En esta película uno sencillamente vuelve a la infancia.
Con personajes muy bien caracterizados, dibujos excelentes y sonido perfecto, emociona ver a la Domi llorando a mares. Papelucho, si bien uno puede haberlo imaginado de muchas formas, cumple cabalmente con lo que es: un niño con una imaginación enorme que en cada acto que hace pone tanto de si para conseguir sus objetivos.
Sin duda hay secuencias largas y cansadoras, pero no aburre. Al contrario, deja abierta aún más nuestra propia creatividad y nos señala lo importante de los sueños y que pueden ser cumplidos si se desean realmente.
La bondad de Papelucho es infinita. Sus ganas de salvar el mundo lo llevan por rincones cercanos y lejanos, siempre inquieto y con una firme voluntad de realizar todo aquello que se propone.
Cuanto de Papelucho llevamos nosotros ? Ojalá al menos un granito de arena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario