Andrés Wood filma bien, no cabe duda. Hay una naturalidad inherente y visible en cada uno de sus personajes. El relato fluye sin contratiempos y las cámaras, siempre muy bien ubicadas, nos dan una perspectiva abierta de lo que sucede en pantalla.
En esta entrega, podríamos leer de buenas a primeras que estamos en presencia de una película llena de los lugares más comunes del Santiago del Siglo XXI. Transantiago, tacos, esquinas en proceso de demolición y construcción, convivencia de pobreza y riqueza, altos y bajos estratos, etc... Lugares comunes que dejan de serlo cuando se muestran desde los sentimientos de cada uno de los protagonistas de esta gran historia entrelazada.
Teresa (Aline Kupenheim) es una una sicóloga que trabaja con prostitutas en la labor de protegerlas de enfermedades; Edmundo (Roberto Farías) es un peluquero que a los 40 años vive aún con su madre y no define su vida; Mario (Eduardo Paxeco) es un excelente clarinetista que quiere entrar a la Filarmónica, y Patricia (Paula Sotelo) es una madre soltera que sobrevive, enferma, con su hijo pequeño. Las historias se enlazan pero no se relacionan. Cada una sigue su tenor dramático y da paso a la siguiente en un relato que se muestra ágil y comprometido.
El análisis más interesante está, bajo mi punto de vista, en la forma de mostrar los sentimientos de los personajes y sus proyectos de vida.
Por un lado el embarazo de Paula ( Manuela Martelli ) cambia por completo la apreciación de vida de Teresa, su madre, su relación con el mundo, con su trabajo, con su ex marido Jorge ( Alfredo Castro ), con el mundo que la rodea. La tristeza y soledad que experimenta conmueve, y su impotencia de no saber que hacer la inquieta permanentemente.
Edmundo se debate entre su trabajo de peluquero, sus conquistas esporádicas y su deseo de tener un auto. La contradicción que despierta en él la necesidad de mantener la sepultura de su padre detona sus sentimientos más profundos y le hace replantear su vida completamente.
Mario, un músico de excelente condiciones se frustra al no poder ingresar a la Filarmónica y debe optar por el Orfeón de Carabineros para poder subsistir. Ese fracaso patente, luego de estudios en el extranjero dejados de lado sin razón aparente, le provocan una tristeza y soledad incomprendida, que ni siquiera sus nuevos amigos son capaces de ayudarle a sobrellevar.
Finalmente Patricia, el personaje más profundo, de la pobreza más extrema y de la soledad más intensa, estando enferma grave, no sabe que hacer con su hijo para poder tratarse su mal y deambula para conseguir algo que comer y alimentar a su hijo.
De estas cuatro historias emana una humanidad profunda. Un retrato del Chile medio actual, lleno de cotidianidad y de frustración por caminos a medio seguir o por historias de fracasos importantes.
Un relato conmovedor, fuerte, directo, a veces oscuro, pero lleno de vida y de lucha. Un film del que se desprende la ironía de su título, escrito por Paula, sin saber donde está aquella "Buena Vida"
Ficha Técnica
Título original: La Buena Vida
Distribuidor: Wood
Género: Drama
Origen: Chile
Año: 2007
Duración: 98 Min.
Censura: 14
Director: Andres Wood
Elenco: Alinne Kupenhein, Manuela Martelli, Eduardo Paxeco, Roberto Farias, Manuela Oyarzún, Paula Sotelo, Nestor Corona, Daniel Antivilo, Alfredo Castro.
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