lunes, 5 de marzo de 2007

Cine de verano

Algunas letras con mi visión sobre estas películas del verano

Cartas desde Iwo Jima

Esta segunda entrega de Eatswood es una película más íntima, si cabe este término en la cinta. La versión de los hechos mirada desde la visión de los japoneses que defendían la isla, añade una perspectiva mucho más humana y desoladora de la guerra. Dos militares con estudios en USA dan un marco antibélico que es imposible de sobrellevar por los acontecimientos y la destrucción que plantea la inevitable invasión.

Los errores tácticos - defender la playa o bien defender desde refugios - dan cuenta de la desesperación en que estaban los japoneses ante la inminente llegada de las tropas aliadas.

La película deja un sabor triste, una vez más señala lo ilógico de la guerra, destaca los sentimientos humanos más nobles e instintivos - como el abortar o desertar por tener ilusiones mayores - y también da cuenta del honor de la inmolación como recurso final ante lo inevitable.

Niños del hombre

A simple vista una trama muy particular. La no existencia de nuevos embarazos hace que la persona más joven de la tierra - con algo más de 17 años - muera agredido. Esto da pie a una cinta que plantea lo peor del futuro - es decir estamos igual que ahora, pero con agravantes mayores, destrucción, guerra, inmigración incontenida, defensa de las tierras y posesiones, etc... - con personajes algo alienados y sin saber que hacer. El descubrimiento de un embarazo de una niña, y la protección de ella hace el centro de la película. Refugiarse de todo, incluso de los protectores, se transforma en el fin. Escapar, un barco que los salvará, detona una seguidilla de pasos cada vez más angustiantes.

Sin duda lo más conmovedor del film es la detención del mundo al paso de esta niña - en el edificio bombardeado y defendido - por entre los militares, paramilitares y refugiados. Algo que resulta increible, dentro de un mundo totalmente enloquecido.

Diamante de sangre

La lucha por la sobrevivencia, podría ser el título alternativo de esta película. Por un lado la esclavitud de los trabajadores que buscan los diamantes, obligados y sometidos por sus tiranos jefes, y por otro los traficantes de estos preciados bienes, quienes deben sobrevivir en un mundo lleno de corrupción y de tensión permenante entre el poder y la guerrilla.

Di Caprio actúa de manera muy convincente, con un acento especial en un duro inglés, como un traficante que hará lo imposible por recuperar un diamante del que escucha hablar que sería de dimensiones extra normales.

La película transita por los conflictos sociales y culturales del lugar y entre contactos, engaños y salidas, da cuenta de una realidad cruda, verdadera y conducente a la mantención de los parámetros normales: los conflictos permanentes.

Historia aparte es la destrucción de las aldeas, el secuestro de niños para entrenamientos para-militares y todo ese mundo lúgubre del lavado de cerebro y la forma de iniciar desde muy jóvenes el cambio de principios producto del poder de las armas.

El último Rey de Escocia

Basado en una historia real, lo sobresaliente, sin duda , es la interpretación de Idi Amin por parte de Withtaker - ganador de un Oscar por el papel - quien de manera muy suelta y ágil da cuenta de uno de los mayores dictadores de la historia.

Bajo al cruda realidad de un país pobrísimo pero con grandes esperanzas, se produce una gran diferencia entre la ciudad principal - y la opulencia de sus gobernantes - y las condiciones paupérrimas en que vive el pueblo, sometido y mantenido al margen por la autoridad.

Contada bajo los ojos de un poco creíble colaborador cercano a Idi Amin, la película nos da la perspectiva de las buenas intenciones derribadas tal vez por la ambición o tal vez por las propias circunstancias. Quizá ya no hay vuelta atrás para ninguno de los principios iniciales. Probablemente es una cadena de hechos imparables: violaciones a los derechos humanos por doquier, defensa corporativa ante mínimas sospechas, una realidad tergiversada por los hechos y la prensa.

La película sólo se mantiene en la soberbia actuación de Withtaker, aportando una visión muy marcada de la realidad de la Uganda de los 70`

En busca de la felicidad

Esta historia verdadera conmueve de comienzo a fin. La sensación de injusticia, falta de oportunidades, desolación y amargura frente a un mundo hostil hace que se apele a lo más profundo del amor propio para revertir el destino que pareciera arrastrar al protagonista hacia un despeñadero infernal.

Con fuerza de voluntad - y mucho más que eso, tal vez con una resiliencia inusual - el protagonista lucha, creativamente, contra, literalmente, todo. Si algo puede ser malo, es doblemente malo. El abuso de confianza es tal, que pasa por encima en todo momento.

Tal vez hubiésemos querido gozar un poco más el exiguo final presentado. Aquella redención del "todo es posible con esfuerzo", aquello que sólo queda relegado a los créditos finales.

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