martes, 24 de julio de 2007

Camerata Bariloche

El martes 17 de julio se presentó en Aantiago - Teatro Municipal - la excelente Camerata Bariloche. Con una agrupación de Orquesta de Cámara tradicional, ofreció un concierto con obras de Mozart, Marcello, Vivaldi, Bach y Piazzola.

Comenzó el concierto con "Una pequeña Serenata Nocturna" Difícil obra para iniciar el programa. Muy conocida, esta obra presenta las mayores dificultades de interpretación clásica. El equilibrio conseguido fue espléndido, con una sonoridad bastante pastosa, no tan brillante tal vez como se desearía en la chispa de Mozart, pero convincente. De las familias, destacan los bajos, muy precisos y con afinación muy compenetrada. Salvo algunos desajustes en los primeros violines - básicamente de afinación en los agudos - escuchamos una presentación de primer nivel. Algo rápido el segundo tiempo, derivó en un final muy chispeante y lleno de color.

Como segunda obra escuchamos el Concierto para Oboe de Marcello. La orquesta se lució en esos brillantes "unísonos" que dan paso a la entrada del solista. En esta ocasión el solista nos ofreció una versión muy recatada del concierto. Sin el brillo propio del oboe y carente de mayor sonoridad, la orquesta en varios pasajes estaba al borde de ocultar al oboe, el que gracias a su particular timbre lograba salir al paso con una dosis de color. Una versión correcta, mas no del nivel del resto del programa.

Al terminar la primera parte algo muy poco comprensible. Escuchamos sólo el trecer movimiento del Concierto en Sol menor ( El Verano ) de las Cuatro Estaciones de Antonio Vivaldi. Estaba anunciado el concierto completo, sin embargo se ofrece sólo el último tiempo, casi como bis... En la versión ofrecida a cargo del solista y concertino Fernando Hasaj pudimos escuchar una brillante interpretación, muy musical y comprometida. Lamentamos algunas claras desafinaciones en los agudos y en ciertos pasajes llenos de grandes dificultades.

La segunda parte dio inicio con el Concierto para dos violines en re menor de J.S.Bach - hermoso concierto de gran profundidad tanto para los solistas y la orquesta -, con el Maestro Hasaj como primer violín y su asistente como segundo. Llama la atención - dentro de la sólida versión presentada - algunos desajustes en los estilos del toque entre ambos violines. Esto se hace presente mayormente en el primer y segundo movimiento, donde diferencias en golpes de arco y ligaduras provocan una cierta tensión del concierto. Un romanticismo - algo exagerado en mi impresión - en el segundo tiempo da paso a un brillante final, donde solistas y orquesta se lucen en una mágica cadena de solos y tuttis.

Para finalizar, escuchamos tres piezas de Astor Piazzola, muy llenas del espíritu porteño y orquestadas magistralmente para esta agrupación. Nuevamente algunas desafinaciones en los agudos de los solos de violín hicieron algo de mella al brillante desempeño orquestal. Adios Nonino, clásico entre los clásicos de Piazzola, cerró la brillante noche de la Camerata. Fuera de programa un Divertimento de Mozart finalizó de manera redonda una gran presentación de una agrupación de nivel internacional, cuya presencia en nuestro teatro es verdaderamente un lujo.

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