sábado, 12 de julio de 2025

Jurassic World: Renace

Un detalle puede cambiar el giro de los acontecimientos. Y eso es justamente lo que sucedió hace 17 años en un laboratorio ultrasecreto ubicado en una remota isla, un centro de investigación de Parque Jurásico encargado de hacer estudios de ADN y mutaciones de diferentes especies de dinosaurios. Nos dicen que los dinosaurios han vuelto a vivir entre nosotros hace 32 años, en un entorno que no ha sido el más tranquilo ni el más feliz, por lo que en el presente se encuentran mayoritariamente radicados en aislados ambientes de las regiones ecuatoriales, donde el clima recuerda al que conocieron en su época.

En esta oportunidad, la clave para arriesgar una visita a una zona declarada como prohibida, dados los riesgos y peligros que encierra, es un descubrimiento médico importante. Tres de las criaturas más grandes que habitan esa biosfera tropical poseen en su ADN una sustancia vital para fabricar un medicamento que aportará grandes beneficios para el tratamiento de las cardiopatías. Obviamente, los grandes laboratorios están tras el proyecto y es fundamental adelantarse y conseguir las muestras cuanto antes.

La expedición, con un costo millonario y tecnología de última generación, es liderada por Zora Bennett -Scarlett Johansson-, experta en operaciones de este tipo, quien debe guiar al equipo de especialistas reclutados para la misión. Sin embargo, lo que no está en los planes de Zora, y de ninguno de sus compañeros, es la necesidad de rescatar a una familia cuyo barco vuelca por culpa de dinosaurios acuáticos, provocando que los dos grupos terminen en la isla abandonada y deban luchar por salvar sus vidas.

Gareth Edwards filma un guion clásico escrito por David Koepp. Digo clásico no porque sea un texto antiguo o consolidado. Lo menciono porque no tiene absolutamente ninguna sorpresa y en general resulta ser bastante plano. La pregunta a esta altura, luego de innumerables intentos por recuperar la esencia de la película original de 1993 y con ello honrar al prolífico Michael Crichton, creador de la historia, es si se justifican tantas vueltas de tuerca para volver a mostrar en pantalla a estas extraordinarias criaturas extintas que han vuelto a renacer gracias a la tecnología molecular. Y la respuesta tiene, al menos, dos vertientes. La primera, se justificaría en la medida que nuevos efectos especiales permitan recrear diversas especies, haciéndolas más realistas y mucho más temibles. Sin embargo, la segunda veta podría no justificarlo, porque la temática la hemos visto tantas veces, que cualquier intento de renovación suena repetido y no aporta sustancia a algo que, poco a poco, ha ido perdiendo interés.

Así las cosas, y sin optar por ninguna de las dos tesis, sigo ahora escribiendo como fan de Jurassic Park -la original-, tratando de rescatar las razones por las que no me pierdo ninguno de los intentos por revivir a estos imponentes saurios.

Esta versión tiene varios elementos que nos recuerdan la cinta original y más de una de sus derivadas. Hay dinero, mucho dinero, una negociación, una expedición, una travesía y, por supuesto, un accidente. Siempre es una sorpresa la primera aparición de un dinosaurio, y aquí no es la excepción. Se produce en el agua, justamente para causar el hundimiento del barco de la familia que posteriormente debe ser rescatada por la expedición. Buenos efectos allí, convincentes.

El otro punto por el que esta nueva versión no se puede dejar de ver es la música, encargada al compositor Alexandre Desplat. Como podrán suponer, es un concierto de principio a fin. Desde los sones que acompañan la llegada de un helicóptero a la isla -literal reminiscencia de la cinta original-, hasta la derivación de cada una de sus partes, Desplat compone un verdadero “tema con variaciones” basado en las células, motivos y armonías de la música compuesta por John Williams el año 1993. Es precioso cómo cada secuencia es intervenida por el compositor para no perder su esencia y, a la vez, entregar una partitura nueva, fresca y complementaria con las imágenes que vemos en pantalla.

Otro aspecto a destacar de este trabajo son los parajes idílicos en los que transcurre. Los protagonistas, en especial Scarlett Johansson, Mahershala Ali, Jonathan Bailey y Rupert Friend, se desenvuelven con soltura en esos ambientes hostiles y traspasan su química a la pantalla, logrando credibilidad en sus papeles, dentro de lo que se puede pedir, por supuesto.

Otro guiño a la obra original radica en aspectos referidos a las decisiones, convicciones y prioridades. Por ejemplo, seguir adelante con la misión o acudir al rescate de náufragos indefensos. También, y en un tono más profundo, se encuentra aquello que tiene que ver con las dudas éticas. ¿Es válido el esfuerzo y entregar los resultados de la expedición a laboratorios que van a lucrar millones haciendo una medicina cara e inalcanzable para muchos? O por el contrario, ¿se debe preferir entregar las claves en forma abierta para beneficio de una mayor cantidad de población? El debate es tan interesante y, por cierto, tan actual -en sus diferentes aspectos-, que seguirá abierto muchos años más.

Es destacable que el mismo libreto, a esta altura casi un manual de estilo, nos sorprenda una y otra vez. Y claro, al ver a Steven Spielberg como productor ejecutivo, no podía ser de otra manera. En un poco más de dos horas, “Jurassic World Rebirth” tiene todos los elementos que se necesitan para configurar la historia: recuerdos, nostalgia, cruces, aventuras paralelas, secuencias que asustan (y mucho), como la del río, buenas dosis de lucha, sacrificio, bondad y también castigos.

Tratando de responder, entonces, la tesis planteada aunque no sea un erudito sino solo un fan de “Jurassic Park” y de los dinosaurios recreados, espero que la imaginación de futuros creadores nos entreguen más historias para disfrutar en pantalla grande. Eso sí, solo pido una cosa: ya que los efectos son cada vez mejores, ojalá podamos profundizar en las narrativas y en la forma de componer los relatos. Si eso se logra, larga vida tendrán las próximas secuelas, precuelas y derivadas, para la taquilla en general y para regocijo de nosotros, sus fans, en particular.

Ficha técnica

Título original: Jurassic World Rebirth
Año: 2025
Duración: 134 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Amblin Entertainment, Universal Pictures, The Kennedy/Marshall Company, Latina Pictures. Distribuidora: Universal Pictures
Género: Ciencia ficción. Acción. Fantástico. Aventuras | Secuela. Dinosaurios
Guion: David Koepp
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: John Mathieson
Reparto: Scarlett Johansson, Mahershala Ali, Jonathan Bailey, Rupert Friend, Manuel Garcia-Rulfo, Ed Skrein
Dirección: Gareth Edwards 

jueves, 10 de julio de 2025

Superman

Esperada como muchas, convincente como pocas. Así es este nuevo “Superman” escrito y dirigido por James Gunn, co-presidente y co-CEO de “DC Studios”. Como primera película del nuevo Universo DC (DCU), no solo marca un buen comienzo sino que, además, agrega un sello que dará que hablar. Revisemos.

¡Cuántas versiones hemos visto de Superman en pantalla grande en el último tiempo! Muchas. Desde las cuatro primeras, protagonizadas por Christopher Reeve, hasta la saga del universo extendido de DC, ha pasado mucha agua bajo el puente mientras el hombre de acero parecía haber perdido el rumbo. Pero no. Con James Gunn al rescate y las icónicas tres notas musicales que evocan el tema principal, este nuevo renacer del personaje en pantalla grande promete y, sin duda, llega para quedarse.

Vamos un poco a la trama. Clark Kent/Superman -David Corenswet-, trabaja como periodista del Daily Planet, en Metrópolis, y tiene mucho éxito. Su inconfesable amor por su colega Lois Lane -Rachel Brosnahan-, es motivo de discordia, ya que sus exclusivas entrevistas al carismático superhéroe lo han llevado, incluso, a ser portada del periódico. El tema es que Superman pasa por un momento delicado. Por primera vez ha perdido una batalla y sus colegas de la “Banda de la Justicia”, ahora con más argumentos, lo cargan por ser ingenuo.

Por otra parte, LuthorCorp, una enorme empresa de tecnología liderada por Lex Luthor -Nicholas Hoult-, el archienemigo de Superman, participa favoreciendo la intervención militar en un conflicto armado entre dos países. Luthor tiene ambiciones exponenciales: quiere dominarlo todo y su piedra de tope es justamente este “metahumano” que figura como defensor de los más vulnerables.

Así las cosas, no es difícil imaginar el desarrollo de la película, sin embargo, la mirada se aleja un poco de los clásicos conflictos y da paso a otras aristas que, con el correr del metraje, van tomando forma y se desarrollan de forma vertiginosa. No es bueno adelantar más, a mi modo de ver, para que ustedes mismos descubran por qué esta nueva versión puede realmente significar un antes y un después.

En poco más de dos horas, James Gunn se da maña para tirar toda la carne a la parrilla. Acá se trata de recuperar un icono del que conocemos piezas clave de su historia. Por ello, está presente el inmenso cariño de sus padres adoptivos en la Tierra, el recordado video mensaje entrecortado de sus progenitores kriptonianos, su gran amor por Lois, la lealtad con sus amigos y los deseos infinitos de hacer el bien e impartir justicia. Por supuesto, las cosas se tuercen en el camino, pero la columna vertebral se sostiene gracias a vigorosos enfrentamientos y nuevos personajes -como un can que seguramente será furor-, que mantienen la historia siempre a buen recaudo.

Excelentes efectos especiales y una partitura de remembranza contribuyen a dar forma a una película que se siente como un nuevo punto de partida. Las actuaciones de David Corenswet, Rachel Brosnahan y Nicholas Hoult son muy sólidas. La elección de Corenswet para el papel principal, sorpresiva en su momento, no deja lugar a dudas que es acertadísima. No solo consigue una química natural con Rachel Brosnahan, sino que, también, funciona perfecto al confrontar a su antagonista, un inspirado Nicholas Hoult, quien aporta todo lo necesario para transformarse en un personaje odiososamente malo. El resto del coro complementa bien, con detalles que seguramente darán material para secuelas o posibles “spin offs”, algo que ya se vislumbra en el horizonte cercano.

“Superman” y sus 129 minutos es disfrutable de comienzo a fin. Vibrante, emotiva y entretenida, recupera un nicho por años olvidado. Ahora es un Superman con tecnología, muy acorde a los tiempos, con villanos de carne y hueso y también con máquinas robóticas, combinando mundos como para volver a tener fe en el emblemático personaje.

Es tiempo de ir al cine, a la pantalla más grande posible y a la sala más cómoda, para reencontrarse con una magia que ofrece experiencias, no solo películas. Conviene aclararlo. Esto es cine de entretención y no cine arte. Tampoco podemos esperar profundidad narrativa ni nuevos desarrollos formales. No. Estamos en presencia de una película que tiene muy claras sus intenciones: ser un éxito de taquilla y ganar dinero. Pero ojo. El mérito es que no se queda solo en eso, porque también recalca algo que en estos tiempos también se encuentra extraviado. Me refiero al valor de la bondad y lo que significan las decisiones que tomamos respecto a nuestros propios actos. Eso sí tiene valor universal y debemos ser capaces de recuperarlo cuanto antes.

Ficha técnica


Título original: Superman
Año: 2025
Duración: 129 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: DC Comics, DC Entertainment, Warner Bros., DC Studios, The Safran Company, Troll Court Entertainment. Distribuidora: Warner Bros.
Género: Ciencia ficción. Acción | Superhéroes. Cómic. DC Comics
Guion: James Gunn. Personajes: DC Comics. Personaje: Joe Shuster, Jerry Siegel
Música: John Murphy, Dave Fleming
Fotografía: Henry Braham
Reparto: David Corenswet, Rachel Brosnahan, Nicholas Hoult, Edi Gathegi, Anthony Carrigan, Nathan Fillion, Isabela Merced
Dirección: James Gunn

martes, 8 de julio de 2025

La Vieja Guardia 2

Disponible en Netflix.

Se veía venir, ¡cómo no! Luego del éxito del 2020, la historia quedó abierta y una probable continuación era un hecho cierto. Pues bien, acá está la segunda parte de “La Vieja Guardia”, ahora con un nuevo desafío, un tanto más complejo que el anterior.

Seis meses después de los eventos de la primera película, Quỳnh -Veronica Ngô-, antigua compañera del equipo, es rescatada de su prisión acorazada en el fondo del mar, por la primera de las inmortales, una mujer llamada Discord -Uma Thurman-. Sus intenciones son claras desde un comienzo: aprovechar el resentimiento acumulado por Quỳnh para llevar a cabo un plan destinado a recuperar el poder perdido.

Los personajes son los mismos de la anterior entrega. Andy -Charlize Theron-, Joe -Marwan Kenzari-, Nicky -Luca Marinelli-, Nile -KiKi Layne-, Copley -Chiwetel Ejiofor-, y Booker -Matthias Schoenaerts-, a los que se suma Henry Golding para dar vida a Tuah, un sabio-inmortal residente en Seúl. Este grupo ampliado deberá recorrer varias ciudades hasta llegar a Indonesia con el fin de desactivar una amenaza inminente: la toma de una central nuclear.

La verdad es que la historia no es lo más importante en esta cinta. Claro, conecta con la parte uno, pero no es necesario conocer mayores detalles para entenderla, porque esta vez se trata de quienes obtienen el poder de la inmortalidad y quienes lo han perdido.

El elenco se ve afiatado y ofrece buena química entre sus integrantes. Como en muchas de estas producciones, los mejores momentos de la cinta son los de acción. Sin embargo, lamentablemente se ven interrumpidos por secciones bastante lentas, algunas carentes de ritmo e incluso de sentido, cuyo objetivo es entregarnos pistas de la trama y también enlazar más en profundidad a los personajes. Y acá una observación, porque si bien las secuencias de persecuciones y peleas destacan, lo hacen dentro de un global que queda bastante, bastante al debe.

El cambio en la dirección resiente el resultado final. Esta vez, los efectos especiales se notan más y las coreografías resultan un poco forzadas. ¿Será que estamos mal acostumbrados o nos hemos puesto más exigentes? No lo sé, pero en películas de este tipo ya tenemos un mínimo y debemos esperar que se construya desde allí.

Bien Charlize Theron con la evolución de su personaje, nada que decir, y también con el acompañamiento de un elenco sólido y con buenos nombres. Uma Thurman brilla de villana pero aparece muy poco, tal vez guardándose para una indispensable tercera parte que esperamos sea la final, salvo que la premisa y los buenos elementos se logren consolidar, superando ripios que, a esta altura, no debemos dejar pasar.

Pero no todo es negativo en las casi dos horas que dura “The Old Guard 2”. Al elegirla, sabemos a lo que vamos y eso se agradece. ¿Tiene acción? Bastante. ¿Buenos actores? Por supuesto. ¿Secuencias trepidantes? Unas cuantas. ¿Giros y sorpresas? Algo de eso hay. Y lo más importante, ¿entretiene? Sí, aunque nos deje de nuevo un final abierto, sin resolver.

Ficha técnica

Título original: The Old Guard 2
Año: 2025
Duración: 105 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Denver and Delilah Productions, Image Comics, Marc Evans Productions, Skydance Productions, Panorama Films, Pinella Productions S.r.l. Distribuidora: Netflix
Género: Fantástico. Acción. Aventuras | Secuela. Cómic
Guion: Greg Rucka, Sarah Walker. Novela gráfica: Greg Rucka, Leandro Fernandez. Cómic: Top Cow Productions
Música: Ruth Barrett, Steffen Thum
Fotografía: Barry Ackroyd
Reparto: Charlize Theron, KiKi Layne, Matthias Schoenaerts, Marwan Kenzari, Luca Marinelli, Veronica Ngô, Henry Golding, Uma Thurman, Chiwetel Ejiofor
Dirección: Victoria Mahoney 

viernes, 4 de julio de 2025

El Tema del Verano

No soy muy fan de las películas de zombis, por lo que reconozco, tuve que mentalizarme para darle una oportunidad a este nuevo filme del director uruguayo Pablo Stoll.

“El tema del verano” comienza de forma concreta, en una playa, donde de improviso emergen zombis de la arena y hacen que el grito de una mujer congele todo. A partir de ese hecho, viajamos tres meses atrás para conocer la historia.

Ana, Malú y Martina recorren la costa perpetrando certeros golpes. Como chicas atractivas, hábiles e implacables, poco les cuesta seducir a sus víctimas, para luego drogarlos y robarles todo. Estamos en un contexto pospandemia, por lo que llama la atención el cuidado por los controles y las mascarillas, sin embargo, las tres protagonistas se los saltan olímpicamente, mostrando que nada puede impedir sus oscuras intenciones.

Al preparar el asalto mayor, aquel que afectará al excéntrico millonario Ramiro Tübingen, quien además es un generoso mecenas de artistas, el derrotero las conduce a una impresionante mansión costera, lejos de la civilización, ubicada en un lugar idílico. Allí se encuentran con tres residentes muy diferentes pero fácilmente conquistables. El plan sigue su curso, urdido bastante bien, pero sucede algo que cambia por completo el escenario: por error, matan a sus víctimas, pero estas no mueren y reviven para hacerles “la vida” imposible.

Interesante es el escenario que plantea Stoll. Una casa lujosa, amplia, llena de comodidades, pero con la sensación de que algo no cuadra, que algo se ha torcido en el camino. Esta residencia es un paraíso de lugar, pero el anfitrión no está. Las chicas no son muy bien recibidas por una mujer que se muestra altanera y distante, aunque sí lo son por otros dos varones; uno de ellos, curiosamente, resulta ser chileno.

A muy poco andar, el metraje deriva en escenas sin sentido, débiles y sin forma. La tensión está en las relaciones entre los protagonistas, una tensión ambiental que no logra adquirir profundidad ni desarrollar otras aristas que pudieran despertar más interés.

Los secretos que oculta la casa parecen muchos, pero son las invitadas las que toman el control hasta que descubren lo que allí se lleva a cabo. ¿Giro? Tampoco. No alcanza. “El tema del verano” es una canción que se está creando por encargo, pero también pasa lo mismo. Es solo una anécdota que pasa sin pena ni gloria.

La idea que presenta el guion de Pablo Stoll y Adrián Biniez es interesante, pero no se condice con su posterior ejecución. Lo fílmico también destaca, pero no resulta suficiente. Lo que sí funciona es la música incidental y la banda sonora, recursos muy bien conseguidos que se posicionan en el lugar más alto de la producción.

“El tema del verano” es una seudocomedia, una seudopelícula de zombis y un seudodrama, una extraña mezcla que, no estoy seguro, logre entusiasmar o realmente funcione. La trama avanza poco, un mes, dos meses, y transcurren frente a nosotros gran parte de los minutos del rodaje sin que suceda nada muy sustancial.

Bien las temáticas: la pandemia, el capitalismo y su fin, el ideal del hombre nuevo y todas las referencias humanas y políticas, un paralelo con la realidad actual, más una discusión sobre las vacunas como mecanismo de control. Acá está de manifiesto la supervivencia, el igualitarismo, los instintos y las distintas representaciones de los ideales sociales y políticos.

Aunque sin profundizar, lo que podría quedarnos es el desarrollo de una nueva sociedad, una de zombis, marcada por la ley de la selva y algo, tal vez, no muy apartado de lo que vivimos actualmente. ¿Es eso lo que el director nos quiere transmitir como un mensaje premonitorio?

Nuestro trabajo será descubrirlo e interpretarlo.

Ficha técnica

Título original: El tema del verano
Año: 2024
Duración: 91 minutos
País: Uruguay
Compañías: Coproducción Uruguay-Argentina-Chile; Temperamento Films, La Unión de los Ríos, Nadador Cine
Género: Thriller. Comedia. Terror | Zombis. Pandemias. Robos & Atracos. Comedia de terror
Guion: Pablo Stoll, Adrián Biniez
Fotografía: Manuel Rebella
Reparto: Débora Nishimoto, Azul Fernándes, Daniel Hendler, Malena Vila, Agustín Silva, Sebastián Irrutia
Dirección: Pablo Stoll 

miércoles, 2 de julio de 2025

Harta

Disponible en Netflix.

No sabemos qué es peor, si el calor o el molesto ruido, pero para Janiyah y su hija Aria, vivir allí es un suplicio. Las dificultades son evidentes. Condiciones precarias, una orden de desalojo en curso, el aseo deficiente y un ambiente externo hostil, no hacen más que agravar la crisis. Aun así, Janiyah se impulsa, se levanta, baña a su hija y ambas salen rumbo al colegio. Es día de pago, por lo tanto podrá abonar el arriendo del lugar y entregar 40 dólares para que su pequeña asegure el almuerzo en su escuela.

Sin embargo, las cosas solo empeoran para la protagonista. En el trabajo, el ambiente es aún peor. Su jefe la maltrata verbalmente y los clientes abusan de ella, incluso poniendo en peligro su integridad. Una llamada del colegio la pone en alerta. Debe ir de inmediato porque existe un problema grave con su hija. Ausentarse de sus labores no está permitido, menos ese día que está repleto de gente. Sin embargo, obtiene 30 minutos de margen. El día oscuro sigue su curso, porque un incidente camino a la escuela la cruza con un hombre enfurecido que resulta ser un policía fuera de servicio que llega, incluso, a amenazarla de muerte. Sin sus papeles al día, le cursan una infracción y le requisan su auto. Aún hay más, pero no se los voy a adelantar, porque lo que viene a continuación va de mal en peor.

Tyler Perry escribe y dirige este drama de proporciones con oficio y seguridad. La connotación social impacta de entrada. Sabemos lo cruda que puede llegar a ser la pobreza, pero un retrato vívido como el que expone esta película nos lo deja aún más claro. Al comienzo, una secuencia de más de 20 minutos muestra una literal caída al vacío.

Objetivamente no hay salida posible. La suma de hechos es angustiante y no podemos despegarnos de la pantalla ni un segundo. La empatía con la protagonista es instantánea, por su condición, por su hija, por sus dificultades como madre, como trabajadora, y además por la discriminación que sufre por el color de su piel. Quisiéramos ayudarla, pero no podemos. Solo observamos la dirección que toman los hechos y, violentamente, nos sorprendemos.

Después de ese inicio cuasi transgresor, la película ingresa a un valle del que le cuesta escapar. Es en el sector medio, de casi una hora, donde el metraje se divide en dos: lo que pasa dentro del banco y lo que sucede afuera, con la policía y el FBI sin saber bien qué hacer. En ese momento emerge la figura de la detective Kay Raymond -Teyana Taylor-, quien comienza a tomar las riendas de un evento que aventura un desenlace inesperado.

Los últimos minutos, algo así como el cuarto final de la cinta, es agudo gracias a un giro que no vemos venir. Como construcción, llega algo tarde, tal vez sin el apropiado contrapeso previo, pero funciona para crear una historia que penetra más por la complejidad de su fondo social que por la elaboración fílmica de la que da cuenta.

“Straw”, en sus casi dos horas, nos mantiene atentos y pone en relieve que los seres humanos respondemos de acuerdo a las circunstancias. Un mal día lo tiene cualquiera, pero una vida en condiciones infrahumanas es otra cosa. El mérito innegable de esta producción es el tratamiento de temas que a veces se relegan y se esconden debajo de la alfombra. La maternidad bajo presión, la enfermedad, la falta de oportunidades, la falta de dinero, la ausencia de redes de protección, la soledad, la marginación y la humillación, se levantan como banderas de lucha que se movilizan y presionan para conseguir un futuro mejor. Tal vez para Janiyah pudo haber sido tarde, pero su ejemplo podría servir a otras personas que están en condiciones similares y aún pueden salir del pozo.

Tyler Perry deja tarea para la casa.

Ficha técnica

Título original: Straw
Año: 2025
Duración: 105 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Netflix, The Tyler Perry Company. Distribuidora: Netflix
Género: Drama | Maternidad
Guion: Tyler Perry
Música: Dara Taylor
Fotografía: Justyn Moro
Reparto: Taraji P. Henson, Sherri Shepherd, Teyana Taylor
Simbad, Rockmond Dunbar, Ashley Versher, Mike Merrill, Glynn Turman
Dirección: Tyler Perry