume como tal, y este filme está dispuesto a dar la pelea. Se trata de una lucha diferente que quiere mostrar otra dimensión -la de muchas otras víctimas anónimas-, de un hecho histórico que posiblemente nos seguirá dividiendo por muchos años más.
Ficha técnica
Título original: La Fuente
Año: 2025
Duración: 117 minutos
País: Chile
Compañías: VYF
Género: Drama
Guion: Daniel Vivanco
Música: Sebastián Errázuriz
Fotografía: Diego Estay
Reparto: Luis Gnecco, Patricio Achurra, Roberto Farías, Paola Giannini, Óscar Hernández
Dirección: Daniel Vivanco
lunes, 24 de noviembre de 2025
Terror en Shelby Oaks
Una cámara fija, imágenes que parecen reales. Una mujer al interior de una cabaña observa una puerta. La abre, ingresa; se corta la grabación. Buen inicio, sombrío y sugerente, pero…
Esta película, escrita y dirigida por Chris Stuckmann, sigue a una mujer, Mia Brennan-Walker -Camille Sullivan-, que está decidida a encontrar a su hermana Riley -Sloane Burkett-, desaparecida hace años en la misteriosa ciudad abandonada de Shelby Oaks mientras se ocupaba de un caso en compañía de un grupo investigador llamado “Paranormal Paranoids”. Con el paso del tiempo, se encontraron los cuerpos de todos menos el de Riley, sin embargo, lo que sí se logró recuperar fue una de sus dos cámaras, aquella que contenía imágenes que muestran a la joven aterrorizada.
La trama se desarrolla doce años después de estos sucesos. Mia, entrevistada para un documental sobre la desaparición de su hermana, afirma que Riley todavía está viva, y cuenta que a menudo experimentaba terrores nocturnos cuando era niña, al creer que algo la estaba observando. Algo le dice que eso continúa y que el demonio imaginario de la infancia podría haber sido real. Por eso quiere encontrarla, dilucidar el misterio y así cerrar el caso.
Stuckmann compone esta película como si se tratara de un documental. Se llega a sentir real, como si fuera un trabajo periodístico, con un buen inicio potenciado por música aleatoria, notas graves largas (pedales), movimientos lentos de cámara y sonidos intrigantes. Las imágenes parecen artesanales, en algunos casos incluso descuidadas, entregando la perspectiva de una cámara en mano que se cruza siempre con más de alguna sorpresa.
Todo corre bien por unos 30 o 40 minutos, pero luego la cinta empieza a deccaer. La lentitud del relato pasa a ser la tónica y sentimos que ya no vamos a ninguna parte. Es como dar vueltas en círculo, una y otra vez, sin conducir hacia algún punto disonante. Este suspenso, que resulta demasiado obvio, se rompe más o menos a la hora de metraje, momento en que Mia decide emprender un viaje a Shelby Oaks. Lo que promete un cambio de escenario, pronto pasa a ser más de lo mismo, para solo agregar típicos elementos del género: imágenes nocturnas, oscuras, terror en una prisión abandonada, y una búsqueda en la espesura de un bosque que termina con el descubrimiento de una cabaña vacía y desolada.
“Shelby Oaks”, título original que sin la palabra “terror”, añadida en estas latitudes, resulta ser una interesante premisa que falla, producto de un flojo desarrollo. Tal vez, con menos minutos podría haber concentrado mejor el material y evitado los baches narrativos de su parte central, pero eso no sucedió. Entonces, lo que tenemos es un filme de un poco más de una hora y media, con moderado suspenso y un par de gotas de angustia que no alcanzan a producir adrenalina.
Ficha técnica
Título original: Shelby Oaks
Año: 2024
Duración: 99 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Paper Street Pictures, Intrepid Pictures, Title Media. Productor: Mike Flanagan
Género: Terror. Intriga | Secuestros / Desapariciones. Familia. Cine independiente USA
Guion: Chris Stuckmann. Historia: Sam Liz, Chris Stuckmann
Música: Aaron J. Morton
Fotografía: Andrew Scott Baird
Reparto: Camille Sullivan, Brendan Sexton III, Keith David, Sarah Durn, Derek Mears, Emily Bennett, Charlie Talbert, Robin Bartlett, Michael Beach
Dirección: Chris Stuckmann
Esta película, escrita y dirigida por Chris Stuckmann, sigue a una mujer, Mia Brennan-Walker -Camille Sullivan-, que está decidida a encontrar a su hermana Riley -Sloane Burkett-, desaparecida hace años en la misteriosa ciudad abandonada de Shelby Oaks mientras se ocupaba de un caso en compañía de un grupo investigador llamado “Paranormal Paranoids”. Con el paso del tiempo, se encontraron los cuerpos de todos menos el de Riley, sin embargo, lo que sí se logró recuperar fue una de sus dos cámaras, aquella que contenía imágenes que muestran a la joven aterrorizada.
La trama se desarrolla doce años después de estos sucesos. Mia, entrevistada para un documental sobre la desaparición de su hermana, afirma que Riley todavía está viva, y cuenta que a menudo experimentaba terrores nocturnos cuando era niña, al creer que algo la estaba observando. Algo le dice que eso continúa y que el demonio imaginario de la infancia podría haber sido real. Por eso quiere encontrarla, dilucidar el misterio y así cerrar el caso.
Stuckmann compone esta película como si se tratara de un documental. Se llega a sentir real, como si fuera un trabajo periodístico, con un buen inicio potenciado por música aleatoria, notas graves largas (pedales), movimientos lentos de cámara y sonidos intrigantes. Las imágenes parecen artesanales, en algunos casos incluso descuidadas, entregando la perspectiva de una cámara en mano que se cruza siempre con más de alguna sorpresa.
Todo corre bien por unos 30 o 40 minutos, pero luego la cinta empieza a deccaer. La lentitud del relato pasa a ser la tónica y sentimos que ya no vamos a ninguna parte. Es como dar vueltas en círculo, una y otra vez, sin conducir hacia algún punto disonante. Este suspenso, que resulta demasiado obvio, se rompe más o menos a la hora de metraje, momento en que Mia decide emprender un viaje a Shelby Oaks. Lo que promete un cambio de escenario, pronto pasa a ser más de lo mismo, para solo agregar típicos elementos del género: imágenes nocturnas, oscuras, terror en una prisión abandonada, y una búsqueda en la espesura de un bosque que termina con el descubrimiento de una cabaña vacía y desolada.
“Shelby Oaks”, título original que sin la palabra “terror”, añadida en estas latitudes, resulta ser una interesante premisa que falla, producto de un flojo desarrollo. Tal vez, con menos minutos podría haber concentrado mejor el material y evitado los baches narrativos de su parte central, pero eso no sucedió. Entonces, lo que tenemos es un filme de un poco más de una hora y media, con moderado suspenso y un par de gotas de angustia que no alcanzan a producir adrenalina.
Ficha técnica
Título original: Shelby Oaks
Año: 2024
Duración: 99 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Paper Street Pictures, Intrepid Pictures, Title Media. Productor: Mike Flanagan
Género: Terror. Intriga | Secuestros / Desapariciones. Familia. Cine independiente USA
Guion: Chris Stuckmann. Historia: Sam Liz, Chris Stuckmann
Música: Aaron J. Morton
Fotografía: Andrew Scott Baird
Reparto: Camille Sullivan, Brendan Sexton III, Keith David, Sarah Durn, Derek Mears, Emily Bennett, Charlie Talbert, Robin Bartlett, Michael Beach
Dirección: Chris Stuckmann
jueves, 20 de noviembre de 2025
Los Ilusionistas 3
En los tiempos actuales, una era en la que podemos ver fotos trucadas y hasta imágenes de video generadas por inteligencia artificial que pueden parecer reales, una película como esta viene bien. ¿Por qué se preguntarán? Veamos.
Cuando tanto imágenes como videos pueden resultar falsos -y nadie es inmune a sufrir un engaño-, la realidad física se transforma, tal vez, en lo único concreto a tomar en cuenta. Bueno, ¿y si ni siquiera eso fuera cierto? Esa es la idea detrás de la magia y de la ilusión, hacernos creer algo que se comporta de una manera pero que en verdad, podría resultar todo lo contrario.
La película comienza con el anunciado regreso de los famosos “Cuatro Jinetes”. Hace 10 años que están fuera de las pistas, por lo que se prevé un espectáculo concurrido y vistoso, un truco que, además funciona como introducción para tres nuevos personajes que se suman a la saga: los jóvenes magos Charlie -Justice Smith-, Bosco Leroy -Dominic Sessa-, y June McClure -Ariana Greenblatt-.
Después del espectáculo, se acerca inesperadamente a ellos J. Daniel Atlas -Jesse Eisenberg-, uno de los jinetes fundadores, con la misión de reclutarlos. Los necesita porque ha recibido el encargo de “The Eye”, la sociedad mágica secreta, para robar "The Heart", el diamante más grande del mundo que está en posesión de Veronika Vanderberg -Rosamund Pike-, jefa de una empresa de diamantes sudafricana iniciada por su padre, un exnazi que utiliza el negocio para lavar dinero para delincuentes. El reencuentro de los ex compañeros no tarda en producirse y el grupo, ahora ampliado, debe emprender su nuevo desafío.
Ruben Fleischer dirige esta historia utilizando la misma fórmula de siempre. Es curioso cómo a pesar de ser un formato conocido, funciona y logra fácilmente su propósito. Claro, no solo se trata de repetir, sino también agregar algunos elementos que logren continuidad con las anteriores entregas y que, al mismo tiempo, generen novedad e interés. Uno de ellos es reunir a los famosos Jinetes, porque en diez años han pasado muchas cosas; el otro, la aparición de nuevas generaciones, surgidas al alero de la admiración de figuras reconocidas, pero con deseos de cultivar su propia identidad. Es algo así como una transición, un traspaso generacional que abre puertas y que permite ramificar historias.
Un tercer elemento es un objetivo común. Cuando son reclutados por “El Ojo”, la misión está clara. El cómo se desarrolla podrá tener variantes, pero están todos de acuerdo en el fin a cumplir. La parte central de la cinta decae un poco en ritmo, justamente en el instante en el que deben planificar los siguientes pasos y enlazar con el último tercio de la cinta, el que sí resulta vertiginoso.
Los trucos son básicamente juegos, desafíos de ingenio que integran la experiencia de unos con la juventud de otros. Pero atención con la arrogancia, mal consejera para cualquiera, sobre todo en casos como este, en que todo puede ser cambiado. El refuerzo del trabajo en equipo por sobre cualquier individualidad es, probablemente, otro tema clave que este filme pone de relieve en forma constante. No es posible conseguir resultados sin unidad. Por más experticia que cada una de las partes tenga, deben trabajar juntas y en forma coordinada.
Muy bien los protagonistas, en general, un team que cumple a pesar de ser bastante numeroso. En lo particular, creo que son demasiados y eso diluye los papeles; sin embargo, y por otra parte, eso es lo que permite el lucimiento de quien brilla y se roba la película cada vez que está en pantalla: Rosamund Pike dando vida a una villana perfecta.
“Los Ilusionistas 3”, un apropiado título en español que no es opacado por el original en inglés, aunque este último sea mejor: “Ahora me ves, ahora no”. Tal vez es solo semántico y con fines comerciales, pero ambos resumen lo mismo: lo que se ve, puede ser o no ser. Sin buscar demasiada profundidad, este filme entretiene y deja todo preparado para su continuación. ¿Dónde veremos a los Jinetes ampliados la próxima vez? Pronto se dilucidará, tal vez, o tal vez no…
Ficha técnica
Título original: Now You See Me: Now You Don't
Año: 2025
Duración: 112 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Lionsgate, Summit Entertainment, Epic Films, Reese Wernick Productions, The Fusion Media. Distribuidora: Lionsgate
Género: Intriga | Crimen. Secuela
Guion: Seth Grahame-Smith, Gavin James, Michael Lesslie, Eric Singer, ver 7 más
Música: Brian Tyler
Fotografía: George Richmond
Reparto: Jesse Eisenberg, Woody Harrelson, Dave Franco, Isla Fisher, Justice Smith, Dominic Sessa, Ariana Greenblatt, Rosamund Pike, Morgan Freeman
Cuando tanto imágenes como videos pueden resultar falsos -y nadie es inmune a sufrir un engaño-, la realidad física se transforma, tal vez, en lo único concreto a tomar en cuenta. Bueno, ¿y si ni siquiera eso fuera cierto? Esa es la idea detrás de la magia y de la ilusión, hacernos creer algo que se comporta de una manera pero que en verdad, podría resultar todo lo contrario.
La película comienza con el anunciado regreso de los famosos “Cuatro Jinetes”. Hace 10 años que están fuera de las pistas, por lo que se prevé un espectáculo concurrido y vistoso, un truco que, además funciona como introducción para tres nuevos personajes que se suman a la saga: los jóvenes magos Charlie -Justice Smith-, Bosco Leroy -Dominic Sessa-, y June McClure -Ariana Greenblatt-.
Después del espectáculo, se acerca inesperadamente a ellos J. Daniel Atlas -Jesse Eisenberg-, uno de los jinetes fundadores, con la misión de reclutarlos. Los necesita porque ha recibido el encargo de “The Eye”, la sociedad mágica secreta, para robar "The Heart", el diamante más grande del mundo que está en posesión de Veronika Vanderberg -Rosamund Pike-, jefa de una empresa de diamantes sudafricana iniciada por su padre, un exnazi que utiliza el negocio para lavar dinero para delincuentes. El reencuentro de los ex compañeros no tarda en producirse y el grupo, ahora ampliado, debe emprender su nuevo desafío.
Ruben Fleischer dirige esta historia utilizando la misma fórmula de siempre. Es curioso cómo a pesar de ser un formato conocido, funciona y logra fácilmente su propósito. Claro, no solo se trata de repetir, sino también agregar algunos elementos que logren continuidad con las anteriores entregas y que, al mismo tiempo, generen novedad e interés. Uno de ellos es reunir a los famosos Jinetes, porque en diez años han pasado muchas cosas; el otro, la aparición de nuevas generaciones, surgidas al alero de la admiración de figuras reconocidas, pero con deseos de cultivar su propia identidad. Es algo así como una transición, un traspaso generacional que abre puertas y que permite ramificar historias.
Un tercer elemento es un objetivo común. Cuando son reclutados por “El Ojo”, la misión está clara. El cómo se desarrolla podrá tener variantes, pero están todos de acuerdo en el fin a cumplir. La parte central de la cinta decae un poco en ritmo, justamente en el instante en el que deben planificar los siguientes pasos y enlazar con el último tercio de la cinta, el que sí resulta vertiginoso.
Los trucos son básicamente juegos, desafíos de ingenio que integran la experiencia de unos con la juventud de otros. Pero atención con la arrogancia, mal consejera para cualquiera, sobre todo en casos como este, en que todo puede ser cambiado. El refuerzo del trabajo en equipo por sobre cualquier individualidad es, probablemente, otro tema clave que este filme pone de relieve en forma constante. No es posible conseguir resultados sin unidad. Por más experticia que cada una de las partes tenga, deben trabajar juntas y en forma coordinada.
Muy bien los protagonistas, en general, un team que cumple a pesar de ser bastante numeroso. En lo particular, creo que son demasiados y eso diluye los papeles; sin embargo, y por otra parte, eso es lo que permite el lucimiento de quien brilla y se roba la película cada vez que está en pantalla: Rosamund Pike dando vida a una villana perfecta.
“Los Ilusionistas 3”, un apropiado título en español que no es opacado por el original en inglés, aunque este último sea mejor: “Ahora me ves, ahora no”. Tal vez es solo semántico y con fines comerciales, pero ambos resumen lo mismo: lo que se ve, puede ser o no ser. Sin buscar demasiada profundidad, este filme entretiene y deja todo preparado para su continuación. ¿Dónde veremos a los Jinetes ampliados la próxima vez? Pronto se dilucidará, tal vez, o tal vez no…
Ficha técnica
Título original: Now You See Me: Now You Don't
Año: 2025
Duración: 112 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Lionsgate, Summit Entertainment, Epic Films, Reese Wernick Productions, The Fusion Media. Distribuidora: Lionsgate
Género: Intriga | Crimen. Secuela
Guion: Seth Grahame-Smith, Gavin James, Michael Lesslie, Eric Singer, ver 7 más
Música: Brian Tyler
Fotografía: George Richmond
Reparto: Jesse Eisenberg, Woody Harrelson, Dave Franco, Isla Fisher, Justice Smith, Dominic Sessa, Ariana Greenblatt, Rosamund Pike, Morgan Freeman
Dirección: Ruben Fleischer
viernes, 14 de noviembre de 2025
Amor Fuera de Tiempo
Una sencilla historia de amor de secundaria que esconde algunos temas más profundos. ¿De qué se trata “Amor fuera de tiempo”?
Se dice que los polos opuestos se atraen. Algo parecido pasa en este filme que se concentra en la vida de dos jóvenes que cursan su último año escolar antes de postular a la universidad. Drayton Lahey -Noah Beck-, es un deportista destacado. Galán reconocido y estrella de su equipo, como certero “quarterback”, Drayton se propone seguir la tradición familiar para ingresar a un prestigioso centro de estudios. Por su parte, Dallas Bryan -Siena Agudong-, una talentosa bailarina, está empeñada en lograr una beca e ingresar a una afamada escuela artística. Opuestos, claro que sí, pero el deporte los reúne. Él, como líder en el campo de juego; ella, siendo líder de la barra del equipo.
Tan distintos como dos caras de una misma moneda, parecen distantes como el agua y el aceite. Sin embargo, algunas coincidencias los van uniendo a pesar de sus miedos y resistencias iniciales. Adolescentes en plena ebullición y con las hormonas a tope, poco tardan en ceder, pues los desacuerdos y peleas pronto dan paso al romance. Era lo previsto, y nos complacen pronto, por lo que el nudo a dilucidar será lo que pasará con la pareja al definir su futuro.
Basada en el libro de Tay Marley, el guion de Mary Gulino y Crystal Ferreiro se siente fluido, pero un poco básico. Los estereotipos sobreabundan y la tensión nunca logra encontrar un tono adecuado. Es cierto que la química de los dos protagonistas es el alma del filme, sin embargo, nos deja con la duda de si resulta suficiente.
Hasta acá, novedad ninguna. Pero no todo es negativo, aunque haya que hurgar con más decisión (y también bondad). Sin poner un foco expreso, la película igual aborda temas complicados. Primero, hay tragedias familiares que los jóvenes arrastran desde siempre, asuntos no resueltos que amenazan con pasarles la cuenta tarde o temprano. Segundo, pone de relieve la necesidad del esfuerzo para lograr metas, y cómo sin quererlo, las personas nos saboteamos constantemente. Tercero, las acciones y sus consecuencias, son un tema importante y que no siempre tiene visibilidad o presencia relevante. Cuarto, las presiones, propias y de las familias, sea por aspiraciones o caminos ya trazados, que ponen en riesgo el encuentro de la propia identidad. Como se ve, hay complejidades varias, pero siempre supeditadas a la medida del género del filme: un romance adolescente.
“Sidelined: The QB and Me”, título original y algo enredado (Sidelined significa marginada), es una cinta liviana y que no tiene grandes expectativas. No obstante eso, se las arregla para dejar un buen sabor, tanto por la natural actuación de Siena Agudong, quien, por lo demás, demuestra expresamente sus dotes de bailarina y es capaz de dotar a su personaje de momentos íntimos creíbles, como por la prestancia de Noah Beck, representando fortaleza y vulnerabilidad, en un papel más encasillado, pero que saca adelante en forma correcta.
En resumen, casi dos horas que pasan rápido y que resultan agradables. Un panorama divertido para una tarde sin complicaciones ni urgencias, para llevar la mente a otro lugar y así olvidarse por un momento del siempre afanoso día a día.
Ficha técnica
Título original: Sidelined: The QB and Me
Año: 2024
Duración: 99 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Creator+, Wattpad Webtoon Studios, Marshall Arts, Great Pacific Media. Distribuidora: Tubi TV, Blue Fox Entertainment
Género: Romance. Comedia | Comedia romántica. Comedia juvenil. Colegios & Universidad. Adolescencia. Fútbol americano. Baile
Guion: Mary Gulino, Crystal Ferreiro. Libro: Tay Marley
Música: Nikhil Seetharam
Fotografía: Mark Chow
Reparto: Siena Agudong, Noah Beck
Dirección: Justin Wu
Se dice que los polos opuestos se atraen. Algo parecido pasa en este filme que se concentra en la vida de dos jóvenes que cursan su último año escolar antes de postular a la universidad. Drayton Lahey -Noah Beck-, es un deportista destacado. Galán reconocido y estrella de su equipo, como certero “quarterback”, Drayton se propone seguir la tradición familiar para ingresar a un prestigioso centro de estudios. Por su parte, Dallas Bryan -Siena Agudong-, una talentosa bailarina, está empeñada en lograr una beca e ingresar a una afamada escuela artística. Opuestos, claro que sí, pero el deporte los reúne. Él, como líder en el campo de juego; ella, siendo líder de la barra del equipo.
Tan distintos como dos caras de una misma moneda, parecen distantes como el agua y el aceite. Sin embargo, algunas coincidencias los van uniendo a pesar de sus miedos y resistencias iniciales. Adolescentes en plena ebullición y con las hormonas a tope, poco tardan en ceder, pues los desacuerdos y peleas pronto dan paso al romance. Era lo previsto, y nos complacen pronto, por lo que el nudo a dilucidar será lo que pasará con la pareja al definir su futuro.
Basada en el libro de Tay Marley, el guion de Mary Gulino y Crystal Ferreiro se siente fluido, pero un poco básico. Los estereotipos sobreabundan y la tensión nunca logra encontrar un tono adecuado. Es cierto que la química de los dos protagonistas es el alma del filme, sin embargo, nos deja con la duda de si resulta suficiente.
Hasta acá, novedad ninguna. Pero no todo es negativo, aunque haya que hurgar con más decisión (y también bondad). Sin poner un foco expreso, la película igual aborda temas complicados. Primero, hay tragedias familiares que los jóvenes arrastran desde siempre, asuntos no resueltos que amenazan con pasarles la cuenta tarde o temprano. Segundo, pone de relieve la necesidad del esfuerzo para lograr metas, y cómo sin quererlo, las personas nos saboteamos constantemente. Tercero, las acciones y sus consecuencias, son un tema importante y que no siempre tiene visibilidad o presencia relevante. Cuarto, las presiones, propias y de las familias, sea por aspiraciones o caminos ya trazados, que ponen en riesgo el encuentro de la propia identidad. Como se ve, hay complejidades varias, pero siempre supeditadas a la medida del género del filme: un romance adolescente.
“Sidelined: The QB and Me”, título original y algo enredado (Sidelined significa marginada), es una cinta liviana y que no tiene grandes expectativas. No obstante eso, se las arregla para dejar un buen sabor, tanto por la natural actuación de Siena Agudong, quien, por lo demás, demuestra expresamente sus dotes de bailarina y es capaz de dotar a su personaje de momentos íntimos creíbles, como por la prestancia de Noah Beck, representando fortaleza y vulnerabilidad, en un papel más encasillado, pero que saca adelante en forma correcta.
En resumen, casi dos horas que pasan rápido y que resultan agradables. Un panorama divertido para una tarde sin complicaciones ni urgencias, para llevar la mente a otro lugar y así olvidarse por un momento del siempre afanoso día a día.
Ficha técnica
Título original: Sidelined: The QB and Me
Año: 2024
Duración: 99 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Creator+, Wattpad Webtoon Studios, Marshall Arts, Great Pacific Media. Distribuidora: Tubi TV, Blue Fox Entertainment
Género: Romance. Comedia | Comedia romántica. Comedia juvenil. Colegios & Universidad. Adolescencia. Fútbol americano. Baile
Guion: Mary Gulino, Crystal Ferreiro. Libro: Tay Marley
Música: Nikhil Seetharam
Fotografía: Mark Chow
Reparto: Siena Agudong, Noah Beck
Dirección: Justin Wu
lunes, 10 de noviembre de 2025
Mátate, Amor
Tal vez se trate de una de las películas de la temporada. Y no es sencilla, se muestra como una apuesta arriesgada incluso desde el propio título, “Die My love” (Muere, mi amor).
El inicio tiene puntos suspensivos. Una cámara de enfoque fijo abarca un largo trecho del interior de una casa vacía, donde se vislumbra el ventanal que la separa del bosque. Afuera se sienten voces. Son las de Grace -Jennifer Lawrence-, y Jackson -Robert Pattinson-, una joven pareja que ha decidido mudarse de Nueva York a la casa natal de los padres de Jackson, en Montana. El cambio es rotundo, lo resienten. La compleja adaptación se hace particularmente difícil; esperan su primer hijo.
La tranquilidad del lugar asombra. La ausencia de música destaca la soledad y el aislamiento del entorno. De pronto, con un pesado rock de fondo, comenzamos a observar dinámicas íntimas de la pareja. El contexto se va aclarando y ciertas obsesiones quedan marcadas. Unas breves escenas se remontan al momento del embarazo. Conocemos algo más de la familia y de la historia de Jackson. Volvemos al presente, Grace sola, mientras Jackson debe viajar largo tiempo por trabajo. Si antes había tranquilidad, esta se ha transformado en ausencia y, muy probablemente, se siente como si se tratara de un abandono.
Lynne Ramsay trabaja esta adaptación de la novela homónima de Ariana Harwicz, publicada en 2012, a partir de un particular tratamiento estético. Por ejemplo, utiliza un formato 4:3 y las imágenes se filtran con clara tonalidad retro, lo que tiñe la cinta de elementos atemporales. La paleta de colores, una combinación de azules y grises, es bastante elocuente para evidenciar lo trascendente, aquello que marcará el alma del relato.
Grace está sola -en su casa y en pantalla- la mayor parte del tiempo. Diríamos que es todo un personaje, incluso antisocial al momento de relacionarse con los demás. ¿Corresponde a su momento actual o es parte de una condición? La respuesta no es clara, pero lo concreto es que dentro de la pareja comienzan recriminaciones y peleas que se incrementan con la llegada de un pequeño e inquieto perro que, en vez de calmar a Grace, la irrita cada día más. La situación se torna insoportable, invivible.
“Die My love” es una cinta para Jennifer Lawrence. Me recordó de inmediato “Silver Linings Playbook”, de 2013, por la que la actriz ganó su primer Óscar. Esta vez, retoma la senda y no sería extraño verla con nuevas nominaciones, pues se trata de una actuación sólida y muy comprometida. Elaborando un personaje complejo, Lawrence da vida a los múltiples estados de ánimo de Grace, destacando el trabajo psicológico expresado en sus miradas y el escaso o nulo control de emociones que observamos a través de sus movimientos. No sabemos bien si hay traumas heredados o la serie de trastornos tienen solo que ver con una explosiva depresión posparto. Lo cierto es que Jennifer Lawrence construye un personaje muy personal, con un arco dramático extenso y flexible que logra, en segundos, pasar de la dulzura más tierna a una hostilidad feroz y agresiva.
Interesante trabajo, aunque difícil de ver y asimilar. ¿A qué me refiero? Esta es de esas películas que son áridas de visualización y que requieren procesos posteriores para entenderlas mejor. Y es un riesgo grande, porque nos podemos quedar afuera y no ingresar nunca al interior de una cinta de este tipo, retenidos por barreras que pueden interrumpir nuestra conexión. Pero también podemos acceder a sus capas con posterioridad, y modificar nuestras percepciones con un análisis más reposado.
“Mátate amor” es distinta y trae de regreso la mejor versión de Jennifer Lawrence, sin por ello dejar de mencionar el rol de Robert Pattinson intentando sostener un huracán con las manos. Solo por eso, vale la pena verla, sin embargo, hay razones mucho más de fondo para ir por ella. Hablamos de la depresión, de la salud mental, de su deterioro, de lo que puede afectar la propia vida y la de otros, y sobre la necesidad de pedir ayuda y, tan importante como eso, dejarse ayudar. Cuando la mente se desfigura, la realidad se confunde con los sueños y todo se torna borroso. ¿Qué es cierto y qué es ensoñación? La película juega con esa incertidumbre gracias a su estética y sus actuaciones, y por lo demás, lo hace muy bien.
Dos horas oscuras, expresivas y desafiantes. Muy recomendable.
Ficha técnica
Título original: Die My Love
Año: 2025
Duración: 118 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Black Label Media, Excellent Cadaver, Sikelia Productions. Distribuidora: MUBI
Género: Drama. Thriller. Comedia | Thriller psicológico. Maternidad. Vida rural
Guion: Lynne Ramsay, Enda Walsh, Alice Birch. Libro: Ariana Harwicz
Música: Raife Burchell, Lynne Ramsay, George Vjestica
Fotografía: Seamus McGarvey
Reparto: Jennifer Lawrence, Robert Pattinson, LaKeith Stanfield, Nick Nolte, Sissy Spacek
Dirección: Lynne Ramsay
El inicio tiene puntos suspensivos. Una cámara de enfoque fijo abarca un largo trecho del interior de una casa vacía, donde se vislumbra el ventanal que la separa del bosque. Afuera se sienten voces. Son las de Grace -Jennifer Lawrence-, y Jackson -Robert Pattinson-, una joven pareja que ha decidido mudarse de Nueva York a la casa natal de los padres de Jackson, en Montana. El cambio es rotundo, lo resienten. La compleja adaptación se hace particularmente difícil; esperan su primer hijo.
La tranquilidad del lugar asombra. La ausencia de música destaca la soledad y el aislamiento del entorno. De pronto, con un pesado rock de fondo, comenzamos a observar dinámicas íntimas de la pareja. El contexto se va aclarando y ciertas obsesiones quedan marcadas. Unas breves escenas se remontan al momento del embarazo. Conocemos algo más de la familia y de la historia de Jackson. Volvemos al presente, Grace sola, mientras Jackson debe viajar largo tiempo por trabajo. Si antes había tranquilidad, esta se ha transformado en ausencia y, muy probablemente, se siente como si se tratara de un abandono.
Lynne Ramsay trabaja esta adaptación de la novela homónima de Ariana Harwicz, publicada en 2012, a partir de un particular tratamiento estético. Por ejemplo, utiliza un formato 4:3 y las imágenes se filtran con clara tonalidad retro, lo que tiñe la cinta de elementos atemporales. La paleta de colores, una combinación de azules y grises, es bastante elocuente para evidenciar lo trascendente, aquello que marcará el alma del relato.
Grace está sola -en su casa y en pantalla- la mayor parte del tiempo. Diríamos que es todo un personaje, incluso antisocial al momento de relacionarse con los demás. ¿Corresponde a su momento actual o es parte de una condición? La respuesta no es clara, pero lo concreto es que dentro de la pareja comienzan recriminaciones y peleas que se incrementan con la llegada de un pequeño e inquieto perro que, en vez de calmar a Grace, la irrita cada día más. La situación se torna insoportable, invivible.
“Die My love” es una cinta para Jennifer Lawrence. Me recordó de inmediato “Silver Linings Playbook”, de 2013, por la que la actriz ganó su primer Óscar. Esta vez, retoma la senda y no sería extraño verla con nuevas nominaciones, pues se trata de una actuación sólida y muy comprometida. Elaborando un personaje complejo, Lawrence da vida a los múltiples estados de ánimo de Grace, destacando el trabajo psicológico expresado en sus miradas y el escaso o nulo control de emociones que observamos a través de sus movimientos. No sabemos bien si hay traumas heredados o la serie de trastornos tienen solo que ver con una explosiva depresión posparto. Lo cierto es que Jennifer Lawrence construye un personaje muy personal, con un arco dramático extenso y flexible que logra, en segundos, pasar de la dulzura más tierna a una hostilidad feroz y agresiva.
Interesante trabajo, aunque difícil de ver y asimilar. ¿A qué me refiero? Esta es de esas películas que son áridas de visualización y que requieren procesos posteriores para entenderlas mejor. Y es un riesgo grande, porque nos podemos quedar afuera y no ingresar nunca al interior de una cinta de este tipo, retenidos por barreras que pueden interrumpir nuestra conexión. Pero también podemos acceder a sus capas con posterioridad, y modificar nuestras percepciones con un análisis más reposado.
“Mátate amor” es distinta y trae de regreso la mejor versión de Jennifer Lawrence, sin por ello dejar de mencionar el rol de Robert Pattinson intentando sostener un huracán con las manos. Solo por eso, vale la pena verla, sin embargo, hay razones mucho más de fondo para ir por ella. Hablamos de la depresión, de la salud mental, de su deterioro, de lo que puede afectar la propia vida y la de otros, y sobre la necesidad de pedir ayuda y, tan importante como eso, dejarse ayudar. Cuando la mente se desfigura, la realidad se confunde con los sueños y todo se torna borroso. ¿Qué es cierto y qué es ensoñación? La película juega con esa incertidumbre gracias a su estética y sus actuaciones, y por lo demás, lo hace muy bien.
Dos horas oscuras, expresivas y desafiantes. Muy recomendable.
Ficha técnica
Título original: Die My Love
Año: 2025
Duración: 118 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Black Label Media, Excellent Cadaver, Sikelia Productions. Distribuidora: MUBI
Género: Drama. Thriller. Comedia | Thriller psicológico. Maternidad. Vida rural
Guion: Lynne Ramsay, Enda Walsh, Alice Birch. Libro: Ariana Harwicz
Música: Raife Burchell, Lynne Ramsay, George Vjestica
Fotografía: Seamus McGarvey
Reparto: Jennifer Lawrence, Robert Pattinson, LaKeith Stanfield, Nick Nolte, Sissy Spacek
Dirección: Lynne Ramsay
viernes, 7 de noviembre de 2025
Un Buen Ladrón
Al estar basada en hechos reales surge de inmediato la pregunta de cuán reales son estos hechos. Acá se trata de un ladrón, con todas sus letras, pero uno que es amable, gentil y preocupado. Hasta buena persona, podríamos decir. Su nombre, Jeffrey Manchester, y su prontuario es haber asaltado más de cuarenta locales de McDonald's ingresando por el techo. De ahí su apodo de “Roofman”, que, por lo demás, es el título original de esta película.
Channing Tatum es el protagonista de una historia que avanza rápido en sus primeros minutos. Comienza con un asalto “tipo”, en el que Jeffrey trata muy bien a sus víctimas, e incluso le pasa su propio abrigo al encargado de la tienda antes de encerrarlos a todos en el congelador. Por cierto, este “hombre del techo” pronto es capturado y condenado a un largo tiempo en prisión. Pero Jeffrey no quiere estar encerrado, quiere ver a sus hijos, y se las ingenia para escapar. Nuestro protagonista es astuto y tiene una brillante capacidad de observación, la que pone en práctica en todo momento.
Hasta este punto no han pasado ni treinta minutos y el guion se da tal como se muestra en la sinopsis, porque Jeffrey, sin poder ir a ningún lado, consigue ocultarse a plena vista en medio de una concurrida juguetería llamada Toys "R" Us. Y emerge otra pregunta: ¿cómo se sostendrá el resto de la cinta si ya ha pasado de todo y el final -su recaptura- podría ser bastante predecible?
El guion, escrito por Derek Cianfrance junto al director Kirt Gunn, avanza lentamente desde el momento en que comienza la vida de Jeffrey en la tienda de juguetes. Aparecen algunos personajes secundarios, más como caricaturas que como verdaderos apoyos narrativos, como una forma de preparar el terreno a la persona que verdaderamente capturará la atención del ladrón: Leigh Wainscott -Kirsten Dunst-, madre soltera y empleada ejemplar de Toys "R" Us. Con los elementos ya combinados -ingenio, astucia e interés amoroso-, la historia cobra otro ritmo y fluye inexorablemente hacia el terreno de las emociones.
Channing Tatum es muy simpático en la caracterización de Jeffrey Manchester. Suponemos que el verdadero debe haber sido encantador, sin duda. De hecho, esa es su mayor virtud, porque tal vez sin quererlo, empatizamos con él y con las desventuras que debe pasar para sobrevivir en la clandestinidad. Manchester es incapaz de despertar sospechas, incluso en momentos complicados y con explicaciones que resultan a todas luces descabelladas, como la de decir que es un agente encubierto del gobierno. A pesar de eso, nadie duda. Al contrario, lo apoyan y le entregan un voto de confianza, como la comunidad religiosa a la que Leigh asiste.
Sin embargo, en una vida basada en mentiras pronto aparecen grietas. Además, la urgencia de escapar hacia un lugar apartado donde nadie lo recuerde, le hace cometer errores. Todo esto, sumado a su indecisión y falta de rumbo, genera la tormenta perfecta para un desafortunado aprendiz de estafador.
“Roofman” funciona si se tienen pocas expectativas. La simpatía de Channing Tatum y el contrapeso emotivo de Kirsten Dunst no brillan con su química, pero logran sortear el desafío de dar vida a una historia entretenida que, eso sí, podría haber sido un poco menos extensa. Ya lo dijimos, Jeffrey, en el fondo, es buena persona, pero todo lo que hace es un engaño. ¿Se puede construir algo verdadero basado en mentiras? Aun cuando empaticemos, lo real es que no es posible, y tarde o temprano la verdad saldrá a la luz. Ante una disyuntiva, las decisiones son cruciales, y Jeffrey Manchester no sabe muy bien qué hacer. Esas dudas terminan siendo la causa de todas sus penurias.
Ficha técnica
Título original: Roofman
Año: 2025
Duración: 126 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: 51 Entertainment, Hunting Lane Films, Limelight. Distribuidora: Paramount Pictures
Género: Drama. Thriller | Basado en hechos reales. Crimen
Guion: Derek Cianfrance, Kirt Gunn
Fotografía: Andrij Parekh
Reparto: Channing Tatum, Kirsten Dunst, Ben Mendelsohn, LaKeith Stanfield, Juno Temple, Melonie Diaz, Uzo Aduba, Lily Collias, Jimmy O. Yang, Peter Dinklage
Dirección: Derek Cianfrance
Channing Tatum es el protagonista de una historia que avanza rápido en sus primeros minutos. Comienza con un asalto “tipo”, en el que Jeffrey trata muy bien a sus víctimas, e incluso le pasa su propio abrigo al encargado de la tienda antes de encerrarlos a todos en el congelador. Por cierto, este “hombre del techo” pronto es capturado y condenado a un largo tiempo en prisión. Pero Jeffrey no quiere estar encerrado, quiere ver a sus hijos, y se las ingenia para escapar. Nuestro protagonista es astuto y tiene una brillante capacidad de observación, la que pone en práctica en todo momento.
Hasta este punto no han pasado ni treinta minutos y el guion se da tal como se muestra en la sinopsis, porque Jeffrey, sin poder ir a ningún lado, consigue ocultarse a plena vista en medio de una concurrida juguetería llamada Toys "R" Us. Y emerge otra pregunta: ¿cómo se sostendrá el resto de la cinta si ya ha pasado de todo y el final -su recaptura- podría ser bastante predecible?
El guion, escrito por Derek Cianfrance junto al director Kirt Gunn, avanza lentamente desde el momento en que comienza la vida de Jeffrey en la tienda de juguetes. Aparecen algunos personajes secundarios, más como caricaturas que como verdaderos apoyos narrativos, como una forma de preparar el terreno a la persona que verdaderamente capturará la atención del ladrón: Leigh Wainscott -Kirsten Dunst-, madre soltera y empleada ejemplar de Toys "R" Us. Con los elementos ya combinados -ingenio, astucia e interés amoroso-, la historia cobra otro ritmo y fluye inexorablemente hacia el terreno de las emociones.
Channing Tatum es muy simpático en la caracterización de Jeffrey Manchester. Suponemos que el verdadero debe haber sido encantador, sin duda. De hecho, esa es su mayor virtud, porque tal vez sin quererlo, empatizamos con él y con las desventuras que debe pasar para sobrevivir en la clandestinidad. Manchester es incapaz de despertar sospechas, incluso en momentos complicados y con explicaciones que resultan a todas luces descabelladas, como la de decir que es un agente encubierto del gobierno. A pesar de eso, nadie duda. Al contrario, lo apoyan y le entregan un voto de confianza, como la comunidad religiosa a la que Leigh asiste.
Sin embargo, en una vida basada en mentiras pronto aparecen grietas. Además, la urgencia de escapar hacia un lugar apartado donde nadie lo recuerde, le hace cometer errores. Todo esto, sumado a su indecisión y falta de rumbo, genera la tormenta perfecta para un desafortunado aprendiz de estafador.
“Roofman” funciona si se tienen pocas expectativas. La simpatía de Channing Tatum y el contrapeso emotivo de Kirsten Dunst no brillan con su química, pero logran sortear el desafío de dar vida a una historia entretenida que, eso sí, podría haber sido un poco menos extensa. Ya lo dijimos, Jeffrey, en el fondo, es buena persona, pero todo lo que hace es un engaño. ¿Se puede construir algo verdadero basado en mentiras? Aun cuando empaticemos, lo real es que no es posible, y tarde o temprano la verdad saldrá a la luz. Ante una disyuntiva, las decisiones son cruciales, y Jeffrey Manchester no sabe muy bien qué hacer. Esas dudas terminan siendo la causa de todas sus penurias.
Ficha técnica
Título original: Roofman
Año: 2025
Duración: 126 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: 51 Entertainment, Hunting Lane Films, Limelight. Distribuidora: Paramount Pictures
Género: Drama. Thriller | Basado en hechos reales. Crimen
Guion: Derek Cianfrance, Kirt Gunn
Fotografía: Andrij Parekh
Reparto: Channing Tatum, Kirsten Dunst, Ben Mendelsohn, LaKeith Stanfield, Juno Temple, Melonie Diaz, Uzo Aduba, Lily Collias, Jimmy O. Yang, Peter Dinklage
Dirección: Derek Cianfrance
jueves, 6 de noviembre de 2025
Lo que no se dijo
Escasa música, formato 4:3 y mucha nitidez en cada toma son características que el director Ricardo Valenzuela imprime en esta cinta desde un comienzo. Lo minimalista está siempre presente porque los elementos son pocos, pero no quiere decir que el trabajo no mire más allá.
La historia remite a dos vendedores de celulares, una tecnología que se abre puertas en Chile a mediados de la década de los noventa, prometiendo conectividad avanzada de última generación. Ambientada en el año 1994 en Puerto Montt, el filme sigue a Margarita -Patricia Cuyul-, una madre soltera carismática que se destaca como ejecutiva de ventas junto a su compañero Cucho -Héctor Morales-, recorriendo apartadas zonas rurales buscando clientes y exponiéndose a situaciones, por decir lo menos, extrañas..
Valenzuela, autor también del guion, expone sin rodeos el difícil mundo de la venta y la resistencia de los potenciales clientes. Mucho trabajo y gran cantidad de tiempos “invertidos” para generar una tasa de conversión mínima y aceptable, sobre todo para un producto que no se conoce y que además genera rechazo de buenas a primeras.
Los parajes maravillosos del sur de Chile, que son visitados por los dos colegas, contrastan con la ciudad de Puerto Montt y el barrio donde ambos viven. Una vecina cuida a la pequeña hija de Margarita mientras ella trabaja todo el día. Su madre, la abuela de la niña, está enferma y no puede expresar nada con palabras. Su vida quedó anclada en la visita que el Santo Padre Juan Pablo II realizó a Puerto Montt en abril de 1987 y desde allí no ha logrado salir. Un VHS con la grabación y una serie de objetos religiosos e imágenes dan cuenta de esta suspensión en el tiempo.
Vemos la pobreza material pero también el vacío de estas almas solitarias. Las relaciones son mínimas, funcionales y apenas efectivas. No van más allá. Las visitas a los potenciales clientes son cada vez más desagradables e incluso peligrosas. En cada situación parece que algo va a pasar, pero nada sucede hasta que sucede.
Cuesta definir las intenciones del realizador con esta película. ¿Cuál es la idea? ¿Cuál es el mensaje? Entiendo que quiere ser simbólica, representar una realidad, pero ¿es suficiente? Los diálogos, muchas veces inconducentes, son formateados y no resultan naturales. Las bellas tomas exteriores carecen de líneas argumentales claras, salvo mostrar en terreno a la pareja que hace el mayor esfuerzo por conquistar a sus clientes, ya sea con una sonrisa impostada o con un preciso discurso comercial.
El ritmo impreso por Valenzuela tampoco ayuda mucho. La cinta se mueve lenta y reflexiva pero no sabemos hacia dónde se dirige ese movimiento. Es cierto que en muchos momentos refleja claramente sentimientos: pena, angustia, crisis, malas condiciones de trabajo y frustración, mucha frustración. Es algo así como dos caras de la misma moneda: un aparente éxito exterior y una constante frustración interior.
Tres escenarios, en paralelo, tienen la misión de concluir la historia. “Lo que no se dijo” no es solo un conjunto de palabras o una frase. Parece ser todo aquello que guardan en el interior sus protagonistas y que nunca llegan a expresar externamente. Así es como este título, evocador pero a la vez concreto, resulta acertado, porque pesa mucho más lo que no es explícito, a riesgo de que cada espectador interprete de manera distinta lo que ve en pantalla.
Ficha técnica
Título original: Lo que no se dijo
Duración: 77 minutos
Asistente de dirección: Sofía Bascuñán Svendsen
Dirección de fotografía: Pablo Valenzuela
Dirección de arte: Juana Lizaso
Sonido directo: Carlo Sánchez
Compositor: Oscar Lapó
Montaje: Ricardo Valenzuela Pinilla y Benjamín Miranda McLeod
Consultora de montaje: Danielle Fillios
Elenco: Patricia Cuyul, Héctor Morales, Mariana Loyola Ruz, Judith Chávez, Antonia Méndez
Director: Ricardo Valenzuela
La historia remite a dos vendedores de celulares, una tecnología que se abre puertas en Chile a mediados de la década de los noventa, prometiendo conectividad avanzada de última generación. Ambientada en el año 1994 en Puerto Montt, el filme sigue a Margarita -Patricia Cuyul-, una madre soltera carismática que se destaca como ejecutiva de ventas junto a su compañero Cucho -Héctor Morales-, recorriendo apartadas zonas rurales buscando clientes y exponiéndose a situaciones, por decir lo menos, extrañas..
Valenzuela, autor también del guion, expone sin rodeos el difícil mundo de la venta y la resistencia de los potenciales clientes. Mucho trabajo y gran cantidad de tiempos “invertidos” para generar una tasa de conversión mínima y aceptable, sobre todo para un producto que no se conoce y que además genera rechazo de buenas a primeras.
Los parajes maravillosos del sur de Chile, que son visitados por los dos colegas, contrastan con la ciudad de Puerto Montt y el barrio donde ambos viven. Una vecina cuida a la pequeña hija de Margarita mientras ella trabaja todo el día. Su madre, la abuela de la niña, está enferma y no puede expresar nada con palabras. Su vida quedó anclada en la visita que el Santo Padre Juan Pablo II realizó a Puerto Montt en abril de 1987 y desde allí no ha logrado salir. Un VHS con la grabación y una serie de objetos religiosos e imágenes dan cuenta de esta suspensión en el tiempo.
Vemos la pobreza material pero también el vacío de estas almas solitarias. Las relaciones son mínimas, funcionales y apenas efectivas. No van más allá. Las visitas a los potenciales clientes son cada vez más desagradables e incluso peligrosas. En cada situación parece que algo va a pasar, pero nada sucede hasta que sucede.
Cuesta definir las intenciones del realizador con esta película. ¿Cuál es la idea? ¿Cuál es el mensaje? Entiendo que quiere ser simbólica, representar una realidad, pero ¿es suficiente? Los diálogos, muchas veces inconducentes, son formateados y no resultan naturales. Las bellas tomas exteriores carecen de líneas argumentales claras, salvo mostrar en terreno a la pareja que hace el mayor esfuerzo por conquistar a sus clientes, ya sea con una sonrisa impostada o con un preciso discurso comercial.
El ritmo impreso por Valenzuela tampoco ayuda mucho. La cinta se mueve lenta y reflexiva pero no sabemos hacia dónde se dirige ese movimiento. Es cierto que en muchos momentos refleja claramente sentimientos: pena, angustia, crisis, malas condiciones de trabajo y frustración, mucha frustración. Es algo así como dos caras de la misma moneda: un aparente éxito exterior y una constante frustración interior.
Tres escenarios, en paralelo, tienen la misión de concluir la historia. “Lo que no se dijo” no es solo un conjunto de palabras o una frase. Parece ser todo aquello que guardan en el interior sus protagonistas y que nunca llegan a expresar externamente. Así es como este título, evocador pero a la vez concreto, resulta acertado, porque pesa mucho más lo que no es explícito, a riesgo de que cada espectador interprete de manera distinta lo que ve en pantalla.
Ficha técnica
Título original: Lo que no se dijo
Duración: 77 minutos
Asistente de dirección: Sofía Bascuñán Svendsen
Dirección de fotografía: Pablo Valenzuela
Dirección de arte: Juana Lizaso
Sonido directo: Carlo Sánchez
Compositor: Oscar Lapó
Montaje: Ricardo Valenzuela Pinilla y Benjamín Miranda McLeod
Consultora de montaje: Danielle Fillios
Elenco: Patricia Cuyul, Héctor Morales, Mariana Loyola Ruz, Judith Chávez, Antonia Méndez
Director: Ricardo Valenzuela
miércoles, 5 de noviembre de 2025
Ensayos y errores
Sinopsis: Ignacio es un joven cineasta que quiere hacer una película. Como está sin trabajo, su extravagante madre le ofrece un puesto como vendedor en la boutique familiar, ubicada en un acomodado balneario llamado Reñaca. Su lista de trabajo en la tienda es extensa: atender a las clientas, realizar un video publicitario y hacer fotografías de moda; pero nada de ello le sale bien. Entre vestidos, modelos, disparos y una posible historia de amor, encontrará la posibilidad de hacer su primera película.
Este documental es un verdadero diario de vida. La sinopsis describe muy bien cada paso, porque su base corresponde a videos que el mismo director fue registrando progresivamente sin un objetivo claro ni una ruta concebida. El resultado, entonces, es una historia sobre lo cotidiano, un trabajo experimental al que cuesta encontrarle un único sentido.
Debo reconocer que, independientemente de las imágenes, lo primero que me llamó la atención fue el estilo de la narración “en off”. Corresponde al mismo Ignacio Rojas e imagino que fue realizada al momento de la edición. Sin matices y algo plana, denota ausencia de emoción, tal vez en un esfuerzo por objetivar un trabajo que, al fin y al cabo, es claramente personal.
La presencia de la madre de Ignacio es más que protagónica. De hecho, en una parte de la película el director lo explica: la filmación de lo que ocurre al interior de la Boutique es posible porque la estrella debe ser ella, por lo que él intenta darle gusto en todo.
Algunos detalles más. A veces no sabemos si quienes resultan filmados saben de la existencia de la cámara o no. Pareciera que no, pero surge la duda de cuán naturales o guionizadas están algunas de sus escenas. Por otro lado, vemos que, a pesar de transcurrir bastante tiempo, ciertas vestimentas se repiten. ¿Continuidad o coincidencia? Algunas deficiencias en el audio y extraños cortes de escenas pueden ser parte de un trabajo tal vez artesanal; sin embargo, son puntos a tomar en cuenta, al menos desde el punto de vista técnico, al decidir su publicación.
A pesar de diluirse hacia el final, el metraje se torna interesante desde que Celina se incorpora al relato. Contratada por Paula para realizar una sesión profesional de fotos, esta joven actriz argentina despierta en Ignacio un motivo para componer la película. De ahí en más, todo gira alrededor de ella y es, claramente, un nudo por dilucidar.
Cuando observamos imágenes y hechos del llamado “estallido social” del año 2019, podemos contextualizar los tiempos de desarrollo de este trabajo. Resulta interesante este registro documental, sobre todo porque expone el punto de vista del propio cineasta que, desde las bellas playas de Reñaca, intenta encontrar su camino personal y laboral.
Ficha técnica
Guión y Dirección: Ignacio Rojas Vallejo
Producción General: Sebastián Cartajena Alvarado
Producción Ejecutiva: Alexis Sánchez Baeza
Montaje: María Teresa Viera-Gallo, Ignacio Rojas Vallejo
Con la participación de: Ignacio Rojas Vallejo, Paula Vallejo Reyes y Celina Rozenwurcel
Casa Productora: Ciudad Cultural Producciones
País: Chile
Año: 2024
Duración: 70 minutos
Este documental es un verdadero diario de vida. La sinopsis describe muy bien cada paso, porque su base corresponde a videos que el mismo director fue registrando progresivamente sin un objetivo claro ni una ruta concebida. El resultado, entonces, es una historia sobre lo cotidiano, un trabajo experimental al que cuesta encontrarle un único sentido.
Debo reconocer que, independientemente de las imágenes, lo primero que me llamó la atención fue el estilo de la narración “en off”. Corresponde al mismo Ignacio Rojas e imagino que fue realizada al momento de la edición. Sin matices y algo plana, denota ausencia de emoción, tal vez en un esfuerzo por objetivar un trabajo que, al fin y al cabo, es claramente personal.
La presencia de la madre de Ignacio es más que protagónica. De hecho, en una parte de la película el director lo explica: la filmación de lo que ocurre al interior de la Boutique es posible porque la estrella debe ser ella, por lo que él intenta darle gusto en todo.
Algunos detalles más. A veces no sabemos si quienes resultan filmados saben de la existencia de la cámara o no. Pareciera que no, pero surge la duda de cuán naturales o guionizadas están algunas de sus escenas. Por otro lado, vemos que, a pesar de transcurrir bastante tiempo, ciertas vestimentas se repiten. ¿Continuidad o coincidencia? Algunas deficiencias en el audio y extraños cortes de escenas pueden ser parte de un trabajo tal vez artesanal; sin embargo, son puntos a tomar en cuenta, al menos desde el punto de vista técnico, al decidir su publicación.
A pesar de diluirse hacia el final, el metraje se torna interesante desde que Celina se incorpora al relato. Contratada por Paula para realizar una sesión profesional de fotos, esta joven actriz argentina despierta en Ignacio un motivo para componer la película. De ahí en más, todo gira alrededor de ella y es, claramente, un nudo por dilucidar.
Cuando observamos imágenes y hechos del llamado “estallido social” del año 2019, podemos contextualizar los tiempos de desarrollo de este trabajo. Resulta interesante este registro documental, sobre todo porque expone el punto de vista del propio cineasta que, desde las bellas playas de Reñaca, intenta encontrar su camino personal y laboral.
Ficha técnica
Guión y Dirección: Ignacio Rojas Vallejo
Producción General: Sebastián Cartajena Alvarado
Producción Ejecutiva: Alexis Sánchez Baeza
Montaje: María Teresa Viera-Gallo, Ignacio Rojas Vallejo
Con la participación de: Ignacio Rojas Vallejo, Paula Vallejo Reyes y Celina Rozenwurcel
Casa Productora: Ciudad Cultural Producciones
País: Chile
Año: 2024
Duración: 70 minutos
viernes, 31 de octubre de 2025
Cuando el Cielo se Equivoca
Películas con intercambios de vida hay varias. Parece ser un sueño recurrente o una aspiración, pero indudablemente funciona en un solo sentido. Quien tiene una vida de sacrificios y compleja quisiera la vida del que, a su vista, no los tiene. A la inversa, claro, no se da. Sin embargo, para cambiar roles es indispensable que cada parte asuma el rol del otro y eso no siempre sucede.
En esta película pasa algo similar. Arj -Aziz Ansari-, una persona que sobrevive apenas y con mucho apuro, está a punto de tirar todo por la borda cuando un bondadoso ángel -Keanu Reeves-, que quiere hacer mucho más de lo que le es permitido, se propone salvar a Arj. Como no se le ocurre nada mejor, y a la vez quiere demostrarle que el dinero no hace la felicidad, mágicamente intercambia su vida con la de Jeff -Seth Rogen-, un acaudalado inversor de capital riesgo, quien lo acaba de despedir tras haberlo contratado como su asistente.
Aziz Ansari escribe, actúa y filma esta película. Es su debut en largometrajes, y gracias a su amistad con Seth Rogen, el proyecto se potencia. Lamentablemente, el problema radica en que en todo momento sabemos lo que vendrá después de una introducción que abarca casi un tercio de la cinta.
Es cierto, esta película, luego del intercambio de roles, da un giro y la imposibilidad de revertir el cambio enfoca el metraje hacia otro tipo de desarrollo, sin embargo esta construcción se diluye por una evidente falta de tensión.
La premisa de la historia es interesante porque Ansari quiere exponer una radiografía de temas actuales, donde la precaria situación económica de algunos trabajadores choca de frente con la riqueza ampulosa de empresarios e inversores. Claro, la diferencia es abismal y el guion no escatima esfuerzos en amplificarlo como si fuera una caja de resonancia. A la vista de quien no lo tiene, las comodidades y el lujo son solo una ilusión; en la otra vereda, las vidas esforzadas y sin mucha perspectiva son una realidad tan ajena y distante que parecen no existir. Dos mundos que no convergen, que no se tocan, salvo por situaciones como las que expone esta película y que las enfoca a modo de denuncia.
Si bien la historia proporciona un buen material inicial, algo sucede con el desarrollo. Son tantos temas que al final se deshojan. Algo falla a pesar de la simpatía de los personajes y el atractivo que representan los nombres de Rogen y Reeves. La película se siente limitada y un poco plana debido, quizá, a la presencia de múltiples conflictos y la falta de un nudo principal.
Poco más de una hora y media para un filme con pretensiones pero que se queda en el camino. Tiene buenos momentos que despiertan risas, sí, pero se esfuman rápido en un metraje que no levanta el vuelo y resulta bastante flojo.
Como distracción para un viaje o una tarde de streaming, está bien, pero tal vez no más que eso.
Ficha técnica
Título original: Good Fortune
Año: 2025
Duración: 98 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Lionsgate, Oh Brudder Productions. Productor: Aziz Ansari. Distribuidora: Lionsgate
Género: Comedia. Fantástico
Guion: Aziz Ansari
Música: Carter Burwell
Fotografía: Adam Newport-Berra
Reparto: Seth Rogen, Aziz Ansari, Keke Palmer, Sandra Oh, Keanu Reeves
Dirección: Aziz Ansari
En esta película pasa algo similar. Arj -Aziz Ansari-, una persona que sobrevive apenas y con mucho apuro, está a punto de tirar todo por la borda cuando un bondadoso ángel -Keanu Reeves-, que quiere hacer mucho más de lo que le es permitido, se propone salvar a Arj. Como no se le ocurre nada mejor, y a la vez quiere demostrarle que el dinero no hace la felicidad, mágicamente intercambia su vida con la de Jeff -Seth Rogen-, un acaudalado inversor de capital riesgo, quien lo acaba de despedir tras haberlo contratado como su asistente.
Aziz Ansari escribe, actúa y filma esta película. Es su debut en largometrajes, y gracias a su amistad con Seth Rogen, el proyecto se potencia. Lamentablemente, el problema radica en que en todo momento sabemos lo que vendrá después de una introducción que abarca casi un tercio de la cinta.
Es cierto, esta película, luego del intercambio de roles, da un giro y la imposibilidad de revertir el cambio enfoca el metraje hacia otro tipo de desarrollo, sin embargo esta construcción se diluye por una evidente falta de tensión.
La premisa de la historia es interesante porque Ansari quiere exponer una radiografía de temas actuales, donde la precaria situación económica de algunos trabajadores choca de frente con la riqueza ampulosa de empresarios e inversores. Claro, la diferencia es abismal y el guion no escatima esfuerzos en amplificarlo como si fuera una caja de resonancia. A la vista de quien no lo tiene, las comodidades y el lujo son solo una ilusión; en la otra vereda, las vidas esforzadas y sin mucha perspectiva son una realidad tan ajena y distante que parecen no existir. Dos mundos que no convergen, que no se tocan, salvo por situaciones como las que expone esta película y que las enfoca a modo de denuncia.
Si bien la historia proporciona un buen material inicial, algo sucede con el desarrollo. Son tantos temas que al final se deshojan. Algo falla a pesar de la simpatía de los personajes y el atractivo que representan los nombres de Rogen y Reeves. La película se siente limitada y un poco plana debido, quizá, a la presencia de múltiples conflictos y la falta de un nudo principal.
Poco más de una hora y media para un filme con pretensiones pero que se queda en el camino. Tiene buenos momentos que despiertan risas, sí, pero se esfuman rápido en un metraje que no levanta el vuelo y resulta bastante flojo.
Como distracción para un viaje o una tarde de streaming, está bien, pero tal vez no más que eso.
Ficha técnica
Título original: Good Fortune
Año: 2025
Duración: 98 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Lionsgate, Oh Brudder Productions. Productor: Aziz Ansari. Distribuidora: Lionsgate
Género: Comedia. Fantástico
Guion: Aziz Ansari
Música: Carter Burwell
Fotografía: Adam Newport-Berra
Reparto: Seth Rogen, Aziz Ansari, Keke Palmer, Sandra Oh, Keanu Reeves
Dirección: Aziz Ansari
lunes, 27 de octubre de 2025
Amores Materialistas
Ella trabaja en una agencia de citas que promete encontrar la pareja ideal. Él es un galán millonario que asiste al matrimonio de su hermano, un reciente caso de éxito de la agencia. Ella ha conseguido nueve enlaces durante sus años en Adore; él aún está soltero. Lucy conoce a Harry; Harry conoce a Lucy. Una vez más, el clásico “chica conoce chico”. Sin embargo, hay un elemento particular: John, el exnovio de Lucy, es parte del staff de servicio del matrimonio y ambos se encuentran en el evento. Resurgen la historia y las razones de su quiebre. ¿Cómo terminará este triángulo amoroso que se desarrolla en bellos parajes de la Gran Manzana?
La directora Celine Song escribe y dirige su segundo largometraje tras el reconocido “Vidas Pasadas”. Siguiendo un estilo similar, que mezcla intimidad y reflexión, Song se introduce en el mercado de las citas, un ámbito cubierto por un sinnúmero de aplicaciones, pero que también tiene espacio para exclusivas y personalizadas atenciones.
El encuadre funciona muy bien, porque entre el dinero y el lujo se mueve gran parte de la clientela que Lucy debe atender. La fiesta de matrimonio del comienzo es un ejemplo concreto y además un excelente escenario para mostrar la influencia que pueden tener las expectativas en el éxito o fracaso de una relación amorosa.
Unas breves imágenes de Lucy y John como novios, que evidencian sus diferencias y aspiraciones, entregan un barniz sobre las razones que quebraron su relación. Pero no solo eso, también marcan claramente el presente de ambos: ella, soltera y sin ánimo de emparejarse; él, aún sosteniendo, con muchas dificultades económicas, su sueño de ser actor.
En el presente, el interés de Harry por Lucy parece genuino. Qué mejor partido para ella, con dinero suficiente, un departamento soñado de seis millones de dólares en un exclusivo sector de Manhattan y dispuesto a complacerla en lo que ella siempre ha soñado. ¿Match perfecto o solo ensoñación?
Avanza el metraje y Celine Song incorpora otros elementos. En ella surgen dudas laborales debido a un incidente con una clienta y la pareja contactada, en contraste con la oportunidad amorosa que está iniciando. Emerge un conflicto interno en Lucy, lleno de tensiones complejas. ¿Qué razón de ser tiene su trabajo? Claramente no se encuentra en su mejor momento. Sus colegas consiguen éxitos y ahora es ella la que tiene un difícil periodo laboral. El problema de Sophie, su clienta, es bastante serio y aquello la desestabiliza desnudando totalmente sus vulnerabilidades. Pero con Harry todo parece ir viento en popa. ¿O no?
La película se sacude la modorra y avanza hacia lo esencial. Retoma el rumbo y plantea preguntas cruciales: ¿matrimonio por amor o solo negocio? Dudas importantes, porque en rigor el casarse es un contrato entre dos partes, muchas veces independiente de las razones que involucre interna y externamente. La reflexión de fondo se esboza lo suficiente para no cerrar la discusión y dejar abierto el debate, sin olvidar que esta es una comedia romántica y no un ensayo sobre las emociones.
El guion de la realizadora está bien arropado por sus capas estéticas que esconden, en su interior, valores fundamentales. En rigor, “Materialistas”, su título original, es una historia que habla de soledad, de expectativas, de protección y de confianzas. Song deja pronto al descubierto la intimidad de sus protagonistas, rasgos que cobran importancia con actuaciones naturales y convincentes del trío principal. Dakota Johnson, Chris Evans y Pedro Pascal se complementan y cada uno tiene un espacio reservado sin competir por destacar ni opacar al otro. Todo fluye en un metraje cuya conclusión puede inclinarse hacia cualquiera de las opciones que ofrece la trama.
¿Cómo se resuelve la historia? ¿Qué sucederá con Lucy, John y Harry? Aún, a diez minutos del final podemos sospecharlo pero no asegurarlo, y aquello es, en gran parte, mérito de la dirección.
“Amores Materialistas”: casi dos horas para un romance que posee más fondo de lo que aparenta. La anterior, “Vidas Pasadas”, dejó la vara alta, pero a esta nueva propuesta bien vale la pena darle una oportunidad.
Ficha técnica
Título original: Materialists
Año: 2025
Duración: 109 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: A24, Killer Films, 2AM. Distribuidora: A24
Género: Romance. Drama. Comedia | Drama romántico. Comedia romántica
Guion: Celine Song
Música: Daniel Pemberton
Fotografía: Shabier Kirchner
Reparto: Dakota Johnson, Chris Evans, Pedro Pascal
Dirección: Celine Song
La directora Celine Song escribe y dirige su segundo largometraje tras el reconocido “Vidas Pasadas”. Siguiendo un estilo similar, que mezcla intimidad y reflexión, Song se introduce en el mercado de las citas, un ámbito cubierto por un sinnúmero de aplicaciones, pero que también tiene espacio para exclusivas y personalizadas atenciones.
El encuadre funciona muy bien, porque entre el dinero y el lujo se mueve gran parte de la clientela que Lucy debe atender. La fiesta de matrimonio del comienzo es un ejemplo concreto y además un excelente escenario para mostrar la influencia que pueden tener las expectativas en el éxito o fracaso de una relación amorosa.
Unas breves imágenes de Lucy y John como novios, que evidencian sus diferencias y aspiraciones, entregan un barniz sobre las razones que quebraron su relación. Pero no solo eso, también marcan claramente el presente de ambos: ella, soltera y sin ánimo de emparejarse; él, aún sosteniendo, con muchas dificultades económicas, su sueño de ser actor.
En el presente, el interés de Harry por Lucy parece genuino. Qué mejor partido para ella, con dinero suficiente, un departamento soñado de seis millones de dólares en un exclusivo sector de Manhattan y dispuesto a complacerla en lo que ella siempre ha soñado. ¿Match perfecto o solo ensoñación?
Avanza el metraje y Celine Song incorpora otros elementos. En ella surgen dudas laborales debido a un incidente con una clienta y la pareja contactada, en contraste con la oportunidad amorosa que está iniciando. Emerge un conflicto interno en Lucy, lleno de tensiones complejas. ¿Qué razón de ser tiene su trabajo? Claramente no se encuentra en su mejor momento. Sus colegas consiguen éxitos y ahora es ella la que tiene un difícil periodo laboral. El problema de Sophie, su clienta, es bastante serio y aquello la desestabiliza desnudando totalmente sus vulnerabilidades. Pero con Harry todo parece ir viento en popa. ¿O no?
La película se sacude la modorra y avanza hacia lo esencial. Retoma el rumbo y plantea preguntas cruciales: ¿matrimonio por amor o solo negocio? Dudas importantes, porque en rigor el casarse es un contrato entre dos partes, muchas veces independiente de las razones que involucre interna y externamente. La reflexión de fondo se esboza lo suficiente para no cerrar la discusión y dejar abierto el debate, sin olvidar que esta es una comedia romántica y no un ensayo sobre las emociones.
El guion de la realizadora está bien arropado por sus capas estéticas que esconden, en su interior, valores fundamentales. En rigor, “Materialistas”, su título original, es una historia que habla de soledad, de expectativas, de protección y de confianzas. Song deja pronto al descubierto la intimidad de sus protagonistas, rasgos que cobran importancia con actuaciones naturales y convincentes del trío principal. Dakota Johnson, Chris Evans y Pedro Pascal se complementan y cada uno tiene un espacio reservado sin competir por destacar ni opacar al otro. Todo fluye en un metraje cuya conclusión puede inclinarse hacia cualquiera de las opciones que ofrece la trama.
¿Cómo se resuelve la historia? ¿Qué sucederá con Lucy, John y Harry? Aún, a diez minutos del final podemos sospecharlo pero no asegurarlo, y aquello es, en gran parte, mérito de la dirección.
“Amores Materialistas”: casi dos horas para un romance que posee más fondo de lo que aparenta. La anterior, “Vidas Pasadas”, dejó la vara alta, pero a esta nueva propuesta bien vale la pena darle una oportunidad.
Ficha técnica
Título original: Materialists
Año: 2025
Duración: 109 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: A24, Killer Films, 2AM. Distribuidora: A24
Género: Romance. Drama. Comedia | Drama romántico. Comedia romántica
Guion: Celine Song
Música: Daniel Pemberton
Fotografía: Shabier Kirchner
Reparto: Dakota Johnson, Chris Evans, Pedro Pascal
Dirección: Celine Song
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