Basada en la novela “Rule” de Jay Crownover de 2012, parte de la serie “Marked Men”, esta película, escrita por Sharon Soboil y dirigida por Nick Cassavetes, no se arriesga más allá de contener algunas provocativas escenas sexuales. La trama sigue a Rule Archer -Chase Stokes-, un artista de tatuajes, y a Shaw Landon -Sydney Taylor-, una joven estudiante de premedicina que siempre ha estado enamorada de Rule.
El escenario es absolutamente juvenil. El ambiente del mundo de los tatuajes, fiestas nocturnas y bares con algunas copas de más, configura de inmediato la personalidad del protagonista, al que vemos despertar acompañado de una joven un domingo en la mañana, justo el día que debe ir de visita a la casa de sus padres. Coincidentemente, es Shaw -Casper, como le dice él- quien debe llevarlo, y es ella la que le despierta irrumpiendo en su pieza. El detalle no es menor y luego sabremos por qué.
El panorama dominical termina mal. Una tragedia ha afectado a su familia y su madre aún no se recupera, ahogada en un alcoholismo que parece no poder superar. Rule tampoco, pero no se inclina hacia las drogas sino más bien a refugiarse internamente dada su extrema vulnerabilidad, ocultando el dolor bajo esas capas de hombre fuerte que le dan éxito para conseguir conquistas pasajeras.
El punto de inflexión de la historia es el cumpleaños de Shaw y, por supuesto, tenemos otra fiesta. Ella, que siempre ha querido a Rule, ve una oportunidad; Rule, para quien Shaw es solo una amiga cercana, se resiste hasta que su instinto supera su capacidad racional. En ese momento todo parece cambiar, pero una serie de eventos trastocan la historia y dan un giro al curso de los hechos. ¿Qué depara el destino para los caminos de Shaw y Rule?
Si bien esta película no tiene mayor profundidad, se desprenden de ella algunas temáticas interesantes. Primero, las dificultades no superadas y lo que significa arrastrar un duelo que coarta y prohíbe a Rule llevar una vida normal. Segundo, el temor a asumir compromisos, algo tan propio de las generaciones actuales, acá se potencia por los propios sabotajes y por los bloqueos emocionales del protagonista. Tercero, y en la vereda de enfrente, Shaw tiene sus propios problemas. Como su familia tiene dinero, su madre quiere dirigir su vida. Incluso quiere elegirle marido, para asegurar un match que potencie la fortuna. Shaw se rebela, pero no es suficiente: ella es sencilla, no es arribista, pero este tema se transforma en una lucha constante.
Tal vez, uno de los aspectos más complejos de esta película tiene que ver con la validación de la violencia para resolver problemas. Y es explícita en ello, sin ocultarlo, lo que claramente podría ser un aspecto cuestionable. ¿Una buena paliza acalla un problema, ocultando la dificultad? Darla o recibirla primero es lo crucial, pero nunca queda claro que aquel no es el medio para solucionar el estado de las cosas.
Lo que nos queda al final de “Marked Men: Rule + Shaw”, es la pregunta sobre cómo superar situaciones de pérdida y de qué manera sobreponerse a eventos trágicos que sin duda marcan a cualquier persona que los viva. El mensaje, en este caso, sí es muy claro: es desde la aceptación y la renuncia. El predecible final no hace más que confirmar el desarrollo de una historia bastante convencional que añade elementos accesorios que no son suficientes para llevarla más allá de un nivel básico.
Ficha técnica
Título original: Marked Men: Rule + Shaw
Año: 2025
Duración: 93 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Voltage Pictures
Género: Romance. Drama | Drama romántico
Guion: Sharon Soboil. Novela: Jay Crownover
Música: George Kallis
Fotografía: Kenji Katori
Reparto: Alexander Ludwig, Ella Balinska, Natalie Alyn Lind.
Dirección: Nick Cassavetes
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