La narración es en primera persona. Austin LeRette -Jacob Laval-, cuenta su propia historia comenzando en una noche de Año Nuevo, una noche en la que, según sus palabras, todo se rompe y puede ser para bien o para mal. ¿Será tan así? Veamos.
Sin saber lo que sucede finalmente esa noche, el relato de Austin nos remonta a sus padres, al momento en que se conocieron, flirtearon y se enamoraron. Luego vino el embarazo, con serias dudas por parte de Scott -Zachary Levi- y no pocas de Teresa -Meghann Fahy-.
Austin ha sido frágil desde su nacimiento y lo más visible, o más bien palpable, son sus fracturas. Comienzan con tres costillas dañadas en el parto y luego sigue una larga lista que incluye los más variados huesos de su cuerpo. ¿La razón? Padece la enfermedad “huesos de cristal” -al igual que su madre-, pero en un grado bastante más severo.
“AuzMan”, el diminutivo que usan para referirse a él en su familia, sigue su proceso de crecimiento. Incluso, al hogar llega un hermanito, Logan, pero su debilidad congénita aumenta sin dar tregua, al tiempo que se revela otra condición desconocida y compleja. Austin es un niño dentro del espectro autista, lo que dificulta su comunicación con el resto de las personas, y no precisamente por largos silencios o aislamientos. No, Austin es tremendamente verborreico y parece que no tiene filtro.
Con guion y dirección de Jon Gunn, esta cinta intenta retratar una condición que no resulta sencilla de explicar. Acompañar a un niño autista es muy complejo, tiene altos y bajos y es muy difícil de sobrellevar para el entorno más cercano. Todo está en contra, se desborda; es demasiado, arrecian las dudas y cuestionamientos. El peso sobre los hombros de ambos padres parece insoportable. La vida es así, pero, ¿es realmente vida?
Cuando se mudan a un nuevo hogar debido a problemas financieros insostenibles, pareciera que estamos ante una nueva oportunidad, un nuevo comienzo. ¡Qué mejor que el Día de Acción de Gracias! Hogar dulce hogar. Pero, ¿qué sucede con la escuela? Allí existen problemas mayores, enormes, insalvables tal vez. ¿Qué hacer? Todo se sale de control. Se requiere intervención médica, control psiquiátrico. La crisis es mayor.
Debemos esperar una hora y quince minutos para volver al comienzo, para retornar a esa famosa noche, esa noche. Parece bastante tiempo, pero ya estamos sumergidos en un tema que atrapa todos nuestros sentidos. El punto de inflexión es un quiebre final, el momento de tocar fondo, porque no hay espacio para caer más allá. Solo queda levantarse, si es posible, reconstruirse, buscar la resiliencia en cada pequeña luz de esperanza. Scott transita todo ese camino pedregoso y efectivamente parece no encontrar la salida.
“The Unbreakable Boy” apela a la emoción para contarnos una historia que se siente cercana. Las actuaciones ayudan a pesar de no ser del todo trascendentes. Zachary Levi hace su mayor esfuerzo para liberarse de papeles anteriores, algo que consigue pero solo en parte. Meghann Fahy, por su lado, logra mostrarse como una madre abrumada por las circunstancias, no obstante en varios momentos queda en deuda en tonos más sensibles respecto al pequeño Austin. Quien sí se roba todas las miradas y el protagonismo es Jacob Laval en el rol principal. Su simpatía es natural y también lo es su marcada obsesión, dos caras de una misma moneda que es capaz de manejar adecuadamente en su personaje. Jacob lo hace muy bien. Dosifica cada una de las instancias para cumplir un rol articulador a lo largo de todo el relato.
A modo de conclusión, me quedo con la sensibilidad, la comprensión y la delicadeza de un niño que inunda cada ambiente en el que le toca estar. Comprender las diferencias y disfrutar tal como lo hace él, se transforma en un nuevo desafío. ¿Cómo? No es fácil. Tal vez cambiando la óptica, vale decir, modificando completamente los paradigmas. Si al comienzo se trata de entender esta condición para poder arreglarla, el camino es totalmente diferente y no existe un manual. Y eso, sin duda, es lo más difícil.
Ficha técnica
Título original: The Unbreakable Boy
Año: 2025
Duración: 109 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Kingdom Story Company, Lionsgate
Género: Drama | Infancia. Enfermedad. Autismo / Asperger
Guion: Jon Gunn
Música: Pancho Burgos-Goizueta
Fotografía: Kristopher Kimlin
Reparto: Zachary Levi, Meghann Fahy, Peter Facinelli, Drew Powell, Gavin Warren, Patricia Heaton, Amy Acker, Kevin Downes
Dirección: Jon Gunn
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