“De Paganini a Los Ángeles Negros”
El reconocimiento de la mejor longaniza. ¡Qué difícil! Cuando todas son tan buenas, en especial las de la zona centro sur de Chile, entorno al Río Ñuble que separa naturalmente San Carlos de Chillán, la capital regional. Reconozco que en mi inconsciente tengo incorporado que las longanizas emblemáticas son de Chillán, por lo que esta película me aporta algo que no estaba en mis libros. Vamos al lío.
La historia que presenta “Denominación de Origen” gira en torno a la cruzada por lograr el reconocimiento de producir la “Mejor longaniza de Chile”. Se trata de cuatro personas decididas a dar la pelea y recuperar el título que Chillán les ha quitado. El surgimiento de un movimiento social (MSPLSC) por la causa, más una serie de aventuras y desventuras, constituyen el foco de un trabajo que tiene formato de documental pero es una ficción inspirada en un hecho real: un concurso en que ganó el producto elaborado por el CET (Centro de Estudio y Trabajo de Gendarmería de Chile) de San Carlos, cuyo premio les fue arrebatado debido a una cláusula especial en la letra chica de las bases.
Tomás Alzamora Muñoz, nacido en San Carlos en el año 1989, filma un guion de su autoría, junto a Javier Salinas, utilizando actores no profesionales de la zona. Luego de un casting masivo, los seleccionados son parte de una construcción que va paso a paso, escena por escena, ensayo tras ensayo, sin que necesariamente los participantes accedan al guion completo. Este formato abre las posibilidades de improvisación y añade ese toque de registro “documental” ya que, en palabras de Alzamora, “estos elencos ciudadanos superan cualquier cosa que pueda imaginar como guionista”.
Ligera y con humor constante, pero aún así abordando temas de fondo, la cinta se enfoca en la centralización, las dificultades del desarrollo fuera de la capital de Chile y también en un modelo que se repite a nivel regional. Es cierto que las risas abundan pero también hay momentos para el abatimiento y la reflexión. Las comunidades y su capacidad de organización, sumado a la presencia de líderes naturales, chocan de frente con las precariedades cotidianas, la ausencia de financiamiento, y la dificultad de encarar los problemas comunes como un grupo cohesionado y no como satélites personales e individualistas.
Interesante trabajo de Tomás Alzamora Muñoz. Con un claro arco narrativo y un buen uso del ritmo, “Denominación de Origen” fluye bien y casi no se notan sus 86 minutos de duración. Es cierto que hay muchas caricaturas y que a un espectador desprevenido el formato podría causarle alguna confusión entre realidad y ficción, pero estos no son temas que afecten el desarrollo de la película. Al contrario, se siente fresca y natural, y ese es un mérito indudable.
Atención a la banda sonora, que justifica el título de estas líneas y podría resumirse así: Del “Capricho No. 1” a “Y Volveré”.
Ficha Técnica
Título: Denominación de origen
Año: 2024
País: Chile
Duración: 86 minutos
Guion: Tomás Alzamora Muñoz, Javier Salinas
Casa productora: Equeco
Distribuidora: Storyboard Media
Producción: Pablo Calisto
Dirección de fotografía: Sergio Armstrong
Montaje: Valeria Hernández, Nicolás Venegas, Tomás Alzamora Muñoz
Dirección de arte: Nicolás Oyarce
Sonido: Peter Rosenthal
Música: Martín Schlotfeldt
Elenco: Luisa Maraboli, Exequías Inostroza, Roberto Betancourt, Alexis Marín
Dirección: Tomás Alzamora Muñoz
lunes, 28 de abril de 2025
viernes, 25 de abril de 2025
El Contador 2
La secuencia inicial es trepidante. La acción no se detiene. La interrogante, además, es mayúscula. ¿Quién se reunió con Ray King -J. K. Simmons-, el director del FinCEN del Departamento del Tesoro? ¿Quién es esa mujer desconocida que sale del lugar con la tranquilidad de estar como en el living de su casa?
Ya conocemos al protagonista, Christian Wolff -Ben Affleck-, desde la película original del año 2016. Wolff es especial, qué duda cabe, y sus características autistas se han agudizado con los años. No solo es un genio matemático, también es metódico en extremo, al punto de inmiscuirse en un sitio de citas, comprender el algoritmo, crear un perfil particular y conseguir una larga fila de potenciales interesadas. Pero ese preludio queda solo como anécdota.
El punto de fondo comienza cuando Marybeth Medina -Cynthia Addai-Robinson-, subdirectora del Tesoro de Estados Unidos, necesita ayuda. Su jefe -Ray King- ha sido asesinado y una inscripción en su brazo que dice “encontrar al contable”. Por eso llega a Wolff, porque tal vez es la única persona capaz de resolver un caso que se presenta no solo complejo, sino también tremendamente peligroso.
Existe una foto de una familia, tres inmigrantes con paradero desconocido. Parece ser la única pista, por lo que es necesario aumentar los recursos. Fuera del notable apoyo logístico con el que cuenta nuestro protagonista, Wolff decide llamar a su hermano Braxton -Jon Bernthal-, a quien no ve hace muchos años. Está al otro lado del mundo, sin embargo acepta la convocatoria, aunque no de muy buena gana. Mal que mal es familia, y si Christian lo convoca, algo grande debe ser. Lo que viene a continuación es acción y más acción, con algunas pausas para tomar un poco de aire. Es lo que queremos y es lo que esperamos; no defrauda en absoluto.
Muy bien el director Gavin O'Connor en esta segunda entrega. Como conocemos los secretos del protagonista, las sorpresas ya no pueden radicar en ello. Eso implica un cambio de foco pero no así de rumbo, porque la gracia del personaje creado por Bill Dubuque es la personalidad que posee Christian Wolff y, obviamente, sus notables habilidades. El humor no falta en las secuencias y hasta existe una mención a la “Brigada Lautaro”, de Chile, que arranca varias risas en la audiencia.
Volviendo a la trama, la reconstrucción del caso es lo primordial. El análisis, los detalles, la unión de piezas y la resolución de un verdadero rompecabezas es el eje central del relato. ¿Cómo lograrlo? Con método, la especialidad de Wolff, aunque no se trate de acciones convencionales y que están al filo de la ley (o definitivamente fuera).
Sigamos con los personajes. La asistente de Christian es alucinante. “Siri” o “Alexa” no le llegan ni a los talones. Parece más un robot o un GPT, no un humano, pero no lo sabemos. Lo intuimos, claro, pero constituye una ventana abierta para un posible desarrollo posterior. La tecnología es abrumadora. Uso y abuso, tal vez, pero es increíble la cantidad de herramientas a disposición, lo que entrega algunas luces de las infinitas posibilidades que se crean cuando coincide el talento con el dinero para elaborar lo que sea necesario.
Aparte de la parafernalia y las consistentes dosis de adrenalina que entrega la película, no se puede soslayar su tema de fondo: los migrantes, el aprovechamiento de su vulnerabilidad y todo el negociado inhumano que podría existir tras ello. Hay un énfasis y una denuncia y resulta interesante; otra manera de poner sobre la mesa un tema que aumenta en cantidad y complejidad. Por otra parte, la cinta profundiza la relación de los dos hermanos. ¡Qué distintos! El perfil de Braxton parece ser inverso al de Christian, pero a fin de cuentas no resultan ser tan distintos. Letales los dos, las caricaturas de cada uno destacan sus diferencias, dos personajes que pareciendo agua y aceite, logran complementarse gracias a un objetivo común. ¡Muy buena química de Affleck con Bernthal, da gusto verlos!
“The Accountant 2” y su arrolladora secuencia final no deja puntada sin hilo. Si fuimos desenredando la historia con el correr de sus 124 minutos, al final quedamos exhaustos pero agradecidos no solo por presenciar una buena película de acción, sino también por observar el desarrollo de una secuela que mantiene, e incluso supera a su predecesora. Se suele decir que segundas partes no son buenas, pero este no es el caso. Ya lo anunciábamos, allá por el 2016 con su final abierto: ¿más historias, una saga, una serie? Ahora queda más claro aún, porque tal vez tengamos más “contadores”. Solo debemos esperar, porque de que hay material, hay material.
Ficha técnica
Título original: The Accountant 2
Año: 2025
Duración: 124 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: 51 Entertainment, Artists Equity, Warner Bros., Zero Gravity Management. Distribuidora: Warner Bros.
Género: Thriller. Drama. Acción | Secuela. Crimen. Matemáticas. Autismo / Asperger
Guion: Bill Dubuque. Personajes: Bill Dubuque
Fotografía: Seamus McGarvey
Reparto: Ben Affleck, Jon Bernthal, Cynthia Addai-Robinson, Daniella Pineda, J. K. Simmons
Dirección: Gavin O'Connor
Ya conocemos al protagonista, Christian Wolff -Ben Affleck-, desde la película original del año 2016. Wolff es especial, qué duda cabe, y sus características autistas se han agudizado con los años. No solo es un genio matemático, también es metódico en extremo, al punto de inmiscuirse en un sitio de citas, comprender el algoritmo, crear un perfil particular y conseguir una larga fila de potenciales interesadas. Pero ese preludio queda solo como anécdota.
El punto de fondo comienza cuando Marybeth Medina -Cynthia Addai-Robinson-, subdirectora del Tesoro de Estados Unidos, necesita ayuda. Su jefe -Ray King- ha sido asesinado y una inscripción en su brazo que dice “encontrar al contable”. Por eso llega a Wolff, porque tal vez es la única persona capaz de resolver un caso que se presenta no solo complejo, sino también tremendamente peligroso.
Existe una foto de una familia, tres inmigrantes con paradero desconocido. Parece ser la única pista, por lo que es necesario aumentar los recursos. Fuera del notable apoyo logístico con el que cuenta nuestro protagonista, Wolff decide llamar a su hermano Braxton -Jon Bernthal-, a quien no ve hace muchos años. Está al otro lado del mundo, sin embargo acepta la convocatoria, aunque no de muy buena gana. Mal que mal es familia, y si Christian lo convoca, algo grande debe ser. Lo que viene a continuación es acción y más acción, con algunas pausas para tomar un poco de aire. Es lo que queremos y es lo que esperamos; no defrauda en absoluto.
Muy bien el director Gavin O'Connor en esta segunda entrega. Como conocemos los secretos del protagonista, las sorpresas ya no pueden radicar en ello. Eso implica un cambio de foco pero no así de rumbo, porque la gracia del personaje creado por Bill Dubuque es la personalidad que posee Christian Wolff y, obviamente, sus notables habilidades. El humor no falta en las secuencias y hasta existe una mención a la “Brigada Lautaro”, de Chile, que arranca varias risas en la audiencia.
Volviendo a la trama, la reconstrucción del caso es lo primordial. El análisis, los detalles, la unión de piezas y la resolución de un verdadero rompecabezas es el eje central del relato. ¿Cómo lograrlo? Con método, la especialidad de Wolff, aunque no se trate de acciones convencionales y que están al filo de la ley (o definitivamente fuera).
Sigamos con los personajes. La asistente de Christian es alucinante. “Siri” o “Alexa” no le llegan ni a los talones. Parece más un robot o un GPT, no un humano, pero no lo sabemos. Lo intuimos, claro, pero constituye una ventana abierta para un posible desarrollo posterior. La tecnología es abrumadora. Uso y abuso, tal vez, pero es increíble la cantidad de herramientas a disposición, lo que entrega algunas luces de las infinitas posibilidades que se crean cuando coincide el talento con el dinero para elaborar lo que sea necesario.
Aparte de la parafernalia y las consistentes dosis de adrenalina que entrega la película, no se puede soslayar su tema de fondo: los migrantes, el aprovechamiento de su vulnerabilidad y todo el negociado inhumano que podría existir tras ello. Hay un énfasis y una denuncia y resulta interesante; otra manera de poner sobre la mesa un tema que aumenta en cantidad y complejidad. Por otra parte, la cinta profundiza la relación de los dos hermanos. ¡Qué distintos! El perfil de Braxton parece ser inverso al de Christian, pero a fin de cuentas no resultan ser tan distintos. Letales los dos, las caricaturas de cada uno destacan sus diferencias, dos personajes que pareciendo agua y aceite, logran complementarse gracias a un objetivo común. ¡Muy buena química de Affleck con Bernthal, da gusto verlos!
“The Accountant 2” y su arrolladora secuencia final no deja puntada sin hilo. Si fuimos desenredando la historia con el correr de sus 124 minutos, al final quedamos exhaustos pero agradecidos no solo por presenciar una buena película de acción, sino también por observar el desarrollo de una secuela que mantiene, e incluso supera a su predecesora. Se suele decir que segundas partes no son buenas, pero este no es el caso. Ya lo anunciábamos, allá por el 2016 con su final abierto: ¿más historias, una saga, una serie? Ahora queda más claro aún, porque tal vez tengamos más “contadores”. Solo debemos esperar, porque de que hay material, hay material.
Ficha técnica
Título original: The Accountant 2
Año: 2025
Duración: 124 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: 51 Entertainment, Artists Equity, Warner Bros., Zero Gravity Management. Distribuidora: Warner Bros.
Género: Thriller. Drama. Acción | Secuela. Crimen. Matemáticas. Autismo / Asperger
Guion: Bill Dubuque. Personajes: Bill Dubuque
Fotografía: Seamus McGarvey
Reparto: Ben Affleck, Jon Bernthal, Cynthia Addai-Robinson, Daniella Pineda, J. K. Simmons
Dirección: Gavin O'Connor
lunes, 21 de abril de 2025
Pecadores
Desde una sencilla premisa, el productor, guionista y director Ryan Coogler construye una historia singular. Se trata de dos hermanos gemelos, Smoke y Stack, carismáticamente interpretados por Michael B. Jordan, quienes regresan a su pueblo natal provenientes de Chicago. Corre el año 1932 y ambos están cansados de sus vidas. Quieren dejar atrás un pasado que solo les ha traído problemas, con la esperanza de recuperar el tiempo perdido, gracias a la experiencia adquirida con los años.
Dinero tienen, eso no es inconveniente. Y la planificación está muy bien estructurada: reconvertirán un viejo aserradero en una cantina, en un lugar de encuentro que la comunidad necesita para liberarse de las ataduras de una época difícil e inestable. El tema es que, a la diferencia entre negros y blancos, cada vez más presente especialmente en el sur de Estados Unidos, se suma un problema adicional e inesperado que amenaza con destruir la tranquilidad del lugar y la vida de sus habitantes.
Lo primero que llama la atención de esta cinta es su nítida filmación. Verla en pantalla IMAX es un lujo, porque podemos apreciar la combinación de varias cámaras especiales que permiten alternar diferentes relaciones de aspecto a lo largo del metraje. La fotografía de Autumn Durald resalta pequeños detalles y además subraya, a través de diferentes encuadres, la belleza de una zona rural y las típicas construcciones norteamericanas de las primeras décadas del Siglo XX.
Podemos dividir la película en al menos tres partes estructurales. La primera, de unos 45 minutos, permite que conozcamos la historia a través de sus personajes. Las diferentes ramificaciones se presentan a medida que los gemelos van recolectando gente para que trabaje con ellos en la futura cantina. Destacan Sammie Moore -Miles Caton-, el primo menor, promisorio músico y cantante de blues; Delta Slim -Delroy Lindo-, virtuoso del piano y la armónica; y Annie -Wunmi Mosaku-, mujer fuerte e interés amoroso de uno de los hermanos.
En la segunda sección entran en escena los vampiros y la cinta decide fusionar estilos. Imágenes contemporáneas se intercalan durante la multitudinaria fiesta inaugural, componiendo metáforas para un ritual que poco a poco se quema y se desintegra. En esta parte sobresale la música compuesta por Ludwig Göransson, sobre todo gracias a sus variaciones y diferentes aportes al relato.
La última parada despliega todas los elementos narrativos. A la feroz batalla campal se le suman cruces de géneros y la sensación de que estamos dentro de una licuadora multitemática capaz de concentrar todo lo que hemos visto por separado anteriormente. Los continuos cambios de formato de pantalla se acrecientan y el ritmo vertiginoso no da tregua hasta el final.
“Sinners” es una propuesta diferente que no se compromete con un estilo particular. Es un thriller de terror con presencia sobrenatural, pero no deja de lado el drama y tampoco ese componente social esencial de los Estados Unidos de los años 30. Michael B. Jordan, en estado de gracia, hace un doble papel estupendo al lograr diferenciar sutilmente a los gemelos no solo con gestos, sino principalmente respecto a sus personalidades. El resto del elenco es sólido en sus actuaciones, brindando un soporte vital para que esta incursión del director Ryan Coogler resulte extraña y satisfactoria al mismo tiempo.
¡Ojo, no se vayan antes de los créditos porque hay dos escenas posteriores!
Ficha técnica
Título original: Sinners
Año: 2025
Duración: 137 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Proximity, Warner Bros.. Distribuidora: Warner Bros.
Género: Terror. Thriller. Drama | Sobrenatural. Vampiros
Guion: Ryan Coogler
Música: Ludwig Göransson
Fotografía: Autumn Durald
Reparto: Michael B. Jordan, Hailee Steinfeld, Miles Caton, Jack O'Connell, Wunmi Mosaku, Jayme Lawson, Omar Miller, Li Jun Li, Delroy Lindo
Dirección: Ryan Coogler
Dinero tienen, eso no es inconveniente. Y la planificación está muy bien estructurada: reconvertirán un viejo aserradero en una cantina, en un lugar de encuentro que la comunidad necesita para liberarse de las ataduras de una época difícil e inestable. El tema es que, a la diferencia entre negros y blancos, cada vez más presente especialmente en el sur de Estados Unidos, se suma un problema adicional e inesperado que amenaza con destruir la tranquilidad del lugar y la vida de sus habitantes.
Lo primero que llama la atención de esta cinta es su nítida filmación. Verla en pantalla IMAX es un lujo, porque podemos apreciar la combinación de varias cámaras especiales que permiten alternar diferentes relaciones de aspecto a lo largo del metraje. La fotografía de Autumn Durald resalta pequeños detalles y además subraya, a través de diferentes encuadres, la belleza de una zona rural y las típicas construcciones norteamericanas de las primeras décadas del Siglo XX.
Podemos dividir la película en al menos tres partes estructurales. La primera, de unos 45 minutos, permite que conozcamos la historia a través de sus personajes. Las diferentes ramificaciones se presentan a medida que los gemelos van recolectando gente para que trabaje con ellos en la futura cantina. Destacan Sammie Moore -Miles Caton-, el primo menor, promisorio músico y cantante de blues; Delta Slim -Delroy Lindo-, virtuoso del piano y la armónica; y Annie -Wunmi Mosaku-, mujer fuerte e interés amoroso de uno de los hermanos.
En la segunda sección entran en escena los vampiros y la cinta decide fusionar estilos. Imágenes contemporáneas se intercalan durante la multitudinaria fiesta inaugural, componiendo metáforas para un ritual que poco a poco se quema y se desintegra. En esta parte sobresale la música compuesta por Ludwig Göransson, sobre todo gracias a sus variaciones y diferentes aportes al relato.
La última parada despliega todas los elementos narrativos. A la feroz batalla campal se le suman cruces de géneros y la sensación de que estamos dentro de una licuadora multitemática capaz de concentrar todo lo que hemos visto por separado anteriormente. Los continuos cambios de formato de pantalla se acrecientan y el ritmo vertiginoso no da tregua hasta el final.
“Sinners” es una propuesta diferente que no se compromete con un estilo particular. Es un thriller de terror con presencia sobrenatural, pero no deja de lado el drama y tampoco ese componente social esencial de los Estados Unidos de los años 30. Michael B. Jordan, en estado de gracia, hace un doble papel estupendo al lograr diferenciar sutilmente a los gemelos no solo con gestos, sino principalmente respecto a sus personalidades. El resto del elenco es sólido en sus actuaciones, brindando un soporte vital para que esta incursión del director Ryan Coogler resulte extraña y satisfactoria al mismo tiempo.
¡Ojo, no se vayan antes de los créditos porque hay dos escenas posteriores!
Ficha técnica
Título original: Sinners
Año: 2025
Duración: 137 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Proximity, Warner Bros.. Distribuidora: Warner Bros.
Género: Terror. Thriller. Drama | Sobrenatural. Vampiros
Guion: Ryan Coogler
Música: Ludwig Göransson
Fotografía: Autumn Durald
Reparto: Michael B. Jordan, Hailee Steinfeld, Miles Caton, Jack O'Connell, Wunmi Mosaku, Jayme Lawson, Omar Miller, Li Jun Li, Delroy Lindo
Dirección: Ryan Coogler
domingo, 20 de abril de 2025
El Día en que la Tierra Explotó: una película de los Looney Tunes
Luego de un error en la fábrica de chicles desencadenado por un complot alienígena para controlar a la humanidad, Porky y Lucas se ven involucrados en el centro mismo del caos. Sin experiencia, sin plan y con muy poca tolerancia entre ellos, se convierten en los improbables héroes de una aventura intergaláctica cuya misión es salvar la Tierra… o al menos tratar de no destruirla más en el proceso.
Echábamos de menos a estos personajes luego de tantos años fuera de la programación habitual. Relegados a un nostálgico recuerdo, este regreso a la gran pantalla les devuelve el protagonismo que nunca debieron perder. Basadas en un humor tan especial como absurdo, es necesario mantener vivas estas caricaturas no como piezas de museo sino como lo que son: animaciones permanentes para los niños y un buen refresco para todos los adultos que llevamos un niño en nuestro interior.
Por sobre el caos y la comedia, esta vertiginosa película logra transmitir valores como la amistad, la perseverancia y lo importante que es aceptar las diferencias entre las personas. A través de los tropiezos de Porky y la locura de Lucas, podemos darnos cuenta de que no es necesario alcanzar la perfección para actuar con bondad, que los errores son naturales en los procesos de aprendizaje y que incluso los más inseguros pueden ser valientes cuando protegen lo que valoran.
Todos los mensajes anteriores, expresados entre risas y coloridas aventuras, resultan muy importantes para la formación emocional de los más pequeños, pues enseñan que los verdaderos héroes se nutren de la empatía, el trabajo en equipo y la decisión de no rendirse jamás.
Ficha técnica
Título original: The Day the Earth Blew Up: A Looney Tunes Movie
Año: 2024
Duración: 91 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Warner Bros. Animation. Distribuidora: Ketchup Entertainment
Género: Animación. Comedia. Ciencia ficción. Aventuras | Extraterrestres. Looney Tunes
Guion: Kevin Costello
Música: Joshua Moshier
Fotografía: Animación
Dirección: Peter Browngardt
Echábamos de menos a estos personajes luego de tantos años fuera de la programación habitual. Relegados a un nostálgico recuerdo, este regreso a la gran pantalla les devuelve el protagonismo que nunca debieron perder. Basadas en un humor tan especial como absurdo, es necesario mantener vivas estas caricaturas no como piezas de museo sino como lo que son: animaciones permanentes para los niños y un buen refresco para todos los adultos que llevamos un niño en nuestro interior.
Por sobre el caos y la comedia, esta vertiginosa película logra transmitir valores como la amistad, la perseverancia y lo importante que es aceptar las diferencias entre las personas. A través de los tropiezos de Porky y la locura de Lucas, podemos darnos cuenta de que no es necesario alcanzar la perfección para actuar con bondad, que los errores son naturales en los procesos de aprendizaje y que incluso los más inseguros pueden ser valientes cuando protegen lo que valoran.
Todos los mensajes anteriores, expresados entre risas y coloridas aventuras, resultan muy importantes para la formación emocional de los más pequeños, pues enseñan que los verdaderos héroes se nutren de la empatía, el trabajo en equipo y la decisión de no rendirse jamás.
Ficha técnica
Título original: The Day the Earth Blew Up: A Looney Tunes Movie
Año: 2024
Duración: 91 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Warner Bros. Animation. Distribuidora: Ketchup Entertainment
Género: Animación. Comedia. Ciencia ficción. Aventuras | Extraterrestres. Looney Tunes
Guion: Kevin Costello
Música: Joshua Moshier
Fotografía: Animación
Dirección: Peter Browngardt
sábado, 19 de abril de 2025
Drop: Amenaza Anónima
“Drop”, el título original de esta película, hace referencia al envío de información de un dispositivo electrónico a otro. Herramientas como las que entrega “AirDrop” en el ecosistema Apple, o “Drop”, una función asociada al navegador “Edge”, permiten que podamos recibir mensajes de un teléfono desconocido, si estamos dentro de un radio reducido y no tenemos configurados los parámetros de seguridad adecuados. ¿Qué tiene que ver con la película, entonces? Veamos.
Violet Gates -Meghann Fahy-, madre soltera y viuda, hace mucho que no tiene citas románticas; sin embargo, decide aceptar una invitación a comer por parte de Henry Campbell -Brandon Sklenar-, en lo que sería su primera incursión en un ámbito que estaba abandonado en su vida luego de la traumática experiencia vivida con su expareja. De hecho, la cinta comienza con un episodio muy violento y luego deriva al oficio de Violet, que consiste en ayudar a personas que han sido abusadas.
Apenas llega al restaurante, Violet comienza a recibir estas “gotas” de un desconocido. Por supuesto, las ignora al comienzo, pero la curiosidad la hace aceptar uno de los envíos y se da cuenta inmediatamente de que está en problemas. La cena con Henry no va bien porque ella no se despega de su teléfono. La excusa es que su hijo está a cargo de su hermana y eso la preocupa enormemente; sin embargo, el pánico de Violet radica en que el misterioso sujeto no solo la tiene totalmente vigilada a ella. También posee el control de su casa y, para dejarla tranquila, debe seguir paso a paso una serie de indicaciones que comprometen directamente a quien acaba de conocer.
El guion escrito por Jillian Jacobs y Christopher Roach acierta en al menos dos ámbitos esenciales. El primero es la dependencia que tenemos de los teléfonos celulares y la necesidad de estar conectados permanentemente. Es cierto, nos facilita enormemente la vida, pero también impone una barrera difícil de romper en ocasiones en que es necesario dejarlos a un lado o apagarlos, pues se requiere conexión personal directa. El segundo aspecto es que el argumento logra sostener la tensión por más de dos tercios del metraje usando muy pocos elementos y en un solo ambiente, es decir, usando solo el restaurante como escenario principal.
Meghann Fahy y Brandon Sklenar logran complementar sus papeles. Ella no esconde su inseguridad, pero quiere avanzar y vencer los miedos que la han perseguido en el último tiempo. Él, sensible y comprensivo, quiere darle espacio; sin embargo, percibe que algo no anda bien, aunque no es capaz de darse cuenta de la gravedad de la situación. Por cierto, hay más personas en la escena y todas son sospechosas. Nosotros mismos vamos pasando de uno a otro, tratando de descubrir quién es responsable del vil chantaje al que está siendo sometida la protagonista.
“Drop”, al que le sumaron “Amenaza Anónima” al título en español, es una película que funciona bien. El director Christopher Landon logra el propósito de traspasarnos el nerviosismo y la tensión con la que Violet enfrenta una situación límite que pone en peligro la vida de su hijo. Ella, aún entre la espada y la pared, no está dispuesta a todo y trata, en todo momento, de encontrar una salida que le permita recuperar el control de la situación. Aunque durante el desarrollo la película se alarga más de lo recomendable, los trepidantes minutos finales, que parecen sacados de otra cinta, entregan esa cuota de acción y adrenalina necesaria para cerrar correctamente un thriller que resulta más interesante de lo que parece.
Ficha técnica
Título original: Drop
Año: 2025
Duración: 100 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Blumhouse Productions, Platinum Dunes, Wild Atlantic Pictures. Distribuidora: Universal Pictures
Género: Thriller. Intriga. Terror
Guion: Jillian Jacobs, Christopher Roach
Música: Bear McCreary
Fotografía: Marc Spicer
Reparto: Meghann Fahy, Brandon Sklenar, Violett Beane, Jeffery Self
Dirección: Christopher Landon
Violet Gates -Meghann Fahy-, madre soltera y viuda, hace mucho que no tiene citas románticas; sin embargo, decide aceptar una invitación a comer por parte de Henry Campbell -Brandon Sklenar-, en lo que sería su primera incursión en un ámbito que estaba abandonado en su vida luego de la traumática experiencia vivida con su expareja. De hecho, la cinta comienza con un episodio muy violento y luego deriva al oficio de Violet, que consiste en ayudar a personas que han sido abusadas.
Apenas llega al restaurante, Violet comienza a recibir estas “gotas” de un desconocido. Por supuesto, las ignora al comienzo, pero la curiosidad la hace aceptar uno de los envíos y se da cuenta inmediatamente de que está en problemas. La cena con Henry no va bien porque ella no se despega de su teléfono. La excusa es que su hijo está a cargo de su hermana y eso la preocupa enormemente; sin embargo, el pánico de Violet radica en que el misterioso sujeto no solo la tiene totalmente vigilada a ella. También posee el control de su casa y, para dejarla tranquila, debe seguir paso a paso una serie de indicaciones que comprometen directamente a quien acaba de conocer.
El guion escrito por Jillian Jacobs y Christopher Roach acierta en al menos dos ámbitos esenciales. El primero es la dependencia que tenemos de los teléfonos celulares y la necesidad de estar conectados permanentemente. Es cierto, nos facilita enormemente la vida, pero también impone una barrera difícil de romper en ocasiones en que es necesario dejarlos a un lado o apagarlos, pues se requiere conexión personal directa. El segundo aspecto es que el argumento logra sostener la tensión por más de dos tercios del metraje usando muy pocos elementos y en un solo ambiente, es decir, usando solo el restaurante como escenario principal.
Meghann Fahy y Brandon Sklenar logran complementar sus papeles. Ella no esconde su inseguridad, pero quiere avanzar y vencer los miedos que la han perseguido en el último tiempo. Él, sensible y comprensivo, quiere darle espacio; sin embargo, percibe que algo no anda bien, aunque no es capaz de darse cuenta de la gravedad de la situación. Por cierto, hay más personas en la escena y todas son sospechosas. Nosotros mismos vamos pasando de uno a otro, tratando de descubrir quién es responsable del vil chantaje al que está siendo sometida la protagonista.
“Drop”, al que le sumaron “Amenaza Anónima” al título en español, es una película que funciona bien. El director Christopher Landon logra el propósito de traspasarnos el nerviosismo y la tensión con la que Violet enfrenta una situación límite que pone en peligro la vida de su hijo. Ella, aún entre la espada y la pared, no está dispuesta a todo y trata, en todo momento, de encontrar una salida que le permita recuperar el control de la situación. Aunque durante el desarrollo la película se alarga más de lo recomendable, los trepidantes minutos finales, que parecen sacados de otra cinta, entregan esa cuota de acción y adrenalina necesaria para cerrar correctamente un thriller que resulta más interesante de lo que parece.
Ficha técnica
Título original: Drop
Año: 2025
Duración: 100 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Blumhouse Productions, Platinum Dunes, Wild Atlantic Pictures. Distribuidora: Universal Pictures
Género: Thriller. Intriga. Terror
Guion: Jillian Jacobs, Christopher Roach
Música: Bear McCreary
Fotografía: Marc Spicer
Reparto: Meghann Fahy, Brandon Sklenar, Violett Beane, Jeffery Self
Dirección: Christopher Landon
jueves, 17 de abril de 2025
El Viejo Roble
“The Old Oak” es el nombre del último bar en funcionamiento en un pueblo del condado de Durham, en el noreste de Inglaterra. Tal como la “K” final de su cartel, que se resiste a mantenerse derecha, el lugar está siendo abandonado por sus habitantes debido al cierre de la actividad minera y la consiguiente falta de oportunidades. El pequeño pub se ha transformado en el refugio obligado de aquellos parroquianos mayores que añoran el pasado y ven con preocupación el futuro. Como hay muchas casas disponibles por el desalojo de la zona, para algunas personas eso significa la muerte en vida, pero, para otras, es un faro de esperanza confirmado por la masiva llegada de refugiados sirios.
Sabemos que la migración es uno de los fenómenos más complejos del mundo actual. La resistencia es enorme dentro de las comunidades y quienes deciden migrar tienen cada vez más dificultades para concretar sus anhelos. La película no se reduce a ello pero sin duda es el tema central del metraje. El guion de Paul Laverty lo introduce directamente, desde el primer minuto, con la llegada de un bus a la ciudad. Sin embargo, acto seguido sutilmente lo aleja, centrando la trama en las personas y en sus respectivas historias.
Tommy Joe "TJ" Ballantyne -Dave Turner-, es el dueño del bar, y Yara -Ebla Mari-, es la recién llegada a una casa de la zona. Yara viene junto a su familia, se dedica a la fotografía y nada más bajar del bus obtiene la peor recepción imaginable: le rompen su cámara. Allí está gran parte de su vida, pero no en fotografías ni tampoco en un aspecto material. Pronto sabremos que la máquina tiene una connotación más profunda que conlleva afectos, emociones y profundas raíces.
TJ es amistoso con Yara pero debe mantener distancia porque sus clientes están abiertamente en contra de los recién llegados. No obstante aquello, colabora con la joven reparando su cámara en un lugar especializado y con sus propios recursos. Un gesto de nobleza espontáneo y desinteresado que tendrá alcances inesperados.
Ken Loach, de 87 años al momento del estreno de este filme en el Festival de Cine de Cannes del año 2023, construye una historia que no presenta un conflicto central que conduzca a un punto de inflexión. Por el contrario, su estilo es progresar paralelamente con varios hilos narrativos complementarios, imprimiendo una tensión subterránea que siempre es perceptible en forma leve pero constante.
“El Viejo Roble” habla de comunidad, de resiliencia y de fraternidad. Cuando emerge la buena voluntad, todo obstáculo puede ser salvado porque la unión de las partes es mucho más fuerte que cualquier interés individual. ¿Se puede acoger y entregar nuevas oportunidades o el egoísmo termina por imponerse? Nadie dice que sea sencillo el tratamiento político y social de los migrantes. Cada caso es diferente y por supuesto, entre ellos, hay un mundo de diferencia, pero es un tema que hay que enfrentar sin prejuicios y decididamente.
“Pueblo chico, infierno grande”, reza el dicho y es muy cierto, pero ejemplos como los que nos muestra esta cinta, aunque sea una ficción, ennoblecen y refuerzan la naturaleza social del ser humano. ¡Enhorabuena!
Ficha técnica
Título original: The Old Oak
Año: 2023
Duración: 113 minutos
País: Reino Unido
Compañías: Coproducción Reino Unido-Francia; Sixteen Films, Why Not Productions. Distribuidora: Front Row Filmed Entertainment
Género: Drama | Racismo. Inmigración. Drama social
Guion: Paul Laverty
Música: George Fenton
Fotografía: Robbie Ryan
Reparto: Dave Turner, Ebla Mari, Claire Rodgerson, Trevor Fox
Dirección: Ken Loach
Sabemos que la migración es uno de los fenómenos más complejos del mundo actual. La resistencia es enorme dentro de las comunidades y quienes deciden migrar tienen cada vez más dificultades para concretar sus anhelos. La película no se reduce a ello pero sin duda es el tema central del metraje. El guion de Paul Laverty lo introduce directamente, desde el primer minuto, con la llegada de un bus a la ciudad. Sin embargo, acto seguido sutilmente lo aleja, centrando la trama en las personas y en sus respectivas historias.
Tommy Joe "TJ" Ballantyne -Dave Turner-, es el dueño del bar, y Yara -Ebla Mari-, es la recién llegada a una casa de la zona. Yara viene junto a su familia, se dedica a la fotografía y nada más bajar del bus obtiene la peor recepción imaginable: le rompen su cámara. Allí está gran parte de su vida, pero no en fotografías ni tampoco en un aspecto material. Pronto sabremos que la máquina tiene una connotación más profunda que conlleva afectos, emociones y profundas raíces.
TJ es amistoso con Yara pero debe mantener distancia porque sus clientes están abiertamente en contra de los recién llegados. No obstante aquello, colabora con la joven reparando su cámara en un lugar especializado y con sus propios recursos. Un gesto de nobleza espontáneo y desinteresado que tendrá alcances inesperados.
Ken Loach, de 87 años al momento del estreno de este filme en el Festival de Cine de Cannes del año 2023, construye una historia que no presenta un conflicto central que conduzca a un punto de inflexión. Por el contrario, su estilo es progresar paralelamente con varios hilos narrativos complementarios, imprimiendo una tensión subterránea que siempre es perceptible en forma leve pero constante.
“El Viejo Roble” habla de comunidad, de resiliencia y de fraternidad. Cuando emerge la buena voluntad, todo obstáculo puede ser salvado porque la unión de las partes es mucho más fuerte que cualquier interés individual. ¿Se puede acoger y entregar nuevas oportunidades o el egoísmo termina por imponerse? Nadie dice que sea sencillo el tratamiento político y social de los migrantes. Cada caso es diferente y por supuesto, entre ellos, hay un mundo de diferencia, pero es un tema que hay que enfrentar sin prejuicios y decididamente.
“Pueblo chico, infierno grande”, reza el dicho y es muy cierto, pero ejemplos como los que nos muestra esta cinta, aunque sea una ficción, ennoblecen y refuerzan la naturaleza social del ser humano. ¡Enhorabuena!
Ficha técnica
Título original: The Old Oak
Año: 2023
Duración: 113 minutos
País: Reino Unido
Compañías: Coproducción Reino Unido-Francia; Sixteen Films, Why Not Productions. Distribuidora: Front Row Filmed Entertainment
Género: Drama | Racismo. Inmigración. Drama social
Guion: Paul Laverty
Música: George Fenton
Fotografía: Robbie Ryan
Reparto: Dave Turner, Ebla Mari, Claire Rodgerson, Trevor Fox
Dirección: Ken Loach
miércoles, 16 de abril de 2025
Isla Negra
Preciosas imágenes de apertura. ¡Qué lindo lugar! Hermosas tomas de la playa con el mar bañando la costa y las olas rompiendo en la arena. Se respira la brisa marina. Todo es serenidad y calma.
Isla Negra es una localidad especial, un oasis en medio del litoral central de Chile. El acceso a la playa no es fácil; solo algunos sectores específicos lo permiten. En sus estrechas calles no se puede estacionar; solo se permite tránsito peatonal.
Volviendo al filme, es la música la que alerta que se romperá la paz del lugar. Es interesante, provoca un suspenso contenido, de esos que anticipan que algo va a suceder. Cerca de un roquerío se instalan tres personas, clavan una bandera; han decidido quedarse allí. Hasta ese momento, las imágenes solo son contemplativas, aunque el contraste queda inmediatamente de manifiesto, porque en la gran casa costera se encuentran dos adultos, Carmen -Paulina Urrutia-, y Guillermo -Alfredo Castro-, quienes disfrutan un romance de fin de semana, viviendo intensamente lo cotidiano; trote matinal, ducha, desayuno, cariño, amor, relajo…
El escenario cambia cuando las personas que estaban en la playa llegan a la casa a pedir ayuda. Marcela -Marcela Salinas-, Jacob -Gastón Salgado- y Miguel -José Soza-, no hacen más que remarcar las diferencias radicales que existen entre la vulnerabilidad exterior y la comodidad interior. Diferencias irreductibles, insalvables, que detonan el conflicto; no hay vuelta atrás.
El guionista y director Jorge Riquelme Serrano construye un drama político social desarrollado entre cuatro paredes pero con implicancias mayores. La rutina se representa bien y también el enfrentamiento verbal. La mezcla de las imágenes exteriores del lugar contrastan con las dificultades extremas que se viven en el interior.
Los estereotipos dominan la construcción de los personajes. Guillermo es el cuico, un tipo de una inmejorable situación económica que mira hacia abajo todo lo que le rodea. Es el dueño, el gerente, quien tiene la última palabra respecto a un proyecto inmobiliario que se construye muy cerca de la residencia. Carmen es su asistente y quien lidera la obra en terreno. Están juntos en esa casa, pero aquello es circunstancial. Guillermo es el patrón. Los demás, Carmen incluida, solo subalternos. Es extraña la relación que tienen ambos pero luego la entenderemos. Hay recelo, dudas, algo pasa con esta pareja. Guillermo es de temperamento variable, un carácter cambiante e irritable. Justamente en un pésimo momento, al medio de una fuerte discusión, se produce la llegada inoportuna de los visitantes. Son humildes pero firmes. Tienen una crisis, sí, pero la situación va mucho más allá.
El relato de Riquelme plantea una disyuntiva social y moral importante. La situación es incómoda e insostenible. Las descalificaciones abundan, las dudas, la culpa, el desagrado, la tensión y la violencia verbal -y también física-, aumentan progresivamente, sin embargo, el metraje se extiende sin una justificación clara.
Los diálogos son interesantes. Hay guion y también una cuota de improvisación. Es creíble, pero al mismo tiempo resulta un poco forzado. Por momentos, estamos ante una pieza teatral o una obra de cámara que reúne a los actores al interior de un pequeño espacio que logra ampliarse a través de las palabras.
Las demandas son explícitas. Tienen que ver con el arraigo, con el avance de las construcciones y con lo que estas arrasan en nombre del progreso, aparte de las sustantivas ganancias económicas. ¿La solucion? Devolver las tierras y compensar con dinero. ¿Es eso, o hay algo más?
La violencia sigue aumentando y las imágenes superpuestas dejan mucho más claras las diferentes capas que contiene la historia. Hay filtros que funcionan como cuestionamientos. No se visualiza la salida, tampoco la forma en que Riquelme concluirá la cinta.
“Isla Negra” es una obra cuya premisa resulta mucho más interesante que su desarrollo y foco conclusivo. Tal vez la intención de abarcar mucho le juega en contra. Al ritmo irregular, se suma la intermitencia narrativa. Parece que la temática se escurriera de las manos. El final, abrupto e improbable, no se corresponde con la construcción anterior. Algo falta, tal vez un mejor cierre, una conclusión más acorde con su alto nivel de producción.
Ficha técnica
Título original: Isla Negra
Año: 2024
Duración: 105 minutos
País: Chile
Compañías: Laberinto Films. Distribuidora: Laberinto Films
Género: Drama
Guion: Jorge Riquelme Serrano
Música: Miranda y Tobar
Fotografía: Sergio Armstrong
Reparto: Alfredo Castro, Paulina Urrutia, Marcela Salinas, Gastón Salgado, José Soza
Dirección: Jorge Riquelme Serrano
Isla Negra es una localidad especial, un oasis en medio del litoral central de Chile. El acceso a la playa no es fácil; solo algunos sectores específicos lo permiten. En sus estrechas calles no se puede estacionar; solo se permite tránsito peatonal.
Volviendo al filme, es la música la que alerta que se romperá la paz del lugar. Es interesante, provoca un suspenso contenido, de esos que anticipan que algo va a suceder. Cerca de un roquerío se instalan tres personas, clavan una bandera; han decidido quedarse allí. Hasta ese momento, las imágenes solo son contemplativas, aunque el contraste queda inmediatamente de manifiesto, porque en la gran casa costera se encuentran dos adultos, Carmen -Paulina Urrutia-, y Guillermo -Alfredo Castro-, quienes disfrutan un romance de fin de semana, viviendo intensamente lo cotidiano; trote matinal, ducha, desayuno, cariño, amor, relajo…
El escenario cambia cuando las personas que estaban en la playa llegan a la casa a pedir ayuda. Marcela -Marcela Salinas-, Jacob -Gastón Salgado- y Miguel -José Soza-, no hacen más que remarcar las diferencias radicales que existen entre la vulnerabilidad exterior y la comodidad interior. Diferencias irreductibles, insalvables, que detonan el conflicto; no hay vuelta atrás.
El guionista y director Jorge Riquelme Serrano construye un drama político social desarrollado entre cuatro paredes pero con implicancias mayores. La rutina se representa bien y también el enfrentamiento verbal. La mezcla de las imágenes exteriores del lugar contrastan con las dificultades extremas que se viven en el interior.
Los estereotipos dominan la construcción de los personajes. Guillermo es el cuico, un tipo de una inmejorable situación económica que mira hacia abajo todo lo que le rodea. Es el dueño, el gerente, quien tiene la última palabra respecto a un proyecto inmobiliario que se construye muy cerca de la residencia. Carmen es su asistente y quien lidera la obra en terreno. Están juntos en esa casa, pero aquello es circunstancial. Guillermo es el patrón. Los demás, Carmen incluida, solo subalternos. Es extraña la relación que tienen ambos pero luego la entenderemos. Hay recelo, dudas, algo pasa con esta pareja. Guillermo es de temperamento variable, un carácter cambiante e irritable. Justamente en un pésimo momento, al medio de una fuerte discusión, se produce la llegada inoportuna de los visitantes. Son humildes pero firmes. Tienen una crisis, sí, pero la situación va mucho más allá.
El relato de Riquelme plantea una disyuntiva social y moral importante. La situación es incómoda e insostenible. Las descalificaciones abundan, las dudas, la culpa, el desagrado, la tensión y la violencia verbal -y también física-, aumentan progresivamente, sin embargo, el metraje se extiende sin una justificación clara.
Los diálogos son interesantes. Hay guion y también una cuota de improvisación. Es creíble, pero al mismo tiempo resulta un poco forzado. Por momentos, estamos ante una pieza teatral o una obra de cámara que reúne a los actores al interior de un pequeño espacio que logra ampliarse a través de las palabras.
Las demandas son explícitas. Tienen que ver con el arraigo, con el avance de las construcciones y con lo que estas arrasan en nombre del progreso, aparte de las sustantivas ganancias económicas. ¿La solucion? Devolver las tierras y compensar con dinero. ¿Es eso, o hay algo más?
La violencia sigue aumentando y las imágenes superpuestas dejan mucho más claras las diferentes capas que contiene la historia. Hay filtros que funcionan como cuestionamientos. No se visualiza la salida, tampoco la forma en que Riquelme concluirá la cinta.
“Isla Negra” es una obra cuya premisa resulta mucho más interesante que su desarrollo y foco conclusivo. Tal vez la intención de abarcar mucho le juega en contra. Al ritmo irregular, se suma la intermitencia narrativa. Parece que la temática se escurriera de las manos. El final, abrupto e improbable, no se corresponde con la construcción anterior. Algo falta, tal vez un mejor cierre, una conclusión más acorde con su alto nivel de producción.
Ficha técnica
Título original: Isla Negra
Año: 2024
Duración: 105 minutos
País: Chile
Compañías: Laberinto Films. Distribuidora: Laberinto Films
Género: Drama
Guion: Jorge Riquelme Serrano
Música: Miranda y Tobar
Fotografía: Sergio Armstrong
Reparto: Alfredo Castro, Paulina Urrutia, Marcela Salinas, Gastón Salgado, José Soza
Dirección: Jorge Riquelme Serrano
lunes, 14 de abril de 2025
Tierras Perdidas
El mundo ha sido devastado. Los pocos sobrevivientes viven en una sola ciudad, un vestigio de lo que alguna vez fue la humanidad. La reina del lugar -Amara Okereke-, solo quiere encontrar la felicidad. Desesperada y ansiosa, le pide a la bruja Gray Alys -Milla Jovovich-, que vaya a las Tierras Perdidas y encuentre un poder mágico que transforme a una persona en hombre lobo. El viaje de Alys, una aventura acompañada de un cazador llamado Boyce -Dave Bautista-, no será fácil. Los peligros acechan, las criaturas y monstruos abundan y las consecuencias de cada acto pueden ser mortales. ¿Lograrán cumplir su misión?
Basada en el relato de George R. R. Martin, esta cinta dirigida por Paul W.S. Anderson se centra en un viaje lleno de persecuciones y enfrentamientos. La búsqueda es lo permanente, pero ¿tiene algún sentido? Con una estética de pocos colores, mayormente gamas cromáticas en sepia y grises, la película es oscura para retratar un inframundo muy bien representado por la construcción de entornos antinaturales. Las peleas parecen ser los ejes conductores, y las coreografías las muestran bien, aunque abusando de los efectos especiales y mucha cámara lenta a lo “Matrix”.
En cuanto al relato, todo se trata de poder. Hay una iglesia, o un culto, que destaca por su tiranía y opresión hacia un pueblo sometido. Los actos de rebeldía se pagan caro, pero la búsqueda de libertad conduce inexorablemente a una poderosa rebelión. Clásico, sin mayor novedad, salvo por una presentación estética que no resulta suficiente.
Ante una historia con escaso sustento, el fuerte debería centrarse en los personajes, pero tampoco sucede. Dave Bautista y Milla Jovovich se ven deslucidos en sus roles, rígidos, como si tuvieran una camisa de fuerza. La belleza de ella y la fortaleza de él no les basta para destacar, menos aún considerando que el guion avanza de forma insustancial, sin ritmo y con muy poca unidad.
Es verdad, “In the Lost Lands” no es mi estilo y, tal vez por eso, no me provoca mayor curiosidad. Pero una cosa es que a uno le guste o no, y otra diferente es que la propuesta logre ser interesante. Acá, como decía un buen amigo, no es lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. Enrevesado como lo lee, contradictorio y de suma cero. Sin embargo, usted puede tener una opinión radicalmente distinta a la mía porque así es el cine, subjetivo e interpretable.
Ficha técnica
Título original: In the Lost Lands
Año: 2025
Duración: 101 minutos
País: Alemania
Compañías: Coproducción Alemania-Estados Unidos; Constantin Film, Dream Bros. Entertainment, Rusalka Film
Género: Acción. Aventuras. Fantástico | Hombres lobo
Guion: Constantin Werner, Paul W.S. Anderson. Historia: George R.R. Martin
Música: Paul Haslinger
Fotografía: Glen MacPherson
Reparto: Dave Bautista, Milla Jovovich, Arly Jover
Dirección: Paul W.S. Anderson
Basada en el relato de George R. R. Martin, esta cinta dirigida por Paul W.S. Anderson se centra en un viaje lleno de persecuciones y enfrentamientos. La búsqueda es lo permanente, pero ¿tiene algún sentido? Con una estética de pocos colores, mayormente gamas cromáticas en sepia y grises, la película es oscura para retratar un inframundo muy bien representado por la construcción de entornos antinaturales. Las peleas parecen ser los ejes conductores, y las coreografías las muestran bien, aunque abusando de los efectos especiales y mucha cámara lenta a lo “Matrix”.
En cuanto al relato, todo se trata de poder. Hay una iglesia, o un culto, que destaca por su tiranía y opresión hacia un pueblo sometido. Los actos de rebeldía se pagan caro, pero la búsqueda de libertad conduce inexorablemente a una poderosa rebelión. Clásico, sin mayor novedad, salvo por una presentación estética que no resulta suficiente.
Ante una historia con escaso sustento, el fuerte debería centrarse en los personajes, pero tampoco sucede. Dave Bautista y Milla Jovovich se ven deslucidos en sus roles, rígidos, como si tuvieran una camisa de fuerza. La belleza de ella y la fortaleza de él no les basta para destacar, menos aún considerando que el guion avanza de forma insustancial, sin ritmo y con muy poca unidad.
Es verdad, “In the Lost Lands” no es mi estilo y, tal vez por eso, no me provoca mayor curiosidad. Pero una cosa es que a uno le guste o no, y otra diferente es que la propuesta logre ser interesante. Acá, como decía un buen amigo, no es lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. Enrevesado como lo lee, contradictorio y de suma cero. Sin embargo, usted puede tener una opinión radicalmente distinta a la mía porque así es el cine, subjetivo e interpretable.
Ficha técnica
Título original: In the Lost Lands
Año: 2025
Duración: 101 minutos
País: Alemania
Compañías: Coproducción Alemania-Estados Unidos; Constantin Film, Dream Bros. Entertainment, Rusalka Film
Género: Acción. Aventuras. Fantástico | Hombres lobo
Guion: Constantin Werner, Paul W.S. Anderson. Historia: George R.R. Martin
Música: Paul Haslinger
Fotografía: Glen MacPherson
Reparto: Dave Bautista, Milla Jovovich, Arly Jover
Dirección: Paul W.S. Anderson
viernes, 11 de abril de 2025
El Amateur: Operación Venganza
Charles Heller -Rami Malek-, vive tranquilo. Casado con Sarah Horowitz -Rachel Brosnahan-, disfruta la vida familiar en su casa en las afueras de Langley, Virginia. Su trabajo es sereno y metódico. En el interior de un profundo subterráneo, se encarga de descifrar complejos archivos codificados que son parte de la información más confidencial que posee su empleador, la CIA. Es tanta su obsesión que sigue intentando acceder a archivos que se resisten a ser revelados, hasta que descubre uno que podría ser solo la punta de un iceberg.
Cuando su esposa viaja a Londres por cinco días, se desata una tormenta. Un atentado terrorista termina con una toma de rehenes y una víctima fatal: Sarah. La situación es desconcertante. Charles logra reunir información y pruebas del crimen. Localiza a los autores e incluso sabe perfectamente quién de ellos apretó el gatillo. El círculo se cierra; sin embargo, su jefe no quiere que él avance en ninguna de las líneas investigativas, que abandone y les deje la tarea a ellos: los especialistas.
La decepción cubre al protagonista. Quiere que los autores del crimen de su mujer paguen, y caro. Una venganza con todas sus letras y en mayúscula. Convencido de que puede hacerlo por sus propios medios, pide ser entrenado como agente de campo. Se lo permiten, pero es una trampa; sin embargo, lo que sus superiores no intuyen es que Charles va mucho más adelantado que ellos en todo sentido.
Entretenida de principio a fin, “The Amateur” no juega con especulaciones. Por el contrario, desarrolla cada etapa en el tiempo justo. Esa característica le da ritmo y agilidad, porque siempre estamos en movimiento y además saltando de una ciudad a otra en cuestión de minutos.
Rami Malek, con una marcada aura de su emblemática “Mr. Robot”, encarna a un personaje especial, de pocas palabras, introvertido, pero brillante en su forma de razonar y ejecutar planes de acción. Podríamos decir que tiene los mismos rasgos, la misma cara, el mismo patrón, es verdad; sin embargo, Malek se las arregla para configurar a un protagonista creíble, sin habilidades especiales, pero que se convierte en un héroe espontáneo movido por el amor y su propio sentido de justicia.
Laurence Fishburne, Holt McCallany, Caitríona Balfe y Julianne Nicholson apuntan papeles secundarios con un buen desarrollo, pues, sin estar mucho tiempo expuestos, sabemos qué puntos calzan para aliviar la pesada carga del personaje principal, sobre quien recae la responsabilidad de sostener un relato de más de dos horas de duración.
James Hawes imprime buen ritmo a una cinta clásica de espionaje que se viste con elementos actuales y pone de relieve las responsabilidades y lealtades al interior de una agencia que debería tener la transparencia como política fundamental. Cuando una oveja se descarrila al interior de una organización y la corrupción es un verdadero caldo de cultivo, la solución no siempre viene de las altas esferas. A veces, y por motivos diferentes, hace falta que una persona anónima, una más dentro de toda la multitud, pueda destapar aquello que incluso a los más influyentes resulta vedado. El tema es que no necesariamente el fin justifica los medios, pero eso es tema para otro análisis.
“El Amateur: Operación Venganza” funciona y muy bien. Es todo lo que le pido a una película de este género para ver en pantalla gigante: buena fotografía, lugares diferentes, viajes, persecuciones, escenas de acción y hartas dosis de adrenalina. Rami Malek, también como productor, se las trae. ¿Quién nos dice que, en una de esas, no se aproxime una saga de Charlie Heller o algo así, habiendo tanto archivo por decodificar con encubrimientos al más alto nivel? Cualquier coincidencia con la realidad es nada más que eso. ¿Coincidencia?
Ficha técnica
Título original: The Amateur
Año: 2025
Duración: 123 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: 20th Century Studios, Fox 2000 Pictures, Hutch Parker Entertainment, Seed Productions. Distribuidora: 20th Century Studios
Género: Thriller. Acción | Venganza. Espionaje
Guion: Ken Nolan, Gary Spinelli. Novela: Robert Littell
Música: Volker Bertelmann
Fotografía: Martin Ruhe
Reparto: Rami Malek, Rachel Brosnahan, Caitríona Balfe, Jon Bernthal, Michael Stuhlbarg, Holt McCallany, Laurence Fishburne
Dirección: James Hawes
Cuando su esposa viaja a Londres por cinco días, se desata una tormenta. Un atentado terrorista termina con una toma de rehenes y una víctima fatal: Sarah. La situación es desconcertante. Charles logra reunir información y pruebas del crimen. Localiza a los autores e incluso sabe perfectamente quién de ellos apretó el gatillo. El círculo se cierra; sin embargo, su jefe no quiere que él avance en ninguna de las líneas investigativas, que abandone y les deje la tarea a ellos: los especialistas.
La decepción cubre al protagonista. Quiere que los autores del crimen de su mujer paguen, y caro. Una venganza con todas sus letras y en mayúscula. Convencido de que puede hacerlo por sus propios medios, pide ser entrenado como agente de campo. Se lo permiten, pero es una trampa; sin embargo, lo que sus superiores no intuyen es que Charles va mucho más adelantado que ellos en todo sentido.
Entretenida de principio a fin, “The Amateur” no juega con especulaciones. Por el contrario, desarrolla cada etapa en el tiempo justo. Esa característica le da ritmo y agilidad, porque siempre estamos en movimiento y además saltando de una ciudad a otra en cuestión de minutos.
Rami Malek, con una marcada aura de su emblemática “Mr. Robot”, encarna a un personaje especial, de pocas palabras, introvertido, pero brillante en su forma de razonar y ejecutar planes de acción. Podríamos decir que tiene los mismos rasgos, la misma cara, el mismo patrón, es verdad; sin embargo, Malek se las arregla para configurar a un protagonista creíble, sin habilidades especiales, pero que se convierte en un héroe espontáneo movido por el amor y su propio sentido de justicia.
Laurence Fishburne, Holt McCallany, Caitríona Balfe y Julianne Nicholson apuntan papeles secundarios con un buen desarrollo, pues, sin estar mucho tiempo expuestos, sabemos qué puntos calzan para aliviar la pesada carga del personaje principal, sobre quien recae la responsabilidad de sostener un relato de más de dos horas de duración.
James Hawes imprime buen ritmo a una cinta clásica de espionaje que se viste con elementos actuales y pone de relieve las responsabilidades y lealtades al interior de una agencia que debería tener la transparencia como política fundamental. Cuando una oveja se descarrila al interior de una organización y la corrupción es un verdadero caldo de cultivo, la solución no siempre viene de las altas esferas. A veces, y por motivos diferentes, hace falta que una persona anónima, una más dentro de toda la multitud, pueda destapar aquello que incluso a los más influyentes resulta vedado. El tema es que no necesariamente el fin justifica los medios, pero eso es tema para otro análisis.
“El Amateur: Operación Venganza” funciona y muy bien. Es todo lo que le pido a una película de este género para ver en pantalla gigante: buena fotografía, lugares diferentes, viajes, persecuciones, escenas de acción y hartas dosis de adrenalina. Rami Malek, también como productor, se las trae. ¿Quién nos dice que, en una de esas, no se aproxime una saga de Charlie Heller o algo así, habiendo tanto archivo por decodificar con encubrimientos al más alto nivel? Cualquier coincidencia con la realidad es nada más que eso. ¿Coincidencia?
Ficha técnica
Título original: The Amateur
Año: 2025
Duración: 123 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: 20th Century Studios, Fox 2000 Pictures, Hutch Parker Entertainment, Seed Productions. Distribuidora: 20th Century Studios
Género: Thriller. Acción | Venganza. Espionaje
Guion: Ken Nolan, Gary Spinelli. Novela: Robert Littell
Música: Volker Bertelmann
Fotografía: Martin Ruhe
Reparto: Rami Malek, Rachel Brosnahan, Caitríona Balfe, Jon Bernthal, Michael Stuhlbarg, Holt McCallany, Laurence Fishburne
Dirección: James Hawes
miércoles, 9 de abril de 2025
La Niña de mis Ojos
Basada en la novela semiautobiográfica del autor taiwanés Giddens Ko, esta película es un remake del filme taiwanés de 2011. La historia sigue a Jin-woo (Jung Jin-young), quien comparte con sus compañeros de clase la fascinación por Seon-ah (Dahyun), una joven atractiva que atrae la atención de todos.
Este trabajo retrata con precisión la adolescencia y sus altibajos. Situada en Corea del Sur, muestra la cultura juvenil y los contextos que rodean a un grupo de estudiantes de secundaria. Los problemas son comunes y los desafíos, innumerables. Cada personaje posee características marcadas que representan diferentes personalidades e intereses.
El viaje comienza mostrando las rutinas diarias de hombres y mujeres, para luego centrarse en el eje de la acción: Seon-ah. Todos giran en torno a la hermosa joven, pero Jin-woo no parece tan interesado. Eso marca la diferencia, pues es la bondad lo que llama la atención de Seon-ah. Ella es aplicada, mientras que Jin-woo es todo lo contrario: espontáneo, aunque un poco perdido, sin saber muy bien qué es lo que quiere hacer en el futuro. Son tan distintos como polos opuestos; tal vez es eso lo que finalmente les resulta atractivo.
La cinta explora lo cotidiano de las relaciones juveniles. El tratamiento está muy influenciado por el estilo norteamericano, ya que se repiten sketches y algunas situaciones que hemos visto en varias oportunidades. Además, en una clara muestra de desafío personal, cuando Jin-woo comienza a estudiar, mejora su rendimiento. Motivado por la compañía de Seon-ah, él logra preparar las materias junto a ella.
Otros temores surgen en el camino; los jóvenes se van descubriendo a través de los juegos. El examen de ingreso a la universidad es decisivo, marca el futuro, siendo una decisión crucial. El objetivo es continuar los estudios, idealmente en Seúl, pero las cosas no siempre resultan como se sueñan.
El guion escrito por Giddens Ko y el director debutante, Cho Young-Myoung, añade una capa que permite alivianar situaciones difíciles y complejas mientras presenta un relato sobre el amor cuando parece inalcanzable. ¿Cómo alguien, aparentemente fuera de nuestro alcance, puede fijarse en nosotros? Puede parecer una utopía, pero los caminos son misteriosos y las respuestas no siempre coinciden con lo que se espera.
“You Are the Apple of My Eye”, de 101 minutos de duración, aborda con humor los vínculos juveniles, la influencia del primer amor y la vida con sus múltiples destinos.
Ficha técnica
Título original: Geu Sijeol, Uriga Johahaetdeon Sonyeo
Año: 2024
Duración: 101 minutos
País: Corea del Sur
Compañías: Distribuidora: K-Movie Entertainment, Paris Filmes
Género: Comedia. Drama. Romance | Adolescencia. Colegios & Universidad. Remake
Guion: Giddens Ko, Cho Young-Myoung
Fotografía: Hong Jae-Sik
Reparto: Jung Jin-young, Dahyun, Son Jeong-hyuk, Kim Yo-han, Lee Min-goo
Dirección: Cho Young-Myoung
Este trabajo retrata con precisión la adolescencia y sus altibajos. Situada en Corea del Sur, muestra la cultura juvenil y los contextos que rodean a un grupo de estudiantes de secundaria. Los problemas son comunes y los desafíos, innumerables. Cada personaje posee características marcadas que representan diferentes personalidades e intereses.
El viaje comienza mostrando las rutinas diarias de hombres y mujeres, para luego centrarse en el eje de la acción: Seon-ah. Todos giran en torno a la hermosa joven, pero Jin-woo no parece tan interesado. Eso marca la diferencia, pues es la bondad lo que llama la atención de Seon-ah. Ella es aplicada, mientras que Jin-woo es todo lo contrario: espontáneo, aunque un poco perdido, sin saber muy bien qué es lo que quiere hacer en el futuro. Son tan distintos como polos opuestos; tal vez es eso lo que finalmente les resulta atractivo.
La cinta explora lo cotidiano de las relaciones juveniles. El tratamiento está muy influenciado por el estilo norteamericano, ya que se repiten sketches y algunas situaciones que hemos visto en varias oportunidades. Además, en una clara muestra de desafío personal, cuando Jin-woo comienza a estudiar, mejora su rendimiento. Motivado por la compañía de Seon-ah, él logra preparar las materias junto a ella.
Otros temores surgen en el camino; los jóvenes se van descubriendo a través de los juegos. El examen de ingreso a la universidad es decisivo, marca el futuro, siendo una decisión crucial. El objetivo es continuar los estudios, idealmente en Seúl, pero las cosas no siempre resultan como se sueñan.
El guion escrito por Giddens Ko y el director debutante, Cho Young-Myoung, añade una capa que permite alivianar situaciones difíciles y complejas mientras presenta un relato sobre el amor cuando parece inalcanzable. ¿Cómo alguien, aparentemente fuera de nuestro alcance, puede fijarse en nosotros? Puede parecer una utopía, pero los caminos son misteriosos y las respuestas no siempre coinciden con lo que se espera.
“You Are the Apple of My Eye”, de 101 minutos de duración, aborda con humor los vínculos juveniles, la influencia del primer amor y la vida con sus múltiples destinos.
Ficha técnica
Título original: Geu Sijeol, Uriga Johahaetdeon Sonyeo
Año: 2024
Duración: 101 minutos
País: Corea del Sur
Compañías: Distribuidora: K-Movie Entertainment, Paris Filmes
Género: Comedia. Drama. Romance | Adolescencia. Colegios & Universidad. Remake
Guion: Giddens Ko, Cho Young-Myoung
Fotografía: Hong Jae-Sik
Reparto: Jung Jin-young, Dahyun, Son Jeong-hyuk, Kim Yo-han, Lee Min-goo
Dirección: Cho Young-Myoung
domingo, 6 de abril de 2025
Pirópolis
Pompe France, es la Quinta Compañía del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, y está al mando de su capitán, Héctor Casacuberta. El cineasta Nicolás Molina nos introduce al interior de este grupo humano para realizar “un homenaje a los bomberos voluntarios que con valentía y dedicación enfrentan el caos para proteger a su comunidad”.
A través de grabaciones obtenidas por el propio director, algunas de ellas bastante riesgosas, este trabajo comienza retratando a Baptista, un bombero francés que instruye al equipo sobre los incendios forestales mientras las emergencias nunca dan tregua. Algo singular se suma a lo anterior, y es el hecho de incluir mujeres dentro de un cuartel, un cambio radical de paradigma que revoluciona el día a día.
Un incendio filmado muy de cerca da comienzo al trabajo. Luego vemos entrenamiento específico y ensayos metodológicos, todo muy ordenado y sistemático, al tiempo que la camaradería se refleja en la convivencia interna de un equipo con verdadero espíritu de cuerpo.
El mayor mérito de este documental son las imágenes “in situ”, estar en la emergencia, vivirla, sentirla desde una óptica tan cercana que es como estar allí, a metros del humo y las llamas. La intimidad de lo cotidiano provoca el contrapunto, pero no es suficiente. Nicolás Molina parece no decidirse por el rumbo que debe tomar el relato. Percibo una cierta confusión que no permite que el hilo conductor mantenga una tensión adecuada. Tampoco la presencia femenina es disruptiva. Es cierto, rompe el molde de los voluntarios, pero se ve que es dentro de un proceso gradual y natural de acomodo.
Imágenes de protestas callejeras parecen como gotas de agua cayendo sobre el lago desde donde extraen el agua, elemento fundamental para los combates, que sin embargo parece no hacer cosquillas a unas llamas que avanzan y consumen todo a su paso. Al medio de la emergencia, otro tema destaca de sobremanera. Como todo se quema en segundos, las decisiones deben ser precisas y sin equívocos, pero vemos que las voces son múltiples. ¿Qué hacer? Es difícil ejercer liderazgo en circunstancias extremas.
La cámara de Molina es intrusa. ¿Afecta el desarrollo de los hechos? ¿Es neutral? ¿Acompaña, o es un factor distractivo? Por momentos el fuego se contempla. Largas tomas de brasas o llamas vivas quieren transmitir un mensaje, pero cuesta identificarlo. Pocas escenas muestran el escenario devastado luego del paso inclemente del incendio, o la destrucción material reflejada por construcciones convertidas en cenizas. ¿Cuánto es el tiempo que transcurre? Bastante, pero no dimensionable en forma exacta.
“Pirópolis” resulta interesante de ver, sin embargo, no está a la altura de la expectativa que genera. Creo que esto se produce por las indecisiones respecto al material y al foco del relato. Tampoco nos quedamos con el retrato de una persona o del grupo. Esto se diluye, se lo come la premisa que alimenta una ilusión que luego no llega a desarrollar el correlato respectivo. Incluso así, este trabajo de Nicolás Molina junto a la producción de Francisca Barraza, Joséphine Schroeder (Pequén Producciones) y Martín Duplaquet (Funky Films), logra poner en relieve la fundamental labor de los bomberos voluntarios que arriesgan sus vidas para ir en rescate de la comunidad. Solo eso ya es un aporte que se transforma en un activo importante y que debemos ser capaces de agradecer y valorar profundamente.
Ficha técnica
Dirección: Nicolás Molina
Guión: Nicolás Molina y Valentina Arango
Producción: Francisca Barraza, Joséphine Schroeder (Pequén Producciones) y Martín Duplaquet (Funky Films)
Producción general: Pascual Mena
Imagen: Nicolás Molina
Sonido Directo: Jorge Acevedo
Montaje: Mayra Morán
Postproducción de imagen: Kenzo Mijares
Postproducción de sonido: Sonamos
Casas productoras: Pequén Producciones y Funky Films
Ventas internacionales: Compañía de Cine
Distribución nacional: CCDOC - Miradoc
Producida en: Chile
Duración: 77 minutos
A través de grabaciones obtenidas por el propio director, algunas de ellas bastante riesgosas, este trabajo comienza retratando a Baptista, un bombero francés que instruye al equipo sobre los incendios forestales mientras las emergencias nunca dan tregua. Algo singular se suma a lo anterior, y es el hecho de incluir mujeres dentro de un cuartel, un cambio radical de paradigma que revoluciona el día a día.
Un incendio filmado muy de cerca da comienzo al trabajo. Luego vemos entrenamiento específico y ensayos metodológicos, todo muy ordenado y sistemático, al tiempo que la camaradería se refleja en la convivencia interna de un equipo con verdadero espíritu de cuerpo.
El mayor mérito de este documental son las imágenes “in situ”, estar en la emergencia, vivirla, sentirla desde una óptica tan cercana que es como estar allí, a metros del humo y las llamas. La intimidad de lo cotidiano provoca el contrapunto, pero no es suficiente. Nicolás Molina parece no decidirse por el rumbo que debe tomar el relato. Percibo una cierta confusión que no permite que el hilo conductor mantenga una tensión adecuada. Tampoco la presencia femenina es disruptiva. Es cierto, rompe el molde de los voluntarios, pero se ve que es dentro de un proceso gradual y natural de acomodo.
Imágenes de protestas callejeras parecen como gotas de agua cayendo sobre el lago desde donde extraen el agua, elemento fundamental para los combates, que sin embargo parece no hacer cosquillas a unas llamas que avanzan y consumen todo a su paso. Al medio de la emergencia, otro tema destaca de sobremanera. Como todo se quema en segundos, las decisiones deben ser precisas y sin equívocos, pero vemos que las voces son múltiples. ¿Qué hacer? Es difícil ejercer liderazgo en circunstancias extremas.
La cámara de Molina es intrusa. ¿Afecta el desarrollo de los hechos? ¿Es neutral? ¿Acompaña, o es un factor distractivo? Por momentos el fuego se contempla. Largas tomas de brasas o llamas vivas quieren transmitir un mensaje, pero cuesta identificarlo. Pocas escenas muestran el escenario devastado luego del paso inclemente del incendio, o la destrucción material reflejada por construcciones convertidas en cenizas. ¿Cuánto es el tiempo que transcurre? Bastante, pero no dimensionable en forma exacta.
“Pirópolis” resulta interesante de ver, sin embargo, no está a la altura de la expectativa que genera. Creo que esto se produce por las indecisiones respecto al material y al foco del relato. Tampoco nos quedamos con el retrato de una persona o del grupo. Esto se diluye, se lo come la premisa que alimenta una ilusión que luego no llega a desarrollar el correlato respectivo. Incluso así, este trabajo de Nicolás Molina junto a la producción de Francisca Barraza, Joséphine Schroeder (Pequén Producciones) y Martín Duplaquet (Funky Films), logra poner en relieve la fundamental labor de los bomberos voluntarios que arriesgan sus vidas para ir en rescate de la comunidad. Solo eso ya es un aporte que se transforma en un activo importante y que debemos ser capaces de agradecer y valorar profundamente.
Ficha técnica
Dirección: Nicolás Molina
Guión: Nicolás Molina y Valentina Arango
Producción: Francisca Barraza, Joséphine Schroeder (Pequén Producciones) y Martín Duplaquet (Funky Films)
Producción general: Pascual Mena
Imagen: Nicolás Molina
Sonido Directo: Jorge Acevedo
Montaje: Mayra Morán
Postproducción de imagen: Kenzo Mijares
Postproducción de sonido: Sonamos
Casas productoras: Pequén Producciones y Funky Films
Ventas internacionales: Compañía de Cine
Distribución nacional: CCDOC - Miradoc
Producida en: Chile
Duración: 77 minutos
jueves, 3 de abril de 2025
Invencible: Un niño fuera de serie
La narración es en primera persona. Austin LeRette -Jacob Laval-, cuenta su propia historia comenzando en una noche de Año Nuevo, una noche en la que, según sus palabras, todo se rompe y puede ser para bien o para mal. ¿Será tan así? Veamos.
Sin saber lo que sucede finalmente esa noche, el relato de Austin nos remonta a sus padres, al momento en que se conocieron, flirtearon y se enamoraron. Luego vino el embarazo, con serias dudas por parte de Scott -Zachary Levi- y no pocas de Teresa -Meghann Fahy-.
Austin ha sido frágil desde su nacimiento y lo más visible, o más bien palpable, son sus fracturas. Comienzan con tres costillas dañadas en el parto y luego sigue una larga lista que incluye los más variados huesos de su cuerpo. ¿La razón? Padece la enfermedad “huesos de cristal” -al igual que su madre-, pero en un grado bastante más severo.
“AuzMan”, el diminutivo que usan para referirse a él en su familia, sigue su proceso de crecimiento. Incluso, al hogar llega un hermanito, Logan, pero su debilidad congénita aumenta sin dar tregua, al tiempo que se revela otra condición desconocida y compleja. Austin es un niño dentro del espectro autista, lo que dificulta su comunicación con el resto de las personas, y no precisamente por largos silencios o aislamientos. No, Austin es tremendamente verborreico y parece que no tiene filtro.
Con guion y dirección de Jon Gunn, esta cinta intenta retratar una condición que no resulta sencilla de explicar. Acompañar a un niño autista es muy complejo, tiene altos y bajos y es muy difícil de sobrellevar para el entorno más cercano. Todo está en contra, se desborda; es demasiado, arrecian las dudas y cuestionamientos. El peso sobre los hombros de ambos padres parece insoportable. La vida es así, pero, ¿es realmente vida?
Cuando se mudan a un nuevo hogar debido a problemas financieros insostenibles, pareciera que estamos ante una nueva oportunidad, un nuevo comienzo. ¡Qué mejor que el Día de Acción de Gracias! Hogar dulce hogar. Pero, ¿qué sucede con la escuela? Allí existen problemas mayores, enormes, insalvables tal vez. ¿Qué hacer? Todo se sale de control. Se requiere intervención médica, control psiquiátrico. La crisis es mayor.
Debemos esperar una hora y quince minutos para volver al comienzo, para retornar a esa famosa noche, esa noche. Parece bastante tiempo, pero ya estamos sumergidos en un tema que atrapa todos nuestros sentidos. El punto de inflexión es un quiebre final, el momento de tocar fondo, porque no hay espacio para caer más allá. Solo queda levantarse, si es posible, reconstruirse, buscar la resiliencia en cada pequeña luz de esperanza. Scott transita todo ese camino pedregoso y efectivamente parece no encontrar la salida.
“The Unbreakable Boy” apela a la emoción para contarnos una historia que se siente cercana. Las actuaciones ayudan a pesar de no ser del todo trascendentes. Zachary Levi hace su mayor esfuerzo para liberarse de papeles anteriores, algo que consigue pero solo en parte. Meghann Fahy, por su lado, logra mostrarse como una madre abrumada por las circunstancias, no obstante en varios momentos queda en deuda en tonos más sensibles respecto al pequeño Austin. Quien sí se roba todas las miradas y el protagonismo es Jacob Laval en el rol principal. Su simpatía es natural y también lo es su marcada obsesión, dos caras de una misma moneda que es capaz de manejar adecuadamente en su personaje. Jacob lo hace muy bien. Dosifica cada una de las instancias para cumplir un rol articulador a lo largo de todo el relato.
A modo de conclusión, me quedo con la sensibilidad, la comprensión y la delicadeza de un niño que inunda cada ambiente en el que le toca estar. Comprender las diferencias y disfrutar tal como lo hace él, se transforma en un nuevo desafío. ¿Cómo? No es fácil. Tal vez cambiando la óptica, vale decir, modificando completamente los paradigmas. Si al comienzo se trata de entender esta condición para poder arreglarla, el camino es totalmente diferente y no existe un manual. Y eso, sin duda, es lo más difícil.
Ficha técnica
Título original: The Unbreakable Boy
Año: 2025
Duración: 109 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Kingdom Story Company, Lionsgate
Género: Drama | Infancia. Enfermedad. Autismo / Asperger
Guion: Jon Gunn
Música: Pancho Burgos-Goizueta
Fotografía: Kristopher Kimlin
Reparto: Zachary Levi, Meghann Fahy, Peter Facinelli, Drew Powell, Gavin Warren, Patricia Heaton, Amy Acker, Kevin Downes
Dirección: Jon Gunn
Sin saber lo que sucede finalmente esa noche, el relato de Austin nos remonta a sus padres, al momento en que se conocieron, flirtearon y se enamoraron. Luego vino el embarazo, con serias dudas por parte de Scott -Zachary Levi- y no pocas de Teresa -Meghann Fahy-.
Austin ha sido frágil desde su nacimiento y lo más visible, o más bien palpable, son sus fracturas. Comienzan con tres costillas dañadas en el parto y luego sigue una larga lista que incluye los más variados huesos de su cuerpo. ¿La razón? Padece la enfermedad “huesos de cristal” -al igual que su madre-, pero en un grado bastante más severo.
“AuzMan”, el diminutivo que usan para referirse a él en su familia, sigue su proceso de crecimiento. Incluso, al hogar llega un hermanito, Logan, pero su debilidad congénita aumenta sin dar tregua, al tiempo que se revela otra condición desconocida y compleja. Austin es un niño dentro del espectro autista, lo que dificulta su comunicación con el resto de las personas, y no precisamente por largos silencios o aislamientos. No, Austin es tremendamente verborreico y parece que no tiene filtro.
Con guion y dirección de Jon Gunn, esta cinta intenta retratar una condición que no resulta sencilla de explicar. Acompañar a un niño autista es muy complejo, tiene altos y bajos y es muy difícil de sobrellevar para el entorno más cercano. Todo está en contra, se desborda; es demasiado, arrecian las dudas y cuestionamientos. El peso sobre los hombros de ambos padres parece insoportable. La vida es así, pero, ¿es realmente vida?
Cuando se mudan a un nuevo hogar debido a problemas financieros insostenibles, pareciera que estamos ante una nueva oportunidad, un nuevo comienzo. ¡Qué mejor que el Día de Acción de Gracias! Hogar dulce hogar. Pero, ¿qué sucede con la escuela? Allí existen problemas mayores, enormes, insalvables tal vez. ¿Qué hacer? Todo se sale de control. Se requiere intervención médica, control psiquiátrico. La crisis es mayor.
Debemos esperar una hora y quince minutos para volver al comienzo, para retornar a esa famosa noche, esa noche. Parece bastante tiempo, pero ya estamos sumergidos en un tema que atrapa todos nuestros sentidos. El punto de inflexión es un quiebre final, el momento de tocar fondo, porque no hay espacio para caer más allá. Solo queda levantarse, si es posible, reconstruirse, buscar la resiliencia en cada pequeña luz de esperanza. Scott transita todo ese camino pedregoso y efectivamente parece no encontrar la salida.
“The Unbreakable Boy” apela a la emoción para contarnos una historia que se siente cercana. Las actuaciones ayudan a pesar de no ser del todo trascendentes. Zachary Levi hace su mayor esfuerzo para liberarse de papeles anteriores, algo que consigue pero solo en parte. Meghann Fahy, por su lado, logra mostrarse como una madre abrumada por las circunstancias, no obstante en varios momentos queda en deuda en tonos más sensibles respecto al pequeño Austin. Quien sí se roba todas las miradas y el protagonismo es Jacob Laval en el rol principal. Su simpatía es natural y también lo es su marcada obsesión, dos caras de una misma moneda que es capaz de manejar adecuadamente en su personaje. Jacob lo hace muy bien. Dosifica cada una de las instancias para cumplir un rol articulador a lo largo de todo el relato.
A modo de conclusión, me quedo con la sensibilidad, la comprensión y la delicadeza de un niño que inunda cada ambiente en el que le toca estar. Comprender las diferencias y disfrutar tal como lo hace él, se transforma en un nuevo desafío. ¿Cómo? No es fácil. Tal vez cambiando la óptica, vale decir, modificando completamente los paradigmas. Si al comienzo se trata de entender esta condición para poder arreglarla, el camino es totalmente diferente y no existe un manual. Y eso, sin duda, es lo más difícil.
Ficha técnica
Título original: The Unbreakable Boy
Año: 2025
Duración: 109 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Kingdom Story Company, Lionsgate
Género: Drama | Infancia. Enfermedad. Autismo / Asperger
Guion: Jon Gunn
Música: Pancho Burgos-Goizueta
Fotografía: Kristopher Kimlin
Reparto: Zachary Levi, Meghann Fahy, Peter Facinelli, Drew Powell, Gavin Warren, Patricia Heaton, Amy Acker, Kevin Downes
Dirección: Jon Gunn
martes, 1 de abril de 2025
Flow
¡Preciosa! Una fábula atemporal llena de valores profundos.
Desarrollada con “Blender”, software de código abierto, esta película ganadora del Óscar a la Mejor Animación del año 2024 presenta la historia de un gatito de color gris oscuro que recorre el bosque mientras una jauría de perros llega al río a pescar. Cuando comienza una pelea entre los canes, el gato roba un pescado. Rápidamente logra escapar, pero es perseguido muy de cerca. En la carrera los pierde, sin embargo, una estampida de ciervos lo paraliza. Lo que viene a continuación es un monumental tsunami que amenaza con inundarlo todo, absolutamente todo.
Sin contener ningún diálogo, “Flow” está dibujada con poesía. El escenario es hermoso y las referencias están claras desde el inicio. La inundación es completa. El agua sube y sube. No hay escapatoria. Nuestro protagonista se encarama a lo más alto, unas estatuas gatunas que pronto serán cubiertas completamente. Su miedo y angustia no dejan de crecer; es enorme. No sabe qué más hacer.
Como si se tratara de la famosa “Arca de Noé”, un bote aparece como anhelada salvación. Pero debe ser compartido. Se suman otros animales como pasajeros. Los temores se intensifican. Ya no es solo el miedo al agua, se suma el temor a otras especies, a lo desconocido, a lo que viene. ¿Cómo entenderse? Solo instinto. Son sobrevivientes y todos experimentan sensaciones nuevas. Aprendizaje constante. La naturaleza y sus misterios, siempre.
Llama la atención la forma en que la cámara se posiciona para capturar la acción. Por momentos, se transforma en los ojos del gatito, y por otro, es una ventana que nos permite observar hermosos cuadros. Las luces y los relieves crean una óptica especial, porque nos abstraemos del hecho de que es una animación para sumergirnos en una historia que posee perspectivas únicas.
La cinta avanza entre las amenazas y peligros que viven nuestros amigos producto de estar siempre a la deriva, entregados a la suerte del destino, sin siquiera tener alimento. Se divisa tierra firme, la exploran, pero rápidamente deben volver al bote. La vida más segura está allí, a bordo, aunque sea un frágil navío que puede zozobrar en cualquier momento. Al menos allí comparten, juegan, se ayudan; sobreviven, cada uno gracias al otro.
“Flow” tiene la delicadeza de mostrar lo esencial. Enseña que compartir es lo fundamental y que las dificultades se enfrentan mucho mejor en grupo que en forma individual. También nos muestra que subir a lo alto entrega una vista panorámica y que la naturaleza tiene ciclos que son totalmente variados. Existen metáforas, como la magia de flotar sobre burbujas, y también una moraleja importante: lo que es bueno para unos, no necesariamente es bueno para los otros.
En solo 83 minutos, esta película proveniente de Letonia y dirigida por Gints Zilbalodis, conquista nuestro corazón. El contacto es directo con la naturaleza, empatizamos de inmediato con los personajes, tomamos partido por ellos y queremos protegerlos ante cualquier amenaza que les aceche. Me encantaría saber qué provoca esta película en los más pequeños, porque al menos a nosotros, los adultos, nos deja más de una reflexión y muchas lecciones.
Ficha técnica
Título original: Flow
Año: 2024
Duración: 83 minutos
País: Letonia
Compañías: Coproducción Letonia-Bélgica-Francia; Dream Well Studio, Sacrebleu Productions, Take Five, arte France Cinéma, Canal+
Género: Animación. Aventuras | Gatos. Perros/Lobos. Aves/Pájaros. Animales. Supervivencia. Naturaleza. Cine familiar
Guion: Matiss Kaza, Gints Zilbalodis
Reparto: Animación
Música: Rihards Zalupe, Gints Zilbalodis
Fotografía: Animación, Gints Zilbalodis
Dirección: Gints Zilbalodis
Desarrollada con “Blender”, software de código abierto, esta película ganadora del Óscar a la Mejor Animación del año 2024 presenta la historia de un gatito de color gris oscuro que recorre el bosque mientras una jauría de perros llega al río a pescar. Cuando comienza una pelea entre los canes, el gato roba un pescado. Rápidamente logra escapar, pero es perseguido muy de cerca. En la carrera los pierde, sin embargo, una estampida de ciervos lo paraliza. Lo que viene a continuación es un monumental tsunami que amenaza con inundarlo todo, absolutamente todo.
Sin contener ningún diálogo, “Flow” está dibujada con poesía. El escenario es hermoso y las referencias están claras desde el inicio. La inundación es completa. El agua sube y sube. No hay escapatoria. Nuestro protagonista se encarama a lo más alto, unas estatuas gatunas que pronto serán cubiertas completamente. Su miedo y angustia no dejan de crecer; es enorme. No sabe qué más hacer.
Como si se tratara de la famosa “Arca de Noé”, un bote aparece como anhelada salvación. Pero debe ser compartido. Se suman otros animales como pasajeros. Los temores se intensifican. Ya no es solo el miedo al agua, se suma el temor a otras especies, a lo desconocido, a lo que viene. ¿Cómo entenderse? Solo instinto. Son sobrevivientes y todos experimentan sensaciones nuevas. Aprendizaje constante. La naturaleza y sus misterios, siempre.
Llama la atención la forma en que la cámara se posiciona para capturar la acción. Por momentos, se transforma en los ojos del gatito, y por otro, es una ventana que nos permite observar hermosos cuadros. Las luces y los relieves crean una óptica especial, porque nos abstraemos del hecho de que es una animación para sumergirnos en una historia que posee perspectivas únicas.
La cinta avanza entre las amenazas y peligros que viven nuestros amigos producto de estar siempre a la deriva, entregados a la suerte del destino, sin siquiera tener alimento. Se divisa tierra firme, la exploran, pero rápidamente deben volver al bote. La vida más segura está allí, a bordo, aunque sea un frágil navío que puede zozobrar en cualquier momento. Al menos allí comparten, juegan, se ayudan; sobreviven, cada uno gracias al otro.
“Flow” tiene la delicadeza de mostrar lo esencial. Enseña que compartir es lo fundamental y que las dificultades se enfrentan mucho mejor en grupo que en forma individual. También nos muestra que subir a lo alto entrega una vista panorámica y que la naturaleza tiene ciclos que son totalmente variados. Existen metáforas, como la magia de flotar sobre burbujas, y también una moraleja importante: lo que es bueno para unos, no necesariamente es bueno para los otros.
En solo 83 minutos, esta película proveniente de Letonia y dirigida por Gints Zilbalodis, conquista nuestro corazón. El contacto es directo con la naturaleza, empatizamos de inmediato con los personajes, tomamos partido por ellos y queremos protegerlos ante cualquier amenaza que les aceche. Me encantaría saber qué provoca esta película en los más pequeños, porque al menos a nosotros, los adultos, nos deja más de una reflexión y muchas lecciones.
Ficha técnica
Título original: Flow
Año: 2024
Duración: 83 minutos
País: Letonia
Compañías: Coproducción Letonia-Bélgica-Francia; Dream Well Studio, Sacrebleu Productions, Take Five, arte France Cinéma, Canal+
Género: Animación. Aventuras | Gatos. Perros/Lobos. Aves/Pájaros. Animales. Supervivencia. Naturaleza. Cine familiar
Guion: Matiss Kaza, Gints Zilbalodis
Reparto: Animación
Música: Rihards Zalupe, Gints Zilbalodis
Fotografía: Animación, Gints Zilbalodis
Dirección: Gints Zilbalodis
domingo, 30 de marzo de 2025
Bird
La protagonista es Bailey -Nykiya Adams-, una niña de 12 años. Ella vive con su padre soltero Bug -Barry Keoghan-, y con su medio hermano Hunter -Jason Buda-, en una casa okupa en el norte de Kent, Inglaterra. Bug hace lo que puede, pero no dedica mucho tiempo a sus hijos. Bailey necesita atención, está en plena pubertad. Por eso, cuando conoce al misterioso y enigmático Bird -Franz Rogowski-, su vida se transforma en toda una aventura.
Escrita y dirigida por Andrea Arnold, “Bird” explora diversas temáticas, como la familia, el amor, la amistad y la madurez, en un entorno tremendamente desafiante. Una marcada denuncia social, tecla clave de la directora, esta vez se mezcla con algunos trazos mágicos, creando un contrapunto que, por momentos, no diferencia la imaginación de las reales circunstancias.
Lo más destacado de esta cinta es la actuación de la pequeña Nykiya Adams. Como si se tratara de una actriz consagrada, este debut no parece pesarle en absoluto. Con soltura y tremendo carisma, soporta sobre sus hombros el peso de un relato crudo y seco, lleno de dificultades, al que imprime asombrosa credibilidad. Como contraparte, la gran cantidad de personajes secundarios que salen al paso de Bailey no logra cuajar del todo, tal vez por el estilo compartimentado de la narración, o bien por ciertas carencias que no permiten que sean dibujados apropiadamente.
El llamado “cine social británico” tiene en “Bird” un exponente que abre más de un camino. Por un lado, nos encontramos con entornos vulnerables en los que la única salida parece ser la lucha individual por condiciones mejores, y por otro, con la necesidad de evadir realidades que resultan aniquiladoras. Lo que en general es suplido por la droga, un escape tan peligroso como efectista, en este caso es reemplazado por el poder de la creación, el dibujo onírico que la protagonista sueña alcanzar.
Difícil película, construida con muchas capas que pueden dificultar un acercamiento más racional a sus temas de fondo. ¿Por qué digo esto? Básicamente, porque si uno no logra sintonizar con su tono, es posible que se quede afuera. Y eso me pasó a mí, porque no logré enganchar y la experiencia se me hizo cada minuto más pesada. Sin embargo, al momento de analizarla para escribir estas líneas, cambia un poco mi percepción pues me abro hacia otros aspectos y referencias. ¿Es un poco tarde? Me temo que sí, porque lo que no cambia es mi sensación luego de la película, algo que refuerza la subjetividad que enfrentamos en cada realización y cuánto afecta nuestro estado de ánimo cuando la visualizamos.
“Bird” es una película para ver en pantalla grande, sin distracciones ni concesiones. Hay que entrar a ella para sacar lo mejor de su lenguaje visual y así entender lo que Bailey construye, tanto en espacios físicos como en su mente, un desafío naturalmente interpretable y del que pueden emerger válidas opiniones encontradas.
Ficha técnica
Título original: Bird
Año: 2024
Duración: 119 minutos
País: Reino Unido
Compañías: Coproducción Reino Unido-Francia; House Productions, Ad Vitam Production, arte France Cinéma, Pinky Promise, FirstGen Content, Access Entertainment, BBC Film, BFI
Género: Drama | Familia. Pobreza. Drama social. Aves/Pájaros. Adolescencia
Guion: Andrea Arnold
Fotografía: Robbie Ryan
Reparto: Nykiya Adams, Barry Keoghan, Franz Rogowski, Jason Buda, Jasmine Jobson
Dirección: Andrea Arnold
Escrita y dirigida por Andrea Arnold, “Bird” explora diversas temáticas, como la familia, el amor, la amistad y la madurez, en un entorno tremendamente desafiante. Una marcada denuncia social, tecla clave de la directora, esta vez se mezcla con algunos trazos mágicos, creando un contrapunto que, por momentos, no diferencia la imaginación de las reales circunstancias.
Lo más destacado de esta cinta es la actuación de la pequeña Nykiya Adams. Como si se tratara de una actriz consagrada, este debut no parece pesarle en absoluto. Con soltura y tremendo carisma, soporta sobre sus hombros el peso de un relato crudo y seco, lleno de dificultades, al que imprime asombrosa credibilidad. Como contraparte, la gran cantidad de personajes secundarios que salen al paso de Bailey no logra cuajar del todo, tal vez por el estilo compartimentado de la narración, o bien por ciertas carencias que no permiten que sean dibujados apropiadamente.
El llamado “cine social británico” tiene en “Bird” un exponente que abre más de un camino. Por un lado, nos encontramos con entornos vulnerables en los que la única salida parece ser la lucha individual por condiciones mejores, y por otro, con la necesidad de evadir realidades que resultan aniquiladoras. Lo que en general es suplido por la droga, un escape tan peligroso como efectista, en este caso es reemplazado por el poder de la creación, el dibujo onírico que la protagonista sueña alcanzar.
Difícil película, construida con muchas capas que pueden dificultar un acercamiento más racional a sus temas de fondo. ¿Por qué digo esto? Básicamente, porque si uno no logra sintonizar con su tono, es posible que se quede afuera. Y eso me pasó a mí, porque no logré enganchar y la experiencia se me hizo cada minuto más pesada. Sin embargo, al momento de analizarla para escribir estas líneas, cambia un poco mi percepción pues me abro hacia otros aspectos y referencias. ¿Es un poco tarde? Me temo que sí, porque lo que no cambia es mi sensación luego de la película, algo que refuerza la subjetividad que enfrentamos en cada realización y cuánto afecta nuestro estado de ánimo cuando la visualizamos.
“Bird” es una película para ver en pantalla grande, sin distracciones ni concesiones. Hay que entrar a ella para sacar lo mejor de su lenguaje visual y así entender lo que Bailey construye, tanto en espacios físicos como en su mente, un desafío naturalmente interpretable y del que pueden emerger válidas opiniones encontradas.
Ficha técnica
Título original: Bird
Año: 2024
Duración: 119 minutos
País: Reino Unido
Compañías: Coproducción Reino Unido-Francia; House Productions, Ad Vitam Production, arte France Cinéma, Pinky Promise, FirstGen Content, Access Entertainment, BBC Film, BFI
Género: Drama | Familia. Pobreza. Drama social. Aves/Pájaros. Adolescencia
Guion: Andrea Arnold
Fotografía: Robbie Ryan
Reparto: Nykiya Adams, Barry Keoghan, Franz Rogowski, Jason Buda, Jasmine Jobson
Dirección: Andrea Arnold
viernes, 28 de marzo de 2025
Rompiendo Reglas
Basada en la historia de Roya Mahboob -Nikohl Boosheri-, esta película, escrita y dirigida por Bill Guttentag, se sumerge inmediatamente en el mundo de los computadores. La cinta comienza enmarcada en el año 2017, pero rápidamente se remonta al año 1999, cuando Roya era una pequeña estudiante y llegan los dos primeros ordenadores a su sala de clases provocando una gran conmoción e interés. Sin embargo, solo podían ser usados por hombres. ¡Qué decepción más grande! Tuvieron que pasar 13 años para que Roya pudiera tener contacto directo con uno de esos equipos. Y no fue nada sencillo, porque aunque estaba ubicado en una tienda pública, la norma seguía siendo la misma: solo para hombres.
El eje de la historia está dado por varios hechos. Primero, un grave incidente con el que parte la película, que se retoma posteriormente y pasa a constituir un antes y un después. Segundo, las mujeres relegadas absolutamente, desde niñas, a un segundo plano, ni siquiera secundario; son prácticamente unos adornos. Tercero, la oportunidad y la ventana al mundo gracias al acceso a los computadores y a su lenguaje. Un verdadero camino hacia una anhelada libertad. Y cuarto, la perseverancia y tenacidad de Roya para superar todo tipo de adversidades al forjar un carácter decidido y desarrollar una dosis alta de resiliencia.
Roya percibe que la solución está en la educación, en una formación que permita potenciar el talento de decenas de jóvenes que no tienen acceso a nada. Por ello se centra en hacer clases, y luego seleccionar a las mejores para un proyecto que desde un comienzo parece una quimera. Ser parte de una competencia robótica con un equipo de 4 adolescentes afganas sin duda es una utopía, pero Roya sueña, y en grande. Golpea puertas. Debe convencer y seducir a muchas personas, especialmente a padres y tíos; en general, a muchos hombres, para permitir que las jóvenes dediquen horas de estudio y trabajo al trascendental desafío.
Cuando el metraje se centra en el lado humano y en el contexto social en el que se desenvuelve, logra sus puntos más altos. Lamentablemente no son tanto, porque cuando explora aspectos informáticos y robóticos, todo parece suceder por arte de magia, sin mayores explicaciones ni sustento práctico. La forma tampoco ayuda a lo anterior. El tratamiento clásico y la narrativa basada en frases hechas, junto a una espiral de conflictos, le juega un poco en contra, añadiendo demasiados elementos que intentan abarcar un abanico de temas y situaciones que parecen interminables.
Punto importante en este relato son las competencias mundiales y la preparación que se requiere para llegar a ellas. Son varias y todas se retratan de la misma manera. Una primera ronda y luego directamente a la premiación. La decisión de qué contar y qué no, decanta en la presentación de situaciones truncas, intentando sostener una tensión que, al fin y al cabo, resulta obvia y predecible.
El fundamentalismo, la envidia y el machismo son impresionantes. Solo hacer el ejercicio de ponernos en el lugar de Roya y de esas jóvenes, basta para sentir pavor. Hay apoyo, y algunos hombres respaldan a Roya, pero ese buenismo no parece del todo real, menos cuando las transformaciones ocurren tan rápido, como de la noche a la mañana.
“Rule Breakers”, a pesar de lo descrito anteriormente, es edificante. Tal vez la simpleza de su tratamiento y su suave ingenuidad ayudan para que nos quedemos con una sensación grata, potenciada por la actuación natural de las jóvenes y el carisma que imprime Nikohl Boosheri para liderar la acción.
Dejo una reflexión para el final sobre un tema que la película, a mi modo de ver, no desarrolla lo suficiente. En el ámbito técnico de la informática, los inventos son alucinantes y las posibilidades prácticamente infinitas. Casi todo comienza como un juego y muchos de los desarrollos son ideados, justamente, para competencias lúdicas. Sin embargo, cuando se percibe la utilidad real de una máquina, ese es el momento en el que cambiamos de dimensión. Ahí se encuentra la gran diferencia entre crear algo como un mero desafío técnico, o desarrollar un robot, incluso ni tan sofisticado, que efectivamente resuelve una necesidad vital.
Ficha técnica
Título original: Rule Breakers
Año: 2025
Duración: 120 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Black Autumn Show. Distribuidora: Angel Studios
Género: Drama | Biográfico
Guion: Jason Brown, Bill Guttentag, Elaha Mahboob
Música: Jeff Beal
Fotografía: John Pardue
Reparto: Nikohl Boosheri, Noorin Gulamgaus, Amber Afzali, Nina Hosseinzadeh, Sara Malal Rowe, Mariam Saraj, Nasser Memarzia, Phoebe Waller-Bridge, Ali Fazal
Dirección: Bill Guttentag
El eje de la historia está dado por varios hechos. Primero, un grave incidente con el que parte la película, que se retoma posteriormente y pasa a constituir un antes y un después. Segundo, las mujeres relegadas absolutamente, desde niñas, a un segundo plano, ni siquiera secundario; son prácticamente unos adornos. Tercero, la oportunidad y la ventana al mundo gracias al acceso a los computadores y a su lenguaje. Un verdadero camino hacia una anhelada libertad. Y cuarto, la perseverancia y tenacidad de Roya para superar todo tipo de adversidades al forjar un carácter decidido y desarrollar una dosis alta de resiliencia.
Roya percibe que la solución está en la educación, en una formación que permita potenciar el talento de decenas de jóvenes que no tienen acceso a nada. Por ello se centra en hacer clases, y luego seleccionar a las mejores para un proyecto que desde un comienzo parece una quimera. Ser parte de una competencia robótica con un equipo de 4 adolescentes afganas sin duda es una utopía, pero Roya sueña, y en grande. Golpea puertas. Debe convencer y seducir a muchas personas, especialmente a padres y tíos; en general, a muchos hombres, para permitir que las jóvenes dediquen horas de estudio y trabajo al trascendental desafío.
Cuando el metraje se centra en el lado humano y en el contexto social en el que se desenvuelve, logra sus puntos más altos. Lamentablemente no son tanto, porque cuando explora aspectos informáticos y robóticos, todo parece suceder por arte de magia, sin mayores explicaciones ni sustento práctico. La forma tampoco ayuda a lo anterior. El tratamiento clásico y la narrativa basada en frases hechas, junto a una espiral de conflictos, le juega un poco en contra, añadiendo demasiados elementos que intentan abarcar un abanico de temas y situaciones que parecen interminables.
Punto importante en este relato son las competencias mundiales y la preparación que se requiere para llegar a ellas. Son varias y todas se retratan de la misma manera. Una primera ronda y luego directamente a la premiación. La decisión de qué contar y qué no, decanta en la presentación de situaciones truncas, intentando sostener una tensión que, al fin y al cabo, resulta obvia y predecible.
El fundamentalismo, la envidia y el machismo son impresionantes. Solo hacer el ejercicio de ponernos en el lugar de Roya y de esas jóvenes, basta para sentir pavor. Hay apoyo, y algunos hombres respaldan a Roya, pero ese buenismo no parece del todo real, menos cuando las transformaciones ocurren tan rápido, como de la noche a la mañana.
“Rule Breakers”, a pesar de lo descrito anteriormente, es edificante. Tal vez la simpleza de su tratamiento y su suave ingenuidad ayudan para que nos quedemos con una sensación grata, potenciada por la actuación natural de las jóvenes y el carisma que imprime Nikohl Boosheri para liderar la acción.
Dejo una reflexión para el final sobre un tema que la película, a mi modo de ver, no desarrolla lo suficiente. En el ámbito técnico de la informática, los inventos son alucinantes y las posibilidades prácticamente infinitas. Casi todo comienza como un juego y muchos de los desarrollos son ideados, justamente, para competencias lúdicas. Sin embargo, cuando se percibe la utilidad real de una máquina, ese es el momento en el que cambiamos de dimensión. Ahí se encuentra la gran diferencia entre crear algo como un mero desafío técnico, o desarrollar un robot, incluso ni tan sofisticado, que efectivamente resuelve una necesidad vital.
Ficha técnica
Título original: Rule Breakers
Año: 2025
Duración: 120 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Black Autumn Show. Distribuidora: Angel Studios
Género: Drama | Biográfico
Guion: Jason Brown, Bill Guttentag, Elaha Mahboob
Música: Jeff Beal
Fotografía: John Pardue
Reparto: Nikohl Boosheri, Noorin Gulamgaus, Amber Afzali, Nina Hosseinzadeh, Sara Malal Rowe, Mariam Saraj, Nasser Memarzia, Phoebe Waller-Bridge, Ali Fazal
Dirección: Bill Guttentag
jueves, 27 de marzo de 2025
Almas Marcadas
Basada en la novela “Rule” de Jay Crownover de 2012, parte de la serie “Marked Men”, esta película, escrita por Sharon Soboil y dirigida por Nick Cassavetes, no se arriesga más allá de contener algunas provocativas escenas sexuales. La trama sigue a Rule Archer -Chase Stokes-, un artista de tatuajes, y a Shaw Landon -Sydney Taylor-, una joven estudiante de premedicina que siempre ha estado enamorada de Rule.
El escenario es absolutamente juvenil. El ambiente del mundo de los tatuajes, fiestas nocturnas y bares con algunas copas de más, configura de inmediato la personalidad del protagonista, al que vemos despertar acompañado de una joven un domingo en la mañana, justo el día que debe ir de visita a la casa de sus padres. Coincidentemente, es Shaw -Casper, como le dice él- quien debe llevarlo, y es ella la que le despierta irrumpiendo en su pieza. El detalle no es menor y luego sabremos por qué.
El panorama dominical termina mal. Una tragedia ha afectado a su familia y su madre aún no se recupera, ahogada en un alcoholismo que parece no poder superar. Rule tampoco, pero no se inclina hacia las drogas sino más bien a refugiarse internamente dada su extrema vulnerabilidad, ocultando el dolor bajo esas capas de hombre fuerte que le dan éxito para conseguir conquistas pasajeras.
El punto de inflexión de la historia es el cumpleaños de Shaw y, por supuesto, tenemos otra fiesta. Ella, que siempre ha querido a Rule, ve una oportunidad; Rule, para quien Shaw es solo una amiga cercana, se resiste hasta que su instinto supera su capacidad racional. En ese momento todo parece cambiar, pero una serie de eventos trastocan la historia y dan un giro al curso de los hechos. ¿Qué depara el destino para los caminos de Shaw y Rule?
Si bien esta película no tiene mayor profundidad, se desprenden de ella algunas temáticas interesantes. Primero, las dificultades no superadas y lo que significa arrastrar un duelo que coarta y prohíbe a Rule llevar una vida normal. Segundo, el temor a asumir compromisos, algo tan propio de las generaciones actuales, acá se potencia por los propios sabotajes y por los bloqueos emocionales del protagonista. Tercero, y en la vereda de enfrente, Shaw tiene sus propios problemas. Como su familia tiene dinero, su madre quiere dirigir su vida. Incluso quiere elegirle marido, para asegurar un match que potencie la fortuna. Shaw se rebela, pero no es suficiente: ella es sencilla, no es arribista, pero este tema se transforma en una lucha constante.
Tal vez, uno de los aspectos más complejos de esta película tiene que ver con la validación de la violencia para resolver problemas. Y es explícita en ello, sin ocultarlo, lo que claramente podría ser un aspecto cuestionable. ¿Una buena paliza acalla un problema, ocultando la dificultad? Darla o recibirla primero es lo crucial, pero nunca queda claro que aquel no es el medio para solucionar el estado de las cosas.
Lo que nos queda al final de “Marked Men: Rule + Shaw”, es la pregunta sobre cómo superar situaciones de pérdida y de qué manera sobreponerse a eventos trágicos que sin duda marcan a cualquier persona que los viva. El mensaje, en este caso, sí es muy claro: es desde la aceptación y la renuncia. El predecible final no hace más que confirmar el desarrollo de una historia bastante convencional que añade elementos accesorios que no son suficientes para llevarla más allá de un nivel básico.
Ficha técnica
Título original: Marked Men: Rule + Shaw
Año: 2025
Duración: 93 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Voltage Pictures
Género: Romance. Drama | Drama romántico
Guion: Sharon Soboil. Novela: Jay Crownover
Música: George Kallis
Fotografía: Kenji Katori
Reparto: Alexander Ludwig, Ella Balinska, Natalie Alyn Lind.
Dirección: Nick Cassavetes
El escenario es absolutamente juvenil. El ambiente del mundo de los tatuajes, fiestas nocturnas y bares con algunas copas de más, configura de inmediato la personalidad del protagonista, al que vemos despertar acompañado de una joven un domingo en la mañana, justo el día que debe ir de visita a la casa de sus padres. Coincidentemente, es Shaw -Casper, como le dice él- quien debe llevarlo, y es ella la que le despierta irrumpiendo en su pieza. El detalle no es menor y luego sabremos por qué.
El panorama dominical termina mal. Una tragedia ha afectado a su familia y su madre aún no se recupera, ahogada en un alcoholismo que parece no poder superar. Rule tampoco, pero no se inclina hacia las drogas sino más bien a refugiarse internamente dada su extrema vulnerabilidad, ocultando el dolor bajo esas capas de hombre fuerte que le dan éxito para conseguir conquistas pasajeras.
El punto de inflexión de la historia es el cumpleaños de Shaw y, por supuesto, tenemos otra fiesta. Ella, que siempre ha querido a Rule, ve una oportunidad; Rule, para quien Shaw es solo una amiga cercana, se resiste hasta que su instinto supera su capacidad racional. En ese momento todo parece cambiar, pero una serie de eventos trastocan la historia y dan un giro al curso de los hechos. ¿Qué depara el destino para los caminos de Shaw y Rule?
Si bien esta película no tiene mayor profundidad, se desprenden de ella algunas temáticas interesantes. Primero, las dificultades no superadas y lo que significa arrastrar un duelo que coarta y prohíbe a Rule llevar una vida normal. Segundo, el temor a asumir compromisos, algo tan propio de las generaciones actuales, acá se potencia por los propios sabotajes y por los bloqueos emocionales del protagonista. Tercero, y en la vereda de enfrente, Shaw tiene sus propios problemas. Como su familia tiene dinero, su madre quiere dirigir su vida. Incluso quiere elegirle marido, para asegurar un match que potencie la fortuna. Shaw se rebela, pero no es suficiente: ella es sencilla, no es arribista, pero este tema se transforma en una lucha constante.
Tal vez, uno de los aspectos más complejos de esta película tiene que ver con la validación de la violencia para resolver problemas. Y es explícita en ello, sin ocultarlo, lo que claramente podría ser un aspecto cuestionable. ¿Una buena paliza acalla un problema, ocultando la dificultad? Darla o recibirla primero es lo crucial, pero nunca queda claro que aquel no es el medio para solucionar el estado de las cosas.
Lo que nos queda al final de “Marked Men: Rule + Shaw”, es la pregunta sobre cómo superar situaciones de pérdida y de qué manera sobreponerse a eventos trágicos que sin duda marcan a cualquier persona que los viva. El mensaje, en este caso, sí es muy claro: es desde la aceptación y la renuncia. El predecible final no hace más que confirmar el desarrollo de una historia bastante convencional que añade elementos accesorios que no son suficientes para llevarla más allá de un nivel básico.
Ficha técnica
Título original: Marked Men: Rule + Shaw
Año: 2025
Duración: 93 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Voltage Pictures
Género: Romance. Drama | Drama romántico
Guion: Sharon Soboil. Novela: Jay Crownover
Música: George Kallis
Fotografía: Kenji Katori
Reparto: Alexander Ludwig, Ella Balinska, Natalie Alyn Lind.
Dirección: Nick Cassavetes
miércoles, 26 de marzo de 2025
El Gran Coco Legrand
La expectación crecía con el correr de las semanas. ¿Un documental sobre Coco Legrand? ¡Wow! ¿Cuánto de sus espectáculos, cuánto del ser humano, cuántos temas desconocidos? Difícil predecirlo, pero el interés iba “in crescendo”. Hasta que llegó el día. Un lunes en la mañana se develó el misterio. Veamos.
Sebastián Moreno, el director, encara este trabajo con nostalgia y más de un dejo de tristeza. No sé si se lo habrá propuesto, pero es lo que a mí me ha provocado al verlo. Sin embargo, al mismo tiempo hay mucho de diversión y de gratos recuerdos. Es que se trata de una figura consular del humor en Chile, un graduado con honores en todos los escenarios, un maestro del monólogo y un artista integral.
Alejandro González Legrand, Coco Legrand, no necesita ningún tipo de presentación. De hecho, Moreno entra directo al ruedo, con pequeños trozos de rutinas que, en breve, nos ponen en perfecta sintonía. Y luego abre con una toma en cámara lenta, un gesto precioso de nuestro querido protagonista.
Este trabajo documental combina el lado humano y familiar, algo menos presente y austero, con el personaje público que se encuentra radicado en nuestro inconsciente colectivo. Los momentos escogidos de sus shows son pocos pero hilarantes, y los que provocan emociones son también precisos; se condicen como mínimos reconocimientos a un personaje que traspasó todas las fronteras.
La edición es un desafío por la muy nutrida selección de imágenes que se debe realizar. Tarea titánica, por cierto, porque entre tanto material es muy difícil decidir qué poner y qué dejar afuera. El tiempo disponible es reducido, lo que obliga a tomar decisiones que siempre serán discutibles.
La narración es amable y cotidiana. Son cercanos los que se refieren a Coco, quienes trabajaron con él por años, amigos y, por supuesto, familiares. El tono es coloquial, sin aspavientos ni exageraciones. El relato se siente fluido aunque con poca unidad. Es una historia contada por privilegiadas primeras fuentes. Las palabras están bien seleccionadas a pesar de interrumpir ciertos momentos que pudieron haber tenido más espacio. Las acotadas intervenciones dan la impresión de que quedan cosas en el tintero. No son pocas.
Sebastián Moreno intenta algo que siempre es complejo: realizar un homenaje en vida. ¡Qué personaje es Coco Legrand! Intergeneracional, transversal. ¡Cuánto se podría hablar de él! Mucho, sin duda. Simpático, innovador para su época, incisivo, mordaz, elocuente, observador, histriónico, agudo, directo, y un larguísimo etcétera. Porque Coco Legrand logró decir complicadas verdades a través del humor. Arropar temas difíciles, pero cotidianos, bajo una capa graciosa, permite adentrarse a ellos con una profundidad que de otra manera se hace siempre esquiva.
“El Gran Coco Legrand” permite que nos acerquemos más a la persona para conocer aspectos inesperados y desconocidos. En general tiene ritmo, salvo al final, en el último cuarto de metraje, donde el cierre se enreda un poco perdiendo un poco su norte. Y acá me arriesgo con una apreciación muy personal: siento que este filme tiene un velo, un delgado prisma que solo deja entrever lo que sucede actualmente pero que no es totalmente explícito ni tampoco se encarga de develar. Es solo una sensación, un sentimiento, o tal vez, una mirada distinta.
Aunque más cercano al género reportaje, me quedo con un documental triste y nostálgico. Estamos frente a un testimonio audiovisual que retrata a un “grande” con más de 50 años de intensa actividad, un retrato sensible, una memoria agradecida que hubiese querido que fuera solo fiesta y jolgorio.
Ficha técnica
Título original: El gran Coco Legrand
Año: 2025
Duración: 100 minutos
País: Chile
Compañías: Las Películas del Pez
Género: Documental | Biográfico
Reparto: Coco Legrand
Dirección: Sebastián Moreno
Sebastián Moreno, el director, encara este trabajo con nostalgia y más de un dejo de tristeza. No sé si se lo habrá propuesto, pero es lo que a mí me ha provocado al verlo. Sin embargo, al mismo tiempo hay mucho de diversión y de gratos recuerdos. Es que se trata de una figura consular del humor en Chile, un graduado con honores en todos los escenarios, un maestro del monólogo y un artista integral.
Alejandro González Legrand, Coco Legrand, no necesita ningún tipo de presentación. De hecho, Moreno entra directo al ruedo, con pequeños trozos de rutinas que, en breve, nos ponen en perfecta sintonía. Y luego abre con una toma en cámara lenta, un gesto precioso de nuestro querido protagonista.
Este trabajo documental combina el lado humano y familiar, algo menos presente y austero, con el personaje público que se encuentra radicado en nuestro inconsciente colectivo. Los momentos escogidos de sus shows son pocos pero hilarantes, y los que provocan emociones son también precisos; se condicen como mínimos reconocimientos a un personaje que traspasó todas las fronteras.
La edición es un desafío por la muy nutrida selección de imágenes que se debe realizar. Tarea titánica, por cierto, porque entre tanto material es muy difícil decidir qué poner y qué dejar afuera. El tiempo disponible es reducido, lo que obliga a tomar decisiones que siempre serán discutibles.
La narración es amable y cotidiana. Son cercanos los que se refieren a Coco, quienes trabajaron con él por años, amigos y, por supuesto, familiares. El tono es coloquial, sin aspavientos ni exageraciones. El relato se siente fluido aunque con poca unidad. Es una historia contada por privilegiadas primeras fuentes. Las palabras están bien seleccionadas a pesar de interrumpir ciertos momentos que pudieron haber tenido más espacio. Las acotadas intervenciones dan la impresión de que quedan cosas en el tintero. No son pocas.
Sebastián Moreno intenta algo que siempre es complejo: realizar un homenaje en vida. ¡Qué personaje es Coco Legrand! Intergeneracional, transversal. ¡Cuánto se podría hablar de él! Mucho, sin duda. Simpático, innovador para su época, incisivo, mordaz, elocuente, observador, histriónico, agudo, directo, y un larguísimo etcétera. Porque Coco Legrand logró decir complicadas verdades a través del humor. Arropar temas difíciles, pero cotidianos, bajo una capa graciosa, permite adentrarse a ellos con una profundidad que de otra manera se hace siempre esquiva.
“El Gran Coco Legrand” permite que nos acerquemos más a la persona para conocer aspectos inesperados y desconocidos. En general tiene ritmo, salvo al final, en el último cuarto de metraje, donde el cierre se enreda un poco perdiendo un poco su norte. Y acá me arriesgo con una apreciación muy personal: siento que este filme tiene un velo, un delgado prisma que solo deja entrever lo que sucede actualmente pero que no es totalmente explícito ni tampoco se encarga de develar. Es solo una sensación, un sentimiento, o tal vez, una mirada distinta.
Aunque más cercano al género reportaje, me quedo con un documental triste y nostálgico. Estamos frente a un testimonio audiovisual que retrata a un “grande” con más de 50 años de intensa actividad, un retrato sensible, una memoria agradecida que hubiese querido que fuera solo fiesta y jolgorio.
Ficha técnica
Título original: El gran Coco Legrand
Año: 2025
Duración: 100 minutos
País: Chile
Compañías: Las Películas del Pez
Género: Documental | Biográfico
Reparto: Coco Legrand
Dirección: Sebastián Moreno
lunes, 24 de marzo de 2025
Parthenope. Los amores de Nápoles
Una original forma de volver a Nápoles. Paolo Sorrentino parece obsesionado con la ciudad aunque es comprensible. Es su ciudad, son sus recuerdos, es su vida. Ya en “La mano de Dios”, el recorrido interno era intenso. Y ahora, con este nuevo trabajo, Sorrentino parece querer convertirla en un personaje más. ¿Lo consigue?
La historia es relativamente sencilla y se remonta a 1950, cuando nace una esperada niña bajo el cobijo de una adinerada familia. Como no era claro qué nombre debían ponerle, surge el de Parthenope, como referencia tanto a la ciudad como a la sirena de la mitología griega que, según cuenta la leyenda, dio origen a Nápoles. Rápidamente nos saltamos 18 años y Parthenope ya es una mujer hecha y derecha. Interpretada por Celeste Dalla Porta, irradia una belleza, un desplante y una personalidad que no deja a nadie indiferente.
Entre las preciosas vistas de la costa, una casa ubicada en un sector de privilegio, reuniones sociales y fiestas de todo tipo, Parthenope decide ir a la Universidad y estudiar Antropología. La vida es así, un continuo, porque Sorrentino nos va trasladando de época casi sin darnos cuenta, manteniendo las bases de la historia y cambiando solo los contextos que encuentra la protagonista en su recorrido vital.
Difícil clasificar esta cinta. Difícil también saber desde qué punto abordarla para hacer un análisis que vaya un poco más allá de lo superficial y lo obvio. Una opción es la que entrega su mismo punto de partida, es decir, una especie de oda a la belleza. Claro, primero la belleza de los paisajes, del entorno, del cuidado de cada toma y la precisión de cada detalle encuadrado por una cámara siempre bien posicionada. En segundo lugar, lo que naturalmente salta a la vista: la exuberancia de su personaje principal, en perfecta sintonía con lo anterior, y agregando delicados y no tan sutiles toques de seducción y provocación.
Si por un lado tenemos lo bello como punto central, ¿qué sería entonces lo antagónico? Sorrentino no lo responde tan claramente, porque pasa de una situación a otra sin necesariamente desarrollar un evidente eje disruptivo. El contraste necesario, entonces, sería lo feo, pero no está presente, al menos a flor de piel. Sin embargo, si escarbamos un poco, lo podemos encontrar en las diferentes personalidades que va conociendo Parthenope, y por cierto en aquel lado oscuro de la vida, esa tragedia que marca un antes y un después en la relación familiar.
Como cine dentro del cine, o al menos varias películas en una, “Parthenope” se mueve entre convenciones y riesgos que a más de alguien pueden resultar incómodas para algunos. Hay escenas que parecen sacadas de otras cintas, y también caricaturas que podrían transgredir ciertos límites. Sorrentino se lo permite y nosotros también, en beneficio de un cine que quiere ir más allá aunque no tenga tan claro dónde ni cómo.
Volviendo a la pregunta inicial, Nápoles no logra estar a la par con Parthenope. La ciudad es superada por la estampa de la protagonista, aunque lucha cuerpo a cuerpo en una batalla absolutamente desigual. Es esa identidad femenina la que se impone, marcando el paso del tiempo por una vida llena de recovecos que parece idílica, pero que al final se siente en parte vacía.
El punto central aquí es el amor en sus diferentes estados, romántico, platónico, idealista y como una decepción, todos vividos por la protagonista a lo largo de un poco más de setenta años. Con un poco de realidad y otro poco de ficción, es finalmente la búsqueda del sentido de la vida lo que llega a unir este relato, a veces más difusa, a veces más concreta, búsqueda de una mujer inquieta, ávida por descubrir y experimentar nuevas vivencias, aunque incapaz de echar raíces en el amor.
Cine de autor: una apuesta interesante, con bella fotografía y entornos cautivadores.
Ficha técnica
Título original: Parthenope
Año: 2024
Duración: 136 minutos
País: Italia
Compañías: Coproducción Italia-Francia; The Apartment, Saint Laurent, Numero 10, Pathé, PiperFilm, Logical Content Ventures, Canal+, Ciné+
Género: Drama | Años 60. Años 70
Guion: Umberto Contarello, Paolo Sorrentino
Música: Lele Marchitelli
Fotografía: Daria D'Antonio
Reparto: Celeste Dalla Porta, Stefania Sandrelli, Gary Oldman, Silvio Orlando, Luisa Ranieri, Peppe Lanzetta, Isabella Ferrari.
Dirección: Paolo Sorrentino
La historia es relativamente sencilla y se remonta a 1950, cuando nace una esperada niña bajo el cobijo de una adinerada familia. Como no era claro qué nombre debían ponerle, surge el de Parthenope, como referencia tanto a la ciudad como a la sirena de la mitología griega que, según cuenta la leyenda, dio origen a Nápoles. Rápidamente nos saltamos 18 años y Parthenope ya es una mujer hecha y derecha. Interpretada por Celeste Dalla Porta, irradia una belleza, un desplante y una personalidad que no deja a nadie indiferente.
Entre las preciosas vistas de la costa, una casa ubicada en un sector de privilegio, reuniones sociales y fiestas de todo tipo, Parthenope decide ir a la Universidad y estudiar Antropología. La vida es así, un continuo, porque Sorrentino nos va trasladando de época casi sin darnos cuenta, manteniendo las bases de la historia y cambiando solo los contextos que encuentra la protagonista en su recorrido vital.
Difícil clasificar esta cinta. Difícil también saber desde qué punto abordarla para hacer un análisis que vaya un poco más allá de lo superficial y lo obvio. Una opción es la que entrega su mismo punto de partida, es decir, una especie de oda a la belleza. Claro, primero la belleza de los paisajes, del entorno, del cuidado de cada toma y la precisión de cada detalle encuadrado por una cámara siempre bien posicionada. En segundo lugar, lo que naturalmente salta a la vista: la exuberancia de su personaje principal, en perfecta sintonía con lo anterior, y agregando delicados y no tan sutiles toques de seducción y provocación.
Si por un lado tenemos lo bello como punto central, ¿qué sería entonces lo antagónico? Sorrentino no lo responde tan claramente, porque pasa de una situación a otra sin necesariamente desarrollar un evidente eje disruptivo. El contraste necesario, entonces, sería lo feo, pero no está presente, al menos a flor de piel. Sin embargo, si escarbamos un poco, lo podemos encontrar en las diferentes personalidades que va conociendo Parthenope, y por cierto en aquel lado oscuro de la vida, esa tragedia que marca un antes y un después en la relación familiar.
Como cine dentro del cine, o al menos varias películas en una, “Parthenope” se mueve entre convenciones y riesgos que a más de alguien pueden resultar incómodas para algunos. Hay escenas que parecen sacadas de otras cintas, y también caricaturas que podrían transgredir ciertos límites. Sorrentino se lo permite y nosotros también, en beneficio de un cine que quiere ir más allá aunque no tenga tan claro dónde ni cómo.
Volviendo a la pregunta inicial, Nápoles no logra estar a la par con Parthenope. La ciudad es superada por la estampa de la protagonista, aunque lucha cuerpo a cuerpo en una batalla absolutamente desigual. Es esa identidad femenina la que se impone, marcando el paso del tiempo por una vida llena de recovecos que parece idílica, pero que al final se siente en parte vacía.
El punto central aquí es el amor en sus diferentes estados, romántico, platónico, idealista y como una decepción, todos vividos por la protagonista a lo largo de un poco más de setenta años. Con un poco de realidad y otro poco de ficción, es finalmente la búsqueda del sentido de la vida lo que llega a unir este relato, a veces más difusa, a veces más concreta, búsqueda de una mujer inquieta, ávida por descubrir y experimentar nuevas vivencias, aunque incapaz de echar raíces en el amor.
Cine de autor: una apuesta interesante, con bella fotografía y entornos cautivadores.
Ficha técnica
Título original: Parthenope
Año: 2024
Duración: 136 minutos
País: Italia
Compañías: Coproducción Italia-Francia; The Apartment, Saint Laurent, Numero 10, Pathé, PiperFilm, Logical Content Ventures, Canal+, Ciné+
Género: Drama | Años 60. Años 70
Guion: Umberto Contarello, Paolo Sorrentino
Música: Lele Marchitelli
Fotografía: Daria D'Antonio
Reparto: Celeste Dalla Porta, Stefania Sandrelli, Gary Oldman, Silvio Orlando, Luisa Ranieri, Peppe Lanzetta, Isabella Ferrari.
Dirección: Paolo Sorrentino
viernes, 21 de marzo de 2025
Código Negro
Dos películas del director Steven Soderbergh en cartelera el mismo mes es una extraña coincidencia, y algo afortunado también, diría yo. “Presencia”, del año 2024 y “Black Bag” de este año, representan estilos totalmente diferentes y eso habla de la gran versatilidad de un cineasta que se encuentra siempre inmerso en procesos creativos.
Con guion de David Koepp, Soderbergh incursiona en uno de sus géneros preferidos, el thriller, esta vez basado en espionaje e intrigas al interior de una agencia de inteligencia británica. George Woodhouse -Michael Fassbender-, un reservado oficial de alto rango, recibe la delicada misión de descubrir la filtración de “Severus”, un software ultrasecreto que si cae en manos equivocadas tendría consecuencias desastrosas. Los sospechosos son varios pero están todos al interior de la misma agencia. El plan de George es simple, desenmascarar al posible traidor, pero, ¿qué sucedería si esa persona fuera nada menos que su esposa Kathryn St. Jean -Cate Blanchett-, otra de las agentes principales de la oficina?
La narrativa visual que imprime el director es muy delicada. Todo es elegante y parsimonioso, incluso la forma de presentar la trama y la manera de ir confundiendo a la audiencia con datos y pistas que no son necesariamente verdaderas ni importantes. Si bien no se presenta mayor innovación, los elementos funcionan bien como distractores y condimentan lo que iremos conociendo posteriormente. El guion es complejo, por supuesto, pero muy inteligente. Es de esas historias que debemos dejar que transcurra sin angustiarnos por no entender de buenas a primeras todos los cabos sueltos que nos dejan, tal como si fueran palitos dispuestos a ser pisados ingenuamente.
A pesar de lo enrevesada de la trama, la cinta mantiene, en general, un buen ritmo, ya que logra combinar largos pasajes, donde solo encontramos diálogos, con giros que nos desvían el rumbo de nuestras sospechas. Poca acción, eso sí, más bien acción intelectual para poder seguir bien los vericuetos que presenta una intrincada red de situaciones y hechos.
Fassbender y Blanchett muestran mucha química en pantalla. Y no es exuberante; quizás incluso un poco apagada, pero fluye bajo cuerda y agrega inesperadas dosis de tensión gracias a pequeños detalles y grandes descubrimientos. El resto del elenco acompaña bien, sin destacar demasiado, pero Pierce Brosnan, interpretando al máximo responsable de la agencia, indudablemente se despega del resto de sus compañeros.
“Black Bag” funciona no solo por sus personajes, sino porque ofrece una trama con visos de actualidad, recubierta de los tradicionales problemas de confianza y traición que están presentes en los altos niveles de seguridad. Cuando la estética se junta con buenos diálogos suele ser una delicia, y esta película tiene buena parte de esto. Pero ojo con las expectativas. Acá no veremos una cinta para estar al borde de la silla. No. Debemos prepararnos para otro tipo de ejercicio, más interno y de elaboración. Hay que fijarse en los detalles, degustar cada giro, saborear los diálogos. Porque si pasamos de largo esperando la resolución, llegaremos al final con las manos vacías.
Ficha técnica
Título original: Black Bag
Año: 2025
Duración: 93 minutos
País: Reino Unido
Compañías: Coproducción Reino Unido-Estados Unidos; Distribuidora: Focus Features, Universal Pictures
Género: Thriller. Intriga. Drama | Espionaje
Guion: David Koepp
Música: David Holmes
Fotografía: Steven Soderbergh
Reparto: Cate Blanchett, Michael Fassbender, Marisa Abela, Tom Burke, Naomie Harris, Regé-Jean Page, Pierce Brosnan.
Dirección: Steven Soderbergh
Con guion de David Koepp, Soderbergh incursiona en uno de sus géneros preferidos, el thriller, esta vez basado en espionaje e intrigas al interior de una agencia de inteligencia británica. George Woodhouse -Michael Fassbender-, un reservado oficial de alto rango, recibe la delicada misión de descubrir la filtración de “Severus”, un software ultrasecreto que si cae en manos equivocadas tendría consecuencias desastrosas. Los sospechosos son varios pero están todos al interior de la misma agencia. El plan de George es simple, desenmascarar al posible traidor, pero, ¿qué sucedería si esa persona fuera nada menos que su esposa Kathryn St. Jean -Cate Blanchett-, otra de las agentes principales de la oficina?
La narrativa visual que imprime el director es muy delicada. Todo es elegante y parsimonioso, incluso la forma de presentar la trama y la manera de ir confundiendo a la audiencia con datos y pistas que no son necesariamente verdaderas ni importantes. Si bien no se presenta mayor innovación, los elementos funcionan bien como distractores y condimentan lo que iremos conociendo posteriormente. El guion es complejo, por supuesto, pero muy inteligente. Es de esas historias que debemos dejar que transcurra sin angustiarnos por no entender de buenas a primeras todos los cabos sueltos que nos dejan, tal como si fueran palitos dispuestos a ser pisados ingenuamente.
A pesar de lo enrevesada de la trama, la cinta mantiene, en general, un buen ritmo, ya que logra combinar largos pasajes, donde solo encontramos diálogos, con giros que nos desvían el rumbo de nuestras sospechas. Poca acción, eso sí, más bien acción intelectual para poder seguir bien los vericuetos que presenta una intrincada red de situaciones y hechos.
Fassbender y Blanchett muestran mucha química en pantalla. Y no es exuberante; quizás incluso un poco apagada, pero fluye bajo cuerda y agrega inesperadas dosis de tensión gracias a pequeños detalles y grandes descubrimientos. El resto del elenco acompaña bien, sin destacar demasiado, pero Pierce Brosnan, interpretando al máximo responsable de la agencia, indudablemente se despega del resto de sus compañeros.
“Black Bag” funciona no solo por sus personajes, sino porque ofrece una trama con visos de actualidad, recubierta de los tradicionales problemas de confianza y traición que están presentes en los altos niveles de seguridad. Cuando la estética se junta con buenos diálogos suele ser una delicia, y esta película tiene buena parte de esto. Pero ojo con las expectativas. Acá no veremos una cinta para estar al borde de la silla. No. Debemos prepararnos para otro tipo de ejercicio, más interno y de elaboración. Hay que fijarse en los detalles, degustar cada giro, saborear los diálogos. Porque si pasamos de largo esperando la resolución, llegaremos al final con las manos vacías.
Ficha técnica
Título original: Black Bag
Año: 2025
Duración: 93 minutos
País: Reino Unido
Compañías: Coproducción Reino Unido-Estados Unidos; Distribuidora: Focus Features, Universal Pictures
Género: Thriller. Intriga. Drama | Espionaje
Guion: David Koepp
Música: David Holmes
Fotografía: Steven Soderbergh
Reparto: Cate Blanchett, Michael Fassbender, Marisa Abela, Tom Burke, Naomie Harris, Regé-Jean Page, Pierce Brosnan.
Dirección: Steven Soderbergh
miércoles, 19 de marzo de 2025
Henri, el último pirata
Sinopsis: Desarrollada en un Chile melancólico que pasea por distintas décadas y territorios, que a veces parece otro planeta, hombres que vivieron un mundo que todavía escondía tesoros o, quizá, un tributo al mundo cuando todavía parecía desconocido. Narrada con desfachatez, llena de giros, pasando desde el Calypso de Jacques Cousteau, a la Polinesia y luego a la cima de un volcán en la mitad de un desierto. Pareciera que el verdadero tesoro del director es el material que tiene en sus manos y no el de su pirata Henri, el hipnótico protagonista.
Imágenes de archivo abren este trabajo documental liderado por Julián Fernández Prieto. Remiten al año 1975, cuando la expedición de Jacques Cousteau llegó a Rapa Nui a realizar investigaciones. Para quienes crecimos viendo los reportajes del ‘Calypso’, el emblemático barco del capitán francés, la nostalgia nos invade de inmediato. Pero esto no se trata de ‘El mundo submarino…’. Se trata de personas que venían con Cousteau, en específico una de ellas: Henri García, un explorador nato y experimentado buzo que se enamoró de la isla, dejó todo y se quedó.
Una bella toma aérea de la Isla de Pascua, que abarca casi toda su extensión, da paso al diálogo de un padre con su hijo mientras revisan fotos antiguas. Ya son 60 años los transcurridos y quien habla es el hijo de Henri. La historia se repite, señala, porque hoy día es él quien rescata el legado de su padre enseñando a su hijo los secretos de las aventuras al aire libre que aprendió de su progenitor.
Este documental busca retratar a un personaje. ¿Se trata de un documental de recuerdos o de un testimonio actual? Ante la ausencia de definiciones, el metraje se desordena, no están claros los roles, resulta confuso y finalmente no logra conectar con el personaje central, Henri García.
La cinta se abre hacia otras expediciones de su figura principal. Vuelve a él, un hombre versátil, con un espíritu inquebrantable y siempre ávido de conocimiento. El descubrimiento de una esfera de cristal en el cráter de un volcán, la laguna más alta en la que Henri ha podido bucear, parece un punto de llegada. Pero no. Cual “Rondó”, el tema principal regresa sin variaciones, ni de forma ni de fondo. Continuamos desde el mismo punto en el que comenzamos.
Imágenes bellas o una serie de recuerdos audiovisuales no resultan suficientes para contar una historia sin tener un foco definido, sin un hilo conductor que nos guíe al interior de un relato que finalmente es más anecdótico que profundo. Con lo que observamos en pantalla no alcanzamos a conocer al personaje. Tampoco logramos eso con otros, con sus hijos, o con los más cercanos. Algo falta para hacer la conexión, tal vez una mayor depuración del material o bien una mayor profundidad en quienes vivieron bajo la luminosidad de Henri.
90 minutos que se hacen extensos porque el rumbo parece extraviado. Es como si el “Calypso” hubiese partido solo, sin su capitán. Interesante, por cierto, pero finalmente se ve perdido, a la deriva: entre la añoración y el recuerdo, entre el hombre y lo que dejó su paso por Rapa Nui, entre el mito y la realidad.
Ficha técnica
Título original: Henri, el último pirata
Año: 2024
Duración: 90 minutos
País: Chile
Compañías: Productora -1 Cine
Género: Documental
Música: Loti García Haoa, Pablo Yovane
Fotografía: Tomás Yovane
Reparto: Documental
Dirección: Julián Fernández Prieto
Imágenes de archivo abren este trabajo documental liderado por Julián Fernández Prieto. Remiten al año 1975, cuando la expedición de Jacques Cousteau llegó a Rapa Nui a realizar investigaciones. Para quienes crecimos viendo los reportajes del ‘Calypso’, el emblemático barco del capitán francés, la nostalgia nos invade de inmediato. Pero esto no se trata de ‘El mundo submarino…’. Se trata de personas que venían con Cousteau, en específico una de ellas: Henri García, un explorador nato y experimentado buzo que se enamoró de la isla, dejó todo y se quedó.
Una bella toma aérea de la Isla de Pascua, que abarca casi toda su extensión, da paso al diálogo de un padre con su hijo mientras revisan fotos antiguas. Ya son 60 años los transcurridos y quien habla es el hijo de Henri. La historia se repite, señala, porque hoy día es él quien rescata el legado de su padre enseñando a su hijo los secretos de las aventuras al aire libre que aprendió de su progenitor.
Este documental busca retratar a un personaje. ¿Se trata de un documental de recuerdos o de un testimonio actual? Ante la ausencia de definiciones, el metraje se desordena, no están claros los roles, resulta confuso y finalmente no logra conectar con el personaje central, Henri García.
La cinta se abre hacia otras expediciones de su figura principal. Vuelve a él, un hombre versátil, con un espíritu inquebrantable y siempre ávido de conocimiento. El descubrimiento de una esfera de cristal en el cráter de un volcán, la laguna más alta en la que Henri ha podido bucear, parece un punto de llegada. Pero no. Cual “Rondó”, el tema principal regresa sin variaciones, ni de forma ni de fondo. Continuamos desde el mismo punto en el que comenzamos.
Imágenes bellas o una serie de recuerdos audiovisuales no resultan suficientes para contar una historia sin tener un foco definido, sin un hilo conductor que nos guíe al interior de un relato que finalmente es más anecdótico que profundo. Con lo que observamos en pantalla no alcanzamos a conocer al personaje. Tampoco logramos eso con otros, con sus hijos, o con los más cercanos. Algo falta para hacer la conexión, tal vez una mayor depuración del material o bien una mayor profundidad en quienes vivieron bajo la luminosidad de Henri.
90 minutos que se hacen extensos porque el rumbo parece extraviado. Es como si el “Calypso” hubiese partido solo, sin su capitán. Interesante, por cierto, pero finalmente se ve perdido, a la deriva: entre la añoración y el recuerdo, entre el hombre y lo que dejó su paso por Rapa Nui, entre el mito y la realidad.
Ficha técnica
Título original: Henri, el último pirata
Año: 2024
Duración: 90 minutos
País: Chile
Compañías: Productora -1 Cine
Género: Documental
Música: Loti García Haoa, Pablo Yovane
Fotografía: Tomás Yovane
Reparto: Documental
Dirección: Julián Fernández Prieto
martes, 18 de marzo de 2025
El Abismo Secreto
Sigiloso. Así comienza “El Abismo Secreto”, porque el asesinato inicial perpetrado por Drasa -Anya Taylor-Joy-, no se condice con la posterior confesión hecha a su padre enfermo. Si en verdad ya no puede más, no es lo que sucede después, al menos en apariencia.
Por su parte, Levi -Miles Teller-, recibe precisas indicaciones de Bartholomew -Sigourney Weaver-, para un trabajo que le cae como anillo al dedo luego de unos meses de forzada pausa. Un preciso salto en paracaídas lo lleva a parajes inexplorados y entramos de lleno en el escenario de este thriller fantástico que se tiñe con algunos monstruos y unas pocas gotas de terror.
La premisa es clara. Dos torres de vigilancia están al borde de un fantasmal abismo. Una a cada lado. No se ve nada hacia abajo; una espesa bruma cubre todo. ¿Qué hay allí? El predecesor de Levi le da algunas pistas pero son vagas. Debe controlar, pero no está muy definido qué es lo que tiene que hacer. Los armamentos son de grueso calibre y las instalaciones, aunque añosas, al menos parecen útiles.
Y comienza la rutina, la vigilancia, y por supuesto, a la torre de enfrente llega Drasa. Están solos, cada uno en su torre. Se divisan, no tienen permitido contacto alguno. Pasan días, pero la regla se deja de cumplir el día del cumpleaños de la joven. Y comienzan los acertijos y las conjeturas. Parece que la misión no es proteger el abismo sino impedir que salga de allí lo que alberga en su interior.
Ambos vigilantes tienen algo en común que los marca: tienen buena puntería. ¿Buena? ¡No! Extraordinaria, y la ponen a prueba cuando empiezan a recibir ataques a través de sus muros. Pero ya hay comunicación. No están solos, tienen compañía, aunque desconozcan completamente por qué los tienen destinados en ese inhóspito lugar.
Pasan los meses, pasa Navidad, llega febrero y todo sigue su ritmo. ¿Cuál es la verdad que oculta ese abismo? ¿Qué hacen, o más bien, qué deben hacer? ¿Cuánto pueden arriesgar? ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar?
“The Gorge”, dirigida por Scott Derrickson, no se trata de una sorpresa. En su forma es convencional, la historia de una pareja con un ropaje diferente al tradicional, pero suma algunos elementos que al comienzo cuesta un poco conectar. Hay de historia, desde al menos la Segunda Guerra Mundial, también algo de las divisiones y muros posteriores, otro poco de la Guerra Fría, todo esto mezclado, fusionado y revuelto con experimentos que podrían ser terrestres o extraterrestres. La película cambia al momento de su punto de inflexión, más o menos a la mitad del metraje. Y de convencional pasa a ser clásica y predecible, pero junto con ello llega el momento de asustarnos, las explicaciones, el contexto y el camino al desenlace.
¿Lo bueno? La química y las actuaciones de la pareja protagónica. ¿Lo no tan bueno? Se estira un poquito; condensada a 80 o 90 minutos habría sido perfecta. Aun así, resulta ágil y entretenida a pesar de esos largos momentos solo con Miles Teller y Anya Taylor-Joy en pantalla, con poco movimiento y escasos diálogos, lo que curiosamente funciona bien, porque la sensación que queda al final es satisfactoria. Entretención recomendada para la tarde de un domingo, sin apuro, y para olvidar que se aproxima lo que sí es terrorífico: el inicio de la semana laboral.
Ficha técnica
Título original: The Gorge
Año: 2025
Duración: 118 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Apple Original Films, Crooked Highway, Lit Entertainment Group, Skydance Productions, Transportation Resources. Distribuidora: Apple TV+
Género: Acción. Thriller. Terror. Fantástico | Monstruos
Guion: Zach Dean
Música: Trent Reznor, Atticus Ross
Fotografía: Dan Laustsen
Reparto: Miles Teller, Anya Taylor-Joy, Sigourney Weaver
Dirección: Scott Derrickson
Por su parte, Levi -Miles Teller-, recibe precisas indicaciones de Bartholomew -Sigourney Weaver-, para un trabajo que le cae como anillo al dedo luego de unos meses de forzada pausa. Un preciso salto en paracaídas lo lleva a parajes inexplorados y entramos de lleno en el escenario de este thriller fantástico que se tiñe con algunos monstruos y unas pocas gotas de terror.
La premisa es clara. Dos torres de vigilancia están al borde de un fantasmal abismo. Una a cada lado. No se ve nada hacia abajo; una espesa bruma cubre todo. ¿Qué hay allí? El predecesor de Levi le da algunas pistas pero son vagas. Debe controlar, pero no está muy definido qué es lo que tiene que hacer. Los armamentos son de grueso calibre y las instalaciones, aunque añosas, al menos parecen útiles.
Y comienza la rutina, la vigilancia, y por supuesto, a la torre de enfrente llega Drasa. Están solos, cada uno en su torre. Se divisan, no tienen permitido contacto alguno. Pasan días, pero la regla se deja de cumplir el día del cumpleaños de la joven. Y comienzan los acertijos y las conjeturas. Parece que la misión no es proteger el abismo sino impedir que salga de allí lo que alberga en su interior.
Ambos vigilantes tienen algo en común que los marca: tienen buena puntería. ¿Buena? ¡No! Extraordinaria, y la ponen a prueba cuando empiezan a recibir ataques a través de sus muros. Pero ya hay comunicación. No están solos, tienen compañía, aunque desconozcan completamente por qué los tienen destinados en ese inhóspito lugar.
Pasan los meses, pasa Navidad, llega febrero y todo sigue su ritmo. ¿Cuál es la verdad que oculta ese abismo? ¿Qué hacen, o más bien, qué deben hacer? ¿Cuánto pueden arriesgar? ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar?
“The Gorge”, dirigida por Scott Derrickson, no se trata de una sorpresa. En su forma es convencional, la historia de una pareja con un ropaje diferente al tradicional, pero suma algunos elementos que al comienzo cuesta un poco conectar. Hay de historia, desde al menos la Segunda Guerra Mundial, también algo de las divisiones y muros posteriores, otro poco de la Guerra Fría, todo esto mezclado, fusionado y revuelto con experimentos que podrían ser terrestres o extraterrestres. La película cambia al momento de su punto de inflexión, más o menos a la mitad del metraje. Y de convencional pasa a ser clásica y predecible, pero junto con ello llega el momento de asustarnos, las explicaciones, el contexto y el camino al desenlace.
¿Lo bueno? La química y las actuaciones de la pareja protagónica. ¿Lo no tan bueno? Se estira un poquito; condensada a 80 o 90 minutos habría sido perfecta. Aun así, resulta ágil y entretenida a pesar de esos largos momentos solo con Miles Teller y Anya Taylor-Joy en pantalla, con poco movimiento y escasos diálogos, lo que curiosamente funciona bien, porque la sensación que queda al final es satisfactoria. Entretención recomendada para la tarde de un domingo, sin apuro, y para olvidar que se aproxima lo que sí es terrorífico: el inicio de la semana laboral.
Ficha técnica
Título original: The Gorge
Año: 2025
Duración: 118 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Apple Original Films, Crooked Highway, Lit Entertainment Group, Skydance Productions, Transportation Resources. Distribuidora: Apple TV+
Género: Acción. Thriller. Terror. Fantástico | Monstruos
Guion: Zach Dean
Música: Trent Reznor, Atticus Ross
Fotografía: Dan Laustsen
Reparto: Miles Teller, Anya Taylor-Joy, Sigourney Weaver
Dirección: Scott Derrickson
lunes, 17 de marzo de 2025
Bernadette
Imaginar la vida de la mujer de un presidente “en la interna”, podría ser un ejercicio muy interesante. Ahora bien, incursionar en la vida de Bernadette Chirac, esposa de Jacques Chirac, expresidente de Francia entre los años 1995 y 2007, resulta aún más intrigante y, además, controvertido. La encargada de llevar esto a la pantalla es Léa Domenach, quien con esta cinta hace su debut en el campo de la dirección. ¡Y qué debut!, porque tener nada menos que a Catalina Deneuve en el rol protagónico ya es una tremenda carta de presentación, además de un excelente punto de partida para una historia que promete ser de lo más sabrosa.
Ficha técnica
Título original: Bernadette
Año: 2023
Duración: 92 minutos
País: Francia
Compañías: Christel Dewynter
Género: Comedia | Basado en hechos reales. Biográfico. Política
Guion: Clémence Dargent, Léa Domenach
Música: Anne-Sophie Versnaeyen
Fotografía: Elin Kirschfink
Reparto: Catalina Deneuve, Denis Podalydès, Michel Vuillermoz, Sara Giraudeau
Dirección: Léa Domenach
“Bernadette” es Deneuve, y Deneuve es “Bernadette”. Esta simbiosis marca no solo el ritmo de la historia sino todo el color que la cineasta impregna en el metraje. Los gestos, lo que la actriz transmite con su mirada, sus posturas corporales y, la mayor de las veces, tan solo su presencia, se transforman en una enorme ventaja al momento de configurar al personaje. Recatada en un inicio, incluso apática y chapada a la antigua, Bernadette siempre ha sido postergada por su marido a un rol en las sombras, en segundo o tercer plano, relegada, incluso, al patio trasero. Sin embargo, su llegada al Elíseo provoca un giro. Las cosas deben cambiar; trabajar su perfil, comunicar mejor, medir el impacto de sus acciones y dar rienda suelta a un instinto político bien afinado por los años.
Desde ya, esto no es un clásico biopic. Se anuncia que está basado en hechos reales pero adaptados libremente. Claramente es así, porque abundan las caricaturas y, la verdad, casi ningún personaje queda muy bien parado. Y ojo que ni siquiera se salva la protagonista. Lo histriónico de algunos y la reserva de otros dan cuenta de una vida posiblemente desconectada de la realidad, donde el poder se transforma en un objetivo y no en un medio para conseguir los cambios que se requieren y que se prometen casi irresponsablemente.
Con ritmo pausado, Domenach no se apresura ni muestra todas sus cartas en la exposición. Poco a poco aparecen personajes, dibujados en un entorno confuso que mezcla relaciones familiares y de trabajo en una misma conjunción, donde los límites se difuminan y los valores cambian según la orientación del viento político que les arrastre.
Liviana y sencilla de digerir, “Bernadette” no es necesariamente una reivindicación ni tampoco un capítulo feminista. Va un poco más allá. Se trata de la valoración del rol de una mujer como soporte de un marido reconocido y su posterior empoderamiento y transformación paulatina para llegar a ser, en sí misma, figura principal al interior de un reparto donde todo el mundo cree ser la máxima estrella.
Ficha técnica
Título original: Bernadette
Año: 2023
Duración: 92 minutos
País: Francia
Compañías: Christel Dewynter
Género: Comedia | Basado en hechos reales. Biográfico. Política
Guion: Clémence Dargent, Léa Domenach
Música: Anne-Sophie Versnaeyen
Fotografía: Elin Kirschfink
Reparto: Catalina Deneuve, Denis Podalydès, Michel Vuillermoz, Sara Giraudeau
Dirección: Léa Domenach
Suscribirse a:
Entradas (Atom)