sábado, 30 de agosto de 2025

Mascotas al Rescate

Un tren desbocado, corriendo a toda velocidad, sin control y a punto de estrellarse. Dantesco escenario. Esta idea, que hemos visto desarrollada varias veces, es la columna vertebral de una nueva película animada francesa dirigida por Benoît Daffis y Jean-Christian Tassy. Pero el ingrediente principal no es solamente la loca ruta del tren. Hay algo más. A punto de salir de la estación, cuando todo pareciera ser una jornada normal, los pasajeros son conminados a abandonar los vagones dejando todo a bordo, incluso a sus mascotas. 


¿Qué sucede? Indudablemente hay un cerebro detrás; se trata de una operación cuidadosamente planificada. La médula es Hans, un tejón manipulador y rencoroso que quiere cobrar venganza de Rex, un perro policía que lo encarceló hace años. Para conseguir su objetivo, usa a Falcon, un mapache bonachón, algo ingenuo, que fácilmente cae en su trampa. Con las cartas sobre la mesa, solo queda preguntarse una cosa: ¿logrará Hans su propósito, o las mascotas podrán salvarse de un terrible accidente?

Uno de los aciertos de esta animación es la construcción de sus personajes. Vemos en ellos personalidades marcadas y definidas, con una amplia variedad de rasgos. Surgen liderazgos, algunos improvisados, frente a los temores y limitaciones de otros compañeros de ruta. Ante la adversidad, la ayuda solidaria y la amistad encabezan la lista de principios, porque, más que mal, están todos en el mismo tren y deben buscar soluciones en conjunto, trabajando como un gran equipo.

Los valores no se quedan atrás en esta cinta que está claramente dirigida a los más pequeños. La responsabilidad y la esperanza son presentados con mucha claridad, y también aquello de aparentar lo que no se es, tema que Falcon aborda en una profunda reflexión. El cómo transformar una crisis en oportunidad también se encuentra presente, porque debemos ser capaces de encontrar la forma de solucionar los problemas de manera creativa y oportuna.

Los dueños de las mascotas saltan al tapete gracias a sus marcadas características. Emergen diferentes motivaciones personales, como asimismo la relación que cada uno de ellos tiene con sus queridos cachorros, reflejando en caricatura un mundo cada vez más presente.

Cuadros variopintos, bellas estéticas y una animación fluida dan vida a una aventura de corte infantil y sencilla, pero que no escatima en guiños para acompañantes mayores a través de píldoras de humor y no pocos sarcasmos. Algunas críticas a la exposición en redes sociales y a la cobertura de la prensa sensacionalista saltan al ruedo, detalles que quizá escapen a los más pequeños pero que a nosotros, los adultos, nos podría abrir más de un tema de reflexión.

“Falcon Express” es ágil, graciosa, simpática y entretenida. En solo 99 minutos se da maña para contar una historia que transcurre prácticamente en un solo escenario -el tren en movimiento-, pero que deja en la retina la sensación de ser más amplia y sugerente. Animación para entretener y también para enseñar, una mezcla virtuosa bien rescatada por sus creadores, en una propuesta que destaca por su renovada frescura.

Ficha técnica

Título original: Falcon Express
Año: 2025
Duración: 99 minutos
País: Francia 
Guion: David Alaux, Eric Tosti, Jean-François Tosti
Reparto: Animación
Fotografía: Animación
Compañías: Coproducción Francia-Estados Unidos; Apollo Films, France 3 Cinéma, France TV, Kinologic Films (DC), TAT Productions. 
Distribuidora: Apollo Films
Género: Animación. Comedia. Infantil | Animales. Trenes / Metros
Dirección: Benoît Daffis, Jean-Christian Tassy

miércoles, 27 de agosto de 2025

The Storm: El Secreto del Gran Barco Negro

Daguzi, un hombre pobre, descubre a un niño flotando en un río y decide adoptarlo como su hijo. Se llama Mantou. Juntos viajan a la Bahía del Gran Dragón en busca de un tesoro escondido a bordo de un misterioso barco negro. Sin embargo, Daguzi es atacado y comienza a transformarse lentamente. Mantou quiere salvarlo, pero se encuentra en el interior del barco con espíritus de artistas de la Ópera de Pekín y se da cuenta de que quienes han subido a bordo no han salido realmente vivos.

Algo de mito, leyenda e historia está presente en este relato del director Yang Zhigang. La película explora algunos elementos simbólicos como la codicia humana, el castigo sobrenatural, la búsqueda de redención y la restauración del equilibrio con criaturas místicas, como medusas y dragones, y también con la presencia de algunos pájaros míticos. La cinta, entonces, funciona como una parábola social, donde el barco no es solo el escenario, sino el espejo de una sociedad decadente compuesta tanto por seres vivos como por espectros culposos.

Tal vez el punto más alto de esta animación sea su estética. Inspirada en la pintura tradicional china, cada cuadro combina detalles artesanales con un clima húmedo y amenazante, conectando tradición y modernidad, y generando una identidad propia.

Este relato está compuesto de muchas luces y sombras. La idea de esta “arca oscura” viene a ser opuesta a la luminosidad de aves y peces que abren camino hacia la vida. La figura blanca en el interior del barco, tal vez representando la imagen de un “Ser Superior”, remarca esa búsqueda de redención, algo que se puede observar con mayor claridad al ser representada por aquel satín de luz que luego se posiciona como elemento central. Al mismo tiempo, la tormenta, que da título a esta obra, remite a un concepto universal: cae sobre todos por igual, sin distinguir a los justos de los injustos.

“The Storm: El Secreto del Gran Barco Negro” no es solo una narración fantástica. Es, más bien, un comentario profundamente crítico sobre la condición humana. En sus múltiples capas cargadas de simbolismo, se expresa lo político, lo moral y lo existencial, todo ello envuelto en un estilo visual que irradia fuerza y singularidad. La tormenta, también sinónimo de caos y desesperación, instala la necesidad de salvación. De esa forma, el barco presentado esta vez como un “arca” de rescate, cumpliría el propósito, funcionando como metáfora de la liberación de los necesitados y del fin del mal.

Llama la atención la banda sonora de este filme. Compuesta con un marcado uso de figuras rítmicas y abundantes matices, fácilmente remite a música para ballet. Incluso propone algunos guiños expresos a “La Consagración de la Primavera” de Igor Stravinsky, dentro de una partitura interesante y, curiosamente muy occidental. Es otro contrapunto, quizá menos visible, pero igualmente importante.

“The Storm”, con una duración de 112 minutos, apuesta por un relato adulto, simbólico y con un expresivo trasfondo filosófico. Al crear un lugar donde la ambición y la maldad chocan con la bondad y la inocencia, Yang Zhigang no busca competir en el terreno del entretenimiento rápido, sino presentar un cine de autor encarnado en una animación de gran densidad política y cultural.

Ficha técnica

Título original: The Storm (大雨).
Año: 2024
Duración: 102 minutos
País: China
Fotografía: Animación
Género: Animación. Aventuras. Fantástico
Reparto: Animación
Dirección: Yang Zhigang 

miércoles, 20 de agosto de 2025

Drácula: Una historia de amor

La pasión de amor de dos jóvenes enamorados se interrumpe abruptamente. Es la guerra la que golpea la puerta, la obligación que tiene él de liderar una cruzada impostergable. Encomienda a su esposa al papa, pero las consecuencias del conflicto bélico son inevitables. Un sorpresivo ataque del enemigo trae la muerte consigo. Desesperado, el príncipe no sabe qué hacer. No quiere vivir, no quiere seguir adelante. Renuncia a todo, incluso a Dios. Y se transforma en vampiro; en el Conde Drácula.

Transcurren 400 años y el protagonista -Caleb Landry Jones-, aún no supera la pérdida de su amada Elisabeta -Zoë Bleu-. Convencido de su reencarnación, la busca con la ayuda de sus leales colaboradores. Nada. No hay rastros. Por otra parte, un estudioso sacerdote -Christoph Waltz-, cuya orden ha perseguido por siglos a los vampiros, llega a París alertado por la presencia de una joven que parece poseída.

Cuando Drácula recibe en su castillo a un joven abogado dedicado a los negocios se produce lo imprevisto. Curioso y atrevido, el visitante no obedece la instrucción de quedarse en su habitación por lo que el castigo que se le impone es la muerte. No obstante, un último deseo concedido por el anfitrión abre la puerta a una solución diferente. Los recuerdos inundan al vampiro y el invitado le comparte algo muy íntimo: pronto se casará con Mina, la mujer de sus sueños. El Conde, al ver el retrato, no lo puede creer. Es ella, es su amada que, tras una larga espera, efectivamente está viva.

El director francés Luc Besson se arriesga con una especial mirada sobre el vampiro más conocido del mundo. No es sencillo. Luego de tantas visiones e interpretaciones, crear algo diferente es un reto fantástico. Besson escribe también el guion, asumiendo, así, el desafío de entregar nueva vida al famoso libro de Bram Stoker.

La presente versión tiene a la estética como elemento principal. Todo lo gótico sobresale, con diseños particulares y una oscuridad transversal. Llaman la atención los decorados: un castillo medieval en medio de las montañas de Rumania, ornamentaciones vistosas, vestimentas cuidadas al detalle y coreografías grupales que por momentos se parecen a un musical. La música de Danny Elfman es una delicia. No solo acompaña, sino que, a través del empleo de motivos, es capaz de asociar personajes con características células melódicas.

La película gira sobre sí misma cuando Drácula se encuentra con Elisabeta. El pasado emerge lentamente alentado por el cortejo paciente y constante. Una cajita musical cierra el círculo. Los amantes se reencuentran y todo parece encaminarse hacia un final feliz, pero no debemos olvidarnos del sacerdote y del prometido de Mina. Son ellos la contraparte y están decididos a llegar hasta las últimas consecuencias.

Caleb Landry Jones resulta más sólido como Drácula que como príncipe, con una caracterización oscura y buena química con Zoë Bleu. La doble responsabilidad de la joven también funciona bien, porque debe dar cuenta de dos personajes en tiempos distintos y asumir características débiles y fuertes según el entorno en el que se encuentre.

Punto parte para Christoph Waltz. Actorazo en el papel que se le entregue. Domina la escena y se roba la pantalla en cada aparición, ya sea con la gestualidad de sus ojos, o bien a través de su particular ironía al momento de hablar. Un acierto su elección, además tomando en cuenta la modalidad elegida por Besson: un drama envuelto en capas delicadas de comedia negra con pequeñas dosis de terror.

“Dracula: A Love Tale” es finalmente lo que su título señala: una historia de amor. Con presencia del castigo y el sacrificio en pos de valores más trascendentes, la lucha contra la eternidad es el eje que se revela tras las capas lúdicas de la estructura formal. El desarrollo lineal aporta claridad al no ser necesario complicar una acción que fluye naturalmente al interior de una composición audiovisual sugerente y atractiva.

Un poco más de dos horas para una película distinta y que perfectamente pueden ver quienes se resisten, por diversas razones, a las historias de vampiros. Luc Besson intenta alivianar algunos estereotipos y buscar mucho más la humanización del archiconocido Conde Drácula. Bajo esa perspectiva, vaya que lo consigue en esta cinta entretenida, visualmente llamativa y que nos mantiene en estado de alerta durante todo su metraje.

Ficha técnica

Título original: Dracula: A Love Tale
Año: 2025
Duración: 129 minutos
País: Francia
Compañías: LBP Productions, Europa Corp, Actarus. Distribuidora: Leonine Distribution
Género: Terror. Drama | Vampiros
Guion: Luc Besson. Libro: Bram Stoker
Música: Danny Elfman
Fotografía: Colin Wandersman
Reparto: Caleb Landry Jones, Christoph Waltz, Zoë Bleu, Matilda De Angelis, Ewens Abid, David Shields, Guillaume de Tonquédec
Dirección: Luc Besson 

lunes, 18 de agosto de 2025

Homo Argentum

Si el anuncio de una película con Guillermo Francella me llama la atención desde el primer momento, un filme que menciona que el actor trasandino dará vida a 16 personajes, simplemente no la puedo dejar pasar.

Debo ser honesto. Me declaro fan de Francella. Lo sigo en cada una de sus entregas desde hace bastante tiempo, y a pesar de ello, siempre me sorprende, ya sea por su histrionismo, o bien por su capacidad de leer en profundidad, con sutiles gestos, cada uno de sus roles.

“Homo Argentum” nos brinda la oportunidad de ver al protagonista de “El Clan” y “El Encargado” en más de una docena de facetas distintas, cada una con un estereotipo diferente y una marcada intención común: develar aquel “gen argentino” perspicaz, particular y ampliamente reconocible. No es fácil analizar el metraje global de esta película al ser una suma de historias, sin embargo, existe un delgado hilo conductor y muchos vasos comunicantes que le entregan consistencia y unidad.

Primero, lo más evidente. El trabajo de Guillermo Francella es brillante. Las caracterizaciones que logra son notables, especialmente en aquellas que, a los pocos segundos, logran sacar no solo sonrisas, sino también consiguen la atención y complicidad de una audiencia expectante. El actor sabe ponerse en la piel de cada uno de sus representados consiguiendo una variedad más allá de estupendos camuflajes que, si no fuera por su voz, perfectamente nos podrían confundir. Un reto muy especial, superado con honores por un actor que posee múltiples herramientas dramáticas y que aún tiene mucho que entregar.

Segundo, un guion inteligente e incisivo a cargo de Mariano Cohn, Andrés Duprat y Gastón Duprat, que incorpora diálogos llenos de significado para resaltar la particularidad de cada una de las historias en cortos minutos. Es tan ágil y concreto, que en cada uno de los textos no existe desperdicio alguno. Quizá se percibe un halo de “Relatos Salvajes”, una cinta también episódica, pero en esta ocasión, multiplicado casi por tres.

Tercero, la realización. Mariano Cohn y Gastón Duprat dirigen un trabajo meticuloso que no deja nada al azar. Cada escena está diseñada al detalle y las interpretaciones conseguidas por el actor principal son de antología. Cuesta imaginar las horas de confección y creación de estilos junto a la posterior implementación concreta de aquello. Se nota el arduo trabajo tras bambalinas, coronado por una ejecución brillante y a la altura de estas exigentes circunstancias.

Cuarto, la profundidad del análisis. Estamos en presencia de una comedia que es utilizada como plataforma para poner sobre la mesa temas complejos. Hay una mirada común y una minuciosa investigación para mostrar situaciones cotidianas en las que los personajes se ven enfrentados a sendos dilemas morales. Como resultado, tanto la sorpresa, la risa o una conmovedora emoción, surgen en forma espontánea, traspasando nuestras capas de protección, calando hondo.

La crítica social presente en esta cinta, realizada con humor, por lo demás bastante negro en algunos pasajes, refleja una mirada clara y concreta, una radiografía sin anestesia capturada con ironía, bastante cinismo y también mucha reflexión. Destaco en particular seis de los capítulos en los que debemos fijar nuestra atención: el golpe de apertura con “Aquí no ha pasado nada”; el premonitorio “Piso 54”; el idiosincrático “Auto de mis sueños”; la desopilante “Cadena nacional”; la sorpresa presente en “Un juguete carísimo”; y la crudeza de “Las ventajas de ser pobre”. Las destaco no para opacar al resto, sino porque las mencionadas van un poco más allá, tanto en su formato como en su impacto.

“Homo Argentum”, en 98 minutos, resulta una delicia para quienes disfrutamos de composiciones diferentes. Es una apuesta arriesgada para la Argentina de hoy, en la que más de algún otro país sudamericano puede verse reflejado.

¡Imperdible!

Ficha técnica

Título original: Homo argentum
Año: 2025
País: Argentina
Compañías: Pampa Films, Star Original Productions
Género: Comedia | Película de episodios. Comedia negra
Guion: Mariano Cohn, Andrés Duprat, Gastón Duprat
Música: Federico Mercuri, Matías Mercuri
Fotografía: Leo Resende Ferreira
Reparto: Guillermo Francella, Eva De Dominici, Clara Kovacic, Miguel Granados, Gastón Soffritti, Dalma Maradona
Dirección: Mariano Cohn, Gastón Duprat

jueves, 14 de agosto de 2025

Mi año en Oxford

¡Número uno, número uno, número uno! 

¿Qué tiene esta película recién estrenada en Netflix y que está al tope de lo más visto hace ya varios días? Más aún, tomando en consideración que responde a un formato muy parecido a “Emily en París”, liviano y poco trascendente, ¿se trata de un producto destinado a la entretención o pretende ir un poco más allá? ¿Y si solo es entretención, logra su objetivo? Veamos.

Anna de la Vega -Sofia Carson-, una estudiante norteamericana, se matricula en la prestigiosa universidad de Oxford para estudiar poesía. Al momento de arribar, sufre ya sus primeras decepciones producto de ciertos choques culturales. Qué más da, lo importante es el estudio y el desafío académico que está a punto de comenzar. Como estamos ante una típica historia de “chica conoce chico” y viceversa, el destino hace que su mentor sea un joven y apuesto profesor, Jamie Davenport -Corey Mylchreest-, un gentleman de tomo y lomo, pero que tiene algunas historias además de su reconocida fama de “Don Juan”

Anna quiere estudiar porque tiene un plan de vida ya decidido, tal vez algo muy estadounidense. Ella es constante y ambiciosa, su carrera es promisoria, y este postgrado la orienta hacia lo que tiene previsto hacer a su regreso: trabajar en una gran empresa de su país. Su motivación es netamente aspiracional y esa es su primera confrontación. Encuentra gran diversidad. Se ve obligada a modificar pautas y conductas para adaptarse a una nueva realidad.

Hasta acá, el guion escrito por Allison Burnett, Savion Einstein y Melissa Osborne, basado en la novela de Julia Whelan, es de manual. Destacan la gran cantidad de caricaturas -y no he visto ninguna crítica por ello-, más un variopinto número de figuritas que aparecen en el camino conformando un universo amplio de estereotipos perfectamente representados.

Vemos en esta cinta una historia de amigos en un ambiente universitario donde no puede faltar la diversión. Pero ahí se queda, no retrocede pero tampoco avanza, porque cada vuelta de la historia y cada recoveco del guion resulta de una obviedad enorme. Que pasen 40 minutos para que suceda lo que esperamos que pase desde el minuto uno, es mucho tiempo, pero en fin. Se demora, se hace esperar, pero finalmente se deja caer.

Y después de eso nos preguntamos inevitablemente: ¿entonces cuál es el verdadero nudo? Y aquí sí que se demora una infinidad, y creo que llega demasiado tarde. Por supuesto, no se puede adelantar nada para no romper, tal vez, lo único que podría no ser fácilmente adivinable.

“My Oxford Year” es sencilla y grácil al mismo tiempo. No aburre, pero da un poquito de rabia que sea todo tan evidente. La fotografía del lugar es preciosa y los escenarios en los que transcurre la trama incluye hermosos paisajes. Es que Oxford, al menos por lo que vemos, se las trae y se posiciona como un entorno de lujo. La química de los dos protagonistas no está nada mal, pero tampoco logran una complicidad que nos mueva a empatizar con facilidad. Algo similar pasa con los secundarios, que naufragan entre las numerosas caricaturas superficiales que componen la comparsa.

Casi dos horas que se consumen rápido. ¿Entretiene? Sí, por supuesto. ¿Aunque sea obvia? Sí, podemos hacer la vista gorda. Ahora bien, ¿es suficiente? Tal vez no, pero eso ya está en cada uno de nosotros.

Evalúe usted, querido lector o lectora, porque, aunque tiene un innegable éxito de taquilla, ¿aquello es garantía de calidad? Creo que no, pero esta película al menos se deja ver como algo complementario para una floja tarde de domingo.

Ficha técnica

Título original: My Oxford Year
Año: 2025
Duración: 112 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Temple Hill Entertainment, Presque Isle Films. Distribuidora: Netflix
Género: Romance | Drama romántico. Comedia romántica. Colegios & Universidad. Enseñanza
Guion: Allison Burnett, Savion Einstein, Melissa Osborne. Novela: Julia Whelan
Música: Isabella Summers
Fotografía: Remi Adefarasin
Reparto: Sofia Carson, Corey Mylchreest
Dirección: Iain Morris 

martes, 12 de agosto de 2025

Nada es como antes

Sinopsis: La Patogallina, emblemática compañía de teatro chilena con más de 25 años de trayectoria, espera el fin de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del COVID 19 para que se abran los teatros y las calles, y puedan realizar una nueva obra de manera presencial. Mientras eso sucede y como una manera de seguir adelante, la compañía acepta un desafiante encargo: realizar un clásico de Shakespeare, Romeo y Julieta, en versión audiovisual para la televisión.


Este documental, dirigido por Sebastián Pereira, no es más que una suma de imágenes. No posee más explicaciones que las descritas en la sinopsis y eso parece ser suficiente. Es que en realidad no hay mucho más que decir sobre un registro que pretende visibilizar un desafío importante a partir de la muestra de hechos simples y cotidianos.

Durante la visualización me nacen varias preguntas que luego se transforman en constantes. ¿Cuál es el valor agregado de este documental? ¿Cuál es su propuesta? ¿Qué se propone como objetivo? ¿Qué quiere mostrar o demostrar? No lo entiendo al verlo y tampoco después. Me cuesta mucho descubrir la línea narrativa, algo marcada también por las decisiones de edición que dejan escenas inconclusas o a medio hacer. ¿Es aporte un diálogo inocuo entre dos protagonistas consumiendo droga? Al menos para mí, no lo es.

Sobre el fondo de la historia, la pandemia arrasó con muchas expresiones artísticas y reinventarse fue una necesidad vital. Por eso, desarrollar un proyecto para la televisión era una tremenda oportunidad para este grupo de personas. Hacer un clásico al estilo de “La Patogallina” y filmarlo para obtener una distribución masiva se transformó en un desafío gigantesco. Sin embargo, parece que esto fuera un poco en contra del colectivo y eso se nota con el registro de cada día. ¿Se trató, entonces, de un proyecto “por cumplir”? ¿Fue realmente hacer teatro o bien pasó a ser un mero trámite? Claro, no podían hacer funciones presenciales y este era un trabajo diferente, pero quienes integraban la compañía, con sus dudas y cuestionamientos, parecían como “pollos en corral ajeno”.

Me hago otra pregunta. ¿Despierta realmente interés ver los procesos internos de una compañía de teatro como "La Patogallina"? Puede ser, para sus seguidores, pero eso es más de nicho que algo con un alcance más global.

Hay una afirmación que me llama la atención, dicha por uno de los protagonistas: “El teatro se va a acabar”. Así, tal cual, urgente y perentorio. ¿Resultado del momento en el que estaban inmersos o una conclusión más de fondo luego de muchos años de oficio? Este es uno de los tantos razonamientos que quedan inconclusos por cortes de edición que no permiten una mayor coherencia.

Sebastián Pereira filma bien. No se amilana cuando llega el director Vicente Sabatini a grabar los ensayos y la performance de este muy especial “Romeo y Julieta”. Pero la calidad audiovisual (más visual que auditiva) no es suficiente para sostener una hora de metraje que se hace eterna.

Además, y en mi opinión muy personal, no puede ser que el nudo de conflicto sea la desaparición de un actor en medio de las filmaciones. Y menos aún que, además, se le vea en paralelo, justo en el momento en que lo están buscando.

Claro, ante la ausencia de un conflicto mayor, es quizá lo más a mano a lo que se puede recurrir ya que antes se ha expuesto su historia personal. ¿Alcanza? Estimo que no, y tal vez por eso el relato se hunde por su propio peso, sin un final claro, algo sí como si se tratara de un paréntesis creativo: una pausa y ya volvemos.

Ficha técnica

Título original: Nada es como antes
Año: 2023
Duración: 63 minutos
País: Chile
Compañías: La Patogallina, La Copia Feliz, LaWarrior Films
Género: Documental | Teatro
Guion: Sebastián Pereira
Música: Alejandra Muñoz
Reparto: Documental, Intervenciones de: Martín Erazo, Matías Burgos, Ana Laura Maldonado, Francisca Artaza, Eduardo Moya, Sandra Figueroa, Pilar Salinas, Ariel Hermosilla, Antonio Sepúlveda, Ariel Sánchez
Dirección: Sebastián Pereira 

lunes, 11 de agosto de 2025

La Hora de la Desaparición

2:17 am. 17 niños desaparecen misteriosamente, todos del mismo curso. La sala de clases está vacía al día siguiente, salvo por la asistencia de un solo alumno: Alex.

Interesante idea la del guionista y director Zach Cregger. Bajo una premisa original y cautivadora, el cineasta logra captar la atención desde el primer minuto. La voz en off de un niño introduce el contexto, situándonos en Maybrook, Pennsylvania, una pequeña localidad donde todos se conocen y la vida es grata y apacible.

La masiva e inexplicable ausencia de los menores pone en alerta a la comunidad. Se sospecha lo peor. ¿Secuestro, asesinato? No sabemos. Toca, entonces, desenmarañar la historia. Para esto, la elección de una narrativa dividida en capítulos es un acierto del relato, ya que aporta diversos puntos de vista que se logran unir gracias a comunes denominadores.

Primero, la principal sospechosa, la profesora Justine Gandy -Julia Garner-, quien descubre la ausencia de sus niños y de inmediato es interrogada. Aún más, para muchos, sin siquiera reflexionarlo, la consideran la única responsable. Segundo, Archer Graff -Josh Brolin-, padre de Matthew, uno de los niños desaparecidos, desesperado por la inercia de la policía, decide investigar por su cuenta y las sorpresas que encuentra en el camino no tardan en llegar. Tercero, Paul Morgan -Alden Ehrenreich-, un oficial de policía que está relacionado con Justine. Cuarto, James -Austin Abrams-, un drogadicto que se busca la vida robando. Quinto, Andrew Marcus -Benedict Wong-, el director del colegio. Y, finalmente, en sexto lugar, Alex Lilly -Cary Christopher-, el único niño del curso que no ha desaparecido.

Cada capítulo ofrece la historia desde la vivencia de su personaje, lo que permite ir armando el puzzle y vincular los elementos. Uno de los puntos altos es el uso de los conectores y los cambios de perspectiva cuando los relatos se cruzan. La edición es notable, pues las escenas se terminan de armar después de verlas desde sus distintos ángulos. Cuando entra a escena Gladys Lilly -Amy Madigan-, la tía abuela de Alex, la cinta entra en tierra derecha, avanzando vertiginosamente hacia un final totalmente inesperado.

“Weapons” (“Armas”), es un thriller de suspenso que acumula la suficiente tensión para desembocar en un final de horror. Nos asustamos, sí, pero no es lo más importante. Lo que funciona muy bien durante toda la cinta es la intriga permanente y cómo aquella aumenta con el correr de los minutos. De verdad no sabemos qué sucede. Pasamos de una hipótesis a otra, de un sospechoso a otro, casi sin darnos cuenta que el director realmente está jugando con nosotros.

Tal vez esta película no provocaría la misma impresión si hubiese elegido una forma narrativa convencional o más lineal. El hecho de superponer líneas de tiempo, escenarios y personajes es un plus que Zach Cregger aprovecha muy bien desde la construcción del guion. Asimismo, la elección y dirección de actores resulta relevante, pues la producción no solo resulta creíble, sino que además se siente natural y fluida en todo momento.

“La Hora de la Desaparición” es toda una sorpresa. Una muy grata sorpresa, diría yo, para un género que habitualmente cae en clichés que rozan el mal gusto y decepcionan a muy poco andar. En esta oportunidad, tenemos una hora y media de metraje sin que se despejen las incógnitas principales, y eso es todo un logro. Es cierto que la media hora final se desvía un poco hacia un cruce de géneros entre la fantasía, lo sobrenatural, las posesiones satánicas y lo gore, lo que resulta muy sangriento, pero sin duda nos han preparado para digerirlo. ¿Es exagerado? Tal vez, pero sin ese ingrediente, el impacto de “Weapons” no sería tal.

¡Muy buena!

Ficha técnica

Título original: Weapons
Año: 2025
Duración: 128 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Subconscious Films, Vertigo Entertainment, BoulderLight Pictures, New Line Cinema. Distribuidora: Warner Bros.
Género: Thriller. Terror. Intriga | Secuestros / Desapariciones. Historias cruzadas
Guion: Zach Cregger
Música: Ryan Holladay, Hays Holladay, Zach Cregger
Fotografía: Larkin Seiple
Reparto: Josh Brolin, Julia Garner, Cary Christopher, Alden Ehrenreich, Austin Abrams, Benedict Wong, Amy Madigan
Dirección: Zach Cregger 

viernes, 8 de agosto de 2025

Lecciones de un Pingüino

Basada en las memorias de Tom Mitchell, publicadas el año 2015, esta cinta aborda los recuerdos de un profesor británico que viaja a Sudamérica para enseñar en un internado para niños en la Argentina de la década de 1970. Mitchell -Steve Coogan-, llega días antes del golpe militar, en marzo de 1976, contratado para hacer clases de inglés en el prestigioso St. George's College, una escuela exclusiva para niños.

El golpe de Estado no sorprende a prácticamente nadie pues la situación social y política amenaza con verse superada. Sin embargo, es la oportunidad que tienen Mitchell y su colega de ciencias, Tapio -Björn Gustafsson-, para arrancarse a Punta del Este, Uruguay, y tomar unos días de descanso en medio del convulsionado ambiente.

En el viaje sucede lo inesperado. Luego de una noche de baile y entretenimiento, Mitchell trata de concretar un encuentro amoroso con una mujer que acaba de conocer y caminando por la playa al amanecer encuentran un grupo grande de pingüinos muertos por culpa de un derrame de petróleo. Pero uno de ellos estaba vivo; lo rescatan, lo limpian y desde allí comienza la aventura para un protagonista que, aunque trate, no podrá separarse más de su nuevo compañero.

Dirigida por Peter Cattaneo y con guion de Jeff Pope, esta película tiende a abusar de las caricaturas. Con simpleza y un ritmo cansino, el metraje no consigue tomar vuelo, ya sea porque corta súbitamente algunas secuencias, o porque en otras ocasiones carece de un desarrollo mayor de sus personajes. Surgen algunas luces y destellos, pero solo se quedan en las buenas intenciones.

Otro factor que tal vez juega en contra es la existencia de dos nudos de conflicto. El primero, la captura de Sofía -Alfonsina Carrocio-, a manos de agentes del Estado, poniendo el foco en la operación de la dictadura argentina. El segundo, la reacción del director del colegio, Timothy Buckle -Jonathan Pryce-, cuando se entera de la presencia de Juan Salvador (como ha sido bautizado el pingüino) al interior del establecimiento.

La película, no obstante lo descrito, explora varias facetas. Por ejemplo, la educación de jóvenes que no quieren saber de orden ni disciplina, enfrentados a un profesor de otra generación, extranjero, y con evidente desmotivación. Ese ambiente en la sala es imposible, más cercano a la selva que a un espacio educativo protegido, nada lejano a lo que podamos imaginar actualmente. Por otra parte, está el tema político y social de la dictadura, aunque en este terreno, el guion no profundiza y hábilmente solo lo roza por el costado.

Donde el argumento sí se introduce con mayor decisión es en el proceso de transformación de Tom Mitchell. Ya evidenciadas sus pocas ganas y ausencia de sueños, poco a poco empatizamos con él al descubrir varios de los porqués de su actitud. Los fracasos y las heridas dejan marca, y alejarse de ellas requiere coraje y opción por el cambio, lo que puede llegar por autodeterminación o bien por impulsos vitales y externos.

Tom debe hacerse cargo de una nueva vida, de una nueva realidad, y el hecho de no poder dejar atrás al pingüino le hace tomar conciencia de su propia responsabilidad tanto para con su nuevo amigo como para con él mismo. Algo similar sucede respecto al tema de la dictadura: ser solo un observador o tomar conciencia para pasar a la acción.

Estamos de acuerdo en que el miedo paraliza y que eso es algo natural. La valentía es sobreponerse a eso, vencer ese temor y movilizarse para dejar de ser inocente frente a los actos que merecen no solo condena, sino que ameritan un activismo proactivo.

“The Penguin Lessons”, inspirada en hechos reales, cobra más sentido cuando vemos, al final, imágenes verdaderas de Juan Salvador nadando en la piscina del colegio. Esa breve secuencia cierra el círculo de una linda historia que a mí modo de ver merecía un mejor tratamiento narrativo junto con personajes más involucrados con sus sentimientos. Ni Coogan ni la abuela de Sofía -Vivian El Jaber-, ni menos Jonathan Pryce, por más carismático que sea, consiguen el tono adecuado de cercanía emocional, lo que provoca que la cinta pierda fuerza en su objetivo principal: conmover.

Casi dos horas de una historia que merece ser descubierta pero que no marcará un antes y un después en las temáticas que aborda.

Ficha técnica

Título original: The Penguin Lessons
Año: 2024
Duración: 104 minutos
País: Reino Unido
Compañías: Coproducción Reino Unido-España; 42, Nostromo Pictures
Género: Drama. Comedia | Basado en hechos reales. Comedia dramática. Años 70. Aves/Pájaros. Animales
Guion: Jeff Pope. Libro: Tom Mitchell
Música: Federico Jusid
Fotografía: Xavi Giménez
Reparto: Steve Coogan, Jonathan Pryce, Vivian El Jaber, Björn Gustafsson
Dirección: Peter Cattaneo